Stranger Things 11 segundos [Stranger Things] | Mileven.

N/A: Esto es super fluff, idk qué me pasó (?). Lo empecé el año pasado para mi hermanita que es muy fan y acabo de reencontrarlo y terminarlo. Está ubicado en algún punto al final de la segunda temp, supongo.

11 segundos.​

Once.

Siempre ha sido su mirada. Desde el primer momento en que la vio. Recuerda con exactitud el reflejo en sus ojos negros, casi marrones. O marrones, casi negros. La curiosidad disfrazada de un temor inocente, diluida en pinceladas oscuras debajo de sus pestañas. Ojitos de cervatillo, ojitos buscando un abrazo perdido y nada más.

Diez.

Su voz musitando palabras cortas, su voz perdiéndose en el aire y encontrándose siempre en sus pensamientos. Siempre ha sido su voz. Y el modo en el que pronuncia su nombre, «Mike» dice despacio y parece un susurro, como el suspiro del viento contra las hojas en una tarde húmeda. Porque su voz es otoño, es colores cálidos bajo un cielo gris.

Nueve.

Son sus labios resecos, manchados de sangre a veces. Y la sonrisa tan tierna, tan genuina que le dedica sólo a él, cuando están solos y nadie más los ve. Son sus labios de niña enamorada, que besa suavemente y saben a despedidas imprevistas.

Ocho.

Es el sonido de su risa. Escasa, tímida a veces, insegura pero latente. Los matices en su risa que desborda ansias por seguir así, feliz. Es la risa de alguien que ha pasado por tanto, y ya no quiere perder más.

Siete.

Son sus gestos infantiles, cada vez que Mike le lleva para comer algo dulce. Y la luz que invade sus facciones cuando se trata de eggos. Es la alegría súbita que invade su interior cuando la ve así.

Seis.

Es el modo en el que su cuerpo cabe perfectamente entre sus brazos, es la calidez que emana su corazón y el ritmo de su respiración pausada cuando le acaricia el cabello corto, enredando sus rizos suaves entre los dedos, respirando el aroma a vainilla en su pelo rebelde.

Cinco.

Es la confianza que siente hacia ella. Porque entre conversaciones nocturnas y charlas a escondidas de Hopper, entre besos sutiles y risas interminables, la sensación de conocerse de toda la vida, en todas las realidades y posibilidades, se escurre como agua de lluvia y acaba sobre sus manos entrelazadas.

Cuatro.

Porque le admira infinitamente. Cada una de sus fortalezas y cada una de sus debilidades. Y cuando le observa de soslayo sin que ella se dé cuenta, siente en carne propia cuánto se esfuerza en encajar en la realidad que ahora le toca, porque al fin y después de tanto, tiene la chance de vivir una vida normal y no hay nada que atesore más, que esa posibilidad.

Tres.

Y es el modo en el que, pase lo que pase, consiguen encontrarse una y otra vez.

Dos.

Es el modo en el que, pase lo que pase, se rehúsan a olvidarse.

Uno.

Siempre ha sido ella. Incluso antes de conocerse, antes de verle por primera vez.

Cero.

Se convence de ello todas las veces que se acerca a besarle, once segundos antes de sentir sus labios, once segundos es suficiente.

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¡Gracias por leer!