¿Quien es mi guardian?

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por windmiko, 27 Diciembre 2008.

?

¿Que les parece el FanFic?

  1. Es muy bueno continuenlo

    88 voto(s)
    91.7%
  2. Esta mas o menos

    6 voto(s)
    6.3%
  3. Esta muy feo

    2 voto(s)
    2.1%
  1.  
    Lucy love me

    Lucy love me Guest

    Re: ¿Quien es mi guardian?

    Totalmente sin palabras!
    Hoy mismo comencé a leerlo y me quedé muy enganchada!
    Me encantaa!!!
    Por favor pon CONTI pronto a me DESESPERO!!!
    Aii mi Inu y mi Kag! Son TAN dulces!!!
    Inu es tonto mira q huir así!!! Yo lo matoo!!! ¬¬
     
  2.  
    Sumi Chan

    Sumi Chan Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    11 Junio 2008
    Mensajes:
    379
    Pluma de
    Escritora
    Re: ¿Quien es mi guardian?

    Me quedo sin aliento xD tu haces que mi lado fangirl salga xD jejeje, y mas sobre todo al imaginarme la voz de enzo furtini, ¡lo vi! ejem, jeme volviendo al tema principal me impacto que Inuyasha cocinara, Oh... amado Hanyou, cociname para mi :P ok, mi lado fangirl volvió a salir ¬¬, quiero que sepas que me encanta como expreas a Inuyasha y kagome, no sé...Como que me lo imagino al estilo anime jejeje...Oh sí, que bueno es lrer tu fic, de hecho que dia me estaba preguntando en la escuela sin nada que hacer xD
     
  3.  
    Lucy Nyu

    Lucy Nyu Lectora y amante de las buenas historias ❤

    Aries
    Miembro desde:
    28 Marzo 2010
    Mensajes:
    25
    Re: ¿Quien es mi guardian?

    hola hola!! aca reportandome ^^
    pues no me hartan para nada. Si esta interesante, me gusta leerla hasta el final. Muchas veces me cuesta seguirla xq paso ocupada, pero de lo contrario, leo desde donde me habia quedado hasta lo ultimo q se ha publicado. Asi q no te preocupes xq tu fic si me parece bastante interesante ^^

    Jejeje me imagine la escena de la rosa un poco comica xD me imaginé todo con un ambiente bien romantico cuando Kagome se recostó en Inuyasha y cuando él escucha las palabras de Kagome, como q no encuentra como actuar. En ese momento el ve que su unica salida es alejandose de ella para q no vea lo rojo q esta y sale por la ventana, casi tirandose de picada xD jajajaja Mi imaginación me hace reir muchas veces xD
    Espero q publiques la conti pronto. Quiero sabre q pasará con Rin ahora q esta indefensa, con la batalla entre Hakudoshi y Sesshomaru, con Yura, Kohaku y Sango ahora q sabes sobre los pergaminos y con Koga, Kagome e Inuyasha, ahora q el amor esta creciendo entre los ultimos dos y Koga esta quedando relegado. Koga has algo!!!!!!!! xD
    Bueno me despido después de haberte dejado esta carta xD jajaja
    Bye!!!!!!!! :rosa:
     
  4.  
    windmiko

    windmiko This is war

    Escorpión
    Miembro desde:
    2 Noviembre 2008
    Mensajes:
    825
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    ¿Quien es mi guardian?
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    2645
    Re: ¿Quien es mi guardian?

    .Una trampa especialmente para ti.


    Si no fuera porque se sentía perseguido, diría que todo estaba bien para Koga. El segundo guardián caminaba junto con Sango y Ayame; se retrasaron un poco, ya que la última hora de la clase los dejaron salir más tarde, algo que no se esperaban. El templo Aramitama aún estaba lejos. De repente, detuvo su paso y volteó hacia atrás, de nuevo percibía que estaban siendo perseguidos.

    ―Koga, ya van varias veces que te detienes ―dijo indignada Ayame―, ¿qué es lo que te sucede?

    ―No es nada. ―Cruzó sus brazos y observó todo a su alrededor.

    No estaba loco como pensaban sus amigas, su instinto mismo le anunciaba que algo iba a suceder, y posiblemente era muy normal, ¿cómo estar bien cuando se encontró con Yura Sakasagami en la preparatoria?, recordó por instantes su cuerpo tentador y lujurioso; algo que sencillamente detestaba. No obstante, no iba ganar nada preocupándose, así que el trió de jóvenes siguieron su camino… Y las sospechas de Koga fueron reveladas cuando doblaron una esquina: la youkai estaba ahí.
    Olía a cadáveres, imposible de olvidar un aroma desagradable.

    ―¿Acaso pensabas escapar de mí? ―su espada la desenfundó, se veía ansiosa por provocar una pelea con el segundo guardián de la chica sacerdotisa. Las chicas espectadoras estaban confundidas.

    ―¡No soy un cobarde Yura! ―respondió Koga con el seño fruncido―. Sango, Ayame, quédense atrás. No quiero que se metan en esto.

    La chica de cabellos naranjados estaba a punto de interferir, no le importaba si esa chica era más fuerte que ella; aunque lo dudaba mucho, Ayame era una chica fuerte y, por supuesto, con mucho carácter. Pero antes que eso sucediera Sango obedeció las órdenes de Koga, la primera reacción fue tomar el brazo de su amiga. Ambas retrocedieron varios pasos. Yura esbozó una sonrisa perversa.

    ―Esto se solucionaría si me entregaras el pergamino Aramitama.

    Desde entonces, Sango lo entendió: las palabras de su padre eran verdaderamente ciertas, imágenes de su hermano se le vinieron a su mente junto con el pergamino. Su padre no le había jugado una broma, como ella pensaba, la historia de los pergaminos y la perla de Shikon era tan cierta, como su existencia. Vaya, y ella había accedido a las órdenes de Koga siendo ella un guardián… uno pésimo para lucha, tal vez.

    ―Váyanse ―masculló el segundo guardián, su vista se clavaba en la de su contrincante―, no quiero que interfieran en la pelea… ¡Mucho menos tú Ayame!

    ―¡Koga yo puedo ayudarte!, confía en mí, juntos le daremos una paliza a esa mujer. ―A pesar que lo había dicho con fluidez, las palabras pesaban en su garganta.

    Ella no entendía quién era Yura Sakasagami, no comprendía qué él era un youkai, un monstruo para la humanidad. No podía permitir que Ayame se involucrara más de lo que ya estaba, mas ella no lo comprendía, Yura sonreía por dentro, ya se imaginaba toda la historia.

    ―¡Por favor Koga, déjame permanecer a tu lado! ―; pero las circunstancias lo obligaban a permanecer callado, ¿acaso temía la reacción de ella al saber la verdad?

    ―Sango, llévatela lejos ―dijo el joven guardián mientras tronaba sus dedos―, yo sé por qué quieres buscar a Kagome… es por esa razón te pido que comprendas Sango, una vez más, llévatela lejos.

    Ayame abrió sus ojos como platos junto con las lágrimas que rogaban por salir, era la primera vez que Koga se preocupaba por ella en una situación así; sin embargo, un escalofrió recorrió la espalda de Sango: Koga la entendía, pero ¿desde cuándo?, ¿tan obvia era en buscar información sobre su nueva misión?, aún así Sango accedió de nuevo a sus mandatos. Por lo menos su profesión comenzaba a crecer, instantáneamente se convirtió la guardián de Ayame temporalmente. Qué buen paso, su primera misión.

    ―Ayame vámonos.

    ―Pero Koga… ―la chica de coletas se calló, sintió el brazo de su acompañante. Se sintió segura por instantes―, él siempre cumple con lo que dice, ¿cuándo nos ha defraudado?

    Ambas intercambiaron miradas cómplices, en realidad que todo lo dejaban a las decisiones de Koga. Después de eso, se retiraron las dos casi corriendo; aunque ellas estaban a salvo, la identidad de Koga peligraba, no podía llamar mucho la atención de los habitantes, porque si lo hacía podrían matarlo por ser de otra raza. El plan brillante de Yura estaba dando fruto.



    Mientras que los minutos se hacían eternos para el segundo guardián, Kagura colocó su preciosa arma en su hombro derecho; Jaken como podía, escapaba de los peligrosos ataques de aquella mujer, desconocida para el pequeño sapo.

    ―¡¿Cómo te atreves a entrar a la casa del amo Sesshomaru?! ―reprochó él temeroso, tal vez deseaba creerse “el héroe”.

    ―Sólo vengo por el pergamino, cómo molestas.

    Caminó e inspeccionó la casa tan… ¿varonil?, la verdad le importaba un comino si esa casa estaba limpia o no, lo único que le importaba era el pergamino que aquella niña poseía. ¿Una niña acompañando a un youkai?, ¿eso estaba permitido?, jamás que ella recuerde, había presenciado tal cosa: una tontería. Pero dejando eso a un lado, rogaba en su mente que aquella pelea de Hakudoshi y Sesshomaru terminará pronto, qué tal, hasta ella estaba harta de seguir órdenes de un simple niño albino.

    ―¡Bruja!, cuando venga el señor Sesshomaru te dará una paliza ―amenazó, esperando que con esas palabras la geisha se asustara―, y no será nada fácil escaparte de él… porque tú tienes a Rin.

    Kagura soltó una carcajada, y con eso le bastó para concluir que ella no le temía a su amo. Su pequeño cuerpo comenzó a temblar.

    ―No seas tonto sapo, yo nunca rapté a esa niña… Digamos que sólo fue un señuelo ―explicó sonriente, parecía fascinarle la cara de sorpresa de Jaken. Comenzó a caminar alrededor de la mesa pacientemente.

    ―Mi amo es muy astuto, dudo mucho que vaya caer en su trampa.

    ―Si eso es lo que tú crees, ¿por qué razón piensas que él está peleando con Hakudoshi en este mismo momento…?



    Peleaban sin parar, aquellos dos youkai creaban los roces de sus espadas con bestialidad. Sesshomaru tenía varias heridas en su rostro, gracias a su agilidad y a su resistencia a los golpes, eso era una pequeñeces; en cambio Hakudoshi, se miraba cansado y con varias heridas por todo su cuerpo. Ya estaba en su límite. Nunca dudó del gran potencial de su contrincante.

    ―Maldición… Si tuviera en estos momentos el pergamino que Naraku tiene yo…

    Por supuesto que lo derrotaría sin lidiar, si tan sólo no hubiera sido tan obediente a su amo, en esos momentos él tuviera consigo todos los cinco pergaminos junto con la perla de Shikon. ¿Por qué Naraku se esperaba demasiado para robar la perla?, ¿qué esperaba si tenía todo lo necesario para abrir la puerta de la luna?

    ―Hmph, cobarde ―pensó, y sólo eso podía hacer.

    Tan distraído estaba en sus pensamientos; pero aún así movía con agilidad la cuchilla. Pero no se salvó que Sesshomaru fuera más rápido para tumbarlo al suelo con su propia espada, el niño albino apenas se percató de ese suceso, aunque le causó un enorme dolor no demostró nada en su rostro. Sesshomaru lo apuntó con su arma a la altura de su pecho.

    ―Un insignificante youkai creyó que iba a vencerme ―colocó el filo directamente donde estaba su corazón albino.

    Pero el orgullo de Hakudoshi lo obligaba a mantenerse sereno.

    ―Hmph, tú eres el que da lástima Sesshomaru ―dibujó una sonrisa en su rostro, apartó el arma con un par de dedos―. ¿Acaso no entiendes?, mi trabajo es distraerte.

    El youkai sólo abrió los ojos un poco más de la sorpresa, pero aún mantenía el arma apuntando hacia su oponente. Si esa declaración era otro de sus engaños no lo iba a permitir; pero dejó que Hakudoshi siguiera hablando:

    ―Naraku piensa que tú posees un pergamino… Es por eso que debo arrebatártelo ―por extraña razón, su mirada lucía más perversa que antes, como si festejara que su plan estaba saliendo todo a la perfección.

    Sesshomaru sabía que el pergamino no le pertenecía, la dueña de ese objeto era Rin. No se había puesto a investigar cómo exactamente se llamaba, debido a que poco estaba interesado en ese tema; no obstante, desde que había conocido a Rin, él ya se había involucrado en eso inconscientemente.

    ―Si lo tuviera en mi poder, no se los daría ―aclaró el guardián de Rin, causando que Hakudoshi se carcajeara un poco.

    ―Ya sabía que dirías eso, típico del señor Sesshomaru. Es por eso que tomé otro método para quitártelo ―dijo el albino―, como dije antes, mi deber es distraerte… Si me matas en este momento, tus acompañantes sufrirán las consecuencias.

    “Acompañantes”, esa era la palabra que no le gustaba, el único que estaba a salvo era Jaken, quien cuidaba la casa. Sesshomaru había ido a pelear para rescatar a Rin, la noche anterior Kagura la secuestró y le comunicó el desafío de Hakudoshi, entonces… ¿a qué se refería con aquella palabra?

    ―¿Crees que me importa? ―aún así, Sesshomaru disfrazó sus dudas con su mirada gélida.

    ―Eres un youkai digno de admirar. Seguramente están despedazados por las cuchillas de Kagura.

    Harto de las palabras del niño, clavó la espada en el pecho de Hakudoshi. Se fue volando sin nada más qué decir, incluso dejó la espada clavada en él. Ahora el guardián ya comprendía todo: nunca habían secuestrado a Rin, todo fue un truco para que él fuera a la trampa y Kagura aprovechara para buscar el famoso pergamino, claro, sin él todos estaban propensos al peligro. Sesshomaru se molestó consigo mismo, ¿cómo pudo dejarse llevar así nada más?

    Hakudoshi cerró sus ojos, no por el dolor que le provocaba el arma clavada en su corazón, ni tampoco por la deshonra de perder contra él. Simplemente fue porque estaba cansado, no se levantó para nada, se quedó acostado sobre la tierra rocosa junto con la espada.



    InuYasha, el hanyou de ese lugar y guardián de Kagome, salió en busca de cierta persona, el único individuo que lo podía auxiliar en su problema actual. Después de todo había apostado algo con el anciano, que, por más que no quisiera, tenía que cumplir.

    ―¡Oye Taigokumaru! ―llamó él la atención en el patio.

    ―¿Qué quieres?, hijo del gran Taishou ―escuchó una voz detrás de él―, ¿ya aceptaste tu derrota?

    Y ahí estaba, con su semblante triunfador, ¿y cómo no estarlo?, si aquel anciano le había ganado en una pelea de espadas. La apuesta era que si él ganaba, InuYasha iba a entrenar a la manera de Taigokumaru. Ese anciano era uno de los sirvientes de su padre, quien lo había salvado de las garras de Naraku en una ocasión.

    ―Eso ni pensarlo, yo combatí perfectamente ―InuYasha esbozó la típica sonrisa de orgulloso, cruzó sus brazos arrogantemente―. La espada vieja y oxidada que “la gran Midoriko me otorgó” está tan vieja.

    Inexplicablemente, el anciano sintió una presión en su pecho; pero fue tan rápido que pasó que ni siquiera le importó.

    ―InuYasha, debes aprender a aceptar tus derrotas. Además debes aprender a controlar tus sentimientos, de lo contrario, te harás daño a ti y a la persona que intentas proteger.

    El guardián sólo bufó, con aquellas sencillas palabras se le vinieron muchas cosas a la cabeza. Uno de esos recueros fue a Kagome, ¿por qué debía controlar sus sentimientos si lo único que deseaba era aprender las técnicas de la espada?, la única respuesta posible, era simple: Taigokumaru estaba enloqueciendo.

    ―Si me vas a entrenar será mejor que te apresures, no tengo tiempo para tus aburridos sermones ―dijo InuYasha, desenfundó su espada con total rapidez.

    ―Bueno, sólo te advierto una cosa ―él también desenfundó su espada, ésta era más grande y mucho más oxidada a comparación que del guardián―. Esto no será nada fácil, tendrás que estar dispuesto a darme toda tu fuerza…


    `+++

    Lucy love me: Bienvenida linda, espero que te guste esta continuación.
    SuMi-cHan: Yo un aspecto que valoro son los hombres que cocinan, ahora las mujeres sólo cocinamos mientras ellos hacen otras cosas. Por eso agregué ese detalle a la historia ;).
    Kennikag: Gracias, la verdad que la escena de la rosa se me ocurrió a mí, no me gusta mucho los típicos romances que ya saben todos cómo finaliza y se me ocurrió ese pequeño detalle. Uff, y la tardanza de la continuación es culpa mía x´d.
     
    • Me gusta Me gusta x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso