One-shot de Pokémon - ¿Vergüenza? (Ruby&Sapphire)

Disclaimer: Pokemon no me pertenece; fanfiction escrito sin fines lucrativos.

Línea temporal: Al final del tomo 22… creo que es ese tomo.

¿VERGÜENZA?

Capítulo Único​

Sapphire había asumido, y eso era un alivio para Ruby, que él estaba sufriendo de alguna especie de amnesia selectiva que le había hecho olvidar los momentos más convenientes para su huésped y uno de esos momentos convenientes era su declaración, precisamente. ¡Con lo que le había costado decir tales palabras! Por le menos Ruby debería estar consciente de lo difícil que era confesarse para una chica. Pero no había más que hacer aparte de esperar a que las memorias volvieran solas, pues ella no tenía la entereza para volver a pronunciar aquellas palabras que le había dicho cuando estaban a punto de entrar en el calor de una épica batalla, pues ni un golpe bien dado en la cabeza le hacía recuperar sus recuerdos.

Empero, y como es sospechado por muchos, Ruby no había perdido, ni por asomo, uno solo de sus recuerdos. Simplemente estaba fingiendo demencia, pretendiendo que había olvidado gran parte de los hechos para evadir la charla que se le vendría encima después. Y ¿por qué? Se preguntan. ¿Por qué Ruby haría tal cosa? Era un chico con suerte; no todas las personas logran amar y ser amados de vuelta. Menos si es el primer amor, ese que sabe amargo y dulce a partes iguales. ¿Por qué el chico no quería recordar que él le gustaba ella y a ella le gustaba él? La respuesta, como las reacciones de un humano, no era tan complicada. Era, simple y sencillamente, que el vanidoso coordinador estaba avergonzado. Sí, justo esa palabra: avergonzado.

La vergüenza era quien alentaba su comportamiento actual. Ese temor de actuar más cursi de lo que ya era, de tener que tomarle la mano a Sapphire, decirle todas esas cosas bonitas y extremadamente rosas que pensaba de ella, y besarla. Dios, solamente de pensarlo le daba pena. Rostros cerca. Alientos mezclándose. Labios con labios. Además, su mamá seguramente hablaría de lo precoz que era junto a su padre. ¡Tenía apenas once años! ¡No podía tener una novia formal a esa edad! Ni siquiera una de mentiritas. Y se debía añadir que, todavía, tendría que hablar con la familia de ella y eso, hasta cierto punto, lo atemorizaba.

Ni hablar. Él seguiría fingiendo que estaba enfermo de la cabeza un rato más, hasta que aprendiera a controlar sus emociones y deshacerse de la vergüenza que lo embargaba. Mientras tanto, seguiría al lado de Sapphire como si nada pasara.

¿Qué? Nadie dijo que no quisiera estar con ella.