14 Dias para la liga pokemon

14 Dias para la liga pokemon

Hola a todos, mi nombre es Josh Soudam. Hace ya unos diez años atrás fui un gran entrenador incluso llegué a ser campeón del alto mando en Johto. Esos eran los buenos tiempos... jeje, actualmente tengo veintidós años y me encontraba retirado de todo el ajetreo de ser entrenador, me hice desarrollador de software y técnico en sistemas computacionales, jeje… si, soy ese al que llaman cuando se abre un nuevo centro Pokémon o necesitan actualizar los sistemas de almacenamiento.

Recorrer las ciudades en busca de rivales fuertes, ir por los gimnasios ganando medallas… que tiempos aquellos. Ahora mismo me dirijo a ciudad Pirita, me enteré que en dos semanas se llevará acabo el torneo de la liga Pokémon por lo que quise revivir aquellos días como entrenador.

Aquel joven salió de la estación de trenes de ciudad Pirita cubriéndose los ojos con las manos del inclemente sol, hace mucho que estaba acostumbrado solo a lámparas de neon y luces artificiales, se detuvo unos segundos frente a uno de los mapas de la ciudad, dió unos leves golpes con el dedo sobre el mapa y comenzó a caminar.

Mientras caminaba pasó frente a una tienda de ropa y calló en cuenta de que su gastada bata de laboratorio tal vez no sería lo más indicado para su actual jornada, por lo que decidió entrar a la tienda. Apenas dio un paso dentro del local fue recibido por dos alegres personas, una mujer y un hombre, ambos de unos treinta años con voces chillonas y alegres, luego de algunos minutos de escuchar recomendaciones, risas y varios cambios de ropa consiguió comprar ropa adecuada para cada uno de los climas y lugares de Sinnoh.

Sus pasos nuevamente comenzaron a recorrer la ciudad dejando atrás las felices sonrisas de los vendedores, luego de algunas cuadras de disfrutar de sus nuevos, zapatos, pantalones, camisas y mochila de viaje recordaba los días en los que su madre le obsequiaba esos atuendos. Emitió una sonora carcajada mientras sus pasos lo llevaron justamente a donde deseaba llegar el centro Pokémon de la ciudad Pirita.

Entró con algo de prisa pues su reloj marcaba las doce treinta minutos y no deseaba interrumpir el almuerzo de nadie, al entrar pudo ver a la enfermera en la recepción y respiró aliviado, se acercó a ella y la saludó con una sonrisa mientras le hacía su petición para inscribirse para la liga Pokémon.

—Disculpa pero, creo que estás en un error la liga Pokémon está a dos semanas de comenzar, no es que no puedas inscribirte es solo que no podrás reunir suficientes medallas a tiempo. —Le dijo la enfermera al joven, con voz dulce y algo preocupada mientras este sonreía y le respondía con algo de gracia.

—No lo sabré hasta que lo intente, además cuento con algo que los entrenadores normales no cuentan. —Dijo el chico con tono misterioso mientras le tendía a la enfermera Joy sus Pokemones para una última revisión antes de dirigirse al gimnasio, además de extenderle su tarjeta de entrenador para que ingresara sus datos.

La chica observó sus Pokemones y luego de varios minutos de actualizar la antigua tarjeta de entrenador de Josh exclamó con sorpresa.

— ¡Pero si eres el campeón de la región Johto! Que sorpresa no imaginé que conocería a un maestro Pokémon. —

El chico la miró con una sonrisa y le respondió de forma tranquila y con algo de picardía.

—Lo siento, pero no alcancé el rango de maestro Pokémon, debía llenar unas formas para que se me entregara ese título pero me retiré antes de llenarlas. —Le dijo de forma simpática y algo apenado.

La enfermera lo miró risueña y entre los dos compartieron algunas carcajadas antes de que la chica le devolviera sus Pokemones completamente reestablecidos y su nueva tarjeta de entrenador completamente actualizada. Luego de recoger y guardar sus cosas el chico se despidió y se disponía a retirarse cuando escuchó la voz de la enfermera a sus espaldas.

—Josh, tal vez deberías tomarte unos días para estudiar los nuevos descubrimientos que se han hecho en Sinnoh, existen muchas cosas que tal vez…

Pero la chica fue interrumpida por la voz del joven que con una carcajada añadió antes de salir del centro.

—El no saber y aprender durante las batallas es parte de la vida de un entrenador, no estoy excluido de eso.

 

Re: 14 Dias para la liga pokemon

Por fin había llegado al primer gimnasio, luego de varios años de haber dejado de ser entrenador por fin volvería a combatir.
Estaba algo impaciente y nervioso, no por la batalla si no por las palabras de la enfermera Joy, tal vez si debería de tomarse un tiempo de estudiar todo lo que había cambiado desde que ya no era entrenador.

Mientras debatía en su mente estas cosas una voz algo fuerte lo saco de su trance

—Despierta, ¿vienes a desafiar al líder del gimnasio? O tal vez ¿estás vendiendo algo?—. Decía con una gran sonrisa un sujeto con gafas, cabello rojo algo suelto y largo que salía por debajo de un casco de minería.

—Si, vengo a retar al líder del gimnasio, ¿Lo conoce?—. El sujeto lo miro unos segundos y se ajusto las gafas antes de responder, estaba un poco sorprendido por el entrenador frente a el.

—Si por supuesto, lo miro siempre que me asomo a un espejo… jajaja, comenzaremos nuestra batalla en unos instantes mientras tanto pasa adelante—. Le comenta abriendo por completo las puertas del lugar y dejándole pasar.

Josh caminaba tranquilo, observando las decoraciones del lugar; parecía un edificio normal por fuera pero por dentro parecía mas una gruta de minería que un edificio. Mientras caminaban dirigiéndose a la arena de combate nuestro protagonista no pudo evitar preguntar lo obvio.

—¿Pokemones de piedra verdad?

El líder del gimnasio soltó una sonora carcajada y luego agregó con bastante alegría y orgullo.

—¡Pero por supuesto que sí! Los mejores de todo Sinnoh. Por cierto, ¿no estás algo viejo para estar comenzando una aventura Pokémon?

Esta vez fue Josh el que soltó una enorme carcajada y negó con la cabeza, pero antes que pudiera responder llegaron a la imponente y rocosa arena de batalla del gimnasio. La arena contaba con un suelo lleno de piedras y con enormes pilares de rocas bastante sólidos a la vista. El líder tomo su lugar y señalo a Josh el suyo mientras un ayudante tomaba posición como juez del combate.

—Bien, mi nombre es Roco, líder del gimnasio de ciudad Pirita, esta batalla será de tres contra tres, ¿de acuerdo?

Decía Roco para hacer oficiales las normas de la batalla, mirando al juez y a Josh mientras este tomaba una de sus pokebolas y respiraba profundo para relajarse un poco.

—De acuerdo será tres contra tres, por cierto, mi nombre es Josh y soy originario de Johto, creo que es importante que sepas quien te va a derrotar.

Luego de sus palabras y el anuncio de las reglas por parte del juez dio comienzo la batalla entre Roco y Josh. El primer Pokémon de Roco fue Onix, la enorme serpiente de roca dejó algo sorprendido al chico de Johto ya que sus dimensiones estaban sobre la media por varios metros.

—Muy buen Onix Roco, me pregunto cuanto resistirá. ¡Ve Feraligatr!

El monstruoso cocodrilo azul se mostró imponente ante la llamada de Josh, lo que sorprendió enormemente a Roco, esperaba que el chico no fuese un simple novato, pero no esperaba que tuviese pokemones con semejante poder, luego de verse frente a frente la mirada de Roco cambió, no estaba dispuesto a subestimar a su oponente así que se dispuso a atacar.

—¡Onix usa Pulimento!

Esa orden dejó bastante fuera de lugar a nuestro protagonista, mientras Onix hacía girar las rocas que conformaban su cuerpo a grandes velocidades sobre el suelo rocoso del lugar, ganando así un hermoso lustre que hacía resplandecer su cuerpo.

—Espera… ¿Qué clase de habilidad es esa?—. Decía Josh bastante sorprendido mientras se cuestionaba sobre la diversidad de los descubrimientos en los últimos diez años, que parecían incluir nuevos ataques. Despejó sus dudas al ver a su Feraligatr frente a el y dejando atrás sus dudas se dispuso a atacar.

—¡Feraligatr acaba con el, Hidrobomba!
—¡Onix Doble filo!

El brillo de Onix se hizo más fuerte por segundos y pasó a atacar con un potente doble filo, Josh estaba desconcertado por este espectáculo, el doble filo era enormemente veloz y sus movimientos parecían mas los de un Pokémon que usaba ataque rápido o agilidad.

Feraligatr lanzó una potente hidrobomba que arrancaba las rocas y abría enormes surcos a su paso pero no podía alcanzar a Onix que serpenteaba por la arena a una velocidad impresionante ganado cada vez mas y mas terreno hasta que al fin logro impactar a Feraligatr, el impacto fue fuerte he hizo retroceder varios metros al enorme cocodrilo, pero tan rápido como golpeó, Onix se alejó.

—Ahora entiendo, pulimento incrementa la velocidad de Onix, Pero hay algo que no esta bien, Onix no parece haber recibido daño por parte de su ataque de doble filo ¿Cómo es eso posible?—. Decía el chico para si mientras Roco le respondía con una enorme carcajada.

—Parece que estas algo obsoleto compañero, la habilidad cabeza de roca de mi Onix le evita sufrir cualquier daño por efectos de ataque como doble filo. ¡Ahora Onix otra vez doble filo!

Roco enviaba una vez mas a su Onix al ataque, Josh por su parte miraba a Feraligatr mientras determinaba que tanto daño había recibido y a la vez pensaba en todas las cosas de las que se había perdido, ataques nuevos, habilidades y quien sabe que mas cosas. Volvió en si y vio a Onix acercarse velozmente, como la hidrobomba no podía alcanzar a Onix en movimiento no le quedaba de otra mas que arriesgarse al máximo, así que midiendo la distancia que recorría por cada segundo y la velocidad de la hidrobomba no pudo evitar soltar una carcajada que a los oídos de Roco parecía que se había vuelto loco. Onix estaba a escasos dos metros de Feraligatr y se disponía a impactarlo.

—¡Ahora hidrobomba!

Gritó el chico exactamente cuando Onix estaba a poco menos de dos metros de su Pokémon, la descarga de agua del lagarto golpeó con fuerza a la serpiente de roca a solo escasos centímetros de distancia magnificando enormemente el daño recibido por ésta. El inclemente torrente de agua no paraba de brotar golpeando con fuerza al Pokémon de roca y arrastrándolo varios metros por el suelo hasta llegar a los pies de Roco.

Segundos después el torrente de agua se detuvo y el juez de la batalla pudo anunciar entonces, que Onix no podría continuar y que la victoria de esa ronda era para Josh. Roco por su parte estaba sorprendido con la adaptabilidad del chico y su veloz capacidad de cálculo aún a pesar de que parecía ignorar las cosas básicas de los pokemones en la actualidad, no dejaba de ser sorprendente su velocidad de reacción y su enorme poder.

—Esta batalla estará mucho más interesante de lo que pensé—. Se decía Roco mientras lanzaba al campo su segundo pokémon.