One-shot de Naruto - “Ocultando mi verdad: libremente quiero amarte” GaaHina/HinaGaa

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Reyka Akira, 29 Noviembre 2010.

  1.  
    Reyka Akira

    Reyka Akira Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    11 Junio 2009
    Mensajes:
    507
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    “Ocultando mi verdad: libremente quiero amarte” GaaHina/HinaGaa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3801
    Este One-Shot lo hice para el concurso "Hating and loving" y no me decidia a publicarlo porque lo queria para mi fic de "Coleccion de parejas" pero he decidido abandonar ese proyecto y continuarlo con las parejas por separado. asi que aqui les dejo mi fic.

    Pareja: GaaHina / HinaGaa

    Sentimiento: Temor

    Advertencias: Leer con mucha atención

    UA. Y como el titulo lo dice: Gaara decide no decir que recordó quien es, pues así tendrá un pretexto para mostrar lo que siente, sin que nadie lo juzgue por su personalidad en el pasado. (Creí necesario aclararlo ^.^)

    Aclaraciones:


    —Conversación —narración.

    Cambio de escena o tiempo ---

    <<Hechos sin precedentes>>

    Recuerdos

    —<<Pensamiento del personaje>>

    *Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto

    Titulo: “Ocultando mi verdad: libremente quiero amarte

    En una noche de locura extrema, en el interior de un automóvil deportivo color negro. Una pareja de amigos discutían, una linda joven de larga melena negra y orbes perlados, intercambiaba palabras con un bello chico de cabellera rubia y mirada celeste, era quien manejaba a gran velocidad por las peligrosas carreteras de Osaka tan ostentoso vehículo.

    Discutían por una maldita tontería, ya que la chica se quería marchar de la fiesta porque al día siguiente presentaría un examen.

    El chico quería quedarse, pues estaba en planes de conquista con una bella rubia de nombre Ino. Sin embargo, ellos habían hecho un pacto.

    El cual muy a su pesar, pasara lo que pasara el joven rubio tenia que cumplir ya que había dado su palabra de honor, aquel día en que decidieron terminar esa etapa de su vida y volver a ser solo amigos, la cual a pesar de sus rabietas y lloriqueos siempre cumplía.
    << Él cuidaría de ella, su ex novia y mejor amiga desde la infancia >>

    —Naruto, te dije que no era necesario que te vinieras conmigo —expresó un poco irritada por la testarudez del rubio en llevarle siempre la contraria.

    —Y yo te recuerdo, que cuando salimos de tu casa para asistir a la fiesta dije que yo te traería de vuelta —contradijo con molestia, ante las represarías de la chica.

    Las gotas de lluvia se precipitaban con fuerza y la visibilidad se hacia casi nula, llegaron a la parte del camino donde las curvas cerradas se volvieron en el juez de tan ilógica carrera e incoherente discusión.

    —¡ Naruto, cuidado! —gritó la fémina al percatarse que por el descontrol del auto se habían salido de su carril. El vehículo del carril contrario a ellos se acercaba por el lado del conductor donde el rubio trataba en vano de controlar el auto, mientras ella trataba de sujetarse. El agua provocó que las ruedas del vehículo derraparan yéndose a estampar contra el otro auto.

    El chirrido de las ruedas resonó aparatosamente, el chico soltó el volante girándose rápidamente hacia el lado del copiloto, tratando de amortiguar y proteger a la chica que venia sin el cinturón de seguridad puesto; el impacto fue catastrófico.

    La puerta del conductor quedo totalmente desecha, dentro se apreciaba dos cuerpos ensangrentados juntos. Una cabellera rubia con tintes carmesí, los mechones largos y negros de la joven esparcidos por el pecho y brazos del rubio.

    El frente del vehículo que les impacto quedo irreconocible, del otro conductor solo se apreciaba el rostro y manos ensangrentadas, que se confundían con su cabellera roja.

    El sonar de la ambulancia por las calles anunciaba a los transeúntes que un desastre había sucedido en algún lugar de la ciudad.

    << El rubio, murió con el delicado e inconsciente cuerpo de su primer amor entre sus brazos >>
    ---

    Los doctores ya habían perdido la esperanza de que la chica de la habitación 322 despertara. Ya han pasado cuatro largos meses, la única compañía que tenia en esa habitación era el otro sobreviviente del mismo incidente. Sólo una fina cortina era lo que separaba sus camas, la chica siempre inmóvil, solo el bip del aparato que marcaba sus latidos les hacia saber a todos que la chica aún respiraba.

    Esa habitación era la menos visitada, ya que albergaba a una chica en coma y un chico sin memoria.

    A la chica, solo venia a verla su hermana menor Hanabi, quien con el pasar de los meses perdía la poca esperanza que había guardado de volver a ver la sonrisa sincera de su hermana. Su padre había decidido desconectarla hacia dos meses, pero por insistencia de ella y su primo Neji; al final el cabeza de la familia Hyuuga había desistido.

    Del chico interno al principio sabían solo el nombre, pues en la camisa que portaba el día del accidente traía prendado un gafete. Lamentablemente el joven había perdido la memoria y un fuerte golpe en su pierna derecha que requeriría de ejercicios de rehabilitación. Aunque localizaron a sus familiares por medio de la placa vehicular, él se negaba a confiar en ellos, sus dos hermanos mayores.

    El pelirrojo solo permitía la cercanía de los doctores, dos de las enfermeras que fueron a las únicas que vio cuando despertó, la hermana de la joven silenciosa que reposaba en la cama de a lado, a quien pasaba largas horas observando cuando no había nadie más en la habitación.

    Alrededor de las cinco de la tarde como todos los días, la pequeña Hyuuga fue a visitar a Hinata y a contarle como le había ido en el colegio.

    —Buenas tardes Onee-chan, hola Gaara-san —saludo al chico que se encontraba sentado junto a la ventana, donde había visto llegar a la Hyuuga atravesando el jardín que finalizaba hasta orillas del lago.

    —Bienvenida Hanabi-chan —devolvió con cortesía el pelirrojo saludo de la chica.

    La adolescente, les contaba a ambos sobre los dos exámenes que había tenido y los que había pasado con buenas notas. Sobre su caída en la clase de deportes en la carrera de obstáculos. También del chico que le agradaba.

    Ella sonreía, aunque en sus orbes perlas se podía apreciar un dejo de tristeza, debes en cuando al pelirrojo se le dibujaba una media sonrisa en su rostro por las graciosidades de la joven Hyuuga.

    —Sabes Gaara-san, tal vez debería obedecer a mi padre como siempre he hecho, dejando ir de una vez por todas a Hinata —se desahogo con el pelirrojo la adolescente de quince años, mientras de sus orbes perlados se escabullían unas cascadas saladas. Él siempre se limitaba a escucharla y le aconsejaba cuando lo creía necesario, ésta era una de ellas.

    —¿Crees que eso, te ara feliz? —expreso sin mirarla siquiera, ya que sus dos luceros celestes estaban dirigidos a la ventanilla. Donde observaba las hojas de los árboles desprenderse de sus ramas al ser mecidas por el viento.

    El mutismo reino en la habitación que la Hyuuga abandono después de unos minutos, sin despedirse. Su destino, el apartamento que compartía con su primo y su hermana, antes.

    La pregunta del pelirrojo taladraba su mente ¿Al caso en verdad podría ser feliz, sin ver jamás de nuevo la mirada amorosa que siempre le brindaba su hermana?

    Por las noches el joven desmemoriado, se acercaba a la cama donde reposaba el cuerpo de la Hyuuga, su mano pálida acariciaba los mechones negros que con el pasar de los meses eran aún más largos.

    —Siento que te conozco de algún otro lugar, además, algo me dice que eres alguien especial para mi —le susurra, pues no comprende del porque se siente así, ni de porque le angustia el pensar que pueden desconectarla y dejarla morir— Hinata debes de luchar por volver, debes despertar… Hanabi te necesita —finalizo apartando su mano de los cabellos de la joven, para después volver a la comodidad de su cama.

    La observaba, debes en cuando acariciaba con sutileza el terso y pálido rostro de Hinata. Los días pasaron hasta que una tarde, llego a la habitación Hiashi Hyuuga con Hanabi y su primo Neji.

    —¿Están seguros de su decisión? —Les interrogo el doctor que hasta entonces había llevado el caso Hyuuga.

    —Desconéctela, nosotros ya no podemos seguir así —Respondió tajante y firme en su decisión el cabeza de la familia.

    El doctor miro con tristeza el semblante de la menor que lloraba en brazos de su primo que permanecía con rostro apacible y sin expresión, más sin embargo sus ojos reflejaban la tristeza que le invadía.

    El pelirrojo al escuchar aquellas palabras, un gran temor broto desde lo más profundo de su ser. Se levanto de golpe como si fuera impulsado de ella por resortes, tomo sus muletas y se acerco.

    —¿Serás feliz con esto, Hanabi? —Soltó con cierto pesar en sus palabras, a una de las pocas personas en las que había confiado.

    —Yo no quisiera, pero… —su voz se ahogaba por sus lágrimas— la familia dice que si Onee-chan es capaz de respirar por si sola, le esperaremos el tiempo que sea necesario —expresó al pelirrojo que se acerco aún más a la cama.

    —Entiendo. Hinata es fuerte así que, espero que estén listos para esperarla —tomo con delicadeza la mano de la durmiente pelinegra, acto sólo captado por los dos jóvenes Hyuuga.

    El doctor apago el respirador artificial que hasta este momento había mantenido con vida a la joven, un doloroso silencio se apodero del lugar. Una de las enfermeras le tomaba el pulso a la chica, después de unos angustiosos segundos…

    —Lo siento, no tiene pulso… —les informo, el llanto en la menor se desbordo aún más, unas silenciosas lágrimas se deslizaban por las mejillas del castaño Hyuuga, Hiashi solo cerro sus parpados, ocultando en este acto su dolor.

    Gaara aprisionaba con fuerza la mano de Hinata, apoyando en ella su frente y sus celestes ocultos bajo el manto de sus parpados.

    Respira, por favor… respira —suplicaba desde su interior. Así como estaba, el pelirrojo escucho un pequeño e imperceptible zumbido— ¡esta respirando! —anuncio de pronto, atrayendo la atención de los ahí presentes.

    La enfermera tomo de nuevo el pulso, confirmando lo dicho por el pelirrojo, devolviéndoles a los Hyuuga prácticamente el alma al cuerpo.
    ----

    Ya han pasado seis meses desde que aquel accidente ocurrió, Hanabi sigue yendo a visitar a ambos todos los días, hace un mes que Gaara comenzó con terapias para devolverle la memoria y el movimiento natural a su pierna. La rehabilitación ha sido difícil y dolorosa.

    Hace tres semanas, el pelirrojo se llevo la sorpresa de su vida, al instante en que, como todas las noches observaba a la pelinegra, esta despertó de su largo sueño.

    Después de haber logrado salir del coma por el cual ya muchos la estaban dando por muerta, a la Hyuuga le sorprendió ver el rostro de aquel joven tan cerca de ella, más no tuvo tiempo de preguntar ya que el pelirrojo en seguida llamo a las enfermeras.

    Después de revisarla y ver que todo estaba en orden con ella, la joven no se aguanto la curiosidad, y tímida las interrogo.

    —¿Por qué, esta él aquí?

    —El joven Gaara sufre de amnesia temporal, él es quien venia en el otro vehículo contra el que chocaron —Le comunico una de ellas, para luego abandonar la habitación.

    —¡Perdón, Gaara! —susurro con dolor, pues aunque él no la recordara, ella aún sentía lo mismo por él.

    Se recostó en su cama, el pelirrojo estaba recostado también, sin embargo ninguno de los dos podía dormir. El chico estaba a su manera, contento de que la pelinegra despertara, mientras ella sentía que estaba olvidando algo importante.

    La noche paso, al día siguiente demasiado temprano llegaron Hiashi, Hanabi y Neji. La menor con lágrimas en sus orbes estrujo entre sus brazos a su hermana, quien la recibió como antes, como siempre: con amor. Al verlos solo a ellos tres, se dio cuenta de que era lo que la atormento durante la noche.

    —¿Y Naruto, dónde ésta?

    Hiashi enmudeció, a lo que el castaño tuvo que responder con pesar.

    —Hace seis meses, que Naruto murió —un gran grito resonó en la habitación, el pelirrojo ya lo sabia. Sin embargo no podía hacer nada, las enfermeras entraron y le administraron un calmante a la chica haciéndola dormir unas horas.

    Neji y el padre de Hinata se marcharon, la menor decidió quedarse, le pesaba pensar que el rubio haya muerto. Expresando su tormento al pelirrojo que desde hace seis meses le aconsejaba.

    —¿Qué le puedo decir cuando despierte? —exteriorizaba su preocupación a Gaara, estando ambos parados viendo el exterior a trabes de la ventana.

    —La verdad. Que su amigo murió para salvar la vida de ella.

    —Pero si le digo eso a mi hermana, se sentirá culpable debido a la promesa que ambos tenían —rebatió la pequeña Hyuuga.

    —Puede ser, pero más que nunca deberá vivir para honrar esa promesa…

    —Tienes razón Gaara —interrumpió Hinata, exaltando a su hermana, el pelirrojo solo se giro para observarla— ahora debo vivir por ambos, por Naruto y por mi —sonrió con dulzura, pero con un atisbo de dolor por la perdida del rubio.
    ---

    Otro bello amanecer, el sol resplandece más que nunca. Se oye el trinar de las aves, el suave murmullo del jardín al correr entre las ramas de los árboles el viento, se aprecia el mecer del agua a su suave tacto.

    A orillas del lago, con el respaldo apoyado a un enorme duraznero que crece grande y fuerte, se encuentra la linda joven de larga melena negra que a la claridad de los rayos del sol sus mechones se aprecian azulinos.

    Después de un mes desde que despertó; como cada día por la tarde, se encuentra en ese lugar tan cálido y placentero, ya que le trae paz y tranquilidad a su alma. La suave corriente del viento la adormece dejando escapar su mente, solo así es capaz de mostrar todo lo que resguarda bajo llave, en su corazón. Una cálida voz la nombra a lo que ella responde con una sonrisa.

    —Bonito atardecer ¿verdad Hinata? —el pelirrojo se acerco a ella, sentándose a su lado — sé que no es el momento, pero quiero que sepas que me gustas —la expresión del pelirrojo era seria, el rostro de la Hyuuga estaba abruptamente ruborizada— ¿aceptarías, salir conmigo?

    Fueron las palabras erróneas, pero la chica entendió a lo que Gaara se refería. A partir de ahí comenzó su noviazgo.

    Por las noches la joven no podía evitar pensar en el día, en que el pelirrojo recobrara la memoria, seria el fin de ese sueño. Aún recordaba la indiferencia con la que la trataba en la universidad a pesar de que ella le amaba desde ese entonces.

    —Tal vez sea egoísta de mi parte pero, desearía que jamás recobrara la memoria. Temo perderlo —ese sentir broto desde lo mas profundo de su corazón.
    ---

    El día tinta esplendido con la majestuosidad del sol iluminando el cielo. Un suave viento corre lentamente entre las ramas de los árboles del jardín, las enfermeras y pacientes van y vienen por los diferentes caminos que trazan la magnitud del lugar. En una de las bancas cerca del lago se encuentra el pelirrojo esperando a su novia cuando de pronto le dio un enorme dolor de cabeza.

    <<Recuerdos que se volvieron sueños, imágenes perdidas en la memoria… que un día sin previo aviso deciden volver >>

    Como si se encontrara en una habitación a la que pretenden iluminar, un destello de luz trae consigo unas imágenes.

    —¡Hola! —sacan de sus cavilaciones al pequeño de aproximadamente cuatro años, quien solo mira con semblante neutro— mi nombre es Hinata, me pre-preguntaba si qui-quieres jugar conmigo —un tenue rubor adornaba las mejillas de la pequeña en espera de la respuesta.

    —Me llamo Gaara, ¿a qué jugaremos? —le interrogo contento, pues nadie antes lo había invitado.

    Otro recuerdo se agolpo en su mente, como si de pronto se hubiese corrido la cortina de una ventana.

    —Adiós Gaara —el rostro de la pequeña de seis años estaba marcado por las lágrimas —no me olvides, algún día nos encontraremos de nuevo —le grito la pequeña desde el interior del vehículo en marcha.

    —Te estaré esperando —susurro el pequeño pelirrojo.

    Un recuerdo más y el cuarto donde se vislumbro un joven pelirrojo aferrando sus manos a su pecho se encontraba por fin, completamente iluminado.

    —Por favor Naruto, sabes muy bien que yo te quiero —expresaba una pelinegra de aproximadamente catorce años que venia prendada del brazo de su novio que le sonreía cariñosamente.

    —Me gusta escuchar que lo digas —escucho las palabras del rubio, al apreciar la escena frente a él, un chico pelirrojo. Unas palabras brotaron de sus labios con dolor.

    —Nos encontramos de nuevo pero, tú te has olvidado de mi —sus celestes se entristecieron ante su pensamiento.

    El dolor de cabeza disminuyo, ahora recordaba todo con claridad. Descanso los codos en sus piernas, entrelazo sus manos y apoyando su barbilla en ella desviando sus orbes al cielo.

    —<<Desde que la conocí le he amado, pero al re-encontrarnos y ver que era feliz y no me recordaba, trate de ignorarla y así olvidarla. Nunca me imagine que ese accidente me diera la felicidad>> —todo esto invadía su mente. Interrumpieron sus cavilaciones.

    —Hola niño —le beso, sentándose a su lado —sabes Gaara, hace un rato en mi chequeo me acorde de algo importante —el chico le miró con ternura, a lo que la pelinegra continuo— tú y yo nos conocimos de niños, nunca me olvide de ti. Pero cuando mi familia y yo volvimos a la ciudad tú me olvidaste y decidí no irrumpir en tu vida, claro, no te culpo habían pasado muchos años.

    —Lo siento —le susurro el pelirrojo.

    —Aunque hayas perdido la memoria, y ni siquiera recuerdes que asistíamos en la misma carrera. Creí que debía decírtelo… —no pudo proseguir, él la beso con ternura, disfrutando de ese sabor a durazno que desprendían sus carnosos labios.

    —<<Aunque ya recordé todo, viviré como si nunca lo hubiese hecho>> Te amo —le susurro él.

    —No quiero perderte, Gaara —expresó, siendo cobijada en un cálido abrazo por el pelirrojo.

    —<<Jamás me perderás>> —respondió en su pensamiento, dibujándose en sus tersos labios una media sonrisa.

    Permanecieron así un rato más, apreciando la puesta del sol que tintaba el cielo en tonos naranjas y rojizos.

    ;) Espero contar con su comentario, pues me ayudan a tratar de escribir mejor ^.^
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Adorable Adorable x 1
  2.  
    Jolieh Crys

    Jolieh Crys Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    3 Enero 2009
    Mensajes:
    186
    Pluma de
    Escritora
    Hola! Muy lindo fic, enternesedor, el GaaHina me llama la atencion
    los dos muy tiernos, xD o algo asi, tienes uno que otro error
    de escritura por ejemplo:

    Lo de color rojo quedaría mejor, y asi de pequeños son tus errores
    por lo cual te aconsejo que leeas tu fic antes de leerlo, asi podras tu sola darte cuenta de
    esos detalles, me gusto el final, que tiernos. Adiós!
     
  3.  
    Reita

    Reita Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Hola amiga perdon por la tardansa es que la escuela esta de locos con todos lo examnes finales bueno pues me gusto mucho el fic, me ecanta como narras haces que sienta y hasta persiva por lo que pasan los personajes, pero... por que tenias que matar a Naruto :c eres cruel jiji bueno pues como siempre tus FF te quedan muy lindos espero leer otro igual si?
    Sayonara y cuidate amiga ^.^
     
    • Me gusta Me gusta x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso