de Naruto - “Una promesa inconclusa” [ShikaTema]

Después de dos largos meses de no publicar nada de mi anime favorito: Naruto, vengo con un One-Shot de mi pareja favorita, además, con este fic participo en el concurso de Bésame Bajo el Muérdago II.
Dedicado a mi amiga: Susie, LadyRaven, Pixie y a los lectores que al igual que yo y mis amigas aman a esta pareja problemática.

Título: “Una promesa inconclusa”

El sol esta por ocultarse en el Horizonte, en el cielo se dibuja una hermosa pintura bizarra en tonos naranjas y amarillentas. Es el atardecer del veinticuatro de diciembre, día en que cada una de las personas se prepara ha pasar una hermosa velada en compañía de sus seres queridos. A bordo de un taxi recorrían las avenidas un grupo de cuatro amigas con destino al aeropuerto Internacional de Tokio.

—Cuentan que en ese aeropuerto hay dos fantasmas, y que sólo dejaran de aparecer si cumplen con su promesa —comenta a sus amigas; una linda chica de hermosas hebras lacias y doradas cual rayos de sol, largas hasta la cintura, de orbes celestes.

—Ay Ino, sólo estas inventando cosas para asustarnos —le reprocho una linda joven de cabellera castaña y lindos orbes avellanas.

—Si ese era su cometido Tenten, creo que ya lo consiguió —respondío una chica con una larga melena de un color algo exótico, su nombre Sakura, ella sin apartar su mirada de su lado derecho, ya que su otra amiga tenía el semblante pálido al escuchar sobre fantasmas.

—Es-es una broma, ¿verdad Ino-chan? —inocentemente le interrogó Hinata quien estrujaba entre sus manos un hermoso ramo de muérdagos que ella misma había decorado ya que tenia pensado regalarlo; ella era una joven de orbes perlados, tan parecidos a la hermosa luna, y su cabello largo tan negro como la noche y con destellos azules al rayo de alguna luz que se pose en ellos.

El recorrido desde la casa de esta última joven al aeropuerto había sido de escasos veinte minutos, ya que sin darse cuenta el chofer ya se encontraba aparcando en la entrada del lugar. Caballerosamente sacó las maletas de la cajuela y la rubia pagó el monto del recorrido.

—Muchas gracias —le sonrío amablemente —bueno chicas, aun es temprano para nuestro vuelo, así que, ¿Qué les parece si vamos a comer algo? —les interrogó, a lo que las otras tres accedieron.

El lugar estaba repleto, gente iba y venia en todas direcciones cada una ensimismado en su propio mundo y preocupaciones. Hermosos adornos decoraban el sitio acorde con tan magnifica época del año. A un costado de la recepción de venta de la aerolínea, un enorme árbol de navidad se erguía, adornado majestuosamente y en la punta de este se apreciaba una hermosa estrella plateada.

—Miren chicas, vamos ahí —señalaba un poco entusiasmada Tenten, un acogedor local de café.

—Nos podemos sentar ahí —les sugirió Hinata. Era una mesa para cuatro personas, uno de sus lados estaba pegado al enorme ventanal donde colgaba un gran moño negro, desde esa ventana se apreciaba la llegada de los aviones, más sin embargo lo que mas llamo su atención fue, que era la única mesa que no estaba adornada con manteles navideños, sino que tenia un triste mantel negro. Las adolescentes se pusieron cómodas y una mesera se les acerco.

—Disculpen señoritas, ¿seguras que desean ocupar esta mesa? —les interrogo, su rostro se veía algo pálido, hermosos orbes esmeraldas y sus cabellos eran rubios, sujetos en cuatro gráciles coletas. La interrogante en el rostro de las aludidas le dio pie ha aclararles del porque de su pregunta— lo que pasa es que, hace unos años, una joven murió aquí en espera de su amado, quien llego pero jamás alcanzó a ver…

—Vieron, les dije que era verdad —interrumpió algo entusiasmada la Yamanaka.

—Calla Ino, deja que la señorita nos termine de contar —le reprendió curiosa Tenten.

—Fue en un día como hoy, él venia en el vuelo 2311 desde Francia, ella esperaba el arribo de su avión a las nueve en punto, sentada en esta mesa —los orbes de la mesera se colmaron de melancolía— a lo lejos vio que aquel pájaro de acero que tanto esperaba se acercaba a la pista, sin embargo los motores de este venían envueltos en llamas y al hacer contacto con el asfalto, la sacudida provocó que el avión estallara —unas lágrimas rodaron por las mejillas de la joven— el motor derecho se desprendió y salió volando en esta dirección. La joven estaba en shock por lo que no alcanzó a reaccionar y este se impactó cruelmente contra este sitio matándola instantáneamente...

El silencio se hizo presente en ese momento, Hinata ante tan triste historia no pudo evitar llorar, el semblante de sus amigas estaba triste.

—Cada veinticuatro de diciembre, a las ocho con cincuenta minutos, esta joven aparece para esperar a su enamorado quien llega a las nueve en punto —les contaba, la joven Yamanaka por inercia poso su mirada celeste en su reloj de pulsera que marcaba las ocho diez— la pareja de enamorados se miran, entrelazan sus manos y cuando están a punto de besarse para cumplir con su promesa, él desaparece —un nudo se agolpó en la garganta de la rubia de coletas.

—Si logran encontrarse, verse y tocarse ¿Por qué desaparece él cuando van a besarse? —pregunta curiosa Tenten.

—Porque ese moño no debería de estar ahí —les dijo, señalando el ventanal. La curiosidad en las jóvenes pudo más, y más aún tratándose de la castaña.

—¿Usted sabe, cuál es la promesa que los mantiene aquí? —le interrogo Tenten mirando fijamente a la rubia de orbes esmeraldas.

—Ella le prometió que lo besaría bajo un ramo de muérdago cuando volviera —respondió.

—Te hemos entretenido aquí, y ni siquiera sabemos tu nombre —expreso la joven Hyuuga, tratando de cambiar un poco el tema.

—Mi nombre se ha perdido en el pasado —las palabras de la chica pasaron de momento desapercibidas para las cuatro amigas— me llamo Temari Sabaku. Si me disculpan señoritas debo volver a trabajar ¿cuál será su orden? —les interrogó.

—Trae por favor cuatro frappe de moka —hizo el pedido Sakura. Las cuatro chicas vieron a la mesera alejarse.

—¿Creen que la historia que nos conto sea verdad? —preguntó algo temerosa Hinata.

—Claro que sí, baka. El accidente salió publicado en todos los periódicos del país, yo lo leí. Además de que varias personas hablan sobre las apariciones de la pareja —les aclaró la Yamanaka.

Los minutos pasaban y la mesera no les traía su orden, un poco molesta y desesperada Sakura se acerco al mostrador del establecimiento.

—Dígame señorita, en que puedo servirle —le interrogó amablemente la cajera.

—Lo que pasa es que hace más de media hora que mis amigas y yo pedimos cuatro frappe de moka y no nos lo han llevado —respondío visiblemente irritada la Haruno.

—¿Cómo es la mesera que les tomó la orden? —le preguntó.

—Se llama Temari Sabaku, es una chica rubia, peinada de cuatro coletas… —le dijo un poco más tranquila y ante su respuesta, el rostro de la cajera se desencajó y palideció.

—No puede ser, ¿esta usted segura señorita? —se quiso cerciorar la joven castaña.

—Sí, estoy segura —le confirmó— ¿Por qué la pregunta? —le indagó, ya que no entendía del porque lo ponía en duda.

—Lo que pasa es que, en primera esa joven no trabaja aquí —el rostro de la Haruno se tornó confuso— y en segunda ese es el nombre y la descripción de la joven que murió en aquel accidente de hace unos años.

El rostro de Sakura estaba tan blanco como el papel, sin decir una palabra más la cajera vio a la Haruno darse media vuelta, caminando como ausente y volver a la mesa con sus amigas.

—Saku ¿Qué pasó con las bebidas? —le interrogó la castaña. La chica de orbes jade tomó asiento y respiró profundamente.

—Sakura ¿te encuentras bien? —le preguntó un poco alarmada la Hyuuga al ver el rostro pálido y los orbes acuosos de su amiga.

—Es verdad —expresó en voz apenas audible para las presentes— y peor aún, estuvimos hablando con una muerta.

—¡Que! —exclamaron al unisonó las chicas, quienes al comprender las palabras apenas dichas por la Haruno, ellas también se pusieron pálidas de la impresión.

Luego de unos minutos en los que lograron recomponerse y aceptar lo que les había ocurrido, comenzaron a dar sus diferentes puntos de vista sobre la situación.

—Jamás en mi vida me había topado con una situación así —les comentaba con voz temerosa Tenten.

—¿No creen que seria bueno tratar de ayudarla? —dijo de pronto la Hyuuga. Llamando la atención del resto.

—Pero, ¿Cómo podremos nosotras ayudarlos? —soltó algo incrédula Sakura. Un silencio sepulcral se formó en medio de ellas, cada una trataba de recordar los detalles que la rubia de orbes esmeraldas les había contado.

—Ahora entiendo del porque lloraba, era de ella de quien hablaba —pensaba la Yamanaka.

—Debemos de quitar el moño negro, pues dijo que no debería de estar ahí y en su lugar poner este ramo de muérdago —meditaba la Hyuuga mientras observaba el ramito entre sus manos.

—Esto me da escalofríos, nunca pensé que hablaría con un fantasma — temblaba interiormente la castaña— ¿están seguras de lo que piensan hacer? —las interrogó, sacando a las otras tres de su ensimismamiento.

—Por supuesto que sí —respondío más que segura la Sakura, siendo a poyada por las demás.

—Entonces hay que darnos prisa, son las 8:48 y no tarda en aparecer Temari —les aceleró Ino al ver en su reloj la hora.

Tenten se montó sobre una silla y retiró el moño del ventanal y en su lugar puso el ramito de muérdagos que le dio Hinata.

—Bueno, hay que quitar este mantel y poner otro más alegre —les sugirió Sakura.

La cajera les miraba atentamente desde el mostrador un poco intrigada por no saber que es lo que pretendían esas jóvenes con lo que hacían, las miró quitarle el mantel de bonitos estampados navideños a la mesa de ha lado y colocárselo a la otra mesa.

—Listo, ya ésta. Sólo espero que esto funcione —les dijo Tenten.

—Ya es la hora chicas… —no terminaba de hablar la Yamanaka cuando vieron aparecer de la nada frente ha ellas a la chica rubia de cuatro coletas, más su vestimenta era distinta de la primera vez que se les apareció. Ahora vestía una falda de piel, botas negras y un acogedor abrigo. Ante la sorpresa las cuatro amigas no pudieron evitar dar un paso atrás.

Frente a Temari apareció un hermoso joven de cabellos negros, peinado en una grácil coleta alta. Sus orbes ciruelos negros hacían el juego perfecto, su piel igual de pálida que la joven, vestía de cadete, un uniforme blanco que pertenecía a la real academia de la Marina. Sakura, Ino, Tenten y Hinata se quedaron boquiabiertas por lo apuesto que se veía el joven.

—He vuelto, Temari —se escuchó la voz ronca del joven.

—Bienvenido Shikamaru, he esperado por ti como cada año —le respondío la Sabaku con una leve sonrisa dibujada en sus labios.

Tal pareciera que todo en su alrededor hubiera desaparecido, las cuatro chicas estaban casi a lado de ellos viendo y escuchando todo sin atreverse a decir nada. El resto de las personas no se enteraba de lo que estaba aconteciendo ho simplemente su egoísmo personal les cerraba los ojos al resto del mundo.

El apuesto cadete acortó la distancia que lo separaba de su prometida, tomó con sutileza las manos de la rubia depositando un beso en cada una de ellas. La joven en respuesta lo abrazo con anhelo, él aprisionó con sus manos la estrecha cintura de la rubia. El rostro de la joven quedó de frente a las jóvenes, quienes no perdían detalle.

—<Muchas gracias> —leyeron Sakura, Ino, Tenten y Hinata que expresaban sin emitir sonido los labios de la rubia de cuatro coletas. En respuesta las chicas le sonrieron, la Hyuuga no pudo evitar derramar lágrimas, los celestes de la Yamanaka se volvieron acuosos, Sakura y Tenten miraban con sentimientos encontrados la escena.

Los orbes de la pareja de enamorados se escrutaron mutuamente, sus miradas eran un mar de emociones, las cuales estando en vida jamás necesitaron expresar con palabras, mucho menos ahora. Las dos piedras esmeraldas se perdieron en los dos abismos negros del joven cadete, sus rostros lentamente acortaron la distancia que los separaba, llegando a rosar sus labios. El joven se mostró un poco sorprendido de no haber desaparecido aún como cada año que intentaba besarla. Temari con su mirada le señalo el ventanal, percatándose el cadete del ramo de muérdago frente a ellos.

—Cumple al fin con tu promesa —el cadete tomó con su mano derecha el mentón de su prometida— para que podamos al fin estar juntos en la eternidad —le susurro el morocho atrayendo el rostro de la rubia hacia él, sellando sus labios en un beso cargado de sentimientos que sobrepasaron aún la muerte que injustamente les separo en el pasado.

Un destello cálido brotó de la pareja que rompió el contacto de sus labios sonriéndose el uno al otro, ambos se giraron para ver a las chicas que sin ningún interés, ni mala intención los ayudaron de corazón a romper el abismo que los separaba. Él entrelazo su mano derecha por detrás de la espalda de la rubia, ella poso su cabeza en el hombro de su enamorado.

La imagen de ambos comenzó a desaparecer, la felicidad en el rostro de la joven era palpable, con una sonrisa se despidió de las jóvenes, terminando al fin de desaparecer ambos. Sakura, Hinata, Tenten e Ino terminaron llorando, la escena las había emocionado sobre manera sin embargo fueron cortadas abruptamente al escuchar que anunciaban su vuelo.

—Pasajeros con destino a Hôkkaido, favor de abordar el vuelo internacional 1132 —anunciaron por el altavoz.

—Chicas, ese es nuestro vuelo —les dijo sollozando aún la joven de cabello exótico.

Secándose los rastros de lágrimas que surcaban por las mejillas de las jóvenes, se dirigieron ha abordar su vuelo. Se acomodaron en sus lugares.

—Aún no puedo creer lo que acaba de sucedernos —expresaba aún impresionada Tenten.

—Creo que esta noche tendremos de que hablarles a nuestros familiares —dijo en broma la Yamanaka.

—Yo no diré ni media palabra —dijo casi en susurros Hinata, causando que las otras tres posaran interrogantes su mirada en la Hyuuga.

—Pero, ¿Por qué? —se atrevió a interrogarla Sakura.

—Porque no quiero que comiencen a tacharme como loca —fue la obvia respuesta de la Hyuuga.

—Señores pasajeros, favor de abrocharse sus cinturones que el avión esta por despegar —se escucho la voz de la azafata por el altavoz del avión.

—Será una promesa —pactaron al unisonó, juntando sus manos las cuatro amigas en señal muda del trato que las uniría aún más.

Espero que aya sido de su agrado, se que esta algo loca la historia pero, asi se me dio escribir cada palabra ^.^ espero que me den su comentario. si he tenido algun error (que yo creo que alguno (s) debo tener ^.^)

saludos!!
Reyk@