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Tema en 'Arcadia' iniciado por Kaito, 23 Marzo 2020.

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    Kaito

    Kaito Usuario popular

    Aries
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    Una estudiante más se materializó en ese lugar.

    Shiori Kurosawa apareció detrás de los otros ocho, sosteniendo su reloj dorado... en posiblemente el peor momento. No sólo era el lugar oscuro y tenebroso, sino que sus ojos inmediatamente captaron el origen del horror de los otros ocho estudiantes. Aquel monstruo...

    ¿A dónde había ido a parar ella ahora?

     
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    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    Nagi Watanabe

    Se sorprendió cuando la jovencita a su lado volvió a agarrarle la mano, pidiéndole que no la soltara, gracias a dios que todo estaba sumamente oscura, o si no varios se percatarían que su cabeza habría sido reemplazada por un rojo tomate. —Va-vale —dijo con un hilillo de voz, entre el susto que le generó el grito espontaneo y la vergüenza que sentía en ese momento.

    Y lamentablemente Nagi no pudo obtener respuesta de Diane o de algún otro estudiante, pues sin siquiera notarlo el causante del rugido ya se encontraba frente de ellos, demostrando con verdadera desgracia que no era ni un perro, ni león, ni cualquier criatura existente que se le viniera a la cabeza.

    ¡Era un maldito monstruos de 4 metros! Ah, y tenía una guadaña gigante, y eso fue justamente lo que acaparó toda la atención de Watanabe.

    Una guadaña rojo sangre "Un Shinigami" se le cruzó en la mente a Nagi... ¿Ese era algún tipo de castigo? Una sonrisa bastante mal hecha se asomó en su rostro, riendo algo nerviosa "¿Así qué me merezco un castigo?" Sus piernas temblaban mientras sentía como su mano era apretada más y más fuerte al punto de doler, pero eso era lo de menos ahora.

    —Claro, las cargas pesadas deben ser eliminadas ¿No? — Se susurraba así misma con una voz quebradiza. —Eso sería menos peso para mamá y papá. —Pensaba en como su madre tenía que trabajar días completos para poder comprar comida todos los días, o los útiles escolares y los caprichos que se le ocurrieran a ella o su hermano — ¿Este es el final? —miró al lado donde se ubicaba la otra chica, sus lagrimas ya brotaban sin cesar y apenas se le entendía lo que decía.

    Y tal vez así sería mejor, de esa manera su padre no tendría que preocuparse de pagarle los estudios a una niña que apenas pasaba de curso arrastrando, que no vivía con él y seguramente siendo una vergüenza por ser una chica que pasaba reclusa en su cuarto sabiendo solo perder tiempo, mientras que soportar fingir amar a su madre por más de seis años solo por el bien de su ella misma.

    Abrazó a la chica de su lado, completamente asustada y destrozada, sollozando en al lado de su oreja, lo que debía ser bastante molesto, pero si no lo hubiera hecho lo más seguro es que habría caído de rodillas al piso, pues estas temblaban tanto que apenas se sostenía de pie.

    —¡No quiero morir, no aquí, quiero volver a casa, quiero verles en casa! —murmullaba sin pensar en lo que salía de su boca. Cuanto deseaba que todo eso tan solo fuera una pesadilla.
     
    Última edición: 23 Marzo 2020
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    Kaito

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    Aries
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    El monstruo soltó otro rugido, y se lanzó a la carga. Diane era la más cercana, y llegó hasta ella; alzó su guadaña y...

    —Oh, por el amor de...

    En ese instante, el tiempo se detuvo. Diane abrió sus ojos y vio que la guadaña se había detenido a tan sólo unos centímetros de su rostro. Y también lo había hecho el monstruo, quien parecía estar congelado en su lugar.

    No, no sólo el monstruo... la niebla ya no se movía a su alrededor. El viento no soplaba. Todo estaba congelado en el tiempo... excepto ellos. Los estudiantes aún podían moverse... y algunos notaron, con sorpresa, que había algo más que podía moverse. Una única mariposa de color dorado voló entre ellos, batiendo sus alas con elegancia, y volando hasta alzarse sobre sus cabezas donde no podían alcanzarla.

    —¡Felicitaciones! —exclamó una voz femenina a sus espaldas, y todos se voltearon de golpe—. Debo felicitarlos, realmente. Apenas llegan y ya está confirmado que son unos idiotas. ¿Qué demonios estaban haciendo? ¿Tratando de establecer algún tipo de récord de quién puede morir más rápido!

    La dueña de aquella voz era una muchacha que parecía ser de su edad, vestida completamente de negro. Tenía una mano dentro de su chaqueta, y en la otra consultaba un reloj de bolsillo... un reloj que aparentaba ser similar al de ellos... esa chica era...

    Alice.

    Recordaron súbitamente su nombre del "sueño" en el Velvet Room. Sin importarle el ambiente de miedo y tensión a su alrededor, Alice cerró su reloj de bolsillo y lo guardó en la chaqueta. Con ambas manos en los bolsillos, caminó casualmente a donde el monstruo congelado en el tiempo se encontraba.

    —¿En serio? ¿Este monstruo de pacotilla los iba a matar? —dijo Alice, mirando a la criatura con una mueca de desagrado, como si pensara que era de lo más patético. Soltó un suspiro—. En qué está pensando el Amo, realmente... pero bueno, órdenes son órdenes...

    >> El Amo desea verlos. Y sé que suena como una invitación, pero no lo es. Larguemonos de este agujero.

    Dicho eso, Alice juntó las palmas de sus manos. Todo a su alrededor se vio envuelto en una luz azul pálida... y la realidad a su alrededor volvió a cambiar.

    Continúa en el Velvet Room :)
     
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