de Naruto - ¿quién dijo que no podía amar? [itako] [terminado]

Después de tanto tiempo traigo otra historia la cual espero sea de su agrado.
PD: los personajes conservarán su personalidad, caracter y asdf.

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¿Quién dijo que no podía amar?​

La noche era muy fría, la luz de la luna iluminaban sus pasos. Hacía ya dos días que habían salido de aquella cueva, la cual habitaban desde hace mucho tiempo. Sentían un enorme cansancio ya que no habían descansado de la anterior misión cuando enseguida les encargaron otra; que si era realmente importante. Pein decidió encargarsela a ellos ya que Itachi era el más rápido y astuto del grupo.


Uchiha Itachi y su compañero Kisame se dirigían hacía la aldea de la niebla, donde le entregarían un importante pergamino el cual utilizarían para capturar al Jinshuriki del Kyubi. Finalmente llegaron al lugar antes mencionado donde los recibió un misterioso hombre. Tomaron el pergamino y enseguida partieron de vuelta a la Cueva.


Pasaron dos día más. Kisame e Itachi ya estaban de vuelta, entraron para encontrarse de frente con Pain y Konan. Itachi le entregó el pergamino para luego retirarse a descansar.


—¿Por qué será tan serie? —comentó la chica del origami.

—Me importa poco como sea —habló Pain de manera despectiva.

—“A ti no, pero a mi si” —pensó la muchacha.

—¿Vas a quedarte ahí o vienes? —preguntó.

—Saldré un rato a tomar aire fresco, este encerramiento me sofoca —le explicó para luego desaparecer.

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Caminaba sin rumbo fijo, de hecho no prestaba atención hacía donde se dirigía, su mente estaba ocupada por alguien más. En ocasiones llegaba a frustrase ya que no sabía como hacer para acercarse a la persona de la cual se había enamorado, sí Konan se había enamorado como una tonta de Uchiha Itachi, o eso era lo que pensaba; claro, nadie más que ella lo sabía… o eso creía. Venía tan sumida en sus pensamiento cuando una fuerte explosión la sacó de ellos, imaginaba quien había sido.


—¡Párate allí imbecil que voy a acabar contigo! —le gritaba Deidara a Tobí quien corría para que las bombas de Deidara no lo alcanzaran.

—Señorita Konan por favor ayude a Tobi Deidara – sempai lo quiere volar en mil pedazos —suplicaba el hombre de la mascara escondiendose detrás de ella.

—¡Cobarde no te escondas detrás de ella umh! —expresaba muy molesto el rubio artista.

—Ya dejense de tontería, y tú Tobi, desaparece —ordenó molesta.

—Al parecer alguien no está de buen humor hoy… umh —dijo con una sonrisa de picardía el artista.


La sonrisa de Deidara se debía a que él ya se había dado cuenta de los sentimientos de Konan hacia Itachi, sólo que no se lo había mencionado por discreción y respeto, pero a que había un poco más de confianza le soltaría lo que sabía, aunque ya sabía que lo negaría.


—¿A qué se debe tu mal humor, te rechazaron acaso? —preguntó sin delicadeza alguna, así era él.

—¿Rechazaron? ¿De qué estás hablando? —cuestinó un poco nerviosa, cosa que no notó el joven rubio.

—No te hagas, se que te interesa ese estupido Uchiha, —le soltó—, No pierdas el tiempo él se enamora de nadie, ni siquiera tiene sentimientos es una persona sin alma capaz de asesinar a quien sea —le dijo en tono serie.

—¿Tú qué sabes? ¿Acaso conoces el corazón de las personas para juzgarlas? —interrogó muy molesta, tanto que levantó al muchacho por el cuello de la túnica— además no es tu asunto si él se enamora de mí o no, preocupate por ti mismo y buscate una novia que bastante falta que te hace —le aclaró para luego desaparece.

—Eso intento —susurró para luego fruncir el seño.


No muy lejos de allí se encontraba un personaje que había escuchado toda la conversación sin querer. Uchiha Itachi se encontraba meditando y descansando en una rama de un árbol, cuando derrepente escucho platicar a unas personas que ya conocía, no le dio importancia alguno hasta que escuchó su nombre salir de la boca del rubio explosivo. Sus oídos no podían creer lo que estaba escuchando, quizás era una mentira y ese rubio se había equivocado, pero, ella tampoco lo había negado; ¿sería cierto?

Por suerte ninguno de los dos había notado su presencia ya que había suprimido el shakra para que nadie lo molestara ni lo encontrara.


—La vida da muchas sorpresas y esta me tomó desprevenido —susurró para luego sonreir levemente.


CONTINUARÁ…

 

Hola a tod@s acá les traigo el segundo capitulo de esta corta historia, espero sea de su agrado.

Agradecimiento: quiero darle las gracias a las personas que han leído la historia. Cualquier duda o crítica constructiva no duden en comentarmela.

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Capitulo 2​

En una oscura habitación se encontraba descansando Uchiha Itachi, intentaba dormir, pero se le hacía imposible; aún no podía olvidar lo que había escucha hace poco… jamás imaginó tal cosa.

Daba vueltas y vueltas en su cama, pero ya era un hecho que no pegaría un ojo en toda la noche. Tomó su capa y salió de la cueva, necesitaba pensar; pero, ¿en qué? ¿Si él no siente tal sentimiento por esa mujer, o sí?

Según Itachi, Konan llevava una relación con Pein, o eso pensaba debido a la cercanía de ambas personas. Algo dentro de él se había removido.


—Este tipo de cosas no me pueden estar pasando a mi —dijo lanzando sus palabras al viento.


Los rayos del sol comenzaban a salir, pegandole en la cara a cierto Uchiha que no había dormido en toda la noche. Decidió regresar a la cueva encontrande con Deidara quien estaba parado en la entrado con los brazos cruzados.


—¡Hey! ¿De dónde vienes? —preguntó el chico de las bombas con mucha curisidad, por lo cual Itachi ni se molestó en contestar, simplemente lo ignoró.

—Estupido ¿Quién se cree para ignorarme? —dijo entre dientes y con los puños apretados.


Uchiha Itachi siguió su camino adentrandose en la oscura cueva, topándose luego con Pein y Konan quienes se dirigían hacia la salida. Trató de ignorarlos, pero el hombre de los piersen lo detuvo para luego preguntarle el por qué de su salidá a tan altas horas de la noche, Itachi sólo respondió que no tenía sueño y luego siguió su camino; no sin antes voltear y notar que Konan también lo estaba observando, sus miradas se cruzaron la una con la otra, y, por primera vez el poseedor del sharingan sintió como si algo se le removía en el estómago.


—¿Podrías discimular al menos? —espetó secamente el de pelo naranja—. No me mires así, si hay alguien tan observador como el Uchiha, soy yo por lo que he notado la manera en que lo miras —le explicó.


—¿Así? —sonrió de manera discimulada—. No me hago ilusiones con él, Uchiha no tiene tiempo para enamorarse, a veces me preguntó ¿Qué pasará por sus pensamiento? —explicó mientras su mirada se enfocaba en el rubio que estaba sentado en la entrada de la cueva moldeando unas figuras con arcilla.


—No es el único hombre en esta cueva en el cual te puedes fijar —le comentó— él por ejemplo puede ser una opción, es más sociable —explicó señalando a Deidara quien volteó a mirarlos como si supiera que estaban hablando de él.


—¿ÉL?, Deidara está loco, antes prefiero quedarme soltera —le dijo molesta.

—jajajaajaja —rió descaradamente cosa que le extrañó a la joven.

—¿Se puede saber qué tanto miras? —le reclamó al artista el cual hizo un gesto de desagrado.


—Oye líder, dile a las personas que cocinan que no le coloquén tanta pimienta a las comidas, parece que alguien no las tolera —dijo con una sonrisa burlona.


—Payaso —expresó molesta para luego irse.


Se adentraba más y más a la cueva, a un lugar que nunca había visto, era oscuro, frío, pero, a lo lejos se veía el reflejo del sol. Caminó hacia donde le indicaba la luz para luego encontrarse con una cortina de ramas, se preguntaba ¿qué habrá detrás de esa cortina?, también se escuchaba el sonido de una cascada. Caminó hacía la cortina de hojas, separó las ramas para luego sorprenderse con lo que estaba viendo, era como un claro, en ese lugar habían muchos árboles de cerezo, un riachuelo y la pequeña cascada que bajaba desde la montaña; sonrío por la hermosura del lugar. Caminó hasta el riachuelo donde tomó un poco de agua y se lavó la cara, necesitaba distraerse un poco; es dificil convivir con tantos hombre.


Iba a levantarse para sentarse o recostarse en el pasto, pero se sorprendió al ver el reflejo de Itachi en el rio, se levantó discimuladamente sin demostrar sorpresa para luego preguntarle.


—Uchiha. —nombró—. ¿Qué haces acá? —preguntó.

—Te iba a hacer la misma pregunta —le dijo— ¿cómo llegaste hasta aquí?

—Sólo me dediqué a explorar la cueva, y me dio curiosidad la cortina de hojas que tapaba la salida, este es un lindo lugar —explicó para luego regalarle una sonrisa.

—Sí lo es —contestó.


Itachi se recostó en el pasto, para luego decirle a konan que se sentara, ese gesto tan amable sorprendió a la chica la cual aceptó gustosa.

Konan se quedó mirando las nubes por un momento sin darse cuenta que alguien la observaba discimuladamente. Itachi en un momento la detalló y se dio cuenta de que no era como él pensaba, detrás de esa mirada fribola hay una chica dulce, o eso creía; sonrió levemente para luego cerrar sus ojos.


—Uchiha, —habló, por lo que el mencionado abrió un ojo—, ¿alguna vez has pensado en lo que esperas de la vida, o simplemente vives por vivir? —preguntó para luego dar un suspiro.


—El motivo por el cual sigo viviendo es mi hermano menor —expresó para luego sentarse— lo que espero de la vida es que él sea mejor que yo en todos los aspectos —le explicó.


—Te entiendo, pero, no has pensado en formar una familia —interrogó, para luego sonrojarse al darse cuenta cometió una imprudencia— ahora que recuerdo; debo irme —dijo un tanto nerviosa.


—¿No vas a esperar a que conteste tu pregunta? —preguntó Itachi mientras tomaba su mano para detenerla.


CONTINUARÁ…

 

Saludos: Hola acá les traigo el tercer y ultimo capitulo de esta corta historia, espero les haya gustado.

PD:Por cierto acá les dejo el lindo de una historia que comencé a principio de año, pero que por cuestión de tiempo no pude continuar, pero que ahora la seguiré acá el link ---> Siempre a tu lado

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Capitulo 3: Enseñame a Amar​

La chico se sorprendió por tal acto. Su corazón latía a mil al sentir la mano del otro muchacho. Quería correr pero sus pies no le respondía, sentía que las piernas se le desvanecerían en cualquier momento. El la haló para que se volviera a sentar, pero la chica perdió el equilibrio por lo cual el también; cayendo encima de ella.


Abrieron sus ojos encontrándose la mirada del uno con el otro, los ojos de Uchiha Itachi eran tan profundos como un pozo sin fondo. La joven notó que el chico acercaba su rostro más y más, acortando así la distancia y rosando sus labios con los de ella. Abrió los ojos a más no poder, eso tenía que ser un sueño, Uchiha Itachi la estaba besando. La chica cerró los ojos correspondiendo el corto beso, el cual ella rogaba porque no terminara.


—Perdón… —se disculpó el muchacho ante la mirada apenada de la chica— no debí hacer semajante cosa.


—Está bien, supongo que fue una equivocación —dijo un tanto triste.


—No lo fue —corrigió— lo hice consciente —aclaró.


—Pero, ¿por qué? —indagó haciendo la pregunta.


—No puedo explicartelo ahora, ni yo mismo sé, pero encuanto lo aclare te lo haré saber —explicó en tono calmado para luego desaparecer en una nube de humo.


—Esto es peor que un rechazo —suspiró cansanda.

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Un mes había pasado desde que sucedió esa crecanía entre Itachi y Konan, las cosas transcurrían de manera normal, cada pareja en sus misiones; aunque ahora Deidara intentaba cortejar a Konan, cosa que no le resultaba ya que ella misma le dio que no le correspondería porque ya amaba a alguien más, el joven artista se molestaba de sobre manera al saber quien era esa persona.


Deidara se encontraba moldeando una de sus arcillas cuando de repente escuchó un grito que provenía del bosque, enseguidá moldeó el ave para poder observar desde arriba. Una chica corría casi sin fuerzas, siendo perseguida por tres hombres que la acorralaron en un árbol.


—Danos el pergamino o te juro que te mataremos ahora mismo —amenazó uno de los hombre.

—No te daré nada imbecil —dijo casi sin fuerzas.

Deidara al ver que el hombre sacaba un cuchillo se apresuró al rescate de la joven, pero el hombre ya había clavado el objeto puntiagudo en el abdomen de la muchacha cayendo al piso sin fuerzas. Comenzó a lanzarle pequeños dardos explosivos para alejarlos del sitio. Bajó del ave y se acercó a la chica quien estaba perdiendo mucha sangre.


—Resiste, te llevaré a que te curen —le dijo para luego hacer otra ave de arcilla, montó a la muchacha y voló hasta la cueva.


Pein se sorprendió y hasta se molestó por la imprudencia del artista al traer a esa mujer a la cueva. Deidara le dijo que no la podía dejarla allí, que al parecer llevaba algo importante en su poder o eso le había escuchado a esos hombres que querían matarla. Pein le pidió a Konan que la tratara, pero la herida de la chica era demasiado profunda, así que recurrió a uno de los sellos curativos que estaban entre las cosas de Pein, por suerte lograron salvarlo, sólo que estaba muy debil.

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Dos días habían pasado desde entonces, itachi se encontraba con Kisame en una misión la cual finalizaba hoy. El hombre pez había notado que su compañero se comportaba raro desde hacía días, pero no encontraba la razón.


—¿Te ocurre algo? Itachi-san —preguntó algo curiso.

—¿Por qué lo preguntas? —respondió.

—Porque te he notado raro desde hace varias semana, tu semblante ha cambiando un poco, ahora te ves más alegre y no tan fría —explicó intentando entenderlo.

—Son ideas tuyas —espetó.

—Si tu lo dices…

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Caminaba de un lado a otro de manera desesperada, casi que se agarraba de los pelos, él conocía muy bien a esa muchacha que había rescatado, era normal que se encontrara por ese lugar, la aldea de la roca no estaba muy lejos de allí ¿pero que era eso tan importante que llevaba?


—¿Por qué no despiertas? Umh —dijo con frustración.


Y como si la chica lo hubiera escuchado, abrió los ojos y mayor fue sorpresa al ver que quien estaba frente a ella era su mejor amigo, aquel que creía muerto. Deidara se puso un poco nervioso al ver la cara de sorpresa de la chica.


—¿Dei…Deidara? —dijo con voz debíl.

—Hola Sashiko —le saludó en tono serio— me alegra que ya estés bien, tenemos mucho de que hablar.

—Lo mismo digo —expresó mientras una lágrima recorría su mejilla.

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Entró a la cueva sin que nadie lo notara iba dispuesto a hablar con Konan, siguió hasta el claro donde se habían visto la ultima vez, pensó que quizás la joven estaría allí; y no se equivocó. La chica estaba sentada a la orilla del riachuelo mojando sus pies y mirando las nubes. Itachi, a pesar que era un hombre serie, frío y calculador como todos lo veían, también tenía sentimientos; sentimiento que ya no podía esconde.


—Ya tengo la respuesta a tu pregunta —habló asustando a Konan quien estaba distraida— perdón si te asusté.


—Tonto. Me asustaste —dijo poniendo su mano en el pecho— ¿y esa repentina aparición? —preguntó con una sonrisa de medio lado.


—Ya te dije —contestó serio— la razón por la cual te di ese beso es porque… me he enamorado de ti —le confesó sin rodeos.


—¿Qué? —la chica no lo podía creer— ¡si lo que quieres es burlate de mi, dejame decirte que no lo voy a permitir! —le reclamó muy molesta.


—Jamás haría algo que te lastimara, al contrario —le dijo— permiteme demostrarte lo que siento por ti, y vamos a permitirnos a los dos ser felices y formar una familia —terminó de decir para luego tomar a la chica por el rostro y fundirse en un suave pero dulce beso.


Por ti conocí el amor verdadero y a vivir por algo que si valga la pena, ahora eres y siempre serás el motivo de mi existencia. No importa cuan grande sea la adversidad una sonrisa tuya, una caricia, un abrazo o un tema son mi fuerza para ir en contra de quien sea.

Fin​