Long-fic de Inuyasha - ♥♥ "Cambio En Un Mes" ♥♥

Re: ♥♥ "Cambio En Un Mes" ♥♥

CAPITULO #8: La Nueva Modelo...

Este capítulo es un poquito largo espero no aburrirles… jejeje.
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Llegó al bar algo agitada y jadeando. La anciana Kaede aún no había abierto el negocio, y se dirigió a ella al momento de verla entrar…

-¡Al fin llegaste niña… pensé que tampoco vendrías hoy, Me podrías explicar que te pasó a… ¿Te pasa algo?

Kagome respiraba entrecortadamente ya que se había ido corriendo hasta ese lugar… levantó una mano indicándole que iba a hablar…

-¿Qué pasa? – volvió a preguntar la anciana.

-Ne…ce…sito de…cirle algo – decía con una voz entrecortada.

El portero le abrió la puerta, la chica se encontró frente a algunas personas mirándole con curiosidad. Kagome sonreía tímidamente, Tenía el cabello recogido mientras se le salían los mechones de su pollina en su frente. Se colocó los zarcillos alargados que se había puesto el día de la entrevista con Inuyasha. Agarró una cartera negra, que también le había ofrecido la anciana junto con un hermoso vestido color negro, que tenía la espalda al descubierto dándole un toque sexy, y era a media pierna. Estaba totalmente hermosa como toda una modelo. pero aún así se sentía avergonzada. Todos le miraban, y lo primero que se le cruzó a la chica por su cabeza fue… “De seguro me miran por que llegué tarde” rayos ya todos estaban sentados en sus puestos… buscó con su mirada a algún conocido y se fijó en Inuyasha que le miraba atónito se sonrojó y pensó ir hasta él pero luego se fijó en alguien que llamaba su atención con la mano, ¡Sango!

Se apresuró a ir hasta ella y se sentó en un puesto vacío a su lado.

-Pensé que no vendrías… - susurró Sango en su oído.

-Discúlpame, es que todo me pasó tan rápido que… ¿Me he perdido de algo? – preguntó para no dar aclaraciones.

-Solo las presentaciones, pero ya está apunto de empezar la modelo a exhibir las nuevas joyas…

Kagome se fijó en la pasarela. Se sentía un poco incómoda al notar que casi todos le miraban exaltados. Pero trató de no prestarles atención debía concentrarse al máximo en el evento.

Mientras tanto Inuyasha veía a Kagome con ojos desorbitados, cuando llegó causó la misma exaltación en los presentes que Kikio lograba. Cuando le vio entrar había jurado que todos habían contenido la respiración y había logrado una tranquilidad como si la sola presencia de ella lograra atraer todas las miradas y pensamientos a un solo lugar… “Ella”

-Cierra la boca que se te va a meter una mosca – escuchó una voz a su lado. Inuyasha negó bruscamente como apartando sus pensamientos de su cabeza.

-¿A que te refieres Miroku? Yo no estoy haciendo nada – respondió Inuyasha fijándose en la pasarela.

Miroku solo se rió por lo bajo.

Apareció una mujer (a la que Kagome ya había visto) en cima de la pasarela modelando unas pulseras a la cual le habían llamado: “Fan” (Abanico), y en sus manos llevaba un abanico verdadero. Kagome se quedó con los ojos bien abiertos esa mujer fue la misma que había estado en la oficina de Naraku el día anterior… ¿Por qué estaba ahí? ¿Acaso no era amiga de Naraku? Y si estaba en lo correcto ¿Naraku e Inuyasha no eran rivales?

Kagome se acercó a Sango un poco para decírselo al oído, la mujer se acercó ya que no le podía escuchar muy bien debido a la música que había empezado a sonar.

-Sango… a esa mujer yo ya la había conocido… - dijo en voz baja para no llamar la atención de nadie más…

-Si, supongo, es Kagura Kamei la modelo que Inuyasha tubo que contratar por que tu no…

-No digo eso… - dijo Kagome avergonzándose – Digo que yo ya la había visto ayer en…

Todos comenzaron a aplaudir lo que hizo que ahogaran las palabras de Kagome. Sango le miró sin comprender…

-Mejor me dices después ¿bueno? – dijo por enzima de los aplausos. Kagome aceptó… y fijó su mirada una vez más en los otros collares denominados: “whirl” (remolino) estos eran de plata y eran para niñas… modelada por una hermosa niña de unos once años, esa debía ser la pequeña Kaede… luego continuó con los collares estos eran parecidos a unos remolinos de agua que tenían algunos brillantes incrustados.

Era una colección realmente hermosa, lo único que no parecía agradarles a muchos era la modelo Kagura…

-Se muestra tan fría… - escuchó que susurraba una mujer a su lado.

-si tan solo sonriera sin lucir hipócrita… - decía otra joven

-es muy bella pero… - escuchó que decía otro…

-¿Lo ves? – susurró Sango a su lado. Kagome le miró sin comprender – Las personas le dan mucha importancia a la actitud de una modelo… Kagura tal vez sea muy bella, pero aún así, si no transmite el amor por lo que vende, no podrá vender… es por eso que Inuyasha desea a alguien que en verdad se identifique y ame las joyas…

Kagome trató de comprender las palabras. Pero antes si quiera que le hiciera una pregunta, se terminó la exhibición con la última línea de “Wind” (Así era el nombre de la exhibición)

Aplausos. Todos se pararon y comenzaron a llegar los meseros con bebidas, cócteles y manjares, Kagome se quedó impresionada con la cantidad de comidas que salían. Y las personas comenzaban a hablar animadamente sobre los diseños.

-¿Quieres tomar alguna bebida Kagome? – preguntó Sango agarrando una copa con vino que traía un mesero.

-Claro – dijo la chica.

En eso llegó un muchacho sonriendo maliciosamente, tenía unos ojos amarillos muy familiares.

-Excelente presentación y diseños Sango te felicito… - dijo el hombre alzando la copa hacia ella que también sonrió irónicamente.

-Gracias por tus halagos, pero déjame decirte que no los necesito para saber que soy buena en mi trabajo, pero gracias de todos modos… - dijo muy irónica. Kagome les miró impresionada.

-Lástima que tanto talento se desperdicie en una empresa tan inútil como la de mi hermano…

-¿Usted es Sesshomaru? – interrumpió Kagome, Sesshomaru se fijó en ella como si fuera la primera vez que le notara. Kagome se sintió cohibida con esa mirada – lo siento… es solo que… he escuchado tanto de usted y… me sorprendió verlo aquí…

-Si, desgraciadamente he de aparecerme en estos eventos tan bajos…

-Nadie te manda a presentarte a estos eventos… - habló una voz tras Sesshomaru. Kagome la reconoció enseguida, y sintió un brinco corazón al darse cuenta de que si eran sus sospechas. Inuyasha apareció tras él… tenía una de sus manos en el bolsillo y en la otra sostenía una copa de vino, lucía tan atractivo. Kagome sintió que enrojecía al ver que este le dirigía una mirada rápida junto a una sonrisa – estaríamos felices si no tuvieras que presentarte – dijo fijándose de nuevo en su hermano.

-Felicidades hermanito… - dijo de una forma muy irónica como todo lo que decía – los diseños fueron muy buenos, lástima que no serán tan bueno, como para volver a subir esta empresa… aún te falta algo… la modelo perfecta… ¿Tal vez?

-Pues ya la tiene…

Todos voltearon a ver a kagome quien fue la que había hablado, esta miró a Inuyasha que le miraba sin comprender lo que decía pero luego se aclaró…

-Yo soy la nueva modelo de la empresa “steel eyetooth”, claro si Inuyasha aún está de acuerdo con eso…

Inuyasha parecía no reaccionar ante esto, pero después de unos segundos salió del aturdimiento.

-Si, por supuesto… - respondió Inuyasha sonriente – ella es la nueva modelo de la empresa, la imagen, Kagome Gigurashi… - le presentó - jajajaja – rió ante la cara de sorpresa de Sesshomaru - ¿Qué te pasa Sesshomaru? Parece que un gato te comió la lengua…

-Bien… bueno… encontraste a alguien hermosa si, Inuyasha – dijo tratando de tomar las cosas con calma… y tratando de volver a adoptar su tono de indiferencia – ahora veremos si como se ve, modela… - y diciendo esto se retiró – acuérdate… -volvió su mirada una vez más a este, y en una voz muy baja, que solo pudo escuchar Kagome susurró – tan solo te quedan dos semanas…

Inuyasha dejó de reírse y una mirada de preocupación le invadió, Sango al contrario parecía feliz ambos voltearon a la vez a ver a Kagome.

-Dime… que yo recuerde me dijiste que serías la modelo de Naraku… - habló Inuyasha con calma - ¿Cómo que ahora has dicho eso? ¿Qué no firmaste el contrato?

Kagome negó.

-No he firmado nada, no estaba segura si realmente quería trabajar para él. – explicó – así que me dio tiempo para responderle para mañana… y al ver esta presentación…

Inuyasha sonrió entusiasmado… y tomó las manos de la chica.

-¿Y que has decidido? – preguntó Inuyasha se encontraba muy cerca de ella mirándole fijamente esto hizo ponerle nerviosa y un poco roja, pero él pareció no darse cuenta.

-Lo que escuchaste… Que quiero ser tu modelo…

Inuyasha soltó un grito de júbilo, muchas de las personas lo observaron sin comprender, luego él se acomodó el atuendo y habló con voz seria:

-Pueden continuar… - dijo. Y todo volvió a su ritmo normal.

Al momento llegó otro ser y le empujó muy bruscamente colocándose frente a Kagome.

-Hola tu debes ser la hermosa Kagome Gigurashi… - dijo muy sonriente.

-Eh… si… - respondió mirándole con detenimiento – yo a ti te conozco… te he visto antes hace como dos días ¿no?

Kouga sonrió satisfecho…

-Me alegra que te acuerdes de mi… - dijo mirándole con ternura y tomando sus manos. Inuyasha se puso a su lado mirándole con odio mientras salían humo de sus orejas al estilo comics…

-Si, por supuesto… ¿eres el chico que atiende en la cafetería no?

Kouga sintió que su cara enrojecía mientras que Inuyasha se partía de risa frente a él y Sango se llevó ambas manos a su boca para ahogar su risa. Kagome les miró sin comprender.

-No, no soy el chico que atiende en la cafetería… - repitió rojo como tomate y con una vena palpitándole en la cien – soy con quién te tropezaste el día en que saliste llorando de la empresa por que un incompetente te hizo llorar…

Inuyasha dejó de reírse y miró a Kouga con odio. Mientras una vena le brotaba del puño bien apretado.

-¡Ah si! Ya me acuerdo… - exclamó la chica – no te agradecí por haberme ayudado a recoger mis diseños…

-No te preocupes, si más bien tuve que haber sido yo quien te agradeciera por haberte tropezado conmigo…

-Kouga… - decía Inuyasha ya arto de las cursilerías del muchacho, o tal vez solo estuviera celoso de que él no le soltara la mano a Kagome…

-a propósito ¿tienes novio? ¿No te gustaría salir conmigo en una cita? – en eso Inuyasha le agarró por un brazo y lo jaló hacia él.

-¿Me disculpan por un momento? – dijo mirando a Kouga con la respiración agitada por el enojo. A Kagome le resbaló una gota por la cien al verlos irse…

-Me alegra que hayas venido… - habló Sango mirando sonriente a Kagome.

-A mi también… - confesó Kagome correspondiendo a la sonrisa – los diseños estaban realmente increíbles, los materiales que se utilizó se veían de excelente calidad la presentación estaba igual de buena…

-Gracias… me costó algo de trabajo pero…

-¿Tu hiciste todo? – preguntó Kagome atónita. Sango asintió.

-Wow... – exclamo impresionada.

-¿Y por que cambiaste de opinión y viniste? Yo pensé que no te aparecerías en la empresa hasta que al menos Inuyasha muriera…

-Jajaja – rió – no, es solo que… ya no estoy brava con Inuyasha… él y yo ya lo aclaramos todo y ahora somos amigos…

-¿En…en verdad? – repitió la chica atónita - ¿y cuando ocurrió eso?

-Hoy. En el parque…

-¿En el parque? – repitió Sango extrañada.

-¿Me podrías explicar que estás haciendo? – preguntó Kouga que era arrastrado por Inuyasha al patio.

-La pregunta sería ¿Qué estabas haciendo tú? ¿Cómo te atreves a hablarle así a Kagome? – saltó Inuyasha mirando de frente a Kouga y con una mirada matadora…

-¿Qué? ¿está celoso el pequeño Inuyasha? – preguntó Kouga burlonamente.

-¿Celoso yo? ¡NO! – exclamó – es solo que… que… Kagome ya es la modelo de la empresa y deberías tratarle con más respeto…

-¿Kagome es la modelo de la empresa? – repitió kouga con una sonrisa – entonces no la he felicitado… debo ir y darle un beso de felicitacio…

-No te atrevas… - dijo Inuyasha en voz baja tenía las mandíbulas apretadas.

-¿Lo ves? Si te gusta… - exclamó Kouga con una sonrisa irónica.

-¡Que No me gusta!

-entonces no tendrás ningún problema que yo vaya…

-No te acerques a ella… - advirtió a Kouga.

-Pues aquí tenemos un problema Inuyasha… - dijo Kouga acariciándose la barbilla pensativo – a ambos nos gusta la misma chica… y no pienso dejarte el camino libre…

-Pues en eso estás muy equivocado Kouga… a mi no me gusta esa chica pero tampoco voy a dejar que intentes seducirla en mi empresa… - Kouga e Inuyasha se quedaron mirándose con ojos matadores…

¿Qué se reconciliaron en el parque? Inuyasha no había pisado el parque desde hace meses, y más que habló con esta chica allí… además, Era muy extraño que Inuyasha aceptara su amistad así como así… a él normalmente le costaba años poder confiar en alguien y nunca confiaría en nadie que trabajara o estuviera a punto de trabajar en la empresa de Naraku, ¿Por qué había realizado ese cambio tan repentino? ¿Será que esa chica tenía mucho más influencia en Inuyasha de lo que había pensado? ¿será que esa chica por fin sería la que pudiera curar la herida de Inuyasha? ¿La herida de sus padres que Kikio estuvo apunto de sanar pero que se hizo más profunda al perderla?

-¿Qué pasa? – preguntó Kagome que había estado mirando como la chica parecía perderse en sus pensamientos mirándole.

-¿Qué? Oh nada… me fui por unos momentos…

En eso llegaron unas personas que deseaban hablar con Sango, Kagome dijo que iría a agarrar algunos bocadillos en la mesa de banquete y se alejó a esta. Extrañamente se encontraba sola a acepción de una muchacha como de su edad de cabello azul oscuro que al parecer no sabía que escoger.

-Estos bocadillos están deliciosos – comentó Kagome llevándose una galleta con crema a la boca. La chica tomó su palabra y también tomó el bocadillo sonriente - ¿y que te pareció la presentación?

-La verdad nunca me han gustado estas cosas… me encantan las joyas, son hermosas pero… ¿No crees que las joyas son una pérdida de dinero? Quiero decir ¿para que sirven? Tan solo para hacer que las personas se vuelvan más engreídas de lo que son…

Kagome le miró extrañada por el comentario pero sonrió a la muchacha.

-¿sabes? Tal vez tengas razón… - dijo mirando a las personas hablando lucir tan falsas y superficiales – pero verás yo siempre he dicho que eso es personalidad de cada quién… ¿Tú crees que si estas personas no tuvieran joyas dejarían de ser engreídas?

La chica le miró curiosa ante esta respuesta expectante a que le explicara más.

-las joyas no hace engreída a la gente, al contrario habrán muchos que les apreciaran ya que no solo sirven para lucirle también le recordarán a alguien o algo especial… estos zarcillos – Señaló sus zarcillos alargados – me los regaló mi padre, fue una de las cosas que me regaló antes de morir, fueron creados por él mismo. Y ahora los veo como un bello recuerdo que me dejó… cada vez que los utilizo o los veo me recuerdo que él nunca me abandona y me dan ánimo.

La chica le miraba sin expresión.

-¿Ves? A veces estos regalos pueden contener todo el cariño, amor o respeto que una persona siente por la otra… no solo son una pérdida de dinero, son un bello regalo y una forma en la que una persona le puede decir a la otra “Te aprecio”

Se quedaron varios segundos en silencio…

-Fue agradable conversar contigo… - dijo Kagome haciendo una ligera inclinación – ahora voy a ir a donde está una amiga…

-Mi nombre es Botan – dijo la chica antes de que la muchacha se fuera – Botan Rumikai – dijo acercándole la mano a modo de saludo.

-Mucho gusto mi nombre es Kagome Gigurashi…

-bueno Inuyasha si no tienes nada más que decir quiero volver a la reunión… - y diciendo esto le dejó solo, Inuyasha le siguió aturdido por la conversación que habían tenido “¿Por qué me comporté como si estuviera celoso?”

Se preguntó entrando al lugar… observó como Kagome se acercaba a Sango y como Kouga se acercaba a Kagome interceptándole el paso…

-¿Va a seguir? – se preguntó Inuyasha apresurando para colocarse en el medio de los dos… pero en eso sonó su teléfono. ¡Maldito teléfono!

-Discúlpame un momento – dijo a Kagome levantando un dedo y les dio la espalda. Kouga aprovechó para conversar con la chica… Inuyasha de vez en cuando volteaba a mirarles de mala gana mientras conversaba al teléfono.

-Si diga… - decía al celular – Ha… hola Kaede… si, Kagome está bien., si está aquí…

-¿Y dime tienes novio…? – preguntaba Kouga. Inuyasha le miraba desesperado por que quería interrumpir la conversación.

-No, no tengo – respondió Kagome. Que también miraba divertida las miradas de Inuyasha.

-Si todos estamos bien La presentación estuvo excelente – continuaba Inuyasha que escuchaba algunas palabras de Kouga.

-¿Y que te parecería si salimos mañana a almorzar? Como es tu primer día de trabajo…

-Mira Kaede debo irme… - decía desesperado mirando a Kouga con odio. Kagome parecía disfrutarlo…

-¿Salir a almorzar? Mmm – pensativa. Inuyasha quería saber que era lo que le respondía la chica a Kouga pero lo siguiente que dijo Kaede le congeló.

-¿Cómo? – dijo abriendo los ojos al máximo - ¿Pero como pasó…? Voy enseguida…

Se volvió a los muchachos Kagome le miró curiosa ya que el chico lucía pálido.

-Me tengo que ir… - dijo parecía preocupado.

-¿Qué pasa? – preguntó Kagome.

-Unos sujetos se metieron a la casa de Kaede…

-¡¿Qué?! – Kagome sintió como si un agua fría caía por su cuerpo paralizándole y como su corazón se aceleraba por una emoción diferente a las que había sentido “Miedo” - ¿Qué le pasó? ¿Qué hicieron? ¿Cómo está?

-Voy a ir enseguida a su casa… nos vemos… - salió con rapidez dirigiéndose al estacionamiento de la empresa se subió a su auto, iba a serrar la puerta pero alguien le detuvo…

Nota de la autora: ¿Quién será ese alguien? ¿Qué sujetos se metieron en la casa de Kaede? ¿Kouga logrará salir con Kagome? ¿Inuyasha admitirá que le gusta Kagome o le partirá la cara a Kouga ocultando sus sentimientos? ¿Botan juega un papel importante? Vean en los próximos capi… jejeje… que sacaré solo si dejan comentarios… diciéndome si quieren o no que lo saque… pero bueno les daré un adelanto del otro capi se llama “la perla de Shikon" que ya lo tengo listo (¡¡Que mala soy!! ;-P)

 

Re: ♥♥ "Cambio En Un Mes" ♥♥

Capitulo 9: La Perla de Shikon.

-Yo voy contigo – se trataba de Kagome quién le había alcanzado al estacionamiento – Por favor, Aprecio mucho a la anciana Kaede. – rogó. Inuyasha le miró por algunos segundos como pensando.

-Bien, sube… - dijo al fin, no había tiempo que perder. Le abrió la puerta del carro y pronto ya se encontraban en marcha.

Durante el camino no conversaron tal vez ambos estaban nerviosos imaginándose lo que pudo haber ocurrido. Llegaron a los apartamentos donde vivía Kaede y subieron a su piso… lo que vieron les hizo helar la sangre, la puerta estaba destrozada y ya hacía en el suelo. Kagome se llevó ambas manos a la boca impresionada Luego se apresuraron a entrar al apartamento.

-Kaede… ¡Kaede! – comenzó a llamar Inuyasha. Kagome no podía hablar estaba tan impresionada ya que el interior estaba muy desordenado, nada comparado a lo ordenado que había estado hace dos horas que estuvo en ese lugar… parte de los libros de la biblioteca estaban regadas en el piso… y las gabinetes ya hacían volteados, algunos objetos de vidrio estaban rotos. Kagome solo escuchaba a lo lejos como Inuyasha llamaba a Kaede.

-Inuyasha – dijo al fin una voz. Kaede entró a la sala. Inuyasha corrió hasta ella y comenzó a examinarle. Kagome hizo lo mismo.

-¿Estas bien? ¿Qué te pasó? ¿Te hicieron algo? – preguntaba mientras le abrazaba.

-No, no me hicieron nada… - respondió la anciana con los ojos húmedos, luego se dirigió a Kagome.

-¿Te encuentras bien? – preguntó.

-Si, por supuesto ¿Por qué? Yo debo preguntarle a usted como está… - respondió Kagome extrañada.

-No niña… es que me preocupé mucho cuando tu saliste…

Y comenzó a explicar lo que había pasado. Unos minutos después de que Kagome salió del apartamento de Kaede. La anciana decidió regresar a “la Perla” pero justo cuando abrió la puerta, dos sujetos se abalanzaron sobre ella y le volvieron a meter a dentro… le dejaron sentada en el sofá y luego comenzaron a revisar la casa… voltearon todos los muebles y sacaron todas las gavetas, voltearon los colchones junto con las camas… pero lo más extraño era que al parecer no querían dinero. Cuando no lograron encontrar nada uno de ellos le preguntó: Pero la anciana parecía no comprender a que se refería con eso… ya que no pensó que se refirieran al bar… luego uno de los sujetos se molestó y le gritó que pedían la perla de Shikon… ella le respondió que no tenía idea de lo que decían… y que la perla de Shikon no le había visto desde hace meses… luego esos tipos se molestaron, y le dijeron que si avisaba a la policía. Volverían para matarle…

Kagome e Inuyasha se quedaron atónitos ante esto.

-¿Y los reconociste? ¿Les viste las caras? – preguntó Inuyasha.

-No, - negó la mujer – estaban encapuchados, lo único que pude ver fue un tatuaje en su brazo… que mostraba una araña. Y el otro, solo noté sus ojos azules agua muy fríos… - se quedaron en silencio unos minutos mientras cada uno pensaba en la situación – tuve miedo por ti… - dijo la anciana mirando a Kagome – pensé que esos seres te habían hecho algo…

Inuyasha se quedó en silencio pensativo, Kagome hizo lo mismo… miraba a Kaede y a Inuyasha que lucían muy preocupados.

Pasaron algunos minutos revisando el lugar para ver si habían dejado alguna pista, pero no había nada fuera de lo normal a parte de todo lo que estaba destruido… a las diez de la noche, Inuyasha le dijo a Kaede si quería quedarse en su casa pero ella se negó.

-No, joven Inuyasha, no quiero ser molestia para usted… además… usted sabe que me sentiría muy incómoda…

En ese caso Inuyasha insistió que se quedara en la habitación que se encontraba en el bar, a esto Kaede aceptó. Luego le llevaron al bar en el carro. Cuando Kaede se bajó Kagome hizo ademán de hacer lo mismo…

-Espera ¿Qué haces? – preguntó Inuyasha mirándole.

“¿Cómo Qué que hago?” pensó Kagome dirigiéndole una mirada interrogativa al chico.

-Pensaba ir caminando a mi casa… - explicó.

-Pero… ¿Qué estás diciendo? ¿crees que te dejaré ir sola después de lo que le pasó a Kaede? No seas tonta y sube…

Kagome aceptó extrañada… y le explicó donde vivía, después de despedirse de Kaede se pusieron en marcha.

-Me siento tan extraña al saber que eso pasó justamente después de que yo me fui… - susurró Kagome más que para si que para Inuyasha…

Este también había pensado en eso, y un sentimiento de miedo le invadió, le pudo haber pasado algo a Kaede o a Kagome… a Kagome… no quería que nada le pasara a ella… ¿Por qué le importaba tanto?

-Pero Hay algo que no entiendo – dijo Kagome desviando los pensamientos de Inuyasha - ¿Por qué esos sujetos fueron a la casa de Kaede? – fijó su mirada en él – digo, si buscaban la perla de Shikon, se supone que la perla pertenece a “steel eyetooth” entonces… ¿Por qué no te buscaron a ti?

Inuyasha guardó silencio con la vista fija en el camino, Kagome decidió no preguntar más y también se quedó observando los locales pasar por su ventanilla, hasta que el carro se detuvo frente a su casa… Kagome puso su mano en la perilla de la puerta cuando Inuyasha habló… apagando el motor del auto.

-Yo no tengo la perla de Shikon – respondió. Kagome le miró con los ojos atónitos, suspiró – hace cinco meses yo estaba comprometido con una mujer…

Kagome sintió un extraño sentimiento sabía de lo que él hablaba… hablaba de Kikio, pero de todos modos se quedó callada esperando que el continuara.

-Ella era muy importante para mi… en ese tiempo habían muchas personas que deseaban tener mi empresa al igual que la perla de Shikon, no sabía en que confiar, tanto era así que solo eran pocos veces en las que la exhibía, debía esconder la perla era un tesoro familiar y no me permitiría que me la robasen, así que se la di a aquella mujer… ella prometió protegerla pero… un día murió en un accidente – sus ojos mostraban una tremenda tristeza, lo cual enterneció a Kagome - no se donde guardó la perla… no se si la llevaba consigo el día en que murió, solo se que cuando murió su ubicación desapareció con ella. – volvió a tomar aire parecía que revelar eso le costara trabajo.

Kagome solo le miraba tristemente con compasión, en verdad Inuyasha amaba a Kikio si le confió la perla…

-La relación que tiene esto con Kaede es que mi prometida era su sobrina… - explicó – y por lo tanto ella vivía con ella, tal vez aquellos hombres pensaban que la perla se encontraba en ese lugar… lo que no entiendo es como se enteraron que esa perla había estado en manos de ella…

Kagome no dejaba de mirarle… y se repetía una y otra vez en su cabeza: “él la amaba” “El la amaba” “EL LA AMABA” sintió que lloraría sin saber por que…

-Se ve que amabas bastante a Kikio – dijo con voz entrecortada, esto hizo que él se fijara en ella impresionado.

-¿Cómo sabías que yo hablaba de Kikio?

-Kaede me comentó algo sobre eso… - dijo volteando su mirada, sentía sus ojos humedecerse – Que pases buenas noches Inuyasha… - dijo bajando del carro, Inuyasha se quedó observándole mientras se metía a los apartamentos…

Creyó que se trataba de su imaginación pero abría jurado que una lágrima corría por su mejilla…

Kagome llegó a su apartamento, y entró a su habitación cerrando la puerta tras de si… luego caminó lentamente hasta la ventana y se fijó en el carro que aún se encontraba abajo… sintió como sus lágrimas brotaban sin poder controlarlas. Observó como Inuyasha encendía el carro y luego se perdía por la calle desierta.

Era una tonta, se dijo limpiándose sus lágrimas con brusquedad, ¿Por qué razón lloraba? Luego la voz familiar en su cabeza le explicó con tal suavidad que se estremeció…

“Por que tienes miedo de que él no sea tu alma gemela”

La voz se cayó unos momentos en los que la chica se comenzaba a quitar su ropa, se cambiaba por su pijama y luego se metía en su cama… la voz continuó hablando mientras la chica trataba de conciliar el sueño…

“te diste cuenta de que él se enamoró, y puede que aún esté enamorado, tienes miedo de que él no sea tú destino, tal vez su destino fue esa tal Kikio… y una vez que alguien encuentra su alma gemela nunca podrá olvidarlo…”

Kagome comenzó a llorar por las palabras que su subconsciente le revelaba… y se dio cuenta que estaba en lo cierto, sintió miedo… recordó las palabras que había escuchado tanto de sus amigas cada vez que estas pasaban por un desamor… amor = a sufrimiento…

“Y ahora tú estás enamorada” concluyó su voz…

Nota de la autora: … el próximo capi es super extra largo (Bueno al menos para mi)… espero que les agrade me llevo mucho trabajo asi que me gustaria que me dejaran sus opiniones sobre estos dos ultimos capi, ya que me esfuerzo por complacerles y sacarlos rapido!!

 

Re: ♥♥ "Cambio En Un Mes" ♥♥

CAPITULO #10: Conociendo a "Steel Eyetooth"

Al día siguiente Kagome se despertó muy adolorida cuando escuchó que llamaban a su puerta… había tenido un sueño realmente extraño… soñó con Kikio, ella apuntaba con un arco y flecha a Kagome, y le gritaba que Inuyasha le pertenecía y que a quien amaba era a ella… que se quitara de su camino… luego por último le pidió que le entregara la perla Shikon. Kagome le miró sin comprender, y le gritó que no lo tenía, pero algo comenzó a brillar en alguna parte de su cuerpo y Kikio le lanzó la flecha que le rozó el lugar donde brillaba haciendo que saliera la perla de ese lugar… Kagome le agarró sin comprender y Kikio volvió a exigirle que se lo entregara, ella le contestó que le pertenecía, que esa no era la perla verdadera, que esa había sido una imitación que le había regalado su padre… pero Kikio le miraba con odio y le volvió a apuntar esta vez a su corazón, disparó pero antes de que la flecha le tocara… un sonido le despertó e hizo que se cayera en el suelo…

-Huy… - dijo la chica haciendo gestos de dolor mientras colocaba una mano en su cama para apoyarse… - rayos… rayos… - repetía la chica y volvió a escuchar el timbre… - ¡Ya voy! – dijo sin muchas ganas, saliendo de su habitación… ¿Quién demonios se le ocurriría hacerle una visita a las siete de la maña…? - ¡¿Inuyasha?! – preguntó la chica atónita al abrir la puerta…

Inuyasha estaba parado en el umbral observándole. Esto sorprendió a Kagome pero le sorprendió más cuando este le dijo que le llevaría a la empresa “Darkness”

Pronto ya estaban en camino, Inuyasha detuvo su auto y le anunció:

-Te esperaré aquí… por si pasa algo… - Kagome le miró con cara de: “¿Qué podría pasar?” y bajó del carro – si no bajas dentro de quince minutos subiré por ti…

Kagome cruzó la calle dándose cuenta de algo… Inuyasha era tan manipulador… o sobre protector… bueno si me protege tanto significa que al menos le importo… y este pensamiento hizo ponerle de mejor humor… en solo segundos ya estaba frente a Ling ya que su escritorio estaba al lado del ascensor, esta le saludó muy amable y le dijo que podía entrar que Naraku la esperaba… Kagome siguió ya conocía el camino y llamó a la puerta.

-Pasa… - dijo la voz de Naraku desde adentro. Kagome obedeció y se sentó en frente a él… Naraku hablaba por teléfono…

-¿Cómo que no la has encontrado? – preguntó al auricular furioso mientras se daba la vuelta en su silla giratoria dejando que Kagome le viera de perfil – Yaromaru te dije que fueras a donde ocurrió el incidente… ¿Quedó destrozado?... Gumo no encontró nada en… - bajó la voz… - bien, me avisas si encuentras algo… - se fijó en Kagome mientras colgaba el teléfono.

-Aquí tengo el contrato… espero que hayas elegido bien – se lo acercó, Kagome le miró triste…

-Lo siento pero… no puedo aceptar el contrato… - respondió suavemente.

-¿Cómo? – preguntó Naraku fríamente, por sus ojos pasó la misma chispa de malicia que Kagome había notado la vez anterior.

-He decidido trabajar para otra empresa… - dijo firmemente - lo siento pero ya me comprometí con ella…

Naraku se paró de su puesto de repente cosa que hizo sobresaltar a Kagome.

-¿Estás diciéndome… - susurró Naraku con una voz un tanto suave – que me estás rechazando? Aún cuando teníamos un trato…

Se fue acercando a ella.

-Perdóneme pero si más no recuerdo, yo nunca he tenido ningún trato con usted, le dije que lo pensaría más no le aseguré nada… - Kagome le miró fijamente.

-No puedes echarte para atrás en esto… - le interrumpió el hombre afincándose en los brazos de la silla donde Kagome estaba sentada de modo que sus caras estaban muy cerca.

-Pues si me puedo echar para atrás – respondió la chica firme parándose de su puesto ambos quedaron fijos mirándose – yo soy la que voy a trabajar, es decir que soy la que acepto o no…

-Nadie rechaza a Naraku…

-Entonces seré la primera… - susurró la chica. Iba a voltearse para irse pero…

-Mira niña… - dijo Naraku agarrando su brazo y apretándoselo fuertemente – El que me rechaza tendrá consecuencias…

-Suélteme me hace daño… - dijo Kagome sobresaltándose y tratando de soltarse de la mano de Naraku pero este le apretaba cada vez con más fuerza.

-Sería una lástima hacerle daño a ese precioso rostro… - le acercó a él mientras le acariciaba el rostro con uno de sus dedos.

-No quiero que me toque… - gritó Kagome asustándose - ¿Acaso no sabe que me está amenazando? Suélteme ya…

-¿Y tu no sabes que el dinero lo puede hacer todo? Hasta… matar… - dijo esto tan melosamente que Kagome se asustó y hacía cada vez más esfuerzo por soltarse del sujeto pero este ya le había agarrado por ambos brazos y le lastimaba.

-¡Déjeme! – comenzó a gritar… - ¡INUYASHA!

En eso se abrió la puerta de golpe y Naraku soltó a la joven fijándose en quién había llegado. Inuyasha entró a la oficina mirando con odio a Naraku. Mientras que Kagome corrió a sus brazos. El chico le abrazó.

-Lo siento señor Naraku, yo le dije que no podía entrar pero… - había llegado Ling pero se calló al ver como los hombres se miraban con notables miradas matadoras… “¿Qué había pasado?”

-¿Qué pasó? ¿estás bien? – preguntó Inuyasha a Kagome en un tono dulce pero asustado subiéndole la mirada para verle, ya que ella se había refugiado en su pecho temblando por el susto que había pasado, esta asintió tenía los ojos un tanto brillantes - ¡¿Qué le hiciste maldito?! – preguntó a Naraku en voz alta. Ling se encontraba en la puerta observando la escena con ojos bien abiertos por la impresión.

-Vaya… vaya… - susurró Naraku mirando a Kagome y luego a Inuyasha – con que por esto no quisiste aceptar mi contrato… es una pena que aceptaras tan poca cosa Kagome…

-¡No la llames por su nombre! – rugió Inuyasha - ¡NO ERES DIGNO DE LLAMARLA POR SU NOMBRE! – gritó. Kagome observó a Inuyasha era la primera vez que le veía tan furioso.

-Y tú – Naraku miró a Inuyasha con desprecio - ¿Ahora sales con otra de tus modelos Inuyasha? No sabía que te rebajarías con algo tan insignificante como esta asquerosa… - pero no pudo terminar la frase, ya que Inuyasha se acercó a él y le dio un golpe que le lanzó al escritorio.

-¡Cállate maldito… vámonos Kagome… no vale la pena hablar con una porquería como esta! – y tomando la mano de Kagome salieron juntos de la empresa.

Naraku se quedó observándoles con odio y desprecio, luego se fijó en Ling la cual se sobresaltó por la mirada de su jefe.

-Ling, cancela todas mis citas de la mañana, voy a salir – dijo Naraku agarrando su labio donde le corría un hilillo de sangre, ya que Inuyasha se lo había partido – y dile a Shippou que me mande las fotos de Kagome.

Kagome aún seguía algo perturbada al momento de montarse en el auto con Inuyasha, no sabía de lo que era capas ese ser… observó sus manos al momento en que Inuyasha encendía el auto.

-¿Estás bien? – preguntó Inuyasha mirando a Kagome. La chica asintió y duraron varios segundos en silencio.

-Gracias – susurró Kagome. Mirando agradecida a Inuyasha.

-No hay problema, sabía que algo así pasaría… - Kagome le miró sin comprender y él explicó – lo que pasa es que Naraku es un mal perdedor… no le gusta que le rechacen y acude a métodos sucios como el soborno o la amenaza. – Kagome asintió compresiva - ¿Te amenazó?

-Si, - respondió en voz baja no tenía ganas de hablar ya que recordaba esos ojos fríos que mostraban muerte – me dijo que el dinero podía hacer todo…

-Eso es típico de Naraku… - dijo Inuyasha con desprecio…

-Hasta matar… - completó Kagome mirándole.

Inuyasha comprendió por que estaba tan asustada y le tomó la mano sin dejar de mirar el camino.

-Escucha, Naraku tiene fama de decir puras tonterías pero hasta ahora no ha matado a alguien… - dijo esto no muy convencido con sus palabras – no te preocupes, no te pasará nada, prometo que te cuidaré, ese sujeto no se acercará a ti… confía en mi…

Kagome le miró agradecida. Inuyasha también le dirigió una sonrisa pero ambos voltearon su mirada rápidamente sonrojados e Inuyasha soltó la mano de la chica avergonzado.

Llegaron a la empresa y entraron. Kanna los miró entrar, hablaba por teléfono y colgó con rapidez.

-Buenos días señor Inuyasha – saludó.

-Buenos días – saludó Inuyasha.

-Buenos días – saludó Kagome pero descaradamente la chica le ignoró y le lanzó una mirada de profundo desprecio.

“Hay pero que mala educación” pensó Kagome al entrar al ascensor junto a Inuyasha, Inuyasha le indicó que le siguiera a la oficina. Y Kagome se sintió avergonzada ya que todas las miradas de los empleados se fijaron en ella… y algunos hasta con la boca abierta. De seguro pensaban mal, pero por alguna razón no le importaba que pensaran mal…

Cuando entraron adentro se encontraban Sango junto a Miroku, al parecer este con su táctica de seducción con la mujer…

-Es que no entiendo por que no aceptas salir conmigo Sango – decía suavemente Miroku al momento en que los chicos entraron – Nos conocemos desde hace años, y nunca has aceptado mi invitación a ce…

Pero la mujer le plantó una cachetada.

-Por eso es que no le acepto nada – dijo Sango enojada ya que el hombre había acercado su mano a su parte trasera y se lo había acariciado – es un pervertido.

-Mi mano… mi mano maldita… - decía Miroku con su mano arriba.

A Kagome e Inuyasha les resbaló una gota por la cien…

-Buenos días Kagome, Inuyasha – saludó Sango - ¿Por qué se retrasaron?

-Estábamos aclarando unos asuntos con Naraku… - respondió Inuyasha entrando y sentándose en su puesto – siéntate con toda confianza Kagome… - indicó un puesto vacío.

-¿Y como lo tomó? – preguntó Miroku.

-Tú sabes… gritos, amenazas, insultos, lo común… - respondió Inuyasha inclinándose de hombros – Bueno Kagome, - se dirigió a la chica – te diré cuales son los cargos más importantes… el de Sango por supuesto… ya que ella es nuestra diseñadora, su asistente Momiyi, que es quién convierte los diseños en joyas… pero muy pocas veces se reúne con nosotros, el inútil de Kouga (Que espero que no se aparezca en estos momentos) que es el que se encarga del sistema de calidad y que todos los productos sean los indicados y yo… por supuesto que soy el presidente de la empresa y tomo las decisiones aquí.

Miroku carraspeó.

-Cierto, y Miroku que sirve de relleno…

-¿Qué? – saltó Miroku humillado.

-Jajaja, era una broma Miroku, Miroku es el encargado en la parte de economía, el contador… me comunica como va la empresa y mientras tanto trata de seducir a nuestras empleadas…

-¿Qué tienes en contra mía? – preguntó Miroku alzando una ceja. Inuyasha se rió.

-Bien… y ahora con tigo todo está completo… lo único que falta es lo que todos hemos estado esperando hacer desde hace tres meses… - dijo esto con una sonrisa de satisfacción y Pulsó el botón de su comunicador – Ayame…

-Si? – contestó Ayame

-Por favor dígale a Kagura en cuanto llegue que se dirija a mi oficina. – y soltando el botón de comunicación dijo con todo gusto - Despidamos a Kagura – estiró sus manos y se las colocó tras su nuca.

Todos le miraron con ojos pequeños, Miroku se acercó a él y comenzó a explicarle algo relacionado con la empresa ofreciendo unas estadísticas.

-Ah! Kagome… - saltó Sango mirando a la chica – Ahora que recuerdo… ¿Qué era lo que ibas a decirme anoche con respecto de Kagura?

-Lo que iba a decirte anoche con respecto a… - repitió Kagome - ¡A si! – se acordó – lo que quería decirte es que yo ya había visto a Kagura antes… no sabía que era modelo de esta empresa, lo que pasa es que la vi en la empresa “Darkness”

-¿Darkness? – repitió frunciendo el ceño - ¿estás segura que era Kagura? – preguntó Sango mirándole sin comprender.

-Segurísima y Hablaba con Naraku – explicó.

-Muchachos… - habló Sango dirigiéndose a los chicos - ¡Muchachos! Escuchen es muy interesante esto que dice Kagome… - y le pidió a la chica que volviera a repetir lo que dijo. Esta lo hizo lo cual causó un silencio en el lugar, esta les miraba sin comprender por que tal silencio de pronto.

-La única explicación que hay de todo esto es que… - Inuyasha lanzó a sus amigos una mirada de complicidad, como si ha todos se les hubiera ocurrido lo mismo. En eso se abrió la puerta y entró Kagura. Esta se quedó paralizada al ver a todos observándole.

-Kagura! Justo a la persona que esperábamos – dijo Inuyasha con una falsa emoción.

-¿Pasa algo? – preguntó Kagura con su típica voz fría. Fijándose en todos los presentes, primero en Inuyasha luego en Miroku, Sango, y por último en Kagome se quedó unos segundos más observándole sin expresión pero luego se fijó una vez más en Inuyasha.

-Sango… ¿Podrías mostrarle a Kagome las instalaciones de la empresa? El lugar donde va a trabajar… - dijo Inuyasha. Al momento las dos mujeres salieron de la oficina dejando a los muchachos solos con Kagura.

-Kagura… ¿Por casualidad conoces a Naraku? – preguntó Inuyasha como quién no quiere la cosa al momento en que vio cerrarse la puerta.

-¿Quién no va a conocer a Naraku? Si es el dueño de la empresa “Darkness” – respondió Kagura sin darle mucha importancia.

-Y sabes que Naraku es nuestro rival… que siempre ha querido acabar con la empresa… - continuó Inuyasha suavemente.

-Todos conocen de su enemistad… - dijo la mujer casi cerrando sus ojos como si tratara de ver por donde iba la cosa.

-Bien… entonces si sabes que él es nuestro enemigo… ¿nos podrías explicar que hacías tú en su empresa hablando con él?

Kagura abrió sus ojos sorprendida… “Esa chiquilla le dijo todo a Inuyasha” pensó.

-No se de que hablas – mintió la mujer.

-Le has estado pasando información a Naraku ¿O no Kagura? – preguntó Miroku mirándole acusadoramente.

-Había algo que no me caía bien de ti y ya veo que era… siempre has tratado de estropear las ventas ¿no? Pensé que tu personalidad era ser fría pero veo que tratabas mal a los clientes era por que ese era tu trabajo… - continuó Inuyasha mirándole con desprecio - ¿Le has estado sirviendo desde siempre no?

-Son unos idiotas… ¿ahora es que se vienen dando cuenta de todo? ¿Tubo que venir esa mujerzuela a decírselos? – rió sonoramente. Inuyasha gruño.

-Maldita… - dijo con los dientes apretados – eres tan asquerosa como Naraku.

-No importa lo que digas Inuyasha tenemos un contrato – sonrió triunfante.

-¿Contrato? Ah… - sacó unas hojas de su gabinete - ¿Te refieres a este contrato? – y diciendo esto lo rompió en dos.

-Lo que haces es ilegal, puedo enviarte preso por despido sin justificación a tus empleados - dijo la mujer alzando una ceja - no puedes comprobarme nada con respecto a Naraku… - concluyó con una sonrisa.

-Pues te equivocas Kagura - respondió Inuyasha burlonamente – tengo una copia de este contrato… - lo lanzó al basurero – deberías leer las letras pequeñas, “Kagura será la imagen de la empresa “steel eyetooth”, no obstante si conseguimos otra modelo esta ocupará su lugar” y ya que encontramos a nuestra modelo, tú no serás necesaria y el contrato queda cancelado.

Kagura le miró enojada.

-Así que si no es molestia… retira tu desagradable presencia de mi vista… - dijo el hombre serio.

La mujer le miró con todo el odio y desprecio que podía y salió con rapidez del lugar. Miroku e Inuyasha se rieron viéndole irse.

Kagura sacó tu teléfono celular y llamó:

-Naraku… ya me descubrieron – dijo al auricular.

-Sabía que pasaría por eso ven a los viejos edificios… - respondió el sujeto.

-Llego en diez minutos… - cortó la llamada y tomó un taxi.

*****

-este es el lugar donde se crean las joyas… - bajaron en el ascensor al segundo piso donde habían una gran cantidad de personas – ¡Momiyi! – llamó a una mujer que estaba al otro lado del salón de cabello corto marrón. Estas se dirigieron a donde estaba ella que tenía algunos diseños en sus manos y hablaba con un joven.

-Continúa tu trabajo… - la mujer se dirigió al joven y luego miró a Kagome y Sango – Hola Sango – saludó dándole un beso en la mejilla.

-Hola Momiyi… Momiyi te presento a la nueva imagen de la empresa Kagome Gigurashi – presentó.

-¿La nueva Imagen? – preguntó Momiyi abriendo los ojos - ¿y que pasó con la bruja?

-Ahora le están despidiendo – contestó Sango.

-¿En serio? Esa es la mejor noticia que me han podido dar esta mañana – confesó la mujer – al menos esta chica es más hermosa y seguro que más agradable… aunque… ¿No crees que se parece algo a Kik…? ¡Hay! – había recibido un puntapié de Sango que le interrumpió.

-Mejor sigamos con las presentaciones – dijo tomando a Kagome del brazo y arrastrándole.

-¡Fue un placer conocerte! – se despidió Kagome por encima de su hombro.

-Si… a mi tam… Au… bien… - decía Momiyi mientras aguantaba el dolor. Siguieron al tercer piso…

-Verás aquí es donde se hacen los diseños de los catálogos, donde se sacan, se imprimen… - pasaron por una gran cantidad de salones donde tenían revistas colgadas en las paredes, llegaron a una puerta grande – y esta es mi oficina – anunció abriéndole.

-Wow… - dijo Kagome impresionada era grande pero no tanto como la de Inuyasha y tenía una excelente vista por una gran ventana, una mesa bastante grande de dibujo… y montones de pinturas y recortes pegados a las paredes. De la nada saltó un gato que comenzó a acariciarle los pies a Kagome.

-ese es mi gato Kirara… me sirve de inspiración – explicó Sango sonriendo y cargándole en sus brazos… - Y ¿Qué te parece?

-Esto es fantástico… tal como me lo imaginé…

-Bueno verás, aquí es solo la central, las industrias se encuentran atrás de la empresa, en el otro edificio, aquí solo se crean los primeros modelos y después si son un éxito se envían a la industria manufacturera y los transforman en miles de joyas…

Explicaba la mujer… kagome se sentía cada vez más fascinada por las explicaciones.

Había pasado unas dos horas desde que Kagura se marchó de la empresa, Sango llevó a Kagome a la parte de presentaciones donde estuvieron la noche anterior y le presentó a Kienta el encargado de la parte de las modelos.

Mientras tanto Inuyasha se encontraba solo en su oficina debatiéndose entre el ir o el no ir a invitar a Kagome a desayunar.

“De seguro no ha desayunado, salió muy rápido de su apartamento y no le dio tiempo, si la invito a desayunar… ¿y si dice que no?, tal vez prefiere ir con Sango, pero… si voy con la excusa de que quiero recompensarle por haberla despertado y traerla tan pronto? Si eso haré…” se dijo decidido levantándose de su puesto.

……….

-Hola Kagome…

-¡Kouga! – saltó Kagome ya que el muchacho llegó de pronto mientras Sango le mostraba las presentaciones anteriores y le decía de que estaba hecha cada una de las joyas… - pero que susto me diste.

-Discúlpame es que… cuando me enteré que estabas aquí no pude aguantar las ganas de venir a verte en tu primer día de trabajo en la empresa… - se disculpó el chico mirándole seductoramente.

-eh… gracias – dijo la chica. Kouga tomó sus manos.

-Por favor Kagome permíteme invitarte a desayunar… - pidió mientras tomaba sus manos – quiero ser el primero con quien pases este día tan especial para ti…

-Eh… bueno… - pensó Kagome, la verdad hubiera deseado que Inuyasha le hubiera invitado a desayunar pero… tenía mucha hambre ya que no había desayunado y… - si, me encantaría ir contigo de todos modos te debo una cita ¿no es así?… - preguntó con una sonrisa – Aunque… - miró a Sango.

-Puedes irte además hoy es tu primer día de conocer… después de que termine de presentarte todo el lugar te podrás ir…

Kagome le miró con agradecimiento y salieron del lugar, a los quince minutos llegó Inuyasha a donde estaba Sango.

-¡Sango! Al fin te encuentro – dijo acercándose a ella – les estaba buscando por toda la empresa…! – Sango alzó una ceja “¿Inuyasha buscándonos por toda la empresa?” - ¿Y… en donde está…? - miró a su alrededor.

-¿Kagome? Mmm… - se llevó una mano a su barbilla como si lo evaluara – últimamente te has interesado mucho por esa chica Inuyasha… - dijo burlonamente – primero le tratas mal, luego se reconcilian, la buscas a su apartamento y ahora le buscas de seguro para invitarle a desayunar ¿o me equivoco?

“Maldición ¿acaso Sango sabe toda mi vida?” pensó Inuyasha avergonzado.

-¿Me vas a decir o no? – preguntó evitando la mirada de Sango, esta se rió por lo bajo.

-Pues llegaste tarde por que se fue hace unos quince minutos a desayunar con Kouga…

-¡¿Qué?! – preguntó Inuyasha alzando la mano formando un puño - ¿Cómo que se fue con ese lobo?

-Pues si tú no venías a invitarla a desayunar… no se iba a morir de hambre esperándote ¿Verdad? – ante esto Inuyasha se le asomó una vena en la cien.

“Estúpido lobo, ¿Cree que podrá quitarme a Kagome?... pero no voy a dejar que se salga con la suya” pensó Inuyasha y Sango pareció leerle la mente cosa que le hizo asustarse.

-Pues si no te das prisa si te la quitarán… Kouga no es para nada tímido y créeme que a nosotras nos gusta los chicos que saben lo que quieren… - Inuyasha le miró atónito, pero decidió tomar el concejo de Sango y salió con rapidez – recuerda Inuyasha ¡El que se duerme PIERDE! – gritó la chica viéndole irse.
……

-Gracias… - dijo la chica al cantinero el cual le llevó un juego con unas galletas de soya y pan. (Discúlpenme pero no se nada de comida japonesa así que improvisé)

Kouga no dejaba de mirarle con una sonrisa.

-Por lo que me has dicho hasta ahora se ve que eres una mujer muy exitosa…

-Yo no diría exitosa, ya que no consigo conseguir trabajo en lo que quiero “diseño” – respondió Kagome… habían estado hablando de la vida de la joven. De su vida en Kyoto. Luego se fijó en algo que le hizo romper el corazón, una pequeña niña recostada al vidrio de la cafetería, vestía una ropa algo maltratada y miraba triste la comida, esto le hizo entristecerse se levantó de su asiento con rapidez – vuelvo en seguida – dijo, el chico le miró sin comprender, la muchacha se llevó consigo las galletas, junto al pan y el jugo y salió del lugar…

Kagome se acercó a la niña que estaba junto a su madre y les dio toda su comida. La señora le agradeció con una sonrisa de esas de gratitud y le explicó que hace poco había perdido su trabajo, y por pagar la hipoteca de la casa no había tenido dinero para comprar comida… luego se fue agradeciéndole una vez más y Kagome volvió a entrar de nuevo al local donde Kouga le esperaba con una sonrisa.
Se sentaron a comer y cuando terminaron…

-Definitivamente eres una gran persona – Dijo Kouga, Kagome se sonrojó por el halago… - Kagome… se que esto es algo apresurado pero… ¿quisieras ser mi novia?

Kagome se sobresaltó Por la pregunta…

-Kouga ya deja de bromear – rió.

-Hablo en serio…

Pero Kagome se comenzó a reír más aún.

-¿no me crees? Pues bien… - y se levantó de su puesto al momento en el que Inuyasha entraba al local. – ¡escúchenme todos! – dijo en voz alta, todos se fijaron en él.

“¿ahora que piensa hacer?” se preguntó Inuyasha que le miraba atento.

-Hace pocos días he conocido a la mujer de mi vida…!! Que se llama Kagome… - dijo para que todos escucharan. Inuyasha se quedó paralizado

-¿Kouga que estas haciendo? – preguntó Kagome mirándole atónita.

-Y ahora le estoy pidiendo que sea mi novia pero la chica no me cree… pero esto es algo que quiero hacer público… Kagome tú me gustas mucho, es más hasta me he enamorado de ti!!

Esto hizo recibir aplausos de todos los presentes… excepto de Kagome e Inuyasha que le miraban con la boca abierta. Kagome miró a su alrededor y observó a los presentes.

-Pues… yo… eh… yo… - tartamudeó. Roja como tomate… Inuyasha no pudo soportarlo más y salió del lugar muy desanimado…

“Demonios, Sango tenía razón Kouga se me adelantó, Demonios, de seguro que eso le gustó a Kagome y le dijo que sí… le tuve que haber pedido antes que saliera con migo… Pero Inuyasha a ti no te gusta esa chica” volvió a repetirse.

Volvió a su empresa muy malhumorado y contestándole mal a todo el mundo… así pasó toda la tarde. Y fue la gota que derramó el vaso lo que hizo que Sango estallara al ver como una de las empleadas salía corriendo llorando cuando Inuyasha le gritó que le había pedido un capuchino no un mocachino… ha esto Sango entró a la oficina hecha una furia.

-¡¿Pero que pasa contigo Inuyasha?! – preguntó en voz muy alta por el enfado.

-Me trajo el café equivocado…!! – respondió el chico como si eso lo justificara.

-¿Por eso le gritaste que era una incompetente? – Inuyasha gruñó – a ver… - dijo la chica acariciándose distraídamente su cabello - esto tiene algo que ver con… Kagome…

-No te importa…

Ante esto Sango Salió del local y llevó a rastras a Kagome hasta la oficina de Inuyasha abriendo la puerta de golpe y metiéndole a dentro.

-¿Pero que pasa Sango… por que me…? – decía la mujer aturdida al ser metida a la oficina de su jefe. Sango le puso al frente de Inuyasha y se regresó a la puerta y antes de salir les dijo.

-¡Arreglen sus diferencias! – y cerró la puerta de golpe.

Kagome le miró sin comprender con una mirada de “¿Tú sabes lo que le pasa?” pero Inuyasha se dio la media vuelta en su silla.

-¿Pasa algo Inuyasha? – titubeó Kagome ya que no tenía idea de lo que pasaba.

-No, no pasa nada – gruñó el hombre sin lograr esconder su mal humor – dímelo tú…

“¿Qué respuesta era esa?” se preguntó Kagome.

-Fue a mi la que trajeron aquí así que tu dime…

-Nada lárgate – dijo Inuyasha mal humorado. Kagome semi cerró sus ojos.

-Si, te pasa algo… - dijo acercándose al escritorio.

-¡Que no!

-Si, por que estás respondiéndome mal… ¿Qué pasa?

-No es nada… - volvió a repetir Inuyasha.

-Bien… si no me quieres decir me voy… - y antes de que saliera Inuyasha le detuvo.

-¿Qué tienes con Kouga? – preguntó. Kagome volvió a mirarle.

-¿Cómo que… que tengo con Kouga? – repitió la mujer.

-Los vi esta mañana en el restaurante… y oí lo que dijo…

Kagome se enrojeció…

-Nos… ¿nos viste? – tartamudeó enrojeciéndose - ¿Y estás enojado por eso…?

-Veo que está enamorado de ti... – interrumpió algo enojado - te dejaste guiar por las tontas palabras de ese lobo…

-¿Te refieres… cuando Kouga dijo que me amaba? - dijo Kagome sin comprender “¿estaba celoso por eso?”

-No es por eso…! – dijo volteándose con los brazos cruzados…

“si está celoso” pensó Kagome algo triste por el comportamiento del joven.

-Inuyasha solo quiero que sepas que yo no siento nada por él…

-¿así? pues no tenías por que decírmelo… por que yo no estoy enojado…!! – dijo Inuyasha… sintiendo que su mal humor desaparecía un poco y era cambiado a un rayo de esperanza aunque aún dudaba un poco… a kagome no le gustaba Kouga pero… tal vez le dio algo de esperanza.

Kagome suspiró. Y se sobresaltó al ver como Inuyasha se acercaba a ella.

-Por favor dime, te tardaste mucho desayunando con él ¿Pasó algo entre ustedes?

Kagome se quedó con la boca ligeramente abierta… Había estado pensando mal…

-Inuyasha… ¿Acaso pensaste que yo soy una mujer fácil? ¿por eso es que me estás mirando de esa manera verdad? – ha esto Inuyasha se alejó de ella y se pegó contra su escritorio.

-Bueno que querías que pensara si tardaron mucho!!

-pues habrías pensado que fue por que estábamos hablando… ¿Sabes? ME VOY… - se dio la media vuelta para irse…

-hay si… ahora te vas con tu querido Kouga…

Kagome le miró con una mirada matadora…

-¡Me voy a MI CASA TONTO! ¡TONTO! ¡TONTO! – abrió la puerta y la cerró con fuerza… saliendo enojada del lugar…

Nota de la autora: Recité uno de los capi originales de Inuyasha que me encantó, vi que estaba perfecto para esta escena… y espero que no se hayan molestado… bye…

 

Re: ♥♥ "Cambio En Un Mes" ♥♥

CAPITULO #11: Acontecimientos Provocados (Parte I)

Pasó el siguiente día, Kagome volvió a la empresa y terminaron de explicarle los últimos detalles, y comenzó a practicar en la pasarela, la verdad se le iba muy bien, ya que Kienta le dijo que se veía mejor si fuera natural, después de notar que a la chica se le veía hermosa su forma de ser tan angelical… Kagome pensaba que al menos podría reconciliarse con su jefe una vez más ya que en verdad eso había sido una tonta pelea… pero antes siquiera que fuera a hablar con Inuyasha, Kouga se apareció frente a ella con unas rosas y arruinó el momento de reconciliación para ese día ya que Este acontecimiento se regó por toda la empresa y llegó a los oídos de su jefe y la chica pudo comprender que las cosas entre Inuyasha no iban a mejorar mucho, por el hecho de que cuando se tropezaron en el ascensor ni siquiera se dirigieron la palabra e Inuyasha solo le lanzó una mirada de enojo…

…………

-¿Esta es la chica? – preguntó un hombre de ojos claros y cabello alargado de un color violeta claro, mientras que miraba las fotografías de una joven de ojos verdes, cabello negro, muy hermosa.

-Así es… Yaromuru – le respondió el sujeto oculto tras las sombras.

-¿Te quieres deshacer de ella? – preguntó otro hombre con un tatuaje en su brazo mirando la foto y pasándole un dedo por el rostro en la fotografía – sería una lástima perder a otro ser tan hermoso, se parece a Kikyo…

-Por ahora no, solo denle un buen susto…

Yaromaru y el otro ser sonrieron maliciosamente.
………….

Kagome se encontraba en el bar limpiando las mesas con brusquedad.

“No puedo creer que Inuyasha haya pensado tan mal ¿Por qué se comportaba tan infantil?” pensó mientras recordaba sus palabras…



Recordar estas palabras hizo que soltara una exclamación de resignación.

“Le había gustado que sintiera celos pero… ¿Por qué no le trataba con más gentileza?” se había detenido con este pensamiento mientras se iba a la barra y comenzaba a limpiar los vasos con un trapo… “En fin, no le hablaría al menos que se disculpara por que ella no tenía la culpa de gustarle a Kouga” pensó mientras continuaba con su trabajo.

-¿Te pasa algo Kagome? – preguntó la anciana Kaede que al pasar por su lado no pudo evitar fijarse en ella al notar que ya hace tres minutos limpiaba el mismo vaso.

-No, nada… jejeje… ¿Qué me podría pasar? – dijo con una sonrisa inocente – Solo que Inuyasha no puede ser más infantil y desconfiado… - susurró para si, pero al momento no se pudo dejar de escuchar un “Crack” que advertía que el vaso se había partido por la presión con que le limpiaba la chica - lo siento… - dijo distraídamente – descuéntelo de mi pago por favor… - pidió mientras lanzaba el tarro en el basurero, a la anciana le resbaló una gota de sudor por la frente y decidió no seguir preguntando, no vaya a ser que ocurriera otro accidente como aquel…

Pasó la noche normal, Kagome se iba a atender cada mesa con gentileza… rechazó una que otras propuestas de los chicos y se acercó a atender a alguien que había llegado…

-Muy buenas noches… ¿se le ofrece algo? – preguntó amablemente no se había fijado muy bien en él ya que tenía su vista fija en su libreta, lista para tomar sus notas…

-Ah… no sabía que la modelo de la empresa “steel eyetooth” trabajara en un bar… - dijo una voz conocida. Kagome subió su mirada y se quedó atónita al ver de quién se trataba ¡Sesshomaru! – ¡Que agradable sorpresa! – dijo sarcásticamente.

Kagome se quedó sin habla los ojos amarillos de Sesshomaru le veían fríamente y con un cierto tono burlón.

-La verdad es que si, que sorpresa tan agradable… - susurró Kagome sin evitar un tono sarcástico – ¿Desea ordenar algo?

-¿Dónde está Mihoga? No sabía que contrataran un servicio tan pobre… - esto hizo que Kagome se enrojeciera mientras una vena se brotaba en su cien. “¿Qué se creía ese ser?”

En eso llegó el anciano Mihoga a donde estaban hablando, evitando que Kagome dijera algo que a lo mejor se arrepentiría después.

-Buenas Noches amo Sesshomaru… que sorpresa tenerlo presente esta noche… venga pase… - dijo indicándole una mesa vacía en el fondo. Kagome se quedó con la boca abierta al ver el trato tan especial que el anciano tenía para con el hombre… - Niña Kagome por favor tráigale una bebida al amo Sesshomaru… ¿Qué desea señor?
¿Champaña, vino, vodka…?

-Solo un poco de vino tinto – pidió el joven tomando asiento en la mesa más apartada – lo que en realidad venía a ver era como iba el lugar… y veo que le está yendo muy bien…

-¿pero que se cree? – se preguntó Kagome en una voz baja pero audible - ¿Por qué se comporta como si fuera el dueño del lugar? – esto hizo que Sesshomaru se fijara en ella alzando una ceja…

-Discúlpela señor, la señorita no sabe lo que dice… - dijo haciendo una pequeña reverencia y tratándole como si ella estuviera loca, Kagome le miró con la boca semi abierta por la sorpresa - ya le traigo su bebida… ven… - dijo tomándole por la mano y llevándole consigo. Kagome le miraba aturdida al momento en que el hombre le llevó tras la barra - ¿Qué crees que haces?

-Solo digo que el hombre llegó todo engreído como si este lugar le perteneciera… - aclaró la mujer en tono de resignación.

-Kagome… - dijo el hombre mirando a la mujer extrañado – este lugar le pertenece…

-¿Ah? – Kagome abrió sus ojos sorprendida - ¿Cómo que…? ¿Sesshomaru es…? – dijo señalándole a Sesshomaru y luego dando un giro con su dedo refiriéndose al local…

-Es dueño de la empresa ““sacred eyetooth” por lo tanto también dueño de casi todos los bares de la ciudad… - explicó el hombre en voz baja – muy pocas veces el señor Sesshomaru viene acá y las veces que viene es para saber como va el bar… así que por favor Kagome trata de ser de lo más amable con él, es el único que puede decidir que sigamos o no trabajando… - Kagome parecía que no hubiera salido del Shock mientras el anciano Kaede colocaba en sus manos una bandeja – ve a servirle Kagome… y recuerda trátalo como a otro cliente…

Kagome sintió que su mundo se caía mientras caminaba con la bandeja con la bebida y el vaso a la mesa de aquel hombre que le veía… es decir que ella trabajaba para ese ser tan arrogante… maldición eso quería decir que trabajaba para los hermanos Tamazaki… demonios en verdad esos seres eran su destino o era una coincidencia demasiado grande… llegó a la mesa y le sirvió su bebida forzando una sonrisa mientras el hombre parecía haberle leído los pensamientos…

-Que curioso ¿no? – dijo suavemente – tú trabajas para mi hermano y para mí… interesante… - dijo mirándole más interesado en esa joven que era muy hermosa.

-¿Desea algo más? – preguntó Kagome dirigiéndose a él amablemente.

-No, nada más… - dijo. Kagome iba a retirarse pero unas palabras del sujeto le detuvieron en seco – aunque esto no es algo tan malo, es agradable tener a la mujer de mi hermano sirviéndome… aunque pensé que Inuyasha se buscaría algo mejor que una mujer de un bar…

Kagome sintió que su paciencia rebozó el vaso… en pocas palabras le había llamado “Mujerzuela” le volteó a mirar con todo el odio que pudo mientras brotaban chispas de sus ojos se acercó a él seductoramente con una sonrisa algo maliciosa…

-¿Sabes algo? – dijo suavemente – No importa que seas el jefe de este lugar, ni que tengas las empresas que tengas… pero nadie… escúchame bien… NADIE, me llama mujerzuela – y le plantó un cachetada que parecía haberle volado los dientes… luego de esto se fue con rapidez hecha una furia, se quitó el delantal y salió casi que como un relámpago de “La perla” con las miradas de los presentes fijos en ella.

“¡Que coraje!”, pensaba Kagome mientras caminaba por la calle solitaria “¿Será que todos los Tamazaki eran tan engreídos, falta de respeto?” “Llamarla mujerzuela” lanzó un gruñido de desaprobación, luego suspiró, “Se merecía que le hubiera dado esa cachetada pero… estoy segura que después de eso el hombre ya me echó, rayos, después que le había agarrado tanto cariño a ese lugar… pero que mala suerte que perteneciera a ese ser”

La calle era muy estrecha… los faroles se encontraban malos razón por que la calle estuviera tan solo iluminada con la tenue luz de la luna. Al parecer era la única en la calle pero un sonido en el callejón por donde pasaba hizo paralizarle. Se detuvo tratando de escuchar otro sonido pero nada… iba a continuar su camino pero… otro sonido en los cubos de basura… comenzó a caminar asustada, y su temor aumentó al máximo al ver como frente a ella aparecía un hombre encapuchado cortándole el paso… dio un paso hacía atrás con el corazón latiéndole con el sentimiento de miedo, eso no podía significar nada bueno, iba a volverse al bar dándose media vuelta pero, otro sujeto al igual que el anterior salió de este impidiendo que se regresara…

Kagome miró a los dos lados de la calle… los sujetos iban acercándose a ella, se fijó en sus alrededores desesperada y sus ojos se posaron en una calle frente a ella, no sabía a donde iba pero ¿Qué importaba? Lo único que contaba era salir corriendo de ese lugar!! Comenzó a correr por aquella calle… lo único que escuchaba era sus pasos y ha muy pocos pasos de ella los de los sujetos…

-¡Ayúdenme! – comenzó a gritar la joven mientras corría… - ¡Por favor que alguien me ayude! ¡Unos sujetos me persiguen! ¡Por favor…!

Pero uno de los sujetos ya le había alcanzado y le jaló para así…

-¡AUXILIO! – comenzó a gritar la joven con todas las fuerzas de sus pulmones… comenzando a resistirse al sujeto que le sujetaba las manos en su espalda - ¡AUXILIO POR FAVOR QUE ALGUIEN ME AYUDE! – pero el otro sujeto le tapó la boca… iban a tratar de meterle dentro de uno de los callejones, Kagome se fijó en que aquel que le tapaba la boca tenía el tatuaje de una araña… le mordió, lo que hizo que le soltara exclamando una maldición - ¡Ah! – la chica gritó debido a que había sentido un pinchazo en su brazo y se dio cuenta que el sujeto le había inyectado algo, pero también sintió que le había soltado una de sus manos y le dio un codazo en el estómago, trató de correr pero el sujeto aún le tenía sujetada por uno de sus brazos… - ¡AYUDENME! - Trataba de zafarse desesperadamente de aquel que le sujetaba, pero este le tomó bruscamente lanzándole a una pared y sujetándole por el cuello.

-Sujétala Gumo… - dijo el tipo refiriéndose al otro al cual le había mordido la mano, este obedeció y se acercó a la joven de nuevo, Kagome sentía el dolor en su cuello, le estaba asfixiando, casi que no podía respirar… pero antes de que el otro sujeto le tocara… alguien le hizo que cayera al piso plantándole un golpe…

Kagome observó como Inuyasha salía de la nada y le plantaba un golpe al tal Gumo que le tiraba al piso… mientras que Kagome tomó la oportunidad de distracción para juntar todas sus fuerzas y plantarle una patada al sujeto en la rodilla y así logró zafarse por completo de él mientras este además recibía un golpe de Inuyasha…

-Kagome… ¿estás bien? – preguntó Inuyasha corriendo hasta Kagome que había caído arrodillada al piso, comenzando a toser…

-¡Malditos! – gritó Inuyasha volviendo a ver a los sujetos pero para su sorpresa estos ya se habían ido…

-Inu-yasha… - susurró Kagome con dificultad, ya que no podía hablar muy bien debido a que aún estaba demasiado asustada…

-Kagome… - Inuyasha enseguida se arrodilló frente a Kagome con cierto terror, al ver lo debil que lucia la chica.

Kagome sentía el dolor en su brazo izquierdo el lugar donde el sujeto le había inyectado. Se sujetó el brazo e Inuyasha le tomó para observarle. Abrió sus ojos al máximo.

- Que te hicieron? – preguntó tomando la cara de la chica y obligándole a ver sus ojos, esta temblaba. Pero no le contestó – Kagome… ¿Qué te pasa? – dijo al ver como la chica no respondía…

-¡Tenía tanto miedo! – dijo lanzándose al pecho del joven y comenzando a llorar desconsoladamente. Este se notó más tranquilo ante esta reacción de la joven…

-Tranquila… - susurraba Inuyasha suavemente mientras acariciaba la cabeza de Kagome… - … ya se fueron… - decía como si tratara de convencer a una niña pequeña que no había peligro, ella era su niña pequeña…

-Pensé que me harían algo malo… - continuó diciendo la joven casi inaudible ya que su voz se ahogaba con sus sollozos, ademas sentia debilitarse a cada momento – salí del bar, entonces esos sujetos me interceptaron en la calle… estuve corriendo pero nadie salía… tuve mucho miedo… mucho miedo…

-Ya no hay más peligro…

-Por favor… - lo miró, sus ojos verdes se mostraban implorantes – No me dejes sola…

-No lo haré… - contestó Inuyasha. Al momento la mujer cerró sus ojos ahora con una sonrisa en sus labios y calló rendida en los brazos de Inuyasha.

-Kagome… ¡Kagome! – escuchó que Inuyasha decía a lo lejos pero eso no logró despertarle del sueño.

 

Re: ♥♥ "Cambio En Un Mes" ♥♥

CAPITULO #12: Acontecimientos Provocados (Parte II)

Eran las tres de la madrugada, Inuyasha permanecía al lado de Kagome que dormía en un sueño constante… el chico observaba preocupado como la mujer se movía inquieta en la cama… se acercó a ella colocándole de nuevo un paño húmedo en la frente de la joven ya que tenía una fiebre bastante alta, nunca pensó estar tan preocupado y temeroso por esa muchacha… hubiera deseado no verla sufrir de ese modo… tomó su mano al momento de escuchar como Kagome una vez más le llamaba en sueños… se sentía tan impotente al no poder hacer nada…

-Yo estoy contigo… - susurraba Inuyasha… mientras apretaba su mano, pero la chica seguía con sus pesadillas…
…………….

Kagome corría por un bosque, escuchaba los pasos de los sujetos que le perseguían… comenzó a gritar:

-¡INUYASHA! – pero el chico no aparecía ya se estaba agotando, pero no debía detenerse. Podía ver como los árboles pasaban a su alrededor, hasta que se encontró con un vacío… todo estaba oscuro… y la imagen gigante de alguien apareció frente a ella… era escalofriante… un frío le invadió y se sintió penetrada por sus ojos fijos… - ¿Quién eres tú? – gritó al sujeto. Pero su mano gigante se acercaba a ella y le aprisionó – ¡suéltame!

-Nadie puede traicionarme sin aceptar las consecuencias – entonces Kagome lo entendió todo y fue como si su rostro apareciera de repente.

-¿Naraku? ¡Suéltame!

-Y esto es solo el comienzo… - retumbó su voz…

Al momento la chica despertó del sueño con un sudor frío, volvió a entrecerrar sus ojos debido a la luz que había en su habitación, se sentó en su cama mientras se agarraba la cabeza con ambas manos… todo eso había sido tan real… respiraba entrecortado como si en realidad hubiera corrido kilómetros… mejor entraría a bañarse ya que todo eso fue solo un mal sueño… un mal y horrible sueño, del cual necesitaba despertarse. Tanteó con su pie el piso fuera de su cama hasta que logró quitarse las sábanas y abrir por completo sus ojos, pero lo que vio hizo que se sobresaltara… ¿En donde estaba?... ese no era su habitación… estaba en una habitación amplia, con dos grandes ventanales cuyas cortinas ondeaban al viento… había un gran armario al otro lado de la habitación… ¿Qué era ese lugar?

Luego se fijó en la mesita de noche al lado de su cama en donde estaba una fotografía la tomó y observó como en este se mostraba a Kikyo sentada en las piernas de Inuyasha mientras ambos sonreían felices… la volvió a dejar en su lugar aún sin caer en cuenta donde estaba…

-¡Hay! – se llevó instantáneamente su mano a su brazo izquierdo donde sintió un pinchazo, se observó y notó que este estaba vendado.

¡Claro! Ahora todo se le venía a su cabeza, en realidad eso no había sido tan solo un sueño, la noche anterior en verdad había sido perseguida por unos sujetos. Que le inyectaron una sustancia luego apareció Inuyasha y le rescató y luego… No se acordaba más nada… se llevó una mano a su quijada pensativa, pero escuchó el sonido que se hacía al girar la perilla de la puerta y como si se tratara de un reflejo se levantó de su cama de un salto y se fijó en quién había entrado. Ambas personas se quedaron paralizadas mirándose, Se trataba de una jovencita vestida de blanco y de cabello rojizo, se quedaron así unos momentos, la jovencita viéndole algo impresionada...

-Ah… ya despertaste – dijo como saliendo de un trance… y entrando completamente a la habitación con lo que al parecer era una bandeja con comida – no sería muy bueno que te levantaras en estos momentos al menos acuéstate mientras desayunas… - dijo la chica amablemente…

Kagome estaba cada vez más aturdida.

-Disculpa pero… ¿Dónde estoy? – preguntó sin quitarle la mirada de encima a la muchacha que ponía la bandeja en la mesita de noche.

Esta le miró divertida por la pregunta.

-Estás en el apartamento del señor Inuyasha… - contestó la muchacha con una sonrisa – ahora ¿podrías hacerme el favor y acostarte? – pidió amablemente.

Kagome pensó que sería mejor obedecer para luego comenzar a hacer preguntas…

-¿Cómo es eso que estoy en el apartamento de Inuyasha? – preguntó una vez sentada en la cama.

La muchacha colocó la bandeja con comida en las piernas de Kagome y se sentó en un pequeño banco al lado de ella, pero no contestó la pregunta inmediatamente…

-Come… - dijo señalándole la bandeja donde también se encontraba una manzana. Kagome la tomó y le dio un mordisco a esta para luego volverse a fijar en la muchacha.

-¿Por qué estoy aquí? – volvió a preguntar - ¿Y quién eres tú?

-En primer lugar te voy a explicar por que estás aquí… - comenzó a hablar la pelirroja – anoche el señor Inuyasha y tú tuvieron un encuentro con unos asaltantes… al parecer te inyectaron un sedante, - señaló su brazo – para tranquilizarte, eso hizo que tu cuerpo se debilitara y te quedaras dormida en un sueño profundo, El amo Inuyasha te trajo a su apartamento para cuidar de ti, y como estaba tan preocupado me llamó a mí… Mi nombre es Maya… y soy la enfermera del amo Inuyasha. Al parecer fue un sedante bastante fuerte el que te inyectaron ya que además de dejarte dormida… hizo que te diera fiebre… estuviste toda la noche con fiebre y pesadillas…

Kagome se sintió apenada…

-Disculpa… - interrumpió - ¿Tu fuiste la única que estuvo aquí durante la noche no? – preguntó.

-Yo no me quedé toda la noche… - dijo. Y Kagome suspiró aliviada por esta respuesta - quién se quedó fue el amo Inuyasha… - estas últimas palabras hicieron enrojecer a Kagome hasta la médula… y pensó que había sido una peor respuesta “¡Que vergüenza!, ¿Inuyasha estuvo toda la noche cuidándole?”

-¿Inu-yasha? – repitió entrecortadamente, rogando que hubiera escuchado mal.

-Yo le dije que me quedaría yo… pero él insistió en quedarse él… dijo que me llamaría si había problemas… pero al parecer te cuidó muy bien toda la noche, por que despertaste ya sin fiebre… - dijo la chica sonriendo – aunque parece que te subió de nuevo la temperatura por que la verdad estás muy roja…

Esto hizo que Kagome se avergonzara más de lo que estaba y volteara su cara apenada… lo que en realidad le preocupaba de que Inuyasha hubiera estado toda la noche con ella, era que ella había repetido mucho su nombre en sueños y ¿Qué tal si lo había hecho en verdad?…

-Y… ¿en donde esta Inuyasha? – preguntó Kagome tratando de cambiar de conversación.

-el amo, está poniendo la denuncia en la policía… - explicó Maya.

Esto hizo que Kagome se quitara la bandeja de comida de las piernas y saltara de la cama…

-¿Qué haces? – preguntó la pelirroja mirando sorprendida a Kagome…

-Ya me siento mejor así que no se por que motivo debo quedarme aquí… - dijo Kagome arreglándose la falda… (llevaba el mismo atuendo que el día anterior)

-No puedes irte así como así… - Maya se levantó de su puesto.

-Ya me siento mejor, ya puedo caminar… ya no estoy dormida, no tengo fiebre, no veo el motivo por el cual no irme… - dijo Kagome haciendo ademán para ir a la puerta…

-Pero es que ni siquiera has comido- trató de detener la enfermera, ante esto Kagome señaló la manzana a la cual solo le había dado un mordisco.

-Bien gracias por la manzana… - dijo dirigiéndose a la puerta la abrió y salió al pasillo.

-Pero… - volvió a hablar Maya, pero Kagome se volvió a ella y le dirigió una mirada curiosa…

-Disculpa… ¿podrías decirme donde está la puerta de salida? – preguntó con una sonrisa.

-Eh… por allá… - señaló la pelirroja amablemente.

-Gracias – dijo Kagome dirigiéndose a donde la chica había señalado.

Luego a esta le resbaló una gota por la cien y se dio cuenta de lo que acababa de hacer…

-No, espera… - dijo siguiendo a Kagome que no le hizo caso – el amo Inuyasha no me perdonará si sabe que te fuiste… me pidió que te cuidara mientras el llegara y…

-No me importa – respondió Kagome cortándole pero sin dejar de caminar, la muchacha se quedó con la boca abierta ante esta respuesta – Mira… tú ya me cuidaste, sería muy injusto que él te culpara solo por que yo ya estoy en condiciones para caminar… además dile que me voy a mi casa…

Salió del apartamento fue al ascensor bajó. Eran un lugar con apartamentos de esos lujosos… nada comparado con el suyo, salió por la puerta principal, y miró a su alrededor… la verdad no quería estar sola pero… estaba tan avergonzada que parecía que su vergüenza podía más que su miedo… se detuvo en la esquina mirando a su alrededor en busca de que camino tomaría… nunca había estado en ese lugar… decidió pedir un taxi que le llevara a su casa… iba a cruzar la calle que supuestamente estaba vacía, pero cuando ya iba casi que a la mitad de la vía escuchó su nombre…

-¡Kagome! – Kagome giró sin detenerse, se trataba de Inuyasha que le miraba haciéndole algunas señas… la chica volteó a mirar a la calle y se congeló por la impresión, una motocicleta iba a toda velocidad a donde ella estaba parecía que su intención era atropellarle o algo… pasó tan cerca de ella que le rozó empujándole haciendo que cayera al piso doblándose el tobillo y al querer detener la caída con su mano izquierda se la lastimó también… Inuyasha se dirigió corriendo a donde estaba ella… el sujeto desapareció.

-Kagome… - dijo Inuyasha corriendo a su encuentro – maldición, ¿estás bien?

-No, creo que me lastimé u poco… - dijo acariciándose la muñeca mientras sentía el dolor no solo en su muñeca si no también en el tobillo.

-¿Por qué saliste del apartamento? - preguntó Inuyasha enojado – Después de lo que pasó anoche ¿Vienes a salir así como así?

A Kagome se le humedecieron los ojos viendo al muchacho regañándole…

-¿Qué acaso Maya no te dijo que te quedaras acostada? – preguntaba serio.

-Si… pero… - comenzó a decir Kagome con voz chillona.

-¿Qué no crees que esos sujetos quieren hacerte daño?

-Si… pero…

-¿Cómo crees que me hubiera sentido si te hubiera pasado algo malo Kagome? ¿Que no sabes que eres importante para mí?

-¡Discúlpame! – exclamó Kagome casi que al borde de las lágrimas – ¡en verdad no sabía que mi caso fuera tan grave! ¡No sabía que un sujeto estaría ahí! Solo perdóname, pero entiéndeme yo también estoy muy asustada con todo esto…

Ambos se quedaron observando Kagome sentada en la acera con lágrimas brotándole de sus ojos mientras Inuyasha estaba arrodillado frente a ella, y con las palabras de la chica el temor que había sentido se desvaneció y ahora fue cambiado por cariño ante los ojos inocentes de esta pequeña, se sintió mal por como le había hablado en realidad lo que quería hacer era abrazarla como la noche anterior y decirle que todo estaba bien, pero sin casi darse cuenta su plan cambió drásticamente y había comenzado a regañarle…

-¿Puedes levantarte? – preguntó a la muchacha con una voz suave y dulce que hizo que ella se sintiera más tranquila. Esta asintió.

Inuyasha con mucha suavidad le ayudó a levantarse pero la chica cayó entre sus brazos ya que perdió el equilibrio…

-Me duele el tobillo no puedo afincarlo… - se explicó mientras bajaba su mirada apenada por haber caído entre sus brazos y hacía todo lo posible por mantenerse en pie…

Inuyasha se dio la vuelta lentamente y se arrodilló…

-Vamos… sube… - le dijo. Kagome le miró incrédula ante este gesto… - sube, que te llevaré al apartamento – insistió a lo que la muchacha asintió. la calle estaba desierta… no podía creer que todo eso había pasado sin que absolutamente nadie se enterara.

Inuyasha entró de nuevo al lugar con la muchacha cargada a su espalda… Kagome estaba tan apenada por todos los problemas que le había causado a Inuyasha, estaba sonrojada no se imaginó estar nunca en aquella situación. Subieron al ascensor cuando Inuyasha habló suavemente.

-Discúlpame por como te hablé… - dijo con una voz suave Kagome no podía ver su rostro, así que no pudo notar lo sonrojado que estaba Inuyasha – es que me preocupé tanto por ti… cuando vi que ese sujeto se dirigía a ti en aquella moto me aterré…

-¿Por qué todo esto me está pasando a mi? – habló Kagome con voz entrecortada pero clara - ¿Por qué esos sujetos quieren hacerme daño? Yo… ¿Qué les hice?

Inuyasha guardó silencio el se imaginaba la razón por lo que pasaba todo aquello pero sentía temor de que si lo revelaba, Kagome ya no quisiera pertenecer más a la empresa y no volvería a verla… ¿Por qué tenían que agarrarla con Kagome?

-he estado pensando… - susurró Inuyasha, no sabía si la chica aceptaría pero fue lo que mejor se le ocurrió para protegerla al menos por ese fin de semana – Tengo una pequeña casa a las afuera de la ciudad… está como en un campo… es muy tranquilo, y casi nadie sabe de su ubicación, pensé que podríamos irnos por este fin de semana y así nos tranquilizaríamos ambos y tendríamos más tranquilidad…

Guardaron silencio mientras salían del ascensor…

-¿Ir… solo… contigo? – preguntó Kagome pensativa.

-Bueno sí… - dijo el chico sonrojándose un poco, es verdad esa chica no aceptaría ir sola con él… tal vez pensaría que se trataba con otras intenciones a parte de descansar – aunque… te comprendería si no quisieras ir… - agregó rápidamente – ya que, como no nos conocemos mucho, entiendo que no confíes en mi y…

-Confío en ti… - se apresuró a decir la joven – y sí… - sonrió – me gusta esa idea de irnos a descansar a ese lugar…

Inuyasha se sintió más tranquilo ante esta respuesta, en verdad esa jovencita confiaba en él…

-Entonces está decidido… - sonrió Inuyasha abriendo la puerta de su apartamento – nos iremos al mediodía.