Para la actividad Sobrevivientes. A librazos El grito es desgarrador, tan agudo y penetrante que nos paraliza a las dos. Lara, la siempre atenta y servicial bibliotecaria, y yo compartimos una mirada alarmada antes de abandonar nuestra búsqueda literaria. Un nuevo alarido, tan horrible o más que el anterior, resuena mientras cruzamos la desierta habitación. Mis pasos se tornan vacilantes a medida que nos aproximamos hacia la fuente de aquellos sonidos y la sensación de un mal presentimiento se instala en mi interior. Todo lo que deseo hacer es detenerme, dar media vuelta y ocultarme donde sea hasta que el desconocido peligro pase. En su lugar, me aferro a uno de los libros por lo que había ido hasta allí, presionando mis dedos con tanta fuerza que pronto mis nudillos palidecen. Lara me obliga a quedarme tras su espalda cuando, apenas abriendo un resquicio de la puerta, una monstruosa criatura salta contra ella, embistiéndola mientras la pobre lucha desesperada por liberarse. Quiero socorrerla, la urgencia de tal deseo inunda mi mente como un tsunami, mas mi cuerpo se niega a obedecer. Me encuentro demasiado asustada para reaccionar y todo lo que puedo hacer es observar paralizada. Hasta que la desgracia ocurre y esa cosa muerde a Lara. Me muevo sin pensarlo, actúo puro instinto, y le propino un golpe en la quijada con el grueso ejemplar que aún sostengo. El monstruo cae hacia atrás al mismo tiempo que la adrenalina estalla en mis venas. Me siento en frenesí cuando arremeto nuevamente y continúo atacando hasta que aquellas frías y húmedas garras dejan de luchar. Los chillidos y gruñidos poco a poco dejan de oírse, el cuerpo al que agredo se entumece y enfría. Con lentitud me separo de él y me concentro en respirar. Estoy temblando, bañada en una sustancia agria y espesa que imita a la sangre. El libro cae de entre mis dedos, esparciéndose en el sucio piso varias de sus hojas ahora ilegibles. —Debes irte. —El susurro es bajo y entrecortado, pero lo oigo como si hubiese sido aclamado por un altavoz. Niego en silencio sin atreverme a mirarla—. No es seguro aquí. Permanezco inmóvil, con la vista nublada por las lágrimas. Su respiración se vuelve trabajosa con cada minuto que pasa, pero no hay nada que podamos hacer. Detener la hemorragia no la salvará. Ha sido infestada y ambas lo sabemos. Otro de estos seres aparece, seguramente atraído por el aroma de dos suculentas presas humanas. —¡No seas tonta! El monstruo se lanza contra mí, hambriento, pero todo lo que recibe a cambio es un librazo en medio de la cara. Sin fuerzas me levanto y planto un pie contra su pecho, presionando. Me resulta casi un chiste que un simple libro resulte ser un arma tan mortal. —Ya nada... —Un extraño sonido surge de la bibliotecaria, similar al bramido de un animal salvaje—, puede hacerse. Excepto. Niego histéricamente ante su sugerencia. —Entonces... Vete ahora. Ya no... Puedo. Todo su cuerpo comienza a convulsionarse a medida que gruñidos de dolor escapan desde lo más profundo de su ser. Impotente la observo, constatando en mi memoria la pérdida de su humanidad. La muerte y el renacimiento de Lara son por mi culpa. Y, aunque la idea me repela hasta las entrañas, estoy decidida a cumplir con su última voluntad. En piloto automático me detengo junto a ella, la contemplo unos segundos antes de arrojar el pesado volumen justo sobre su vulnerable cabeza. El crujido de su cráneo partido me acompaña como una sinfonía demoníaco mientras escapo de allí.
Vaya terminó siendo un tanto oscuro para ser comedia ¿no?, bueno difícil darme a entender mejor, por que pues es de zombis. Esta muy bien narrado y descriptivo y el titulo no está tan mal, me recuera cuando un amigo se quedaba dormido y le pegabamos XD.
