One-shot de Naruto - ¿Por qué no?

Advertencia: Menciones de sexo.


¿Por qué no?

La idea fue de Naruto. En realidad, no esperaba que le hicieran caso.

Sasuke no venía seguido a la aldea. Cuando acabó la Cuarta Gran Guerra Ninja, se dio cuenta de que, no importaba lo que pasara, al final de cuentas él era diferente a todos los demás. A pesar de dejar ir el odio, Konoha ya no podía ser su hogar. Era tan solo un recordatorio de cosas del pasado que yo no iban a volver jamás y que no le podían corresponder. Sin embargo, su lealtad estaría por siempre con aquél que lo había salvado de la oscuridad... Naruto. Y hey, tal vez no era exactamente una familia, pero al menos, el Equipo Siete era lo más parecido a una familia que podía tener. Viajaba por el mundo todo el tiempo, cumpliendo misiones para mantener esa paz en la que el rubio le había hecho creer; la posibilidad de un mundo mejor, sin violencia, donde tragedias como la suya no volvieran a repetirse y la cadena de odio y venganza pudiera romperse al fin. Y así, después de días, semanas y meses de andar por los caminos desiertos, cruzando países, ciudades y pueblos, a veces, solo a veces le daba por volver.

Entonces Naruto y Sakura lo recibían en las puertas de Konoha, que una noche dejó atrás, como si fuera navidad. Los demás en la Aldea todavía no confiaban mucho en él. Los ninjas preferían mantenerlo vigilado, y su generación de mala gana aceptaban reunirse de repente a petición del resto de su equipo. Pero eso no importaba realmente. No importaba porque ninguno de ellos era su interés. Solo Naruto y Sakura, y a veces Kakashi, quienes se esforzaban por mostrarle que no estaba solo. Quienes siempre, de una forma u otra, buscaban hacerle saber lo mucho que lo querían, después, y a pesar de todo lo que pudiera suceder. Es por eso que ahora, Uchiha Sasuke experimentaba una extraña sensación de paz y tranquilidad en su vida. El dolor nunca se iría, eso lo sabía muy bien, era tan solo que, ahora se sentía libre. Como si un enorme peso hubiera caído de sus hombros. Ya no había ninguna venganza, ninguna obligación para consigo mismo o su clan que debiera cumplir. Tal vez su hermano podía descansar en paz al fin.

Suponía que era porque a pesar de todo, en su vida había amor.

Amor... sí, suponía que eso era también amor.

Los tres pensaban eso. ¿No era eso amor acaso?

Era amor lo que había impulsado a Naruto a recorrer cielo, mar y tierra por él y nunca perder la fe.

Era amor el que Sakura siempre tuvo por él, aunque hubiera sido un amor infantil y superficial, no le cabía duda que ahora, era verdadero, tangible, real.

Y, ¿no era amor el cariño y gratitud inmensas que sentía por todo lo que ella había hecho por él?

Y por Naruto... Naruto, a quien podía decir amaba tanto como amó a su hermano Itachi.

O... ese era el tipo de cosas que se ponía a pensar cuando estaba demasiado ebrio. Aunque no se notara que lo estaba, y no dijera nada de esas patrañas cursis en voz alta. Tampoco hacía falta.

Se habían reunido en el departamento de Naruto esa noche. La cena fue ramen, por supuesto. Lo pidieron para llevar en el puesto de Ichiraku, y compraron en la tienda de conveniencia... varios cartones de cerveza. Pensar en aquellos tiempos cuando veía a la vieja Tsunade tomar sake, cuando tomar alcohol le parecía de lo más absurdo a Naruto, le daba gracia, ahora que a sus veintitantos era lo normal.

El caso es que después de varias cervezas Naruto se puso muy estúpido. Bueno, vamos, un poco más que de costumbre. Estaban tumbados en el sofá, cuando se le ocurrió decir: "¿Y si hacemos un trío?". Vale, pero, ¿Quién podría culparlo por tenerle ganas a su mejor amigo y a la chica? Cuando veía a Sakura, con esos hermosos ojos turquesa, le parecía que no había chica más bonita que ella en todo el universo entero. Y Sasuke... Sasuke, vamos, que siempre había sido terriblemente guapísimo. Desde niño, pero eso es algo que no le diría al maldito en voz alta, seguramente no volvería a dejarlo en paz jamás.

Sakura estaba muy ebria, pero se echó a reír de lo absurda que le parecía la idea. Aunque estaría encantada de tener sexo con Sasuke, estaba bastante segura de que el de cabello oscuro no accedería a semejante cosa. Y tampoco le molestaría acostarse con Naruto. No después de haberlo visto últimamente sin camisa... cuando eran más chicos Naruto le había parecido el niño mas horrible y feo que aluna vez vio, ahora su yo de doce años le daba risa de lo equivocada que estaba. Al rubio la pubertad le sentó muy bien...

—¿Por qué no?

Naruto y Sakura voltearon a verse estupefactos cuando escucharon a Sasuke decir eso sin inmutarse, con la misma sequedad y frialdad en su voz con la que decía cualquier otra cosa. Naruto escupió la cerveza. Le cayó a Sasuke en las piernas, quien soltó un gruñido y mascuchó algo parecido a "fíjate bien, usuratonkachi.". Sakura, con los ojos abiertos se quedó como muda. Sasuke sonrió de lado con cinismo, colocó una mano en el muslo del rubio, muy cerca de su entrepierna, y tomó suavemente a la chica por la barbilla, acercando sus rostros.

—¿Qué, ahora se volvieron tímidos los dos? —ambos muchachos estaban rojos como jitomates. Sasuke soltó una pequeña risa por lo bajo apenas audible, pero llena de orgullo y triunfo. Naruto frunció el ceño. Ese maldito teme presumido...

—Ni un poquito —añadió Naruto como si le acabaran de presentar un reto en frente. No podía perder contra Sasuke tampoco en esto. Eso pensaba, mientras colaba una mano por debajo de la camisa de Sasuke. Sakura parpadeó un par de veces, apenas procesando lo que acababa de pasar.

—Oigan, chicos... —Sakura trató de intermediar, un poco asustada del rumbo extraño que tomaban las cosas.

—¡Vamos, Sakura-chan, tú también! —rogó el rubio. Solo recibió un zape a cambio.

—¡Yo también ni qué nada! ¡Soy una señori...!

—Vamos, Sakura, ¿por qué no? —Sasuke rió de lado, encantador.

—Y-yo...

Naruto le sonrió. Fue una sonrisa cálida, suave. Entonces le acarició con cuidado la cara, y le besó la mejilla. En ese momento, Sakura se sentía tan segura, tan... protegida.

Fue en ese momento en que se besaron. Y sintió también los labios tersos de Sasuke besarle la nuca y erizarle la piel. Y se olvidó por completo de cualquier otro "pero" que se le pudiera ocurrir. Y unas manos frías se colaron por debajo de su blusa y acariciaron su espada, y otras manos cálidas por su vientre, y en frente los dos muchachos se devoraban la boca como si se hubieran estado conteniendo desde siempre. Y se atrevió a tocar, a deslizar las yemas por el abdomen pálido de Sasuke, mientras trémulos sus dedos encargaban de desabrochar su camisa. Y él la besaba y se sentía justo como siempre lo soñó.

Y ya ninguno de los tres pensó más.

La noche transcurrió entre gemidos y jadeos, que llenaban de aliento y vapor la habitación, y el sillón se lleno de caricias y de fluidos, piel caliente y sudor.



Notas: Este escrito es para la actividad: ¡Una imagen, una historia! En un principio consideré que fuera un texto explícito pero la verdad es que no tenía muchas ganas de escribir cosas sexuales (?, sorry si les hubiera gustado que lo describiera más :C ya en otra ocasión haré un fanfic así. Esto fue lo que me salió del kokoro y decidí dejarlo como quedó.

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