1.  
    Mammon de  Avaricia

    Mammon de Avaricia Entusiasta

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    ¿Romance?
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    Personajes: Hermione, Draco y Harry



    Los rayos de Sol caían sobre el colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería. Hacía un día cálido, por eso la mayoría de los alumnos se encontraban descansando bajo la sombra de los árboles. El calor los devoraba poco a poco, absorviendo todas sus fuerzas.


    Pero había una persona que corría por los pasillos del enorme colegio. Su cabello rizado de color marrón se ondulaba sobre sus hombros a medida que se desplazaba a alta velocidad. Giró la cabeza y sus ojos de color chocolate se clavaron en los de un chico rubio que la perseguía.


    — ¡Sangre sucia!— los dos giraron una esquina— . ¡De esta no escaparás!


    La chica, llamada Hermione, tropezó, dándose un fuerte golpe en la barbilla. Lágrimas recorrieron sus mejillas, con la intención de aliviar el dolor. Ella mientras intentaba levantarse escuchó los elegantes pasos del chico, acercándose.


    — Vaya, vaya— le dijo Draco inclinándose hacia delante— . ¿Pero a quién tenemos aquí?— dejó una pequeña pausa antes de agregar— . A una sangre sucia — y soltó una carcajada.


    — ¿Por qué a mí, Malfoy?— le preguntó Hermione alzando la mirada hasta clavarla en sus grises ojos— . ¿Qué te he hecho?


    — Realmente, ¿lo quieres saber?— le preguntó arrodillándose a su lado. La chica no despegó sus ojos de los suyos. Notó como Draco desviaba la mirada hasta el suelo y se frotaba la nuca con la mano derecha. Pensó que la personalidad de su contincante había cambiado— . Verás...— el rubio alzó su mirada hasta penetrarla en la de Hermione— . Yo...— en ese momento se levantó rápidamente y le dijo— . ¿Qué has hecho? ¡EXISTIR!


    Acto seguido se dio media vuelta, ondeando su capa alrededor de su cuerpo y se marchó con paso rápido. Hermione se frotó la barbilla mientras recordaba la contestación que le había dado. Respiró hondo y aún con lágrimas en sus mejillas se levantó.


    Comenzó a caminar, pero cuando giró una esquina chocó contra Harry.


    — Ho-Hola— le saludó la chica con la mirada en el suelo.


    — Hermione, ¿Estás llorando?— le preguntó poniéndole una mano en la barbilla de ella. La chica gimió cuando los dedos de Harry tocaron su herida. Él le alzó el rostro y lo observó— . ¿Qué ha pasado?


    — Harry...— susurró Hermione con los ojos cerrados.


    — ¿Qué?— preguntó preocupado.


    En ese momento la chica se lanzó contra él y lo rodeó entre sus brazos. Apoyó su cara en su pecho y dejó que sus lágrimas se descontrolaran mojando la ropa de Harry. El chico se sintió inútil, así que decidió hacer algo. Le devolvió el abrazo y mientras le acariciaba el cabello le plantó un beso en la cabeza. Hermione se sintió segura a su lado y lo apretó más hacia ella. No lo quería soltar. Harry era un buen amigo y quería que siempre estuviese a su lado, que nunca se separase de ella.


    — Harry...— lo volvió a llamar.


    El chico elevó la cabeza y le preguntó.


    — ¿Qué quieres?


    — Eres un buen amigo— a la vez que le dijo eso, deslizó sus manos por la espalda de él.


    — ¿Así?— le preguntó ruborizado— . Entonces como buen amigo que soy debo saber lo que te ocurre— dejó una pausa, tragó saliva y agregó— . Por favor, Hermione, dime lo que te pasa, por favor.


    La chica se separó de él y dio un paso atrás. Observó el rostro de su amigo y acto seguido se sentó en un banco de piedra que tenía al lado. Le hizo señas para que sentase a su costado. Harry obedeció y esperó a que Hermione comenzase, pero no lo hizo.


    — Hermione, por favor, deseo escucharte— le informó con una pequeña sonrisa— . Si te da verguenza no debes tenerla, soy tu amigo... bueno— dejó una pausa— . Si quieres mejor como un hermano— y puso su brazo sobre el hombro de la chica.


    — Vale, está bien— dijo mientras se secaba las lágrimas con el dedo índice— . Verás...— dejó una pausa y le dedicó una sonrisa— . Sé que le gusto a alguien— Harry se sintió incómodo, pero aún así no desvió la mirada, sino que la clavó en los ojos de chocolate de su compañera— . Pero ese chico me odia— aquello alivió al chico de gafas.


    Harry pensó que Hermione estaba enamorada de ella, mientras él deseaba a Ginny. Se sintió culpable. Su compañera, una chica que la quería como una hermana, la deseaban, pero a la vez la rechazaban. Le plantó un beso en la mejilla y le dijo con total seguridad.


    — Tranquila "hermanita" te ayudaré con todo lo que me pidas— y le sonrió.


    — Gracias, Harry— y como había hecho él con ella, la chica le plantó un beso en la mejilla— . Muchas gracias.


    Juntos se pasearon por los pasillos de Hogwarts. Hermione sabía que si le contaba quien era el que la deseaba, Harry la abandonaría a su suerte. Pero, ¿Y si él era más bueno y aún asi la ayudaría?


    — ¿Y de quién se trata?— le preguntó con una sonrisa pícara a la vez que le daba un leve codazo. La chica lo miró con las cejas bajadas— . Hermione, ¿Qué te pasa?— se acercó más a ella.


    — Verás...— la chica bajó la vista hasta el suelo. Harry puso un brazo sobre su hombro, para que ella sintiese su protección— . Seguro que cuando sepas su nombre dejarás de ser mi "hermano".


    Harry abrió los ojos como platos, sorprendido. ¿El nombre de aquel individuo podría cambiar la relación de amigos que había entre ellos? No podía ser, era demasiado fuerte.


    — Tranquila Hermione nuestra relación de "hermanos" es irrompible— le avisó con una sonrisa.


    Hermione se paró y aún con el brazo de Harry sobre su hombro alzó la mirada hasta clavarla en la de él. Tragó saliva y pasando su mano por la cintura de su compañero le dijo.


    — Te lo diré, pero por favor, no me dejes— y una débil sonrisa se dibujó en su rostro.


    — Nunca— y le devolvió la sonrisa, pero más ancha.


    Hermione respiró hondo y dijo.


    — Creo que le gusto...—dejó una pausa para intentar leer los ojos de Harry que mostraban nerviosismo— . ...a Draco Malfoy.


    El chico se quedó pálido. ¿Draco? Pero si entre ellos se odiaban a muerte. ¿Era verdad aquel refrán que decía: el que pelea se desea?, ¿Era verdad eso?


    — Por favor, no me dejes— Hermione se aferró a la camisa de Harry con la intención de no separarse de él— . Si quieres le digo que me olvide.


    — No— aquella respuesta pilló por sorpresa a la chica que alzó la cabeza atónita.


    — ¿No?— preguntó abrazándolo.


    — No, Hermione, soy como un hermano para ti y nunca te dejaré— acto seguido le plantó un beso en la frente y la rodeó entre sus brazos apoyando su barbilla en su cabeza— . Si tú lo deseas a él te ayudaré— hubo una pausa ente ellos dos— . ¿Tú lo quieres?


    La chica abrió sus ojos achocolatados que tanto le gustaban a Harry y los clavó en su rostro. El chico supo en seguida que una relación había nacido entre uno de Slytherin y una de Gryffindor.
     
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    Aliees

    Aliees Entusiasta

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    Me gustaaaaa!!! Me encanta como narras! Sin embargo acá hay algo:

    (...)
    — ¿Así?— le preguntó ruborizado (debería ser "¿Ah sí?" creo yo)
    (...)
    Harry pensó que Hermione estaba enamorada de ella (¿no debería ser "él"?), mientras él deseaba a Ginny. Se sintió culpable. Su compañera, una chica que (a) la quería como una hermana, la deseaban, pero a la vez la rechazaban. Le plantó un beso en la mejilla y le dijo con total seguridad.
    (...)

    Pero eso es todo, a parte de eso no ví ningún error, si lo había, habrá sido muy paqueño porque no lo noté jejej ¿esto sigue? si es así avisame cuando lo continúes, sino es un buen final abierto ^^
    Besos!!!
     
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    Mammon de  Avaricia

    Mammon de Avaricia Entusiasta

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    Personajes: Harry, Ginny, Draco, Hermione, Ron

    Durante los siguientes días, Hermione no dejó de observar a Draco. Si de verdad el chico no la deseaba, igualmente ella había caído en sus redes. Él aún la seguía mirando con repugnancia, pero la chica sabía que aquella reacción de arrodillarse a su lado no era muy propio en Draco.


    — Hermione— la llamó Ron chasqueando los dedos frente sus ojos. Ella parpadeó rápidamente y luego clavó su mirada en el pelirrojo— . ¿Te ocurre algo?


    — Nada— dijo ella con un gesto de mano.


    — Hermione...— la llamó con una voz cansina— . No me mientas


    La chica se quedó parada. Ron podía leer en sus ojos lo que ella pensaba. Hermione, desesperada comenzó a buscar con su mirada ayuda. En seguida la encontró en los ojos verdosos de Harry. El chico de gafas se la quedó mirando extrañado, entonces ella asintió disimuladamente con la cabeza.


    — Ron— lo llamó él— . Es que a Hermione lo que le ocurre...— dejó una pausa para mirar los ojos de la chica como si intentase leerlos— . Es que está preocupada por que se acercan los exámenes.


    El pelirrojo abrió los ojos como platos y a la vez que se llamaba una mano a la frente dijo.


    — Ostras es verdad, los exámenes— dio un golpe en la mesa antes de agregar— . Empiezan la semana que viene, ¿no?


    A la vez Harry y Hermione asintieron. Al principio se alegraron que Ronald se acordase de los controles, pero segundos después se decepcionaron al recordar que los volvería a olvidar, suspendiendo otras asignaturas.




    Después de desayunar Hermione decidió dirigirse hacia la habitación de las chicas. Harry y Ron negaron a acompañarla ya que después tendrían que volver. Ella ya se esperaba aquella respuesta de aquellos dos así que solo se limitó a encogerse de hombros y dirgirse a la salida.


    Mientras caminaba por los pasillos estrechó los libros contra su pecho y bajó la cabeza hasta que su barbilla, ya curada, tocase la parte de arriba. Aquellla era siempre su forma de andar. Siempre llevaba consigo un libro, sino se sentía extraña, como si le faltase algo, algo muy importante. Los libros eran sus pasión, lo que la distinguían de las otras chicas, a parte de su inteligencia.


    Al girar una esquina se encontró cara a cara con Draco Malfoy. La chica agachó aún más la cabeza cuando vio que el rubio la observaba con repugnancia.


    — Lo siento...— se disculpó con una débil voz.


    — ¿Por qué?— aquella pregunta la cogió por sorpresa, no por su tono, ya quera aún de borde, si no por que parecía como si le importase.


    La chica alzó la vista y la clavó en los grises ojos del chico. El rubio la miró de arriba a bajo antes de preguntar.


    — ¿Te pasa algo conmigo?, ¿Tengo algo en la cara?


    Hermione parpadeó rápidamente y sacudió la cabeza. Negó con la cabeza y a la vez que sus mejillas se teñían de rojo pasó de largo y se dirigió hacia la habitación de Gryffindor. Draco le había pregutado que le pasaba a ella, como si le importase. Aquello era un pequeño paso que se produciría en aquella relación.




    — ¿Hermione?— le preguntó una voz.


    La chica abrió los ojos lentamente. Se había quedado dormida en la Sala Común de Gryffindor y a su lado estaban Ron y Harry esperando una respuesta de ella. Hermione cerró el libro que tenía descansando sobre su clavícula y lo dejó en la mesa que tenía a un lado. Se removió en el sofá a la vez que bostezaba tapándose la boca con una mano.


    — ¿Qué hacéis aquí?— preguntó mientras estiraba sus músculos.


    — Hermione— la llamó Harry— . Esta es la Sala Común.


    La chica observó a su alrededor. Reconoció el sofá en el cual estaba sentada, a su lado estaba una pequeña mesa donde se encontraba su libro, que segundos antes había depositado. También vio la enorme mesa que tenía detrás, donde normalmente la usaba para estudiar o hacer los ejercicios que le mandaban. Más para el fondo estaba la puerta que daba a unas escaleras que conducían al piso de arriba donde habían dos puertas: la izquierda la de las chicas y la derecha la de los chicos. Alzó la cabeza y observó la enorme lámpara que alumbraba toda la estancia. Y mientras bajaba la vista sintió el calor de la chimenea que tenía delante, donde rebeldes llamaradas danzaban sobre la leña quemada.


    — Vaya— susurró ella sentándose— . Había jurado que había llegado a las habitaciones— y se frotó la cabeza—. Que daño...me duele....


    — Hermione, ¿Qué te pasa?— le preguntó preocupado Harry.


    — Ya me dijeron que quedarse durmiendo con un libro delante producía dolor— se inclinó hacia delante y cubriéndose el rostro con las manos agregó— . Y claro, yo no hice caso — y se encogió de hombros.


    Hubo una pausa.


    — Bueno, gracias— dijo levantándose— . Ahora iré a domir— cogió su libro y se marchó— . Adiós.




    Al día siguiente la tranquilidad devoró el colegio. Era sábado todos los alumnos descansaban, ninguno estudiaba.


    Harry se tropezó con Ginny y como de habitual se sonrojó y desviando la mirada hasta el suelo comenzó a balbucear. Se frotó la nuca mientras intentaba pedir disculpas a la pelirroja.


    — Harry, Harry— la llamó ella— . Ya está, no me has hecho daño, tranquilo— le informó acariciándole la mejilla.


    Aquel gesto hizo que el chico abriese los ojos como platos y que su corazón comenzase a bombear sangre caliente con más velocidad de lo normal. Ginny deslizó sus dedos por el rostro del chico hasta que cayeron hasta el costado de la chica.


    — Lo siento— dijo por fin clavando sus ojos en los de ella.


    La chica le dedicó la sonrisa que tanto le gustaba a él.


    — Bueno, Harry me tengo que ir, adiós— le informó Ginny pasando por su lado y dirigiéndose por el pasillo.


    El chico la observó hasta que desapareció al girar una esquina. Se quedó perplejo y mientras sus ojos se perdían en la lejanía se llevó una mano a la mejilla, donde segundos antes Ginny, la chica que amaba, le había acariciado.




    — ¡Hermione, Hermione!— la llamó Harry corriendo hacia ella.


    La chica, que estaba sentada bajo la sombra de un árbol, quitó la mirada del libro para clavarla en su compañero.


    — ¿Qué pasa, Harry?, ¿Por qué vienes corriendo?— le preguntó ella observando como él se sentaba a su lado.


    El chico cogió una bocanada de aire antes de contestar.


    — Necesito tu ayuda—


    — ¿Mi ayuda?, ¿Qué necesitas?— le preguntó cerrando el libro y dejándolo sobre la hierba a un lado de ella.


    — Verás, me ocurre lo mismo que a ti— le confesó bajando el tono de voz al ver que pasaban alumnos por su lado.


    — ¿Estás enamorado?— le preguntó con una sonrisa Hermione. Harry se sonrojó y desvió la mirada hasta el suelo— . ¿Y de quién se trata?— le dedicó una sonrisa pícara a la vez que le daba leves codazos en las costillas— . Vamos, dímelo.


    El chico se quedó unos segundos observando los ojos de color chocalate de su compañera, como si ella puediese leerselos.


    — Es que...— y se frotó la nuca— . A mi me gusta mucho y ella es muy amable conmigo, no se si me entiendes— le dijo mientras se tumbaba en la hierba.


    — Claro que te entiendo— le dijo Hermione tumbándose a su lado— . Te ocurre igual que a mi, pero entre vosotros hay amabilidad.


    — ¿Hacemos un trato?— le preguntó el chico tumbándose sobre la hierba de costado.


    — Suena tentador— le dijo ella con una sonrisa echándose a su lado —. Cuenta.


    El chico recorrió con sus ojos todo el rostro de su compañera, luego se colocó boca arriba y se quedó callado, esperando a que Hermione dijese algo.


    — Vamos, Harry— le pidió ella colocando su mano sobre el pecho del chico —. No seas malo conmigo.


    Él se encogió de hombros con una sonrisa en su rostro. Unos de sus pasatiempos era hacer sufrir a Hermione, y en aquel momento lo estaba consiguiendo.


    — Bueno, te lo diré— le dijo él, colocándose de costado.


    En seguida la chica apartó su mano del chico.


    — Dime— insistió ella.


    — Yo te ayudo y tu me ayudas, ¿vale?— le preguntó él.


    Hermione asintió. En ese momento Harry se levantó y tendió una mano a la chica que la cogió en seguida. Le ayudó a levantarse, pero el chico usó mucha fuerza haciendo que Hermione chocase contra él. Durante unos segundos sus cuerpos estuvieron en contacto, abrazados. Hermione, con su cabeza apoyada en el pecho de Harry pudo escuchar que sus latidos eran muy acelerados. Seguidamente la chica se apartó rápidamente y le pidó disculpas, él la imitó.




    Cuando la semana de exámenes acabó la tranquilidad volvió a devorar el enorme colegio de Hogwarts. La mayoria de alumnos suspiraban aliviados cuando supieron que habían aprobado.


    Harry abrió los ojos como platos al ver que todos sus controles habían superado el cinco. En cambio, Ron bajó sus cejas al observar que había suspendido cinco, bajó la cabeza triste. Hermione, al lado de ellos, ahogó un grito.


    — ¿Qué ocurre, Hermione?— le preguntaron ellos preocupados.


    Ella giró la cabeza hacia sus amigos y les dijo con una débil voz.


    — Solo he sacado cinco excelentes.


    — ¿Solo?— preguntó incrédulo Ron, no se lo podía creer que ella fuese tan arrogante —. ¿Cinco excelentes y aún así te quejas?— se llevó una mano a la frente y cerró los ojos.




    Después de comer, Ron, sin decir nada, se dirigió hacia la Sala Común de Gryffindor. Hermione miró preocupada a Harry, que aún seguía con el segundo plato.


    — ¿Qué?— preguntó extrañado el chico al sentir la mirada de su amiga.


    — ¿Sabes lo que le ocurre a Ron?— le preguntó la chica.


    — No— dijo rápidamente el chico de gafas observando su alrededor.


    Clavó sus verdosos ojos en el trono dorado de Dumbledore, el director del colegio, luego en la larga mesa que había horizontalmente donde estaban los profesores. Reconoció a Hagrid, un semigigante, el cual le ayudó a salir de la casa de sus tíos cuando solo tenía once años.


    Harry... — insitió Hermione —. Ultimamente te cuesta contarme lo que te pasa.


    Dejalo— le ordenó con un gesto de mano a la vez que dejaba el tenedor al lado de su plato —. Ya se le pasará — y observando la mesa de Slytherin agregó —. Pero ahora lo más importante es tu romance, vamos que te ayudaré —acto seguido se levantó.




    Hermione, con sus típicos libros abrazados a su pecho, recorrió a paso ligero los pasillos. Al girar la esquina más cercana le esperaría Harry, el cual chocaría contra ella, según lo previsto. Y así ocurrió. La chica intentó girarla, pero chocó contra el pecho del chico, lanzándola hacia un lado. Los libros cayeron al suelo, pero el plan salió según planeado. El cuerpo de la chica chocó contra el de Draco, que pasaba por detrás. Los dos cayeron al suelo. El rubio intentó quitarse a Hermione de encima, pero ella había recibido un fuerte golpe.


    Harry se sonrió a sí mismo y seguidamente dio media vuelta y se marchó.


    — ¡Vamos, sangre sucia, sal de encima mio! — le gritó Malfoy.


    La chica abrió los ojos lentamente. Parpadeó varias veces antes de dejar escapar un grito ahogado. Sus labios estaban a escasos centímetros. La chica podía saborear el dulce aliento de él, que se adentraba por su garganta, acariciando las paredes de su esófago.


    — Lo siento— fingió Hermione levantándose.


    Lo que pasó después ocurrió rápidamente. Draco la agarró de un brazo y con la otra la pasó por encima de la cintura de la chica. Ella se sonrojó y clavó su mirada en los ojos de él. Los leyó, eran fáciles de descifrar. Pudo saber que el chico la amaba, que la deseaba. Se dejó caer y sus labios se tocaron. Hermione había deseado aquel momento varias veces y ahora era real. Le estaba besando de verdad.


    Mientras la suave mano del rubio se deslizaba por la espalda de ella adentró su lengua en la boca de la chica. En seguida encontró la de Hermione. Cuando tuvieron contacto, se acariciaron, uniendo salivas desconocidas, pero que aún así a los dos les producieron placer. Ella escuchó que el chico le susurraba.


    — Mejor vayamos a mi habitación.


    — Está prohibido— le avisó Hermione levantándose.


    —Pues vayamos a un sitio donde podamos estar tranquilos — le tentó el chico —. ¿Te parece bien a los lavabos?


    La chica con una sonrisa en su rostro asintió y le ayudó a levantarse. Miraron a su alrededor y observaron que los pasillos estaban desiertos, cosa extraña en aquel colegio-castillo. Cuando Draco se dio la vuelta vio que Hermione lo observaba, como si estuviese esperando a que hiciese algo. El chico la agarró de la mano y juntos corrieron al sitio previsto.


    — ¿Y desde cuando me deseas?— quiso saber la chica a la vez que empujaba la puerta de los lavabos.


    — Desde la primera vez que te vi— le dijo él a la vez que se colocaba detrás de ella y la abrazaba.


    — Pero, entonces, ¿Por qué me odiabas?— le preguntó ella entrando con Draco pegado a su cuerpo.


    — Nunca te he odiado, pero un Slytherin nunca debe salir con alguien de otra casa— le contestó.


    — Bueno, entonces, esto será un romance en secreto— le dijo Hermione dándose la vuelta y deslizando su lengua por el cuello del chico.
     
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    Aliees

    Aliees Entusiasta

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    *.* me encantó! Que pasión hay entre los dos! te felicito! jejeeeje ya queiero leer más y aprovecho la ocación para halagar tu formna de narrar, sin errores y fácil de seguir! Besos! Ya espero la conti!
     
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