¿Qué pasaría si...? (Pein-Tema, Dei-Ino, Saso-Hina, Ita-Ten, Sui-Saku)

Re: ¿Qué pasaría si...? (Pein-Tema, Dei-Ino, Saso-Hina, Ita-Ten, Sui-Saku)

Capitulo 5

''¿Quién irá y quién no?''​

El ambiente era silencioso en el lugar, pero específicamente para una peli rosa era tedioso y aburrido, estaba ya bastante harta de no poder irse de susodicho lugar pero le aburría estar ahí sin tener nada que hacer. Observaba a todos los ahí presentes con el ceño fruncido y mirada de aburrida.

Ino se encontraba sentada sobre la mesa de la cocina con las piernas cruzadas y apoyada sobre sus brazos detrás de ella, a un lado estaba Deidara con una pierna sobre la mesa y la otra chocando con el suelo, conversaban tranquilamente ya que Sasori no los dejaba mirar televisión. El ya mencionado estaba sentado frente al televisor, con el control remoto el la mano izquierda cambiando insistentemente el canal.

Juugo conversaba con Zetsu frente a la puerta, recordaban sus momentos en la secundaria y muy seguido se escuchaban risas; si Zetsu se reía, Juugo fruncía el ceño y le golpeaba el hombro, exactamente lo mismo cuando a Juugo le causaba gracia.

Sasuke, Karin y Suigetsu 'conversaban' sí es que así se le podía llamar; Karin hablaba y hablaba, Sasuke escuchaba pacientemente las palabras de la joven, con los parpados cerrados y de vez en cuando asintiendo con la cabeza. Suigetsu miraba a la muchacha con aburrimiento y bostezando muy seguido, hasta que se harto y ofendió a la chica para iniciar una pelea.

Pain e Itachi se habían sentado en un sillón cercano a hablar de sus entregas pendientes y clientes perdidos, no les era de gran agrado ni muy entretenido, pero ambos sabían que de no hacer eso, tendrían que estar aburriéndose como la joven de hebras rosáceas. Tenten y Temari, también hablaban de 'negocios' con excepción de que con ellas era otro caso, se reían de sus experiencias y de las maneras tan tontas y simples con las que habían esquivado a los 'estúpidos' según sus palabras, policías.

Hinata estaba sentada en un sofá escuchando música discretamente, casi a punto de dormirse, como lo había hecho Kakuzu, ya que estar ahí sin poder hacer nada le parecía una perdida de tiempo, por lo tanto, de dinero también por lo que se fue a dormir y de esa manera no desperdiciar la noche en ello.

Hidan y Kisame discutían de quién era más guapo, hábil y deseado por las chicas, pero, como era lógico, no llegaban a un resultado que fuera satisfactorio para ambos.

Temari y Tenten terminaron por aburrirse, y por ser de las más poco calladas y reservadas del grupo de jóvenes, dieron a conocer esto.

—¡Ya me aburrí! —gritó Tenten a todo pulmón dejando caer sus rostro sobre sus manos bruscamente, excluyendo a Deidara e Ino, todos voltearon a verla.

—Yo también ya me aburrí. —concordó Sakura levantándose de su silla a un lado del ventanal.

—¿Qué propones que hagamos? —preguntó Deidara, mientras, únicamente, giraba su cara hacia la muchacha, con mirada de fastidio.

—No lo sé, cualquier cosa.—

—Podemos dormir como lo hace el avaro. —propuso de forma divertida Hidan abandonando su discusión, dejando así un Kisame enojado a causa de que lo ignoraran.

—No sé ustedes, pero yo dormí como 10 horas, entonces no tengo ni una pizca de sueño —declaró Tenten con los brazos cruzados.

—Podemos ir a bailar a un lugar que conozco —propuso Deidara.

—Me parece buena idea —secundó lo dicho la muchacha de ojos celestes.

—Me agrada. —comentaron al unisono Tenten y Temari, entusiasmadas por lo mencionado ya que la charla les comenzaba a parecer aburrida a ambas.

—¿Por qué no? Vallamos —concordó Sakura. Itachi y Pain miraron al rubio apoyándo su idea. Saori volvió la vista al rubio y cerró sus párpados levantando el rostro, tanto tiempo con el muchacho le habían hecho entender a Deidara lo que eso significaba; un simple 'si'.

—P-pero, e-está lloviéndo muy f-fuerte —intervino la joven Hyuuga con su típico sonrojo acompañándole. Tenía razón la joven ¿Cómo saldrían de ahí si el cielo se estaba callendo? Como era de esperarse, el lider del grupo de los muchachos tuvo una solución.

—En mi camioneta cabemos todos. —ofreció Pain con su semblante frío pero de muy amable modo para su manera de ser.

—B-bueno, i-iré—

—Yo no iré. —sentenció el menor Uchiha.

—Sí él no va, supongo que yo tampoco. —musitó la pelirroja.

—Qué aburridos son, yo si voy —dijo el joven de cabello blanco levantándose de su asiento.

—Kisame está dormido. —manifestó Temari observando al aludido con pena a ajena.

—¿Quén se duerme en un momento así? —dijo sorprendida la muchacha de ojos esmeralda.

—Ese rarito, supongo que él no irá.

—Yo tampoco. — sentenció Zetsu.

—Eso es algo que se puede hacer cualquier otro día, me quedaré con Sasuke y Karin. —espresó el muchacho alto.

—¡Oye! ¡Con nosotros no te quedas! Será con el rarito ese. —reclamó Karin haciendo desacomodar sus gafas al primer grito.

—¿Rarito? —preguntó indignado el ya mencionado.

—No te molestes Karin. —concretó el muchacho haciendo caso omiso a las palabras de Zetsu. A causa de que no le gustaba pelear con ella le dio la razón a pesar de que no lo quisiera, una vez esfumado el enojo de la muchacha el joven murmuró un pequeño 'loca' que Karin no alcanzó a oír, por lo tanto, no hubo razón alguna para comenzar un enfrentamiento de miradas o palabras.

—Yo me apunto. —musitó Hidan con notable entusiasmo, el que intentó disimular y le dio muy malos resultados; para su desgracia, según dijo el joven, mágicamente apareció Kakuzu y reclamó.

—Tú no irás, hay que ir a cobrar. —declaró el moreno parado frente a Hidan con una frívola pero aterradora mirada.

—¿Por qué hoy? El cielo se cae. —reclamó el joven cruzando los brazos.

—No les es impedimento para ir a bailar. —manifestó sin borrar de su rostro el semblante serio que tanto atemorizaba al muchacho de hebras plateadas.

—Pero es distinto. —expresó girado el rostro en otra dirección.

—Cállate y vamos o nos pagarán hasta la próxima semana... —

—Me sé el cuento. 'Y tenemos muy ocupados esos días como para gastar el tiempo en lo que pudimos hacer antes'— masculló enronqueciendo su voz para burlarse del muchacho.

—No tienes excusa.

—Vete a dormir y déjame en paz.

—Ya dormí lo suficiente.

—No iré contigo a cobrar. —sentenció el joven de ojos color púrpura para después girar sobre sus talones y alejarse del muchacho.

—Irás porque te lo ordeno y soy tu jefe.

—Mi jefe es Madara. —dio media vuelta mirándole desde un angulo alejado.

—Del equipo siempre lo he sido yo.

—¡Imbécil! —como respuesta el moreno se acercó al muchacho y le tomó la oreja con mirada pacífica. Comenzó a caminar hacia la puerta con un muy fuerte agarre en el oído del muchacho. Abrió la puerta y ambas siluetas desaparecieron del lugar, importándole poco a Kakuzu la tormenta que caía sin piedad alguna sobre aquella cuidad, agitando fuertemente las copas de los árboles y obligando hasta a los insectos a refugiarse de ella. El morendo soltó a Hidan y éste, al no tener otra opción, subió al automóvil color negro en el asiento de copiloto. Kakuzu prosiguió a encender el automóvil y se fueron de ahí.

Dentro de las casa ocurría una batalla campal entre sexos opuestos.

—¡Yo no soy ninguna aburrida, idiota! —gritaba una muchacha de cabello color escarlata.

—Si lo eres —musitó un joven de hebras blanquecinas dándole la espalda a la muchacha.—. Loca.

—¿A quién estás llamando loca?

—A la loca que esta frente a mí. —expresó una vez que chica se había parado frente a él.

—¡¿Quién te dio el derecho de llamarme así?!

—Yo.

—Eres un...—

—Oye tú... ¿Te quedarás? —intervino Deidara en la discusión, se encontraba en la puerta a punto de salir por completo y cerrarla. Suigetsu se encontraba tan concentrado en ofender a la muchacha que no había notado que ya la sala se encontraba casi por completo vacía.

—Voy. —el joven se encaminó con pasos rápidos a la puerta ignorando completamente a Karin.

—¡No me dejarás con la palabra en la boca, tarado! —ordeno la chica indignada.

—Si lo haré. —el joven cerró la puerta tras de sí dejando a Karin con la palabra en la boca.

Continuará...​

¡Ajáh! Te dije que te terminaría hoy estúpido capítulo. [No lo tomes a mal x'DD] Bueno, me motivé y hoy escribí más de lo que había escrito en toda la semana [tenía sólo un párrafo xD]

Okey ya he dejado el capitulo, muchas gracias a todos los que dejaron sus comentarios lo que si vi fue que hubo varios que fueron Spam, y fueron borrados, me gustaría que dejaran que les pareció porque, que parte creyeron que fue mala o cosas por el estilo para que no se consideren de esa manera, es una sugerencia.

Este capitulo se lo dedico a Cechuus, por haberse tomado la molestia de venir y comentar.Y porque eres muy genial y muy súper, amiga.

Sin más me retiro.
¡Sayonara!

 

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Cantidad de palabras: 1,541

Capítulo 6


“Una falla puede ser de gran ayuda”​

Avanzaba por el sedero empedrado en la carretera que parecía no tener final. Un lugar que parecía estar en medio de la nada por el que ni siquiera un alma en pena se atrevería a vagar; tan solitario y lúgubre que era sorprendente ver pasar aquella camioneta de color blanco, alumbrando por segundos los fragmentos del camino con los faros delanteros.

Era algo imposible también imaginar que diez jóvenes yacían dentro de ella ocupándose en sus asuntos. Muchachos que planeaban pasar una velada de diversión en su próximo destino.

Dentro del vehículo había cuatro filas de asientos, ocupadas a conveniencia de la mayoría; en la primera se encontraban Pain e Itachi ambos con la vista perdida en el frente, tal parecían hipnotizados con el vaivén del limpiaparabrisas que quitaba unas cuantas gotas del vidrio.

En la fila siguiente se podía observar a Temari y Tenten, se distinguían risas entre lo que parecía ser una charla de ‘negocios’. A un lado de ellas, con la vista perdida en la ventana a su lado se encontraba Sasori, ignorando todas y cada una de las palabras pronunciadas por las muchachas.

Detrás de ellas conversaban con notable entusiasmo dos rubios, Ino y Deidara, en el poco tiempo que llevaban de conocerse ya se habían convertido en grandes amigos, a tal grado de poder confiar en el otro y contarle toda su vida como lo habían hecho ya.

Y por último, en la cuarta fila, se observaban tres melenas de peculiares colores; Sakura, Hinata y Suigetsu. Sakura estaba sumida en sus pensamientos mirando la ventana a su lado, estaba ya fastidiada, aburrida y harta del viaje, pero se reservaba los comentarios. A su lado, el muchacho tenía el celular en las manos enviando un mensaje de texto, no se veía entretenido pero al igual que la muchacha de esmeraldas orbes, se guardaba sus comentarios negativos. Por último, a un lado de la ventana contraria estaba Hinata, escuchando música con los audífonos puestos.

—¡Al diablo! ¡¿Ya vamos a llegar?! —preguntó de manera impaciente la joven de mirada achocolatada, cansada de los ya 20 minutos de viaje.

—Ya casi. —aseguró Itachi sin despegar los ojos del frente.

—Bien.

Y el viaje continuó, la mayoría se comenzaba a fastidiar, algunos agradecieron no padecer de claustrofobia ya que hubiera sido aún más tedioso. El cansancio se comenzaba a notar en el muchacho de cabello naranja, manejar tanto no era muy de su agrado. Pero se alivió al divisar el susodicho lugar.— Llegamos. —mencionó al momento de parar la camioneta.

El rubio, quien anteriormente había propuesto la idea de ir, abrió los ojos a más no poder al asomar su vista en la ventana.— ¡A qué la…! —pronunció al tiempo de soltar un puñetazo al sofá haciendo sobresaltar a la muchacha de celestes ojos.

—¿Qué ocurre?

—Cerrado por remodelación, disculpe las molestias. —leyó en voz alta Uchiha y giró su vista a los demás presentes. Se distinguieron reclamos de parte de todos con excepción de Hinata y Sasori.

—B-bueno, podemos hacer o-otra cosa, ¿v-verdad? —comentó la joven con pigmentos azulinos en la cabellera.

—Si, claro; podríamos si no se estuviera cayendo el cielo. —espetó Suigetsu y torció la boca en señal de molestia.

—¡Oye! No digas eso, me haces perder la esperanza. —reclamó Sakura.

—Pero es la verdad, mientras esté lloviendo no se puede hacer nada.

—Aún así, no lo digas de esa manera.

—¿Quién me lo impide? —musitó con aires de superioridad el muchacho con luceros violetas en sus cuencas, la joven de melena rosada no se iba a dejar ganar tan fácilmente.

—Yo te lo estoy impidiendo, deprimes con tus palabras.

—Ahora resulta que hice sentir mal a alguien.

—No finjas, sabes que lo hiciste.

—Ahora si fingiré, te creo.

—Pues yo creo que eres un pesimista.

—No, no es cierto, tú lo eres.

—No hables cuando ni siquiera me conoces.

—Eso no tiene nada que ver.

—¡¿Se quieren callar de una buena vez?! —reclamó Temari evidentemente estresada. El par de muchachos se percató de lo que había estado ocurriendo mientras discutían; a cada argumento que aportaban para seguir, de alguna manera acercaban su rostro al del otro quedando así, con centímetros de distancia entre sus miradas. Sakura le dio la espalda a Suigetsu y sus mejillas se colorearon de un encendido color rojizo. Por su parte, el muchacho se cruzó de brazos e intentó ocultar la vergüenza con una sonrisa algo torpe, lo que planeaba, en absoluto le dio buenos resultados.

—Entonces hay que regresar. —sentenció Pain al momento de arrancar la camioneta. Más de uno reclamó de nueva cuenta, pero sus quejas en ése momento no revertían nada, por lo que sólo les quedaba resignarse.

Unos minutos después se dejó de escuchar el sonido del motor, los faros que iluminaban el camino comenzaron a parpadear y la camioneta se detuvo en seco.

—Pain, arranca la camioneta y vámonos, ¿quieres? —pidió Itachi.

—Pero… —contradijo el aludido con algo de duda en sus palabras.

—Sólo hazlo.

El muchacho de mirada grisácea giró las llaves posadas detrás del volante, en cambio, el vehículo no hizo nada en señal de respuesta. El joven giró dicho objeto una vez más pero nada ocurrió. Con la desesperación evidentemente alta giró las llaves al momento de sumir el acelerador lo más que se podía, pero nada pasó.

—¿Quién sabe de mecánica? —hubo silencio.

—Suipetsu sabe. —Aseguró la joven de rosáceas hebras con el simple afán de molestar al muchacho.

—Mi nombre es Suigetsu, no Suipetsu.

—¿Y…?

—Mira, en primera, yo si sé de mecánica y en…

—Perfecto, tú arreglas el daño y listo.

—¿Y quién dijo que quiero hacerlo?

—¡Óyeme! Tú eres el único que sabe de eso y me vale si quieres o no, vas a arreglar la camioneta, porque si no lo haces, nos vamos a quedar varados en medio de la lluvia con ninguna señal hacía algún lado. Si eso pasa me voy a enojar; y tú no me quieres ver enojada. —regañó la muchacha dejando lucir una sonrisa de superioridad.

—No me importa.

—¿Y quién no era pesimista?

—¡Cállense! ¡Lo vas a arreglas quieras o no! —interrumpió Temari, se encontraba más que cansada de las, ahora, constantes discusiones de su compañera con el muchacho de blanquecinos cabellos.

—Está bien, pero necesito que alguien más me ayude. —cedió por fin Suigetsu.

—Deidara puede. —propuso Ino levantando la mano del aludido.

—“Valla, ese par ya se ganó la confianza del otro en tan poco tiempo, no me molestaría que llegaran a estar juntos, parecen llevarse bastante bien”— fueron los pensamientos que se atravesaron por la mente de Tenten, Deidara ya era de su agrado, era algo bueno, ya que, entre ellas, no se podía salir con alguien que a las demás desagradara. Si Ino estaba interesada en él, era de gran ayuda la aprobación de una.

—No, yo no puedo, a él no le servirá alguien que no sabe nada de mecánica. —se excusó el joven rubio, pero, a decir verdad, no tenía siquiera un poco de ganas de salir a mojarse.

—No importa, sirves igual. —habló Suigetsu, como consecuente Deidara puso mala cara y no le quedó opción que resignarse y ayudar con el vehículo. Salió de la camioneta, para mojarse, según pensaba. Suigetsu lo siguió y cerraron la puerta quedando así solo ocho muchachos dentro.

—Deidara no suele ser así. —mencionó Sasori, un poco sorprendido por la actitud de su compañero pero serio a pesar de ello.

—¿P-por qué lo di-ces? —preguntó Hinata, en realdad, casi todos querían saber a qué se refería el pelirrojo.

—Él suele molestarse con los que lo obligan a hacer algo que no quiere. —miró a Ino, acusándola con la vista.

—¿Insinúas que yo lo obligué? —reclamó con indignación.

—Sí. —Sentenció de manera seca y cortante.

—A decir verdad, Ino, tú fuiste la que dijo “Deidara puede” —citó Tenten.

—A eso se refiere Sasori, Deidara no es de los que se quedan callados y resignados en situaciones así. —indicó Uchiha.

—Eso quiere decir que… —intentó decir Sakura pero fue interrumpida por su amiga de ojos celestiales.

—¡N-nada! Nada quiere decir. —finalizó con notable vergüenza, se giró a la ventana a esperar que sus mejillas adoptaran de nuevo su tono habitual. Temari, Tenten y Sakura se burlaron en silencio de ella.

En la ventana a un lado de la muchacha de mirada verdosa tocó Suigetsu con la fuerza suficiente para sobresaltarla, la joven bufó con molestia, pero bajó el vidrio.

—Ya sé que tiene —mencinó el muchacho. Al percatarse de la mirada de los jóvenes sobre él, con evidente duda en sus rostros prosiguió.—. Solo se calentó el motor. Hay que esperar unos treinta minutos y arrancará.

—Y para eso me fui a empapar. —reclamó Deidara entrando a la camioneta para recobrar su lugar.

—Oye, no te metes así de mojado. —concretó Pain.

—Salimos a ver lo que pasaba, no nos puedes negar la entrada.

—Bien, ambos pueden subir en la última fila.

—Aquí estamos nosotras. —demandó Sakura.

—¿Podrían pasarse a la siguiente fila, por favor? —indicó Itachi mirando a ambas chicas. Sakura se percató de algo en ese momento; ella no se inmutó siquiera ante los actos o las palabras de Itachi, algo, o mejor dicho alguien comenzaba a cubrir parte de su pasado.



Continuará...



Sip, me di cuenta que tarde bastante con esta continuación, si no hubiera respuestas, esta discusión ya estaría cerrada y siento mucho la demora, pero se me atrevesaron muchos inconvenienes; bueno, al no poder usar mi portatil tuve que usar la de mi papá por lo que no guarde la continuación en la computadora, sino en una memoria, pero ésta se formateó y perdí todo lo que llevaba, ya sólo era cuestión de revisarlo y subirlo pero ya no pude, ayer estaba escribiéndola pero de algún modo se me cerró el word cuando iba a la mitad. Y tuve que empezar todo de nueo. Pero bueno, esta es historia aburrida, ya está la continuación y creo qe es lo que importa.

Ya hallé la manera de comenzar el SuiSaku y ese es un gran paso. El DeiIno avanza rápido, y no tengo la menor idea de como lo hace.

Okey, sin más, yo me voy, intentaré tener la conti el próximo fin de semana, y ser un poco más puntual con ello.
¡Chao!