Tema en 'Habitaciones' iniciado por Insane, 17 Mayo 2019.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    Vio a Shawn mientras se negaba con ahínco y, luego, parecía pensarlo dos segundos y reanalizar la situación. Cada vez comprendía con mayor claridad lo poco efectiva que era su postura ante los mandatos de Agnes; no le extrañaba que hubiese caído en la habitación castigo. Si se negaba a un pedido tan estúpido e infantil como un masaje, no quería ni imaginarse qué más podría haber rechazado.

    Si no empezaba a aprender le iba a ir mal. En un escenario diferente, Connie iría sin cuidado con respecto a eso; pero ahora la petición también le concernía a ella, y no planeaba arriesgarse a la ira de Agnes.

    —Me convertiré realmente en tu niñera si sigues actuando como un niño, Shawn —soltó, cruzándose de brazos y suspirando; no sonaba molesta, sólo ligeramente cansada—. Me lo pensaría dos veces si la petición fuera darte un baño o, no sé, comer de tu vómito. —Soltó una risa amarga ante su propia idea y se pasó una mano por el rostro, echándole un vistazo a la mesita móvil—. Pero es un estúpido masaje y haremos feliz a la loca. No sé tú, pero me parece un trato bastante poco dañino. Además —agregó, sentándose al pie de la cama, junto a él, mientras tomaba el pote de crema y lo observaba—, conozco esta crema y es buena. Te relajará los músculos como no tienes idea. ¿Qué dices?

    Le sonrió, buscando infundirle ¿ánimos, quizá? No, más bien confianza. Se olía una cuestión de orgullo detrás de su tozudez; no le importaba si tenía que ver con mierdas relacionadas a su dignidad masculina y demás, sólo le interesaba que aprendiera a ceder de vez en cuando. Sobre todo cuando ella también estaba subida a la balanza. Realmente no creía que intentar engañar a Agnes con una excusa tan voluble valiera la pena; aunque no las vieran, seguro había cámaras en las habitaciones; y si no cámaras, como mínimo micrófonos.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
  2.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    Se reincorporó con el ceño fruncido mientras seguía a Connie con la mirada, no muy contento con su primer comentario. No obstante no dijo nada, pues en el fondo sabía que tenía razón. Se sentó de piernas cruzadas, apoyando su mejilla en la palma de su mano, escuchando lo que decía con cierto desinterés en lo que se refería al maldito bote de crema. Podía hacer un esfuerzo en no buscarle las cosquillas a Agnes, pero dejarse cuidar por otros iba a ser algo mucho más difícil de tratar, sin lugar a dudas. Aún así, la sonrisa que le dirigió Connie relajó un poco su expresión, y desvió la mirada, enfurruñado.

    —¿Acaso tengo elección? —inquirió sin muchos ánimos, mientras la chica se sentaba a su lado. Le daba igual que conociese esa crema y que fuese todo lo reparadora que fuese, solo requería de una jodida siesta para recuperar fuerzas, nada más. Le había quedado claro, aún así, que no tenía elección, por lo que se sentó en el borde de la cama haciéndola agitarse con suavidad, y se sacó la camiseta para dejarla sobre su almohada, soltando un bufido. Le dirigió una mirada de reojo, expectante—. ¿Cómo quieres que me coloque? ¿Tumbado o sentado?

    Y volvió la vista al frente, ligeramente abochornado.
     
    • Zukulemtho Zukulemtho x 3
    • Adorable Adorable x 2
  3.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    Se encogió de hombros mientras gateaba sobre el colchón de agua hasta sentarse detrás de él y soltaba un breve suspiro.

    —Así está bien —soltó sin más.

    Estaba ligeramente molesta; sentía su interés mermando poco a poco y eso significaba aburrimiento. No iba a negar las buenas vistas del príncipe, pero su actitud era más infantil de lo que habría pensado en un primer momento. La verdad, prefería al muchacho hipócrita que hacía la charla amena y sonreía tan bonito, y tampoco le interesaba tanto como para trabajar arduamente en pos de eso.

    Ah, qué difícil situación.

    Abrió el pote y olió su contenido brevemente, arrancándole una sonrisa. Si le diera masajes a Shade con eso terminaría queriendo morderse su propio brazo. Sacó un poco de crema con la mano derecha y la distribuyó también en la izquierda, para luego comenzar a masajear con movimientos circulares la parte alta de la espalda de Shawn. Su piel era más cálida que la propia al contacto.

    —Cuéntame de Laila —murmuró, suave.

    Había que matar el tiempo con algo, y Connie odiaba pocas cosas tanto como el silencio. Supuso que la mejor forma de soltarle la lengua al muchacho era mencionando a su novia quien, además, estaba encerrada en aquella prisión con ellos. No parecía un mal trato ir conociendo a sus futuros enemigos o aliados.
     
    Última edición: 24 Mayo 2019
    • Adorable Adorable x 5
  4.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    El tacto de la crema sobre su piel se sintió más tibio de lo que esperó en un primer momento. Desde su lugar pudo percibir el suave olor a chocolate que emanaba de la misma, destensando un poco sus hombros en un intento por relajarse, haciéndole el trabajo algo más fácil a la chica. Ninguno de los dos ganaría nada si se mantenía tan férreo como un bloque de hormigón, a fin de cuentas.

    "Cuéntame de Laila"


    Aquella petición tomó al albino por sorpresa, no supo discernir en un primer momento si para bien o para mal. Shawn amaba hablar de Laila, y en cualquier otra circunstancia no hubiese dudado en aceptar, pero tener que hacerlo cuando se encontraban en una cárcel y hacía mucho tiempo que no sabía nada acerca de su paradero, costaba. Aún así Connie le había contado acerca de su padre, por lo que se sentía en la obligación de hacer lo mismo por ella.

    Después de todo, a él tampoco le gustaba estar en silencio.

    —¿Recuerdas lo que te conté en el autobús? ¿Que practicaba esgrima? —comenzó a hablar finalmente, haciendo una pequeña pausa para reordenar las ideas—. Conocí a Laila allí. Era apenas una niña, pero se desenvolvía de una forma magistral con la espada. Recuerdo que me sentí humillado el día que me venció, siendo apenas una novata. Desde entonces se ganó mi admiración, y no descansé hasta que tuve mi revancha —sin darse cuenta soltó una suave risa, genuina, mucho más sincera que todas las que Connie había podido oír hasta entonces. Cerró los ojos, dejándose llevar por las manos de la chica moviéndose sobre su espalda, los recuerdos aflorando uno por uno en su cabeza—. Pronto me di cuenta de la sumisión que caracterizaba a Laila, dejándose doblegar por sus superiores en más de una ocasión sin hacer nada por evitarlo. Acabé tomando la costumbre de sacarla de esas situaciones, de defenderla, y ella pareció acostumbrarse a mi protección.

    >>Una chica dependiente de los demás, y un chico obsesionado con cuidar a otros. El resto, como podrás imaginar, fue solo cuestión de tiempo.

    En ese entonces, cuando terminó de hablar, sintió un gran deseo de abrazarla. Entre sus brazos era el único momento que podía sentir su corazón calmarse, que todo estaba bien al menos durante escasos segundos, no necesitaba más. Y ahora que había pasado días enteros sin verla, con la preocupación de saber si estaría durmiendo bien, si estaría siendo bien tratada carcomiéndole por dentro, la extrañaba más que nunca.

    Sus labios se movieron solos.

    —Laila está aquí por mi culpa —se llevó una mano a su cabello, agitándolo con cierta frustración—. Ni siquiera sé si lo que hice es cierto o no, pero no puedo evitar pensar que si no me hubiese conocido, ella no estaría aquí ahora.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Sad Sad x 3
  5.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    A medida que oía la historia de Shawn, la imagen mental de dos piezas de rompecabeza encajando una con otra acaparó sus pensamientos. Al final, él mismo se lo confirmó con sus palabras, ante lo cual Connie se sonrió. Había ido subiendo hasta sus hombros, haciendo presión circular con sus pulgares donde suponía que los masajistas solían hacerlo. La verdad, nunca había dado un masaje en su vida, así que estaba improvisando.

    "Laila está aquí por mi culpa. Ni siquiera sé si lo que hice es cierto o no, pero no puedo evitar pensar que si no me hubiese conocido, ella no estaría aquí ahora."

    —¿Cómo acabaron aquí? —preguntó, en voz baja.

    Estaba noventa y nueve por ciento segura de que no era culpa de Shawn haber terminado en Wonderland, pero no tendría sentido intentar refutarlo sin conocer la historia. También estaba noventa y nueve por ciento segura de que jamás le había preguntado a Laila qué opinaba ella, si lo culpaba por el destino que les había tocado. Tenía toda la pinta de ser la clase de persona que gusta de autoconvencerse con ideas preconcebidas y lecturas erróneas, totalmente sesgadas, de su entorno. ¿Y cómo hacer cambiar de parecer a alguien tan cabeza dura como él? Ella no podría, ni en un millón de años. Ni siquiera Laila, a decir verdad.

    Era una tarea que debía afrontar solo.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Ganador Ganador x 1
  6.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    De alguna u otra forma, Connie estaba consiguiendo relajar a Shawn de tal forma que no parecía resultarle difícil ser completamente sincero con ella. Entre la tensión que estaba logrando desprender de sus hombros, su tono de voz suave y su aparente interés, el albino por primera vez desde que llegó a la prisión se sentía en calma. Una calma que estaba destinada a perecer en cuanto sus manos dejasen de recorrer su espalda, pero que aprovecharía hasta el último momento.

    Por primera vez, fue capaz de contarle a alguien acerca de ese tema en concreto.

    —Violé a dos chicas hasta morir desangradas ante mis ojos —su tono de voz sonó calmo, monocorde, algo que en otro momento no hubiese sido capaz de lograr sin que se quebrase—. Mis recuerdos de aquel día son difusos, y Agnes ha sido capaz de hacerme dudar tanto de mí mismo que ya no soy capaz de discernir cual de mis recuerdos es real y cual no. Recuerdo escuchar un grito y echar a correr para ver qué sucedía. Recuerdo también que Laila estaba allí, siguiendo mis pasos. Recuerdo ver la expresión agonizante de una de las chicas, y...

    Tuvo que obligarse a detenerse. Sabía que si seguía hablando acabaría llorando, y ya se había autocompadecido lo suficiente aquel día. Tomó una bocanada de aire procurando no hacer ruido, Connie tan solo pudo notar cómo tensaba los hombros al cortar sus palabras, y una vez se hubo calmado decidió cambiar de tema. Por su bien.

    —Me preocupa que Agnes esté tan centrada en esas cartas. Está por pasar el primer día y aún no tuvimos la oportunidad de conseguir más de estos caramelos del demonio.
     
    Última edición: 25 Mayo 2019
    • Sad Sad x 3
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  7.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    "Violé a dos chicas hasta morir desangradas ante mis ojos"

    Puede que las manos de Connie se hayan detenido por un breve instante al oír aquellas palabras; puede que haya abierto grandes los ojos, y contenido la respiración un segundo. Puede, también, que una sonrisa divertida se haya dibujado en sus labios. El resto del relato no tuvo tanta importancia como aquella primera frase, que activó todas las alarmas de su cerebro. Pero no eran precisamente las alarmas de peligro, sino las de...

    —Qué osado de tu parte, Shawn —murmuró, una ligera nota de diversión danzando en su voz, mientras sus manos descendían lentamente por los brazos del chico para volver a subir—. Contarle eso a una chica, a solas en una habitación.

    Soltó una risa breve. Los hombros del chico se habían tensado y ella flexionó los brazos sobre ellos, dejando caer suavemente su cuerpo sobre él.

    —Te aconsejaría no creer una palabra de lo que Agnes dice —dijo, viéndolo por sobre el hombro, y le sonrió amplio—. Estoy segura que todos aquí somos inocentes.

    Bueno, al menos de los crímenes de los cuales se los acusaba, claro. No podía decir a ciencia cierta que Shade y ella fueran personas inocentes en toda regla; por eso, tampoco podía decirlo de Shawn. En definitiva, no tenía idea si ese muchachito encantador y lamentable a partes iguales sería capaz de violar a dos chicas, pero jugaría a eso. Jugaría a confiar en él ciegamente, mientras lo mantenía cerca para ver de qué era capaz. Además, no le venía mal llevarse bien con alguien que no fuera Shade allí dentro; con los demás no había tenido tanta suerte.

    No, no eran alarmas de peligro. Eran alarmas de interés. Esas que habían comenzado a apagarse hace diez minutos y ahora resonaban de vuelta.

    Luego de hablarle casi al oído, Connie se separó lentamente y se sentó junto a él, dejando el pote de crema en la mesita móvil y extendiéndole la camiseta.

    —Puede que estas cartas sean nuestra forma de conseguir los caramelos —comentó, cruzándose de piernas, mientras se inspeccionaba las uñas para quitarles los restos de crema acumulada; una sonrisa divertida se extendió en sus labios y entornó los ojos hacia Shawn—. ¿Cómo lo hice, eh? Fue mi primer masaje, siendo sincera, así que acepto críticas constructivas.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Zukulemtho Zukulemtho x 1
  8.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    "Qué osado de tu parte, Shawn. Contarle eso a una chica, a solas en una habitación".

    —Considérala una advertencia en agradecimiento por el masaje, ahora que sabes que tienes que compartir cama con un violador —comentó, sin más, denotando cierto tono jocoso en la voz. No pretendía probar su inocencia ante Connie, ni mucho menos; quedaría en manos de la joven saber con qué ojos vería al albino de ahora en adelante. Notó cómo se inclinaba hacia delante, reposando los brazos ajenos sobre sus hombros, y no pudo evitar sentirse contagiado ante la amplia sonrisa que le dirigió desde su lugar. Soltó un amplio suspiro, asintiendo con calma, y le sonrió de vuelta, esta vez con sinceridad—. Te tomo la palabra, entonces.

    Connie se recolocó sobre el colchón una vez hubo dado por concluida aquella sesión de masaje improvisada, devolviendo a su lugar el bote de crema, y le extendió la camiseta antes de comenzar a limpiar los restos del ungüento entre sus uñas. Shawn estiró los brazos, moviéndolos en círculos primero uno, luego el otro. Comprobando que efectivamente la tensión sobre sus músculos se había desvanecido por completo. Se puso la camiseta una vez se cercioró que Connie no le había crujido nada por error y se volvió hacia ella, tomado por sorpresa. No había imaginado que sus vidas verdaderamente dependieran de escribir una simple carta, desde luego, pero no sería él quien se quejaría de semejante posibilidad.

    —Veamos... —el joven se sentó de piernas cruzadas para poder mirarla de frente, haciendo una pausa mientras parecía analizar el desempeño de Connie, dándole más emoción a la espera. Comenzó a enumerar con los dedos cada detalle a tener en cuenta, fingiendo la sobriedad de un jurado de prestigio—. Has echado la cantidad suficiente de crema, bien. Has puesto especial hincapié en las zonas que parecía tener más tensas, bien. Los movimientos han sido sido buenos, inexpertos, como es normal, pero ejerciendo la presión justa, bien. Yo te daría un ocho sobre diez —y de un momento a otro se inclinó hacia ella, posando sus dedos índice y corazón en su frente mientras le daba un pequeño toque hacia atrás, con una breve sonrisa en su rostro—. A la próxima solo procura cortarte un poco las uñas.

    Y sin apartar el contacto visual durante unos segundos decidió levantarse, volviendo la atención hacia la mesa de comida, con la intención de tomar algo de lo que quedase antes de irse a dormir. Posó la mirada en las vistas que le ofrecía la ventana de su habitación con cierto aire distraído, masticando la comida mientras pensaba en la suerte que tenían todas aquellas personas que disfrutaban de todo lo que podía ofrecerles el parque. Fue entonces cuando el sonido de los altavoces prendiéndose hicieron que alzase la mirada hacia el techo.

    "Ha llegado la noche, el día de mañana nos veremos en la batalla de cadáveres, los dulces a cambio de la carta se entregarán por medio del servicio a la habitación. Duerman deliciosooo~"

    No pudo evitar sentir que perdía el poco apetito que le quedaba al escuchar el aviso de lo que sucedería al día siguiente. Dejó el trozo en la mesa, limpiando sus manos en el proceso, y volvió la mirada hacia Connie, sin moverse de su lugar.

    —Parece que llegó el gran día.
     
    • Adorable Adorable x 5
    • Fangirl Fangirl x 1
  9.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    Le resultaba fácil actuar relajada con Shawn; cuando sus ánimos parecían equipararse, era como una corriente de agua natural. Frunció levemente el ceño al oír su queja sobre sus uñas y desvió la mirada, enfurruñada.

    —Entonces no tendré futuro de masajista —declaró, inflando un poco las mejillas—, porque no planeo...

    Percibir la mano de Shawn acercándose la sorprendió, y dio un respingo chiquito al sentir su golpe suave en su frente. Se llevó una mano allí, observándolo un par de segundos, y luego soltó una risa fresca y divertida. Él se había levantado para comer algo, y entonces los parlantes resonaron. El mensaje le comprimió el pecho, y los dedos posados sobre su frente descendieron lentamente hasta su parche. Los recuerdos que había planeado dejar a un lado se sucedieron frente a ella con una velocidad aterradora; fue un golpe de realidad. Se mordió el labio inferior, sintiendo una breve punzada de dolor, y se empinó sin más una de las copas de vino.

    Sabía que ella estaba exenta de la próxima batalla de cadáveres, y aún así... Soltó un suspiro amplio, buscando tranquilizar las palpitaciones en su pecho, y recostó la espalda en el cabezal de la cama.

    "Parece que llegó el gran día"

    Su mirada conectó con la de Shawn, ambos desde sus posiciones. Connie sonrió con los labios apretados y asintió quedo, recostándose sobre su costado. El agua del colchón la meció y tragó saliva.

    —Acepta este consejo de vieja, y tómate la copa de vino. Te ayudará a dormir.

    Ah, debería haber pedido su oso de felpa en vez de un esmalte. Una manicura prolija no la ayudaría a conciliar el sueño.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Fangirl Fangirl x 3
  10.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    Torció el labio al notar cómo los ánimos de Connie habían decaído tras el anuncio, comprendiendo que la herida estaba aún muy reciente como para que aquello dejase de afectarla. Caminó hacia donde reposaba la copa de vino que quedaba y le dio un trago, el suficiente como para calmar su sed, desviando la mirada hacia ella poco después, alzando una de sus cejas con cierta incredulidad.

    —¿Consejo de vieja? ¿Cuántos años tienes? —preguntó con cierta burla en la voz, sentándose una vez más junto a ella con la copa en mano. Comprendía que aquella no era la primera vez que tomaba vino antes de dormir, pero quiso aprovechar para resolver uno de los misterios que había rondando por su cabeza.

    Posó la mirada en la copa, meciendo su contenido con suavidad alrededor de los bordes, la mirada perdida en el movimiento de este. Era consciente de las enormes probabilidades que había de que el mote de Laila o el de él mismo saliese en la pantalla el día de mañana. Que tuviese que luchar contra Galen, intentar pegar a Noah, debatirse consigo mismo con agredir al hermano de la persona que tenía a su lado. Tampoco se veía en la situación de estar frente a aquella niña, y la posibilidad de que fuese Laila le aterraba tanto que ni siquiera rondaba por su cabeza. Había infinitud de posibilidades ahora que Connie y la otra chica estaban fuera, y cualquiera de ellas le parecía horrible en sí misma.

    —¿Te preocupa que Shade salga elegido mañana? —murmuró entonces, adoptando un tono de voz más suave, consciente de que trataba un tema delicado—. No subestimo la fuerza que parece tener, se ve un tipo en forma, pero esas... cosas que salieron de vuestro cuerpo... Demonios, Connie, ¿qué fue todo eso?
     
    Última edición: 25 Mayo 2019
    • Adorable Adorable x 4
    • Sad Sad x 1
  11.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    Cuando sintió el colchón hundiéndose a su lado, Connie giró sobre sí misma, hacia Shawn, y le sonrió con tranquilidad.

    —Veintiuno —respondió—, ¿y tú?

    Había supuesto que era la mayor entre ellos porque las facciones del muchacho se le asemejaban más a un adolescente; además, la cuestión de la edad en ella era bastante superflua. Dependiendo la persona, dependiendo la situación, siempre la veían como una niña o como una adulta; nadie, en definitiva, la percibía con exactitud. Y no era culpa de ellos, a decir verdad. Connie podía ser tan infantil y madura al mismo tiempo que, una vez más, la cuestión de su edad era bastante superflua.

    Después de todo, tenía apenas dieciséis años cuando conoció a Shade.

    "¿Te preocupa que Shade salga elegido mañana?"

    Shawn parecía haber leído sus pensamientos. Connie frunció el ceño ante su pregunta y se abrazó a la almohada, apretándola contra sí con fuerza. Hundió un poco el rostro entre la suavidad de la tela y asintió quedo, en silencio. ¿Era una niña? ¿O era una adulta? ¿Qué debía ser en ese momento, frente a Shawn? Enterró la cara aún más en la almohada, hasta taparla por completo, y desde allí habló.

    —Haría lo que sea por evitarlo. —Su voz se asemejaba a la de un pajarillo herido, y sus manos apretaron la tela con fuerza—. Es lo único que me queda en el mundo.

    Se separó un poco para respirar, aunque aún le avergonzaba buscar la mirada de Shawn. Se quedó allí, fingiendo que esa estúpida almohada era su oso de felpa, o su padre, o Shade. Se quedó allí, buscando las razones suficientes para maquillar un poco su realidad y no echarse a llorar.

    ¿Una niña? ¿O una adulta?

    —No lo sé —respondió a su segunda pregunta pasados varios segundos, con los ojos fijos en un punto inespecífico de la habitación—. No sabía que podía hacer eso hasta que estuve en la jaula. Pero que esa chica y yo pudiéramos manipular así nuestra sangre... No sé, siento que tiene algo que ver con que estemos aquí. Que no somos personas ordinarias.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
  12.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    —Veintiuno también.

    No agregó nada más, sin embargo. No aparentaba su edad, y mucho menos se había comportado como tal ante su presencia, por lo que no vio la necesidad de replicar. Connie, incluso en su faceta infantil, había sabido sobrellevar su situación mucho mejor que él. Y ahora que se encontraba allí, acurrucada con una almohada entre sus brazos, enterrando su rostro en ella para no dejarse ver, no pudo evitar sentir incluso algo de ternura. Nunca la había visto así, y a pesar de que apenas la conocía, pudo interpretar que aquel no era un gesto que soliese dejar ver a menudo. Que, quizás, odiaba sentirse vulnerable.

    Una parte de él quería consolarla como solía hacer con Laila. Ella amaba que le acariciase el cabello, la relajaba y permitía que pudiese conciliar así el sueño. ¿Todas las mujeres compartirían ese gusto? Shawn dudó, su mano suspendida en el aire, porque temía que aquel gesto le hiciese sentir más incómoda y vulnerable aún. No querría que sintiesen lástima de ella, quizás. Eran apenas unos conocidos, y aquel gesto podría resultarle demasiado confianzudo para ella. Por ello simplemente regresó las manos a sus propias rodillas, inclinándose hacia delante para intentar aclarar sus ideas, dejarle a su vez algo de espacio para que no se sintiese observada.

    —No voy a decirte que todo irá bien porque estaría mintiéndote descaradamente, y creo que ninguno de los dos necesitamos eso ahora —soltó al aire con franqueza, sin demasiados rodeos. Si debían encontrar un consuelo, que fuese al menos en la propia realidad—. Simplemente... Confía en él. Confía que en el peor de los escenarios mañana se alzará con la victoria. Que luchará por él y por ti. Es lo mejor que puedes hacer ahora mismo por ayudarle, ¿no crees?

    Y mientras intentaba consolar a Connie, en su interior cambiaba los nombres por los de él y Laila, reutilizando aquellas palabras para tranquilizarse a sí mismo. Negó con la cabeza, intentando despejar aquellos pensamientos, y se volvió hacia la chica para dar una pequeña palmadita en su brazo como apoyo, para que supiese que estaba ahí también, de alguna forma. Dio un rodeo a la cama hasta colocarse en la zona contigua, su parte del colchón, y se recostó sobre su costado, dándole la espalda para permitir que se desahogase tranquila.

    —Sé que no nos conocemos apenas, y que en condiciones así es difícil llegar a confiar en quienes son tus... ¿oponentes? Pero puedes contar conmigo, si así lo deseas —agregó, y finalmente guardó silencio, dejando que este invadiese la estancia.

    No sabía si pecaba o no de ingenuo, pero aquello era lo que le dictaba el corazón. Y siempre seguía lo que le decía.
     
    • Adorable Adorable x 5
    • Fangirl Fangirl x 1
  13.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    Escuchó cada una de sus palabras con suma atención, pese a no mirarlo en ningún momento. Tenía mucha, mucha razón en todo lo que decía, y no se sentía como el apoyo vacío que le había confiado en el autobús; este era más áspero, quizá menos alentador, pero muy real. Lo vio de soslayo cuando le dijo que confiara en Shade, y notó su expresión. No necesitaba preguntar para saber que, seguramente, él estaría pensando también en Laila.

    Era una mierda para todos.

    No respondió, sin embargo. Él rodeó la cama, se recostó, habló, y ella siguió sin responder. ¿Confiar en él? Claro que lo haría. Tan sólo había que verlo, incapaz de dañar a una mosca. Parecía ser su mejor opción en ese infierno.

    Apretó los labios.
    Silencio. Odiaba el silencio.

    Le dio un último apretón a la almohada mientras suspiraba, antes de soltarla y girarse hacia la espalda de Shawn. Curioso, parecía ser la forma en la cual dirían las cosas esa noche.

    —Conque veintiuno —murmuró; aunque aún hubiera rastros de opacidad, buscó mantener un tono de voz más liviano—. Pensé que serías más niño, ya no puedo darte consejos de vieja.

    ¿Qué buscaba, realmente? ¿Evadir el silencio? ¿Acallar su mente? ¿Estaba apoyándose en Shawn o lo estaba usando para sentirse mejor? ¿Había una diferencia real entre ambos conceptos? ¿Las relaciones humanas no eran, acaso, una aceptación tácita de utilización mutua? Estaba hablando, pero aún así no lograba silenciar sus pensamientos. Se vio a sí misma allí, tirada sobre ese colchón extraño, oyendo la respiración pesada de Shawn en medio de la oscuridad, mientras su vista permanecía fija en las luces de colores colándose por la ventana. Incapaz de dormir, incapaz de callar al silencio.

    Se sentía una niña otra vez, asustada por sus constantes pesadillas y los monstruos dentro del armario.

    —Confío en ti, Shawn —farfulló, luego de varios segundos, viendo su cabellera albina—. Incluso sin que me lo dijeras, ya sabía que puedo confiar en ti. Es... el tipo de aura que desprendes, supongo. —Apretó los labios. Iba a hacerlo—. Y lo mismo va para ti, ¿sí? Podemos... apoyarnos mutuamente si hace falta.

    Apoyarse, usarse. Habría deseado usar la segunda palabra porque era lo que realmente creía, pero sabía que no sonaría bien a oídos de nadie. Quizá Shade la tomaría sin cuidado, porque ya vivía desencantado con la realidad desde hacía mucho tiempo. Él sabía cómo funcionaban las cosas, o al menos las veía igual que ella. Pero no necesitaba conocer a Shawn por más de dos días para imaginarse que oír algo así le haría ruido, y ahora lo que más le interesaba era ganarse su confianza.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
  14.  
    Etihw

    Etihw ghost Comentarista empedernido

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Julio 2013
    Mensajes:
    2,606
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Aimi Shiotani~

    Fue empujada por uno de los guardias al interior de la habitación, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo en cuanto cerraron la puerta de golpe. Se lastimó levemente las rodillas, pero no le importó para nada sentir aquel dolor momentáneo, pues aún se encontraba nerviosa y hasta molesta por la actitud de Agnes y el haber dejado a Laila sin saber qué le iba a pasar. Una Laila más lastimada que ella.

    Levantó la mirada, dándose cuenta de que era la misma habitación en la que había estado antes, solo que esta vez había dos personas distintas en aquella cama. Con algo de dificultad se puso de pie, y su rostro se mostró algo afligido al ver a la persona que supuso era Shawn y también a la pobre muchacha a la que Agnes le hizo algo tan horrible como sacarle el ojo. Aquel recuerdo aún le inquietaba, no podía imaginar cómo sería para ella. Se puso algo inquieta al no saber qué decir o qué hacer. Jugueteó con sus manos, mordisqueándose la boca y suspiró. ¿Por qué actuaba así?

    —Hola... ¿eres Shawn, verdad?

    Miró al albino algo tensa, aún sin saber cómo hablar, cómo comenzar siquiera. No sabía qué iba a suceder después de contarle lo que había sucedido, y aún encima teniendo que "modificarlo". Agnes era de lo peor. Y ella misma también por simplemente aceptar sus ordenes por miedo.

    —Y-yo... verás... —Tragó duro y se mordió la lengua acercándose al muchacho. No tenía pinta de ser alguien malo, aunque nunca se sabía—. Agnes me ha mandado decirte que... Laila...

    Se quedó mirando el suelo por unos instantes, con los ojos mediocerrados. Respiró hondo, pero sintió nuevamente cómo las lágrimas amenazaban con salir. Recordar lo que la muchacha pasó y las sucias palabras de Agnes sin ninguna pizca de bondad... se sentía revuelta.

    —Laila se ha... digo, parece que perdió el control cuando estábamos solas con Agnes así q-que —una gota rodó traicionera por su mejilla y rápidamente la limpió mientras apretaba sus dientes. Odiaba mentir, odiaba la situación en la que estaban. Odiaba todo, pero no podía hacer nada, ¿verdad?— Agnes la castigó, y seguirá castigándola en el mismo lugar en el que estuviste, o algo así.

    Apretó con fuerza sus puños y apartó su mirada hacia una de las paredes. Menuda manera de conocer a alguien por primera vez. Y también en menudo lugar.

    —Lo siento...
     
    • Sad Sad x 5
    • Fangirl Fangirl x 1
  15.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    14 Junio 2014
    Mensajes:
    3,907
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Servicio a la habitación

    Han entrado las mismas chicas disfrazadas de colegialas, con un televisor pantalla plana. Instalándolo en una de las paredes que da frente a la cama. Encendiéndolo y quitando el volumen por completo.

    —El televisor se apagará automáticamente. No le hagan ningún daño.

    Indicaron al unisono.

    Reglas del televisor.

    • No se puede cambiar el canal, ni subir el volumen ya que todo es controlado de manera inalámbrica desde fuera de las habitaciones.
    • No se permite dañarlo ni romperlo. Si no desean ver lo que se mostrará por éste pueden encerrarse en el baño.
    • Al ser encendido se ve la habitación del Joker por éste.
     
    • Impaktado Impaktado x 3
    • KHÉ? KHÉ? x 1
  16.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    Y en el momento en el que Shawn iba a agradecerle a Connie su confianza, la puerta de la habitación se abrió abruptamente, haciendo que el chico se reincorporase sobre la cama con celeridad, sorprendido. La burbuja de seguridad que se había instaurado en la habitación explotó ante la llegada de aquella chiquilla que apenas rondaría los quince años, a quien habían lanzado sin ningún tipo de cuidado sobre sus rodillas. Se levantó con cierta dificultad, sintiendo su pecho comprimido ante la mirada que aquella niña le estaba dirigiendo. Como si supiese que algo muy malo estaba por suceder, si es que no había sucedido ya.

    "Hola... ¿eres Shawn, verdad?"

    Shawn fue incapaz de abrir la boca, sintiendo un nudo en su garganta. Asintió, quizás más veces de las que eran necesarias, ansioso, y se acuclilló frente a la niña, colocando las manos sobre sus hombros. La escuchó intentar hablar, nerviosa, sin saber cómo decir lo que parecía que Agnes le había ordenado a comentarle, y lo único que atisbó a hacer fue intentar infundarle ánimos con la mirada, asintiendo poco a poco, dándole pie a que siguiese hablando. Mencionó a Laila y el mundo se le cayó a los pies, las ansias por saber qué demonios le había sucedido a su novia carcomiéndole por dentro, pero resistió la impaciencia porque veía el miedo y la inseguridad en los ojos de aquella chica. Ella no quería estar allí tampoco.

    Jamás se sintió tan aterrado como en los segundos previos a que la nueva inquilina dijese todo lo que tenía para él, temiéndose lo peor. Temiendo que Agnes le había hecho algo, que la habría perdido para siempre.

    "Laila se ha... digo, parece que perdió el control cuando estábamos solas con Agnes así q-que... Agnes la castigó, y seguirá castigándola en el mismo lugar en el que estuviste, o algo así".

    Y la chica agachó la mirada, una lágrima rondando por su mejilla que no tardó en secar. Los ojos de Shawn comenzaron a brillar por las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, y no supo si sentirse aliviado porque estaba viva, o asustado por el destino que le deparaba a la persona que más quería. Sorbió por la nariz, intentando procesar la información, intentando comprender por qué a aquella chica parecía costarle tanto pronunciar aquellas palabras. Las manos, posadas con cuidado en los hombros de la chica, temblaban. Shawn era incapaz de imaginar a Laila perder el control, confiaba ciegamente en ella, no le importaba lo que le dijesen o le dejasen de decir. Por ello quiso comprender que detrás de esos ojos asustados se ocultaba una amenaza, o quizás simplemente era una niña asustada a la que habían utilizado de mensajera de una noticia tan nefasta como lo era aquella. Quiso aferrarse ciegamente en lo primero, quiso confiar en Laila, tal y como ella confiaba en él. Su persona especial sería inocente ante sus ojos, y si llegaba a demostrarse lo contraría, le seguiría apoyando como el primer día.

    Porque la verdadera culpable, de alguna u otra forma, siempre era Agnes.

    A pesar del nudo que se había formado en su interior, a pesar de las lágrimas que comenzaban a humedecer sus mejillas, se levantó. Tenía que ser fuerte, por los dos. Tomó a la pequeña en brazos, reparando en sus magulladas rodillas sin esperar ninguna respuesta, y la abrazó inesperadamente. Quizás, porque en parte le recordaba a su hermana. Quizás, porque era consciente de que ambos necesitaban consuelo, de alguna u otra forma.

    —Gracias... —susurró, con la voz quebrada por el llanto. Intentó esforzarse por contener todas las lágrimas posibles, sin soltar a la niña de su abrazo, y acarició su cabeza casi sin ser consciente de lo que hacía—. Eres una buena chica.

    Caminó hacia la cama donde Connie se encontraba, dejando a la niña sobre el colchón con cuidado, y se secó las lágrimas con el dorso de su brazo, desviando la mirada.

    —Voy a ir a por el botiquín que hay en el baño, para curarte esos raspones. Espera aquí, ¿vale? —y caminó de vuelta hacia el baño, sin escuchar cómo la puerta volvía a abrirse, deparándole un destino mucho peor al otro lado del baño.

    Quizás, el hecho de tener a Aimi allí le estaba ayudando a no quebrarse, distrayendo sus pensamientos en cuidar a aquella niña. Viendo reflejada en ella a Laila.
     
    • Sad Sad x 5
    • Adorable Adorable x 1
  17.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    El sonido de la puerta la sobresaltó, haciéndola sentarse sobre el colchón por instinto. Una niña acababa de caer allí dentro, y Connie frunció el ceño cuando ella clavó sus ojos temerosos en Shawn y supo reconocerlo. El chico se apresuró en ir a su encuentro, mientras Connie permanecía anclada a su lugar en la cama, observando el intercambio en silencio y expectativa. Cuando la niña dejó de hablar, sintió un gran alivio cayendo sobre su cuerpo al advertir que no parecía tener noticias para ella. No tenía idea qué había sido de Shade luego de cruzárselo en el pasillo, pero si a Agnes no le interesaba hacérselo saber seguramente se encontraría bien.

    Shawn no podía decir lo mismo. Vio cómo su espalda se tensaba y abrazaba a la niña, buscando calmarla. Connie recostó la espalda en el cabezal de la cama, sabiendo que ahora sería imposible conciliar el sueño; no es que le molestara, al fin y al cabo ni siquiera se sentía capaz de pegar un ojo. Pero el clima de la habitación había dado un vuelco y ahora... ¿qué se suponía que hiciera? Vio a Shawn alzando a la niña y depositándola en la cama, mientras iba a por el botiquín. No planeaba emitir palabra sobre cómo volvía a enfocarse en cuidar de otros cuando él estaba a punto de romperse, sabía que sería saliva desperdiciada; además, quizás era su manera de, justamente, evitar romperse. Connie inspeccionó a la jovencita de soslayo, no muy segura de cómo proceder. Nunca se le habían dado bien los niños, menos los temerosos.

    Bueno, quizá podía arrancar por lo básico.

    —¿Cómo te llamas?

    La puerta volvió a abrirse, entonces, y unas jovencitas dejaron rápidamente un... televisor. ¿Eso era en serio? Estuvo a punto de comentar algo al respecto cuando una imagen nítida y silenciosa apareció en la pantalla. Aquella habitación daba escalofríos, y esa chica... No sabía quién era.

    —Oye, ¿la conoces? —le preguntó a Aimi.

    Cuando Agnes apareció en escena, sintió su pulso acelerándose un poco y comprimió los puños. De repente, el miedo helado de ver allí a Shade le congeló la espalda. No oía nada, pero vio cómo la perra caminaba hasta el baño y sacaba a alguien de allí. Connie frunció el ceño al reconocer a su primer compañero de habitación y tragó saliva, sintiéndola amarga en su garganta. ¿Estaría muerto? ¿O sólo inconsciente?

    Entonces, la chica junto a Agnes recibió una cachetada y Connie se incorporó un poco mejor en la cama. La idea fugaz de que aquella joven fuera la novia de Shawn acaparó sus pensamientos y su mirada se amplió, alternándola entre el televisor y el baño. Tenía un presentimiento bien, bien de mierda, pero sus músculos no se movían. No sabía si debía hacer algo. Sólo se quedó allí, estaqueada en su lugar, con los ojos prendidos a la pantalla. Expectante de cualquier cosa que pasara.
     
    Última edición: 26 Mayo 2019
    • Sad Sad x 4
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Espeluznante Espeluznante x 1
  18.  
    Etihw

    Etihw ghost Comentarista empedernido

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Julio 2013
    Mensajes:
    2,606
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Aimi Shiotani~

    Sentía perfectamente el temblor de las manos del muchacho que se habían posado en sus hombros con su corazón en un puño. Al principio sintió miedo por la forma en la que pudiese reaccionar, o si iba a culparla por no haber hecho nada por Laila, pero no fue ese el caso. Más allá de lo esperado, notó cómo los brazos de Shawn le rodeaban su menudo cuerpo con una calidez que no esperó sentir de nuevo. Era un abrazo mucho más cálido y agradable que el que le había dado Agnes.

    Gracias... Eres una buena chica.

    Dejándose llevar, correspondió con fuerza el abrazo que aquel chico que acababa de conocer le brindaba, cerrando los ojos y relajando su respiración. Las caricias que sentía en su cabello hicieron que recuerdos de su padre se le viniesen a la mente, sintiéndose segura por primera vez desde que la habían alejado de él.

    Aquel abrazo acabó más pronto de lo que le habría gustado, y fue guiada hasta el colchón, en donde su mirada se posó momentáneamente en la chica mientras Shawn iba hacia el baño. Dio un respingo al escuchar la puerta abrirse nuevamente y se sorprendió de las personas disfrazadas que entraron con una televisión, la cual mostraba una habitación algo oscura.

    —Me llamo Aimi —respondió a la pregunta de la muchacha mientras mantenía sus ojos posados en la televisión, confundida—. Y esa chica… esa es Laila.

    Sus ojos se abrieron de par en par, estupefacta, viendo cómo arrastraban el cuerpo de Balto por la habitación. ¿Qué hacía allí? ¿Por qué estaba inconsciente? Pensó que quizá su actitud había sacado de quicio a Agnes, y comenzó a temblar pensando en qué habrá sucedido y en qué sucedería. Laila y Balto juntos, con Agnes, en una retransmisión en directo en aquel cuarto… Nada podía salir bien de ello.

    Y tuvo razón en creer en ello. Su ceño se arrugó preocupada y temerosa al ver aquellos objetos punzantes y afilados. Habían colocado a Balto en una camilla y Agnes le había dado a la muchacha un bisturí. Cada vez las cosas le parecían más irreales. Tenía la ligera esperanza de que todo lo que estaba viendo en aquella televisión no fuese más que un montaje para asustarlos. Quería creer en que no pasaría nada, que solo quería darles un pequeño susto para no provocarla, para no ir en su contra.

    Soltó un jadeo observando con terror a Laila acercar el bisturí en el estómago de Balto, sintiendo cómo le costaba respirar, llenar sus pulmones con oxígeno era una tarea complicada en aquel momento. Su pecho subía y bajaba con gran rapidez, y a diferencia de las otras veces, no detuvo las lágrimas que comenzaron a rodar velozmente, nublándole la vista. Soltó un sollozo ahogado y se limpió como pudo las lágrimas para poder seguir viendo, para asegurarse de que lo que creyó que pasaría nunca sucedería. Pero los sollozos impedían que su intento por llevar aire a sus pulmones empeorase, y sintió miedo de no poder calmarse.

    Todo iba a estar bien, Aimi, así que, ¿por qué rayos no te calmas?

    Perdón no se me dan bien estas cosas adklafa :c
     
    • Sad Sad x 4
    • Adorable Adorable x 2
  19.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Shawn Amery

    —¿...Laila?

    La voz entrecortada de Shawn proveniente de la puerta del baño apenas fue audible. Sus manos se aferraban con fuerza al botiquín, el metal crujiendo entre sus dedos; sus piernas clavadas sobre el suelo. Sintió un viento gélido recorrer sus huesos y en respuesta comenzó a temblar, incapaz de moverse, incapaz de reaccionar. No entendía qué hacía aquella televisión, ni mucho menos comprendía por qué la zorra de Agnes retransmitía lo que sucedía en la habitación Joker, a solas con Laila.

    El miedo y la impotencia se apoderaron de su cuerpo, aterrorizado, sintiendo a su vez cómo una rabia desmedida recorría su garganta. Quería golpear el televisor, acabar con la retransmisión, pero ello no frenaría lo que estaba sucediendo al otro lado. Aquello no ayudaría a Laila.

    No podía hacer nada. Y eso le estaba destrozando.

    La sonrisa altiva de Agnes le enfermaba. Ver con sus propios ojos cómo manipulaba a su novia para que le abriese el estómago a aquel pobre hombre le estaba quebrando por dentro, aquella situación le estaba superando. Sus labios no podían dejar de implorar porque se detuviera.

    —Basta.

    Un rasguño sobre la piel.

    —Agnes, basta. Detenla.

    Estaba obligándola a matarle. A sangre fría, con sus propias manos. Un hilo de sangre comenzó a fluir frente a sus ojos desencajados.

    —¡Por favor, basta! ¡Ya ha sido suficiente! —exclamó, con la voz quebrada y las lágrimas surcando sus mejillas. No le importaba que no le escuchase, no le importaba verse como un loco frente a las chicas. Estaba fuera de sí.

    La herida se tornó profunda y el hilo se transformó en un riachuelo desbocado. Las manos blancas de Laila acabaron manchadas de sangre. Agnes pareció complacida, y se llevó de allí al hombre, más muerto que vivo, la televisión apagándose en el acto. Shawn golpeó la mesa donde reposaba la comida con demasiada fuerza, haciendo retumbar los platos, dejando a un lado el botiquín para poder desahogar toda la frustración que había estado acarreando consigo. Ni siquiera se veía capaz de fingir en un momento como ese, con Connie ya no merecía la pena.

    —¡¡Joder!! —gritó, su cuerpo inclinado hacia delante, la cabeza gacha, permitiendo que las gotas impactasen una tras otra contra la mesa. Sentía que cada bocanada de aire le asfixiaba, los brazos temblando de la propia ira sobre la madera. Gritó varias veces, como si aquella fuese la única forma de dejar de sentir el incesante dolor en su pecho, su tono de voz perdiendo fuerza, hasta que se acuclilló sobre sus piernas, posando su frente sobre la superficie de la mesa. Su voz apenas se asemejaba a un quejido lastimero—. Joder... ¿Por qué? ¿Por qué ella? Laila ya ha sufrido mucho, no se merece nada de esto.

    Nadie se merecía un sufrimiento como aquel. Los sollozos de la pequeña finalmente llegaron hasta sus oídos, y se volvió hacia ella con los ojos rojizos por el llanto, el cabello albino pegado a su frente. Tomó el botiquín que había tirado y se levantó con esfuerzo, caminando hasta acuclillarse frente a ella. Ambos se veían lamentables, sí, pero de alguna forma tenían a alguien que les comprendiese. Sin dejar de sollozar en silencio tomó un algodón y un poco de alcohol, y comenzó a arremangar el pantalón de Aimi para poder sanar los rasguños. Se aferró a aquella distracción como a un bote salvavidas en medio de la ansiedad que estaba sufriendo, buscando distraer su mente como fuera.

    —¿Qué hemos hecho mal? —murmuró, sin alzar la mirada hacia ninguna. Aún le temblaba la voz, y apenas podía calmar su respiración ahogada. Comenzó a masajear la zona herida con el algodón, limpiando con su brazo sus propias lágrimas. Una sonrisa amarga se formó en sus labios—. Quizás estemos pagando por lo que hicimos en una vida pasada. Quién sabe.

    Shawn apenas comprendía nada ya.
     
    • Sad Sad x 5
    • Adorable Adorable x 1
  20.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,994
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Connie Dubois

    No se sintió capaz de moverse o decir nada. Las imágenes frente a sus ojos eran escabrosas, por supuesto; no se trataba de una película, después de todo. Los ánimos de sus compañeros de habitación comenzaron a tornarse abrumadores, y Connie cerró los ojos ante los gritos de Shawn y el llanto de Aimi. El ambiente era denso, demasiado denso, y habría deseado poder huír.

    No tenía nada que hacer ahí.

    Ni siquiera se esforzó en intentar consolar a Shawn de alguna forma, sabía que era inútil. Si se hubiese tratado simplemente de tristeza el cantar habría sido otro; pero había una tormenta enorme en su corazón, un tornado peligroso y destructivo.

    No tenía nada que hacer ahí.

    Cuando Shawn se acercó a Aimi para tratar su herida, Connie permaneció con la mirada fija en un punto inespecífico de la habitación. Podía oír los débiles sollozos de ambos a su lado, su dolor era tan intenso que casi podía palparlo; y el ambiente, tan abrumador, tan denso. Soltó un suspiro, incapaz de seguir soportándolo, y se encerró en el baño. Mantuvo la espalda pegada a la puerta durante un rato, viendo fijo al techo, y respiró.

    La imagen del bisturí desgarrando la piel aún se reproducía en su mente y sintió náuseas. Siguió respirando a consciencia, buscando calmar su estómago, mientras se deslizaba lentamente hasta sentarse en el suelo. El piso era frío contra sus piernas, se sentía bien, y apoyó las palmas de las manos también. De repente, el silencio no era tan malo.

    No tenía nada que hacer ahí. Ella quería huír, y ellos podrían consolarse mejor entre sus propias miserias.

    Sonaba a un buen plan.

    Los parlantes de la habitación sonaron, entonces. Connie contuvo la respiración al oír su nombre salir de ellos y se llevó las manos a la cabeza, haciéndose pequeña, intentando fingir por un breve instante que eso no estaba pasando. Nada de eso.

    "Único aviso"

    Sintió sus propias uñas en el cuero cabelludo y se incorporó con algo de dificultad. Tomó una amplia bocanada de aire, enfrentada a la puerta, antes de abrirla y pasar a la habitación. No dijo nada, solo le dirigió una mirada seria a Shawn y Aimi antes de salir de allí.

    El presentimiento desagradable que se había instalado en su pecho luego de ver el video comenzó a latir, cada vez más fuerte, ofuscando sus oídos.
     
    Última edición: 27 Mayo 2019
    • Sad Sad x 6

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso