.~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Ahome Dea, 20 Diciembre 2008.

  1.  
    Ahome Dea

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    .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.
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    .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    No soy un hombre que valga mucho la pena… simplemente soy yo. Mi vida es eterna, imposible de terminar de contar. Sólo hay algo que me motiva a seguir en esta vida que hace más de quinientos años comenzó… Soy un hombre cuya alma llora al verla todos los días, sabiendo que pronto sus días acabarán. Un hombre que vivió tanto tiempo esperando verla una vez más…


    .~*Maldito*~.


    Sumido en los recuerdos de aquél trágico destino de la que más amé… sumido en los recuerdos del llanto que más de una vez yo provoqué.

    Es demasiado dolor el recordar las palabras que le dije, las palabras que causaron su muerte, sus dos muertes…

    Vivo cada día recordando su mirada, recordando el timbre de su voz, recordando sus palabras, recordando su dolor, recordando la suavidad de sus manos, el aroma de su cuerpo, ese inmenso y gran amor... ¿y lo peor? recordando su llanto, sus lágrimas.

    He olvidado ya mi edad, he olvidado mis silencios, olvidé la soledad
    que hace mucho estoy viviendo.

    Mi nombre, no me enorgullece decirlo. Es un nombre que a ella la hizo sufrir, es un nombre que maldigo por el simple hecho de existir. A decir verdad no estoy en contra de mi nombre, estoy en contra de mí, estoy en contra de haber nacido, estoy en contra del sufrir del que fui testigo y autor.

    No sé cómo es que logro vivir aun, cómo fui capaz de esperar tanto para volver a verla, ¿y todo para qué? si ni siquiera puedo intervenir en el futuro que le espera.

    ¡Maldita sea mi suerte, mi vida y mis recuerdos!, ¡maldito sea mi nombre!, ¡maldito sea mi cuerpo!, ¡¡Maldito y mil veces maldito seas Inuyasha!!

    No puedo dejar de recordar un sólo segundo el momento crucial que inició todo el desastre de mi vida, aquél momento que marcó su vida, la de mis amigos, la mía.

    Todo comenzó como siempre por mi culpa, por no haber sido capaz de elegir cuando debí hacerlo, porque como siempre… estaba yo con ella, con aquella que la antecedió siempre en todo, y que sin yo saberlo, era para mí lo que sentí por ella, “nada”, en comparación con lo que ella era para mí.

    Ella… ella… no soy capaz siquiera de nombrarla, temo que la que vi morir por culpa mía se retuerza en su tumba si la nombro. Sin embargo, cómo hacer entender al que algún día encuentre este diario que le parecerá una historia inventada por alguien, algo que no es real… cómo hacerle entender de quién hablo.

    Tendré que nombrarla, tendré que nombrar a la dueña de mi vida, de mi alma, de mi corazón; y te pido perdón por atreverme siquiera a recordarte, sé que es un pecado el hecho de nombrarte, pero Ahome… fuiste, eres y siempre serás mi vida…


    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.

    Hola a todos, muchos (o pocos, no sé) ya me conocen, pero otros tal vez no o simplemente se olvidaron de mí. Hace mucho que no entro al foro.
    Como sea, he vuelto y traigo uno de los fics que más gustaron (de los míos claro) a la comunidad de cemzoo. Está terminado, así que la continuación, dependerá de si les gusta o no.

    Espero que los que antes lo leían vengan a saber su final y los que no... les sea de agrado.
     
  2.  
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    ¿Gustarme? ¿¡GUSTARME!? Sabes que eso es POCO cuando se trata de ti y tu perfecta escritura. Entre tú y Sesshy me han enseñado lo que se, pero como soy mala alumna aprendo poco.

    Yo no se los demás, y me importa poco, pero yo sí quiero una continuación, quiero saber que pasará luego ;)
    Inuyasha contigo es tan expresivo *-*
     
  3.  
    Ahome Dea

    Ahome Dea Usuario común

    Piscis
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Al principio pensé que volver no era buena idea... Pero la verdad Ahora necesito mucho escribir, desahogarme, escaparme de este mundo. El pasado 25 de diciembre perdí algo muy querido, y la verdad... no quisiera estar aquí.

    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.



    Capítulo 2
    .~*Mentira*~.



    Cómo quisiera regresar el tiempo, cómo quisiera jamás haberte hecho sentir aquello, cómo quisiera poder gritarte el inmenso amor que siento por ti.

    Te veo todos los días, en secreto, te veo… te veo salir corriendo a la escuela, te veo reír con tus amigas, te veo ser una niña “normal” como tantas veces me repetiste que una vez, antes de conocerme, fue tu vida, sin embargo ya no es así…

    Cuando veo lo tierna que eres siento ganas de correr hacia ti y abrazarte, y decirte cuanto te amo, pero… me verías asustada y huirías de mí. Además de que no puedo intervenir en la misión que tendrás que cumplir.

    Ahome… si tan sólo una vez hubiese podido decirte estas palabras que ahora me ahogan. Si tan sólo una vez hubiese sido capaz de comprender que sin ti yo no soy nada, ahora sería feliz… ahora estaría en este mismo lugar sin haber vivido tanto, sin tener tantas culpas sobre mis hombros.

    Kikyou… sin querer también tú pagaste algo de lo que no eras culpable. No sé qué sentir cuando te recuerdo también, sé que todo es mi culpa, sé que debí actuar de manera diferente, sé que de no haber sido por mí estarías bien también.

    Todo comenzó por ir contigo, todo empezó cuando me llamaste…

    Vi a tus serpientes cazadoras rondar el lugar en donde descansábamos, inmediatamente ella lo notó, y yo, a pesar de saber que ella lo sabía perfectamente inventé una tonta excusa para seguirte.

    -Ya vuelvo – dije sin inmutarme.
    -¿A donde vas a esta hora? – preguntó mi fiel amigo Miroku.

    Miroku… mi gran amigo. Siempre ha estado conmigo, jamás me ha abandonado, ni siquiera en los momentos más difíciles se ha alejado de mí.

    En ese momento… ¿tuviste tú culpa de algo amigo mío? No, la verdad es que no, sin embargo cuando ocurrió aquello yo te culpé por haber alertado los sentidos de ella a seguirme, aunque la realidad fue que ella ya sabía a donde iría.

    -A caminar un rato – dije cínicamente sin percatarme de que ella sentía tristeza tanto porque sabía lo que haría, como por la mentira que le decía en ese momento.
    -¿Tardarás? – me preguntó viéndome con esa mirada llena de infinita tristeza.
    -Sí, es probable, no me esperes, duérmete – le respondí tontamente y marché.

    Si tan sólo le hubiese dicho la verdad… sí tan sólo hubiese sido sincero…
     
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 3
    .~*Herida*~.



    Caminé por el bosque buscándola, buscando en las ramas de cada árbol aquel pálido rostro de aquella a la primera a quien amé; caminé hasta encontrarla, y para mi sorpresa estaba ahí, pero estaba herida.

    -¿Qué te ha pasado? - le pregunté más que preocupado.
    -Es absurdo que preguntes – me dijo con ese frío tono de voz que utilizó la primera vez que la viera.
    -¿Naraku?
    -Así es… fue él.

    Sentí una inmensa rabia e impotencia, de nuevo ese miserable lograba lastimarla, de nuevo y yo no había hecho nada. No era justo, simplemente no lo era.

    Mientras tanto, por el espeso bosque, guiada por su instinto y también por la presencia de la que no sé si ella consideraba su rival, ella caminaba, caminaba a paso lento, quizá no tenía prisa por llegar.

    -Inuyasha necesito ayuda… me estoy desvaneciendo - me dijo ahora con un tono de voz que resguardaba temor.
    -¿Qué puedo hacer por ti? ¿Cómo puedo ayudarte? – le dije sin pensarlo dos veces, yo la “amaba” y no podía permitir que muriese nuevamente por causa de aquél miserable.
    -¿Estarías dispuesto a sacrificar a Ahome?- sus palabras me helaron, ¿había escuchado bien? ¿De verdad Kikyou había dicho eso?

    Kikyou me miraba, temerosa, esperando una respuesta… y, sin yo saber, ella también estaba temerosa, escuchando tras un árbol, esperando la fatal respuesta, pues estaba segura. Ella sabía lo que yo respondería, y me duele decirlo, pero lo peor es que no se equivocó.

    Aunque no sabía qué responder, aunque algo dentro de mí me pedía a gritos guardara silencio, no pude verla así… temblando, casi muriendo, si no está mal el decirlo, porque ahora que lo pienso ella estaba muerta hacía más de cincuenta años, por lo menos en aquél entonces.

    Un beso fue mi primera respuesta… un beso que hizo la primera herida en el corazón de ella.

    Una vez me hube separado…

    -Kikyou… por ti sacrifico lo que sea - le dije y la abracé con toda la fuerza que me era posible, pues lo que menos quería era destruir su ya herido cuerpo.

    Kikyou reflejó en sus ojos ternura, y me regaló una sonrisa como nunca antes.

    Sin embargo un alma muy distinta a ella sufría la avasalladora llama de la tristeza y el llanto, mezclado con la misma llama de los celos. Era ella, ella que había escuchado mi respuesta y no se quedó a escuchar más… salió corriendo lejos de mí, lejos de ella, lejos… lo más lejos que podía.

    Esta vez no era por el beso del que fue testigo, era por mi respuesta, y es que fui un imbécil, ¿cómo pude decir que sí estaba dispuesto a sacrificarla por salvar a Kikyou?, de verdad que no pensé en ese momento. Mi respuesta fue “Por ti sacrifico lo que sea” seguramente la hice sentir como un objeto, como una cosa que no valía nada.

    -Yo sabía… yo sabía que no era verdad - me dijo entre lágrimas.

    No entendí a lo que se refería.

    -En la pelea que tuve con Naraku… él me dijo que tú ya no me querías, que me habías olvidado. Inuyasha tuve miedo de que eso fuese verdad - sentí mi cuerpo hervir, ¿acaso ella había jugado con el momento?
     
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 4
    .~*Bestia*~.

    No me cabía en la cabeza que eso fuera verdad…

    -¿Qué has dicho Kikyou?- le dije temiendo que así fuera.
    -Ahora sé que no es verdad, aun me amas…
    -¿Acaso desconfías del amor que te tengo? – le dije más que indignado.

    Me hervía la sangre al pensar que ella confiaba más en la palabra de ese imbécil que en la mía y que me había hecho elegir su vida ante la de Ahome sólo por dudar de mi cariño.

    Lo que yo no sabía era que después no sólo sería eso lo que me dolería, sino la gran herida que provoqué en el corazón de ella, y sobre todo, las sombras que lo embargaron convirtiéndola en una marioneta…

    -No es que dude de tu amor, no es que no te tenga confianza, es que tuve miedo, tuve miedo de que eso fuera real… - me dijo pero sus palabras no aplacaron lo que sentía.
    -¿Y es verdad? – le pregunté - ¿Es verdad que morirás si no recibes ayuda?
    -En eso no te mentí, sólo Ahome puede ayudarme, sólo ella puede evitar que muera, necesito de su poder, pero no la pondré en riesgo, la pregunta que te hice fue sólo porque deseaba saber.
    -Vamos entonces, Ahome y los demás están cerca, además sé que Ahome estará dispuesta a ayudarte.

    Pero qué equivocado estaba, qué estúpido al no sentirla, qué estúpido al no saber… fue más que obvia su razón para negarse, fue más que obvia su actitud cuando llegué con Kikyou en brazos hasta donde ellos se encontraban, y yo, ignorando lo que ella había visto y escuchado la traté tan mal… le hablé de una manera que no debí de hacerlo.

    Cuando llegué con el grupo, antes de llegar incluso, sentí el aroma a sal de las lágrimas de ella, no entendía por qué lloraba, en seguida fruncí el seño, pensé que era por que estaba molesta de que buscara a Kikyou, tonta y egoístamente comencé a pensar…

    “Ella tiene la culpa, yo no le pedí que se quedase, ella sabía el compromiso… la promesa que le hice a Kikyou y fue decisión suya el quedarse”

    Qué imbécil fui, pero qué imbécil.

    Cuando llegué con ellos, Sango me vio queriendo fulminarme con la mirada, Miroku en cambio me veía quizá con compasión, sabía la que me esperaba.

    -¿Por qué la has traído? – me preguntó Sango más que molesta.
    -No tengo por qué darte explicaciones – le dije con un tono despectivo y ya luego prácticamente la ignoré.
    -Eres un tonto Inuyasha ¡un tonto! – me reprochaba Shipo, sin embargo tampoco le presté atención.

    Senté a Kikyou bajo el árbol y me dirigí hacia Ahome, antes de que llegara con ella recibí por parte de Sango una bofetada.

    No sé por qué no fui capaz de entender en ese momento que ellos ya sabían lo que dije. No me pasó por la cabeza que Ahome lloraba porque me había escuchado y que al ser su pena tan grande había tenido que desahogarse con nuestros amigos…

    - ¡¿Pero qué te pasa?!- le grité eufórico.
    -No puedo creerlo, sabía que eras un tonto indeciso pero no sabía que fueras una bestia, porque es lo que eres, ¡una completa bestia! – no entendía lo que pasaba.
    -¿Me quieres explicar qué te pasa?
    -¡Basta! – el grito de Ahome calmó la situación.
    -Ahome necesito hablar contigo… - le dije seriamente.
    -No te atreverás a… - Miroku no dejó a Sango continuar, la tomó del brazo.
    -Ellos deberán arreglarse – le dijo serenamente.

    No entendía la mirada que Ahome me lanzaba… era una mirada que me desconcertaba, una mirada como la que recibía de todos aquellos humanos que me despreciaban por ser un hombre mitad bestia.
     
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    Ahome Dea

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 5
    .~*Egoísta*~.

    Me le acerqué haciendo caso omiso a las lágrimas en esa mirada llena de desprecio.

    - Ahome tengo que hablar contigo, necesito pedirte algo - le dije sin pensar, sin que por la mente me pasara lo que ella me diría.
    - Ya sé lo que me quieres pedir… – me dijo con la voz un poco quebrada por el llanto.
    - ¿En serio lo sabes? – le dije sorprendido, ignorando por completo que ella escuchó la primera petición.
    - Lo sé Inuyasha… pero no estoy dispuesta a ayudarte…

    No sé qué sentí cuando la escuché decirme esas palabras, volví el rostro hacia Kikyou quien ahora reflejaba un inmenso temor en su rostro. Ella tenía miedo a volver a morir…

    Sin pensar en lo que Ahome sentía en ese momento la tomé por los hombros y comencé a zarandearla.

    - ¡¡No puedes ser tan egoísta!! – le grité, y ella con los ojos llorosos me respondió.
    - ¿Yo soy egoísta? ¿Yo lo soy?
    - Claro que lo eres… No puedo creer que sólo porque te sientes celosa de ella estés dispuesta a dejarla morir. Eres una egoísta… ¡¿Acaso no te das cuenta de que sin tu ayuda Kikyou volverá a morir?!
    - ¡¡¿Y yo qué?!!

    Dijo en un ensordecedor grito que no comprendí.

    - No… no te entiendo.
    - ¡¡¡Cómo te atreves a pedirme que muera por ayudar a Kikyou!!! ¿Crees que me siento feliz al haber escuchado que estás dispuesto a sacrificarme para que ella siga viviendo? ¡¡¡Te odio Inuyasha!!! ¡¡¡ Te odio!!!

    Ahora lo entendía… Ahora comprendía las miradas de Sango, Shipo y Miroku, ahora entendía la mirada de Ahome.

    No entendí sino hasta este momento que ella me había escuchado, y traté de explicarle que era falso pero ella se soltó de mí, tomó su arco y sus flechas y salió corriendo en una dirección desconocida, intenté ir tras ella pero mis piernas no respondieron.

    La vi perderse en la penumbra del bosque.

    - Ahome… - susurré…
    - Inuyasha… - me habló temerosa Kikyou - ¿Qué va a pasar conmigo Inuyasha? – Kikyou hablaba temblorosa, estaba a punto de quebrarse a llorar como si de una niña pequeña se tratase.
    - Sabía que eras una mujer resentida con la vida, pero no creí que fueras capaz de pedir la vida de Ahome para vivir tú - le dijo Sango aun llorando.
    - Eres muy mala… - le reprochaba Shipo.
    - Ignoro sus motivos, pero la verdad es que nada la justifica – culminó Miroku.
    - Inuyasha… - me decía ella sin importarle los comentarios de los otros - Ahome no me ayudará.

    Después de esas últimas palabras de Kikyou, se escuchó resonar un golpe… Sango había surcado el rostro de ella con una bofetada. Reaccioné hasta este momento, me fui encima de Sango y la zarandeé igual que momentos antes a Ahome.

    - ¡¡¿Cómo te has atrevido a golpearla?!! ¡¡¿ No vez que está herida?!! – le grité apretando sus brazos con fuerza.
    - Me ha dolido más a mí que a esa mejilla hecha de barro… - dijo ella mirándola con repulsión.
    - Suéltala Inuyasha, Sango no tiene la culpa de lo que pasa.

    Las palabras de Miroku me volvieron a la realidad, solté a Sango, antes de ésta alejarse de mí también me abofeteó.

    - Lo de sacrificar a Ahome es una mentira… - dijo Kikyou rompiendo el incómodo silencio.
    - Ella lo escuchó perfectamente – le dijo Sango despectivamente.
    - Lo escuchó porque se lo pedí a Inuyasha, sin embargo no era verdad, lo que pasó es… que mentí por miedo, miedo a las palabras de Naraku que me dijeron que él ya no me amaba.

    Sango la miró desconcertada.
     
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 6
    .~*Estruendo*~.

    Kikyou bajó el rostro y continúo…

    - Ahome no escuchó toda la conversación, porque de haber sido así, sabría que ese era mi temor, además de que también sabría que sí es verdad que sólo ella puede ayudarme a no morir.
    - ¿Lo dijiste por miedo? – preguntó Sango sin creérsela - Cómo puedes tú sentir miedo de eso si Inuyasha no hace más que pensar en ti, no se preocupa por Ahome, a ella siempre la hace a un lado, ese miedo debería sentirlo Ahome no tú.

    Le dijo haciendo que Kikyou abriera sus ojos lo más que podía, y la verdad, las palabras de Sango me llegaron muy profundo, era verdad. Me olvidaba de Ahome cuando Kikyou estaba cerca, Ahome dejaba de existir para mí cuando escuchaba la voz de Kikyou.

    - Yo… - Kikyou no podía decir nada.
    - Ahome escuchó lo que dijo Kikyou… escuchó lo que respondí… - dije tratando todavía de entender lo que pasaba.
    - La señorita Ahome te siguió, no se quedó tranquila con lo que le dijiste y decidió ir a buscarte - me dijo Miroku muy serio.
    - Y luego regresó llorando mucho, nos asustamos - dijo el pequeño Shipo mientras observaba el camino por donde Ahome se había marchado.
    - Ella nos dijo lo que escuchó, y no podíamos creerlo, sin embargo cuando te vimos llegar con Kikyou en brazos confirmaste lo que Ahome nos había dicho - terminó Sango.

    Yo no terminaba de asimilar la situación. Estaba tan confundido que en vez de pensar en ir tras Ahome me fui encima de Miroku y comencé a golpearlo.

    - ¿Qué te pasa? – me dijo sobándose el rostro.
    - ¡¡Fue tu culpa!! – le grité - ¡¡ella me siguió por tu culpa!! ¡¡Si no me hubieras preguntado a donde iba ella no habría sospechado nada!!

    Ante mis infantiles palabras Miroku no dudó en regresarme el golpe.

    - ¡¡Eres un idiota Inuyasha!!
    - Miserable…
    - Ahome ya sabía a donde ibas, no necesité levantar sospechas.
    - Ahome… - murmuré…

    En eso un estruendo en el bosque llamó la atención de todos, pero lo que más nos aterrorizó fue escuchar el grito de Ahome.

    Ninguno podía articular palabra, todos, absolutamente todos nos quedamos con la boca abierta. Veíamos como los árboles ardían, el bosque, o bueno, la parte del bosque por donde vimos a Ahome huir, estaba en llamas.

    - Ahome… - susurró Sango mientras de sus ojos resbalaban múltiples lágrimas.
    - No… - fue todo lo que pudo articular Shipo antes de perder el conocimiento.
    - No. Ahome tiene que estar bien, debe de estar bien… - dije temblando.
    - Señorita Kikyou… cuide por favor de Shipo y espérenos en este lugar - dijo Miroku mientras ponía en los brazos de Kikyou a Shipo – vamos, tenemos que ir a buscar a Ahome.

    No dimos tiempo a Kikyou de opinar, las llamas avanzaban rápido y el bosque se consumía.

    El fuego ardía implacable, no tenía compasión de las criaturas que habitaban en los alrededores, ver esa escena era asomarse al infierno.

    Los árboles se consumían y en sus ramas habían aves que estaban acurrucadas en sus nidos tratando de proteger a sus polluelos, pero tanto ellas como los polluelos ardían.

    Se veían pasar las ardillas quemándose y otros animalitos que tenían sus hogares en el bosque.

    No me cabía en la cabeza cómo había empezado todo, ¿por qué ese enorme incendio?, no pudo provocarse por sí solo, y sólo había alguien capaz de hacer semejante atrocidad, pero si mis sospechas eran certeras, Ahome estaba en peligro, en un grave peligro…

     
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 7
    .~*Llamas*~.

    Pasamos todos sorteando las llamas, buscando en todas partes a Ahome, o su cuerpo, pero era inútil. Ella no estaba por ningún lado, lo que sí, vimos algo que ninguno se esperaba.

    - Inuyasha… ese es… - decía incrédula Sango - el cadáver de Hakudoshi.
    - También allá están los cadáveres de Kagura y Kanna… - Miroku no se la creía…
    - No sólo ellos, está también el de Akago… - confirmé.

    Todos los sirvientes de Naraku estaban muertos.

    - ¡Ayúdenme!

    Escuchamos una débil voz pidiendo ayuda, al escuchar esa voz me volvió el alma al cuerpo. Era la voz de Ahome… estaba viva, ahora sólo debía encontrarla.

    Yo no lo sabía, pero su vida pendía de una raíz. Ella estaba colgada de una raíz en la orilla de un precipicio, a la orilla de un abismo muy profundo.

    - ¡¡Ahome!! ¡¡amiga!! ¿En donde estás? – gritaba Sango.
    - Ayúdenme… - se escuchaba cada vez menos aguda su voz.
    - Debe estar cerca… - dijo Miroku.
    - Maldición en donde estás… - susurraba impotente.

    Lo ignoraba, pero tras unas enormes llamas que estaban a unos cuantos pasos de mí, se encontraba ese precipicio, se encontraba ella… ella esperando que la ayudara.

    Casi había llegado cuando escuché la voz de ese miserable, pero su voz dijo algo que me llenó de miedo.

    - Al fin apareces Kikyou, acabaré contigo de una vez.
    - Na… Naraku… - dijo su voz temblorosa.
    - ¡¡Maldición!! Kikyou no debiste haber venido – grité.

    Di media vuelta, Kikyou estaba de pie algo lejos de nosotros y con Shipo en sus brazos, aun éste inconsciente.

    Corrí hacia Kikyou para protegerla, no sin antes escuchar otra vez el susurro de la voz de Ahome, diciendo unas palabras, palabras que desde entonces no han dejado de atormentarme:

    - No me dejes por favor… sálvame Inuyasha…

    Llegué hasta Kikyou y le puse la parte superior de mi traje para protegerla del fuego, los demás llegaron hasta nosotros, Sango y Miroku también estaban preocupados por Kikyou.

    - Lo vez Ahome… a nadie le importas, todos te han cambiado por Kikyou…
    - ¿Qué dijiste Naraku? – dije entre dientes.

    Una ventisca se hizo presente apagando la pared de fuego que no me había permitido ver a Ahome.

    Lo que yo no sabía era que esa ventisca nos dejaría inmóviles, y no pudimos hacer nada, no pudimos hacer nada para impedir su muerte…

     
  9.  
    Ahome Dea

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 8
    .~*Desesperación*~.

    La ventisca terminó, pudimos todos ver entonces a Ahome casi desnuda, con casi toda la ropa calcinada y con múltiples quemaduras en el cuerpo. Estaba ahí, aferrada a esa raíz que era la que prácticamente la mantenía con vida.

    -Ahome… - susurré para mis adentros, no me podía mover, estaba paralizado por el viento que Naraku arrojó hacia nosotros. Todos estaban igual.

    Ella me veía con rencor, lo recuerdo perfectamente, sus ojos estaban enmarcados por sus cejas en posición diagonal, un poco sesgados por la fuerza que hacía al sostenerse, pero en su mirada… estaba el reclamo, en su mirada, estaban sus lágrimas.

    -¿Vez cómo tengo razón Ahome?… a nadie le importas, ¿para qué te aferras a una vida que a nadie le importa? - le decía Naraku.
    -Yo… - era lo único que ella podía decir.
    -Todos ven que estás a punto de caer al vacío, pero nadie, hace nada por ayudarte…

    Ese maldito se aprovechaba, ese era su plan, ninguno podía moverse, nadie podía decir nada, no podían desmentir sus malditas palabras.

    -No quiero morir… - dijo ella al momento que su mirada de repulsión hacia nosotros se convertía en desesperación, temor y tristeza - ¡¡No quiero morir!!
    -Eres una tonta… ya te he dicho que no les importas.
    -Pero… pero… tengo miedo, no quiero morir… ¡¡Sango!! ¡¡Miroku!! ¡¡¡Ayúdenme!!!!
    -Jajajaja…- Naraku se burlaba de su dolor.

    Pude sentir claramente la desesperación de nuestros amigos por ayudarla, pero no podían moverse, ni decir nada, sólo permanecíamos de pie mirándola.

    Después de eso vino lo más doloroso.

    -Suéltate ya. Como has podido ver nadie te ayudará. A nadie le importas.
    -No puedo soltarme… tengo miedo, tengo miedo… ¡¡tengo miedo!!
    -Si tienes miedo, yo te ayudaré… - Naraku formó un disco de energía, atiné a saber que lo lanzaría hacia la raíz de donde Ahome se sostenía.
    -No Naraku, no te atrevas… - pensé al ver su maquiavélica sonrisa.
    -¡¡Inuyasha!!

    El grito de ella dirigido hacia mí me desconcertó. Volví a mirarla.

    -Inuyasha, ayúdame por favor. Yo te amo, no me dejes morir, por favor Inuyasha; sé que tú no sientes nada por mí, sé que ni siquiera te importa mi vida. Pero por favor Inuyasha… ayúdame. No quiero morir, quiero volver a ver a mi mamá, a Souta, a mi abuelo… por favor Inuyasha, sálvame… por favor…

    Comenzaba a comprender, al oírla decir esas palabras se vinieron a mi mente múltiples recuerdos. Recordé todas las aventuras que viví con ella, recordé su risa, sus gritos, su voz, sus caricias, su ternura para conmigo, su buena voluntad para con las personas.

    “Ahome tonta… ¿cómo te atreves a decir que no siento nada por ti? Tú eres mi vida Ahome tonta”

    Eso era todo… pensé en ese instante todas esas cosas y en ese momento me di cuenta de que la amaba. En ese momento descubrí que la amaba con todas las fuerzas de mi ser. Yo sabía que era especial para mí, pero no fue hasta éste momento que supe la razón… no fue hasta éste momento que me di cuenta del amor que sentía hacia ella, sin embargo, no se lo pude decir.

    -¿Ya te has dado cuenta? Aunque te humilles diciéndole todas esas cosas él no tiene la intención de salvarte, ¿o es que ya olvidaste que está dispuesto a sacrificarte por Kikyou?
    -No… - dijo ella quedito al recordar ese momento.
    -Si Inuyasha te salvara ahora… sería sólo para salvar a Kikyou, porque aun no la has ayudado.
    -No es cierto… - dijo ella y noté claramente como su fuerza al aferrarse de la raíz disminuyó.




    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.

    Este fic ya está terminado, por eso tantos capítulos. Puse uno por día que no puse. Lo que escribiré a partir de ahora será un poco diferente, ya lo verán después.

     
  10.  
    Hate

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Isis, omg... Ya te había dicho que escribes como un ángel, perfecto, nunca te he encontrado un error, eres la persona que me anima a escribir y a superarme en el tema, pero asdf, aquí no puedo decir todo lo que quiero porqué seria spam, y no quiero multa...

    Hermanota, lo siento mucho, muchisimo, más que todo por no estar contigo... u_u
    Ya te había dicho que tu fic esta super, tienes una creatividad que no cabe en una cabeza... Seguro tu estomago piensa ;)

    Te quiero, espero que sigas pronto, pues esto sí vale la pena y nadie comenta.
     
  11.  
    Maho

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Ahome, no sé yo veo un poco innecesarios tantos capítulos si puedes unirlos en uno sólo. Los capítulos están muy cortos de verdad. Y la letra muy grande y eso no 'motiva' mucho a leer. La ortografía está bastante bien y te felicito :3
     
  12.  
    Daffy Duck

    Daffy Duck Usuario popular

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Me gusto. Fue realmente triste la situación que vivía Kagome. La manera en que expresabas el arrepentimiento de Inuyasha me sorprendió, además supiste capturar la manera de ser de cada personaje.

    Pude encontrar algunos pequeños errores de dedo, pero son detalles mínimos.

    Espero lo continues. (:
     
  13.  
    Ahome Dea

    Ahome Dea Usuario común

    Piscis
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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Gracias por sus posts, y sugerencias.

    Hermanita como siempre gracias por tu apoyo. Y si no estás conmigo sé que es porque no es posible, de estar en tus manos habrías venido a hacer presente ese apoyo que siempre me has dado.

    Adri, gracias por tu comentario, la razón de que pusiera tantos posts es que quería separar cada capítulo, no sé, sólo para que no se viera amontonado, y descuida, a partir del capítulo 11 son más largos. Lo de la letra creo que es porque no veo bien n . n tantas horas de computadora han desgastado mi vista.

    Medelaine, mil gracias, me alegro de que mi manera de escribir sea de tu agrado, en cuanto a los errores pues creo que es por lo mismo de que no veo tan bien como antes n . n


    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.





    Capítulo 9
    .~*Muerte*~.




    “No te sueltes Ahome… por piedad no lo hagas, no te dejes morir.”

    Pensaba con desesperación.

    -Eso es, muy bien… Ahora sólo tienes que soltarte del todo. Muere ya Ahome, ¡¡¡déjate morir!!!
    -Es verdad… - dijo ella, cosa que me sacó de sí y me llenó de miedo - No les importo. A ellos les da lo mismo que yo muera… ¿para qué luchar por la vida si mis amigos ignoran mi dolor, si mis amigos están viendo pacientes cómo poco a poco se aleja mi vida? – vi horrorizado cómo Ahome se soltó de una mano. Ahora ya sólo se sostenía con una - Es mejor morir…
    -¿Qué esperas entonces?

    Ahome comenzaba a soltarse de la otra mano, yo quería gritarle que no lo hiciera, que se detuviera. Todos creo yo estaban muertos de miedo al ver cómo ella ya no luchaba por aferrarse a la vida.

    -No puedo morir aquí - dijo ella haciendo que mi miedo se apaciguara por un momento - No puedo morir… me queda mi familia, ellos no me abandonarán ¡No moriré! – dijo con una sonrisa en los labios.
    -Mocosa insolente… - dijo Naraku entre dientes.

    Ahome trataba ya de volver a tomarse con las dos manos de la raíz, pero Naraku, al ver que ella no había accedido a suicidarse, a arrancarse ella misma la vida… lanzó ese disco de energía hacia la raíz.

    Grité su nombre en mis adentros, vi la raíz cortarse, vi a Ahome caer lentamente al vacío, y lo peor… la escuché decir, gritar…

    -¡¡Te odio Inuyasha!! ¡¡Maldito y mil veces maldito seas Inuyasha!!

    En ese momento pude liberarme del conjuro de Naraku. Era ya tarde, Ahome casi tocaba el fondo, corrí rápidamente hacia la orilla, y sólo lo hice para presenciar el momento en que las estalagmitas del fondo del abismo atravesaron su cuerpo.

    -¡¡¡Ahome!!!

    Maldije la luz de la luna por haberme permitido ver ese momento.

    La vi morir, vi cómo las garras de la muerte la arrancaron de la vida a la que tanto se había aferrado.

    Ya todos podían moverse. Sango se dejó caer de rodillas al suelo, llorando en silencio. Miroku se sentía tan impotente que ni siquiera se movió, permaneció largo tiempo en la misma posición que estuviera cuando Ahome les pedía ayuda.

    Incluso Kikyou lloraba. Lloraba de rabia por haber presenciado la muerte de ella, y por haber escuchado todo lo que Naraku le dijo antes de ella morir… No, antes de él matarla.

     
  14.  
    Ahome Dea

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Traigo dos capítulos más...

    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.




    Capítulo 10
    .~*Furia*~.



    Estaba por bajar por su cuerpo, pero escuché la maligna risa de Naraku…

    - Eres un maldito - le dijo Kikyou furiosa - Ni siquiera la manera en que me mataste a mí fue tan cruel como la has matado a ella.
    - Tú eres la que menos derecho tiene de reclamar, puesto que has sido tú la principal culpable - le respondió el engendro maldito.
    - ¿Qué quieres decir? – preguntó Miroku.
    - Lo que ustedes oyeron antes de que ella muriera no fue nada, ya que pasaron muchas cosas antes de que ocurriera la explosión que provocó el incendio.
    - No entiendo… ¡¡explícate maldito!! – gritó Sango.
    - No explicará nada, lo mataré aquí mismo… - dije desenvainando a colmillo de acero.
    - Violencia… violencia… por qué tienen que recurrir a la violencia - mientras decía esto nos lanzaba de nuevo ese viento que nos paralizaba - observen todo.

    Frente a nosotros apareció una especie de holograma… en aquél momento yo no tenía ni la más remota idea de qué era un “holograma” sólo veía esas imágenes que no se tocaban, esas imágenes que de no ser por sentirlas vivas habría imaginado eran ilusiones.

    Hoy sé lo que era, y puedo explicarlo de esta manera.

    Se veía a Ahome llorando, tirada de rodillas en un claro del bosque.

    - Maldito Inuyasha… maldito… cómo te atreviste a… cómo… - decía entre lágrimas.
    - ¿Tú no sabes hacer nada más que llorar verdad? - le dijo Hakudoshi quien apareció ahí de momento, junto con Kanna, Kagura, Akago y Naraku.
    - Qué… qué quieren de mí... - dijo aun llorosa, pero no asustada.
    - Nadie quiere nada de ti - le dijo Naraku - No, corrección, Inuyasha sí quiere algo de ti, quiere tu vida… quiere tu vida para darle vida a Kikyou.

    Ahome no le decía nada, sólo lo veía con furia. Kagura también veía enojada a Naraku, Akago veía a Ahome con lástima y Kanna no decía nada ni hacía el menor movimiento.

    - No estoy de humor para aguantarlos - dijo ella poniéndose de pie y disponiéndose a marcharse.
    - A donde tan aprisa - susurró Naraku interponiéndose en su camino - si vas allá Inuyasha te matará para hacer que Kikyou no muera.
    - ¡¡Ya me tienes harta!! – le gritó asestándole un puñetazo en la cara.

    Los ojos de Naraku se llenaron de furia, sin embargo una sonrisa irónica se dibujó en su repugnante rostro.

    - Eres muy agresiva, por eso ése hanyou nunca te ha querido, porque no eres femenina y frágil como Kikyou.
    - ¿Femenina? ¿Frágil? Yo no soy una mujer aun, soy una niña. No tengo más que quince años, ¿por qué habría de comportarme como una mujer? – le dijo ella mientras de sus ojos resbalaban unas lágrimas - y frágil… ¡¡frágil?! ¡¡Ella es frágil porque está hecha de barro!!

    No podía creer que Ahome se hubiese expresado así de Kikyou, aunque tenía razón, ella no era más que una niña.

    - Pero qué tierno carácter tienes escondido he… eres idéntica a Kikyou, ella fingía ser dura pero en realidad era muy tierna. Aunque viéndolo bien no, tú finges ser tierna, pero en realidad estás amargada.
    - ¡¡Ya cállate!!
    - Tranquila, algo me dice que si sigues así todos algún día te cambiarán por Kikyou.
    - No lo harán.
    - ¿No? ¿por qué? ¿porque se está muriendo?
    - ¿?
    - Te alegra que ella esté a punto de morir.
    - No… no me alegra.
    - Parece que sí.
    - No… no podría alegrarme que ella muera. Ella no tiene la culpa de que yo ame a Inuyasha, no tiene la culpa de que él… - Ahome guardó silencio.
    - ¿Era mentira lo que dirías verdad? Ella sí es culpable de que él no te ame.
    - Pero no por eso me alegrará que muera.
    - Mentirosa.
    - ¡¡Ya cállate!! ¡Ya me tienes harta! ¡¡todo es tu culpa!! Si tú no hubieras matado a Kikyou… no, ¡¡si tú no te hubieras interpuesto en su amor!!... ¡ellos habrían sido felices!, y yo, ¡¡yo no estaría aquí!! ¡¡Todo es culpa tuya!! Por eso… ¡¡por eso acabaré contigo ya mismo!!

    En las imágenes que Naraku nos mostraba, él pareció tener miedo ante las palabras de Ahome, ella tomó cuatro flechas y las puso en posición para disparar en su arco.

    - ¿Cuatro flechas? No podrás. Ni siquiera tienes buena puntería con una sola. No eres como Kikyou. Ella era la maestra del arco, tú en cambio eres una mala copia de lo que fue Kikyou…
    - Ya deja de compararme con Kikyou a cada segundo - un aura negra se encendía sobre Ahome - Yo no soy Kikyou… ¡ni quiero ser nunca como ella! mi nombre es Ahome ¡¡Ahome Higurashi!!

    Al gritar su propio nombre lanzó las cuatro flechas, e inexplicablemente comenzaron a moverse en distintas direcciones… la primera se fue hacia la frente de Kagura, quien al sentir su muerte tan cerca le brindó a Ahome una sonrisa de agradecimiento, al fin sería libre. La segunda flecha se dirigió hacia el espejo de Kanna, la tercera hacia el corazón de Akago y la cuarta hacia el corazón de Hakudoshi.

    Los cuatro murieron.

    - Maldita niñata… - Naraku había perdido poder al perder a sus extensiones - No has atacado con energía pura - decía incrédulo.
    - Yo ya no soy pura Naraku. Y ahora, prepárate a morir.
    - Eso nunca, ¡¡Mala copia de Kikyou!!
    - ¡¡No me llames así!!

    Ahome no se percató de que Naraku había formado una enorme esfera de energía.

    - Muere…

    Y la lanzó contra ella provocando un estruendo y un grito por parte de ella, así es como comenzó el incendio. La esfera golpeó a Ahome y sus ropas comenzaron a arder, ella rodó en el suelo para apagar el fuego, trataba de huir pero Naraku lanzó una nueva esfera de energía que la hizo salir disparada hacia el precipicio, ella como pudo alcanzó a agarrarse de esa raíz.

    - Y de aquí en adelante ya saben lo que pasó… - nos dijo Naraku haciendo que desapareciese el holograma.

    Todos estaban sin habla. La Ahome de esas imágenes era muy distinta a la que nosotros conocíamos, pero era ella, de eso estábamos seguros…
     
  15.  
    Ahome Dea

    Ahome Dea Usuario común

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    Re: .~*Aún recuerdo su sonrisa*~.

    Capítulo 11
    .~*Tristeza*~.



    Habíamos perdido la noción de la realidad, habíamos olvidado que segundos antes Ahome acababa de morir, y lo recordamos… de la peor manera.

    - Inuyasha… no debiste perder el tiempo - me dijo Naraku haciendo que volviera a la realidad.
    - ¿Qué dijiste maldito?
    - Hay animales carroñeros allá abajo que esperaban impacientes algo de carne muerta para alimentarse.

    Cuando dijo eso mis ojos se abrieron enormes, corrí hacia la orilla del precipicio y vi a algunos lobos lamiendo las estalagmitas que estaban manchadas de sangre, pero no había rastro de… el cuerpo de Ahome.

    Cuando volví el rostro, Naraku ya se había ido.

    Ninguno podía creérsela todavía. Nos quedamos en ese lugar hasta que los primeros rayos del amanecer llegaron a nosotros y poco a poco fueron alumbrando el desértico bosque, o mejor dicho… lo que había sido bosque.

    Los troncos de los árboles aun humeaban, y por doquier había animales calcinados.

    El olor de la muerte atormentaba a mi olfato.

    Me puse de pie y bajé dando saltos hasta el fondo de ese abismo, era sumamente estrecho, al bajar me puncé un pie con una estalagmita, sentí dolor. Entonces recordé el momento en que las estalagmitas atravesaron el cuerpo de Ahome, sufrí al pensar en el dolor que debió sentir ella en ese instante.

    Llegué hasta donde había sido… estaban ahí, las estalagmitas manchadas de sangre. Toqué la sangre, aun estaba tibia, observé todo el lugar pero no quedaba rastro de su cuerpo. Tal como había dicho ése maldito, lo más seguro era que los animales hubiesen desgarrado su cuerpo para alimentarse.

    Subí con los muchachos, todos estaban con los ojos llorosos, no podían parar de llorar, en cambio los míos… sólo podían arderme, no podía llorar más. Yo… el gran orgulloso guerrero, no dejé de llorar en toda la noche, se acabaron mis lágrimas y aun no se apaciguaba el dolor.

    Fue difícil decirle a Shipo cuando despertó que Ahome había muerto. Lo vimos sufrir tanto… dejamos que él pensara que Ahome murió cuando ocurrió esa explosión, nadie tuvo el coraje de decirle que la vimos morir.

    Nuestros días se tornaron oscuros, en todos lados veíamos la sonrisa de Ahome… escuchábamos el canto de su voz, la veíamos correr a ayudar a alguien, en todos lados siempre estaba Ahome.

    Kikyou después de todo no murió, Kaede se encargó de curar sus heridas, aunque le resultó difícil cerrarlas, utilizó tierra de su tumba para hacerlo, pero aun así estaba demasiado débil, pues pese a Kaede ser sacerdotisa, no era tan fuerte como Kikyou y no pudo darle la energía que ella necesitaba, la energía que sólo Ahome pudo brindarle.

    Tuvimos pues que emprender un viaje en busca de una poderosa sacerdotisa a una región sumamente fría. Debíamos encontrarla para que Kikyou no muriese.

    Y no… no era sólo yo el que quería ayudarla, Miroku y Sango también. Shipo no estaba muy convencido, pues él creía que ella era la principal culpable de la muerte de Ahome, no la aceptaba del todo, aun así, aceptó venir con nosotros. Creo que Miroku y Sango veían en Kikyou a Ahome.

    Y yo… yo no era ya nada. Desde que vi morir a Ahome no volví a sonreír, no volví a hablar con nadie. Sólo hablaba lo necesario, y respondía una que otra pregunta, pero siempre permanecía callado… siempre recordando a Ahome.

    Me maldecía a mí mismo, hasta ese momento me di cuenta de que ella lo era todo para mí, de que ella era la causante de mi alegría, de mi paz… ahora no era más que una sombra.

    Kikyou iba con nosotros, pero yo no me sentía feliz, es más, casi ni volteaba a verla. No podía verla porque en su rostro la veía a ella. En un principio… yo no aceptaba a Ahome, y no la quería ver, no quería hablar con ella porque me recordaba a Kikyou… a esa Kikyou que había amado y que había traicionado mis sentimientos. Ahora era todo lo contrario, no podía ver a Kikyou, porque en sus ojos veía los ojos de Ahome, veía su rostro entristecido por abandonarla.

    Ahome… Ahome… yo no podía vivir sin Ahome.



     

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