de Inuyasha - Ángeles y demonios ( sesshxkagxkaguxkikyo)

Re: Ángeles y Demonios ( SesshXKagXKaguXKikyo)

Hola ^^ por fin aparezco, aquí les dejo el siguiente capítulo…
Narrador: Hakudoshi

“Lágrimas de sangre, la perla desaparece”​

I Parte​

​

Quise por un momento cerrar mis ojos y pretender que todo esto era un mal sueño, pero sabía muy bien que esconder la verdad solo traería más problemas. Me recosté en mi cama, intentando descansar en vano, a cada momento resonaban las palabras de Sango:

“No veo un final feliz para esta chica”

¿Podría simplemente aceptarlo y resignarme a que Lushiel la descubriera?, no, por alguna razón ella se ha convertido en alguien muy especial para mí, desde el primer momento en que nuestros ojos establecieron contacto pude sentir una fuerza imposible de repeler, un extraño sentimiento que me impulsaba a protegerla de todo peligro en este mundo…Incluso de ella misma.

Mas le valdría no haber nacido, suspiré ante el sarcasmo de aquellas palabras que leí hace mucho tiempo en un libro antiguo, Kagome se encontraba en la misma situación, su vida solo cumplía un propósito: Sustituir a la Perla de Shikon, en caso de que la protectora desapareciera aún quedaría la perla, esa era la idea. Pero si ambas existen en forma humana…

De pronto sentí una fuerte energía proveniente del exterior, era Sesshomaru. Su mente estaba fuera de control, salí inmediatamente cuando sentí los pensamientos de Kagome cerca de los suyos.

-Sesshomaru-sama… yo quiero decirle que…

Me apresuré a detenerla antes de que terminara de hablar, al parecer los poderes de Sesshomaru se estaban descontrolando, quise preguntarle qué sucedía, quise leer su mente y acabar con todo esto, pero la seguridad de ella era primordial.

-Por fin te encuentro-Dije lo más tranquilo que pude, asegurándome de no despertar sospechas en Sesshomaru-Kagome, lamento haberte dejado sola.

-El joven Koga me acompañó un rato, y Sesshomaru-sama también-Dijo con una tierna sonrisa.

“¡Llévatela rápido, por favor!”

Sesshomaru iba a estallar en cualquier momento, aquellas palabras no estaban dirigidas hacia mi, más bien era una suplica interna para que nos marcháramos, intenté no reflejar sentimiento alguno en mi mirada para que no notara que leí su mente.

-Me alegro, Kagome…ven conmigo un momento, necesito hablar contigo-Dije algo impaciente, no deseaba exponerla a más peligro.


-Está bien, pero primero me gustaría darme un baño.

No estaba facilitándome las cosas, sus inocentes comentarios podrían costarle la vida en un segundo, los nervios me traicionaron y dije lo primero que se me cruzó por la mente…


-Descuida, nos bañaremos juntos-La tomé de la mano y nos fuimos rápidamente hasta mi habitación, no me detuve hasta que nos encontramos seguros y con la puerta cerrada.

Las milésimas de segundos que tardé en cerrar la puerta me hicieron recordar aquella imprudencia que dije hace poco. Leí su mente para detectar cualquier rastro de miedo o confusión…No había nada…

El baño tenía forma de manantial, un poco de espuma y aceites aromáticos serían más que suficiente para camuflar el agua, me mantuve a una distancia prudente, de espaldas para darle su espacio…Estaba tarareando una canción, no tenía idea de donde la pudo haber escuchado; sonreí cuando ella bajó el tono de voz por miedo a que yo la escuchara…

-Cantas bien…

-Gracias…-Su corazón empezó a latir con fuerza, comprendí que estaba poniéndola nerviosa así que guardé silencio mientras terminaba de bañarme.

-Hakudoshi…no me siento bien…

Los latidos aumentaron, escuché como su cuerpo inconsciente se sumergía en el agua, me di la vuelta y la saqué lo más rápido que pude…estaba completamente desnuda, no era la primera vez que la veía así, pero si era la primera vez que me sentía tan extraño, algo emanaba de su ser y me embriagaba por completo, accidentalmente la solté y retrocedí, me sentía débil y adolorido pero puse todo mi esfuerzo para sacarla del baño; la cubrí su capa negra y la deposité lentamente en la cama.

-Kagome, reacciona por favor-Su respiración era agitada, toqué su frente y mi temor amentó, estaba ardiendo en fiebre.

¿Habrá enfermado?, pero si estaba bien hasta hace un momento, intenté hacerla reaccionar pero todo era en vano, ya ni siquiera podía leer sus pensamientos. La frustración aumentaba a cada segundo, impotencia, miedo y rabia por no saber como ayudarla.

-Kagome, escúchame soy yo. Dime qué te ocurre, dímelo.

Resignado, reposé mi frente junto a la suya, entonces su cuerpo se tensó, cada musculo se contrajo y un grito ensordecedor salió de lo más profundo de su ser, tomé su rostro desorientado entre mis manos, dos gruesas lágrimas de sangre bajaron hasta la comisura de sus labios y allí cesó todo forcejeo…

-Kagome, ¡Kagome!-Grité desesperado.

-Ya apareció…vino por mi-Musitó con voz débil y temerosa.

-¿A quien te refieres?, ¿Quién ha regresado?-Pregunté confundido, ella me miró con miedo y desesperación.

-No quiero, no quiero que eso pase de nuevo, no quiero morir…

-Kagome, cálmate por favor…

-¡No quiero morir!

Dio un salto y se zafó de mi agarre, en un abrir y cerrar de ojos se tele transportó fuera de la habitación, Bankotsu y Sesshomaru entraron junto con Kagura, sus miradas atónitas se centraban en mi, luego de verme a mi mismo lo comprendí…estaba desnudo…

-Haku…ehhh, nosotros…

-Escuchamos a Kagome gritar-Dijo Kagura interrumpiendo a Bankotsu, ella también estaba sorprendida, pero al mismo tiempo complacida de de que yo haya “hecho” las innumerables cosas obscenas que estaba imaginando en su mente- pensándolo bien ya se a que se debieron los gritos…-Sonrió con malicia.

-No es lo que creen…yo…

-¡Eso no importa!-gritó Sesshomaru alterado- Por ahora lo más importante es rescatar a Kagome.

Salió a toda velocidad, seguido por Bankotsu y una furiosa Kagura- Tomé mi capa negra para cubrirme y corrí con todas mis fuerzas, incluso a Sesshomaru se le hacía difícil alcanzarla, Bankotsu logró adelantarse pero fue fácilmente esquivado, su cuerpo sufrió grandes daños al rozar con sus manos a Kagome, era aquella misma energía que me había debilitado hace unos minutos.

-¿Te encuentras bien?-Pregunté al verlo en el suelo adolorido.

-Es como si mis energías se purificaran al tocarla…ella…no es una humana ordinaria…

-Me adelantaré-Dijo Sesshomaru mientras se disponía seguir a Kagome.

-Kagura, quédate con Bankotsu-Me miró con furia por un momento pero aceptó, después de todo tampoco estaba interesada en que Kagome regresara.

Ya habíamos perdido de vista a Kagome, apenas y escuchaba sus latidos acelerados en la distancia, nos alejamos tanto que llegamos hasta un bosque retirado de las montañas, entramos a toda velocidad y comenzamos a buscarla con desesperación.

-Ya la encontré-Dijo Sesshomaru, evidentemente aliviado, Kagome corría a unos cuantos metros de nosotros, se detuvo al sentir nuestras presencias, su rostro denotaba extrema confusión, miedo, inseguridad…

-Kagome, somos nosotros, no te haremos daño…-Dije en tono suave.

-Ha venido por mí, no podrán hacer nada, me matarán…

-¿Quién vino por ti?-Preguntó Sesshomaru de manera desafiante- Nos encargaremos de cualquiera que se atreva a retarnos, incluso si es un Santuary.

-Es inútil, finalmente comprendo para qué he nacido, todo está tan claro en esas visiones…

Nuevamente lágrimas de sangre cayeron de sus ojos, Sesshomaru se impactó ante su reacción, Kagome lloraba desconsoladamente, dio un paso hacia atrás y se dispuso a huir otra vez.

-¡No!, ¡Espera Kagome!

Antes de que pudiese decir algo más, apareció Koga frente a ella, con un fuerte y preciso golpe en el estomago la dejó inconsciente, la sujetó entre sus brazos y permaneció unos segundos de espaldas a nosotros…

-Gracias…-Musité.

-No me lo agradezcas…No lo hice por ustedes…

De pronto nuestros cuerpos quedaron inmóviles, Sesshomaru forcejeaba una y otra vez pero era inútil, soltó una risa sarcástica y apretó los puños con fuerza…

-Siempre lo tuviste planeado, maldito bastardo…

-Ustedes no entienden nada… ¿Creen que pueden protegerla de su destino?

-¿Por qué Koga?, ¿Por qué nos traicionas?-Exclamé impotente.

-Porque no permitiré que ustedes provoquen otra masacre por un simple capricho…si ella ha de morir, que así sea…

-¡Sal tu también maldito imbécil!, ¡Se que estás cerca!, solo tu posees un poder tan cobarde como este…-Gritó Sesshomaru al tope de la cólera.

-No cambias nada, siempre tan inocente…

-Inuyasha…entonces…

-Me alegra verte de nuevo Hakudoshi, pero me temo que ya debemos irnos, disfruten un tiempo a solas.

Ellos se marcharon, y nosotros quedamos paralizados sin poder hacer nada, no pude mantener mi promesa, no pude proteger a Kagome.

-No puede estar pasando esto…

-¿Acaso no terminas de entenderlo?-Replicó Sesshomaru furioso- Desde el momento en que Koga llegó a nuestro refugio todo ha sido una farsa, el maldito de Lushiel sabía la verdadera identidad de Kagome y nos tendió una trampa…caímos como unos imbéciles…

-¿Cómo podría Lushiel saber algo así?...

-Hace un tiempo Kagome actuó de forma extraña luego de ver como ejecutaban a una humana, sus poderes despertaron ese primer día…

-Y el incidente del fuego, y luego hoy…

-Hakudoshi, ¿Qué está pasando? Tú sabes algo sobre Kagome que no me has dicho.

-Te contaré luego, por ahora tenemos que salir de aquí…tengo un plan.

Hasta aquí se los dejo, cualquier insulto hacia Koga e Inuyasha será aceptado, pero contra mi no eh? XD

 

Re: Ángeles y Demonios ( SesshXKagXKaguXKikyo)

Gracias a todas por sus post, aquí les dejo el siguiente capítulo. La primera parte la narra Sesshomaru y luego viene un extra, narrado exclusivamente por Naraku. Espero que les guste, voy separarlos en dos capítulos

Narrador: Sesshomaru

“Lágrimas de sangre, la perla desaparece”​

​

II Parte​

Allí estábamos los dos, paralizados por el poder de Inuyasha, nuestros cuerpos estaban agotados por el constante forcejeo. Debíamos librarnos rápido o la matarían antes de que pudiésemos hacer algo.

-No puede estar pasando esto…

-¿Acaso no terminas de entenderlo?-Grité furioso por su inocencia- Desde el momento en que Koga llegó a nuestro refugio todo ha sido una farsa, el maldito de Lushiel sabía la verdadera identidad de Kagome y nos tendió una trampa…caímos como unos imbéciles…



-¿Cómo podría Lushiel saber algo así?...


-Hace un tiempo Kagome actuó de forma extraña luego de ver como ejecutaban a una humana, sus poderes despertaron ese primer día…


-Y el incidente del fuego, y luego hoy…-Guardó silencio pensativo, como si hubiese descifrado algo oculto, su rostro se contrajo por la sorpresa, la situación era seria.


-Hakudoshi, ¿Qué está pasando? Tú sabes algo sobre Kagome que no me has dicho.



-Te contaré luego, por ahora tenemos que salir de aquí…tengo un plan.

-No podemos movernos-Le recordé- No hay manera de librarse, a menos que…

-A menos que seamos heridos por alguien-Dijo tranquilamente.

-¿Te has vuelto loco?, ¿Pretendes que luchemos entre nosotros?, de todas formas no podemos movernos.

-No me refería a nosotros…

Dirigió su mirada hacia el fondo del bosque, empezaron a escucharse unos pasos, lentamente se reveló la silueta de una persona, Hakudoshi esbozó una sonrisa vacía, los latidos de su corazón aumentaron. En un segundo lo comprendí todo, quise atacar y matarlo con mis propias manos, pero en este momento estaba completamente vulnerable.

-Qué curioso encontrarlos en un lugar como este…

-Naraku…finalmente has revelado tu verdadera identidad.

-No me malinterpretes Hakudoshi, no estoy de parte de los Santuary, tampoco me interesa sacrificarme por ustedes. Simplemente me adapto a las buenas oportunidades.

-¡Maldito traidor!, ¿Cómo es que los Santuary no te han perseguido?-Exclamé furioso, el siguió sonriendo rebosante de confianza.

-Ahora que lo mencionas, creo que ya no será buena idea regresar al refugio, los Santuary se llevaron a todos nuestros compañeros, excepto Bankotsu, quien intentó resistirse.

-Entonces él ha…-Hakudoshi no pudo terminar su frase, cerró ambos puños con impotencia, Naraku sonrió maliciosamente mientras se agachaba frente a él.

-Tú elegiste este destino, desde el momento en que aceptaste a esa mujer llamada Kagome, protegiéndola y amándola, en ese instante cavaste la tumba de todos.

-¡Cállate maldito!-Intenté moverme de nuevo pero mi cuerpo ya estaba demasiado adolorido, caí de rodillas, el sonrió al verme en ese estado.

-Naraku, si no estás de nuestro lado, y tampoco estás del lado de los Santuary, entonces… ¿Qué haces aquí?

-Es una interesante pregunta, supongo que nunca lo sabrás-Respondió con frialdad mientras apuntaba con su mano derecha, directamente en el pecho de Hakudoshi.

-¡No te atrevas a hacerlo!-Grité intentando moverme, pero no dio resultado, Hakudoshi cerró ambos ojos, resignado a su suerte.

-Responde algo-Dijo Naraku mirándolo fijamente-¿Vale la pena ir en búsqueda de esa chica, incluso si solo logras verla morir?

-No dejaré que ella muera, haré lo que sea…

-¿Y si está muerta cuando tu hayas llegado?-Hakudoshi dudó por unos segundos, abrió los ojos para mirar a Naraku, sin miedo, más bien lleno de determinación.

-Entonces…estaría feliz de verla otra vez…

-…Que así sea.

Con un fuerte movimiento de su mano traspasó el pecho de Hakudoshi, este gritó adolorido y cayó al suelo mientras un charco de sangre cubría su cuerpo. Naraku se levantó y se acercó hacia donde yo estaba, me miró fijamente y solo me dio un fuerte golpe en el estómago.

-Miserable… ¿Por qué…?

-No tengo que darte explicaciones de nada…Ahora tienes dos opciones, Ayudar a tu amigo o…Buscar a esa mujer.

Utilicé todas mis fuerzas y logré decapitarlo, esperé a que mis garras se llenaran de su sangre pero no ocurrió nada; de pronto el cuerpo de Naraku comenzó a derretirse en una especie de barro oscuro…hasta convertirse en cenizas.

-Era una marioneta-Musitó Hakudoshi con debilidad-

-El muy cobarde no fue capaz de dar la cara-Me acerqué hasta Hakudoshi, había perdido demasiada sangre, la herida en su pecho era profunda y apenas podía respirar.

-Yo estaré bien-Dijo en respuesta a mis pensamientos- Ve al refugio, y si Bankotsu sigue con vida-Se retorció nuevamente por el dolor y escupió una gran cantidad de sangre.

-No te dejaré solo.

-No lo entiendes, si Kagome muere…nosotros…

-¿Qué importa ahora?, no podemos hacer nada, probablemente ya la hayan asesinado.

-Te equivocas, ella no debe morir…porque los poderes de Shikon están en su interior.

-¿Los poderes de Shikon?-No entendía nada, pero Hakudoshi me hizo prometer que lo dejaría en este lugar…Finalmente se desmayó, aunque continuaba con vida, no sé hasta cuándo.

Lo dejé allí recostado, y me fui a toda velocidad hacia el refugio. Con miles de dudas en mi mente. Al llegar al refugio Bankotsu estaba tirado en el suelo, sangrando abundantemente.

-¿Qué sucedió?-Pregunté alterado, el respiró con dificultad y se sentó, abriendo aún más la herida de su costado.

-Se han llevado a todos, dijeron que arreglarían cuentas con nosotros, y que acabarían con una mujer llamada Sango.

-¡Sango!...


Hasta aquí el capítulo, lean también el extra, narrado por Naraku y dedicado especialmente a Kotono :)

 

Re: Ángeles y Demonios ( SesshXKagXKaguXKikyo)

Aquí está el extra de Naraku, espero que les guste ;) Dedicado a Kotono :D

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La última noche

-¿Vale la pena ir en búsqueda de esa chica, incluso si solo logras verla morir?

-No dejaré que ella muera, haré lo que sea…

-¿Y si está muerta cuando tu hayas llegado?

-Entonces…estaría feliz de verla otra vez…

Hakudoshi sonrió, quizá fue eso lo que me hizo dudar si lo mataba o lo dejaba con vida, al final penetré su pecho con mi mano, la herida fue profunda, aunque no toqué ningún órgano vital, dependería de él si sobrevivía o no.

No contaba con que Sesshomaru intentara atacarme con tanta rapidez, al final mi marioneta quedó al descubierto. Me levanté de la copa de un enorme árbol donde descansaba, y caminé sin rumbo fijo, entonces recordé algo que sucedió hace mucho tiempo…

Fue mucho antes de que Hakudoshi consiguiera a esa humana llamada Kagome, nuestro refugio era mucho más calmado y rara vez nos enterábamos de algo relacionado con los Santuary. A decir verdad era una vida bastante aburrida, la mayoría de nuestro clan poseía amantes humanas, no comprendía en lo absoluto la razón de satisfacer necesidades corporales con un ser de tan poca calaña, nunca manché mi orgullo con un mortal y así seguirá siendo hasta el final de los tiempos. En vez de eso descargaba mis energías caminando en la ciudad de los Terranos, un nombre que los humanos consideraban despectivo. Deambulaba horas y horas, observando lo mismo, muertes, sacrificios, ultrajes y muchas cosas típicas de estos seres mediocres, realmente nada me sorprendía en esos días.

De pronto me detuve, sentí una extraña energía que me atrajo con fuerza, un olor peculiar que no supe detectar con claridad, caminé un poco más y me decepcioné al ver al dueño de semejante energía extraña: Una mujer…una mortal.

Su aspecto era bastante normal, ropas viejas y sucias, piel pálida y cabello largo, no pude ver su rostro ya que estaba cubierto con una larga capa que formaba parte de su desgastado atuendo. Giró la vista al sentirse observada, pero ya me había escabullido milésimas antes de que sus ojos pudiesen verme. Era normal que algunos humanos decidieran vivir en las afueras de la ciudad, no había tanto peligro y apenas unos cuantos habitaban los alrededores.

-Patético…-Me dispuse a irme, pero noté que alguien llamaba a esa humana, apreté los dientes con fuerza, ¿Qué diablos me estaba pasando?

-Sango…así que te mudaste para este lugar…-Dijo un hombre joven de cabello negro y vestiduras de monje.

-Excelencia…-Asintió aquella mujer mientras se quitaba la capa que cubría su rostro.

Me encontré conmigo mismo contemplando a aquella mujer de tez suave y ojos cafés, su rostro estaba algo rojo por establecer contacto directo con aquel joven. Retrocedí aburrido, toda energía en ella había desaparecido, por un momento creí que se trataba de algo más interesante, solo estaba perdiendo mi tiempo así que comencé a alejarme.

-Pero que mujer más hermosa-Dijo una voz ajena al entorno, se trataba de un hombre grotesco acompañado por una pandilla de bandidos, al ver como miraban a aquella mujer no fue difícil deducir lo que deseaban.

-Retírense por favor-Exigió ella con firmeza, pero solo acrecentó la risa lujuriosa de los bandidos.

-Eres agresiva, eso me gusta en una mujer, veamos qué tanta resistencia puedes ofrecerme sin ropa.

El desenlace era obvio, la violarían entre todos hasta saciarse y luego la matarían, pero no conté con las habilidades de aquel monje, no era tan fuerte como pensaba pero al menos pudo deshacerse de todos, al final se fueron molestos y humillados, la chica seguía con vida y yo aún estaba como un imbécil contemplando la situación…

-No dejaré que te hagan daño Sango…

-Gracias, excelencia-Dijo ella con lágrimas de agradecimiento.

-Por favor, dime Miroku.

Ella estaría bien siempre y cuando aquel monje la protegiera en todo momento, por el aroma que emanaba de su cuerpo supe que era virgen, algo que enloquecía tanto a humanos como a demonios, pero esa no era la razón por la cual me intrigaba tanto esa persona. Pasaron varios días, aún en contra de mis deseos regresaba para ver qué había de diferente en aquella mujer, con el pasar del tiempo memoricé su rutina diaria, alimentar a algunos niños de la comunidad, recolectar frutos y leña en el bosque y finalmente darse un baño en el lago que quedaba relativamente cerca de su hogar.

La esperé, oculto entre las copas de los árboles, pero no vino como de costumbre, me impacienté y decidí volver a revisar en su casa…Tampoco estaba. Sentirme tan inquieto por una humana me hizo enfurecer, finalmente decidí que la mataría en cuanto la viera de nuevo, de esa forma ya no tendría ese poder sobre mí, ella debería resignarse y aceptar que fue desgraciada en esta vida por haberse topado conmigo.

Un fuerte olor me hizo retroceder, asqueado contemple aquella escena frente a la pequeña cabaña antigua…Un cuerpo estaba colgado y ardiendo en llamas, el olor era insoportable, el cadáver casi irreconocible, cuando las llamas se extinguieron por completo divisé un pequeño rosario azul tirado a un lado…Era el cadáver de ese monje.

Seguramente aquellos hombres buscaron refuerzos y se vengaron, pero quemarlo frente a la casa de ella fue algo sorprendente, si que parecían demonios, nadie se acercaba a este lugar, las personas preferían esconderse en sus casas y pretender que nada había ocurrido, aquellos a quienes ella y el monje ayudaban no iban a hacer nada al respecto. Así de patética era la vida de los Terranos, me dispuse a irme antes de tener que contemplar la típica escena de la mujer destrozada llorando…Pero…

-¿Tú hiciste eso?-Dijo una voz detrás de mi-¡Responde!

-¿Y qué si lo hice?-Di la vuelta y la miré con frialdad, esta era la oportunidad perfecta para matarla y deshacerme de mis problemas- ¿Pretendes vengarte?

-No veo razón por la cual un Caído se moleste en venir hasta acá solo para matar a un humano-Respondió mientras bajaba la mirada, caminó lentamente hacia donde yo estaba sin mirarme.

Me preparé para matarla rápidamente, sin derramar una gota de sangre, sonreí ante la idea de quemarla junto a su amado, el fuego de la pasión se encargaría de desintegrar sus cuerpos inertes; cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, alzó la mirada, estaba llorando pero sus ojos no reflejaban tristeza alguna.

-¿Puedes decirme tu nombre?-Preguntó aún llorando.

-Eso no es de tu incumbencia, mejor recoge ese cadáver putrefacto antes de que los gusanos se den un festín-Ella cerró los ojos, le dolían mis palabras aunque deseara ocultarlo.

-Mátame…por favor, mátame y no dejes rastro de mi cuerpo. Todo esto es mi culpa.

Me sorprendieron sus palabras, pero ahora no tenía deseos de matarla, no si eso era lo que ella deseaba. Se mantuvo así, llorando y suplicándome con la mirada que acabara con su sufrimiento, comencé a caminar en sentido contrario, ella se sorprendió y me imploró nuevamente que la matara.

-Vive en carne propia ese profundo sufrimiento, sufre y retuércete de furia hasta que desees suicidarte tu misma.

Me marché a toda velocidad hasta que me detuve en aquel lago donde ella solía bañarse, no deseaba irme pero tampoco quería regresar y verla, ¿Qué ganaría con eso?, no pude matarla y eso me hizo sentir débil. Repentinamente volví a sentir aquella energía igual al primer día que la conocí, ¿Iría a confirmar mis dudas?...

La noche cayó lentamente, entre pasos silenciosos regresé a la cabaña, el cuerpo de aquel monje ya no estaba, pero lo que me encontré era mucho peor. Los hombres de la otra ocasión habían regresado, estaban desnudos violando y golpeando a esa mujer una y otra vez, se turnaban entre risas y gritos eufóricos mientras ella gritaba adolorida, suplicando ayuda y llorando desconsoladamente…Así continuaron un par de horas más, hasta que el cuerpo de la mujer dejó de moverse, ya no gritaba ni lloraba y los hombres estaban exhaustos de tanto violarla. Se marcharon satisfechos sin siquiera molestarse en vestirse otra vez…

Me acerqué y noté que aún seguía con vida, pero no por mucho, su aroma había cambiado completamente, ya no emanaba aquella dulce fragancia virginal y pura, estaba seriamente golpeada y sangraba en sus partes íntimas, su respiración era débil…

-¿Hay alguien allí?-Dijo con un hilo de voz, las lágrimas de rabia y vergüenza caían por su rostro mientras intentaba moverse pero le era imposible.

-Estás muriendo…-Dije al ver su cuerpo repleto de cortadas y moretones-Incluso has perdido la vista.

-Eres tu…-Musitó sorprendida al reconocer mi voz, tambien yo me sobresalté un poco al notar que me recordaba- ¿Por qué regresaste?

-No quería perderme la función, fue una batalla reñida-Su rostro se contrajo por el dolor, soltó un gemido bajo, sus sollozos me hicieron sentir culpable por primera vez en mi vida.

-Es tu culpa-Dijo entre dientes-Si me hubieses matado nada de esto habría pasado.

Pensé que me culpaba por no haberla ayudado, en cambio me recrimina por no haberla asesinado en la mañana cuando tuve la oportunidad, me agaché y la contemplé un segundo, en ese momento lo supe, la razón de su extraña energía.

-Tienes poderes-Dije sorprendido.

-Puedo ver el futuro, son visiones solidas, unas más que otras. ¿Cómo lo supiste?

-Tengo mis dones especiales, entonces siempre supiste que ese monje moriría por haberte salvado.

-No quise creerlo, intenté marcharme, escapar, pero siempre me encontraban, y todo porque soy virgen…o al menos eso era…

-¿Realmente quieres morir?-Ella se tensó al escuchar la seriedad de mis palabras- Puedo matarte si eso deseas, pero también podría salvarte, la decisión es tuya.

-¿Para qué me salvaría un Caído?, ¿Deseas convertirme en tu amante?

-No me hagas reír, no me interesa que seas mi amante, mucho menos después de haber sido violada tantas veces.

-Entonces, ¿Cuál es la razón?

-Ninguna, solo te estoy dando dos opciones, tú eliges.

Se mantuvo en silencio varios segundos, su corazón latía cada vez más lento, su respiración era más dificultada, suspiró con fuerza y abrió sus ojos desorbitados, intentando fijarlos en mi dirección.

-Elijo vivir…

-Bien, entonces no te muevas, voy a normalizar tus signos vitales.

-Solo una cosa-Dijo interrumpiéndome- Quiero seguir siendo ciega.

-¿Por qué?-Pregunté sorprendido.

-No quiero verme al espejo y recordar lo que me han hecho, algunas veces es mejor no ver nada, ya tengo suficiente con los recuerdos de por vida.

-Es tu decisión…

Así fue como la conocí. Me detuve al darme cuenta que ya estaba cerca de aquella vieja cabaña que no visitaba en tantos años, al entrar me encontré con ella, sentada en un rincón de la pared, con su mirada ausente, movió ligeramente la cabeza al escuchar el ruido de mis pasos, sus labios se entreabrieron en suspiro…

-Naraku…-Se tranquilizó y continuó apretando su costado con fuerza, retiré la mano y descubrí una profunda herida, sus ropas estaban manchadas de sangre y su energía vital estaba por agotarse.

-Igual que aquella vez-Musité mientras la tomaba de los hombros y la recostaba en una pequeña cama ubicada en un pasillo de la casa.

-Es verdad…solo que ahora si me ha llegado mi momento-Sonrió con desgana.

-No necesariamente…yo puedo…

-Shhh-Silenció mis labios con su dedo índice-Esta vez déjalo así, pero me gustaría verte por última vez, hace mucho que no lo hago.

-Como quieras…-Coloqué mis manos sobre sus ojos, en cuestión de segundos recuperó la vista.

-Sigues igual de hermoso…-Musitó con una sonrisa- Tu poder es sorprendente, con tan solo tocar puedes despertar los sentidos, aunque te atreviste a besar a esa chiquilla Kagome.

-No es algo que deba importarte-Dije con frialdad.

-Pero lo hiciste con la única intención de hacerme sentir mal-Sonrió con nostalgia- No cambias nada Naraku, ni siquiera se a que has venido.

-No pensaba venir…incluso sabía que iban a asesinarte.

Ella me miró fijamente, sin rabia ni odio, sonreía con sinceridad, de pronto el dolor de su costado se hizo más fuerte, la cama estaba llena de sangre, dio un fuerte suspiro para contener su dolor. Coloqué mi mano en su costado, pero ella la retiró lentamente.

-No esta vez…he visto cual será mi destino.

-Nunca he creído en tus visiones, te apuesto a que no me viste llegando hasta aquí.

-Eso es cierto, pero el destino se convierte en realidad si la persona lo desea con fuerza.

-En pocas palabras…deseas morir…

-Estoy cansada de vivir con tanto sufrimiento, si continúo con vida ellos vendrán a matarme otra vez, no hay nada que tú puedas hacer. Gracias por haber venido Naraku…no moriré tan sola como pensaba.

-Quemaré tu cadáver…-Dije seriamente, de esa forma nadie ultrajaría su cuerpo de nuevo.

-Gracias…solo quería pedirte una última cosa… ¿Podrías besarme?

-Que petición más ridícula...

-Sé que es mucho pedir para esta sucia Terrana, pero me gustaría morir con un recuerdo agradable…

Su mano tomó mi rostro, atrayéndolo con dificultad, nuestras miradas estaban fijas una en la otra, me incliné un poco pero ya había dejado de respirar cuando me acerqué a sus labios.

Allí estaba, muerta entre mis brazos, descansó en paz con una sonrisa en los labios, yo le di dos opciones, esta vez eligió la muerte como escapatoria a su sufrimiento…

-Que humana tan patética…

Quemé su cuerpo y esparcí las cenizas en lo alto de las montañas, ya no existiría el sufrimiento para aquella desdichada humana, si hay otra vida después de la muerte, definitivamente sería mucho más feliz que esta.

Me marché en silencio…ya no volvería jamás, su recuerdo permanecería en mi mente aunque no quisiera, además…antes de morir me reveló algo muy importante…

Espero que les haya gustado, dejen sus comentarios.