Long-fic ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)

Tema en 'Crossover' iniciado por Realkiller, 21 Noviembre 2011.

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¿Gusto?¿Sigo poniendo los otros capitulos?

  1. Nah, dejate de joder flaco! Es mailisimo....

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  2. Pone, despues te digo que tan malo esta XD

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  3. Tu Fanfic me produce esta cara → :3

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  4. ¿Quien carajo es el "El Guardían? ¿Quien carajo es Rodrigo? ¿Que secretos esconde?

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  5. ...

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  1.  
    Realkiller

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    21 Noviembre 2011
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    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    3393
    "Hasta que ella me traicionó". Secretos:
    Con algo de desesperación, Rodrigo llegó a una linda ciudad de Japón llamada Hinata. Había estado recorriendo el mundo entero, esperando encontrar un lugar donde morir. Su pasado como superhéroe se opacaba con los de monstruo. Ya no sabía que hacer, pero algo lo impulsaba a seguir caminando. Tal vez era la esperanza, o la agonía... Sea lo que fuese, debía escapar a algún lugar para acabar con su maldición, su pesadilla. En su revuelta mente revoloteaban miles de recuerdos dolorosos, mezclados con sus días de gloria y sus sueños.

    [​IMG]
    Deambulaba sin un verdadero rumbo, sin saber que esperar. Sus piernas estaban cansadas y sus brazos ya contracturados. A sus espaldas, llevaba una monumental mochila y un carro atado a su cintura. Su aspecto moreno y americano desentonaba de aquel ambiente tan asiático.
    - Espero encontrar algún lugar donde ir a dormir.- Se dijo en voz baja. Su tonada argentina resaltaba, aunque su japonés era perfecto.- ¡Señor!.... ¿No sabe de alguna residencia barata?-.
    Unos tres abuelos se dieron la vuelta a la vez, como si fuesen la misma persona.
    - No hay ninguna tan barata como para tu bolsillo....- Le respondió uno de los ancianos.
    Rodrigo levantó una ceja y cambió su mirada. Aquello parecía haber sido una ofensa.
    - Pero hay una en la que te puede ir bien...- Otro le extendió la mano y le acercó recorte de diario.
    Él lo leyó para sus adentros...
    "Se necesita conserje en residencia Hinata Sou.
    Solo mujeres.
    Tratar en...."
    - Pero solo pueden ir mujeres...- Les replicó.
    - No importa muchacho. Ellas te aceptarán.- Los ancianos se fueron y lo dejaron pensando en esa proposición. No era mala idea...

    - ¡Me alegra tanto que vengan a vernos!- Una muchacha estaba hablando por teléfono.- ¡La fiesta va a ser inolvidable!-.
    Keitaro estaba revisando unas cuentas, mientras escuchaba a Naru hablar.
    - Ahora estoy viendo como ir a Momol, Kaolla no se va a querer perderse esto por nada...- Una voz salía del tubo.
    - ¿Van a poder traer a Kaolla?... ¡Perfecto!- Miró a Keitaro y se sonrió.- Entonces vamos a estar todas.-.
    - Si. A Shinobu también le dieron permiso para venir y Motoko no sé donde estará.... Bueno te llamo mas tarde, que tengo cosas que hacer.-.
    - Bueno, nos vemos.- Dejó colgado el tubo.- ¡Estoy tan emocionada!-.
    - Que bueno que las chicas vayan a poder venir a nuestra fiesta de compromiso.- Keitaro dejó los papeles y abrazó a Naru.- Estuve esperando tanto esto...-.
    - Yo también. -.
    Se abrazaron, pero Haruka entró repentinamente y los interrumpió.
    - Llegaron los de la limpieza ¿Los hago entrar o no?-.
    - Si ahora vamos...-.
    Ambos fueron hasta el vestíbulo, donde estaban unos hombres vestidos de naranja. Se pusieron a platicar sobre como podrían arreglar el desorden que se había transformado el sótano.
    Mientras tanto, Shinobu y Sarah volvían de haber estado paseando en la calle. Estaban absortas en su conversación, que no vieron al extraño muchacho que iba detrás de ellas: Llevaba una mochila gigante y su cara estaba tapada hasta la mitad.
    - Nunca había visto zapatos mas lindos en mi vida...- Shinobu estaba con un par de bolsas en la mano.
    - Si, espero que a papá no le importe que haya usado su tarjeta para comprarlos.- Ella se sonreía, mientras llevaba unas cuantas cajas entre sus brazos.- Me los debe por no estar mucho conmigo.-.
    - Si, es verdad.-.
    Ambas se detuvieron para esperar que la señal de camine cambiara para poder pasar. El extraño muchacho se detuvo detrás de ellas. Parecía ser que iban al mismo lugar.
    - No viene nadie.- Observó Sarah.- Crucemos ahora.-.
    - ¡Sarah, espera!- Pero ella no pudo evitar que aquella niña le tirara del brazo.
    Shinobu no llegó a la mitad de la calle, porque ya se había tropezado y había caído de cara al suelo. Se levantó lentamente y se llevó un gran susto: Un camión se dirigía hacía ella. En un abrir y cerrar de ojos, el muchacho extraño se lanzó a una velocidad impresionante, tomó a Shinobu de la cintura, dio un giro en el aire y se estrelló contra la pared contraria, rasgándola completamente. Ella abrió los ojos suavemente y se topo con unos ojos café que la miraban preocupados.
    - ¿Estas bien?- Le dijo la voz gruesa de aquel tipo.- ¿No te lastimaste nada?-.
    - ...No...Gracias...- Shinobu se ruborizo.
    El muchacho cruzo la calle lentamente a buscar su mochila. Luego, les dirigió una última mirada y se fue caminando tranquilo.
    - ¿Quien era ese tipo?- Sarah estaba mirando la pared con la que había chocado.
    Estaba destrozada, como si un automóvil se hubiera chocado contra ella. En el suelo, había un papel que parecía habérsele caído.
    Shinobu se acercó y lo levanto. Estaba escrito en una lengua extraña para ella.
    - ¿Que es esto?- Le acercó el papel a Sarah.
    Ella lo miró con esfuerzo por unos segundos como si fuera que tuviese la letra muy pequeña.
    - No entendio bien lo que dice.- Lo dio vuelta y vio que tenía una fotografía del otro lado.- Es una chica...-.
    Shinobu tomó la foto y la miró detenidamente. Era una joven muy bonita, con una gran sonrisa y con unos ojos color ámbar muy luminoso.
    - Decía algo sobre una mentira...- Se tomó la nuca con ambas manos.- No sé leer muy bien en español.-.
    - ¿Español?-.
    - Fuimos mucho a América con mi papá. Allí me enseño a hablar un poquito de español....-.
    Las chicas miraron de nuevo en dirección hacía donde se había ido aquel muchacho.
    Fueron hacía Hinata de nuevo con algo de apuro, porque querían ver como limpiaban el sótano y sacaban la basura que Kaolla había dejado con sus Mega-Tamas. Al llegar, pudieron ver como sacaban bolsas de residuos los empleados. En la puerta de la residencia, había un muchacho parado.
    - Hola...- Saludo Shinobu sin mirar.
    - Hola...- La voz se le hizo familiar.
    Lo miró a los ojos y se llevó una gran sorpresa: Era el mismo chico que le había salvado la vida hacía unos minutos. Ambas quedaron perplejas al verlo allí.
    - ¿Viven acá?- Les preguntó suavemente. Su cara estaba al descubierto y era muy latina.- Necesito ver a la encargada, por un aviso en el diario.-.
    - Ahora le decimos.- Sarah entro tirando a Shinobu por el brazo, porque ella seguía congelada.- Vamos...-.
    Entraron rápido a donde estaban Naru y Keitaro. Ambos miraban por la ventana como los hombres trabajaban.
    - Hay alguien afuera, esperando que lo atiendan.- Sarah habló, porque Shinobu había perdido la voz.- Es un muchacho que dice venir por algo de un diario....-.
    - ¿Un chico?- Naru frunció el entrecejo.- Que raro...-.
    - Voy a decirle que esta equivocado.- Keitaro fue caminando hacía la puerta.
    - Me salvó la vida...- Dijo en voz baja Shinobu.
    - ¿Qué?- El se dio la vuelta.
    - Veníamos con Sarah cuando me caí en la calle. Casi me atropella un camión, pero él me salvó.-.
    Hicieron un poco de silencio, hasta que Keitaro habló.
    - Voy a tenerlo en cuenta.- Fue hacía el vestíbulo.
    Al llegar allí, lo vio en la puerta golpeando. Le abrió y lo invitó a pasar. Luego de que se sentaran, y que él dejase su mochila gigante a un lado, comenzaron a charlar.
    - ¿Como te llamas?- Le preguntó Keitaro.
    - Rodrigo. Rodrigo Falcón.- Le dijo él, acercándole sus documentos.
    - ¿Y de donde sos?-.
    - Argentina.- Respondió con un tono algo melancólico.
    - ¿Y que sabes hacer?-
    - Lo que sea.-.
    - ¿Y que es "lo que sea"?-.
    - Bueno... Sé de muchas cosas. Se cocinar, limpiar, carpintería, soldadura, informática... De todo un poco.-.
    - Aja... ¿Y por que viniste, si el aviso decía solo mujeres?-.
    - Porque no tengo ningún lugar a donde ir. Llegué hoy y ya no tenía dinero, así que me jugué y vine.-.
    Keitaro se quedó callado. Sabía que no debía decirle que sí, pero tampoco podía decirle que no, si no tenía a donde ir. Así que hizo lo que le pareció correcto.
    - Bueno. Hagamos una cosa: Te quedas una semana acá. Si todo esta bien, te contrato. Si no, te vas. Esta semana vas a trabajar solo por el techo y la comida ¿Esta bien?-.
    - De acuerdo.- Le extendió la mano y se sonrió.
    - Vamos, que voy a presentarte a las demás.-.
    Se levantaron y fueron adentro. Keitaro le hizo señas a Naru para que se acercara.
    - Ella es Naru, mi prometida.-.
    - Hola.- Le dedicó una sonrisita algo nerviosa.
    - Y a ellas ya las tenes que conocer.- Le señaló a las niñas.- Ella es Sarah y ella, Shinobu.-.
    - Así que te llamas Shinobu.- Se le acercó un poco.- ¿Estas mejor?-.
    - Si... Gracias.- Ella se sonrojó un poco más que lo que se había sonrojado antes.
    Se levantó y fue en dirección a Keitaro.
    - Te voy a mostrar tu cuarto.- Lo hizo pasar por el pasillo.
    - ¿Cuarto?- Naru frunció el entrecejo.
    Pero Keitaro solo se dedicó a hacerle una seña que de que después le explicaba. Caminaron por el pasillo hasta dar con una puerta corrediza. Entraron a un cuarto que estaba pelado y a oscuras.
    - Bueno, espero que sea de tu agrado.-.
    Entró lentamente y comenzó a mirar hacía todos lados. Se acercó a la puerta de vidrio y miró hacía fuera.
    - Este bien. Gracias.- Dejó su mochila en el suelo y le dio la mano a Keitaro.
    - Te dejo para que te acomodes.- Cerró la puerta y fue donde estaban las demás.
    Rodrigo esperó a que se alejara un poco y abrió su mochila. Sacó una bolsita donde había unos papeles, una laptop, una frazada y una cama inflable. Luego revisó sus bolsillos, en busca de una foto, pero no la encontró. Revisó su mochila y se quedó en silencio: Había perdido su última foto.

    Ya habían pasado unos tres días desde que Rodrigo estaba allí. Motoko, Kaolla, Kitsune y Mei habían llegado a la residencia y ya habían adoptado al nuevo conserje. Aunque a Motoko no le había causado mucha gracia. Shinobu estaba pendiente de él, acercándole alguna que otra cosa mientras él arreglaba, limpiaba o cocinaba.
    - ¿No quieres algo para tomar?- Le preguntaba mientras que él apuntalaba una de las escaleras de la residencia.
    - No, pero gracias.-.
    - ¿Y algo para comer?- Sacó una pequeña viandita.- Los hice yo mismo.-.
    Le acercó unos panecillos humeantes. Tomó uno y se lo metió de una en la boca. Lo saboreó y tragó.
    - Están muy ricos, gracias.-.
    Kaolla vino corriendo desde el fondo, dio un saltó y paso por encima de la cabeza de Rodrigo.
    - ¿Nunca esta quieta?-.
    - No. Es muy activa...- Se revisó el bolsillo y sacó la foto que se le había caído.- Toma, esto es tuyo.-.
    Extendió su mano y lo miró. Luego se sonrió y lo guardó en su bolsillo.
    - ¿Quien és?- Le preguntó ella.
    - Ella era mi novia.- Puso un clavo y comenzó a martillarlo.- Hasta que ella me traicionó.-.
    - ¿Y por que tenes su foto?-.
    - Porque no tengo ninguna foto mas que esa.- Pasó el dedo por donde había puesto el clavo.- Todo lo demás lo perdí.-.
    - ¿Como?-.
    - ... En un incendio...- Miró al piso por unos segundos.- Fue ahí donde perdí todo.-.
    - ¿Por eso estas tan lejos de casa?- Shinobu se compadecía.- ¿Por un incendio?-.
    - Cuando te dije que lo perdí todo, te dije todo: Mis cosas, mi casa, mi familia... todo.- Se limpió un ojo y siguió clavando clavos.
    - Perdón...- Ella estaba algo avergonzada.
    - No importa, esta bien.- Dejó el martillo y la miró a los ojos.- Yo ya lo superé.-.
    Se quedó en silencio, mientras Rodrigo terminó de apuntalar la escalera. Keitaro apareció y le dijo que había un problema la ventilación, pero salió corriendo cuando una pequeña tortuga voladora mecánica comenzó a perseguirlo.
    - ¿Que fue eso?- Rodrigo agarró su martillo y se paró.
    - Es un Mega-Tama. Los hace Kaolla y los prueba con él.-.
    - ¿Y no es peligroso?-.
    - Ella llama a Keitaro "El inmortal".-.
    - Entiendo.- Se fue detrás de él, seguido por Shinobu.
    Salieron hacia afuera. Allí estaba Keitaro esquivando misiles de aquella cosa. Pero se detuvo al verlo a Rodrigo. Luego, le tiro un par de misiles. Él los esquivó con facilidad, y le arrojó el martillo, derribando, así, al pequeño robot. Kaolla salió de atrás de una mesa, con un control remoto en la mano.
    - ¡Guau!- Ella se le acercó y le tomó la mano para examinársela.- ¡Que fuerza!-.
    - ¿Vos hiciste esa cosa?-.
    - Si... Acá tengo otra.- Apretó un botón y un Mega-Tama mucho mas grande apareció volando.- Ahí va.-.
    La maquina desplegó una hilera de misiles y ametralladoras que apuntaban amenazadoramente a Rodrigo. Él, sin ánimo de nada, bajo corriendo las escaleras para ir al patio del lugar. La maquina lo siguió y comenzó a dispararle. Como ya se había enfrentado a muchos androides en su vida, comenzó a esquivar los disparos y a tratar de confundirlo, para que le diera una oportunidad de poder acabar con el. Pero parecía ser que cuanto mas se movía, más podía verlo.
    - Sensores de movimiento...- Se dijo para sí mismo.
    Miró a su alrededor, en busca de algo que pudiera usar para combatir a esa cosa. Sabía que no tenía que usar sus poderes si no quería terminar en la calle, así que debía encontrar un modo de combatir al Mega-Tama sin hacer alardes de sus habilidades. Vio un tubo de oxígeno que parecía ser utilizado para algo, pero estaba vació. Lo tomó y se lo arrojó a la máquina, tirándola al suelo.
    - Es bueno.- Motoko se había acercado al balcón donde estaban las chicas mirando la batalla.
    - ¡Ya basta!- Shinobu le recriminaba a Kaolla que no detuviera a su máquina.- ¡Lo vas a lastimar!-.
    - ¡Ahora voy a usar el arma secreta!- Kaolla apretó otro botón de su control.
    En efecto, el Mega-Tama se paró sobre sus patas traseras y extendió un par de cuchillas en sus aletas delanteras. Ahora sí que la cosa era seria.
    - ¡¡Me cago una mierda!!- Rodrigo había notado que las cosas se habían salido de control. Ya no estaba jugando con un robot, sino que estaba en una lucha a muerte.- No me dejan opción...-.
    Apretó sus puños y cerró sus ojos. Sabía que no podía transformarse, pero al menos podía aumentar su fuerza un poco, así que los músculos de sus extremidades se expandieron un poco. Se puso en posición de pelea y se lanzó contra aquella cosa con toda su fuerza. Esquivó un cuchillazo por unos centímetros, aunque su remera se rasgó y salió volando hecha pedazos por el aire. Le dio un golpe en el mentón y luego una patada en el vientre, arrojándola a unos metros de él.
    - Veamos que hace ahora...- Motoko desenvainó su espada y se la arrojó a sus pies.
    Rodrigo miró hacía arriba algo confundido, pero la tomó de todas formas. Encaró contra la máquina con la esperanza de derrotarla con un golpe de la espada. El androide, en cambio, le tiró un par de misiles y comenzó a dispararle con la ametralladora, fallando por poco. Él esquivo todo, dio un salto y le cortó la cabeza con una estocada mucho más fuerte que las que hacía normalmente Motoko. Se dio la vuelta y se acercó al cuerpo inerte del Mega-Tama, que echaba chispas hacía todos lados. Miró el lanza misiles y se dio cuenta de que estaba por explotar. Tomó la cabeza del Tama y salió corriendo, aunque salió disparado cuando el robot estalló.
    - ¡!- Shinobu bajó las escaleras a gran velocidad, seguida de Motoko, Naru (Que había ido por las explosiones), Haruka, Keitaro y Sarah.
    Llegaron y vieron los pedazos de Mega-Tama desparramados por el suelo. Rodrigo salió del humo, con la cabeza del androide debajo de su brazo derecho. No parecía estar enojado, sino mas bien, relajado.
    - Como extrañaba esto...- Dejó la cabeza del robot en el suelo y siguió caminando, pasando por el medio de la muchachada.- Con permiso, me voy a pegar un baño.-.
    Todos quedaron en silencio mirando como se iba...
     
  2.  
    Realkiller

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    Pluma de
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    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Total de capítulos:
    7
     
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    4563
    Dark, el demonio del pasado. Peligro:
    - ¿Que fue todo eso?- Keitaro estaba en la puerta del baño donde Rodrigo se estaba bañando.
    - Nada.-.
    - ¿Como que nada?-.
    - Bueno...Digamos que fue un calentamiento.-.
    - ¿De donde sos?-.
    - Argentina, ya te dije.- Hizo un silencio y acotó algo mas.- Estoy en Hinata porque me fui de mi país. Y no me fui porque tenía ganas...-.
    - ¿Hiciste algo?- Comenzó a sospechar.
    - ¿Yo?... Nada. Digamos que me fui por eso, por no hacer nada.- La ducha se apagó.
    - Bueno, no creo que te fueras por no tener trabajo.-.
    - No me fui por eso exactamente... Digamos que es algo mas personal que eso.- Abrió la puerta y salió con una toalla en la cintura. Sus músculos estaban marcados todavía. En los pectorales tenía un tatuaje en negro bien grande, que daba la impresión de que fuera la pintura de una armadura.- Vamos al cuarto y te cuento.-.
    Entraron al cuarto de Rodrigo y cerraron la puerta. Mientras se vestía, comenzó a contarle lo que le había sucedido.
    “Yo vivía en un pueblo al sur de Argentina, llamado Puerto Santa Cruz. Vivía tranquilo con mi familia, hasta que en un barco llegaron unos tipos que querían armar lió, así que fui para darles una paliza, pero fui yo el que la ligó. Me llevaron por mucho tiempo fuera de mi casa y cuando llegué, me llevé una sorpresa horrenda... Habían quemado mi casa, con mi familia adentro. Desde entonces, vivo de acá para allá, buscando un lugar para morirme...".
    Keitaro se quedó callado la boca por unos momentos hasta que tuvo el valor para hablar.
    - ¿Morirte?-.
    - Es una forma de decir. En realidad, busco un lugar donde quedarme hasta que me llegué la hora.-.
    - Entiendo... ¿Y porque las cicatrices?-.
    - Porque no es la primera vez que peleo contra algo así.- Se miró el brazo derecho, donde tenía una cicatriz profunda.- Esta es mi vida.-.
    Se calló de nuevo la boca porque estaba algo confundido. Rodrigo era un personaje algo misterioso, pero también complicado.

    Los preparativos para la fiesta de compromiso se habían suspendido, porque Mutsumi tardaría en llegar a la residencia. De todas formas, en la residencia, todo rondaba alrededor del nuevo conserje, que era mas callado y era muy bueno en su trabajo (sea cual fuere). Rodrigo, en cambio, sufría los acostumbrados dolores que le causaban no transformarse durante un buen tiempo. Por eso, trataba de evitar a los chicos, para que no le hicieran preguntas de ningún tipo, y evitarse una transformación sorpresiva frente a todos.
    TOC TOC
    Naru había golpeado la puerta de la habitación 200°, con la esperanza de poder entablar una conversación con el nuevo encargado. Ella no había tenido oportunidad de hablar con él desde que había llegado a la residencia y tampoco lo conocía muy bien.
    TOC TOC TOC
    Se sentía algo fastidiada de que la ignorara de esa manera. Ella era dueña del lugar junto a Keitaro, así que tenía la misma autoridad que él.
    - Hoooolaaa....- Dijo en voz baja, esperando que tal vez así le respondiera. Pero no tuvo éxito.
    Metió la cabeza suavemente, rogando no encontrarlo en alguna mala situación, pero vio que todo estaba a oscuras. Entró y encendió la luz. Ese era uno de los pocos cuartos que daba hacía el bosque.
    - ¿Hola?- Preguntó nuevamente, sin respuesta.- ¿Hay alguien?-.
    Camino un par de pasos y vio una mancha de sangre fresca en el suelo. Un leve escalofrió le recorrió la espina dorsal. Miró a su derecha y vio un portarretrato con la foto de una chica: la misma foto que Shinobu había encontrado. El vidrio estaba quebrado, como si se hubiese caído al suelo.
    - ¡¿Que haces acá?!- Le espetó Motoko desde la puerta.
    Naru recuperó el color después de unos segundos.
    - ¡Casi me matas del susto!-.
    - No deberías estar aquí.-.
    - Tu tampoco.- Se inclinó sobre la mancha de sangre.- ¿Es humana?-.
    Motoko se acercó y le pasó el dedo suavemente. La miró de cerca, la olió y se detuvo a mirarla un poco más.
    - Si...- La pasó un poco entre sus dedos.- Pero es algo espesa.-.
    Naru se acercó a un cajón y comprobó que estaba cerrado con llave. Miró a la derecha y vio la mochila abierta. Había una luz que estaba encendida en el interior.
    - ¿Que será?- Tomó un aparato que parecía una palm. En la pantalla mostraba un punto rojo que titilaba, alejándose del centro.- Parece un rastreador...-.
    - Déjalo ahí.- Motoko estaba algo nerviosa por estar ahí.- Vamonos antes de que regrese.-.
    Naru dejó el extraño aparato en la bolsa y se fue. En la pantalla, el punto rojo se detuvo por unos segundos y se volvió celeste...
    Ya eran las diez de la noche y Shinobu venía sola por la calle en su bicicleta. Sabía que Naru se iba a enojar mucho si ella llegaba más tarde que la última vez, así que iba lo más rápido que podía. Tenía en cuenta que a esa hora no había mucha gente y que las calles estaban vacías, así que no había nada que le impidiese andar a toda pastilla. "No quiero que Naru me sermoneé otra vez" se decía, mientras aceleraba. Tomo una calle que era conocida por ser muy empinada y su final repentino, que daba hacía el bosque. Desde lo alto de un tejado, una figura grande y oscura la observaba con unos ojos celestes brillantes. Su respiración parecía a la de un animal salvaje.
    - Voy demasiado rápido...- Se dijo Shinobu mientras ponía los frenos.
    TALACRTRAN
    Los patines de los frenos de atrás se habían soltado y ella se dirigía a toda velocidad al final del camino.
    - ¡¡OH, NO!!- Exclamó.- ¡¡AAAHHHH!!-.
    La rueda delantera se dobló al chocar con la vereda, lanzándola a ella con fuerza hacía el bosque. Dio un vuelo rasante hasta aterrizar en un riachuelito no muy profundo. La bicicleta cayó a un lado, completamente dañada. Quedó tendida boca arriba, con los ojos entrecerrados y un dolor punzante en el lado derecho del abdomen.
    - Gggggrrrr....-.
    Un sonido fuera de lo normal hizo que girará su cabeza lentamente. Vio una silueta enorme, con unos ojos que brillaban en color celeste y unos cuernos gigantes. Se paró a su lado y extendió unas cuchillas gigantescas en sus muñecas. Comenzó a levantar su brazo de forma amenazante, mientras su gruñido se volvía cada vez más fuerte. Ella lo miró a los ojos y le imploró.
    - Ayu...Ayúdame...- Fue lo único que llegó a decir, antes de quedar inconsciente.
    La bestia se había quedado estática. Esa última mirada le estaba haciendo recordar algo... Se inclinó sobre ella y la levantó suavemente. Tomó la bicicleta y se fue caminando de allí, a un paso fuerte y seguro.
    Shinobu despertó repentinamente en una cama improvisada. Estaba en algún lugar donde no habían terminado de construir. Miró a su alrededor e intentó levantarse, pero un agudo dolor en el estómago la acostó de nuevo.
    - Veo que te despertaste.- Se escuchó una voz que provenía desde el otro lado de la habitación.
    - ...mmmnn...- Aún estaba un poco mareada.- ¿Que paso...?-.
    - Chocaste y te fuiste de mambo al bosquecito.- La voz se acercó.- Tenes suerte que solo te hayas hecho un par de golpes y un corte.-.
    - ¿Donde estoy?-.
    - En mi casa...- Se puso al frente de ella para que lo pudiera ver.- temporal.-.
    La pobre niña se asusto al ver a su salvador. Era una especie de androide, alto y musculoso. Sus ojos eran rojo sangre, tenía un corte de pelo estilo militar algo cuadrado y su piel parecía estar formada por miles de chapitas. En su pecho, tenía un pechera dura que le abarcaba todo ese área. Tenía, también, manos grandes y su cara era como la de una persona normal, aunque con una protección en las mejillas.
    - ¿Quien eres?- Le preguntó, al cabo de unos segundos.
    - Me decían MetalMan.- Caminó hasta una repisa algo vieja, donde sacó más algodón y unas vendas. Luego se sentó del lado de donde tenía el dolor.- Pero me gusta que me digan Metal.-.
    - Mmmm... - A ella le seguía doliendo la herida.
    Metal retiró las vendas y dejó ver una herida profunda. Ya no sangraba, pero seguía ardiéndole.
    - Estaba esperando que te despertaras para preguntarte algunas cosas.- La miró a los ojos.- ¿Sos alérgica a algún metal?-.
    - No...- Shinobu se extraño por la pregunta.
    - ¿tenes alguna enfermedad como cáncer o algo así?-.
    - No.-.
    - ¿Te pusieron la inyección antitetánica?-.
    - Si.-.
    - Bueno, entonces...- Se acercó un cuchillo a las venas de la muñeca.- Voy a curar tu herida.- Se cortó con fuerza y un chorrito continuo de sangre comenzó a caer sobre la herida de Shinobu.- Te puede llegar a arder.-.
    - ...¡!...- Se sorprendió cuando la herida comenzó a curarse rápidamente.
    Metal se levantó y fue a buscar un poco de agua para ella. Le dio unos sorbos y la ayudó a levantarse.
    - ¿Donde está mi bicicleta?-.
    - Ahí.- Le señalo un montón de hierro doblado.- Eso es lo que queda...-.
    - Gracias...- Miró al suelo y fue hacía su bicicleta.
    - ¿No querés que te acompañe?-.
    - No, gracias...- Se puso a buscar la salida.
    - Es peligroso andar a estas horas sola. Por lo menos déjame que te acompañe...- Metal dejó el vaso en la cama improvisada y tomó la bicicleta.- No es conveniente.-.
    - ...- Lo pensó unos segundos.- Esta bien.-.
    Salieron del edificio y comenzaron a caminar por las calles con tranquilidad. Shinobu rengueaba un poco y se frotaba el brazo derecho. Fueron tranquilos y caminaron por la parte del bosque, donde llegaron al patio. Metal dejo la bicicleta al lado de la escalera trasera y la ayudo a subir (La llevó en sus brazos). Al llegar a la habitación 201°, la bajó y se despidió de ella.
    - Anda a ver a algún mayor, para que te vea las heridas. Cualquier cosa, me avisas...- Metal sacó un pañuelo y se lo pasó por la frente.- Tené cuidado la próxima vez.-.
    - Esta bien...- Ella se sonrojó un poco.- Gracias.-.
    - ¡¡¡ALÉJATE DE ELLA!!- Un grito hizo que ambos se dieran la vuelta.
    Una figura pasó rapidísimo al lado de Metal, el cual quedó parado allí. Un salpicón de sangre salió de su espalda y el cayó boca abajo al suelo, pero se levantó lentamente.
    - ¡Metal!- Exclamó Shinobu.
    Motoko le dio otro espadazo en la cara y le clavó la espada en el estómago. Le puso el pie en el pecho y lo tiró al suelo. Luego, esperó a que él se incorporara de nuevo para darle un espadazo que le arrancó la mitad del brazo derecho.
    - AAAGGGHHH.- Metal se tomó la herida y dio unos pasos hacía atrás. Rápidamente, saltó sobre la baranda del pasillo con la idea de saltar hacía el patio.
    - No te escaparás...- Motoko le dio un espadazo en la parte de atrás del pie derecho, cortándole un ligamento y causando que cayera de cabeza al suelo desde esa altura.
    Se asomó y se sonrió. Reparó en Shinobu, que estaba estática, como si hubiese visto a un fantasma.
    - ¿Estas bien?- Le preguntó.
    Ella la miró y su cara se transformó en una expresión de odio.
    - ¡Eres un monstruo! ¿Que te hizo él?- Se fue corriendo por las escaleras hacía abajo.
    Motoko fue corriendo hacía abajo. Naru y Keitaro aparecieron abajo, mirando el cuerpo inmóvil del extraño ser que estaba tirado en el suelo. Motoko llegó más rápido que Shinobu y se puso al lado Metal, que tenía un charco de sangre debajo de él. Lo dio vuelta con la espada y vio que tenía los ojos cerrados. Parecía estar muerto.
    Shinobu puso sus manos en la boca y se quedó allí mirando la escena. Naru se le acerco, como para preguntarle algo, pero ambas se asustaron cuando Metal reaccionó.
    - GRRRRRAAAARRRR.- Gruño con fuerza y se levantó. Su brazo cortado se regeneró al instante y las heridas en su cuerpo se cerraron. Extendió unas cuchillas largas de sus muñecas y sus ojos se encendieron en rojo.
    Motoko dio un salto hacia atrás y se lanzó contra Metal. Él comenzó a rechazar los espadazos con sus cuchillas a una gran velocidad, lo que dificultaba ver sus movimientos. El cuerpo de Metal emitía cada tanto, un pequeño brillo que le recorría el cuerpo. Ella comenzó a retroceder para realizar su estocada. Se puso en posición y lo atacó. Él no se movió y le puso el pecho al ataque.
    TLAAAAAANNNN....
    Todos se quedaron en silencio. La espada de Motoko se quebró en el aire, ante la sorpresa de todos los que estaban presentes.
    - No más...- Metal desplegó unos propulsores en su espalda y se fue volando antes de que alguien digiera algo más.
    Motoko estaba shockeada. Nunca había visto algo así.

    A la mañana siguiente, nadie habló nada del tema. Kaolla, Haruka, Kitsune y Sarah no sabían lo que había pasado esa noche tan extraña. Naru estaba algo intrigada mientras que Keitaro trataba de no hablar del tema. Shinobu no había dicho ni una palabra desde esa noche, y mucho menos a Motoko, que estaba triste porque se le había roto una de sus mejores espadas. De todas formas, todos estaban tratando de que las cosas estuvieran mejor porque esa tarde llegaría Mutsumi, y querían que estuviera a gusto. Kanako llegaría a la noche y entonces, solo faltaría Mei para que la fiesta estuviera completa. En realidad, harían una fiesta antes de la fiesta de compromiso, donde estarían los padres de Naru y Keitaro. Rodrigo era el único que parecía estar algo deprimido, porque no había salido aún de su cuarto. Naru fue al cuarto nuevamente para ver si estaba allí.
    TOC TOC
    - Pase...- Le respondió la voz de Rodrigo desde adentro.
    Ella entró y cerró la puerta.
    - ¿Esta todo bien?- Le preguntó, mientras cureosaba que tenía en las manos.
    - Si, estoy trabajando en uno de los ventiladores de la cocina. Cuando lo termine, va a tener mas potencia.- Tomó un destornillador y comenzó a sacar la tapa superior del aparato.
    - Aja...- Miró la mochila abierta y vio el extraño aparato que estaba la última vez.- Veo que tenes una PDA...-.
    - No es una PDA, es una Palm. Es casi lo mismo, pero esta es como mi computadora de mano.- Le respondió sin apartar la vista de lo que estaba haciendo.- Tiene muchos años.-.
    Ella quiso utilizarlo un poco, no entendía el idioma en el que estaba. Lo dejó en su lugar, y comenzó a mirar a su alrededor. Vio que el retrato de la chica estaba arreglado y que el cajón estaba algo abierto. Se acercó un poco, con la intención de abrirlo suavemente.
    - Sería como violar mi intimidad...- Dijo derrepente Rodrigo, sin despegar los ojos de lo que estaba soldando.
    - ¿Qué?-.
    - Si abrís ese cajón, sería como violar mi intimidad.- La miró unos segundos.- Es feo que te hagan eso ¿No?-.
    Ella se alejó unos pasos y se sonrojó un poco por la vergüenza. Él tenía razón, pero... ¿Estaba escondiendo algo?
    - Bueno, en una hora más va estar el almuerzo.- Dijo después de unos minutos de silencio.
    - Voy a estar ahí.- Rodrigo retomó su trabajo.- A ver si termino antes...-.
    Naru se fue caminando hasta la cocina, donde Shinobu cocinaba en silencio. Tenía un curita en la cara y un par de moretones en los brazos, pero estaba del todo bien. Motoko estaba sentada en el suelo, limpiando su otra espada en completo silencio y sin mirarla a Shinobu, como si estuviese ofendida: Le había molestado el hecho de que le había intentado "salvar la vida" y ella la había reprochado por ello. Keitaro pasó con una sonrisa en la cara, seguida por Kitsune que también se sonreía.
    - ¿Que pasa?- Preguntó Naru.
    - Tendrías que ver como duerme Kaolla porque esta muy graciosa...- Le explicó Kitsune.
    La guió hasta donde dormía ella y le abrió la puerta un poco. Vio que Kaolla estaba colgando de una rama al revés y que su cara estaba roja. Se sonrió y fue detrás de Kitsune.
    - ¿Y, que te dijo el guapo de Rodrigo?- Le preguntó.
    - Nada... Pero no pude saber que tiene en ese cajón.- Le respondió Naru.
    - Tal vez tiene su ropa interior sucia allí.-.
    - No, él lava a mano toda su ropa... Tal vez tiene algo más sobre su familia que no quiere que veamos.-.
    Kitsune se dio la vuelta y pispeó para ver si había alguien cerca en el pasillo.
    - Definitivamente tiene algo que esconder ¿No te habrás creído lo del incendio y todo eso que le dijo a Keitaro? Para mí, esa no es una causa suficiente para irme de mí país.-.
    - ¿Decís que hizo algo que no quiere que sepamos?-.
    - Exacto.- Miró y vio a Motoko que se aproximaba.- ¡Mooootokoooo!-.
    - ¿Que pasa?- Le respondió con algo de fastidio.
    - ¿Que te parece el chico nuevo?- Le preguntó con algo de malicia.
    - Es un buen muchacho...- No se dio la vuelta para contestar.- Pero sigo molesta por lo de anoche.-.
    - ¿Porque?- Kitsune abrió los ojos.
    - Porque no fue capaz de ir a ayudar, si sabe pelear tan bien...- Siguió su camino, hasta que la perdieron de vista.
    - ¿Que pasó anoche?- Le preguntó a Naru.
    Naru sabía que lo mejor era contarle a Kitsune sobre el monstruo de la noche anterior, porque sino no la dejaría en paz. Le contó todo con lujo de detalles, para que no la molestara ni a ella ni a Shinobu. Kitsune quedó en silencio unos segundos, como si no pudiese creer lo que le habían contado ¿Un androide había atacado a Shinobu y Motoko la habría defendido? Parecía el argumento de un manga de mala calidad... =Þ
    - ¿Y que les dijo Shinobu?- Le preguntó luego de unos segundos.
    - Nada todavía... Parece que ella lo conoce.-.
    - Bueno... Yo voy a despertar a Kaolla para que nos ayude en algo. Después seguimos hablando.- Puso su mano sobre la puerta.
    - Nos vemos.- Naru se fue hacía la entrada de la residencia, porque tenía que revisar unas cosas.
    Kitsune esperó hasta que ella se fue para abrir la puerta, pero se llevó una sorpresa: Kaolla estaba escuchando todo.
    Ya eran las tres de la tarde, cuando Naru llegó con Mutsumi. Todas las recibieron con felicidad, mientras le ayudaban con sus cosas. Rodrigo (Sin ser menos), tomó todas las maletas pesadas y las llevó de un tirón. La llevaron hasta su nuevo cuarto (el que usaba ella antes, en realidad) y le contaron como estaban las cosas: El compromiso de Naru y Keitaro, la pre fiesta, Rodrigo y las nuevas cosas de la residencia. Como siempre, ella estaba sonriente y escuchaba con atención, porque quería pasarla bien allí, y porque su estadía no sería tan larga. Kaolla fue la que tuvo que meter la pata, ya que le contó sobre el extraño ser que había salvado a Shinobu y vencido a Motoko, pero ella parecía no darle importancia: estaba muy feliz de estar allí otra vez, no le importaba nada más. A los tres días, ya todas estaban con su ritmo normal de vida, aunque con un aire festivo. Pero la felicidad duró poco, porque Rodrigo metió la pata en forma grande.
    - ¿Y como esta tu madre?- Le preguntó Kitsune, mientras que le enjabonaba la espalda a Kaolla.
    - Bien. Esta feliz desde que comenzamos a alquilar casa en allá, en Okinawa.- Le respondió Mutsumi, mientras se metía un poco más en el agua.
    Las chicas se habían metido en las aguas termales un rato, para pasar el tiempo y escaparse de Keitaro que estaba bastante molesto metiéndose en las conversaciones.
    - ¿Y a ti que te parece el nuevo conserje?- Kitsune estaba muy molesta con ese tema.
    - Es muy alto...- Ella abrió grande los ojos.- Nunca había visto un tipo tan alto en mi vida...-.
    - ¿Cuanto dijo que medía, Naru?-.
    - Me dijo que la última vez que se midió, media 1,92 mts...-.
    - Es un tipo muy grandote...- Acotó Kaolla.- Y muy fuerte también.-.
    - Es verdad...- Shinobu se sumó a la conversación.- ¿Te acordás como le tiró el tanque de oxígeno al MegaTama?-.
    - Es muy musculoso...- Kitsune estaba admirando su cuerpo.- Y también tiene muchas cicatrices... ¿Keitaro no le había preguntado por que eran?-.
    - Si, pero no sé... Es como si antes había sido un luchador o algo así.-.
    - Tiene cara de ser agresivo.- Acotó Haruka, que estaba un poco lejos.
    - Igualmente, no ha hecho nada malo hasta ahora.- Naru tomó una toalla del borde del piletón.- Lo único que hizo fue pelearse con el MegaTama, pero nada más.-.
    - Él es mucho mejor que Keitaro para probar mis inventos.- Kaolla emergió del agua, en el medio de la conversación.- Y no se queja en ningún momento.-.
    - Eso es verdad...- Naru se puso pensativa.- Es medio raro, porque no conozco a nadie que le guste que le molesten así.-.
    - Tal vez es un fetichista...- Opinó Kitsune.
    - No es ningún fetichista.- Lo defendió Shinobu.- Lo sé...-.
    - ¿Y porque lo defiendes tanto?- Una sonrisita malévola apareció en su cara.- Me parece que estas enamorada...-.
    - ¡No es eso!- Le espetó. Estaba algo ruborizada.- Él me salvó la vida y lo conozco, y es una buena persona, aunque no lo parezca.-.
    - Si tú lo dices...-.
    Rodrigo pasaba al lado de la puerta del baño termal. Abrió suavemente la puerta, ya que tenía miedo de romperla. Un vapor salió de allí, que le impedía la vista. Como nadie le había dicho que había un baño termal, se asustó un poco, porque pensó que había una fuga de algo. Sin pensarlo, fue corriendo hacía el sótano, donde había un ventilador gigantesco que parecía pertenecer a Kaolla. Lo puso frente a la puerta y la abrió de par en par.
    - ¡¿Pero qué?!- Exclamó Naru.
    Un ventarrón despejó la vista y las chicas se taparon como pudieron. Un tacho de madera le dio en la cara a Rodrigo, que cayó de espaldas al suelo.
    - ¡¡VETE DE AQUÍ!!- Motoko, la cuál no se había metido a bañarse con las chicas, pasaba por allí.
    Entre el mareo y la confusión, Rodrigo se levantó y apagó el ventilador. Con la nariz sangrando, se fue sin decir nada, porque estaba avergonzado por lo que le había sucedido.
     
  3.  
    Realkiller

    Realkiller Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    21 Noviembre 2011
    Mensajes:
    19
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    6824
    La historia de MetalMan:

    A Keitaro le pareció extraño ver a Rodrigo con sangre en la cara y un ventilador en una mano. Se le acercó y trató de comenzar una conversación con él.
    - ¿Que te pasó?- Le preguntó, con un tono de voz bastante sereno.
    - No me dijiste que había un baño de aguas termales...- Siguió caminando, sin darle mucha atención.
    Keitaro lo observó unos segundos, hasta que se dio cuenta de lo que había pasado. Se sonrió un poco y lo siguió.
    - Perdón por no decírtelo antes. De todas formas, te iba a pasar alguna vez.-.
    - ¿Y por que decís eso?-.
    - Es una maldición con la que yo estuve que cargar mientras fui el administrador.- Se puso algo melancólico.- Muchas veces me dieron con tachos de madera, puñetazos y con sandalias por entrar sin pedir permiso.-.
    - Yo les di con este ventilador pensando que había una fuga de agua caliente. Había un cartel arriba, pero no sé leer en su idioma.- Se pasó un pañuelo por la nariz.- Espero que no piensen que fue a propósito.-.
    - Lo más probable es que se enojen por un tiempo, nada más.-.
    - No puedo creer que sea tan pelotudo de no preguntar antes de entrar...- Dejó el ventilador al costado de la puerta de su cuarto.- Van a pensar que soy un pervertido...-.
    - No te preocupes, porque a mí me decían pervertido, hasta que me conocieron más.-.
    - Lo que me calienta es que van a pensar que soy un pajero....- Entró y lo dejó al lado de su mesa, junto a su mochila.
    - ¿Pajero?-.
    - Ah, me había olvidado que no sos argentino. Pajero es algo así como pervertido, aunque también se usa como insulto en mi país.-.
    Keitaro tomó la Palm de Rodrigo, que estaba sobre la mesa. Tenía una imagen como la de un radar que no tenía señal.
    - ¿Que es esto?- Le mostró el aparato.
    - Es mi computadora de mano.- Se terminó de limpiar la nariz. Abrió su cajón con llave y sacó una cadenita.- Esta para buscar metales, ahora.-.
    - ¿De que es esa cadenita?- Le señaló Keitaro.
    - ¿Esta? Es la virgen desatanudos.- La miró y la metió debajo de su remera.- La uso siempre que las cosas se ponen feas.-.
    - ¿Sos católico?-.
    - A medias. Pasa que hace mucho que no me aparezco en la Iglesia. Igualmente, trato de tener a Dios en todo... Aunque parece que él no me tiene a mí en todo.-.
    Se cambió de remera y salió del cuarto, seguido por Keitaro. Estaba yendo rápidamente, porque quería evitar a las chicas antes de que salieran del agua. Con algo de rapidez, dio un rodeo al baño y salió a fuera. Unos quince minutos más tarde, volvió con una bolsita. Comprobó que el baño estaba desocupado y se puso a trabajar en la puerta.
    Las chicas estaban shockeadas aún, menos Shinobu, que parecía no haberle molestado. Habían salido alborotadas y agitadas. Naru fue directamente con Keitaro, para decirle lo que había pasado. Él ya lo había sabia, por lo que espero a que ella (Y las demás) terminaran su versión de lo que había pasado. Con algo de paciencia, él les contó lo que había pasado según Rodrigo, pero no estaban de humor para escuchar la versión del nuevo "pervertido" de la casa. Shinobu se fue de allí, porque no quería escuchar a Naru diciéndole a Keitaro que lo "echara por mirón".
    Fue al baño y lo encontró trabajando a Rodrigo. Se le acercó y se sentó a su lado.
    - ¿Estás enojado?- Le preguntó al ver su cara.
    - Conmigo.- Tomó un par de tornillos.- Me estaba yendo tan bien...-.
    - No te van a echar, si eso te preocupa. Sos muy bueno en lo que haces.- Lo alentó.- No sería justo que te echen por un error.-.
    - ¿Pensas que fue un error mió?- Rodrigo la miró y se sonrió tiernamente.- Gracias por no pensar que soy un pervertido.-.
    - Tu no eres así.- Miró lo que estaba haciendo.- ¿Que es eso?-.
    - Es una cerradura especial para esta puerta corrediza. Solo se puede abrir o cerrar desde adentro.- Se paró y comenzó a guardar las cosas.- No quiero que me pase ni a mí, ni a nadie esta situación otra vez....-.
    Shinobu se sonrió y lo siguió hasta su cuarto, donde comenzó a reparar la televisión de Kitsune, que se había caído al suelo. Estaban en silencio, hasta que Rodrigo se agarró la muñeca.
    - MMMMNNN........- Se tomó la muñeca, como si se hubiera pinchado con algo.
    - ¿Qué te pasa?-.
    - Nada... A veces me duele alguna articulación, pero no es nada serio.- Tomó una lupa y comenzó a soldar unos circuitos.- Soy así desde hace un tiempo.-.
    - Ah... ¿Te puedo preguntar algo?- Una pregunta que ella tenía rondando en su cabeza la atacó.
    - Si, ¿Por que no?-.
    - Bueno... Hace un tiempo, tuve un accidente.- Comenzó a mirar al suelo.- Y un Robot que decía llamarse "MetalMan" me salvó la vida...-.
    - ¿Si?- Rodrigo no despegaba sus ojos de lo que estaba haciendo.
    - Y no entiendo porque me dijiste eso... ¿Por qué me mentiste? Creí que éramos amigos.-.
    La soldadora cayó al piso. Rodrigo no se había volteado, pero su expresión era de total sorpresa. En toda su vida, nadie había sido capaz de darse cuenta de que él y MetalMan eran la misma persona, y ahora, una muchachita lo había desenmascarado solo con verlo una vez.
    No podía decirle que él no era quien ella creía que era, porque le seguiría mintiendo. Tampoco quería decirle que sí, porque toda su actuación y ocultamiento habría sido en vano.
    Pero Shinobu se levantó y se fue caminando, sollando por lo bajo.
    - Espera...- Rodrigo no tenía mas opción.- No te vayas.-.
    - ¿Que quieres ahora?- Le respondió, sin darse la vuelta.
    - Yo no soy Metal... Yo sé quien es, pero no soy él...- Sabía lo que hacía.- Él es...mi hermano...-.
    - ¿En serio?- Se dio la vuelta.- ¿No me mientes?-.
    - Lo sigo a todos lados a donde va, porque quiero hablar con él.- Se sentía una basura por mentirle así.
    - ¿Y por qué los dos tienen el mismo escudo en el pecho?-.
    - Porque es un escudo familiar.- Sentía un cosquilleo en la garganta.
    La inocencia de Shinobu le permitió mentirle con facilidad, pero a un gran precio. Ahora, él estaba comprometido, porque ella les diría a los muchachos sobre su relación con MetalMan. Estaba muy asustado con la idea de que lo corrieran. Por alguna razón, las ideas de morir se comenzaron a desaparecer de su mente, y todo era debido a su estadía en esa residencia. Ese lugar emanaba algo casi mágico.
    Y las siguientes noches, Rodrigo se quedó en la residencia. Shinobu estaba pendiente de él, por lo que, si salía, ella lo volvería loco con preguntas. Lo malo de eso, era que su cuerpo comenzaba a volverse inestable. Trataba de no comer nada, con la idea de que si no comía, podría debilitarse a sí mismo para que las cosas no fueran tan difíciles. Pero no funcionaba. O de las cosas que lo tenía preocupado era la mentira a Shinobu porque sabía que, si ella se lo contaba a alguien, lo sacarían de quicio con las interrogantes. Por otro lado, el enojo por lo que le había pasado en las aguas termales ya había pasado, lo que dio algo de paz.
    - Gggggrrrr....- Se le escapó un gruñido cuando estaba limpiando las plantas.
    Naru lo miró unos segundos.
    - Perdón... Mi estómago...- Le explicó.
    Situaciones como esa ya eran muy constantes y casi intolerantes. En una ocasión, las cuchillas de sus muñecas se le escaparon cuando estornudo. Esa vez había tenido suerte, porque nadie estaba con él. Necesitaba escaparse en algún momento para poder transformarse. Por suerte, una noche, todos se fueron a dormir temprano, dándole la oportunidad para poder hacerse una escapada. Cerró la puerta con una traba que había comprado y se sacó toda su ropa. La dobló y la guardó con cuidado. Comenzó a transformarse lentamente. Su piel comenzó a tornarse de color metálico opaco, las líneas que daban la impresión de que estaba formado por chapitas comenzaron a dibujarse, la protección en sus mejillas salieron de su mandíbula lentamente y sus "partes nobles" (traseras y delanteras) se cubrieron con una protección como la de su mejillas. Cuando terminó, miró a su alrededor. Se acercó a su cajón con cerrojo y lo abrió.
    - Papá...- Tomó un listoncito de tela que decía "LAS MALVINAS SON ARGENTINAS" y se lo ató en la muñeca izquierda.
    Abrió la puerta de vidrio y salió hacia fuera. Cerró despacio y miró a su alrededor, vigilando que Motoko no estuviera pasando por allí. En ese momento, un pensamiento se le cruzó por la cabeza.
    - Shinobu...- Dijo en voz baja.
    “Ella estaba preocupada por Metal... Mejor la paso a ver, para que no se sienta mal.". Dio unos pasos y golpeó la ventanilla del cuarto con suavidad. No sabía si estaba despierta, pero era el único momento que sabía que ella no estaba acompañada.
    - ¿Mmnn?- Ella abrió los ojos. No estaba durmiendo, pero tampoco estaba muy despierta. Metal golpeó de nuevo y ella levantó la cabeza.- ¡!-.
    Le abrió suavemente y lo atendió en la puerta.
    - ¿Que estas haciendo aquí?- Le preguntó sorprendida.
    - Vine a ver como estás.- Rodrigo miró el lugar unos instantes.
    - Estoy bien.- Encendió la luz y corrió un poco la cama de lugar.
    - Me alegro.- Metal se sentía algo incomodo. - Bueno, ya me voy...-.
    - No.- Lo asaltó ella.- Puedes pasar un rato, si quieres.-.
    Rodrigo estaba en un gran dilema, ya que no era su idea entrar allí, pero tampoco quería parecer descortés.
    - Esta... bien....- Le dio una puntada en el pecho cuando le respondió.- Un ratito nomás.-.
    Entró lentamente y se quedó parado allí, hasta que la niña le ofreció sentarse. Metal miró a un lado y vio un dibujo que lo sorprendió: Era una silueta negra, con cuernos y ojos brillantes. Otra puntada le dio en el pecho.
    - Veo... que te gusta...dibujar.-.
    Ella miró el dibujo y se sonrojó.
    - Si...-.
    - Eso... es bueno.... y dibujas bien...- El dolor en el pecho comenzaba a aumentar.
    Ella se sonrió y lo miró a los ojos. En ese momento, el dolor se detuvo por completo.
    - Eso es lo que vi la noche que me salvaste.- Se acercó, tomó el dibujo y se lo dio en la mano.- ¿Que és eso?-.
    - Él es Dark.- La voz de Metal se hizo un poco más seria.- Mi otro yo.-.
    - ¿Tienes otro yo?-.
    - ¿Escuchaste alguna vez la historia del Dr.Jekyll y Mr.Hyde?-.
    - Si.-.
    - Es algo así.- El dolor en el pecho volvió, aunque mas tenue.- Es el rejunte de todas las cosas malas que me pasaron.-.
    - Como la muerte de tu familia...- Acotó ella.
    Metal sabía que le había contado, pero tenía que disimular.
    - ¿Quien te dijo eso?-.
    - Tu hermano, Rodrigo esta acá. Me contó todo lo que pasó...-.
    - Él no pasó ni la mitad de cosas que yo pasé. Se escapó, cuando las cosas estaban mal... - Fingió un poco el enojo.- Yo fui el que se tuvo que aguantar todo el tiempo allá, viendo como todo estaba hecho mierda.-.
    - Pero... ¿Que fue lo que pasó?-.
    - Se ve que mi hermano no te dijo nada...- Se dio cuenta de que ese era el mejor momento para decirle lo que había sucedido.- Te voy a contar mi versión de la historia.-.
    “Yo vivía tranquilo, después de mis últimas grandes batallas. Estaba feliz con mi familia, con mi novia y mis amigos. El problema empezó cuando me enteré de una venta de armas que iban a hacer en mi pueblo. No me di cuenta de la magnitud del problema, hasta que llegó un embarque, lleno de gente preparada para tomar el pueblo. La idea era simple: Ellos tomaban el pueblo, para enmascarar que traían más de dos millones de dólares en armas. Con paciencia, empecé a desarmar su red de traficantes. Pero no me di cuenta de que las cosas se iban a salir de control...
    Tomaron una cantidad de personas secuestradas en un micro y los llevaron a un descampado. Me llamaron para que los rescate, así que fui rápidamente. Pero lo que me preocupaba era mi novia, que también se la habían llevado..."
    - ¿Y fuiste así, como si nada?- Lo interrumpió.
    - Y sí. No me quedaba otra.- Se aclaró un poco la garganta.- Llegué y me encontré con un cuadro medio raro: Una cuadrilla de tanques, un helicóptero de combate y varios tipos con ametralladoras estaban esperándome. El chiste era que ellos no me apuntaban a mí, sino que le apuntaban al micro. Me puse al frente, con la idea de aguantarme los tiros, pero algo me sorprendió: Mi novia estaba pegándole a la ventanilla, gritándome algo... En fin, puse el pecho y empecé a sentirme débil. Miré atrás mío y vi que del micro salía un humo medio verde. Mi novia no estaba en la ventanilla, por lo que me asusté un poco. Sin darme cuenta mi coraza se debilitó y ya no era tan resistente. Entonces, empezaron a dispararme con todo lo que tenían...-.
    Rodrigo hizo una pausa, porque le daba cosa recordar esa escena.
    - ¿Y qué te pasó?-.
    - Quedé mal, muy mal... Me acuerdo que no sentía mis pies ni mis brazos. Lo único que sentía era un dolor agudo en el pecho. Mi ojo izquierdo estaba roto y me dolía. Sentí pisadas suaves, como las de un ángel... Era ella, que me miraba con un gesto raro en la cara. Detrás de ella, estaba él...-.
    - ¿Quién era "él"?- Preguntó Shinobu, ya entusiasmada.
    - Nunca supe como se llamaba, pero hacía un tiempo que estaba en el pueblo.- Miró hacía la puerta unos segundos.- Ella estaba mirando, cuando él vino de atrás y la abrazó. "¿Que mierda...?" me dije. Él le dio un arma y le dijo que me acabara. Ella me dio cinco tiros, y uno en el corazón.-.
    Shinobu lo miraba con los ojos bien abiertos. Estaba tan comprenetada en la narración, que se sorprendió al escuchar eso.
    - ¿Y por qué lo hizo?-.
    - Tres meses después, me desperté en una sala gigante. Estaba atrapado de pies y manos, en una cama metálica. Unos tipos con trajes blancos estaban mirándome, mientras apretaban unos botones. En ese momento, una corriente eléctrica me empezó a recorrer el cuerpo... Y de ahí no me acuerdo mucho más...- Metal esquivó la pregunta, a la vez que le ocultó lo que había pasado después.
    Ella se quedó callada unos segundos. Estaba como concentrada en algo, tal vez alguna pregunta, pero al final no dijo nada. Sus ojos estaban clavados en los de él. Un hormigueo le recorrió el cuello a Metal.
    - Bueno, me tengo que ir.- Estaba algo nervioso.
    - No... Quiero saber una cosa...- Shinobu no despegaba su mirada de sus ojos.
    - ¿Qué?-.
    - ¿Podrías venir mañana?-.
    -... No sabría decirte...- Miró el reloj en la pared.- Si vengo, vendría a esta hora.-.
    Ella se dio la vuelta y miró el reloj.
    - ¿12:45?- Volvió a mirarlo a los ojos.- ¿Vas a venir?-.
    - Voy a hacer lo posible.- Se paró y fue hasta la puerta.- Adiós.-.
    - Adiós, Metal...- Ella se dirigió a acomodar su cama.
    Rodrigo salió del cuarto y cerró la puerta suavemente. Su corazón estaba algo acelerado. Salió corriendo hacia el bosque, con la idea de ir al sector del edificio abandonado, donde solía ir cuando estaba transformado. Su mente estaba algo alborotada. Miles de pensamientos diferentes e incoherentes le revoloteaban por su cabeza. Los recuerdos más dolorosos se juntaban con los más felices.
    En la lejanía, vio el edificio a medio construir abandonado. Se detuvo a verlo unos segundos. Sin perder más tiempo, se metió adentro y subió hasta el anteúltimo piso. Antes de que pudiera sentarse, una voz áspera salió de la oscuridad.
    - ¿Vas a ir mañana?- Unos ojos celestes salieron de las sombras.
    - Sabes que si.- Rodrigo se sentó un pedazo de mampostería.
    - Sabía que venir a esta ciudad nos iba a traer problemas...- El ser oscuro y gigante salió de las sombras. Estaba algo transparente.- Te estás ablandando.-.
    - ¿Y que problema es ese? Me siento bien... Es la primera vez en mucho tiempo que me siento bien.- Se miró las manos.- Estar con ella me hace sentir mejor.-.
    - Es verdad... no puedo salir por ella...- El ser se le acercó.- ¡¿No ves lo que nos esta haciendo?! ¡Te esta metiendo ideas tontas en la cabeza!-.
    - ¡¡NO SON IDEAS TONTAS!!- Le dio un golpe a la pared que estaba a su lado, desquebrajándola toda.- ¡¡ALGUIEN SE ESTA PREOCUPANDO POR MÍ!!-.
    - Ahora entiendo... Es eso del amor, ¿No?... ¿Te hace acordar a Gloria?- Dark camino hacia una de las ventanas y comenzó a mirar por allí.- ¿No es eso?-.
    - No. Vos tendrías que saberlo: No la mataste cuando tuviste la oportunidad... ¿No era que no le tenías compasión a nadie?- Rodrigo lo miró desafiante.
    - ... Es ese maldito recuerdo...- Comenzó a desvanecerse.- La única cosa capaz de determe. Ese recuerdo que te rompió el corazón.-.
    - ... La nena del micro...- Comenzó a atar cabos.- La mirada de Shinobu es idéntica a la de la nena.-.
    - Exacto. El único que hace que te acuerdes de tus valores, tus principios.- Se dio la vuelta.- Es el único recuerdo que te hizo darte cuenta que, aunque sea MetalMan, aún eres humano y las pueden cosas salirte mal. Ese recuerdo que marcó el principio de tu fin. El que te demostró que no eres nada, solo peón. Desde ese momento, tu fuerza fue mermando... El odio que te da tu poder estaba desapareciendo, la felicidad se estaba volviendo parte de tu vida. Ya no eras el mismo. Estabas trasgrediendo tu destino, tu fin. Eso mató a tus padres, tu ideas de una vida diferente... ¡Eres un guardián Met´Aal, y lo vas a ser hasta que te mueras!-.
    - Capaz que si... Pero yo sigo siendo humano, te guste o no, y vos no sos nadie para decirme lo que tengo que hacer. Estoy harto de vivir con el miedo de que salgas y le arruines la vida a otro... ¡¡VOY A IR MAÑANA, Y EL DÍA SIGUIENTE, Y EL SIGUIENTE!!¡¡NO ME VAS A CONTROLAR, ASESINO DE MIERDA!!- Rodrigo se había incorporado. Sus ojos rojos brillaban con fuerza.- SE SUPONE QUE YO SOY LA MENTE DOMINANTE, NO VOS-.
    - Ya veo... No importa. Dentro de poco, te vas a dar cuenta de que me necesitas mucho. Soy tu válvula de escape, no me podes tener adentro para siempre.- La imagen de Dark casi desaparecía del todo.- Vas a ver cuando salga con toda mi fuerza... Ningún recuerdo sentimental me va a parar.-.
    Y se desvaneció en el aire.

    Shinobu se había levantado de muy buen humor a la mañana siguiente. Tanto, que le preparó el desayuno a todos. Haruka estaba feliz también, porque ya estaba planeando su boda con Seta. Al parecer, no había nada que pudiera arruinar ese día, pero para eso estaba Kaolla.
    Había estado trabajando toda la noche en un Tama nuevo. Luego de la pelea de Rodrigo contra el robot, había hecho las observaciones de como mejorar sus máquinas. Así que estaba en el sótano, uniendo motores y circuitos. Naru bajo a ver que era lo que estaba haciendo.
    - ¿Que és eso?- Dijo al ver un cañón enorme.
    - Es mi nuevo lanza redes.- Kaolla tomó una soldadora y comenzó a unir pedazos de metal.
    - ¿Y que estas haciendo?-.
    - Un robot nuevo para probar con Rodrigo. Este va a ser más fuerte que el anterior...- Dejó la soldadora a un lado y se devoró un plátano. Luego siguió trabajando.
    Naru la observó por unos segundos. No sabía si decirle que a Rodrigo no le simpatizaba demasiado luchar contra robots gigantes, porque era la única manera de que ella se quedara tranquila. Por otro lado, quería ver hasta donde era capaz de pelear él para defenderse. Subió y dejó a Kaolla con sus máquinas. Se cruzó a Keitaro, que llevaba una pila de ropa hacía su cuarto.
    - ¿Que haces?-.
    - Estoy ayudándole a Rodrigo. Hoy se levantó muy mal.- Dejó la ropa y la llevó a donde estaba él trabajando.
    En efecto, tenía unas enormes ojeras, estaba pálido y sus ojos estaban rojos. Estaba pasando el trapo por el suelo, con un ritmo algo lento y casi sin ganas. Daba la impresión de que era un muerto viviente. Shinobu le alcanzó una taza con sopa, para reconfortarlo, pero él estaba muy mal. Mutsumi también se le acercó para tratar de alegrarlo un poco, porque la ponía mal verlo en ese estado.
    - ¿Es lindo donde vivías?- Le preguntaba ella sentada a su lado.
    - Es un país muy lindo, si.- Su voz era algo débil.- Es bastante lindo para ir de vacaciones...-.
    - ¿Y porque te fuiste?-.
    - Cosas de la vida. Digamos que quería dejar atrás todo lo que pasé y empezar de cero.- Como siempre, Rodrigo piloteó la respuesta.
    - Me hace recordar una historia que leí.- Se sonrió, como solía hacer ella.- Deberías escucharla...-.
    - Suena buena... Pero me da igual haberme ido, porque de todas formas, la vida no me da una buena nunca...-.
    - Bueno, estas aquí. Eso es un buen comienzo.-.
    - Es verdad. Acá la paso muy bien con ustedes... Me alegra haber encontrado este lugar.- Mojó un poco el trapo y siguió limpiando.- Hacia mucho que no estaba tranquilo como ahora.-.
    - ¿Y que te parecen Naru y Keitaro?- Le preguntó ella, saliendo del tema.
    - Son una buena pareja... Shinobu me había dicho algo sobre una promesa que habían hecho o algo así y no le entendí nada.-.
    - La historia de ellos dos es muy complicada. Pero salió bien, al menos.-.
    - Ya me parecía... ¿Y vos? ¿No tenes ninguna historia como la de ellos?- Se detuvo un poco, porque se había mareado.- Me extrañaría que una chica tan linda no tenga ninguna historia así...-.
    Mutsumi hizo un poco de silencio, pensando en que responderle. Pero Rodrigo malinterpretó ese silencio.
    - ¿Dije algo malo?...- Dijo, luego de unos segundos.
    - No, esta bien. No dijiste nada, solo me quedé pensando...- Se paró.- Bueno yo voy a ayudar a Kitsune a lev...-.
    PLAAZ
    Como era de costumbre Mutsumi sufrió otro de sus súbitos desmayos. El inconveniente era que Rodrigo no sabía de su frágil estado de salud, por lo que se asustó en grande. Con algo de esfuerzo, la levantó y la llevó hasta afuera. La apoyó en el suelo del balcón y la dejó allí. "Tengo que llamar a alguien... No puedo con ella..." Pensó. Pero, por seguridad, se acercó un poco y le tomó una mano. "Pulso normal...". Le abrió un poco un ojo, "Esta desmayada.". Suspiró de alivio al darse cuenta de que era solo un desmayo. Cuando intentó levantarse, una puntada le dio directamente en el corazón... "¡MÁTALA!", le impuso la voz de Dark en su cabeza.
    - No....No estas afuera...- La puntada se fue y cayó de rodillas a su lado.- Adentro te vas a quedar...-.
    Lentamente, los ojos de Mutsumi se abrieron un poco. Rodrigo la miró y quedaron así unos segundos. Él se ruborizó y desvió la mirada.
    - Te despertaste.- Dijo, levantándose con algo de esfuerzo.
    - ... ¿Qué pasó?...- Su voz estaba algo débil.
    - Te habías desmayado. Me asusté un poco pero parece que estas bien.- La ayudó a sentarse.- ¿Te pasa seguido?-.
    - Si.- Se sonrió un poco.- Gracias.-.
    - Por nada, para eso esssssssst.... AAAGGGHHH.- Rodrigo se tomó del pecho Y cayó de espaldas al suelo, mientras se convulsionaba.
    Mutsumi se tapó la boca y se le acercó. Cuando notó que no podía ayudarlo, fue corriendo a la cocina, donde estaban todos los demás. En unos instantes, estaban llevándolo a su cuarto, donde le pusieron un trapo húmedo en la cabeza. Y estuvo así durante un par de horas, hasta que se tranquilizó. Las chicas estaban sentadas a su alrededor, observándolo. Shinobu estaba a su lado con los ojos irritados. Keitaro se puso a revisar el bolso de Rodrigo, con la idea de ver si encontraba algún medicamento, pero solo encontró un revólver Magnum .45 descargado en el fondo. Lo sacó y lo dejó a un lado. Haruka lo inspeccionó y encontró que estaba viejo y algo corroído. Pero las demás no le dieron importancia, porque estaban muy preocupadas por lo que había pasado.
    Ya era de noche, por lo que las chicas habían retomado sus vidas normales. Rodrigo parecía estar mejor y estaba en cama. Al día siguiente, iría al médico, para que lo revisaran. Pero se despertó repentinamente.
    - ...- Se levantó, tomándose la cabeza.- MIERDA.-.
    Fue hasta la puerta del cuarto y le puso traba, sin dejar de doblarse por el terrible dolor que lo invadía. Se tiró frente a su cama y comenzó a poner las almohadas de forma tal, que parecieran que era él durmiendo. Cuando hizo eso, salió afuera del balcón, doblado a la mitad y agarrándose la cabeza. Sus gritos ahogados no se escuchaban.
    - No... puedo... mas....- Se estiró mirando al cielo y rugió con fuerza.- GRRRAAAAAARRR.-.
    Sus ojos se volvieron celestes y comenzó a transformarse en MetalMan, pero luego de haber cambiado, su cuerpo se tornó de color negro. De los costados de su cabeza salieron un par de cuchillas y cuerpo se volvió mas cuadrado. Su cara se protegía con una especie de casco y su nariz había generado una protección hacía abajo. En su antebrazo apareció una especie de armadura y sus músculos se volvieron aún más grandes. Cuando se terminó de formar, se dobló en una posición algo simiesca. Avanzó unos pasos y miró hacía el interior del cuarto de Shinobu. No vio a nadie.
    - Shi...no...bu...-.
    Dark entró al cuarto y se metió por los pasillos de la residencia. Caminó unos minutos, hasta que llegó a la sala de estar, donde estaba la televisión y la cocina. Se acercó a la televisión y la tocó con la punta de su dedo, como si fuera un objeto extraño. Siguió caminando y se encontró con una bolsita de color rosa. La abrió con un dedo y encontró unas galletitas pequeñitas allí. Al sentir el olor, volvió a hablar.
    - Shi...no...bu.-.
    Giró sobre sí mismo y siguió inspeccionando las cosas que estaban allí. Al no encontrar nada que mereciera su interés, se metió en otro pasillo. Caminó otros dos minutos y terminó frente a los baños termales. Se acercó a la puerta y agudizó su oído. Escuchó una risita que venía de adentro. Una voz inconfundible.
    - ¡¡SHINOBGRAAAAAARRRR!!- La puerta voló en pedazos cuando le dio un zarpazo con sus garras.
    No solo estaba Shinobu, sino que estaba Motoko, Naru y Kaolla. Kitsune se apareció detrás del monstruo.
    - ¡¿Que esta pasando?!- Motoko se levantó y tomó su espada, algo confundida.
    - Grrrrr...- El ser las miraba con desesperación, buscando a Shinobu.- Shi...no...bu...-.
    Un espadazo en la cara lo tiró al suelo. Pero se levantó inmediatamente. Motoko no podía creer que esa cosa había soportado su ataque, por lo que utilizó su ataque de aire y lo lanzó unos metros hacía atrás.
    - ¡Corran!- Les gritó a las muchachas, que salieron corriendo.
    Dark se reincorporó y comenzó a correrlas por toda la residencia, pero había puesto un especial énfasis en atrapar a Shinobu, que estaba muy asustada. Kaolla le hizo una zancadilla con una cuerda, pero esta se quedó enganchada a la pierna de Dark y la llevó un buen trecho a las arrastradas. Naru le dio un puñetazo en la cara, pero salió despedida cuando él la empujo. Keitaro (Que no sabía que estaba pasando, pero que había visto a Naru caer al suelo.) lo atacó con una sartén, sin éxito. Dark le dio un golpe muy feo que lo dejó tirado en el suelo. Mei se quedó paralizada al ver al monstruo corriendo por allí. Shinobu se había ido al patio con Kaolla y se había escondido detrás de unas cajas.
    - Yo sé como detenerlo.- Kaolla miró para ambos lados.- Ahora regreso.-.
    - No... ¡No me dejes!- Le gritó ella, pero Kaolla no le hizo caso.
    Dark apareció en el patio, caminando lentamente hacía las cajas donde estaba Shinobu escondida. Las apartó con facilidad y la miró a los ojos.
    - Shi...no...bu...- Sus ojos brillaban a la luz de la luna.- Yo...no...-.
    Dark dio un giro en el aire y se estrelló con unos árboles del bosque, gracias a la columna de aire que Motoko le había arrojado. Los demás llegaron a la escena, armados con lo primero que encontraron en el camino.
    - ¿Que demonios eres?- Motoko se preparó para atacarlo nuevamente.
    Shinobu los miró a ambos hasta que recordó algo: " Él es Dark. Mi otro yo.".
    - ¿Metal?- Se levantó y fue corriendo hacía allí.
    Motoko atacó a Dark, pero no tuvo éxito, ya que detuvo su espadazo con una mano.
    - Apártate...- Le sacó la espada y se la arrojó a un costado. La tomo de la ropa y la tiró al piso.- Shi...no...bu...-.
    Ella llegó y se puso al lado de él. Trató de recordar como había logrado que no la atacara la última vez, pero Dark ya estaba mirándola fijamente.
    - Shi...no...bu...-.
    Keitaro pasó corriendo y la apartó del camino de Dark.
    - ¿Estas bien?- La ayudo a pararse.
    - Yo sé como pararlo.- Lo apartó y salió corriendo.- ¡Confía en mí!-.
    - ¡¡SHINOBU!!!- Le gritó Naru al ver como iba directamente hacía Dark.
    El monstruo cayó de rodillas al verla acercarse. Parecía que se tranquilizaba al verla a ella. Shinobu se paró frente a él y le puso las manos en los hombros.
    - ¿No quieres unos panecillos?- Le preguntó sonriéndose.
    - Si...- La musculatura de Dark comenzó a relajarse.
    - Bueno, entonces vamos.- Lo tomó de la mano y lo llevó hacía la escalera que llevaba hacía arriba.
    Pero Motoko ya se había recuperado. Utilizó su estocada misteriosa y provocó una leve explosión, que arrojó a Dark de cara al suelo. Shinobu, cayó de espaldas, sin heridas pero un poco aturdida.
    - Shi...- Miró a su derecha y vio a la niña en el suelo. Sus ojos se encendieron en celeste y se levantó.-...Mo...to...ko...-.
    Un misilazo le dio en medio del pecho, causando una fuerte explosión. Un nuevo Tama apareció en el aire. Luego de disparar el primer misil, comenzó a darle con todo lo que tenía, a saber: misiles, tortugas teleridigidas, cuchillas, redes, lasers y hasta ametralladoras. El humo que había no permitía ver nada. Kaolla apareció a los saltos, con un control en las manos y sonriéndose.
    - Te tengo.- Movió una palanca del mando a distancia y el robot se acercó.
    Cuando el humo se disipó, todos quedaron mirando la escena sorprendidos. Dark estaba parado allí como si nada hubiese sucedido. Extendió su mano contra el Tama y le lanzó un pequeño cohete, que lo destruyó completamente.
    - Nada lo detiene...- Naru estaba aterrorizada.- Es invencible.-.
    - ¿Donde esta Shinobu?- Keitaro estaba mirando hacía todos lados.
    En efecto, Shinobu estaba parada detrás del monstruo decidida a detenerlo. Le tocó un brazo, haciendo que él se dé la vuelta. Cayó nuevamente de rodillas al verla.
    - Tranquilízate, ¿Quieres?- Le dijo, dedicándole una sonrisita.- Todo va a estar bien.-.
    Dark la miraba como hipnotizado, hasta que reaccionó.
    - Va...a...estar... ¿Bien?- Giró su cabeza, como lo haría un perrito jugando.- Yo...no...perdón...-.
    Dark se paró y comenzó a agarrarse la cabeza, como si fuese a explotar. Su coloración se estaba aclarando, sus ojos pasaron de celeste a rojo en unos segundos y los cuernos desaparecieron.
    - Debo irme.- La voz de Metal ya era normal.- No puedo quedarme.-.
    - Esta bien. Nadie esta lastimado.- Le sonrió ella, al verlo transformado en su forma normal.
    - Gracias, por la ayuda.- Se volvió transparente.- Nos vemos.-.
    Desapareció de allí, sin más dejando a toda la residencia alborotada.
    - ¿Que te pasa?- Se dijo Rodrigo, al llegar a su cuarto.- ¿No era que no le tenías compasión a nadie?-.
    Movió las almohadas y sacó la traba de la puerta. Se acostó y se acomodó.
    - Algo anda mal, hay algo que me esta haciendo daño.- Su tono de voz cambió a uno mas áspero.- No sé que es, pero es nuevo.-.
    Cerró sus ojos y bostezó.
    - Yo sé que es.- Se estaba durmiendo, cuando dijo algo más.- Eso es... amor.-.
    Y la residencia quedó en un silencio absoluto.
     
  4.  
    Realkiller

    Realkiller Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    21 Noviembre 2011
    Mensajes:
    19
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    7160
    (El final del siguiente capitulo tiene elementos que habia eliminado en su reescritura, pero por temas de tiempo, lo posteo asi. Cuando lo corrija en vacaciones, podran ver mi vision renovada de estos elementos y de toda la historia, como asi tambien la segunda parte)(Si, ya voy por la segunda parte)(Hace bocha)(Me gusta el helado)

    La Fiesta de Compromiso y El Escape de Shinobu. Amistad:

    Con la llegada de Kanako, de los padres de Naru y Keitaro, y la mejoría de Rodrigo, la residencia se empezó a preparar para la fiesta de compromiso. El lugar estaba siendo adornado, con guirnaldas, mesas y algunas otras cosas que Kitsune se había encargado en comprar. El jardín trasero estaba aún con pedazos del Tama y marcas en los árboles. Motoko no se separaba de su espada en ningún momento, incomodando un poco a los familiares de los comprometidos. Rodrigo se había dedicado a reparar todos los daños causados por Dark, lo que le llevó un tiempo. Aún así, Mutsumi y Shinobu le hacían compañía de a ratos, para ver si estaba bien o le daba otro "ataque al corazón". Naru también le hacía compañía, pero solo para apartarse de a momentos del lío que se había armado. Sin embargo, el clima era bastante bueno, aunque estaban todos encimados. Kaolla era la única que no hacía nada y se la pasaba de aquí para allá, pegándole a Keitaro y cruzándose en el camino de Rodrigo.
    - ¿Me pasas el martillo?- Le preguntó a Mutsumi, mientras ponía unas maderas en un agujero que había hecho Dark.
    Ella le acercó el martillo y se sentó a observarlo trabajar.
    - ¿Vas a estar esta noche?- Le preguntó ella.
    - No. La fiesta de compromiso es para la gente allegada a los novios. Yo solo soy un empleado. Además, no me invitaron.- Terminó de poner la madera para tapar el último agujero que le faltaba arreglar.- No quedaría bien que vaya ahora.-.
    - Estoy segura que Keitaro querría que vayas.- Se sonrió, como lo hacía a menudo.- Le caes muy bien.-.
    - Pero esta fuera de lugar que me presente. Igualmente, esta noche tengo otros planes.- Recordó que a las 12:45 tenía que ir a ver a Shinobu.
    - Como tú quieras. Y dime, ¿Como dormiste anoche?-.
    - Bien. Bastante bien, ¿Por?-.
    - Porque anoche pase por el frente de tu cuarto y estabas hablando en voz alta.-.
    - ¿Sí? Debí haber tenido alguna pesadilla.- Se bajo de la escalera.- Normalmente, no me acuerdo de los sueños de la noche anterior.-.
    - Yo no me acuerdo ni donde vivo.- Se acomodó el pelo.- Suelo desmayarme antes de llegar.-.
    - ¿Como haces para estar tan tranquila?- Le preguntó Rodrigo.- Yo no estaría tan tranquilo si supiera que en cualquier momento me desmayo.-.
    - Ah, eso. No lo sé. En realidad, yo vivo mi vida y me divierto siempre que puedo, pero no trato de pensar en que me estoy desmayando siempre.- Se sonrió como solía hacer.- ¿Por que preguntas?-.
    - No... no, por nada.- Se ruborizó un poco y tomó la escalera.- Solo quería saber.-.
    En realidad, le había preguntado porque la situación de Mutsumi era similar a la de él, ya que vivía con el miedo de que Dark aprovechase para salir.
    - ¿No quieres salir a dar una vuelta conmigo?- Le preguntó Mutsumi.
    - ¿Qué?- La miró algo sorprendido. No se había dado cuenta, pero estaba bastante ruborizado.- ¿Salir?-.
    - Si, a dar una vuelta conmigo. Veo que no conoces Hinata del todo.- Se le acercó.- Y yo tampoco así que podríamos hacer un poco de turismo.-.
    - Bueno, esta bien.- Le respondió cuando volvió en sí.- Yo ya terminé, así que si.-.
    - Me alegro.-.
    Shinobu apareció de la nada, con un tarro de sopa en las manos. Parecía ser que se había tomado muy en serio el hecho de que Rodrigo estaba enfermo.
    - Te traigo esto.- Su cara parecía estar algo desconcertada.- Por si quieres.-.
    - Muchas gracias, Shino.- Tomó el tarro y se sentó en la escalera.- ¿Como a que hora, entonces?-.
    - En una hora mas, ¿Vale?-.
    - Esta bien.- Rodrigo se sonrió, sin percatarse de que habían un par de ojitos que lo miraban desilusionados.- Una hora más.-.
    Mutsumi se fue y los dejó a solas.
    - Bueno, Shino.- Rodrigo se volteó para ver a Shinobu.- ¿Como vas a querer que haga tu mes...?-.
    Shinobu ya no estaba allí. De alguna manera se había ido sin que él se diera cuenta.
    Corrió hasta donde estaban las chicas. Estaban en la sala de estar, donde Shinobu se detuvo a ver de que hablaban las chicas, aunque estaba ofendida por Rodrigo.
    - ¿No se te ocurre alguna idea, Kaolla?- Le preguntó Naru.
    - No, ni idea. Aunque creo saber como detenerlo.- Saco una especie de garra de abajo de la mesa.- Este es el Dominador 3000. Con él, puedes dominar a cualquier cosa que se te ponga delante. Solo hay que ponerlo en la nuca de la víctima y puedes controlarlo a control remoto.-.
    - Esa es una buena idea.- Naru se sonrió.
    - No, no lo és.- Motoko estaba sería limpiando su espada.- ¿Quien se lo va a poner?-.
    - Es verdad.- Kitsune tomó el Dominador 3000.- Esa cosa es capaz de bloquear cualquier cosa que se le tire.-.
    - Inclusive los espadazos de Motoko.- Mei estaba sentada allí, observando la situación.- No hay forma de dominarlo.-.
    - ¿De quien están hablando?- Preguntó Shinobu.
    - De tu amigo.- Naru la miró seriamente.- Estamos preparándonos por si vuelve a aparecer.-.
    - No siempre vas a poder pararlo como la otra noche. Tenemos que tomar medidas por sí se le ocurre atacarnos.-.
    - Pero, él no lo hace por malo.- Shinobu se enojó bastante.- Es un problema que tiene y tendrían que comprenderlo. Él no se transforma en Dark porque quiere.-.
    - Es un monstruo.- Dijo con un tono cortante, Motoko.- Y como tal, hay que matarlo. Es peligroso que algo así se este paseando por los pasillos de la residencia. No es seguro para ti, ni para Naru, ni Kaolla ni para nadie. Esa cosa tiene que ser destruida cuanto antes.-.
    - ¡¡¡No es un monstruo!!!- De los ojos de Shinobu corrieron un par de lágrimas.- ¡Tú no lo conoces para decir eso!-.
    - Desde el primer día que apareció, sé lo que és. Yo no voy a decirte lo que es obvio, pero tu amiguito casi mata a las chicas la última vez.- Motoko se puso de pie y se acercó a la puerta.- Podrá ser lo que quieras, pero no por eso no deja de ser un peligro.-.
    - ¿Naru?- La miró como buscando refugio.
    - Lo siento Shinobu, pero Motoko tiene razón. Es peligroso y hay que buscarle alguna solución cuanto antes.-.
    Shinobu la miró como una cara algo extraña, que mezclaba enojo con tristeza. Y sin más, se fue corriendo de allí. Keitaro la vio pasar, pero no llegó a decirle nada. Entró en la sala y vio a todas sentadas y debatiendo.
    - ¿Se les ocurrió algo?- Preguntó al entrar.
    - No, nada aún.- Le respondió Naru.- Pero me parece que a Shinobu no le simpatiza mucho el hecho de que estemos planeando como detener a la cosa esa.-.
    - Claro. Ella lo conoce...- Keitaro quedó en silencio unos segundos.- ¿Y si lo conoce, sabrá como detenerlo?-.
    - Podría ser, pero creo que es muy pronto para decir eso.- Kitsune se paró y se estiró la espalda.- Habría que esperar un tiempo, hasta que se conozcan un poco más.-.
    - Eso no estaría bien.- Mei volvió a hablar.- ¿No es que es muy peligroso?-.
    - Es verdad. Aunque...- Keitaro se sentó en el lugar de Shinobu.
    - Aunque... ¿Qué?- Le espetó Naru.
    - A mi tampoco me pareció que esa cosa estaba enojada.- Miró a las demás con una gran seriedad.- Para mí, solo quería ver a Shinobu.-.
    - ¿Y como explicas que casi mató a Motoko?-.
    - Ella lo provocó. ¿No se preguntaron que habría pasado si ella no lo hubiese atacado?-.
    - Las habría matado.- Dijo cortantemente Naru.- Esa cosa, Dark (o como se llame), quiere a Shinobu a como de lugar. ¿No te preguntaste en algún momento por qué?-.
    - La verdad que no sé. Pero no es para herirla, eso es seguro.-.
    - A menos que sea un monstruo fetichista.- Acotó Kitsune.
    Todos quedaron en silencio, mirándola. Y quedaron así por un par de segundos, hasta que Kaolla tuvo una nueva idea.
    - ¿Que tal si lo atrapamos?- Desplegó una lámina del techo y sacó una fibra.- Se me ocurrió como.-.
    - A ver que se te ocurrió...- Kitsune ya estaba aburrida.
    - Podemos hacer que siga a Kanako por la residencia, para luego encerrarlo en una jaula eléctrica.- Hizo unos dibujos explicativos, que eran graciosos.- después lo podemos desmayar con gas somnífero.-.
    - ¿Pero, por que ella?- La observó Mei.
    - Porque es la única que se puede disfrazar de Shinobu.- Kaolla le tiró una peluca igual al pelo de Shinobu.- Y porque ella no va a querer.-.
    - ¿Pero no es muy arriesgado?- La miró Naru.- ¿Que pasa si el monstruo atrapa a Kanako?-.
    - Y... Vamos a tener que correr de los padres de Keitaro.-.
    - ¡ESA NO ES UNA RESPUESTA!- Le gritó Naru.- ¡Ese plan es muy peligroso para cualquiera!-.
    Y siguieron discutiendo un rato más, hasta que llegaron a una conclusión: La próxima vez que esa cosa se apareciera, tratarían de tener a Shinobu cerca, porque era lo único que parecía tranquilizarlo.
    Mientras tanto, Rodrigo y Mutsumi habían salido a caminar. Hacían buena pareja en la calle. Ella, iba de la mano con él, y él, parecía un semáforo en rojo. Rodrigo estaba sonrojado, mirando de reojo a Mutsumi de vez en cuando. "¿Quien me manda a estar acá?" se decía para sus adentros, "¿Por qué me tiene de la mano? ¿Será que de verdad no sabe el camino a casa?".
    - ¿Donde aprendiste a hacer eso?- Le preguntó ella, derrepente.
    - ¿Hacer qué?-.
    - Todo lo que haces.-.
    - Ah, eso...- Rodrigo miró hacía arriba.- Con el tiempo. Yo antes era un vago redomado, pero después, me empezaron a interesar muchas cosas diferentes. Así empecé a estudiar un poco de acá, un poco de allá...-.
    - ¿Y no pensaste entrar en la Todai?-.
    - ¿La Todai?- Rodrigo frunció el entrecejo.
    - Es una universidad muy prestigiosa en Tokio. Yo estoy por estudiar Derecho allí.- Se sonrió.- Estuve 3 años para poder entrar allí.-.
    - ¿3 años? ¿Tan difícil es?-.
    - No, lo que pasa es que suspendí el examen 3 veces.- Se sonrió.
    - Pero, ¿Por qué?-.
    - Bueno, porque me he olvidado los papeles, me he desmayado o desaprobé. Creo que es un problema de concentración.-.
    - ¿Y que te suelen preguntar?-.
    - Cosas no muy difíciles, pero, hasta que me uní con Keitaro y Naru para estudiar, no pude aprobar.- Apoyó su cabeza en el hombro de Rodrigo, que pareció no darse cuenta.- Algo de inglés y matemáticas avanzadas.-.
    - Yes? It´s easy.- Rodrigo hizo gala de sus conocimientos en inglés.
    - Parece que sabes hablar inglés.-.
    - Viví en USA unos meses. después me fui a Inglaterra, pasé por África, pasé por Afganistán, por Pakistán...- Iba enumerando con los dedos.
    - ¿Y por qué no te quedaste por allí?- Se sentó en una banqueta del parque.- Has estado en lugares muy bonitos.-.
    - Pasa que allá, no habían tantos lindos paisajes.- Trató de no mirarla a los ojos.- Y chicas tan lindas. Allá, no me aceptaron por ser como soy. Pero acá, es otra cosa.-.
    - Ya veo.- Miró hacía un lago.- ¿No quieres ir en barca un poco?-.
    - Esta bien.-.
    Ambos se subieron a una barca que estaba allí. Como un buen caballero, le dejó subir a ella primero. Luego se subió y comenzó a remar suavemente, teniendo cuenta que Mutsumi era de contextura débil y se mareaba con facilidad.
    Kentaro, que estaba caminando por allí, los vio a ambos sonriéndose en una barca. Los miró por unos segundos, forzando la vista para ver a quien acompañaba Mutsumi. Sin pensarlo, fue derecho a la residencia, algo confundido.

    Ya eran las 11:30. Todos estaban en la fiesta de compromiso de Naru y Keitaro. En realidad estaban charlando animadamente en la mesa, con unas botellas de Sake y comida. El único que no estaba era Rodrigo, que había preferido no interferir y seguir con su rutina normal (ir a su cuarto y transformarse para salir a pasear por ahí). Llegado un momento, Shinobu decidió ir a su cuarto a buscar una cosa que necesitaba. Al llegar, se encontró con MetalMan apoyado en la baranda del balcón, mirando las estrellas. Se le acercó y se puso a su lado.
    - ¿Como estas?- Le preguntó.
    - Sobreviviendo.- Respondió con su tono de voz grave.
    - Necesito que sepas algo.- Pero el tono de Shinobu era de gravedad.- Es importante.-.
    - ¿Que pasa?-.
    - Las chicas quieren matarte... Bueno, en realidad quieren matar a Dark.-.
    - No me sorprende.- La cara de Metal ni se inmutó.- Yo también lo quiero matar, a veces.-.
    - Si, pero ellas no te entienden. Creen que lo haces por maldad.- Se le acercó un poco más.- Yo de los dije, pero no me quieren escuchar.-.
    - Esta bien que sea así. Siempre fue así.-.
    - ¿A que te refieres?-.
    - Esta bien que piensen que es así. Es muy humano tenerle miedo a lo que no entendemos.- La miró a los ojos.- Es completamente normal que la gente se comporte así.-.
    - Si, pero...- Intentó decir algo pero Rodrigo la interrumpió.
    - No te preocupes. No van a poder hacerme nada. No soy de los que se dejan agarrar fácilmente.- Cambio de tema, porque en realidad si le inquietaba un poco los planes de la chicas.- ¿Como esta la herida del abdomen.-.
    - Esta bien. Solo me queda una marquita que se está yendo.- Se tocó la panza.- Gracias por salvarme.-.
    - No, te dije que no me lo agradecieras. Es lo mínimo que puedo hacer.- La miró de reojo.- ¿O no habrías hecho lo mismo?-.
    - Si, pero...- Y no habló más. Estaba sonrojada.
    - Que linda que estás.- Rodrigo cambió de tema, porque le pareció que había dicho algo malo.
    Pero ella no le respondió: Estaba más sonrojada que antes. Pasaron unos segundos, antes que levantara la vista otra vez. En ese momento se quedó en silencio mirando las estrellas pensando en una pregunta que hacía mucho tiempo que quería hacerle.
    - ¿Por que salvas a la gente?-.
    - Porque puedo.- Le respondió Rodrigo, con seguridad.- No estaría bien si no lo hiciera.-.
    - Pero, ¿Y si es peligroso para vos?-.
    - Es lo mismo. Cuando hay alguien que necesita mi ayuda, voy sin dudarlo. Dios me dio este don, no estaría bien de mi parte en no compartirlo.- Miró al suelo y recordó algo.- Como guardián, eso no estaría bien.-.
    - ¿Guardián?- Lo miró a los ojos.
    - Soy el guardián Met´Aal de la Tierra. Ya hubieron muchos como yo en el pasado, pero no les fue muy bien.- Miró a las estrellas, junto con ella.- Los Guardianes éramos la primera y última línea de batalla contra los Bodres, unos bichos malos y feos que solo chupaban los recursos de otros planetas y utilizaban a los seres vivientes para crear soldados. En muchos planetas diferentes, tipos como yo pelearon contra los invasores, pero los mataron. Hasta que tocó que vinieran a la tierra...-.
    - ¿Que pasó cuando llegaron acá?-.
    - Logré ganarles... Me costó pero lo logré.- Se miró las manos, como solía hacer.- Según lo que me dijeron, solo queda un Bodre en el universo.-.
    - ¿Eso fue después de lo que pasó?-.
    - No antes. Unos dos años antes.-.
    - Pero tenías solo trece años...- Abrió grande los ojos.- ¿Pudiste vencer a todos con tan poca edad?-.
    - No. Tenía 15.- Se dio la vuelta, porque le había parecido oír algo.- A esa edad, me di cuenta de que a veces, ser un superhéroe no están fácil como en las historietas.-.
    - Debió ser duro a ver tenido una responsabilidad tan grande.- también se dio la vuelta, aunque solo por imitarlo.- Si que eres fuerte...-.
    - No, en realidad, no lo soy. Soy un tipo que de un día para el otro le dieron poderes y le encargaron la seguridad mundial. Tuve que madurar rápidamente, porque solo así habría podido sobrevivir a todo lo que me pasó. Aunque sea muy fuerte físicamente, mi alma esta en pedazos. No tenes ni la más mínima idea de todo lo que tuve que sufrir...- La miró de reojo una vez más..- ¿Sabes para que te lo cuento?-.
    - No...-.
    - No quiero que comentas mis errores. Yo me callé y no hice muchas cosas cuando era mas joven, solo porque quería estar tranquilo. Ahora, estoy solo y sin un lugar a donde ir.- La miró a la cara.- No hagas como yo. tenes que aprovechar la vida, Shinobu. Cuando seas más grande y mires hacía atrás, vas a ver todas las cosas que te perdiste. No importa lo que sea. Se feliz, cueste lo que te cueste. No seas tímida ni nada de eso. tenes que decir todo lo que sentís, lo que pensas siempre, porque va a llegar un momento en la vida, en el cual, vas a explotar... Disfruta ahora, mañana es otro día. -.
    Se quedaron en silencio unos segundos. Shinobu lo miraba con una cara algo extraña. Rodrigo se había dado cuenta de que hacía mucho tiempo que quería decir eso.
    - No creo que puedas venir más tarde.- Dijo ella al fin.
    - Si. Esto pinta de que va a terminar bien tarde.- Se subió a la baranda y se preparó para saltar.- Será mejor que vayas ahora, porque si no, se van a dar cuenta.-.
    - Adiós.-.
    - Chau.-.
    Rodrigo saltó hacía el patio como solía hacerlo. Caminó tranquilamente por los alrededores de Hinata, observando el lugar. Podía escuchar la música de la fiesta de compromiso. En un momento de debilidad, subió a unos de los techos y comenzó a observar a los invitados desde lejos. Miraba la escena un poco melancólico, riéndose por lo bajo, mientras Naru le daba uno de sus golpes de costumbre. La única que parecía estar algo molesta era Shinobu, que observaba a Naru y a Keitaro con una cara algo triste. Se acercó un poco más, para ver el momento del vindris. Agudizó su oído.
    - Bueno, todos saben la razón por la que estamos aquí.- Dijo el profesor Seta.
    Keitaro miró hacía abajo, juntando valor. Se paró con el vaso en mano.
    - Quería anunciarles que...- Miró a Naru y se sonrojó.- en Enero nos vamos a casar.-.
    - ¿Enero?- Preguntó sorprendida Kitsune.- Pero si estamos en Febrero...-.
    - Bueno... pasa que, en realidad, no queremos apurar nada aún.- Se agarró la nuca con una mano y puso cara de nervioso.- Queremos tomarnos nuestro tiempo.-.
    - Eso esta bien.- Dijo Haruka.- No hay que apresurar nada, son jóvenes todavía.-.
    - ¡¡¡TRES HURRAS POR LOS NOVIOS!!!- Gritó Kaolla.
    Y todos siguieron hablando y sonriéndose.
    "Ojala habría sido así", pensó Rodrigo. "Aún hay lugar para ser feliz". Y se fue a su cuarto con la cabeza gacha y dejando caer algunas lágrimas.

    - ¿A que no adivinas a quien vi ayer en el lago?- Le dijo Kentaro a Kitsune.
    - No se me ocurre.-.
    - Mutsumi estaba con el chico nuevo que trabaja aquí.- Habló más bajo.- Parecía una cita.-.
    - Mmmmnnnn... Esto me huele a romance...- Cerró los ojos como solía hacerlo.- Habrá que investigar.-.
    Kentaro la miró de reojo. Se había dado cuenta de que se lo había contado a la persona menos indicada. Daba la casualidad, que Rodrigo estaba pasando por allí. Tenía una caja de herramientas gigante en una mano y una escalera descomunal en la otra. Las llevaba con total facilidad. Detrás de él, iba Tama, seguida de Kuro. Kentaro lo quedó mirando unos segundos, completamente sorprendido.
    - ¿Ese es el nuevo empleado...?- Sus ojos estaban como platos.
    - Si, ¿Por qué?-.
    - Es muy grande...-.
    - ¿Te parece?- Se estiró un poco, para verlo mientras se iba.
    - ¿Cuanto mide?-.
    - Creo que 1, 92 mts...- Se sonrió.- ¿Acaso nunca habías visto a un tipo tan alto?-.
    - No...-.
    BOOOOM
    Rodrigo pasó corriendo de nuevo al frente de ellos, seguido por Kaolla y otro Tama Robot gigante.
    - ¿No era que Keitaro era el conejillo de indias para los inventos de Kaolla?-.
    - Ya no...-.
    Corrieron por casi toda la residencia, hasta que Rodrigo se escondió en un cuarto apartado, el n°302. dio unos pasos hacía atrás y se tropezó con una armadura de samurai antigua. Cayó al suelo, con armadura y todo. Cuando quiso darse cuenta, vio que tenía una espada apuntándole en la cara.
    - ¿Como te atreves a entrar a mi dormitorio de esa manera?- Motoko lo miraba con una cara de enojo terrible.
    - ¡Perdón, perdón....! - Rodrigo se levantó enseguida, tratando de parar la armadura junto con él.
    - Ahora verás...- Levantó su espada en el aire.- ¡Estocada misteri...!-.
    Rodrigo había agarrado la espada que tenía la armadura en sus manos, y bloqueo el ataque de Motoko, antes de que terminara.
    - ... ¿Co..como...?...- Ella quedó completamente sorprendida.
    Rodrigo dejó la espada en el suelo y comenzó a caminar hacía atrás. La cara de Motoko pasó por todos los colores, hasta terminar en el rojo.
    - Oh, no...- Rodrigo se dio la vuelta y salió corriendo de allí, seguido por Motoko, que parecía que ardía en cólera.
    Mientras corría, no se percató de que Naru y Keitaro los observaban.
    - ¿No te hace recordar cuando el que limpiaba eras tú?- Le dijo sonriéndose.
    - Pobre... Espero que tenga la misma paciencia que yo.-.
    Rodrigo corría y corría, hasta que se cansó. Frenó de golpe y se puso en posición de pelea. Motoko le lanzó una columna de aire, que Rodrigo esquivó con facilidad. Luego, comenzó a atacarlo con la espada a una velocidad impresionante. Él, hacía el mayor esfuerzo por no recibir ningún espadazo, mientras trataba de salir de allí. En un momento, Shinobu apareció para tratar de detener la pelea, pero recibió una de las famosas columnas de aire de Motoko y se cayó al suelo de espaldas. No fue el gran golpe, pero fue suficiente para que ella quedase tirada allí, aturdida.
    - ¡¿Que mierda te pasa?!- Le gritó Rodrigo, mientras iba a socorrerla.- ¡¿No viste que Shinobu estaba acá?!-.
    Motoko se puso colorada, medio por como le había hablado y medio porque había fallado. Intentó acercarse para ayudar, pero Rodrigo se lo impidió.
    - Suficiente hiciste hoy.- Le dijo, mientras ayudaba a pararse a Shinobu.
    Kaolla apareció con el Mega Tama, para atacar a Rodrigo, pero se detuvo al ver a Shinobu. Motoko se fue sin decir una sola palabra. Shinobu se levantó lentamente.
    - ¿Que pasó?- Dijo suavemente.
    - Motoko te atacó por error, pero ya se fue.- Rodrigo la ayudó a levantarse.- Yo no la entiendo, la verdad.-.
    - ¿Por que te atacó?-Kaolla apareció al lado de Rodrigo.
    - Por tu culpa. No sé cual esa manía de atacarme con un robot.- La miró a la cara.- Yo sé que te debe de gustar fabricar estas máquinas, pero no es para que me persigas así. Y si lo haces que sea en el patio, porque podríamos lastimar a alguien.-.
    - Entonces... ¡Te espero afuera!- Kaolla se fue con su robot, a una enorme velocidad.
    Rodrigo esperó hasta que se fuera, para llevar a Shinobu a la sala de estar, que era el lugar más próximo. Al llegar Keitaro fue el primero en acercarse.
    - ¿Que le pasó?-.
    - Le dieron una estocada eslinde rocas por error...- Se dio media vuelta.- Yo voy a seguir con lo que estaba haciendo.-.
    Kitsune lo miró por unos segundos y se decidió a seguirlo. Mientras iban por los pasillos, ella lo seguía con una cautela total. Lo que ella no sabía era que él ya la había sentido. Al llegar a los balcones, Rodrigo desapareció de la vista de Kitsune. Ella se sorprendió al perderlo. Él, lo único que había hecho era subirse al techo. Caminó hasta el borde del mismo y se quedó mirando la vista que había allá. Miró a la derecha y vio el tendedero donde Shinobu estaba casi todos los días, colgando la ropa de las demás.
    - Tengo que hablarte.- La voz áspera e inconfundible de Dark resonó en su cabeza.
    - ¿De qué?- Rodrigo giró su cabeza hacía la derecha. La forma fantasmal de Dark estaba a unos metros de él.
    - Quiero saber lo que dijiste la noche pasada.- Se le puso al lado.
    - ¿Lo del amor?- Frunció el entrecejo.
    - Si, eso. No es que este enamorado, pero...- Bajó un poco la cabeza.- ¿Pero no te parece que Shinobu no esté en peligro?-.
    - ¿peligro?¿peligro de qué?-.
    - Es algo irracional, pero que me ha estado dando vueltas en la cabeza.- Levantó su mirada hacía el tendedero, donde Shinobu se había puesto a colgar su ropa.- Siendo así de pequeña e inocente ¿No es peligroso que comparta la misma casa que chicas mucho mas grande que ella? No me gustaría que se forme una mala idea de lo que es ser mujer...-.
    - Me parece raro que te intereses en una persona, considerando que ya has matado como cien...- Se cruzó de brazos.- Pero bueno... Además, lo que estas diciendo no tiene lógica porque la personalidad de uno se forma con los ejemplos de su alrededor, pero eso no significa siempre que ella los vaya a seguir. Esa es su decisión. No es tan niña como parece. Es mucho mas madura que lo que estoy acostumbrado a ver a su edad.-.
    - Ya veo...- Dark comenzó a volverse transparente.- ¿Podrías acercarte a ella?-.
    - ¿Para qué?-.
    - Porque quiero saber algo.-.
    - Esta en donde tengo que hacer una reparación.- Le señalo sus cosas.- Así que no tengo más remedio.-.
    Rodrigo bajó y agarró sus cosas. Shinobu se le acercó al verlo.
    - ¿Tienes trabajo?-.
    - Sí.- Le respondió Rodrigo.- Tengo que arreglar este agujero con forma de "Keitaro".-.
    Shinobu se sentó a su lado, a observarlo trabajar. Rodrigo la miró de reojo. "Parece que ya no esta enojada conmigo" se dijo a sí mismo. Derrepente, una frase se escapó de su boca.
    - ¿Qué es el amor?- El tono de voz fue algo áspera, dándole a entender a Rodrigo que era Dark el que hablaba.
    - ¿El... el amor...?- Ella se ruborizó al instante.- ¿Por qué me preguntas eso?-.
    - Solo quiero saber que és...- La voz se apagó cuando Rodrigo se tapó la boca.- siempre lo quise saber...-.
    - Bueno, yo...- Trató de no mirarlo a los ojos.- ...sé que el amor es algo que uno siente por una persona a la que quiere mucho... Es algo muy lindo...-.
    - Pensé que el amor era algo por lo que uno siempre sufre...- Pero Dark comenzó a controlar el brazo de Rodrigo y se destapó la boca.- El amor duele.-.
    - Si, pero solo sí crees que es así. Yo sé que el amor es lindo.-.
    - ¿Como?¿Has estado enamorada alguna vez?-.
    - Bueno... yo no dije eso...- Se ruborizó un poco más.- Yo lo sé por Naru y Keitaro.-.
    - De todas formas sigue siendo algo doloroso.- Rodrigo recobró el control de sí mismo y comprendió hacía adonde quería ir Dark.- Uno sufre cuando ese amor ya no esta o si no es bien correspondido.-.
    - ¿Pero...?¿De verdad no sabes lo que es el amor?-.
    - Si que lo sé, pero hay una parte de mí que ya lo ha olvidado.- Rodrigo se inclinó de nuevo para ver como reparaba el agujero.- Es algo muy difícil de explicar.-.
    - Ah, bueno....- Shinobu permaneció en silencio unos segundos, hasta que le preguntó algo.- ¿Es...es verdad que saliste con Mutsumi?-.
    - Si, el otro día.-.
    - Fue una cita, ¿No?-.
    - No. Para nada. Solo salimos a caminar.- La miró de reojo y vio que se sonrió un poco.- No sé porque se toman todo tan en serio acá. Si salimos a caminar, ya es un romance. Se ve que son así, ustedes...-.
    Pero a ella no le parecía importar la acotación de Rodrigo.
    - Si... tienes razón.- Acotó ella después de unos segundos.
    Rodrigo comenzó a reparar el agujero con algo de madera y clavos que tenía a mano. No sabía si sería suficiente, pero tenía que empezar con ese problema.
    - ¿No vas a jugar?- Kaolla apareció montada en su robot.
    - No ahora. Tengo que terminar con esto.- Le respondió, sin separar sus ojos de su trabajo.
    - Ah, Motoko te había llamado...- Le dijo a Shinobu.
    Ella se paró para irse, algo asustada.
    - Tranquila, que solo te va a querer pedir disculpas por lo de hace un rato.- La alentó Rodrigo.- No debe de estar enojada para nada.-.
    Shinobu se fue con Kaolla hasta el cuarto de Motoko que la esperaba en total silencio. Cuando la niña entró, Motoko la miró fijamente a los ojos.
    - Shinobu...- Su cara parecía estar prendida en rojo.- Has estado molestándome mucho en los últimos días.-.
    - ¿Pe..pero que hice?- Ella dio unos pasos hacía atrás.
    - ¡Te has interpuesto en todas mis batallas!- Se le acercó un poco.- No sé que es lo que quieres, pero no lo lograrás.-.
    Shinobu se puso colorada por el reto de Motoko, pero no terminó allí.
    - Cuando esa cosa te atacó, me impediste matarlo, cuando el otro apareció, tampoco me dejaste...- Estaba con mucha rabia encima.- Ahora, me haces quedar mal frente a los demás. Shinobu, ¡Deja de estar molestándome!-.
    Shinobu no dijo nada, hasta que sus ojos se llenaron de lágrimas.
    - Perdón...- Abrió la puerta y salió corriendo de allí, sollando.

    Y se hizo de noche. Rodrigo estaba en su cuarto mirando recortes de diario algo viejos:

    "¿MetalMan Muerto? Aún no se sabe nada del paradero del héroe, luego de intentar salvar a un contingente secuestrado"
    Decía un recorte. En otro, decía así:

    "MetalMan recibe las llaves de Puerto Santa Cruz, su ciudad natal."
    Otro:

    "Rodrigo Falcón: El nuevo chico prodigio. El único chico con 10 de promedio en la provincia."

    Estaba mirando los recortes con algo de melancolía. Entristecido por su pasado y la falta de tiempo para vivir que había tenido. Tomó la medallita de la Virgen Desatanudos y la apretó un poco en la mano.
    - ¡Rodrigo!- La voz de Keitaro se escuchó del otro lado de la puerta.- Rodrigo ¿Estás ahí?-.
    - Espera un poco...- Tomó los recortes y los metió en el cajón con cerrojo.- Pasa nomás.-.
    Keitaro entró al cuarto algo agitado.
    - Shinobu se ha escapado.- Le dijo de forma seca.- Necesitamos que vengas a buscarla con nosotros.-.
    - ¿Escapó?...- Rodrigo quedó en silencio.- Motoko.-.
    Se levantó de donde se había sentado y se puso su campera.
    - Vayan ustedes. Yo ya los alcanzo.-.
    - OK.- Keitaro se fue corriendo del cuarto.
    "Solo hay alguien que la puede encontrar." Se dijo Rodrigo. Se sacó toda la ropa y se transformó en MetalMan. Abrió la ventana y se tiró del balcón.
    Shinobu corría por el bosque, con los ojos irritados de tanto llorar. Ella se había sentido muy mal por lo que Motoko le había dicho, por lo que se fue corriendo al bosque, donde se quedó hasta la noche. Pero, al correr tanto, se tropezó y cayó en un riachuelo muy profundo que había allí y que no se veía por la oscuridad.
    - ¡AYUDA!- Gritó, mientras se hundía en la agitada agua.
    Unas pisadas pesadas se escucharon y algo inmenso se zambullo en el agua. Tomó a Shinobu por la cintura con facilidad y la sacó de allí. La sentó en la orilla mientras le hacía reparo del viento frío que había. Ella quedó pálida al ver a su salvador: Era enorme, con un cuello largo hacía adelante, una cara sin nariz, unos dientes plateados y largos, con unos dedos que terminaban en garras y su piel parecía estar formada con miles de chapitas. Se agachó, para poder verla mejor.
    - ¿Estás bien?- Le preguntó una voz gruesa.
    - ¿Metal?- Ella frunció el entrecejo.- ¿Metal, eres tú?-.
    - Sep. Así es como me veo cuando me transformo en mi modo bestia...- La levantó y la puso en sus manos, como haría con un bebé.- Debo llevarte de vuelta a tu casa.-.
    - No quiero volver.- Le dijo ella.
    - Shinobu.- Comenzó a caminar con rumbo a Hinata.- Si tienes un problema, escapando no lo vas a solucionar.-.
    - Lo sé...- Se acomodó en los brazos de Metal.- Pero Motoko me ha estado molestado.-.
    - ¿Que te ha dicho esta vez?-.
    - Que la molesto todo el tiempo...- Le cayeron un par de lágrimas.- Ella esta enojada porque no puede contigo.-.
    - Decís que está frustrada... No le hagas caso. La gente que se frustra suele echarle la culpa al que tiene al lado.- La miró a las ojos.- No le hagas caso.-.
    Siguió caminado por el bosque hasta que se encontró con Keitaro, Naru y Kaolla. Keitaro cayó de espaldas al verlo. Naru quedó con los ojos bien abiertos y Kaolla estaba muy entusiasmada. Metal dejó a Shinobu a los pies de Keitaro, sin decir una palabra, aunque su respiración resonaba en los árboles.
    - ¿Que le has hecho?- Le preguntó Naru juntando valor de donde no tenía.
    - No... no me ha hecho nada...- Murmuró Shinobu. Estaba temblando por el frío que hacía.- Me salvó... otra vez.-.
    Keitaro se sacó su buzo y se lo dio a Shinobu, para que no tuviera mas frío. Metal se dio la vuelta para irse, pero tropezó cuando un espadazo le dio en la rodilla. Cuando intentó levantarse, recibió otro corte en un brazo. Giró sobre sí mismo, para poder levantarse, pero un corte profundo y largo apareció en su espalda. La sangre de la herida salpicó a Keitaro y a Shinobu, que miraban atónitos la escena. Cuando Metal logró reincorporarse, un corte en la garganta lo hizo rugir de dolor.
    - Te tengo donde te quería.- Motoko saltó en el aire y levantó su espada.- ESTOCADA ESLINDE ROCAS.-.
    Del pecho de Metal saltó una buena cantidad de sangre, mientras caía al suelo boca arriba. Motoko no se detuvo allí, sino que siguió lanzando cuchillazos a su cuerpo, hiriéndolo por todos lados. Frenó unos segundos para ver si lo había matado.
    - ¡Motoko, detente por favor!- Le gritó Naru.
    - ¡Debo matarlo ahora!- Le replicó, mientras veía como se levantaba Metal.
    Se lanzó con toda su fuerza, a atacarlo nuevamente. Metal solo puso sus brazos para cubrirse de los continuos espadazos de Motoko.
    - Basta....- Murmuraba Metal.- Basta...no quiero...lastimarte.-.
    Pero Motoko no se detenía por nada. Le daba espadazos a una velocidad impresionante.
    - ¡¡BASTA!!- Metal dio un manotazo al aire y le dio a Motoko en la espalda. Ella salió disparada contra un árbol, donde se estrelló y quedó inconciente.- ...no.-.
    Shinobu miró a Metal y le dijo que se fuera. Él la miró a ella y luego a los demás. Naru era la única que lo miraba con una mirada recriminadora. Dio unos pasos hacía atrás y tomó su forma de androide pequeño. - Perdón...- Salió corriendo entre los árboles y se perdió en la oscuridad.
     
  5.  
    Realkiller

    Realkiller Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    21 Noviembre 2011
    Mensajes:
    19
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4942
    ¿El Guardián enamorado? La pequeña isla de Okinawa:

    Kikuko estaba poniéndole un trapo remojado en agua en la frente a Motoko. Ya había pasado un día entero desde que el monstruo le había dado un golpe en la espalda. Desde entonces, había estado en cama, con un dolor de espalda terrible. Ichikawa en cambio, le revisaba una raspadura en el brazo. No era la gran cosa, pero ellas se lo tomaban muy en serio. Sachiyo le había estado limpiando la espada, aunque eso no era muy útil.
    - Creo que me pasé...- Rodrigo miraba desde la puerta.
    Se sentía algo culpable por lo que había pasado, se justificaba pensando que ella lo había provocado. Sintió una respiración en la nuca que lo sorprendió.
    - ¿Que le pasó a Motoko?- La voz suave de Mutsumi lo saco de contexto.
    - Nada importante. Cosas de pelea de ella.- Rodrigo se apresuró a cerrar la puerta del todo.
    - Ah...- Se le acercó un poco.- ¿Cuantos años tienes?-.
    - ¿Ehe?...- A Rodrigo le extraño la pregunta.- Unos 25...-.
    - Te ves muy mono...- Le sonrió como hacía a menudo.- Pareces mas joven.-.
    - ¿Joven?- Rodrigo lo tomó como un cumplido.- Nadie nunca me había dicho eso.-.
    Mutsumi se le acercó a la cara, con una mirada diferente a la que solía hacer. Rodrigo se ruborizó y quedó paralizado observándola por unos momentos. Estaban a unos milímetros, cara a cara, cuando...
    - ¡Si, te ves más joven!- Dijo ella derrepente.
    Rodrigo casi se cae de espaldas. "¿Que es lo que le pasaba a esta chica?", se dijo para sus adentros.
    Y se sonrió un poco nervioso. En ese momento, se había dado cuenta que la tenía a unos centímetros de su cara. Con algo de disimulo, dio unos pasos hacía atrás.
    - ¿No quieres salir a caminar?- Le dijo, sin percatarse de nada.
    - Esta... esta bien.- La miró unos segundos a los ojos. "¿Que estará tramando?", se dijo a sí mismo.
    Mientras tanto, Kaolla estaba en el sótano, dándole los últimos retoques a su nuevo invento. Shinobu estaba detrás de él observándola.
    - ¿Crees que funcione?-.
    - Ya lo he probado con Tama.- Metió una maraña de cables dentro de una caja morada.
    - ¿Y que salió?-.
    - Un tortugo.- Ella tomó un mechero y empezó a soldar al costado de la máquina.
    Naru apareció y se quedó mirándolas a las dos.
    - ¿Que es eso?- Señaló a la cosa que Kaolla soldaba.
    Pero ella se dio la vuelta y le encajó un sombrero extraño que tenía una maraña de cables atados.
    - ¡Tu serás la primera en probar mi "Adivina novios 2500"!-.
    La máquina se puso en funcionamiento y comenzó a hacer ruido. Mientras, Naru recibió una fuerte descarga eléctrica, que la dejó en el suelo atontada.
    Del costado de la maquina salió un papelito pequeño, que Kaolla tomó y leyó. Se sonrió y empezó a saltar de aquí para allá.
    - ¿Na... Naru?- Shinobu se acercó a ella, pero Naru se levantó enseguida.
    - ¡¡¿Se puede saber que intentabas?!!-.
    - La maquina funciona.- Le mostró el papel a Naru.- ¡El resultado es el correcto!-.
    En el papel decía: "Pareja Perfecta: Keitaro Urashima".

    Rodrigo venía con las manos en los bolsillos acompañando a Mutsumi. Ella parecía estar alegre (Como siempre). Sin embargo, Rodrigo trataba de no mirarla mucho, ya que, últimamente, su mente no estaba concentrada por la culpa de ella. A cada momento, se le cruzaba la imagen de Mutsumi sonriéndose y hablando cualquier estupidez. Él no quería aceptar lo que estaba pensando, pero sabía que esas salidas con ella no lo ayudarían.
    - ¿Piensas entrar en la Todai?- Le preguntó ella.
    - ¿Ehe?... Bueno, pasa que tengo un par de cosas que hacer antes de eso, pero tampoco te pienses que quiero entrar.- Rodrigo trató de no mirarla a los ojos.- No sé si será posible.-.
    - ¿Sabías que si dos personas que se aman entran juntos en la Todai, vivirán felices para siempre?-.
    Rodrigo no pudo evitar sonrojarse. Aunque ese comentario era de la naturaleza de ella, por unos segundos, se le cruzó una imagen de él abrazándola en frente de la Todai. Su corazón dio un vuelco y quedó sin habla por unos segundos.
    - Recuerdo cuando intenté quedarme con Keitaro...- Dijo en un tono somnoliento.- Hice mucho, pero él se quedó con Naru.-.
    - ¿Fuiste novia de Keitaro?- Eso lo hizo volver en sí.
    - No. En realidad, todo fue una tetra para poder hacer que él y Naru se enamoraran. Siempre me parecieron una parejita.- Miró a Rodrigo a los ojos.- Yo los quiero mucho y les deseo lo mejor para ellos.-.
    - ¿Por qué?-.
    - No lo sé, en realidad. La primera vez que vi a Keitaro, me pareció muy buen chico. Pero estaba loco por Naru. Y ella también estaba enamorada de él, pero lo ocultaba.- Se sonrió y miro hacía el suelo.- vi que podía ayudar y lo hice. Ahora son mis amigos.-.
    - Ahora veo. Lo que hiciste fue muy noble.- Rodrigo miró hacía adelante.- Diste mucho por personas que casi no tenían que ver con vos, para ayudarlas... No hay nada mas lindo que eso...-.
    - ¿Y tú?¿Alguna vez ayudaste a alguien sin conocerlo?-.
    - ¿Yo? Bueno... Seguro que lo habré hecho en algún momento...- La única manera de decile la verdad era admitiendo que era MetalMan.- Pero no sabría decirte, con exactitud...-.
    Caminaron un poco más en silencio, pero Mutsumi volvió a hablar.
    - ¿Que sabes de MetalMan?- Le preguntó de la nada.
    - Muy poco.- Rodrigo ya se había acostumbrado a mentir sobre su doble personalidad.- ¿Por?-.
    - Porque Shinobu me habló de él.-.
    - ¿Y que te dijo?-.
    - Que eras su hermano.-.
    - ¿Si? Bueno, eso es relativo... No nos llevamos muy bien, que digamos.- Rodrigo se puso a reflexionar.- Cometió muchos errores en su vida, y esta mal por eso. Pero eso no le dá derecho a perseguirme con su oscuro pasado...-.
    - ¿No has intentado hablar con él?-.
    - No. No quiere escucharme.- Rodrigo miró rápidamente hacia su alrededor, en busca de algo que terminara con esa conversación.
    - Ya veo... Pero aún lo quieres ¿No?-.
    - Muchas veces, lo quiero fuera de mi vida, pero no me imagino una vida sin él...- Señalo, triunfal, la residencia.- Allá esta Hinata.-.
    Siguieron caminando hasta llegar a la puerta. Al entrar, Rodrigo se agachó para esquivar a Kaolla, que tenía una especie de lanza misiles en los brazos. Comenzó una persecución por toda la residencia, que terminó en el cuarto de Motoko. Luego de unos segundos de estar esquivando los espadazos de Motoko, Rodrigo siguió corriendo por todo el lugar. Se subió al techo, con la idea de perder a Kaolla, pero había olvidado que ella era casi un mono cuando corría. Al cabo de una hora, Kaolla le disparó con el lanzacohetes y le dio. Lo que parecía una bazooka era, en realidad, un lanza redes.
    - Aaahhh.- Rodrigo cayó de cara al suelo. Comenzó a luchar contra la red, pero esta era de hule.- ¡Suéltame!-.
    Cuando quiso darse cuenta, ella lo arrastró a un cuarto donde estaban todas las chicas esperándolo. Lo sentaron y lo ataron de pies a manos. Kitsune le puso el casco cableado y Kaolla se preparo para hacerlo funcionar.
    - ¡Veamos quien es tu pareja perfecta!- Tiró de una palanca y la maquina comenzó a hacer ruido.
    Una descarga eléctrica lo atontó momentáneamente, pero volvió rápidamente en sí. Antes que nada, se liberó de sus ataduras y tomó el papel que salió del costado de la máquina. Sin leerlo, comenzó a alejarse del lugar a gran velocidad. Cuando se sintió seguro, se detuvo cerca del patio. Se sentó en un banquillo y respiró hondo.
    - Mi pecho...- Buscó en su bolsillo y sacó el papelito.- ¿A ver?-.
    Se puso pálido al ver lo que decía pero luego se sonrojó. Estaba tan descolocado, que no sintió los pasos que estaban detrás.
    - ¿Así que Kaolla te hizo pasar por la maquinita?- Le sacó el papel de las manos y lo leyó.
    Rodrigo quedó petrificado. Ella lo miró y se sonrió. Él quedó en silencio, sin saber que decir. El papel decía "Pareja Perfecta: Mutsumi Otohime".

    Ya era la medianoche cuando el teléfono de la residencia sonó. Haruka fue a atender, preguntándose quien sería a esas horas. Mutsumi apareció a los segundos y se puso pálida al escuchar la voz del otro lado del teléfono. Sin decir nada fue al cuarto de Keitaro, para contarle lo sucedido.
    - Mi madre es una persona muy fuerte, pero hace años que esta enferma. Los doctores le habían dicho que la enfermedad que tenía se aliviaría si estaba cerca del mar.- La cara de tristeza que tenía la volvía irreconocible.- Por eso es que vivimos en una isla.-.
    - ¿Y vas a ir? - Le preguntó él.
    - Mañana parto para allí. Pero voy a irme temprano, así que quisiera que les digas a las chicas.-.
    - No hay problema.- Keitaro se puso de pie.- Cuenta con nosotros.-.
    - Gracias.- Ella encaró hacía la puerta.
    - Que tu madre mejore, Mutsumi. Y suerte.-.
    Ella salió del cuarto y fue al suyo, a preparar sus cosas. Se fue a las 6 de la mañana, mientras todos dormían.
    A la mañana siguiente, todos estaban comentando la partida de Mutsumi. El desayuno transcurría como siempre, hasta que Rodrigo apareció. Se sentó al lado de Shinobu y comenzó a tomar su té.
    - ¿Sabías que Mutsumi se fue?- Le preguntó Kaolla.
    Rodrigo se atragantó con el sorbo de té que había tomado.
    - ¿Por qué?- Dijo, después de aclarar su garganta.
    - Su madre estaba enferma y fue a verla.- Le comentó Naru.
    - Ah...- Rodrigo se quedó sin palabras.
    Ella se había ido de allí. Y él había quedado como un tonto la otra noche, sin poder decirle nada al respecto... En ese momento, se dio cuenta de que todos lo estaban mirando.
    - Y bueno, es mejor que la vaya a ver que antes de dejarla sola ¿No?- Se agarró la nuca en intentó disimular la situación con una sonrisa un poco nerviosa.
    - Yo sé que ella estaba padeciendo de una rara enfermedad.- Haruka apareció en la sala, donde estaban todos reunidos.- Ella me había dicho que tenía que tomar una medicina cada tanto, pero era demasiado cara.-.
    - Tal vez eso le hizo mal...-.
    - ¿No te dijo cual era, de casualidad?- Preguntó Rodrigo, tratando de no aparentar nada.
    - Lexocaricina.... O algo así...- Hizo memoria Haruka.- La verdad, no me acuerdo bien si era esa.-.
    Rodrigo se terminó de un sorbo su té, se levantó y se fue directamente a su cuarto. Comenzó a revisar en su enorme bolso, en busca de un libro que sabía que tenía en algún lado. Cuando lo encontró, se sentó y comenzó a leerlo. Alguien golpeó a la puerta una hora después. Era Shinobu.
    - ¿Te pasa algo?- Le dijo mientras entraba.
    - No nada en especial.- Volvió a su libro.- Solo leo.-.
    Ella se le acercó y quedó mirando el libro por unos segundos. Estaba en castellano, por lo que no entendía nada.
    - Lexo... Lexo... Lexocaricina: ... Nada importante... no... "Se le receta usualmente a la gente con problemas de presión y deficiencia inmunitaria"...- Cerró el libro y se quedó pensando unos segundos.- O sea que la madre sufre lo mismo que ella, pero en peor medida...-.
    - Hablas de Mutsumi, ¿Verdad? -.
    - ¿Eh? Ah, si, hablo de ella. Bueno, de su madre, en realidad...- Se sonrió y le dedicó una miradita.- Me había quedado la duda, porque yo ya había escuchado esa medicina en algún lado.-.
    - ¿Y cuando lo escuchaste?-.
    - A mí me la recetaron hace mucho tiempo. Es muy fuerte, por lo que es algo peligrosa si se la ingiere en grandes cantidades... O así me dijo el médico.- Se levantó y dejó el libro en el suelo.- Pero eso no importa ahora.-.
    Se paró y se quedó mirando por la ventana.
    - Yo sé que te gusta Mutsumi.- Dijo Shinobu.
    - ¿? - Rodrigo se volteó violentamente.- ¿No lo dirás por la maquina...?-.
    - No... Te observado cuando ella esta cerca tuyo.- Bajó la mirada un poco.- Y te comportas diferente.-.
    Rodrigo estaba ruborizado. Ella tenía toda la razón del mundo. Se había enamorado otra vez, a pesar de todo lo que había pasado. Cuando Mutsumi le hablaba el corazón se le subía a la garganta y sus ojos no podían despegarse de los de ella. Ya no podía disimularlo.
    - Es verdad... - Se desplomó en la silla nuevamente.- No sé como me pudo pasar...-.
    - ¿Y ella siente lo mismo?-.
    - No lo sé. Ella están difícil de entender a veces, que no tengo la mas pálida idea de lo que ella opine de mí.- Se miró las manos. - No creo que esté enamorada de mí... o siquiera me piense como un amigo...-.
    - Ella estuvo enamorada de Keitaro... - Acotó Shinobu.- Yo sé como actúa ella cuando esta así.-.
    - Es tan impredecible...- Cerró los ojos.- Pienso en ella y se me vienen a la mente lo mal que me fue con Gloria... No sé porque me hizo lo que hizo.-.
    - Tienes que dejar de pensar en el pasado.- Shinobu le dedicó un tierna sonrisita.- A mí también me han pasado cosas que quisiera olvidar.-.
    - Pero yo no puedo... Yo soy una excepción, Shinobu.-.
    - Si lo quieres con toda tu fuerza, puedes lograr lo que quieras.- Le tomó las manos.- Keitaro me ha dicho eso y es verdad.-.
    Rodrigo la miró a los ojos y se quebró. Unas lágrimas grandes le recorrieron la cara mientras intentaba no decir nada. Miró para ver si estaba la puerta cerrada.
    - Yo no puedo seguir con esto...- Se paró y le dio la espalda.- Tu... tu eres tan buena conmigo y yo... yo no soy capaz de confiar en ti...-.
    - ¿Que dices?-.
    - Yo nunca tuve un hermano. Yo tenía dos hermanas solamente.- Se acercó a su cajón con llave y lo abrió.- Ellas y mis padres murieron durante la toma de mi pueblo. Los mataron por las dudas, por si ellos sabían algo que yo haya sabido. Los mataron por mi culpa y yo no fui capaz de protegerlos.-.
    - Pero estabas muy herido...- Ella traba de recordar con claridad lo que él le había contado.
    - Estaba herido por ir a salvar a alguien que no me quería. Fui usado para poder tener un pretexto para estar cerca de dinero.- Levantó su brazo, mientras tomaba una coloración plateada.- Nunca pensé que ser como un héroe de los Cómics me iba a destruir tanto como ahora.-.
    Shinobu estaba en silencio. Sus ojos muy abiertos demostraban que estaba muy sorprendida.
    - Pero...-.
    - Yo no fui capaz de poder decirte nada, porque pensé que eso me transformaría en un monstruo. Quería, solo por una vez, ser yo mismo. Pero haciéndolo, rompí uno de mis principios y te mentí.- Su brazo era el de MetalMan.- Yo no soy así. No puedo pretender ser diferente a lo que soy.-.
    Ella se levantó y lo abrazó. Él no sabía que decir. Ese desahogo lo había hecho sentir muchísimo mejor.
    - Me gusta así o como MetalMan, porque siempre eres Rodrigo.-.
    - Shinobu...-.
    - Debes decirle a Mutsumi que la quieres. Díselo ahora, antes de que sea tarde.- Lo abrazó con mas fuerza.- Ella es la que debe saber lo que sientes.-.
    Rodrigo se inclinó y la miró a los ojos.
    - Gracias por entenderme.-.
    - Para eso son los amigos ¿No? -.
    Él fue al baño unos minutos y salió transformado en MetalMan. Tenía un bolso en la mano y estaba sonriente.
    - Dile a los muchachos que tuve que irme urgente por un problema de pasaportes en Tokio. Volveré en unos días.-.
    - ¿Sabes donde vive Mutsumi?-.
    - Ella me lo ha dicho en una de nuestras caminatas.- Abrió la ventana de su cuarto.- Nos vemos... y Gracias.-.
    Ella le sonrió, mientras él salió a toda velocidad por allí. Luego, cerró la ventana y miró a la oscuridad, su sonrisa desapareció. "Suerte." dijo para sus adentros.
    Corriendo a gran velocidad, se alejó del pueblo de Hinata. Su corazón estaba latiendo cada vez más fuerte, como si estuviera por darle un ataque. La imagen de Mutsumi sonriéndole no salía de su cabeza. Tenía que llegar a Okinawa cuanto antes. Sus piernas casi no se notaban por la gran velocidad que había adquirido y sus ojos dejaban una estela roja en el camino. Al cabo de unas horas, había abandonado las piernas para volar a gran velocidad y a pocos metros del suelo. No reparaba en donde estaba, simplemente avanzaba. Mientras pasaba al lado de edificios, sentía que era correcto lo que hacía. Agarraba su bolso con fuerza, ya que en el, llevaba los medicamentos que le había recetado a él hacía tiempo. Como les faltaba para vencerse, planeaba dárselos a la Madre de Mutsumi, para poder ayudarla. Cuando ya llevaba la mitad del camino, una voz lo sacó de sus buenos pensamientos.
    - ¿Que estás haciendo?- La voz de Dark parecía incrédula.
    - Hago algo de mi vida, de una vez.- Esquivó un camión de carga.
    - Algo de tu vida...- Hizo una pausa.- ¿Y que haces?¿Buscas a tu amada?-.
    - No me vengas a romper ahora...- Pasó al lado de una antena de radio.- No quien tu sarcasmo.-.
    - Mi sarcasmo...- La voz se tornó más gruesa y vino acompañada de una terrible jaqueca.- ¡¡DEJA DE SOÑAR!!!-.
    Rodrigo perdió pie y cayó al suelo, rodando y golpeándose, por la velocidad que traía. Cuando se detuvo, se tomó la cabeza. Miró a su alrededor y vio que había chocado con unos autos estacionados. Ya no sentía la presencia de Dark, pero su cabeza lo estaba matando. Se sentó en una vereda y comenzó a respirar profundo. Cuando las puntadas desaparecieron, se levantó y miró al cielo.
    - Esto no es un sueño...- Los cohetes de su espalda se volvieron a encender.- ...es una realidad.-.

    Los pájaros se asustaron cuando tocó tierra. Por fin estaba en la isla de la casa de Mutsumi. Solo se había tardado un día y medio en llegar, por lo que estaba bastante contento. Miró a su alrededor y no vio nada. Comenzó a caminar por entre los árboles tratando de no hacer mucho ruido. Su instinto de cazador lo estaba alertando, aunque no sabía de que...
    - Va a ser mejor que coma algo...- El estomago de Rodrigo sonó.- A ver...-.
    De su bolso, sacó una bolsita de galletas que le había regalado Shinobu. Agarró la bolsita por debajo y la vació en su boca. Cuando iba a tragar, el ruido de una rama hizo que se atragantara. Clavó su mirada a su izquierda.
    - ¿Quien esta ahí?- Guardó la bolsita en su bolsa.- Sal ahora (Ya se me pegó el acento de Hinata)... Déjate ver...-.
    Una bola de barro le dio en la nuca. Cuando se dio la vuelta, otra bola le dio en el estómago. Cuando quiso limpiarse, un piedrazo le dio en una mejilla. Comenzó a mirar hacía todos lados, tratando de distinguir de donde venían los ataques.
    - ¡Ya basta!- Gritó. Pero al abrir la boca, una bola de barro se le metió.- PUAAAJJJ...-.
    Cuando estaba escupiendo, una soga le envolvió las piernas. Cayó de espaldas, dándose la nuca con una piedra. Se abrió de piernas, rompiendo la soga y se levantó, todavía escupiendo. Sabía que esos ataques solo podían provenir de...
    - ¡A la carga!- Un niño surgió de los arbustos, con un palo en la mano.
    Una docena de niños se le tiraron encima dándole con palitos y piedras. Rodrigo se quedó mirándolos, hasta que agarró a uno de la pierna.
    - ¿Conoces a Mutsumi Otohime?- Ni se inmutó cuando una sandia le dio en la espalda.
    - ¡¿Que quieres con nuestra hermana?!- Le contestó.
    - ¿Eres su hermanito?- Miró a los demás.- ¿Ellos también?-.
    - ¡No dejaremos que el monstruo se acerque a nuestras hermanita!- Exclamó.
    Rodrigo se sonrió por lo bajo y comenzó a avanzar. Caminó un rato así, con algunos colgados de sus piernas y otros arrojándoles cosas con gomeras. Por un rato, los soportó, hasta que llegó a un caserío. Cuando fue entrando, los chicos se despegaron de él y se metieron adentro de una casa. A los pocos minutos, una señora muy parecida a Mutsumi apareció.
    - ¿Para que buscas a Mutsumi, cariño?- Le dijo, sin reparar en su aspecto.
    - Necesito hablar con ella de algo importante, señora Otohime.- Rodrigo comenzó a buscar en su bolso.- Tenga.-.
    Le dio la Lexocaricina.
    - Creo que le va a ser más útil a usted que a mí...-.
    Ella miró el frasco y se sonrió.
    - Mutsumi fue a buscar sandias a la huerta. Esta por aquí cerca.- Le señalo.
    - Muchísimas gracias.- Rodrigo hizo un reverencia y partió hacía la selva una vez más.
    - Ahí va...- Dijo ella, en voz baja.
    Rodrigo comenzó a caminar a paso acelerado. Miraba para todas partes, pero no veía ningún camino para seguir. dio un par de vueltas sobre sí mismo, pero no pudo ver nada más que plantas y árboles. "Debo estar perdido", se dijo para sus adentros. Frunció el entrecejo y agudizó la vista. No veía absolutamente nada. Ni rastros de olor, ni térmicos y ni siquiera un cartel. "No puede ser" Le dio una patada a un árbol, que tembló de pie a cabeza, "No puede ser que haya llegado tan lejos y me pierda justo aho...". Su oído se agudizó y comenzó a escuchar una voz que cantaba:

    Encima del tejado
    el cielo es azul
    y el sol da calor
    y luz

    Tengo energía
    ganas de vivir
    y disfruto de mi juventud

    Es fantástico
    yo soy muy feliz
    con mis amigos lo tengo
    todo en común, ¡Si!

    Es muy hermosa esta vida
    que me toca vivir
    y estas cosas de la vida
    me han hecho reír

    y cada día me lo paso bien
    porque yo tengo ilusión

    y me despierto cada día
    llena de emoción
    y luego salgo a
    buscarme cualquier diversión

    Y si lo haces tu igual que yo
    solo traerás la ilusión.

    Es muy hermosa esta vida
    que me toca vivir
    y estas cosas de la vida
    me han hecho reír

    y cada día me lo paso bien
    porque yo tengo ilusión

    y me despierto cada día
    llena de emoción
    y luego salgo a
    buscarme cualquier diversión

    Y si lo haces tu igual que yo
    siempre tendrás ilusión
    siempre tendrás ilusión
    mucha ilusión....

    Caminó siguiendo la voz. Cuando quiso darse cuenta, estaba en un huerto lleno de sandias. Mutsumi estaba agachada, poniendo una de ellas en un bolsito y cantando en voz baja. Se volteó y miró a Rodrigo. "Mierda", se dijo él, "No tomé mi forma humana".
    - Hola, Rodrigo.- La saludó ella.- ¿Vienes a caminar un rato?-.
    - ... - Quedó duro al escuchar eso.- ¿Como me dijiste...?-.
    - Rodrigo.- Ella se le acercó sonriente.- ¿O es que no recuerdas tu nombre? -.
    - ¿Pero como te diste cuenta que soy yo?-.
    Ella no le respondió, sino que se le acercó a unos centímetros a la cara. Tenía esa mirada como de dormida, que hacía que a Rodrigo se le erizaran los pelos de la nuca.
    - ¡Te ves bien mono así!- Exclamó cuando estaba bien cerca.
    Rodrigo se sonrió y la miró a los ojos. No sabía que estaba haciendo, pero se dejó llevar... dio unos pasos hacía atrás y comenzó a hablar.
    - Bueno... Yo quería decirte que tenía en mi bolso el mismo remedio que necesitaba tu madre, por lo que se lo traje.- No sabía como decírselo, por lo que comenzó a dar vueltas.- Me pareció que era lo mejor que podía hacer...-.
    - ¿Y no saldrás a caminar conmigo?- Ella lo tomó del brazo.
    Él se ruborizó completamente. Ya no lo podía soportar. Se sentó en un tronco.
    - Yo no vine solo para eso...- Sentía un nudo en la garganta.- Yo quería decirte que...-.
    Mutsumi cambió su cara.
    - Que...- Rodrigo se había tapado la cara con las manos.- Que yo...-.
    Ella se arrodilló frente a él.
    - Que yo te...- Se destapó la cara y la miró a los ojos, justo frente a él.- Yo te amo.-.
    Mutsumi lo besó y estuvieron así, mientras la noche los abrazaba
     
  6.  
    Realkiller

    Realkiller Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    21 Noviembre 2011
    Mensajes:
    19
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    6011
    La Separación. El proyecto de la Corporación:

    El cuarto de Rodrigo era un lío de luces. Él había decidido no ocultarle nada a Shinobu, por lo que comenzó a mostrarle los videos de su estadía en TC. Ella los miraba con los ojos bien abiertos ya que le impresionaba un poco. De todas formas, él le había preguntado si lo iba a aguantar y ella había respondido que sí. Cuando estaban viendo la tortura de TC contra Rodrigo, ella pudo hablar.
    - ¿Por que te torturaban así?- Preguntó, sin dejar de mirar la pantalla.
    - No sé. No entiendo porque me ataron de pies y manos, y comenzaron a electrocutarme de esa manera...- Le señaló la pantalla.- Esos son mis signos vitales. Si prestas atención, esta casi acabados.-.
    - O sea que casi te matan...-.
    - Casi no.- En la pantalla, los signos vitales desaparecieron.- Ellos me mataron.-.
    El cuerpo inerte de Metal estaba moviéndose por los impulsos eléctricos que le llegaban. Era una escena algo fea, porque el cadáver se movía colgando de los brazaletes que lo aprisionaban. Shinobu estaba algo asustada ahora, porque estaba viendo a Metal muerto, y a Rodrigo a su lado. Derrepente, los signos vitales reaparecieron y los ojos de Metal se abrieron, con un color celeste. Su cuerpo se había vuelto de color negro y los grilletes cedieron ante su enorme fortaleza. Cuando se bajó, miró a todos y extendió sus cuchillas para comenzar a pelear. Cuando se abalanzó sobre el primer soldado que le disparó, Rodrigo apagó la computadora.
    - Lo que sigue es muy fuerte para tu edad.- Sacó el disco de la máquina y lo puso en su cajón con llave.- No quiero que veas eso.-.
    - ¿Pero que es lo que pasa?-.
    - Fue en ese momento que Dark se liberó y acabó con toda la base. Las filmaciones que tengo muestran la naturaleza asesina de él. No quiero que lo veas.- Se sonrió.- Tampoco es necesario que lo veas, porque es pura estática en un aparte y no se entiende nada.-.
    Shinobu se levantó de su asiento y miró la foto de Gloria. Tenía un marco diferente al de la otra vez.
    - ¿Nunca pensaste que ella te hizo lo que te hizo por que estaba bajo amenaza?- Su mirada era algo triste.
    - Muchas veces.- Su sonrisa se había desvanecido.- Pero siempre creo que ella me traicionó porque no fue capaz de hacerme ni una seña ni nada. Cuando ella tiró del gatillo, no le tembló la mano y ni se negó. Yo jamás le habría hecho eso.-.
    La niña fijo su vista en él. Ella siempre había creído que era un tipo con una fuerza monumental, pero su alma estaba destrozada con su pasado. Era un gran esfuerzo para él olvidar todo lo malo que le había pasado hasta ahora y eso le hacía dudar de cada decisión que tomaba. Ella se había percatado de que a él le costaba confiar plenamente en ella, pero él quería creer que había encontrado por fin a alguien en el cual podía volcar todos sus recuerdos, pesadillas y su tristeza. Alguien con el cual podía hablar de lo que sea y poder liberarse de a poco de todo lo que lo hacía sufrir. Gracias a esa amistad, su corazón se había ablandado y le había permitido encontrar nuevamente el amor en alguien. Ya no era un superhéroe triste y sin futuro. Sus sueños por fin se hacían realidad.
    - Hinata es un lugar mágico.- Comentó Rodrigo, sacándola de sus recuerdos.- Los sueños se mezclan con la realidad. Desde que pisé este lugar, me siento mucho mejor, Dark esta como encerrado y puedo ver que todavía puedo ser feliz.-.
    - Eso es verdad.- Ella se puso a su lado.- Cuando mis padres se divorciaron, Keitaro me permitió quedarme en esta residencia. Estando aquí y pude ver como vivían las chicas, comencé a sentirme mas segura de mi misma. Sentía que tenía amigas y gente que se preocupaba por mí. Ahora, estoy aquí, mientras mi madre esta en Sendai y mi padre en Tokio.-.
    - Keitaro es un muy buen chico. Me dejó quedarme como encargado, a pesar de ser hombre. Las muchachas me aceptaron y hasta creo que no me quiero ir.- Miró hacía atrás.- Siento como sí este fuera mi hogar.-.
    Golpearon la puerta y Rodrigo fue a abrir. Era Kitsune.
    - ¿No piensan venir?-.
    - ¿A donde?- Le preguntó Rodrigo.
    - A la playa. Haruka dijo que era hora de ir a la casa de Té, grandulón.-.
    - Es verdad.- Miró a Shinobu.- Ahora me preparo.-.
    Kitsune se fue y Shinobu también. En unos minutos Rodrigo ya tenía su mochila lista para abandonar el lugar. Todos estaban en la puerta, esperando a Keitaro, que debía llevar el listado de las cosas que debía comprar una vez allí. Un escalofrío le recorrió la espina a Rodrigo. Había sentido algo, pero no sabía que era. No pudo reparar mucho en ello, porque ya estaban saliendo para la playa.
    La ventana del cuarto de Rodrigo se abrió y se cerró sola. Una pisadas se escucharon y el cajón con llave se abrió. Un disco se elevó en el aire y dio un par de giros.
    - Esta aquí...- Una voz gruesa se escuchó.- Por fin te encontré...-.

    Ya en playa, fueron directamente hacia la casita de té de Hinata. Cuando Rodrigo vio el lugar, casi se cae de espaldas.
    - ¡Este lugar esta en ruinas!- Dijo en voz alta.
    - ¿Y porque piensas que has venido?- Le dijo Kitsune.
    Entraron y vieron que estaba muy sucio. Sin perder tiempo comenzaron a limpiar todo lo que había allí. Rodrigo tomo sus herramientas y comenzó a trabajar. Digamos que ese fue el primer día, en el que solo arreglaron el lugar. Cuando amaneció al otro día, la playa estaba llena de gente. Su apariencia estaba mucho mejor y parecía ser algo mas nueva. Entre los comensales estaba Kentaro, el cual estaba esperando su orden. Se exalto al ver que su mozo media casi dos metros.
    - ¿Puedo tomar su orden?- Le preguntó Rodrigo.
    - ¡! - Lo miró de reojo.- Yo solo quiero unos fideos salteados...-.
    - ¿Algo para tomar?-.
    - Un poco de Sake....-.
    - OK. Ahora te traigo tu orden...- Lo anotó en su cuadernito.
    Fue a la cocina y se acercó a Keitaro, que estaba cocinando.
    - ¡Una sale orden de fideos!- Le gritó en el oído.
    - ¿Y por que me gritas, si estoy aquí nomás?- Se limpio un oído.
    - Perdón... Siempre hacer eso...- Se sonrió. Miró a Shinobu.- ¿Donde ponen el Sake?-.
    - Afuera. Esta en unas cajas de madera.-.
    - Listo.- Rodrigo salió afuera. Miró a su alrededor y vio las cajas. Cuando las abrió, vio Haitani y a Shirai (los amigos de Keitaro) mirando por un agujero que había en la pared. Se les acercó lentamente, sin hacer ningún sonido, por detrás. Cuando estuvo bien, les puso una mano en el hombro. Ellos se pusieron derechos y se dieron la vuelta lentamente.
    - ¿Que se supone que están haciendo?- Los levanto en el aire, agarrándolos de la ropa.
    Miró por el agujero y vio que estaba Kitsune cambiándose del otro lado. Rodrigo se sonrió y miró a ambos.
    - ¡No nos hagas, nada por favor!- Haitani estaba en posición de rezo.
    - ¿Sabes que no se le golpea a las personas con anteojos?- Dijo en su defensa Shirai.
    - No, si no pienso hacerles nada...- Puso su peor cara de odio.- ...fuera de lo normal.-.
    SSSPLAAAAASHHH
    Cayeron en el mar de la playa, de panza y a propulsión de sangre. Rodrigo se limpió el polvo de las manos y miró por el agujero, para ver si Kitsune estaba aún allí.
    - ¿Que estas haciendo?- Escuchó, cuando se inclinó.
    - Veo si no hay alguien del otro la...- Quedó callado cuando vio que era Kitsune.
    - Maldito...-.
    SSSPLAAAAASHHH
    Rodrigo cayó al lado de Haitani y Shirai, impulsado por el golpe de Kitsune. Cuando salió y los vio, comenzó a correrlos.
    - ¡¡¡LOS VOY A MATAR!!!- Salió con toda su fuerza, con los ojos prendidos en rojo.
    - ¡¡¡AAAHHHHHH!!!- Los chicos salieron "corriendo" en el agua, perseguidos por él.
    En la lejanía, alguien escondido en la sombra los observaba con unos binoculares.
    - Allí estás.-.
    Ya era de noche. Los chicos estaban en una fogata, hablando y riéndose. Pero Rodrigo y Shinobu estaban caminando por ahí, hablando en voz baja. Él parecía estar mas relajado, ya que no le mentía más a Shinobu y no debía aguantar el peso de su mentira a cada momento que la veía. Era bastante relajante ya no tener que mentir.
    - ¿Como te fue con Mutsumi?-.
    - Bien...- Se tomó de la nuca.- Pude decirle por fin lo que sentía. Había olvidado lo que era estar enamorado.-.
    - Ya veo...- Ella se sonrojó un poco.- Me alegro.-.
    La miró a la cara.
    - ¿Que te pasa?-.
    - ¿A..a mí?.. - Desvió su mirada al suelo, rápidamente.- Nada...-.
    - Cuando me dijiste que fuera a ver a Mutsumi, estabas con una expresión muy rara en la cara.- Reflexionó él.- Era como si no querías decirme eso.-.
    - ...- Ella seguía sin mirarlo a los ojos.
    - Pero no creo que sea así.- Frenó en seco.- Habrá sido mi imaginación.-.
    - Rodrigo, yo...- Lo miró a los ojos.- ...yo te quiero...-.
    Él la miró y se sonrió un poco. Se arrodillo y se puso en frente a ella.
    - Yo también te quiero, Shinobu.- Le dijo, sonriéndose.- Yo también...-.
    Shinobu lo abrazó y comenzó a sollar. Lo que pasaba era que ella había estado mucho tiempo sin su padre, y al encontrarse con Rodrigo (que le brindaba apoyo, comprensión, protección y cariño) sintió que estaba de nuevo protegida. Ese sentimiento que ella tenía hacía Rodrigo era lo que la motivaba a ayudarlo con Mutsumi, porque ella quería lo mejor para él, ya que su vida había sido muy terrible hasta ahora y necesitaba amor. En ese silencio, Rodrigo sintió en ella, el abrazó de sus hermanas, lo que hizo que se le escaparan un par de lágrimas. Era un momento de ternura casi interrumpible.
    - ¡Rodrigo Fálcon!- Una voz gruesa resonó en el lugar.- ¡MetalMan!-.
    Se dio la vuelta y se paró. Un sujeto enorme estaba a solo unos metros de ellos. Tenía una armadura con casco, una catana y dos ametralladoras Gantling en los hombros.
    - Tenemos algo pendiente...- El hombre avanzó un par de pasos. Tomó sus armas.- Hace 8 años me dijiste que querías pelear de nuevo conmigo.-.
    - ¿8 años?...- La cara de desconcierto de Rodrigo pasó a ser de sorpresa.- ...no...no lo puedo creer...-.
    - ¿Creíste que lo iba a olvidar?- El casco se abrió y dejó a la vista la cara con cicatrices de su dueño.
    - ¡Joseph! - Rodrigo se sonrió en grande y abrió los ojos.- ¡¿Como me encontraste?!-.
    - Ya no trabajo para TC.- Apoyó las ametralladoras en el suelo.- Sino que ahora estoy con la Asociación, como mensajero.-.
    - ¿Mensajero?- Se cruzó de brazos.- ¿Y te aceptaron?-.
    - Si, claro. Tengo este nuevo traje y una moto con motor V12 para mi solito.- Se acercó un poco.- Vine a dar un mensaje.-.
    - Yo me di de baja hace años en la Asociación.- Parecía que la sorpresa se le había ido.- ¿Que quieren de mí?-.
    - Bueno. Lo que pasa es que no presentaste los papeles en la Asociación, por lo que nunca te dieron de baja, en realidad.- Metió la mano en uno de sus bolsillos.- Y a los 3 años de miembro te empiezan a pagar y vos ya llevas como 6...-.
    - ¿Ehe?- Rodrigo frunció el entrecejo.
    - Quiero decir que tenes que ir a sacar a la plata del banco, amigo.- Una sonrisa algo malévola se dibujo en su cara.- Porque es de carácter acumulativo.-.
    - ¡Que bueno!- Rodrigo se sonrió.- ¿Escuchaste Shino...?-.
    Ella lo miraba confundida. Lo que pasaba era que Rodrigo y Joseph se habían puesto a hablar en español, dejándola a ella totalmente fuera de la conversación.
    - Perdóname, Shinobu.- Se sonrió Rodrigo.- El es Joseph, un viejo compañero de armas.- Dirigió su mirada a Joseph.- Ella es Shinobu una amiga mía.-.
    - Hola.- Dijo él, en japonés.
    - ¿Sabes este idioma?-.
    - Cuando TC me creo, me escribieron datos sobre diferentes cosas en mi cerebro. Sé mas de 300 idiomas diferentes.- Dijo, dándose un aire de importancia.- La estimulación transcraneal funciona, ¿No?-.
    - ¿TC?...- Shinobu estaba mas confundida.
    - Él es un clon hecho por los de TC. Pero no es malo.- Lo señalo.- Solo peleando.-.
    - Eso ya lo veremos.- Le sonrió.- Me he estado preparando...-.
    - ¿Si?- Lo miró de forma desafiante.
    - No por nada tengo el nombre de "Hunter X"-.
    - Igualmente, no puedo pelear ahora. Estoy con compañía.- Le puso la mano en el hombro a Shinobu.
    - Entiendo. No te molestaré más, pero estaré cerca. - El casco se cerró nuevamente.- Cualquier problema, solo me lo decís y listo.-.
    - Listo, Joseph. Estaremos en contacto...-.
    - ¿"Estaremos"? Se te pego acento de acá, ¿no?- Le preguntó él mientras se daba la vuelta.
    - Un poco.- Levantó la mano en alto.- ¡Nos vemos!.-.
    - ¡Adiós!- Le dijo, mientras desaparecía en la oscuridad.
    Siguieron camino por allí, hablando por lo bajo. Ella le preguntó sobre Joseph y él solo se limitó a decirle que su nombre, "Hunter X", era porque era el primer humano que podía vencer a una maquina TC con total facilidad, por lo que se le dio el nivel 10 de peligrosidad (Y eso que el nivel mas alto conocido hasta ese momento era el 8) y encima, lo habían mandado a matarlo hacía mucho tiempo. Pero en vez de cumplir su misión, Rodrigo lo había alentado para que fuese libre por su propia cuenta. Era por eso que eran tan amigos. también, le dijo que las cicatrices en su cara eran el producto de su última pelea, ya hacía unos cuantos años.
    - ¿Y él ya es libre de TC?- Le preguntó Shinobu.
    - Hace mucho tiempo que lo es.- Miró a los demás, que estaban aún alrededor de la fogata, aunque Kitsune estaba ya pasada de copas.- Es admirable como logró dejar atrás su pasado. De todas formas, apenas tiene unos 12 o 13 años de vida.-.
    - ¡¿Como es eso?!- Le dijo ella, sorprendida.
    - Simple. Cuando TC lo creó, tenía aspecto de un adolescente y cuando peleó conmigo ya tenía un año, casi.- Saludó a Keitaro que estaba con la guitarra, aunque parecía que no tocaba muy bien.- Pero tiene la madurez mental de una persona de su edad. Eso es gracias a la estimulación transcraneal.-.
    - ¿Estimulación?-.
    - Le meten un casco que le da impulsos directos en el cerebro y que sirven para escribir conocimientos en la cabeza de la persona.- Se sentó a guardar sus cosas.- Es útil cuando no tenes toda una vida para enseñarle algo a alguien.-.
    Se acomodó en un catre que había quedado armado de las últimas veces. Quedó mirando al techo, mientras que Shinobu lo miraba.
    - Me toca quedarme a cuidar este lugar. Va a ser mejor que vuelvan a la residencia, porque se hace tarde.- Acomodó su cuello, haciendo un poco de ruido.- Mañana tienen que estar temprano acá.-.
    - Bueno.- Ella lo miró y se sonrió.- Chau, Rodrigo.-.
    - Chau, Shinobu.-.
    Él quedó a solas, mientras que sentía como todo se iba quedado en silencio lentamente. Ese lugar si que era muy tranquilo. En unos días, por fin podría estar de nuevo en la residencia. El tema con esa casita era que estaba muy destruida. Pero como la residencia, era muy grande y vieja. Las maderas eran su única compañía, ya que emitían, cada tanto, un chirrido tenue. Daba la impresión de que ese lugar se iba a venir en banda en cualquier momento. Si había algo que Rodrigo quería hacer en ese momento, era estar con Mutsumi. Sabía que ella pronto volvería a la residencia y podrían salir a caminar como de costumbre. también sabía que podrían tener una cita nocturna, y quien sabe, tal vez podría estudiar y entrar en la Todai como ella le había propuesto.
    - ...Otra vez aquí...- Rodrigo levantó su cabeza y vio una sombra.- ¿Acaso trabajas acá?-.
    - Es parte de mi empleo...- Se relajó al darse cuenta de que era Joseph.
    - Estas solo, ¿No?- Entró casi a hurtadillas.- Tengo algo para decirte.-.
    - Entra, que no hay nadie.- Le abrió un poco la puerta.- ¿Que pasa?-.
    Hunter se sentó como pudo en una pequeña silla que estaba allí.
    - Bueno, chamigo.- Sacó de su manga una tarjeta completamente plateada.- Acá tenes la tarjeta nueva de la Asociación.-.
    - Ah, bueno.- Lo miró a la cara.- ¿Es eso, nomás?-.
    - No, también tengo una sorpresa.- Lo miró con un leve sonrisa.- Tengo el F-2000.-.
    - ¡¡¡¿QUE?!!!- Rodrigo saltó de la cama donde estaba sentado.- ¡¡¡¿DE VERDAD?!!!-.
    - Si, lo tengo, así que, cuando pueda te lo mando.- Lo miró a la cara.- Pero también tengo malas noticias.-.
    - Si, me imagino.- Rodrigo se sentó de nuevo.- ¿Que es?-.
    - Es Gloria...- Trató de no ser muy repentino.- Ella cantó todo.-.
    - ¿Si?...- Rodrigo bajó la mirada.- Ella les habrá dicho sobre "Él".-.
    - Se llamaba Andrés Cervantes, un conocido vendedor de armas y un loco de la guerra. Venía de Colombia, después de haberle vendido armamento a las FARC. Ese desgraciado quería hacer una revolución en tu pueblo...-.
    - No pudo, se ve. Dark le dio para que tuviera...- seguía con la mirada clavada al piso.- ¿Y ella dijo algo de mí?-.
    - No mucho. Lo que creo que debes saber es que ella hizo todo lo que hizo bajo amenaza. Si no cumplía, le mataban a toda la familia.-.
    - Eso siempre lo supe.- Lo miró a la cara.- Fue lo primero que me dijo cuando la vi. Lo que nunca le voy a perdonar es esa sonrisa que esbozó cuando me disparó aquella vez.-.
    - Dijo que fue todo actuación.-.
    - No todo.- Rodrigo se sonrió, mientras una puntada en el pecho le borró esa expresión.- Ella estuvo mucho tiempo con esto. En vez de decírmelo, se dedicó a esconderlo de mí y de todos.-.
    - Eso te lo dejo a tu conciencia...- Hunter se paró.- Yo sé que la vas a perdonar algún día.-.
    - Cuando mis pesadillas me dejen de molestar, la voy a perdonar.- Lo miró, con una mirada sombría.- Cuando mi vida deje de ser una sombra...-.
    - ... "Una sombra en un mundo eterno de luces"...- Se acercó a la puerta.- Cualquier cosa, yo estoy cerca, sabes como contactarme.-.
    - Chau, Joseph...- Una leve sonrisa se dibujo en su cara.- Nos vemos...-.
    Quedó nuevamente a solas en aquel lugar. El pecho le daba puntadas, y lo volvía loco. La desesperación que tenía por destruir todo el lugar había brotado de lo más profundo de su corazón. Pero solo se limitó a darle un golpe a la pared de al lado. Otra vez, la sensación de que Dark lo estaba acechando lo puso nervioso. Ya estaba muy relajado en esos días, que había olvidado la sensación de Dark rondando en su cabeza. Cerró los ojos, con la esperanza de abrirlos al otro día, con los rayos del sol en su cara.

    Ya era de noche en Hinata. Había acabado de anochecer en esa linda ciudad, aunque en el aire flotaban ciertas ansias. Naru y las demás habían descubierto marcas de garras en diferentes lugares de la residencia, los que las puso en alerta: El ser negro andaba por allí, esperando para atacar. Shinobu vigilaba a Rodrigo, mientras que las demás iban y venían con palos en las manos. Kaolla había confeccionado un nuevo plan para poder acabar con Dark de una vez, mientras que Motoko estaba con su espada en todos lados. Mei y Kanako montaban guardia en el interior del lugar, mientras que Kitsune, Haruka y Keitaro andaban por allí, en la oscuridad.
    - ¿Y si se aparece?- Decía en voz baja, Keitaro.- ¿Que podemos llegar a hacer?-.
    - Como dijimos en la junta que no estuviste, corremos hasta la marca, mientras gritamos para que las demás nos oigan.- Kitsune se aferró al brazo de Keitaro.- O podrías hacerte el héroe.-.
    Mientras ellos andaban en vano, Rodrigo estaba agarrado de la cabeza y caminando en círculos por su cuarto. Shinobu trataba de animarlo, pero él estaba muy nervioso.
    - Va a salir...- Decía, mientras caminaba de un lado a otro.- Y no lo voy a poder evitar...-.
    - Tú puedes, Rodrigo.- Ela trataba de seguirle el paso, pero él iba muy rápido.
    - Ya no puedo mas.- Se sentó en la cama.- Corre, por favor...-.
    - Si él quiere salir, conmigo se va a enfrentar.- Le dijo ella, con su cara enojada.- No puede ser que siempre nos dé lata cuando estamos bien...-.
    - ¿Lata?...- Rodrigo clavó su mirada al suelo.- ¿Te parece que da lata?...-.
    - Cuando por fin estamos bien, él aparece para poner todo de cabeza.- Ella levantó la voz.- ¡Quiero que seamos felices!-.
    - Cuando mi misión este cumplida, seremos felices.- Su cara había cambiado completamente.- Debo proteger al inocente.-.
    - ¿Rodrigo?- Ella lo miró unos segundos, mientras se ponía pálida.- ¿Dark?-.
    - Tenemos que hablar...- Le dio la mano.- A solas...-.
    BOOOOMM
    El cuarto numero 200 voló en pedazos, con vidrios y todo. Kanako y Mei entraron al cuarto, rápidamente. Rodrigo estaba en el suelo, boca abajo y el lugar hecho añicos.
    - Dark la tiene...- Dijo él, desde el suelo.- Deben apurarse, por favor.-.
    - Espera que te ayudemos.- Kanako lo quiso levantar.
    - ¡NO! - Rodrigo estaba bastante lastimado.- Corran a ayudar a Shinobu... Yo voy a estar bien.-.
    Las chicas salieron corriendo por el balcón. Dark se levantó del suelo lentamente y se sonrió.
    - ¿No impresiona lo fácil que es engañar a un humano?- Abrió el ropero, donde Shinobu estaba amordazada.- Por fin a solas.-.
    Se transformó en Dark, aunque era un poco más grande que lo de costumbre. Sus ojos estaban encendidos en celeste e iluminaban el lugar entero. La levantó y la llevó volando al techo del lugar. La dejó sentada con suavidad, lo que le dio a ella la pauta de que no quería lastimarla. Miró a su alrededor. Cuando su cabeza giraba, dejaba una estela de luz celeste en el aire y que era momentánea. Le dio la espalda.
    - Yo soy el proyecto numero 12.232.435, del Sistema de Reclutamiento de Soldados Mejorados Genéticamente (SRSMG) de TC.- Bajó su mirada.- Pero también soy el guardián Met´Aal designado a este planeta.-.
    - ¿?- Ella movió su cabeza para poder sacarse la mordaza.- ¿Que quieres decir con eso?-.
    - Soy un soldado, con un objetivo claro.- La miró a la cara.- Rodrigo jamás quiso que supieras de que a él le lavaron el cerebro, hace ya muchos años. también, parte de su cerebro se esfuerza en no recordarlo, pero yo lo mantengo vivo en su cabeza.-.
    - ¿Y que es lo que no quiere recordar?- Ella estaba bastante confundida.
    - Quisieron crear una nueva personalidad en su cabeza, pero él se rehusó. Utilizaron todos los métodos, desde la hipnosis hasta el estimulamiento transcraneal. Como no lograron nada, lo destinaron a su finalización inmediata.- Dark parecía no respirar. Parecía hacerlo mientras estaba hablando.- Quisieron matarlo, pero al hacer eso, modificaron sus ondas cerebrales. Eso, sumado a los comandos grabados en su cabeza, llegaron a una consumación perfecta. El soldado más perfecto jamás creado, capaz de acatar una orden directa sin decir nada: Yo.-.
    - ¿Y por que me lo dices a mí?- Ella parecía estar entendiendo la situación muy de a poco.
    - Luego de masacres innecesarias y búsquedas incoherentes, encontré al objetivo de mi misión.- Se dio la vuelta y la miró directamente a sus ojos.- Tú.-.
    - ¿Yo?- Ella no podía creer que era lo que estaba pasando.- ¿Yo soy la culpa de todo esto?-.
    - Shinobu.- dio unos pasos hacía adelante.- Eres el inocente que debo proteger, eres el ser mas frágil que jamás había visto. Tú mirada me hizo recordar lo que estaba haciendo. Me hizo recordar que esta es mi misión. Ahora que estas protegida, pasaré a la segunda parte de mi misión.-.
    - ¿Que harás?-.
    - Acabar con todas las posibles amenazas.- Desplegó sus cuchillas.- Para siempre.-.
    Un ventarrón hizo que Dark saliera volando hacía atrás, cayendo al patio.
    - ¡¡ALÉJATE DE ELLA!!- Motoko apareció.- Shinobu, ¿Estas bien?-.
    - Mo..motoko...- Ella se levantó, después de que la desatara.- ¡Debemos ayudarlo!-.
    - Ya lo creo.- Ella miró al patio y vio que Dark estaba parándose.- Yo le voy a dar un descanso eterno.-.
    Saltó al patio. Cayó al frente de Dark, mirándolo desafiantemente. Tenía la espada preparada para pelear. No solo tenía una Catana, sino que tenía unas dos más, por si esa se rompía. Los demás llegaron rápidamente a la escena, ya que ese era el lugar designado para darle fin al monstruo.
    - Por fin estas aquí.- Motoko se preparó.- Te acabaré ahora mismo.-.
    - Será divertido ver como te arranco la columna con una sola mano.- Dark la miró con una sonrisa malévola, aunque la protección en su cara no dejaba ver su expresión.
    Ella salió volando contra él, utilizando su más poderoso ataque.
    - ¡¡¡TÉCNICA SECRETA SHIN MEN RYU, ESTOCADA SAGRADA DE DOBLE FILO!!!- Dijo, mientras un rayo de luz salía a toda velocidad contra Dark.
    La luz cegó a todos. Dark tomó el rayo con una mano y lo apartó de su camino. Saltó con fuerza hacía Motoko, la cual no terminaba de caer al suelo y le sacó la espada. Le dio un puñetazo en el estómago y un rodillazo que la tiró al suelo.
    - ¿Eso es tu mejor esfuerzo?- Dark se cruzó de brazos.- Pensé que serías mas difícil de derrotar...-.
    - Aún... no... has... acabado... conmigo...- Motoko se levantó y tomó otra espada.- Soy... la heredera del Dojo de mi hermana... Soy una gran aprendiz.-.
    - Tus predecibles técnicas me hacen reír. Además de lenta, eres muy obvia en tus movimientos.- Saltó en dirección a ella.- ¡¡¡JAMÁS COMETERÁS ESE ERROR OTRA VEZ!!!-.
    Ella se preparó para recibir el ataque, pero Dark partió su espada con un manotazo. Cuando la tuvo enfrente le dio un zarpazo que le lastimó gravemente el brazo. Motoko cayó de boca al suelo. Parecía que era el fin de ella.
    - ¡¡¡MOTOKO!!!- Gritó Naru, mientras Dark levantaba la mano para sacarle la columna.
    FUIIIISSSHH
    El brazo de Dark salió volando, gracias que Tsuruko llegó para salvar a su hermana. Ella sostenía la espada, mientras él se miraba el brazo.
    - Acabaré contigo, maldito demonio.- Ella dio un movimiento rapidísimo y terminó detrás de él.
    Dark estalló en dos partes, gracias a que el filo de la espada de Tsuruko pasó por todo su abdomen. Las piernas cayeron al suelo, mientras se volvían un charco de agua. El resto del cuerpo de Dark cayó boca arriba al suelo.
    Tsuruko llevó a Motoko hasta donde estaban los demás. Ella estaba consciente aún, aunque parecía estar muy adolorida.
    - No te preocupes, hermana. Él era un contrincante muy difícil para ti.- Ella le sonrió.- No te sientas mal...-.
    GRAAAARRR
    Dark estaba de pie nuevamente. Se había regenerado nuevamente, más rápido de lo normal. Su mirada asesina ahora era peor.
    - Tsuruko Aoyama...- Desplegó sus cuchillas.- Te mataré luego de acabar con tu hermanita.-.
    - ¡¡¡Tendrás que pasar por mí, primero!!!- Kaolla apareció con un nuevo robot, mucho mas elaborado que lo de costumbre.- ¡Y el equipo de defensa de la residencia Hinata!-.
    No solo estaba ella, sino que estaba Ranba, Amara, Seta y Haruka. Parecía un equipo formidable.
    - ¿Y que se supone que harán?- Dark se cruzó de brazos.- Ya me han hecho enojar.-.
    - ¡¡¡Al ataque, camaradas!!!- Gritó ella.
    Haruka comenzó a disparar con una pistola desde lejos. Las balas rebotaban en la armadura de Dark. Tsuruko saltó para darle un nuevo ataque, pero él la esquivó y le dio un golpe en la nuca que la noqueó. Ranba salió corriendo y le dio par de golpes, que Dark soporto. Le dio un puñetazo que lo dejó boca abajo en el suelo. Seta saltó también a la acción, pero no llegó a hacer nada, porque recibió a Ranba en la cara, después de que Dark lo levantara y lo arrojara. Amara comenzó a tocar su flauta y le dijo a su cocodrilo que atacara al monstruo. Mientras los rayos caían, Dark tomo al cocodrilo de la cola y se lo tiró a Amara. Kaolla comenzó a disparar con todo lo que tenía en su robot, pero no funcionó. Dark atajó un misil de ella y se lo tiró, haciendo volar a la maquina en pedazos. Kaolla cayó mareada al suelo, mientras los restos de su robot se regaban por el lugar. Shinobu llegó al lugar luego de haber bajado del techo. Al ver lo que Dark había hecho, quedó sin palabras.
    - ¿Ese es su mejor esfuerzo?- Caminó hasta Motoko, apartando a Naru y a Keitaro de su camino.- Te mataré a ti primero.-.
    Desplegó sus cuchillas pero no pudo hacer nada, porque su brazo se rehusaba a apuntarle a Motoko.
    - ¡No vas a matar a nadie! - La voz de Metal brotó de los labios de Dark.- ¡Aún puedo evitar que mates sin razón!-.
    - ¡No fallaré nunca mas!¡No volverás a interponerte en mi misión!- Dark se tomó de la cabeza con fuerza.- ¡YA NO MAS!-.
    El cuerpo de Dark comenzó a convulsionarse. Caminó hacía atrás, mientras hacía ruidos extraños. En su pecho comenzó a formarse un bulto negro, que crecía a cada instante. Cuando ya era muy grande, el bulto estalló como si fuese un grano y dejó caer un líquido negro, algo cremoso, al suelo. Mientras tanto, Metal volvió a su estado normal y cayó de cara al suelo. Lentamente, el líquido comenzó a tomar forma y a levantarse del suelo. Unos cuernos negros salieron de lo que parecía la cabeza, y unos ojos celestes aparecieron. Se miró las manos y emitió un sonido como de fascinación.
    - ¿Dark?- Shinobu apareció allí.- ¿Dark, eres tú?-.
    - Libre...- Él la miró.- Por fin.-.
     
  7.  
    Realkiller

    Realkiller Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    21 Noviembre 2011
    Mensajes:
    19
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    ♠Dark Hina - Cap.1- (Fanfic/crossover Love hina→El Guardían)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    2111
    La Flor Negra. El Miedo del Gran héroe:
    Su cuerpo se había terminado de formar y su aspecto era más sombrío. Miro hacía atrás y vio a Metal en el suelo. Desplegó sus cuchillas.
    - Nadie me controla ahora.- Miro a Motoko.- Por fin te podré matar.-.
    Motoko estaba de pie, sosteniéndose con la espada. Él salio corriendo hacía ella a gran velocidad. El primer cuchillazo lo rechazó, pero el segundo hizo que su espada volara a un lado. Cuando ella cayó al suelo, Dark la tomó de la ropa y la arrojó hacía arriba. Cuando caía (En una aparente inconciencia) unos metros mas adelante, comenzó a correr, preparando su hombro para embestirla. Ya faltaban solo unos centímetros, todos cerraron sus ojos. Era una escena muy fuerte. Tsuruko quiso levantarse, pero fue tarde.
    CRASH
    La estructura de madera de la residencia sucumbió cuando el cuerpo golpeó contra el.
    - ¡MOTOKO!- Gritó Shinobu.
    Tsuruko se puso de pie, con una mirada sorprendida.
    - Hermana...- Motoko yacía en el suelo, al costado de Dark.
    - No entiendo...- Dark la miró, algo confundido.- Si no te di a vos...-.
    La madera se apartó y Joseph apareció. Su traje estaba dañado, con un gran abolladura en el hombro.
    - No vas a matar a nadie...- Tomo sus ametralladoras.- Hoy no...-.
    Comenzó a dispárale con todo. Las balas rebotaban peligrosamente hacia todos lados. Dark se le acercó cuando disparaba.
    - Idiota.- Lo tomó del cuello.- No sabes a quien te enfrentas.-.
    - Si.- Le puso la pierna contra su cuello.- Una copia barata de MetalMan.-.
    Le dio una patada que lo tiró al suelo. Cuando se levantó, Hunter lo atacó con la espada, causando un gran chispazo. Sin asombrarse, le hizo una zancadilla y lo tiró al suelo. Cuando Dark cayó, el le clavó la espada en el abdomen, causando que su arma se partiera en dos. dio un salto hacía atrás, cayendo a unos metros de él.
    - Si que sos fuerte, hijo de puta...- Se puso en una posición similar a la que se ponía Metal al pelear.- Aunque no tanto como esperaba.-.
    - Por fin alguien con un nivel un poco mas alto que los inútiles estos.- Desapareció en el aire.- Aunque no tanto...-.
    Todos quedaron en silencio. Keitaro aprovechó a acercarse a Motoko para llevarla con ellos. Hunter cayó de rodillas cuando Dark le dio un golpe en la nuca. Joseph tiró un golpe hacia atrás, pero el brazo invisible de Dark lo detuvo. Lo levantó en el aire con facilidad mientras Joseph luchaba por liberarse.
    - No eres nada...- Dark comenzó a dislocarle el brazo.
    - ¡¡¡DESGRACIADO!!!- Un grito los sacó a todos de contexto.
    Cuando Dark giró su cabeza, un cohete le dio en plena frente. Por el estallido, Hunter cayó al lado de Keitaro y de Motoko.
    - Es hora de aclarar las cosas.- Rodrigo estaba de pie.- Te metiste con mis amigos... No esperes que tenga misericordia.-.
    El humo se disipó y Dark emergió de allí adentro. Tenía los puños cerrados.
    - ¿Pensas que te tengo miedo, inútil?- Se puso en posición de pelea.- ¿O solo quieres reflejar tus sentimientos en mí?-.
    - Lo único que voy a reflejar...- Salió con toda su fuerza, levantando una humareda detrás de él.- ¡¡¡SON MIS PUÑOS EN TU CARA!!!-.
    Cuando estuvo a unos metros, Dark dio un salto hacia atrás. Pero Metal lo tomó en el aire y comenzó a hacerlo girar. Lo soltó y se estrelló contra una pared, que se rompió bastante. Dark se dio la vuelta y tomó parte de la pared, arrojándosela. Rodrigo lo partió con sus cuchillas, aunque le dejó servido un nuevo ataque a Dark. Este aprovechó que él estaba acomodándose en el aire y le dio un rodillazo en la cara, que lo sacó volando un poco atontado. Saltó y se puso por encima de él y, juntando las manos, le dio un golpe terrible en la cabeza. Metal cayó y se impulso hacía arriba, para seguir peleando, pero Dark dio un giro en el aire y le dio una patada en pleno rostro, que lo tiró nuevamente, aunque un poco mas alto esta vez. Dio otro giro y sacó sus lanzacohetes, con los que arremetió contra Metal. Cuando él pudo estabilizarse, los misiles le dieron de lleno.
    - No eres mas que una piedra en mi camino...- Dark se cruzó de brazos.- No eres nada...-.
    Del humo, Metal apareció volando con fuerza contra él. La furia en sus ojos hacía que estos destellaran en la oscuridad.
    - ¡GGAAAAGGGHHH!- Sus manos chocaron contra las de Dark, haciendo que hiciera un gran esfuerzo.- GGGGGHHHHHAAAAGGGGG....-.
    Estaban los dos peleando con fuerza, con las manos, empujándose mutuamente. En la cara de ambos podía verse el esfuerzo que estaban haciendo. Los brazos de Metal se inflaban y dejaban caer el sudor por los costados. El temblequeo de ambos hacia pensar que estuvieran a punto de morir del frió, pero esto era producto de la fuerza bruta que estaban haciendo. Derrepente, Metal flexionó el brazo y le dio un fuerte cabezazo a Dark, en medio de la cara. Él quedó atontado y tomando la mano de Rodrigo. Este aprovechó y la apoyó en su hombro, para hacerle una llave que lo tiró de espaldas al piso.
    - Eres solo un recuerdo...- Saltó un poco alto y desplegó su lanzacohetes.- Un muy mal recuerdo.-.
    Comenzó a dispárale con furia, haciendo que las explosiones fueran cada vez mas fuertes. La tierra del lugar salió despedida. Todos estaban juntos y observando la escena. Motoko estaba algo atontada, pero tenía una leve sonrisa dibujada en la cara.
    - Tú puedes...- Dijo en voz baja.
    - ...Ro...Rodrigo...- Murmuró Shinobu al verlo aterrizar al frente del fuego, que se disipaba.
    El fuego era muy poco. Metal tenía algo de sangre en la cara, mezclada con sudor. Ese ataque había sido mortal. O no.
    - Mier...da...- Dark comenzó a levantarse lentamente. Su estado era deplorable.- No... puede... ser...-.
    Al ponerse de pie, unas gotas de agua se deslizaron por su cara. caminó unos pasos y cayó de rodillas.
    - Debí haberlo sabido...- Se miró las manos húmedas.- No puedo creerlo.-.
    - No puedes vivir fuera de mí.- Le tendió una mano.- Ven.-.
    - ¿Aún me ofreces tu ayuda?- Su cara estaba completamente mojada.
    - Yo tuve mi segunda oportunidad ¿Por que vos no?-.
    - Si un huésped, los Met'Aal no pueden mantenerse.- Lo ignoró.- Soy un idiota.-
    - Dark...- Shinobu se acercó a él lentamente.- ...No debes morir....-.
    - Yo solo quería que fueras así para siempre... No quería que te corrompieras al crecer.- La miró.- Solo quería protegerte.-.
    - ... - Ella se arrodilló frente a él.- Pero ellos son mis amigos. No tenía que hacer todo esto...-.
    - No creo que lo entiendas. Mi misión era proteger al inocente.... Si tú dejabas de serlo... Yo no tendría un propósito...-.
    - Hay mucha gente inocente. Los inocentes que debías proteger eran aquellos que no podían protegerse...- Le puso la mano en el hombro.- Has entendido mal.-.
    - Te he fallado Shinobu...- Comenzó a decolorarse.- per...perdóname...-.
    - No.- Ella lo abrazó.- No has fallado...-.
    - ¿Sabes...?- Le puso el brazo, rodeándola.- Ahora pienso...que valió la pena...-.
    Lo abrazó con fuerza, aunque parecía que abrazara una bolsa de agua.
    - Shi...no...bu...- Dijo mientras se desintegraba.- Te...te...quiero...-.
    Su cuerpo se volvió agua, derramándose en ella y en el suelo. Una flor blanca que había sobrevivido a las explosiones se mojó también. Metal quedó en silencio, con el resto de la muchachada. Una lágrima rodó por la mejilla de Shinobu. La flor se volvió negra.

    Y ya había pasado un mes. Rodrigo estaba de traje, apoyado en un balcón. Hunter estaba parado en la baranda, Shinobu estaba sentada y Mutsumi se sonreía.
    - aquí les traje algo para que tomen, muchachos.- Dijo, acercándoles un poco de Sake.
    - Gracias.- Dijo Joseph.- ¿Que vas a hacer ahora?-.
    - Voy a decirles a los chicos sobre mi verdadera identidad.- Dijo, mientras tomaba un sorbo.- Ellos merecen saberlo.-.
    - ¿Ahora?- Le dijo Shinobu.
    - Ahora, cuando todos estén mas tranquilos.- Miró a Mutsumi.- Y quiero que me ayuden...-.
    - Cuenta con nosotras.- Le dijo ella.
    Miró al ocaso y se sonrió.
    - Cuando llegué acá, solo era un triste intento de persona, pero mi estadía aquí me ha hecho darme cuenta de una cosa muy importante...-.
    - ¿Que cosa?-.
    - Que soy humano. Dark lo sabía y me aborrecía por eso.- Miró al cielo.- Yo también lo sabía.-.
    - ¿Crees que Dark este en paz, ahora?- Shinobu lo miró.
    - Mientras él este en paz, todos lo estaremos.- Se sonrió.- Su lugar ahora, es en el recuerdo.-.
    Hunter apoyó el vaso y se sentó.
    - Cuando te traiga tu camioneta, tenemos que salir de día de campo ¿No les parece?-.
    - Es una muy buena idea.- Le dijo Shinobu.- Yo cocinaría algo muy rico...-.
    - Yo los llevaría.- Dijo Metal.
    - Yo los acompañaría.- Dijo Joseph.
    - Y yo... ¡Yo llevaría sandías!- Saltó Mutsumi.
    Rodrigo la miró y le sonrió.
    - He pensado un poco y tal vez voy a intentar entrar en la Todai.- Le guiño un ojo.- Podríamos ir juntos.-.
    Ella se sonrió mientras soltaba un "Ahí va". Rodrigo miró nuevamente al cielo y miró las estrellas. Pensó que había visto un cometa, pero era Keitaro volando por un golpe de Naru. "Este lugar es mágico", se dijo para sus adentros, "Jamás me iré de aquí". La sonrisa que hizo quedó en su cara unos minutos. Miró hacía atrás y vio las caras de sus amigos. "Por fin soy feliz".



    FIN


    Realkiller
    Colaboradores (No pongo nombres por miedo a olvidarme a alguien)

    Historia Original: Love Hina (Versión Anime y Manga), por Ken Akamatsu. Todos los derechos reservados.

    Dedicado a:
    Ken Akamatsu
    Fanficslandia
    A mis amigos (Que se comieron la historia antes que nadie)
    A todos que lo leen, por dedicarle tiempo a mis creaciones.
    Y a la gente que quiero y no veo hace tiempo...............

    Personajes como MetalMan/Dark (Rodrigo), Hunter X (Joseph), Gloria o Andrés Cervantes, son creación de Realkiller Productions.Inc Su uso es permitido bajo permiso expreso del autor. Los personajes de Love Hina (Rabu Hina) son propiedad intelectual de su autor y son utilizados con fines de entretenimiento, sin lucro.

    RealKiller Productions Incompetente.
    Copyleft 2008 (Si, 2008. Ya les dije que era viejo esto XD)
    Todos lo derechos e izquierdos bien puestos... = P
     

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