¿ángel O Demonio Del Tenis?

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Ehh chicas, saludos!!!!!!!!! bueno, aquí les traigo la conti, espero que les guste tanto como a mi *o* waaaa Syusuke me da ganas de matarte waaaa pero en fin, todo está fríamente calculado, es un fic bien pensado, así que los personajes son bien planteados... ehh bueno, aquí la conti y gracias, muchas gracias por leerme nenas, las quiero mucho, ahora, síp, la conti, Nos vemos!!!!!!!!!!​

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Capítulo. 33​

Armonía ​

*​

La noche, siempre fría pero romántica, un buen momento para enamorarse, un momento especial para observar las estrellas, para ocultarse en las sombras, un buen momento para confesar un amor que permanece oculto por siglos en la vastedad del universo.

Fuji se quedó en el mueble esperando que Gris regrese con el poema que había escrito para él, hace como unas dos horas que se había encerrado en el cuarto del prodigio, para escribir ese supuesto poema, mientras que Fuji aprovechaba para leer un poco.

El ambiente era acogedor, y ese olor a Sakura inundaba la habitación, esa casa era simplemente hermosa o es que se veía así porque en ese momento la atracción se paseaba como sumergida en el aire. Gris empezó a bajar con una sonrisa brillante, pero se veía algo nerviosa, Fuji se puso de pie y se quedó viéndola mientras bajaba, su corazón empezó a acelerar y a detenerse, era una extraña sensación. Durante su juego en la tarde había tenido mucho acercamiento con ella, quizá ella pronto se volvería dueña de su corazón.
— Syusuke, ya he terminado… — dijo Gris, dio un respiro y se acercó hacia el prodigio lentamente, aún no perdía esa sonrisa.
— Entiendo… ¿me lo leerás ahora? — quiso saber el Prodigio, viéndola más de cerca y mirándola enamorado.
— Sí, por supuesto, pero antes tengo que hacerte unas aclaraciones — dijo mojando sus labios, tenía esa costumbre de hacerlo cuando estaba nerviosa y ahora se mordía el labio inferior.
— Dime — dijo el Genio, que adoraba verla nerviosa cuando se acercaba a él y eso era desde que empezaron a jugar tenis, ya que él le estaba enseñando el Tsubame Gaeshi y aprovechaba para tomar sus manos y envolverla por detrás.
— Bien, escribí el poema, o intento de poema, o lo que sea, pensando en ti y en esa música que viene de la armónica, cada vez que escucho algo así, ese sonido me recuerda a ti, la vez que te vi en el torneo de distrito y les invité un refresco, escuché ese sonido, alguien tocaba la armónica, y al momento recordé tu expresión cuando me viste, esa expresión que me encanta de ti, esa que levantas las cejas cuando estás sorprendido… ¡Cómo olvidarlo! — dijo en un suspiro, sinceramente este momento nadie lo podía arruinar, nadie, Fuji sintió frío y calor al escuchar sus palabras, sonrió igual, ella volvió a mojar sus labios y morderse ese labio inferior.
— También recuerdo ese día — dijo él muy feliz y se notaba en su expresión.
— Está bien si lo leo ahora, pero mírame cuando te hablo, tiene que ser perfecto — dijo ella mirando el papel y luego mirando a los ojos de éste, Fuji abrió sus azules ojos para verla directamente, y es que eso ella ni se lo tenía que pedir, estaban allí los dos de pie frente a frente el uno al otro, pronto no existía nadie ni nada más y ambos lo sintieron, cuando ella dio un respiro, mojó sus labios y empezó a leer.

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Armonía​

Armonía...
Armonía aquella
De suelos ajenos y sueños pequeños...
Armonía de ojos dulces que inspiran volver a soñar...
Armonía para dedicar;
Armonía
Para ponerse a llorar
Armonía ligera
De distancias lejanas e intenciones aprendidas (de los libros quizás)
Armonía de dos...
Que viene directa de Dios
Armonía de un simple compás...
Que viene de dos baquetas y
Armonía para hacerlas sonar...
Armonía
Que estruja este pensar
Armonía sincera
Pero nunca de verdad
Armonía que espera impaciente
Este final trascendente...
Armonía para podértela regalar
Armonía
Para sentirse volar
Armonía que viene calladita
Que quiere quedarse (pero luego se va)
Que tiene manos delicadas
Armonía de los polvos de las hadas
Armonía que no existe pero que canta encantada...
Armonía que espera alguna vez sentirse necesitada
Armonía para mandarse matar
Armonía que se comparte
Que se da para ser parte (de este infinito ilusionar)
Armonía que llora feliz,
Armonía con ganas de bailar...
Armonía de un suspiro
Que dura tan solo un respiro...
Armonía que solo sabe dar Armonía
Para poder inspirar
Armonía de canción
Armonía-emoción...
Armonía que no admite sanción...
Armonía de coalición
Armonía que merece ilusión (incluso si no fuera de verdad)
Armonía
Para contemplar
Armonía de sonrisa
Que se esconde detrás de esta brisa,
De ese sonido que tiene la tiza;
Armonía que hay que saberla escuchar...
Armonía de una maquina de metal,
De plástico... de lo que sea...
Armonía letal...
Armonía solita
Armonía
Meramente casual
Armonía de universo...
Armonía de un pobre verso
Armonía de un libro al reverso...
Armonía que se escribe sola
Armonía que se debe entregar
Armonía
Para ponerse a llorar

Sin sentido y sin certeza (déjame decirte...)​

Que cualquier armonía ​

Me recordará a ti de por vida.​

Armonía eres niño de ojos azules,​

Que me ha atrapado en este constante caminar​

Que me llena, me percibe, me respira​

Y nunca me quiere dejar.​

No importa qué armonía sea​

Al final tú eres mi armonía.​

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Se quedaron mirándose un buen rato, no se querían dejar de mirar.
— Sí, búrlate — dijo ella finalmente, mojando sus labios y mordiendo su labio inferior.
Fuji seguía allí impávido, sin sus cinco sentidos, pero pronto volvían a reactivarse nuevamente: El oído, vista, tacto, gusto y olfato regresaban paulatinamente a él, incluso podía ver una tenue luz, sí, en realidad podía verla, era ahora o nunca, tenía que hacerlo. El Genio del Seigaku, se acercó a ella lentamente, quería besarla, ahora estaba tan cerca de sus labios y hasta respiraba su aliento, pero aún no se atrevía a besarla, Gris cerró sus ojos.
— ¿Qué haces? — preguntó Gris en un susurro, y sintiendo a Fuji tan cerca de ella, sus ojos se entreabrieron para ver los labios de Syusuke, podía sentirlos, pero ¿Qué detenía al Genio besarla?, aún estaba dudoso de hacerlo, quería, pero no podía, levantó sus manos lentamente y la agarró suavemente de los brazos, tal vez quería sostenerse, pero Gris no daba signos de alejarse de él, también quería besarlo. Ahora sentía que Syusuke era a quien quería realmente. Recordó el primer momento que lo vio en el parque donde sus ojos café se fundieron en los zafiros de él, lo recordó sí, porque esa mirada jamás la pudo olvidar. Estaba dispuesta a besarlo; sin embargo, ese beso nunca llegó. Syusuke la abrazó y ella se indignó “¡Maldición! ¿Acaso no puedo besarlo en la realidad?” pensó abrazándolo también.
— Me gustó — expresó él soltándola lentamente. Ella levantó la mirada sombría hacia él. Tal vez hizo el ridículo pensando que él la besaría y sintió como su rostro se tornaba de mil y un colores. Syusuke la miró y pensó que no debía besarla por el hecho de que ella estaba enamorada de otro, sí, ella misma se lo dijo ayer, que su corazón le pertenecía a un muchacho peliazul, jugador de tenis del Rikkaidai. Si él la iba a amar, lo haría en secreto. Prefería tenerla cerca como amiga y no lejos de él. En cambio Gris creyó simplemente que Syusuke no la veía más que como una amiga. Y eso la puso cabizbaja.
— No lo creo — contestó fría alejándose de él. Fuji la miró extrañado.
— Es la verdad — contestó él con la mirada fija.
— Sí, como sea, ¿Vemos una película? — preguntó ella para aminorar todo el bochorno que sintió ante aquella situación anterior.
— Sí, pero… ¿Cuál quieres ver? — preguntó él esbozando una apacible sonrisa.
— La que sea, me da igual — indicó ella sentándose en ese grande y cómodo mueble. Él la imitó.

Todo fue genial a partir de ese momento, todo, nada podía arruinarlo, aún les quedaba domingo para estar juntos. La noche pareció imperecedera y al igual que la noche anterior se quedaron dormidos en el mueble con el televisor prendido, ella le había contado a Fuji su deseo de estar en los nacionales y él le había contado cosas sobre él, su hermano y su hermana, su vida en el Seigaku los primeros años, sus relaciones antiguas con otras niñas. Pero aunque quisieron besarse ellos supieron enseguida que esos besos sin duda serían víctimas de un amor perecedero.

*+​

Miyu había estado con Kamio todo el sábado practicando su nuevo ritmo, aún se sentía nerviosa al estar cerca de Kamio, y Shinji no le dijo nada, ni le reclamó que se vaya a entrenar con Kamio, pero fue en ese momento que sintió que algo le faltaba, por primera vez el peliazul se sintió solo. Miyu aprendía rápido pero era tímida con Kamio, y fue por el simple hecho de que ahora le gustaba él, se sentía atraída y todo ese año que había estado enamorada de Syusuke se desvanecieron, ahora sintió que su corazón le pertenecía a otro y ese era Kamio, ¿Lo era en realidad?

*+​

Kurumi se pasó todo el sábado pensando en “su idiota”, ella sabía que lo amaba pero no le podía perdonar el simple hecho de que sea “tan idiota” y no la recuerde, sabía que habían sido muchos años pero ella aún lo recordaba, el pelirrojo no podía olvidarla así como así, no podía, no debía.

*+​

Rinko Fukawa, no perdió el tiempo, desde el primer momento que vio al capitán se sintió muy atraía hacia él y le valía si su hermanita se interpondría en su conquista, ella estaría con el capitán cueste lo que cueste, fue a buscarlo a su casa para sorpresa del capitán, éste estaba confundido, se sentía atraído hacia Gris pero al mismo tiempo hacia Hanna. Tenía toda una revolución de sentimientos.
— Capitán, vengo a pedirle un favor — dijo la rubia despampanante, con sólo una mirada de ella podía conquistar al que ella quisiera, así era ella, demasiado bonita y atractiva.
— ¿Qué puedo hacer por ti? — preguntó con frialdad, serio e imponente.
— Necesito que me ayude con mi entrenamiento — dijo la rubia pensando en la oportunidad de que en ese lapso que el capitán iba a ayudarla aprovecharía para conquistarlo. Tezuka pensó que ésta era su oportunidad para vengarse de Gris.
— Está bien — asintió él y la rubia se sintió feliz.

*+​

Echizen Ryoma como siempre había ido al mismo lugar y a la misma hora para simplemente practicar tenis, sabía también que ella iría a verlo: Sakuno. Había empezado a quererla desde que entró preocupada por él a la cancha de tenis cuando se hirió con la raqueta durante el partido contra Ibu Shinji, ese gesto nunca se le olvidaría.
— ¿Qué haces aquí? — dijo Ryoma indiferente siguiendo su peloteo, dándole duro a la pelota.
— Vine a… esto… quería saber si… bueno — decía muy nerviosa como para decir algo, simplemente había ido a verlo, era todo.
— Suéltalo ya Ryuzaki — dijo el muchacho arrogante sin voltear a verla, entretenido en su juego personal.
— Es que…yo… sólo — seguía en su tartamudeo eterno.
— Ya no importa, quédate, pero no me interrumpas — dijo y Sakuno pensó que era lo más lindo que le había dicho.
— Sí — dijo feliz la castañita, cuando apareció una muchachita peliazul.
— Hola Ryoma-kun — saludó Ayane, y Sakuno se sorprendió con aquella muchacha.
— ¿Qué quieres? — dijo despectivo ignorándolas y siguiendo su peloteo.
— Vine a verte es todo — dijo la niñita y Sakuno hubiera preferido ser como ella tan segura de sí misma —. Hola, tu debes ser la nieta de Ryuzaki-sensei— expresó la peliazul, y Sakuno asentía, no podía salir aún de su asombro, pero ¿Qué quería la muchachita con su Ryoma? Pensó Sakuno.
— Quieren dejar de hacer bulla — dijo el peliverde mientras seguía con su constante peloteo.
— Soy Ayane Tezuka y estoy en el equipo de tenis que está formando Gris-sama — informó la pequeñita en una sonrisa, Sakuno tenía la boca entreabierta. Por donde viera a Ayane, era perfecta y jugaba tenis como Ryoma, tal vez ella era la indicada para Ryoma y no ella, además había la posibilidad de que sea la chica que le gustaba a Ryoma.
— Yo… creo que me tengo que ir — dijo Sakuno que ahora tenía la mirada cabizbaja. No se había dado cuenta que Echizen ya había guardado sus cosas.
— Vámonos, Sakuno — ordenó él ignorando a Ayane y saliendo enseguida con el semblante en alto.
— Sí — asintió la castañita mientras salía rápido tras él sintiendo una felicidad grande en su corazón porque él la había llamado.
— Algún día te derrotaré Ryoma-kun — dijo la peliazul cuando ambos ya se habían ido, por suerte para Ayane no le interesaba el ojimiel, su mente siempre estaba en ese mundo del tenis o tal vez eso quería creer.

*+​

†KaTh GrIs†​

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¿Kurumi perdonará a su idiota? ¿Fukawa Rinko enamorará al capitán? ¿Shinji se enamoró de Miyu? ¿Kamio y Miyu estarán juntos? Y ¿Ryoma y sakuno? ¿Ayane derrotará a Ryoma o es una excusa para estar cerca de él? Pues si quieren saber, no dejen de leer el fic jeje xD

En el próximo episodio:
La Apuesta

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Verdad que sí??? yo también quería matar a Syusuke pero
waaaa no pude, me contuve y no saben que burradas más
hará mas adelante jajjajaja lo querrán matar jeje xD
Nos vemos!!!!!

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Vaya!!!!!! agradezco vuestros comentarios, jeje son muy largos jeje xD y motivadores... ehh este capítulo es medio raro jajaja... ¿Harías lo mismo que Gris? ¿Apostar?... Pues veamos si lo harías!!! y si las razones de ésta chica son adecuadas, en fin, aquí el capítulo y muchas gracias por sus comentario ^^​

Capítulo. 34​

La Apuesta​

La primavera se encontraba en su auge y eran los inicios de Mayo, un Mayo lleno de vida, de flores, del precioso canto de las aves, un Mayo que sin duda venía con mucho amor.
El domingo pasó rápido y pronto se volvió lunes, Gris había llegado justo a la hora a su salón, ignoró a todos y prestó atención a las clases, a la siguiente hora tenían clase con el profesor “Paz y amor” y era en esa clase donde estarían los titulares.
— Shirai, ¿Cómo te va con el tenis? — preguntó el profesor indagante.
— Estoy jugando — respondió cortante la muchacha castaña sin prestarle interés.
— Eiji, eres un buen maestro — felicitó al pelirrojo y éste le sonrió falsamente.
— Claro que no, él es un idiota— protestó Kurumi con un tono enfadado.
— Bueno, y a ¿usted señorita Gris? — decía el sensei, y Gris estaba perdida porque no respondía — ¿Gris?
— Que se lo diga Kunimitsu — dijo secamente apoyada en su brazo sobre el escritorio.
— Tezuka, ¿Ha habido cambios? — indagó el profesor fijándose en Tezuka.
— No profesor — dijo frío el castaño.
— Mmm… aún tienen tiempo, pero por lo que veo Kurumi y Eiji lo están haciendo bien.
Luego de horas de charla poco importante en la clase, donde la mayoría ya se quedaban más dormidos que despiertos, a excepciones de los alumnos modelo y de las alumnas que adoraban al profesor, llegaba la hora de almuerzo, la hora favorita de Momoshiro. Gris salió a la velocidad de Kamio mientras que los titulares se reunían en el comedor para discutir en que momento dirían a Gris lo de que tenía que hablar con la vieja Ryuzaki, las chicas también se habían reunido pero estaban en mesas contiguas.

— ¿Qué es lo que hicieron? ¡Niñas! — levantó la voz Gris golpeando la mesa de donde estaban comiendo todas, incluido Miyu.
— Pero ¡Qué genio! — dijo la rubia Rinko mirando sorprendida a Gris.
— Eso no importa, ¿Por qué se salieron del equipo? — gritó con más cólera, había estado con eso desde que Fuji le había contado ese gesto de las chicas.
— Porque tú ya no estás en el equipo, ¿Acaso no es evidente? Tienes complejo de Eiji — dijo Kurumi mirándola también con sorpresa mientras que Eiji desde la otra mesa la miraba tonto, ¿Acaso complejo de Eiji era ser “Idiota”?
— No tengo complejo de nada ¡Deben regresar al equipo ahora! — ordenó casi en un grito, todos voltearon a verla.
— No vamos a regresar si ya no estás dentro, es nuestra decisión y debes respetarla — dijo Haruka mirándola intensamente, de inmediato el rostro enojado de Gris cambió inconcientemente, ahora las miraba con cariño y tiernamente.
— No lo hagan por mí, háganlo por ustedes… Tú Kurumi, “¿Acaso no tienes una promesa irrompible que cumplir?” — dijo gritando un poco más para que escuchara Kikumaru, a lo mejor así la recordaba y poniendo su índice en la frente de ésta. “¿Promesa irrompible? ¿Dónde he escuchado eso?” se preguntó Kikumaru. — Y tú Haruka, ¿Acaso no quieres ser la mejor Data tenis? — dijo poniéndole igualmente el índice en la frente, “¿Data tenis?” pensó Inui — y tú Rinko ¿Acaso no quieres batir el record del mejor saque en los nacionales? Y tú Hikaru ¿Acaso no quieres derrotar a tu hermana en los nacionales? — dijo Gris recordándoles y obviamente también poniendo su índice en cada una de ellas en la frente. “Hermana ¿¡Eh!?” pensó Momoshiro — Y tú Ayane ¿Acaso no quieres figurar entre las mejores y derrotar al demasiado egocéntrico del Piojo de Echizen? — dijo señalándola igual y Echizen levantó una ceja — Y tú Miyu ¿Acaso no quieres superar tu cobardía y ser buena tenista y que nadie, absolutamente nadie se burle de ti y empiecen a respetarte?... — también puso su índice en la frente — Por eso deben regresar al equipo, por ustedes y no por mi, mi sueño no importa porque simplemente nunca existió. Ahora piensen en cómo regresar y tráiganme esas malditas medallas. ¡Ahora!
— Pero Gris-sama, falta mucho para los nacionales — dijo la pequeñita del grupo mirándola sorprendida también.

*+​

— Eso es mentira, Gris si quiere ir a los nacionales — informó Fuji para sorpresa de todos.
— ¿Cómo lo sabes? — preguntó Momoshiro desentendiéndose de su pan de Curry.
— Porque hablé con ella todo el fin de semana — dijo Fuji con una gran sonrisa y todos le miraron. A excepción de Tezuka y Echizen.
— Quiere mucho a sus niñas, ella es una chica que vale la pena realmente — dijo el Prodigio mientras miraba a Gris intensamente.
— Hablas como si estuvieras enamorado de ella ¡Nya! — dijo Kikumaru, mirándolo extrañado.
— Es cierto… — dijo Fuji y volvía a concentrarse en la discusión de las chicas.

*+​

— Eso no me importa pequeñita — dijo Gris mirándola fulminantemente.
— Pero… ¿Cómo hacemos para regresar al equipo? — cuestionó Hikaru, aunque no estaba ni feliz ni nada, Rinko le clavó un codazo.
— La vieja no creo que se moleste con ustedes, las dejará entrar no se preocupen, pero regresen o me enojaré con ustedes y hablo en serio, de veras que sí — ahora daba una mirada rápida a todas que aún no podían salir de su asombro.

*+​

— Es increíble todo lo que es Gris para ellas, ella es como su pilar central así como Tezuka con nosotros — dijo Oishi mirando al grupo de chicas que estaban concentradas en lo que Gris les decía.
— Sí, ella sabe cosas de cada una de ellas, las estudia, las analiza y descubre sus secretos, así de enigmática es Gris — dijo Inui que siempre estaba analizando a Gris.
— Dejen de hablar de ellas, ese no es nuestro asunto — dijo el capitán despectivo terminando de comer su almuerzo, curiosamente, Echizen y el capitán no les importaba lo que pasaba en la mesa adyacente.

*+​

Cuando Gris dejó la mesa de al lado pasó por la mesa de los chicos sin mirarlos con un porte orgulloso y Natzumi justamente pasaba también, Gris pasó ignorándola.
— Me enteré que dejaste el equipo — dijo Natzumi volteando hacia Gris y ésta se paró en seco sin voltear.
— ¿Y qué con eso? — preguntó fría sin voltearse, tenía el rostro bien en alto.
— ¿Fue por mi culpa? — preguntó Natzumi cabizbaja.
— No seas tan egocéntrica niña, no todo gira entorno a ti — dijo sin darle la cara, los chicos estaban en primera fila y estaban escuchando todo.
— Pero… — iba diciendo cuando Gris siguió hablando.
— ¿Qué pasa Natzumi? ¿Acaso también te volviste una cobarde? Por lo que yo recuerdo no eras así — empezaba Gris a jugar con la mente de Natzumi, pero aún sin darle la cara.
— ¿¡Por qué dices eso!? — se sorprendió la castaña mirándola con los ojos demasiado abiertos.
— Estar enamorada de Syusuke y enviar estúpidos poemas, eso es cobardía ¿Por qué no se los entregas personalmente?... Bueno déjame decirte que tus poemas son muy malos de hecho, hasta yo escribo mejor, ¿Ángel o humano? ¡Qué patético! — volteó a verla a los ojos —. Eso no debes preguntárselo jamás, Syusuke es un ángel, no deberías preguntarle algo estúpido cuando sabes que no es así — decía, si que había dado en el clavo, Syusuke estaba sorprendido con los ojos abiertos como platos, y los otros escuchaban atentamente aquellas palabrerías. Natzumi tenía sensaciones de llorar, esto era humillante, pero a Gris poco le importaba, se estaba vengando de ella y lo había descubierto cuando ampayó a Natzumi observando atentamente a Syusuke y eso la llevó a sacar conclusiones pero lo que dijo fue por pura casualidad como para probar si era cierto o no —. ¿Sabes que creo Natzumi?, creo que eres muy tonta como para que Syusuke se fije en ti, él no merece una chica como tú, así tan cobarde como para abandonar el deporte de toda su vida y que tanto amaba por un tonto accidente, debes dejar todo en el pasado, Syusuke no se merece alguien como tu porque como dije antes él es un ángel y tú una simple humana tonta.
— Pero ¿Por qué me dices todo eso? ¿Acaso crees que Syusuke se merece alguien como tú? ¿Acaso él te gusta?— preguntó entre sollozos.
— Sí, claro que sí, definitivamente sí, al menos yo no soy tan cobarde como tú, y sí, me gusta Syusuke, y no sólo eso, él es mi mejor amigo y lo quiero mucho. ¿Quieres tú realmente a Syusuke? — preguntó Gris hiriente, ahora sí iría directo al grano.
— Sí, y creo que sí merezco andar con Fuji — dijo ella segura y Gris soltó una risita irónica.
— No lo creo, dime ¿Cuánto estarías dispuesta a hacer por Syusuke? — preguntó Gris mirándola con perfidia. Eso de las apuestas lo había aprendido perfectamente de Masaharu Nioh, con el que apostaban todo y siempre que podía aprendía sus trucos sucios.
— ¿Qué es lo que quieres Gris? ¿Qué es lo que propones? — preguntó la castaña amenazante, se sentía segura y hasta había dejado de llorar, ahora todos fijaban su atención en aquellas dos y sobre todo Syusuke.
— Fuji, se están peleando por ti ¿Qué suerte tienes? — dijo Kikumaru divertido y el Genio no dijo nada.
— Pues un partido de tenis, la ganadora se queda con Syusuke y la perdedora se aleja de él para siempre y no molesta a la otra ¿Es un trato? — le dijo en una media sonrisa y estirándole una mano para que se la estrechara.
— Es un trato, sólo dame un par de días — dijo ésta estrechándole la mano.
— Natzumi, no pienso perder, Syusuke será mío — dijo ella mirándola fijamente para provocarla.
— Ni yo — dijo Natzumi, ahora sus miradas eran demasiado intensas, se miraban con rivalidad, luego Natzumi la soltó y salió de allí lo más pronto posible.

Gris había conseguido lo que quería aunque sabía perfectamente que aquella apuesta era estúpida. Gris aún mantenía esa sonrisa pero luego la borró para ponerse seria, respiró profundo, mojó sus labios y se acercó a la mesa donde estaban los chicos, ella ignorándolos a todos se acercó al Genio.
— Perdóname Syusuke, lo hice para salvarla, tiene una estúpida excusa para dejar el tenis y ella es demasiado buena como para que lo deje, lo hice para ayudarla, espero que me perdones, y por cierto ya descubrí a tu admiradora secreta, te prometí que lo haría y he cumplido. — se disculpó Gris mirándolo fijamente a los ojos azules abiertos de Fuji, su semblante era serio de ambos.
— No importa, si lo hiciste por ayudar a alguien está bien — dijo el Genio, no quería escuchar esas palabras, hubiera querido que fuera cierto que ella estaba a punto de pelear con Natzumi por él.
— Pero Syusuke no pienso perder, si tu eres el premio, no puedo perder, de ninguna manera, te quiero conmigo, y no lejos de mi, porque si ella gana va a querer que me aleje de ti y no sería posible poder vernos, ni tampoco tendrías a quien molestar en las noches, porque créeme, siempre cumplo mis promesas — se acercó más al Genio y le dio un beso en la frente le regaló una sonrisa y el Genio hizo lo propio, ella se fue victoriosa del comedor diciendo “Syusuke eres lo mejor que me ha pasado”. Consiguiendo que el Genio se sonrojara ligeramente.

Todos quedaron ir a hablar con Gris luego de la comida, ya que ese día en la tarde no tendrían entrenamiento, siempre era en la mañana muy temprano los días lunes.

*+​

— Gris, debemos hablar contigo — dijo Oishi mientras ella se quedaba mirándolos a todos sorprendida, todos estaban allí rodeándola.
— Pues ya que — dijo ella despectiva y cruzando sus brazos.
— Ryuzaki-sensei, quiere hablar contigo, queremos que regreses al equipo — informó Inui.
— No quiero — dijo Gris, todos pensaban que eso era parecido a Echizen, sin duda al adoptarlo como su hermano tenía sus frutos.
— Gris, hazlo por tus niñas — se acercó Fuji a ella y la estaba mirando serio.
— Syusuke yo… — como decirle que no a su lindo Fuji, en serio no podía, después dio una mirada rápida a sus niñas y entendió que debía hacerlo.
— Si quieres yo te acompaño — dijo el Genio, estirándole la mano para que se la tomara.
— Esta bien — dijo ella tomándola, todos se quedaron extrañados al verlos irse juntos y tomados de la mano y Tezuka eso no lo tomó muy bien que digamos, sin duda había pasado algo entre ellos dos el fin de semana.
— ¡Ah! Acabo de recordar algo, debo irme a casa, los veo mañana…— dijo Eiji saliendo rápido y al pasar por Kurumi la jaló también para que corra junto a él.
— ¡Suéltame! Eres muy molesto, ¡Idiota! — debes en cuando venía bien combinar las palabras de esa frase.
— Claro Kumi-chan en cuanto lleguemos a mi casa — dijo el pelirrojo sonriéndole entusiasmadamente.
— Yo no quiero ir, idiota, ¡Déjame! — gritó mientras corría jalada de la mano de Eiji.
— Kumi-chan ya estamos cerca, no puedes decir que no ¡Nya! — volvía a decir el entusiasmado pelirrojo. Kurumi recordó que Gris le había aconsejado no ser tan dura con él y que alguna vez siquiera le regalara una sonrisa al idiota pelirrojo.
— Que mas da… pero deja de jalarme así que me estás lastimando — se quejó la castaña.
— Está bien, pero ¿prometes no escapar? — dudó el pelirrojo.
— Sí, pero suéltame — volvió a insistir.
— Esta bien Kumi-chan — dijo él soltándola, pero ésta empezó a correr en sentido contrario. El pelirrojo la tomó por la cintura y la atrajo hacia él, se acercó demasiado a ella para sentirla.
— No Kumi-chan, aún no — dijo él y la volvió a tomar de la mano para llevarla a su casa. Kurumi no quiso pelear más, “a parte de idiota necio” pensó, ¿Qué quería Eiji llevándola a su casa? ¿Acaso ya descubrió la verdad? Kurumi no se quería hacer ilusiones, seguiría así de dura con él.

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†KaTh GrIs†​

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¿En qué quedará la apuesta? ¿Quién ganará? ¿Gris o Natzumi? ¿De qué hablará Sumire con Gris? ¿Por qué Eiji lleva a Kurumi a su casa? ¿Acaso recordó todo? ¿Qué pasará entre ellos? ¿Gris tendrá complejo de Eiji? Pues lo veremos en el siguiente capítulo que estará muy bueno. No se lo pierdan en serio.
En próximo episodio:
Enamorados en secreto

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Capítulo. 35​

Enamorados en secreto​

La tarde de mayo primaveral era encantadora y el cielo lo reflejaba perfectamente con un celeste simplemente único y el sol reía sin complicaciones reflejándose radiante allí en lo alto.
Gris y Fuji caminaban de la mano rumbo a la oficina de la sensei y cuando estaban por el pasillo Fuji la detuvo y la miraba ahora intensamente, parecía enojado.
— Gris, no dije nada antes porque no quería que nadie supiera. Pero…— decía el genio muy serio sin perderla de vista.
— Lo sé, perdóname — dijo ella sonando arrepentida. Mirándolo con ojitos tiernos —. Pero no voy a perder, tú eres mi motivación ahora — dijo en un susurro, tal vez para que él no la escuchara, sería muy vergonzoso el rechazo del Genio.
— Eso espero — dijo el Genio dibujándose en su rostro una encantadora sonrisa.
— Supongo que es hora de hablar con la Vieja ¿Nos vamos? — dijo ella soltando la mano de él, se puso nerviosa por eso la soltó. Empezó a caminar rumbo a la oficina de la sensei.

*+​

Hasta que al fin llegaron a la casa de Kikumaru, éste todavía la tenía de la mano y no tenía intensión de soltarla.
— Llegamos — informó en un brinco el pelirrojo, y en su cabeza rondaba una sola cosa y era la voz de Gris diciéndole “Eiji Kikumaru, si quieres respuestas deberías pensar en buscar en tu baúl de recuerdos”
— Ya idiota, ahora ¡Suéltame! Que tuve suficiente acompañándote a tu casa — dijo ligeramente enfadada la castaña.
— Ahora tienes que entrar Kumi-chan — decía radiante el pelirrojo acróbata.
— Estás demente, no pienso entrar — informó, pero eso no le importó a Kikumaru y se la llevó a rastras.
— Kumi-chan espérame aquí — dijo el pelirrojo corriendo a su habitación a buscar quién-sabe-qué-cosa.
Pero Kurumi que era otra necia, una vez que vio al pelirrojo desaparecer, salió lo más pronto posible de la casa para alejarse de allí lo antes posible.
— ¡Lo encontré! — gritaba demasiado emocionado el acróbata del Seigaku, que ahora dejaba todo su cuarto revuelto. Cuando vio a Kurumi que salía rápido de su casa y empezaba a correr, Eiji no lo dudó un minuto y salió corriendo tras ella, pronto se encontraba corriendo encima del gras de un campo de fútbol y estaba a punto de alcanzar a Kurumi. Cuando al fin pudo alcanzar, la tomó por la cintura para atraerla hacia él, lo que provocó que éste cayera encima de la castaña debido a la velocidad.
Kurumi empezó a reír a risotadas suaves pero reía, Eiji pensó que ella tenía la sonrisa más hermosa de todo el mundo y se sorprendió de que lo estuviera haciendo y como la curiosidad mató al gato en este caso a Eiji.
— ¿Por qué sonríes? — preguntó él aún encima de ella sorprendido.
— Porque es gracioso — informó ella sin dejar de reír, Eiji todavía se veía extrañado.
— ¿Qué cosa? — indagó más, sin intensiones de levantarse de allí.
— Que siempre terminamos en el suelo si no te has dado cuenta y también es gracioso…Que me persigas así, pareces un gato, eso es gracioso — dijo ella finalmente riendo.
— Mi Kumi-chan te ves más hermosa cuando ríes, aún recuerdo la última vez ¡Nya!— dijo él sonriéndole tiernamente.
— ¿La última vez? — preguntó ella dubitativa dejando de reír de golpe.
— Sí, mira… — dijo éste enseñándole la cadenita que ella le había regalado, la de oro con una raqueta como dije.
— Te has demorado bastante, idiota — dijo la castaña frunciendo el ceño pero sonriente esta vez.
— Sí, perdóname Kumi-chan, di que sí, di que sí — pedía Eiji en un ruego y más cerca de ella.
— Tendrás que hacer mucho para perdonarte — dijo ella resentida.
— Lo que sea, soy un idiota, soy tu idiota Kumi-chan — y diciendo esto se acercó a ella, primero rozando sus labios con los de ella y respirando su aliento, la miraba fijamente a los ojos, la única reacción que tuvo Kurumi fue voltear su rostro para que él no la bese.
— Por favor, ¿Puedes levantarte? Me estás incomodando — dijo ella sonando despectiva.
— Sí — dijo él, sonaba algo apenado —. Sólo quiero un beso Kumi-chan.
— ¿Un beso? Si quieres un beso tendrás que jugar un partido contra mi, si me ganas te dejo que me des “un beso” — dijo la castaña poniéndose seria y dándole la espalda.
— Sí,… juguemos ahora — dijo el pelirrojo tomándola de la mano y llevándola otra vez a su casa para sacar su raqueta, luego regresar y llevarla a una cancha de tenis.
Llegaron a una cancha de tenis y sin perder el tiempo empezaron a jugar, Eiji salió dispuesto a ganar, empezó inmediatamente su juego acrobático, y Kurumi no era una rival fácil, también le hacía la lucha, el partido fue intenso, pero rápido, Kikumaru estaba desesperado por ganar el partido.
— Lo siento, pero mejor suerte la próxima semana — dijo el pelirrojo, guiñándole un ojo y haciendo la “V” de victoria con sus dedos, ahora sonreía feliz y lucía demasiado entusiasta.
— Idiota, ganaste porque hiciste tres veces tu Kikumaru Bazooka… eso es desalmado. Además yo te dejé ganar — dijo la castaña dándole una sutil sonrisa y mirándolo resentida.
— ¿Por qué me dejarías ganar? — preguntó dudoso el pelirrojo.
— ¡Qué bueno que eres idiota! — sólo consiguió decir.
— Kumi-chan, ¿Puedo besarte ahora?, tú también quieres que te bese acabas de decirlo — dijo el pelirrojo auto convencido acercándose a ella, ésta se ponía nerviosa ahora, era verdad, tenía que dejarlo que la bese.
— Pero…— intentó reclamar la muchacha castaña, pero Kikumaru ya estaba tan cerca de ella —. Jamás he besado a nadie — informó de golpe y Kikumaru se sorprendió un poco.
— Kumi-chan, no es tan malo, me besarás a mi — dijo el pelirrojo sonriente y mirándola intensamente a esos ojos azules de ella.
Sus alientos se mezclaban; estaban tan cerca que sus narices rozaban las unas con las otras, Kurumi cerró sus ojos lentamente y estaba temblando, y Kikumaru lo sintió, entrelazó sus brazos por la cintura para que se sintiera segura pero sin alejar sus labios de los de ella y seguía rozándolo para luego besarlos con cariño, dulzura, delicadeza, suave; ahora sus labios completamente vírgenes eran de él. Su suavidad era única y tenía ganas de quedarse allí para siempre. Iba a enseñarle a besar, su beso era delicado, despacio, como para que ella se acostumbre a sus labios y pronto Kurumi le seguía el paso, aprendía rápido. El cuerpo de la chica temblaba y se estremecía al sentir el contacto de sus manos, aquello él jamás lo había experimentado con nadie. El pelirrojo entrelazó su mano en la de la castaña, ambas manos. Y ahora empezaba a cortar el beso lentamente.
— Eso fue increíble — dijo el pelirrojo sin soltarla y mirándola con cariño — ¡Qué hermosa está la luna hoy! — dijo al mirar al firmamento.
— Idiota aún es de tarde — informó Kurumi, sonriendo y temblando aún, había tenido el primer beso de su vida y con el chico que más quería, eso jamás se lo iba a olvidar, sentía una sensación extraña entre llorar y reír, pero ¿Kikumaru la quería realmente? Kurumi empezó a llorar, eran lágrimas inconcientes, no quería hacerlo, pero no podía detenerlas.
— Kumi-chan ¿Por qué lloras? — preguntó extrañado el pelirrojo sin alejarse de ella y sin soltar sus manos.
— No lo sé — dijo la castaña, su voz sonaba apagada, se encontraba feliz pero ahora dudaba de si era real o no.
— Te quiero Kumi-chan — dijo Kikumaru abrazándola para que ella pueda llorar y desahogarse, ella comenzó a llorar en un llanto incontrolable, y ahora se derrumbaba y Kikumaru con ella allí abrazándola, en el suelo los dos.
— ¿Qué pasa Kumi-chan, dije o hice algo malo? — indagaba el pelirrojo, no quería verla llorar, no podía, la quería demasiado como para verla llorar.
— Eiji, no te creo, nadie me puede querer — dijo ella entre sollozos, el pelirrojo se sorprendió con esta respuesta.
— Kumi-chan déjame demostrarte que yo si te voy a querer, por favor, quiero que estés conmigo, quiero tenerte cerca, respirarte siempre que pueda, sentirte, porque me estoy enamorando de ti, si es que aún no lo estoy, quiero amarte, déjame amarte — dijo el pelirrojo y Kurumi se sorprendió con esto, ¿De dónde había sacado todas esas palabras? Tal vez era algo de él que aún no conocía pero que estaba dispuesta a conocer porque quería estar cerca de él, él era todo para ella.
— Eiji, tengo miedo de que un día vengas y me digas que no me quieres más — dijo ella mirándolo a los ojos azules penetrantemente dejando de llorar.
— Eso nunca sucederá, pero también tengo el mismo miedo, y estoy dispuesto a arriesgarme.
— No se lo digas a nadie — dijo ella con el ceño fruncido y regalándole una sutil sonrisa.
— Entonces seremos enamorados en secreto ¡Nya! — se alegró el pelirrojo, tenía miedo de que la castaña lo rechace, hubiera sido muy doloroso, pero ahora estaba muy entusiasmado, alegre, moriría y volvería a nacer, todo por ella, por Kurumi Shirai, que empezaba a amarla.

*+​

Gris entró a la oficina de Ryuzaki-sensei y Fuji se quedó afuera esperándola, le regaló una de sus hermosas sonrisas para que ella tenga confianza y entre en esa bendita oficina.
— Ya estoy aquí vieja, ¿Qué es lo que quieres? — preguntó Gris rápido, quería ir directo al grano.
— ¿Cuando aprenderás a tocar la puerta? — se quejó la sensei.
— Cuando ya no seas vieja — dijo ésta despectiva.
— ¿Qué les hiciste a todos ellos? — indagó la vieja.
— No entiendo — dijo Gris desentendiéndose y sentándose.
— Todos te quieren de vuelta, incluso las chicas se salieron del equipo — dijo la sensei, mirándola resentida.
— Te olvidaste de la mejor parte, Sakuno se fue de tu casa — dijo irónicamente la peliazabache con una sonrisa de satisfacción.
— Mmm… bueno Annika, ¿Sabías que el capitán ofreció su renuncia si tu no regresabas? — dijo ella intrigante.
— ¡Vaya! Eso es una sorpresa — dijo Gris extrañada.
— Los titulares del equipo también se ofrecieron a renunciar si tu no regresabas — dijo la vieja frunciendo el ceño.
— También es una sorpresa, pues que pena, te quedaste sin equipo — dijo sin interés y empezando a jugar con sus manos.
— Tienes que regresar al equipo — dijo Ryuzaki-sensei comenzando a alterarse.
— No quiero, no me permiten entrar al club, me lo prohibieron ¿Recuerdas? — empezaba a provocar a la vieja.
— Puedo conseguirte el permiso — dijo la vieja levantándose de su sillón.
— También necesito más beneficios dentro del equipo — dijo ella sonando victoriosa, tenía a la vieja en sus manos — es decir que ni sea superior ni inferior al capitán.
— ¿¡Pero estás loca!? — se sorprendió la vieja Ryuzaki en un grito.
— Bueno entonces no tenemos de que hablar. Con su permiso — se disponía a salir de esa agobiante oficina.
— Tú ganas esta vez Annika — dijo la vieja cabizbaja.
— Algún día me lo agradecerás, créeme — dijo Gris sonriendo satisfactoriamente. — infórmale al capitán de esto y mañana estaré en el entrenamiento con mis niñas.
— ¿Alguna otra cosa? — sonó Irónica la sensei.
— No por ahora,… siento no quedarme a tomar el té pero, tengo cosas más importantes que hacer. — se despidió y salió, por fin su venganza con la vieja había sido cumplida.

*+​

Afuera se encontraba Fuji esperándola, con una sonrisa encantadora.
— ¿Y bien? — quiso saber el Genio.
— Los adoro a todos, gracias por hacer esto por mí, de veras, los quiero a todos — dijo dándole un abrazo fuerte al Prodigio que correspondía muy bien —. pero… a ti te quiero más, eres un gran amigo — le dijo en el oído, casi en un susurro.
— Es cierto… — dijo él riéndose por lo que decía. “Claro, sólo somos amigos”
Afuera estaban todos a excepción de Kurumi y Eiji que estaban en lo suyo, Gris salió con una sonrisa de oreja a Oreja.
— ¡Los adoro a todos! — dijo Gris abriendo sus brazos como quien quiere abrazar a todos de una sola vez.
— ¡Qué bien que regresaras! — dijo Momoshiro empezando a emocionarse, y ahora ahorcaba a Echizen.
— Gracias por hacer eso por mí, de veras, se los agradezco y mañana regresaré a la práctica con mis niñas… Por cierto ¿Dónde está Kurumi? — indagó Gris al no verla por ninguna parte.
— Se fue con el idiota ese — informó Haruka, haciendo gestos de desagrado total.
— ¡Ay! El amor, el amor — dijo cantando esas palabras. Todos se rieron —. Syusuke, ¿Nos vamos? — llamó al Prodigio.
— Sí, adiós chicos nos vemos mañana — se despidió el Prodigio y se ubicó al lado de ella.
— Esos dos tienen algo… seguro que lo tienen — dijo Momoshiro, sonando pícaro.
— Fshhh, — siseó la serpiente.
— Hay un 45% de probabilidades de que el amor esté rondando entre los titulares — dijo Inui mientras miraba a Haruka.
Haruka se volteó rápido y salió con Ayane, mientras Rinko se acercaba al capitán, ya tendrían su entrenamiento. Hikaru se fue con Momo, Echizen, Kaidoh y Oishi a comer hamburguesas, mientras Kawamura se iba con su amorcito Koharu Kokoa y Sadaharu regresaba a su casa, listo para hacer los estudios sobre su zumo de amor super especial para Haruka, tenía un nombre interesante ese Zumo.

*​

†KaTh GrIs†​

**************************************************************** ¿Kurumi y Eiji podrán mantener su amor en secreto? ¿Inui terminará de realizar el Zumo de amor super especial para Haruka? ¿Rinko aprovechará el entrenamiento con Tezuka? ¿Hikaru dejará de comer hamburguesas? Todo eso en lo que sigue. Nos vemos xD
En el siguiente episodio:
Un día martes terrible.

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Muchas gracias chicas por leer mi fic, a las nuevas también ^^ les agradezco y les dedico este nuevo capítulo a todas ustedes, y ehh a partit de aquí se definen un poco las cosas o se cambian y se enreda más jojo, ni idea, espero que les guste... Nos vemos y pórtense mal!!! se las quiere ^^​

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Capítulo. 36​

¿Un día martes terrible?​

— Fshhh — siseó la serpiente con una mirada de desprecio.
— ¡Ah! Eso fue increíble, hazlo de nuevo — se emocionó Hikaru al escuchar el siseo.
— Fshhh — volvió a sisear arrinconado a la pared.
— ¡Ah! No lo puedo creer, es genial, pareces una verdadera serpiente, ¡kyaaa! Hazlo de nuevo — seguía emocionada la pelirroja.
— ¿Fshhh? — Kaidoh estaba entre sorprendido y sintiendo que se burlaban de él.
— ¡Qué bonito te vez! Eres todo una serpiente, haber esa trompita, quiero oírlo otras vez — empezaba a tocar los labios de Kaoru con su dedo y seguía sonriente y su boca entreabierta.
— ¿Te estás burlando de mí? — gritó la Víbora comenzando a exasperarse por la felicidad de la muchacha.
— No, sólo que es divertido, hazlo de nuevo, por favor — pedía la pelirroja con una radiante sonrisa y con ojitos tiernos.
— Fshhh — su siseo fue inconciente y volteó su rostro como resentido.
— Eso fue genial — empezaba a aplaudir —. Me encantas serpiente — dijo inocentemente, Kaoru se sonrojó un poco, nada que fuera notorio, se alejó de la muchacha entrando a su salón.
— Oye serpiente, ¡Espérame! — corría tras de él entrando también al salón.
— Miyu-chan, ¿Cómo está yendo tu entrenamiento? — preguntó Momo que estaba sentado al lado de Miyu, y observando cuando entraba la Víbora y detrás de él, Hikaru.
— Bien Momo-chan — sólo consiguió decir con su voz suave y delicada, parecía que ya se moría si hablaba algo más.
— ¡Qué bien! — le regaló una sonrisa y se volteó para molestar al Víbora —. Oye víbora.
— ¿A quién le dijiste víbora, tarado? — se enfadaba la Serpiente, enseñándole el puño.
— ¿A quién más víbora? — dijo divertido Momo.
— ¿Buscas pelea tarado? — gritó enfadado Kaoru que ahora se miraban con odio.
— ¿Qué has dicho Víbora? — se levantaba también con el puño.
— ¿Buscas bronca, tarado? — volvía a preguntar enfadado.
— ¡Ah! ¡Qué lindos! Están peleando ¡Kyaaa! — se acercaba Hikaru a ellos, y ambos volteaban a verla tarados.
— Fshhh — siseó la serpiente.
— Hi-chan, ¡Qué bonita estás! — dijo Momo olvidándose completamente de su bronca con el Víbora.
— Ustedes también se ven lindos… yo quiero pelea, ¡Kyaaa! ¿Puedo pelear con ustedes? Fssss — dijo ella y tratando de sonar como la serpiente —. No me sale Fssss, Fssss, Fssss — seguía tratando de imitar a la serpiente —. Fssss, Fssss, Fssss… no me sale — haciendo puchero.
Por suerte para Kaoru, entraba el profesor de lengua, mientras que Momo se burlaba, y Miyu sonreía divertida.

*+​

Gris llegó a tiempo, había corrido para alcanzar a tiempo la clase, de hecho les tocaba literatura, su curso favorito y no se lo iba a perder por nada del mundo, además de que ese profesor era un amargado y un cerdo elitista, pero no le importaba porque era literatura su curso favorito. Encontró sitio al lado de Fuji y no dudó en sentarse, cuando divisó a Natzumi delante de ellos, Gris puso mala cara, ¿Cómo se atrevía a sentarse delante de su Syusuke? ¿Cómo? Estaba empezando a rabiar y Fuji la miraba divertido.
— Señorita Gris, nos puede explicar la clase anterior — preguntó el profesor, acercándose a ella. Gris pensó en ¿cómo le va a explicar si no estuvo la clase anterior? Además se había ido con el Genio.
— La historia de Genji — le susurró el castaño y Gris lo escuchó perfectamente.
— Bueno, si quiere que se lo recuerde pues tendrá que ser, la clase anterior hablamos de La historia de Genji. Escrita por la japonesa Murasaki Shikibu en el siglo XI, está considerada como la obra capital de la literatura japonesa y la primera novela propiamente dicha de la historia. Hay una escena que me encanta. Asagao, el príncipe Genji acaba de regresar de una frustrante visita al palacio de su amante, la princesa de la Gloria Matutina. Mientras conversa sobre sus otras amantes con su esposa favorita, contempla cómo sus criadas juegan en la nieve. La novela está repleta de ricos retratos de la refinada cultura del Japón del periodo Heian, que se entremezclan con agudas visiones de la fugacidad del mundo. — dijo Gris sonando presumida.
— Puede tomar asiento, lo hizo perfecto — ordenó el profesor, tenía la intensión de botarla de clase si no respondía.
— Bien hecho — le susurró el Genio con una sonrisa encantadora, mientras que otros se quedaban sorprendidos con lo que había dicho y sobre todo Oishi que sabía que no había estado en la clase anterior.
— Si fuera así en matemáticas, créeme, sería tan odiosa como el capitán y como Hanna — explicó Gris en una sonrisa.
La clase transcurrió normal, Fuji y Gris se miraban de vez en cuando; ella empezaba a sentir cosas diferentes hacia el genio y él también, ya estaba enamorado de ella.

*+​

Eiji empezó a correr cuando vio por el pasillo a Kurumi, una vez que la alcanzó la abrazó con mucho cariño.
— Idiota, se supone que nadie tiene que saber, así que no me abraces — la alejaba de ella.
— Pero Kumi-chan, no me aguanté las ganas de abrazarte ¡Nya! — dijo el pelirrojo, algo apenado, nada del otro mundo.
— No lo vuelvas a hacer — dijo ella entrando al salón y sonando despectiva, y a Eiji le encantaba que hiciera eso, más si sabía que Kurumi quería abrazarlo con más ganas que él.
Empezaron sus clases, en ese salón se encontraba Tezuka, Hanna, Eiji, Kurumi y Rinko. Y para la mala suerte de Eiji y Rinko les tocaba matemática, el curso que más odiaban. A Kurumi le era indiferente, estaba decepcionada de las matemáticas porque siempre eran exactas y eso le desagradaba, pensaba que eso de que cuatro más cuatro siempre sería ocho y nunca cambiaría, mientras que las ciencias sociales siempre variaban y eso sí le llamaba la atención. Tezuka era el alumno modelo, siempre le iba bien en todos los cursos así que no le desagradaban las matemáticas, es más, era su curso favorito; mientras que Hanna pensaba que era un curso aburrido y demasiado fácil. Antes de que tocara el timbre para ir a la hora del almuerzo Tezuka y Hanna se acercaron al profesor sin darse cuenta del otro.
— Profesor — llamó Tezuka con esa voz seria, varonil que tiene.
— Sí, Tezuka — se volteó el profesor algo nervioso por la voz de su alumno y que estaba anotando una fórmula en la pizarra.
— Esa fórmula está mal — informaron Hanna y Tezuka al unísono, se miraron. Hanna le sonrió y él dio la vuelta para salir del salón. “¡Ay! Sí, soy Tezuka Kunimitsu, soy mejor alumno que Hanna así que la envidio por saber tanto como yo… ¡Idiota Sexy! No me gusta esa mirada, no me gusta” pensó ironizando sus pensamientos. Ella había conseguido evitar los llamados de Rinko que la llamaba a cada rato por “Gris” ni siquiera conocía a esa rubia y no le gustó para nada que mirara a su Tezuka. Tuvo que irse temprano a su casa debido a que se sentía débil ahora, aún no se recuperaba del todo.

*+​

Mientras que en otro salón se encontraba Kawamura, Koharu, Inui y Haruka en clase de Química, sólo a Kawamura se le hacía un poco, sólo un poco difícil aquel curso, pero tenía a su Koharu para que le ayude en todo, en esas fórmulas un poco complicadas, sólo un poco.
— Haruka, si quieres puedes hacer equipo con nosotros — llamó Inui a la peligris, señalando a su grupo donde se encontraban Kawamura y Koharu. Haruka lo pensó un momento pero al final accedió a hacer grupo con ellos. Sin embargo no le prestaba mucha atención que digamos a Inui.

*+​

Y en un salón de primero donde tocaba esa terrible clase de inglés se encontraban, Echizen, Ayane, Sakuno, Horio, Kachiro, Katsuo y la loca de Tomo-chan.
— Haber, veamos, Tezuka y Echizen a la pizarra, tendremos competencia de traducción ahora — ordenó el profesor arreglándose los anteojos.
Los dos pequeños salieron a la pizarra que se había dividido por la mitad y empezaron a desarrollar el ejercicio demasiado rápido, Ayane quería ganarle a Echizen y él jamás se iba a dejar, además él sabía muy bien inglés como para que la peliazul le ganara; sin embargo, terminaron en un empate, su rivalidad aún seguía en pie, ahora ellos tendrían que saber cual de los dos era el mejor y eso se tendría que ver en las canchas de tenis. Ryoma miró a Ayane.
— Aún te falta mucho — le dijo empezando a avanzar a su sitio, ella sonrió.
— Y tú, aún no aprendes — dijo ésta sentándose, el profesor estaba sorprendido por la habilidad de esos dos que habían hecho el ejercicio perfecto. Ayane merecía más méritos por haberse propuesto aprender lo antes posible inglés para derrotar a Echizen en su propio juego.
Por fin llegó el almuerzo, Gris entró al gran comedor, y buscaba con la vista a su Syusuke, hasta que lo divisó, pero él estaba entretenido en una conversación amena con Natzumi Itzuki. Gris dudó un minuto en sentarse allí con ellos, pero luego pensó en que no dejaría a la castaña que le quite a su Syusuke, eso nunca.
— ¿Divirtiéndose? — preguntó un poco celosa y sentándose frente al Genio —. y sin mi — dijo un poco por lo bajo.
— Gris, que no ves que estoy hablando con Fuji, si no te importaría, estás haciendo mal tercio — dijo Natzumi volteando a ver a Gris resentida.
— No quiero — dijo ésta ignorándola y empezando a comer, Syusuke ría divertido, sin duda, Gris se encontraba celosa.
— Bueno, pero no te molestes cuando no te tomemos en cuenta en nuestra conversación — dijo la castaña sonriendo victoriosa. Gris le puso mala cara a Syusuke y se disponía a irse de ese lugar, si Fuji no quería que esté allí, ella no estaba dispuesta a quedarse con él y verla con Natzumi.
— Bien, disfrútalo mientras puedas — dijo ella y salió de allí hacia la mesa de Kurumi y Eiji.
— Hola Gris-chan — dijo feliz el pelirrojo.
— Siento hacer mal tercio y arruinar su amor, pero ¿Puedo sentarme con ustedes?, prometo no molestar — dijo ella y sonaba enojada.
— ¿De dónde sacas eso? — preguntó la castaña que miraba fijamente a Gris.
— Sólo lo sé… no me preguntes como,… ¡Ay! El amor, el amor — empezó a entonar y a comer.
— Vez Kumi-chan no es tan malo, Gris ya sabe — dijo el pelirrojo empezando a entusiasmarse.
— Porque ella sabe toda la historia — dijo la castaña mirándolo con cariño.
— Veo que ya están bien, que bueno que el idiota te recordó — dijo ella empezando a jugar con la comida, curiosamente ya se le había ido el apetito y miraba a la mesa de donde estaba Fuji sonriéndole a Natzumi, eso no se lo iba a perdonar. Luego de unos diez minutos de jugueteo con la comida y escuchando las cursis frases del pelirrojo para Kurumi y de divertirse con los desprecios que ésta le hacía. Se quedó allí pensativa.
— ¿Puedo sentarme? — se acercó el Genio a la mesa donde estaban los tres.
— Claro Syusuke, puedes sentarte, yo ya me iba — dijo ella levantándose para irse.
— Creo que iré a ver que le pasa — dijo el castaño con una risita nerviosa a los dos que se quedaban y él salía tras Gris, dejando la fuente en la entrada. Gris se fue a la velocidad de Kamio a esconderse en el baño y de paso asearse. Fuji así lo entendió.
Gris salió del baño espiando que el Genio no estuviera allí, y al no verlo se sintió más tranquila, dio un respiro y avanzó rápido, tendría que hablar con el capitán ahora. Al doblar la esquina del pasillo.
— Gris, ¿Por qué te has puesto así conmigo? — la detuvo el Genio, jalándola de la mano hacia él.
— ¡Suéltame! Ahora estoy muy apresurada… Mejor deberías ir a ver a Natzumi, estaban tan bien en su conversación, no le arruines la tarde — se quejó ella enojada, sí, de hecho muy enojada.
— ¿Estás celosa? — preguntó malicioso el Prodigio.
— ¿Bromeas? Claro que no, pues ve, anda y diviértete con ella, mientras que ella pueda, porque mañana la pienso derrotar — dijo ella todavía enfadada, el Genio se acercó a ella para molestarla.
— Tienes razón — dijo él. Ella frunció el ceño.
— Tengo que ir a ver al capitán, nos vemos en el entrenamiento — dijo ella alejándose del Genio y a paso rápido directo a los camerinos, sin duda lo encontraría allí.
Fuji se quedó allí parado, pero justo pasaba Natzumi, y ella no perdería el tiempo, tenía que ganar al Genio para ella, así que lo animó para que lo acompañe, hacia cualquier lado, y el Genio como todo un caballero, la acompañó sin hacer reproche.

*+​

†KaTh GrIs†​

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¿De qué hablará Gris con el capitán? ¿Kurumi tratará con más amabilidad a Eiji? ¿Haruka dejará de ignorar a Inui? ¿Hikaru seguirá molestando a la serpiente? ¿Rinko conquistará al capitán? No se pierdan el próximo capítulo….
En siguiente episodio:
Las parejas de dobles.