Crossover 7Days! [Día 3]

Steven

Una latade refresco... Rota.

Esto no me hidratarme por completo, hubiera preferido encontrar agua, sin embargo, es de ayuda. Tal vez ya no encuentre nada más entre está basura tirada en la arena, así que opté por seguír mi camino sin deja de observar mi entorno, pensando una vez más en mi misión. Debo ayudar a alguien más y solo entonces volveré de dónde sea que haya venido, debo darme prisa.

 

Sean Reece

Sin duda, no era lo que estaba esperando pero, tener algo como eso para un futuro sentía que podía ser de utilidad, en especial si tenía que ir moviéndose por allí haciendo algo divertido que lo requiriera. —Si había algo dentro de esa bonita pila de heno... quizás debajo de donde estoy... pudiera haber algo interesante también, ¿No, Ron?

Y allí iba de nuevo a hablar al aire, como si fuese un dejavú y Charon realmente lo estuviera escuchando.

-Cuerda

 

Clevert

Temia en demasía el hecho de no encontrar el objeto necesario para mi tarea ¿habra estado bajo una de esas bancas? Quien sabe ahora, tendria que apostar por hacerme con algo util en otro lugar.

Marche entonces incursionando en las penumbras de lo desconocido a medida que me alejaba la noche devoraba la claridad en mi sendero, aunque en el fondo sabia que la ruta no precise un laberinto.

—Veo algo de esa luz—Observe colocando mis manos a modo de divisar aquel portico, aun estaba algo lejos pero aun asi mis pasos continuaban sin más perturbación a paso seguro.

 

Steven

1/3 Post Cerro

Al avanzar, pude distinguir tres locaciones de mi posición. La primera eran montañas al norte, una posición elevada de un cerro al noreste y la última era una especie de edificación al sur, la más lejana.

Las montañas eran las más cercanas, sin embargo, no sé que obtendría llendo allí. El cerro, un poco más lejano, podría ser una posición ventajosa para reconocer el entorno y por último estaba la granja a penas distinguible desde donde estoy. Opté por dirigirme hacia el cerro.

 

Clevert

Pasos más y pasos menos, retrocedi unos pasos para asegurar mi espalda, una brisa helada me obligó a cruzar mis brazos y resguardarlos en las mangas de mi abrigo, me distraje un momento con un pequeño suspiro.

—Esto es un congelador.


Podria ser peor pero para mi la temperatura ya es un dolor de trasero. Fue entonces que lo vi...ya solo faltaban pocos pasos y vi aquel extraño portal de estilo singular y mejor aun la luz poco a poco ganaba terreno.
¿Que aguardaria esta extraña zona?
—mmm será otro jugador a mi parecer— afirme pues Charon asi lo dijo alguien más busca regresar a la vida.

 

Al desdoblar la tela dos objetos cayeron sobre el sofa, uno de ellos produciendo un sonido metálico similar al de unas llaves. El otro tenía una forma rectangular, y por su textura y su olor... parecía hecho de cuero.

¿Serían las pertenencias de quien vivía en aquella casa, si es que alguien lo hacía?

Al rebuscar entre la pila de heno que formaba su cama, tapada con una sábana para darle un mínimo de comodidad, no pareció encontrar gran cosa. Paja, paja y más paja. Hundió sus manos con más fuerza, hasta que la palma de una de ellas pareció encontrarse con un objeto punzante que la rajó superficialmente. Parecía que había restos de un rastrillo ahí dentro... probablemente con el que le habían dado forma a la pila de heno.

Y ahora tenía una herida que sangraba ligeramente, genial.

Contenido oculto

Sep, los estados alterados no podían faltar. Acumular tres heridas supone la creación de una hemorragia, de la que ya hablaremos más tarde. Pueden ser tratadas tanto con objetos como con tiradas de improvisación (vease, usar agua para limpiar la herida y trozos de una tela para taparla, cosas así).

[/spoiler]

Al acercarse, Bianca se percató de que el monumento se trataba de un Butsudan, un pequeño altar con forma de armario de madera, con sus puertas abiertas mostrando varias figuras apiladas en diferentes escaños. En la parte superior se encontraba una representación a escala ciertamente caricaturesca de Charon, mientras que en la parte inferior, colocados en linea recta, siete figuras se encontraban frente a ella.

U-Un momento... ¿Había una que se parecía a Bianca?

Por otro lado, pudo notar cómo varias velas apagadas decoraban el pequeño altar, flores a ambos lados, así como un cuenco con varias piezas de fruta.

La puerta de madera se quejó al ser movida ligeramente, rompiendo el silencio en aquel instante. Tanteando la pared con cuidado pronto llegó a las escaleras de madera, que parecían conducirla a la primera planta de la casa.

Mientras bajaba con cuidado, pudo escuchar un sonido metálico provenir no muy lejos de ella, hacia su izquierda. Podía optar por seguir el origen del ruido o caminar en la dirección contraria, en busca de luz o de alguna salida.

 

Sean Reece

—Maldita sea...—gruñó, llevando de forma instintiva a su boca la palma de su mano con el ceño fruncido —, quería encontrar algo pero que pasara eso es una completa estupidez...¿quién deja allí algo? —Bufó rompiendo parte de la tela fina que había en la improvisada cama, en esperanza de cubrirse aquella área herida antes de levantarse con cuidado para poder abandonar aquella habitación.

Ya se había hartado.

 

Pero cuando Sean se levantó con intención de salir de aquel lugar, palpando la pared... Se dio cuenta de algo extraño: allí no había puertas. No, después de dar varias vueltas al espacio, que era realmente más estrecho de lo que pensaba, se percató de que no había salida posible. Entonces... ¿cómo había entrado ahí? ¿Cómo podría salir?

Al permanecer en silencio pudo percibir el silbido del viento con bastante claridad para no tener puerta alguna. Eso le llevó a admirar el techo... y allí, de hecho, se podía ver con cierta dificultad una ventana, a unos dos metros de su posición. Parecía tener una de las partes cerrada, pero el cristal estaba roto.

Podía continuar investigando el lugar, o si, en el caso de saber cómo salir de allí, realizar una improvisación.

Contenido oculto

Si improvisas y lanzas dado de 10 caras, saliendo más de 6, obtendrás una bonificación. Si fallas... weno, habrá que verlo

 

Clevert


La luz finalmente le permitio apreciar el lugar con mayor detalle mas que todo, de aquel portal, el aire de aquella zona incluso en la lejanía transmitia un aire solemne.

—¿Donde estara?—pregunte mirando de un lado a otro, sabia que no venia a pasear, camine acelerando el paso ya incursionando en la zona...esperando algun peligro a la vuelta de la esquina.


—¿Hola?¿Alguien por aqui? —pregunte al aire, sabia por el mirador que alguien más polulaba la zona y no queria algun susto por parte de nadie.

 

Sean Reece

Poco a poco pareció desesperarse un poco más mientras iba palpando la pared. No había ninguna puerta, estaba prácticamente encerrado y no podía no pensar que su querido amigo Ron le había dado parecido super gracioso hacerlo pasar por rapunzel. Que vamos, la princesa en cuestión estaba seguro que no le llegaba los talones, pero tampoco quería ser protagonista de una historia donde lo encerraban en una torre.

—Si no ibas a mandarme a una persona despampanante para sacarme de aquí, Ron, tan siquiera hubieras puesto una maldita puerta... —Chasqueó la lengua bastante inconforme, siendo su salida el techo... Y teniendo una cuerda, paja para amortiguar todo... Podía improvisar, ¿verdad?

—... Esta clase de cosas no lo debería hacer yo, ¿que soy? ¿Un scout? Solo por tener ese maldito ojo rojo no voy a enojarme contigo, Ron.

Sí. Algo dentro de él le decía que había posibilidades que ese ser sobrenatural lo escuchara.

-Cuerda

Contenido oculto: Sean

 

Morgan al palpar la mesa con las prisas notó demasiado tarde la existencia de un jarrón de cerámica, viejo y polvoriento, que cayó al suelo hasta estallarse en mil pedazos. También se encontraba un periódico doblado, igual de polvoriento arrugado sobre la mesa, algo alejado de ella.

Katrina, sin embargo, escuchó el jarrón impactarse, a pocos metros de ella, y con la poca iluminación de las ventanas de la casa percibió la sombra de alguien más.

¿Sería... buena idea interactuar? ¿Podrían juntas lograr buscar algo de luz?

Así, Sean ató una buena parte de la cuerda hasta hacerle un nudo considerable, y comenzó a lanzarla hacia la ventana, allí donde se encontraba el agujero en la ventana. Tras varios intentos infructuosos y desesperantes el nudo logró encajarse en el agujero, entre varias estacas de madera, y al tirar de él varias veces, Sean se aseguró de que era lo suficientemente estable como para soportar su peso hasta llegar a la ventana.

Su suerte y su habilidad fueron suficientes como para alcanzar la ventana y saltar los dos metros que le separaban del exterior, llevando consigo la cuerda en todo momento. Ahora que era libre, los gemidos se hicieron más y más fuertes... Pero tenía todo un territorio nuevo para explorar.

¡Rapunsean logró escapar del castillo él solo! (?)

 

Sean Reece

Cada intento fallido era una maldición lanzada hasta que finalmente lo consiguió, la cuerda ya había logrado encontrar su lugar y, despidiéndose de su querida torre donde su madrastra (no malvada, le caía bien a fin de cuentas) Ron le habría encerrado, finalmente era libre.

—A ella le costó 18 años bajar, supongo que ganó yo esta vez, princesa —Rio, alzando su dedo anular hacia la torre con una sonrisa socarrona en su rostro. Pero, aquel gemido parecía que no querían dejarlo solo, cosa que le hacía comprobar que no sólo era de la torre en cuestión —, eres un jodido ruido interior y aunque te oyera, y es que no, no hay mas que hablar, adiós. Pierdete en la torre.

Y así, volvió su camino a lo que parecía ser una escuela. Analizando en el camino que aquello último... Parecía incluso la letra de una canción, curioso.

Se acercó a la cerca, preparado para saltarla hasta que vio unas sombras a lo lejos, frunció el ceño, dando unos pasos lentos para tratar de distinguir, sin alejarse mucho de la valla en cuestión.

 

Steven

2/3 Post Cerro

Trepar por un muro rocoso me resultó extrañamente familiar, como si lo hubiera hecho antes de llegar aquí. A pasear de una gran colina se asomaba por detrás del cerro prometiendo un viaje más fácil, hubiera sido mucho más tardado, al fin de cuentas, ya me encuentró arriba. Solo había que seguir subiendo hasta llegar al tope del cerro.