“Algo en mi interior” (NEJITEN)

Re: “Algo en mi interior” (NEJITEN)

H0oleishOn a todoss!! x3 aqiii ahora si puntual jaja xD traiiendoo la contii :3 sta vez no me tardee O.o jajaaj excesooo de tiempo :DDD buenoo buenoo, les agradezcooo muxoooo a todsss por leer mi fiicc y porr sus prexooxos coments!! DOMO ARIGATOU!!! >w< los amisimoo a todoss y pss aqiii el capp.



Cap. 33 “Sakura”


Había pasado una semana desde que Kazune desapareció, no había dormido nada, todo el tiempo pensaba en mi hijo. La cosa era seria, varios grupos tanto de ANBU como de Jounin habían estado buscando a mi hijo incluso fuera el país… pero nada no había rastro, ¿pueden imaginar el dolor que sentía como madre? No hacía mucho que había perdido a mi niña, y ahora Kazune desaparecía, ¿qué el mundo me odia? Pero aunque fuera así, yo no perdía la esperanza, algo en mi interior me decía que mi hijo estaba vivo.

—Es que no puedo esperar –dije con tristeza.

—TenTen no puedes venir, no seas egoísta y piensa en Narue –me repuso Neji con seriedad.

—¡Narue y yo estamos bien! Ya no puedo seguir aquí sentada de brazos cruzados, quiero ir contigo a buscar a Kazune –repliqué casi en llanto.
Ante mis palabras, Neji con mucha seriedad caminó hacia mí, me miró fijamente; sentí un pequeño escalofrío, realmente su mirada era muy seria.

—Confía en mí –susurró a mi oído para después abrazarme.


*P.O.V Kazune*

Le mentí a aquella extraña chica para poder permanecer cerca de ella. Le dije que quería agradecerle por salvarme y que aparte no tenía a donde ir, le dije que mi madre había muerto por lo que mi padre se volvió loco y trató de asesinarme, así que decidí huir. No puedo asegurarlo pero creo que se lo creyó todo.


—Entonces ya me dirás ¿por qué no se pueden enterar los sujetos para los que trabajas que yo estoy contigo? –cuestioné con la intensión de sacar información.

—Ya te dije que si se enteran te asesinarán, no debo de sociabilizar con nadie –fue lo que obtuve de respuesta.

—¿Por qué?

—No te lo voy a decir.


No quise insistirle más con el tema, sabía que no me lo iba a decir, tenía que ganarme su confianza lo que me tomaría algo de tiempo. Me preguntaba ¿cómo estarían mi familia? Me dolía saber que mamá estaba destrozada por mi desaparición, de eso no había duda… probablemente todos estarían buscándome, pero no podrían encontrarme, ya que estaba en una especie de cueva subterránea muy profunda cabe decir y bien escondida.

—Bien, Narue por lo menos háblame un poco de ti, quiero conocerte un poco más –dije siguiendo con mi plan de obtención de datos.

—¿Por qué quieres saber de mí?

—Pues, ya que quiero estar contigo para agradecerte por todo, sería bueno saber algo de ti, además que yo ya te conté algo de mi historia –repuse inteligentemente aunque obvio, ella no sabía que lo que yo le había contado era pura mentira.


Estábamos en su pequeña cabaña, el lugar era húmedo y oscuro debido a que estaba bajo tierra, así que sólo nos iluminábamos con unas velas.

—Yo tenía una familia maravillosa… éramos cuatro, mamá, papá, mi hermanito y yo. Llevaba una vida de shinobi normal en la aldea de la hierba, pero cuando la crisis cayó sobre mi pueblo todo se volvió negro, mi padre empezó a tomar y a golpear a mi madre, eran escenas terribles para mi hermano de 7 años y para mí, que en ese entonces tenia 13 años, yo era apenas una Genin… luego las cosas empeoraron cuando mi madre se empezó a ver a escondidas con otro hombre, yo lo sabía pero tenía miedo de decirlo, aunque el secreto no duró mucho ya que mi papá los vio, sé que le dolió mucho así que se fue a la cantina y se embriagó como nunca… y esa misma noche llegó a casa e intentó asesinarnos a todos, quise luchar pero él era un ninja con mucha más experiencia que yo, así que rápidamente me derrotó, asesinó a mi hermano frente a mis ojos y luego de hacerlo se dirigió hacia mi madre, la golpeó con todas sus fuerzas y cuando estuvo apunto de clavarle su espada, el hombre con el que ella se veía apareció matando a mi padre de un solo golpe… mi madre me abandonó y se fue con su amante… dejándome desolada con la peor de las heridas en el corazón. Decidí irme de mi aldea, vagué durante mucho tiempo, muriéndome siempre de hambre y todas las noches soñaba con aquellas escenas que me marcaron de por vida… hasta que encontré a aquellos sujetos, vieron en mí grandes habilidades, me acogieron, me dieron este hogar y comida a cambio de mis servicios –concluyó su explicación con algo de melancolía.

—Es muy triste todo lo que te pasó… pero si en ese entonces tenías 13 años… ¿cuántos tienes ahora? –pregunté ya no con la intención de sacar información, si no porque realmente quería saber.

—17 años, ¿cuál es tu edad? –me regresó la pregunta.

—13… tengo trece años.


No faltaba mucho para que oscureciera. El trabajo de Sakura era bastante extraño, cada noche salía a custodiar las almas que morían en el bosque, ella hacía una extraña técnica que al ejecutarla aparecía una estatua gigante de piedra la cual absorbía todas esas almas. Sólo pude acompañarla una vez, ella me pedía que me quedara en la cabaña y así lo hacía, le ayudaba en lo doméstico, aunque sea raro en mí, ya que ni en mi casa hago tanto quehacer como aquí.

—Kazune, cuéntame más de ti –me dijo Sakura en un tono bajo.

—Hi –respondí sorprendido.


Me extrañó un poco la actitud de Sakura, por alguna razón sus expresiones reflejaban mucha soledad y tristeza, se le veía melancólica.

—Te conté que huí de mi casa luego de que mi madre muriera y mi padre intentara asesinarme… bueno a decir verdad, también tenía una hermana, en realidad mi gemela.

—¿De verdad, una gemela? –preguntó asombrada.

—Sí, su nombre era Hiroko.

—¿Qué… le sucedió? –preguntó con interés.

—Ella murió… bueno en realidad se sacrificó… es una historia larga. Mi mamá se embarazó joven, de 18 años, hubo complicaciones y todo, cuando nosotros nacimos mi mamá casi muere por protegernos… desde siempre mi familia ha estado rodeada de peligros y tragedias que siempre se resolvían y tenían como quien dice un final feliz… pero, hace un tiempo fuimos a unas aguas termales a celebrar el cumpleaños de mi mamá, allí conoció a un tipejo de nombre Alan, él era mucho más chico que mi mamá pero aún así se enamoró de ella y esa noche él causó un accidente con la intención de matarme, pero mi mamá me protegió llevándose un gran impacto el cual le causó la pérdida de memoria e inestabilidad física. Alan se aprovechó de eso y le hizo creer a mi mamá que él era su novio y que nosotros éramos hijos de una tía y bueno… toda una historia la cual ella se creyó y lo peor del caso es que no podíamos contarle la verdad ya que podría sufrir de algún ataque y morir… realmente fueron días horribles para la familia, para fin de cuentas Alan y mi madre se iban a casar pero ella lo rechazó porque se dio cuenta que realmente amaba a mi padre así que él la secuestró, fuimos a su rescate y en el intento él me asesinó… yo había muerto pero mi hermana Hiroko usó una técnica prohibida que años atrás había aprendido para revivirme a costa de su vida –concluí con un nudo en la garganta.


Había modificado un poco la historia, pero no podía contarle la verdad a Sakura, aunque sinceramente por alguna extraña razón quería hacerlo.

—Así que tu hermana murió para revivirte –habló con tristeza.

—Así es, y justo cuando mi mamá recuperó la memoria y regresó a lado de mi padre murió por una enfermedad, por lo que enloqueció y quiso matarme… y he aquí yo, huyendo de mi verdad –dije con tristeza, no por mi historia dramática inventada un poco si no por mentir.

—¿Querías mucho a tu hermana? –me preguntó cabizbaja.

—Así es, la amaba, aún la amo… ella lo era todo para mí, sabía todo de mí, me entendía y comprendía… cuando ella se fue se llevó mi alma consigo.


Mis palabras me dolieron mucho, lo que había dicho no era ninguna mentira. No podía entender como una verdad tan bonita podía ser tan dolorosa. Pronto escuché un peculiar sonido que me sacó de mis pensamientos, eran los sollozos de Sakura.

—¿Por qué… lloras? –pregunté preocupado.

—Discúlpame, es sólo que… entiendo a la perfección tus sentimientos, yo también amaba a mi hermano, aunque era más chico que yo… nos divertíamos tanto juntos, hacíamos muchas cosas divertidas, siempre me escuchaba, consolaba e incluso… me defendía –dijo mientras unas lágrimas se le escapaban.


Ella al igual que yo había perdido a la persona más importante, ambos sufríamos por la ausencia de nuestros hermanos, sentía su dolor como mío, la entendía a la perfección y por una razón… ya no me interesaba descubrir ni recolectar información de ella, ahora sólo quería estar a su lado, quería hacerle sentir que no estaba sola, que me tenía a mí. Lentamente me acerqué a ella y con cuidado la abracé, pude notar que su cuerpo se estremeció y que estaba extrañada por mi acción, pero aún así continué abrazándola.

—No te preocupes… Sakura, ahora yo estoy contigo… a partir de ahora yo seré tu hermano y tu serás mi hermana.

Ella me abrazó fuertemente y comenzó a llorar, nunca creí verle así, desde que la conocí se mostró dura, arrogante e insensible, pero me acababa de dar cuenta de que no era para nada así.


*Fin P.O.V Kazune*


Pasó otra semana, todos comenzaban a perder las esperanzas menos yo; sabía que Kazune estaba vivo, y no me daría por vencida hasta recuperarla.

—TenTen siéntate, tengo algo que decirte –me anunció Neji con más seriedad de la habitual.

—¿Qué sucede? –contesté mientras tomaba asiento en el sillón de la sala, sabía que no era nada bueno.

—Tsunade-sama detuvo la búsqueda de Kazune, esperaremos una semana más, si no aparece lo declarará como muerto –me soltó la bomba sin rodeos.

—¿Qué? –pregunté en susurro con los ojos abiertos como platos mientras dejaban escapar unas lágrimas.

—TenTen tómalo con calma –trató de tranquilizarme.

—¡¿Cómo quieres que me tome lo tome con calma?! ¡Mi hijo está vivo algún lado! No pueden detener la búsqueda –exploté en llanto tirándome al piso.

—Por favor TenTen, sé realista, a mí también me duele pero ya buscamos a Kazune en todas partes y no hay rastro, yo tampoco quiero creer que está muerto pero la realidad es así –me dijo Neji con mucha crueldad, sus palabras eran horribles.

—¡Baka! –grité al tiempo de darle una cachetada.


Él me miró sorprendido mientras se tocaba la mejilla golpeada, en cambio yo lo miraba con rabia y mi rostro empapado en lágrimas.

—Lo siento… pero esto es demasiado para mí –dijo con mucha melancolía.


Al instante me abrazó fuertemente y yo hice lo mismo, era un momento muy doloroso.


*P.O.V Kazune*

El tiempo pasaba, tenía muchas ganas de ver a mi familia pero no quería dejar a Sakura, no lo entendía pero me había acercado mucho a ella, me entendía… me recordaba mucho a… Hiroko.

—Jajaja, ¿de verdad? –dijo ella entre risas.

—Sí, su cara era muy chistosa jaja –respondí también riéndome.

—Bueno ya hemos platicado mucho, ya dentro de poco tengo que irme a realizar mi trabajo pero ¿qué te parece si comemos algo? –me preguntó con una sonrisa.

—Sí, me parece bien –respondí con una media sonrisa.

—Mmm… ¿qué comeremos hoy? Mmm… ¡Ya sé! Comamos daifuku –se animó mientras abría su refrigerador, pequeño claro.

—¿Daifuku? –pregunté en susurro.

—¿Qué, no te gusta?

—No es eso… es que Hiroko amaba el daifuku, solía comerlo siempre –respondí con algo de tristeza.

—Lo siento, no lo sabía, mejor comamos otra cosa.

—No… daifuku está bien, me gusta mucho –repliqué con una sonrisa leve.


Las cosas cambiaban y me iba acercando a una verdad inesperada, tal vez fueron cosas del destino que yo me encontrara con Sakura, o es fue pura coincidencia… no lo sabía pero disfrutaba mucho su compañía, Sakura aliviaba un poco el dolor de mi corazón y me hacía sentir muy bien… además que con ella podía hacer muchas cosas que hacía con Hiroko, pienso que es porque ella también tenía un hermano con el que compartía todo.

—Sakura… gracias, me has ayudado mucho –le dije con una sonrisa pequeña.

—No hay de que jeje, tú también me has ayudado muchísimo –respondió mientras atrapaba mi cuello en su brazo y frotaba su puño en mi cabeza.

—Jajaja, detente –reía mientras trataba de zafarme.


“Hiroko solía hacer lo mismo, le encantaba despeinarme” –Pensé con algo de nostalgia.


Era de día, por lo general no salíamos pero esa vez decidimos salir a la orilla de un río, jugamos un rato, nos mojábamos y reíamos… a decir verdad hacer esas cosas con Sakura me traía muchos recuerdos, era como si Hiroko estuviera encerrada en Sakura, ella hacía muchos gestos parecidos a los de mi hermana y le gustaba jugar a las mismas cosas.

—A sido muy divertido todo Kazune… pero creo que debemos regresar ya, si mis jefes nos ven estaremos en problemas –comentó mientras se ponía de pie.


No respondí, me limité a tomarla por la mano, ella me miró extrañada, yo la jalé levemente para que se volviera a sentar, cosa que así hizo.

—¿Sucede algo malo? –me cuestionó algo sorprendida.

—Sabes Sakura… en este pequeño tiempo que hemos estado juntos he aprendido a quererte demasiado… mucho a decir verdad. Tienes una esencia que me recuerda tanto a mi hermana, podría jurar que ella está dentro de ti jeje, haces muchos gestos que ella hacía, dices palabras muy típicas de Hiroko, te gustan las mismas cosas, juegas conmigo de la misma forma que ella lo hacía y… amas y te llamas Sakura, porque te gusta mucho el árbol de cerezo… así como a mi hermana, ella también lo amaba, siempre quiso llamarse Sakura, y de hecho el día que ella murió llovió del cielo pétalos de cerezo –concluí sin soltarle la mano.


Su respiración era un poco acelerada se le notaba confundida aunque no tanto, yo apreté un poco más su mano, me acerqué ligeramente y le clavé la mirada.

—¿Por qué siempre traes puestos tus lentes oscuros? Jamás me has permitido ver tus ojos, y sólo se me ocurre una respuesta a esa incógnita –dije con mucha seguridad.


Ella se quedó inmóvil, no dijo nada pero tampoco parecía nerviosa, yo por mi parte, decidido llevé mi otra mano hasta sus lentes y con delicadeza los retiré… ella tenía sus ojos cerrados y pronto agachó un poco su cabeza.

—No me mientas ya… sé quien eres –dije muriéndome de ansias—Hiroko…


Y al instante ella abrió sus ojos mostrándome su perlado color… ahí estaban… los hermosos ocelos que había extrañado durante mucho tiempo. Sonreí, las lágrimas caían sin cesar de mis ojos aunque no gemía ni emitía sonido alguno.

—¿Cómo lo supiste Kazune-chan? –me preguntó ya con su tono normal de voz.

—Baka… tarde o temprano me iba a dar cuenta –respondí mientras soltaba su mano y me secaba las lágrimas.

—Gomen –fue todo lo que pudo decir antes de que se lanzara a mis brazos.


Ambos nos soltamos a llorar, era increíble, era… no sabría explicar con palabras la sensación tan maravillosa que sentía, pero era inmensamente feliz. Hiroko estaba conmigo, y nunca más la dejaría, aunque sabía que las cosas no serían color de rosa, aún había una historia que ella debía contarme, porque la ejecución de la técnica para revivir a alguien no es cualquier cosa… algo en mi interior me decía que esto apenas empezaba.

 

Re: “Algo en mi interior” (NEJITEN)

Hola. disculpen si me tarde en poner conti ejejejej ^^ gomeenn
pero buenoo aqii toii con el cap 34 etto... debo anunciar que me iree de vacationss asi que no podre subir conti hasta el Lunes, espero entiendan. n_n bueno tambn les agradexco muchiiisimo a todos lss qq leen mi fic y a los q comentan ToT me pongo muuuy feliiz
ARIGATOU A TODOS!! n__nLALALA





Cap. 34 “Sayonara”




Era horrible, atormentador, simplemente un infierno. Kazune había desaparecido desde hacía ya un mes; el dolor era profundo pero yo no perdía la esperanza de que siguiera con vida.


*P.O.V Hiroko*

No quería que Kazune-chan lo supiera, pero en el fondo bien sabía yo que sería imposible ocultarle mi verdadera identidad, y ahora que me había descubierto no tenía opción.
Tuve que ir a ejecutar mi trabajo, ese de recolectar las almas que morían en el bosque, la verdad no tenía ganas, yo lo que quería era regresar con mi hermano a contarle toda la verdad.

—Creo que he terminado —sonreí para después marcharme.


A paso rápido llegué a mi pequeña cabañita donde mi hermano me esperaba. Era muy tarde, para ser precisa las 3 de la mañana por lo que esperaba encontrar a Kazune—chan dormido. Pero no fue así.

—Te he estado esperando. —Me anunció con seriedad.

—Hmp, supongo que esperas oír la historia —contesté con mi media sonrisa.

—Más que oír, escuchar. Así que comienza.


Me senté en la cama por un lado de mí hermano empecé mi relato:

—Sé que te había dicho que al ejecutar la técnica el precio que tendría que pagar era mi vida… bueno, tal vez sólo te dije la verdad a medias.

—¿Cómo que a medias? No te entiendo Hiroko —agregó preocupado.

—Sí, bueno, es verdad que cuando reviví a papá tuve que pagar con mi vida, pero no morí precisamente —hice una pausa, tomé aire y continué—, cuando robé aquél pergamino y encontré la técnica… invoqué a un shinigami e hice un pacto de sangre con él; si algún día ejecutaba la técnica, él reviviría de forma inmediata a la persona que yo eligiera… y a cambio yo tendría que convertirme en un yōkai a su servicio. Así que ahora soy prisionera; ya no soy humana Kazune-chan, no tengo chakra, no puedo ejecutar mi vida normal de ninja, no estoy entre los muertos pero tampoco entre los vivos —volví a hacer una pausa, no pude evitar que mis lágrimas comenzaran a brotar—, ahora soy un yōkai, tengo extrañas habilidades, las cuales sólo debo usar para defenderme de otros yōkai y elaborar mi tarea de custodiar las almas.

—Entonces, eso significa que tú ya no… —empezó a decir Kazune-chan, pero lo interrumpí.

—Ya no podré volver con ustedes, entiéndelo Kazune-chan yo… ya no soy más parte de su mundo. Debes salir adelante junto con mamá y papá, hazlo por mí.

—Pero… ¡no quiero Hiroko! —gritó para después abrazarme fuertemente—, no quiero dejarte, me quedaré contigo.


Ver a Kazune-chan en tal estado me partía el alma —si es que aún tenía—; lo abracé fuertemente, yo tampoco quería dejarlo, pero mi situación era delicada.

—Perdóname Kazune—chan, por más que quiera, no puedes quedarte más tiempo conmigo.

—¡¿Por qué?! —preguntó en llanto.

—Porque ya no estamos en el mismo tiempo, además debo cumplir con mi sentencia y una vez que lo haga… seré libre.

—Pero para ese entonces ninguno de nosotros seguiremos viviendo —susurró mi gemelo en sollozos—, ¿o me equivoco?

—No —dije—. Dos mil años… ese es el tiempo que debo dar mi servicio, pero descuida, no es eterno, algún día terminaré y entonces iré a encontrarme con los tres, o al menos eso espero.

—Cuatro —agregó mi hermano con una sonrisa.

—¿Cómo que cuatro? ¡No me digas que mamá...!

—Así es —intervino—, mamá está embarazada, será una niña, lleva siete meses.

—¡Qué hermoso!, tendremos una hermanita, ¿ya tiene nombre? —pregunté felizmente.

—Sí, se llamará… Narue Hiroko Hyuuga —respondió con una sonrisa.


Me quedé callada, era tanta la felicidad y el dolor que sentía. Como quería regresar a casa con Kazune—chan y continuar mi vida normal, como antes. Aunque ya no fuera ninja, ayudar con mis extrañas habilidades de yōkai, ver nacer a mi hermanita, crecer con Kazune-chan… todo eso, era lo que más deseaba, poder abrazar aunque fuera una última vez a mi mamá, es verdad, no tuve la oportunidad de hacerlo después de que ella recuperara la memoria, ¡¿por qué?! No era justo.

—No llores Hiroko —me decía mi hermano abrazándome fuertemente.

—Quiero volver Kazune-chan, quiero estar contigo, quiero ver a papá, abrazarlo y decirle lo mucho que lo quiero, deseo ver a mamá, a Hikari a todos mis amigos, quiero ver a Narue cuando nazca, quiero hacer misiones ninja, quiero recibir regaños del abuelo Hiashi—sama, jugar con Hanabi, escuchar los consejos de Hinata y las tonterías de nuestro tío Hokage Naruto… quiero… todo eso, y sin embargo no puedo tenerlo —. Exploté ya al borde de la histeria.


Lloré en los brazos de Kazune-chan como nunca lo hice antes, descargué todo mi dolor hasta que ambos quedamos dormidos; bueno en realidad sólo Kazune—chan durmió, ya que yo no lo hago en la noche, sólo lo fingí.

—Sakura —escuché una voz llamándome.

—Sí mi amo —respondí al tiempo en que me levantaba de mi cama y me arrodillaba.

—Sabes lo que debes hacer con él —me dijo en afirmación apuntando a mi hermano.

—Sí lo sé, perdóneme, no era mi intención violar sus reglas, es sólo que… él es muy importante para mí, y no pude evitarlo —contesté al instante.

—Que no se vuelva a repetir, o te costará que sume otros mil años más a tu sentencia.

—Descuide, no se volverá a repetir.


Mi amo se retiró. Caminé hasta mi querido hermano que dormía plácidamente; me causaba mucho dolor, pero no tenía otra opción.

—Perdóname Kazune—chan —susurré a su oído.


Luego cerré mis ojos y coloqué mi dedo índice sobre su frente. Un resplandor iluminó la habitación y claramente vi como mi hermano abría sus ojos lentamente.

—Hi…Hiroko —pronunció el al verme.

—Lo lamento —dije con una sonrisa y ojos cristalizados—. Olvidarás todo, pero cuando despiertes… sentirás que de alguna manera sigo viva en ti.

—Hiroko, detente por favor —me suplicaba tratando de mantenerse consiente.

—Te he colocado un collar, así que aunque olvides todo lo que pasó, sabrás que estoy contigo —cerré mis ojos, mis lágrimas empaparon mis mejillas, pero mi sonrisa anunciaba que aunque dolida, estaba feliz —. Kazune-chan, nunca te dejaré; cuando sientas que un vientecillo acaricia tu rostro, sabrás que te estoy dando un beso, cuando la lluvia te cubra… te estaré abrazando, cuando escuches el canto de los pájaros, yo te estaré cantando, y cuando los cálidos rayitos del sol te calienten, entonces sabrás que estaré tomando tu mano. Kazune-chan te amo —concluí.

Y con esa última frase mi hermano cayó inconsciente, había absorbido todos sus recuerdos exitosamente. Era triste, pero era lo mejor, si Kazune-chan mantenía los recuerdos de todo lo vivido aquí solamente sería una tortura para él, ya que no podría permanecer a mi lado.
Tomé en mis brazos a mi hermano, eran las cinco y media de la mañana, pronto el sol comenzaría a salir, así que debía darme prisa. Sigilosa y con cuidado me aseguré que no hubiera nadie viéndome, pero por si las dudas me coloqué mis lentes oscuros. Así nadie podría reconocerme, puesto que mi cabello ya no era castaño si no negro, mi cuerpo lo cubría una gabardina oscura, así que con la única cosa que me podría delatar cubierta no habría problema, jeje nunca pensé que mis preciosos ojos Hyuugas me traerían problemas después.

Llegué a la entrada de la aldea, los guardias no estaban, cosa rara pero a mi favor. Miré con melancolía y nostalgia lo que alguna vez fue mi hogar, como me hubiese encantado haber podido entrar con mi hermano, llegar hasta mi antigua casa, tocar la puerta y decirle a mi familia “ya volví, estoy de vuelta”, que ellos me abrazaran, y así todos lloraríamos y reiríamos juntos… pero nada más era una fantasía.

Recosté con mucho cuidado a Kazune-chan en la entrada, pronto alguien lo vería, o él despertaría, cualquier cosa estaría bien.

—Adiós Kazune-chan —susurré a su oído para después plantarle un suave beso en su frente.

Me puse en pie y comencé a caminar, pero me detuve al escuchar la voz de mi hermano.

—Hiroko… Hiroko.


Me sorprendí mucho, de hecho me exalté un poco, pero di un enorme suspiro cuando me di cuenta que él aún estaba dormido. Volví a acercarme a mi hermano me arrodillé y tomé su mano.

—Kazune-chan —murmuré— ¿quieres convertirte en yōkai? De esa forma podrías venir conmigo, y así estaríamos juntos para toda la eternidad.

—No… me dejes, Hiroko —volvió a hablar mi hermano quien aún seguía dormido.

—Hmp, no Kazune-chan nunca te dejaré —besé su mano y continué—. Pero mejor dejemos las cosas así, aunque quiera que vengas conmigo… no deseo que seas un yōkai como yo y tengas que soportar lo mismo, es mejor así. Además debes de cuidar a Narue—chan, ella te necesitará más que yo.

Nuevamente me puse en pie y comencé a alejarme, con mucho dolor y sufrimiento, aún así, también sentía felicidad, pues pude ver una vez más a mi querido Kazune-chan.


*fin P.O.V Hiroko*


No sé como, pero de alguna manera había logrado conciliar el sueño en la noche, aún así desperté pronto. El cielo apenas estaba clareando, debían ser cuando mucho las seis de la mañana.

—Buenos días Narue, ¿cómo te sientes hoy? —le pregunté a mi hijita mientras sobaba mi vientre.


Miré por la ventana, suspiré vagamente preguntándome una y otra vez el porqué de mi desgracia, no entendía porque la vida me trataba tan cruelmente.

—TenTen —escuché que alguien me llamó.

—A, Neji, pasa —respondí.


Al instante mi marido abrió la puerta, lo saludé con una sonrisa falsa y lo besé, él acarició mi abdomen y le dijo unas palabras a nuestra hija. Yo ya no aguantaba estar mucho de pie, me cansaba rápido así que me mantuve sentada en mi cama.

—TenTen, Narue, alguien vino a visitarlas —me comunicó Neji.

—¿Quién? —pregunté sin mucho interés, ya que no sentía ganas de ver a nadie.

—Pasa —indicó él haciendo una seña.


Fueron escasos segundos para que él entrara por la puerta. Sentí algo indescriptible, mi alma se llenó de dicha y felicidad, mis ojos se cristalizaron y comenzaron a llorar, quería ponerme de pie para ir a abrazarlo, pero él llegó antes hasta mí, abalanzándose y apretándome cuidadosamente pero llenándome de amor.

—Kazune, Kazune, hijito, mi niño mi rey —decía entre llanto abrazándolo con fuerza.

—Mamá, no llores —me decía también entre llanto.

—Es que no lo puedo creer, ¿en dónde estabas?

—No sé, no lo sé mamá, no recuerdo nada.

—Pero ¿estás bien? —volví a preguntar llena de felicidad.

—Sí, me hicieron unos análisis y encontraron todo bien.

Kazune nos contó todo lo que recordaba, realmente era poco, pero los Yamanaka nos dijeron que entrarían a su mente y verían si habían encontrado algo, ya que cabía la posibilidad de que lo hubiesen secuestrado para obtener información sobre algo, pero bueno, a mí lo único que me importaba era que mi hijo estaba bien y ya nadie podría quitármelo.


*P.O.V Kazune*


Me siento extraño, no logro recordar nada, pero… de alguna manera siento que Hiroko estuvo conmigo todo el tiempo; es como si ella estuviese viva en algún lugar y me estuviese cuidando.

—¿He? ¿Qué cosa es esto? –pregunté extrañado.

Bajo mis ropas sentí algo extraño, metí mi mano y para mi sorpresa era un extraño collar, que tenía una flor de Sakura de piedra y una “H” grabada.

—Hmp, Hiroko –esbocé una media sonrisa.


*Fin P.O.V Kazune*