Tema en 'Habitaciones' iniciado por Insane, 17 Mayo 2019.

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    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
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    La habitacion está brillando de limpieza, estando todo en su lugar. Lo único distinto es que están dando muñecos infantiles en el televisor, y hay 2 hamburguesas con jugo de frutilla relleno de hielo picado.

    "—Las caricaturas son buenas para pasar el rato. Descansen y tengan lindos sueños

    Att: Agnes ♥."

     
    Última edición: 4 Junio 2019
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    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Franklin Maxwell

    Desconectado...

    De nuevo, otro apagón mental, estaba tirado allí en el suelo con los brazos y piernas abiertos mirando al techo, el suelo se sentía afelpado, cerré los ojos por un momento para recapitular:

    — un segundo es-estaba en aquella arena vi-viendo a Laila luchar, vi-viéndola suf-sufrir nuevamente mi-mientras me quedaba en completo silencio, de-de nuevo vi a Galen en otra-otra fila... un-una chica sentada a mi lado ¿Mi-mi camisa no estaba ro-rota? est-es-esta parece nueva... m-me han vestido de limpio... ¿Qué es esta habitación? — Miraba a los lados viendo símbolos de dinero en las paredes, el suelo en efecto era afelpado, negro, muy limpio todo y un olor delicioso inundaba mi nariz mientras se escuchaba cerca sonido de una tv. Me levanté y cayendo en cuenta de que tenia amarrado a mi mano mi mochila y la mascara guardada allí adentro. ¿Cu-cuando la he guardado? ...

    — Des-desconectado... mucho ti-tiempo desconectado... ¿qué me esta pasando? — me decía mientras luego de levantarme de allí tirado, empece a caminar siguiendo el olor, allí estaban dos platos con hamburguesas frente a mí y un par de vasos de jugo/zumo... y en la tele a pocos metros, Bob Esponja en la tele...



    Recuerdos fragmentados, ha-hay vacíos, Laila, Patricio Estrella, Cuidar a Aimi, Rocky la Roca, ¿Qui-quien es Aimi? no entendía nada, solamente sabia que estaba todo muy tranquilo... y no había otras voces. Daba pasos pequeños aterrado de lo que se presentaba y entre en aquel pequeño baño, abrir el grifo, hacer cuenco con mis manos, lavar mi cara... el espejo lleno de vapor, dibujar una cara feliz antes de limpiarlo completamente, ve-ver mi cara en el espejo... ¿mi-mi cara? ¿Cuando fue la ultima vez que pu-pude acariciar mi rostro o-o lavar mi cara? ¿Desd-desde cuando no veía mi propio reflejo? ... alg-algo no encajaba.

    Algo estaba mal, algo faltaba... esto, esto estaba mal, ¿pero que me faltaba?
     
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    Etihw

    Etihw The Golden Witch Comentarista empedernido

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    Como me retrasé yo también quería hacer lo mío en Fantasías y nadie me parará >:c (?) Lo siento Ghosty </3
    Aimi Shiotani~

    Aimi había decidido dejar a solas a aquella pareja que, al parecer, no pudieron formalizar su relación hasta haber llegado a aquel espeluznante lugar. Sentía todavía su cara roja tras ver aquellas muestras de amor tan íntimas, pero el corazón le latía como loco por lo bonito que fue ese momento tan especial para ambos.

    También se había dado cuenta de la mirada fija de Laila en ella antes de haber decidido levantarse, aún envuelta en la toalla, porque la verdad es que le avergonzaba ser la única con el traje de baño. Pero no se la devolvió, solo vio por el rabillo del ojo cómo se marchaba junto a Shawn, sin saber aún cómo se sentía con ella, y así fue haciendo el resto.

    ¿Y ella? Ella aún debía cambiarse, ¿no? Pero... ¿y si iba a su cuarto así? No, claro que no. No debía... ¿la regañaría Agnes por quedarse con aquel bañador tan especial para ella? Un bañador que le recordaba a papá.

    Se agachó en la arena, muy cerca de la orilla y suspiró. Miró con calma las olas, como si no tuviese prisa. Como si no le importase lo que le pudiese suceder por tardarse más de la cuenta. Que el tiempo era algo que no pasaba si no apartaba la vista del agua, ondeante, cristalina, fresca. Se abrazó a sí misma, no sintiendo ningún calor ante su propio contacto. Eso la decepcionó, y admitió que llegaba a extrañar los brazos de Shawn y de Cathy. ¿Extrañaba los de Agnes también? No lo sabía.

    Pero... en los brazos de aquellos dos jóvenes que la abrazaron sin una pizca de mal... había sentido cómo aquella calidez marchitaba un poco los problemas que le rondaban por la cabeza sin parar. Le reconfortaron. Poco le importó en ese momento que Cathy la abrazase solo porque Shawn se lo pidió. Le molestaba aquello, mucho, pero aún así lo agradecía.

    Y también agradecía con todo su corazón que Shawn y Laila estuviesen bien. Al menos se veían así, y eso era un alivio para toda la culpa que sentía. Se sentía demasiado culpable por todo lo sucedido, eran demasiadas coincidencias como para pasarlo por alto. Debía de haber algo mal con ella, con su actitud o su manera de actuar. ¿Pero el qué? Eso la desesperaba. Le desesperaba no saber el paradero de Balto tras lo que vio, pero no podía hablar de ello. Ya no. Temía la respuesta.

    Pero algo le decía que pronto lo iba a saber.

    Vio el pequeño montículo de arena a su lado, y con cierta desgana, le intentó dar mejor forma. Hizo un intento de una pequeña torre y con su dedo, con cuidado, hizo una pequeña ventana en lo más alto, antes de tocar el techo puntiagudo de la edificación. En ella colocó una preciosa concha pequeña que encontró en la tierra cercana, y sonrió con tristeza al levantarse.

    Aquel sería el cuento de una pobre princesa atrapada en una torre que pronto las olas se llevarían, acabando con su miserable vida.

    Ojalá esa concha fuese ella. Ojalá su miserable existencia desapareciera.

    Se dirigió con prisas al vestidor para cambiarse con rapidez, y salió del lugar corriendo tras dejar el traje de baño en la misma silla.



    Caminó deprisa por el pasillo, con los guardias echando humo por lo lenta que fue, dándole empujones para ir más rápido, como si los estuviese retrasando en algo. Bufó molesta, mordiéndose la lengua, cerrando la puerta con fuerza. Al parecer todo el personal de aquel lugar era maleducado, bruto y no conocía lo que eran los derechos humanos. Como si pudiesen hacer lo que les diese la gana.

    Con el ceño fruncido de la molestia que contenía, observó su nueva habitación, completamente distinta a la que estuvo anteriormente. Le gustaba la alfombra, pero los cuadros le parecían una burla hacia los problemas económicos por los que pasó toda su vida. Como si Agnes burlándose de ella y de su padre, y eso no le gustaba nada de nada.

    Cruzó sus brazos apartando la mirada de las paredes, viendo la comida y la bebida fresca que habían dejado allí, para dos personas. Su vista se dirigió a la puerta entreabierta del baño, escuchando el sonido del agua del lavamanos correr, y pequeños chapoteos como si alguien estuviese usando esa agua constantemente. Intuyó que su compañero de habitación estaba allí metido, e indiferente se giró a su propia hamburguesa para cogerla, planeando comérsela.

    Se sentó en el suelo, porque estar en la cama solo le daría más sueño, y empezó a morder su comida mientras miraba concentrada la tele. No se iba a quejar de ello, pero le parecía algo curioso el hecho de que la televisión estuviese puesta en un canal de dibujos animados. Masticó la comida, pero no se sentía con las fuerzas suficientes como para comérsela entera, así que la dejó en una esquina de la mesita.

    Miró de soslayo la puerta del baño y se dirigió a una de las oscuras esquinas de la habitación, sin entender muy bien el porqué. Simplemente le apetecía sentarse allí, abrazar sus rodillas y quedarse en su mundo nuevamente, protegiéndose de todo. Quería que aquella oscuridad que veía se la tragase, se la llevase lejos.

    <<”Es en las noches de diciembre, cuando el termómetro está a cero, cuando más pensamos en el sol”>>

    La sonrisa de su padre le llegó a la mente, desvaneciéndose tan pronto como apareció. Se desvaneció, tal como el sol, la calidez, el suave viento que la saludaba todas las mañanas cuando iba a la escuela. Extrañaba el olor de su hogar, las cenas con su padre, las tardes de lectura y de estudio, o los dulces que compartían juntos en algún momento especial. Extrañaba todo eso y más, aún tenía mucho que hacer por él en el futuro, mucho que experimentar. Pero estaba allí, encerrada, sola, sin saber ya qué hacer. Todo le dolía, su corazón se rompía una y otra vez. No podía hacer nada por ella misma ni por nadie más. No podía ayudar a aquellos que fueron buenos con ella, solo les traía desgracia. ¿Por qué era tan inútil? Sintió que se había preparado tan bien para lo duro que era el mundo, pero esto no era nada comparado con lo que se esperaba.

    Horrible.

    Doloroso.

    Insoportable.

    Apretó más su agarre, sollozando. Quería ver a papá una vez más.


    Me voy ya a la oficina, sorry Ghosty, I love you </3
     
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    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Franklin Maxwell


    Para cuando salí del baño ya era tarde, alguien había entrado, alguien había comido, alguien se había ido. Y nuevamente, estaba solo.
    Cualquiera pensaría que que el orden de las cosas estaba errado, esa indecencia, esa falta de etiqueta, ¿Porque abrías de comer en tu propia habitación e irte sin conocer a tu compañero? o quizás ya me conocía y prefirió no volver a verme.


    Busque por los al rededores a ver si conseguir discernir algún control remoto para la tv, pero sin haber hallado nada, decidí toquetear el aparato a ver si conseguía algún botón para cambiar el canal... cuando de repente, cambio solo, reconocía las voces, reconocía el dialogo, era uno de mis capítulos favoritos de la serie.

    Tome mi vaso de jugo de frutas y le di un sorbo, tome mi hamburguesa y la comí lentamente, mientras replicaba con mis labios aquel pequeño y delicioso monologo, lo conocía de memoria, lo conocía, lo respetaba, lo amaba, había algo en aquellas cortas palabras que sentía que eran solo para mí, aunque es una locura, no soy especial, tú no eres especial, nadie es especial bajo ningún motivo.


    [​IMG]

    Me arrastre por la cama y tire las almohadas, busque mi bolso y vi dentro de el, saque la mascara bordeándola con mis dedos para sentir su tacto, para sentir aquellos dos agujeros por donde deberían estar los ojos de alguien, me levante de aquella cama llevando conmigo ese cosa, me dirigí de nuevo al espejo, abrí el grifo con agua caliente dejando que la habitación se empañara por la humedad, la cara feliz que había hecho hace minutos atrás ya no estaba en aquel espejo. Colgué la mascara en una esquina de aquel espejo mientras me sonreía a mi mismo a través del espejo y me señalaba con ambas manos...

    — Entonces... tú no eres Ricochet ¿Verdad? no, seria imposible... Es el mas débil de todos, sin ofender, un Ricochet no mataría ni a una mosca, demasiado temeroso, demasiado inocente, demasiado... solitario ¿no es verdad?

    — Pero... tampoco parece ser que sea DJ, no va con su personalidad, ni su energética forma de ser... no, Daniel puede ser un idiota, un mujeriego, un adicto, pero no hay verdadera maldad en sus actos, simplemente se divierte. ¿No tiene el intelecto, no lo crees?

    .
    .
    .

    — ¿Eso nos deja solo tres cartas, no es verdad? pero... Tampoco puede ser Bob, sí, es un lunático, es mi parte obsesiva compulsiva, la de todos, puede ser arrogante, pero tampoco es el tipo de cosas que hace.


    — Y entonces, se terminan de apagar las luces del espectáculo y sobre el escenario solo queda una persona separada en dos, separada por un fino cristal, por el reflejo de su cuerpo contra el espejo, de un alma que estando en añicos y queriendo reconstruirse, creo diversos reflejos de si mismo en menor y mayor escala...

    — Y entonces, solamente queda Frank y queda Michael.

    — Y entonces, queda un hombre hablando frente al espejo... hablando a una mascara.

    — ¿Sabes? si me hubieran dicho que podía perderme a mi mismo de esta forma, que alguien mas podría usar mi cuerpo sin pedir permiso, el tan solo pensar sobre si eres real o un personaje mas en la mente de alguna persona, si acaso todo tu ser, toda tu existencia no sea el mal sueño de un niño, o un vulgar monigote creado a partir de las palabras de un montón de personitas que luego cuando terminen de no lo sé, ¿de jugar a ser otra persona? simplemente pasaran pagina y quedaras olvidado en un rincón... mientras ellos crean a otro nuevo, mientras te reemplazan por un nuevo sueño, una nueva idea... ¿qué es real, Michael?

    — Eres todo lo que siempre quise ser, eres todo el personaje que nunca me atreví a ser... hasta ahora.

    — He vivido mas en estos últimos días mas que durante los últimos 24 años, gracias, aunque ya se que esto sera mi despedida momentánea, supongo que la narrativa debe continuar y mi única entrada faltante es en el cierre. Aunque a ti tampoco te queda mucho rato mas con esta vieja mascara, nunca pensé que decidirías que llegara hasta estas alturas.

    Dibujo con sus dedos por ultima vez sobre el espejo un ultimo mensaje, mientras con la otra mano recogía la mascara para acariciarla antes de tirarla al basurero.

    El ultimo mensaje de Franklin Maxwell antes de desaparecer dentro de su propia mente nuevamente no estaba dirigido a si mismo, quizás tampoco a sus otras personalidades, quizás era para otras personas, los únicos aparte de si mismo que podrían saberlo antes de que desapareciera de aquel espejo como por arte de magia al restaurarse la humedad de la habitación.

    Sobre el espejo decía:
    "Hasta luego, amigos."
     
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