¿¡Eras tu!?

Re: ¿¡Eras tu!?

Seis meses. Seis largos meses habían transcurrido ya desde la llegada de Sesshomaru, y desde aquella vez todo había cambiado. Habían cambiado tanto… hasta el punto de que Kagome e Inuyasha ya no vivían juntos, e incluso a penas hablaban ya. Toda la gran amistad que durante años los unió, se desvaneció en un segundo.

Kagome aún estaba con Kouga, y por lo que parecía les iba bastante bien, Kagome ya se había entregado a él en más de una ocasión, y es que se supone que eso hacen las personas enamoradas… y ella “supuestamente” estaba enamorado de él… Aunque al parecer su corazón no se lo decía. Y para intentar disculparse con ella misma se decía “Es que estaba confusa… y la carne es débil” algo que por dentro nunca la reconfortaba, y se pasaba las noches en vela, llorando, intentando comprender por qué ella no podía ser feliz.

En cambio Inuyasha… parecía que estaba feliz, el también seguía con Kikyo, pero éste la era infiel en cada oportunidad que se le apareciese. Ella lo sabía, pero no quería dejar ir al “amor de su vida”.

El en verdad no era feliz, la perdió por su estúpido orgullo, y jamás la volvería a tener a su lado… Todo por aquel día, “el peor día de su vida”

*Flash back*​

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Era una mañana fría, típica de invierno. Ambos jóvenes corrían hacia su instituto, y es que era su último día en el… A partir de ahora ya irían a sus respectivas Universidades para labrarse algún futuro.

Inuyasha ignoraba a Kagome, la noche anterior fue en la que sus impulsos casi se desmoronan, pero no pasó nada ya que había llegado Sesshomaru.

Sesshomaru es el hermano mayor de Inuyasha, cuando sus padres murieron en aquel accidente Sesshomaru se fue, abandonando a Inuyasha a su suerte, e ignorando lo tanto que el lo necesitaba. Con el paso del tiempo Inuyasha fue siendo capaz de olvidar, “olvidar gracias a ella”. Pero al parecer Inuyasha se molestó con Kagome por haber llamado a Sesshomaru.

Al fin llegaron a clases. En los cinco minutos de descanso Kikyo se abalanzó sobre Inuyasha, e Inuyasha no hizo nada por impedirlo… cosa que molestó demasiado a Kagome.

-¡Oye tú!- grito Kagome- ya me tienes harta, ¿no podrías dejar a Inuyasha en paz?

La noche anterior… Todo lo ocurrido ese día, al fin se había dado cuenta de lo que de verdad sentía. “amaba a su mejor amigo… y lo mejor, que al parecer… ese sentimiento era mutuo”

-Kagome- contestó Inuyasha- tú no eres quien para decirle a Kikyo lo que debe, o no debe hacer- mientras daba un corto beso en los labios de Kikyo.

-Pero… pero todo lo que pasó anoche- dijo Kagome con la voz quebrada

-¿Anoche?- rió cínicamente- anoche no pasó nada… y si hubiera pasado, ¿qué? Tan sólo eras un entretenimiento Kagome.

Kagome no podía creer en lo que estaba oyendo… algo fallaba, aquel que hablaba, el no podía ser Inuyasha, SU Inuyasha, pensando en que quizás era una broma de mal gusto, volvió a hablar.

-¡No! Estás mintiendo- gritó Kagome- ¿Por qué me haces esto?- acercándose a Inuyasha

-¡Por que tú no significas nada en mi vida!-gritó- ¡Eres insignificante!- mientras se levantó de su asiento-¡¡Eres una perra Higurashi!!- la empujó haciendo que cayera al suelo golpeándose con algunas mesas.

-¿Pero qué demonios te pasa?- gritó un joven que observaba todo aquello y acudió en ayuda de Kagome

-¡¡Tú Kouga no te metas en esto!!- volvió a gritar Inuyasha

Kagome se levantó del suelo, siendo ayudada por Kouga, pero ella seguía sin rendirse… “Todo aquello tenía que ser una mala pesadilla”

-Inuyasha, escúchame- mientras débiles lágrimas brotaban lentamente de sus ojos.

-¡No tengo por qué escucharte!- gritó furioso

¡¡PLASH!!

Un fuerte ruido se oyó por todo el salón, Kikyo, harta de la insistencia de Kagome la golpeó fuertemente en la cara. Kagome miraba dolorida a Inuyasha, y no por el tortazo que acababa de recibir, si no por el comportamiento de su “mejor amigo” que en este momento tan sólo se reía como un cínico. Ella no aguantando más aquella situación salió de allí corriendo, seguida de Kouga.

*fin flash back*​

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“Ese día… fue el día en que morí”

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Bueno, hasta ahí la conti…
Siento la demora T-T en verdad no tengo ni perdón ToT
Pero bueno, aquí tienen la conti… ¡¡VA DEDICADO A TODOS USTEDES!!
Siento si es corta, pero esta vez no tardaré tanto en continuarla.

-Me dejan su opinión, ¿si?

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¿Me dan repu? -.-

 

Re: ¿¡Eras tu!?

Un sudor frío la recorrió toda la espalda, mientras débiles lágrimas brotaban de sus ojos, aunque ella intentase que no fuese así. Un esfuerzo inútil, día tras día, noche tras noche intentaba no seguir sufriendo… Ella no entendía por que todo ese dolor, intentase o no superarlo siempre había una barrera.

Caminaba firmemente por las largas y frías calles de aquella inmensa ciudad. Ahora estaba cursando primero de psicología, siempre, desde niña le gustó esa profesión, siempre quería saber que decir para poder ayudar a la gente que la rodeaba, algo que por desgracia no funcionase con ella.

Desde la Universidad, la habían mandado a hacer pruebas a una prestigiosa empresa, aunque comenzase a estudiar ahora, tuvo muy buenas notas, así que para comenzar bien su aprendizaje la mandaron a la empresa “Shikon no toma”.

La empresa tenía ramas de todo tipo, desde medicina hasta negocios de coches, y a ella la habían destinado a la rama de medicina, ya que en esa planta había escasez de psicólogos.

Al final había conseguido llegar a aquel edificio tan enorme, aunque su mirada no reflejaba nada, es decir, ella ya no era la misma persona desde lo ocurrido. Toda su alegría, su compasión… su amor… se alejó de ella como un globo de aire por el inmenso cielo.

Había llegado hasta la recepción, sin darse cuenta apenas de que sus pies se movían solos mientras ella no estaba presente.

-Hola Señorita – dijo una recepcionista con una amplia sonrisa - ¿En qué podemos ayudarla?

-Verá, yo venía por esto – contestó la azabache extendiendo su brazo hacia la mujer con un papel.

-Entiendo – contestó la recepcionista mientras se levantaba de su asiento – todo está en orden, sígame

La recepcionista iba delante de Kagome, ella tan sólo seguía la ruta de la recepcionista como una marioneta. Al fin; acabaron en una sala espaciosa en la que ponía prohibida la entrada a personal no autorizado. En esa sala había unas cuantas estanterías llenos de libros aparentemente de medicina, una mesa de madera, un par de sillas y una máquina para hacer café.

-Espere aquí un momento si es tan amable – dijo la recepcionista al lado de la puerta – en seguida vendrá un médico, el será su guía aunque el también está de pruebas como usted – abrió la puerta – siéntese y sírvase lo que guste, el doctor no tardará – cerrando la puerta y alejándose del lugar.

Kagome no sabía exactamente que hacer, así que se acercó a la cafetera y se sirvió algo de café, y mientras esperaba al doctor comenzó a leer una revista de moda que estaba encima de la mesa de madera.

La puerta se abrió, haciendo que la joven se sobresaltara un poco por ello. Alzó la mirada para ver quien sería su médico. Su cara se tiñó de blanco al verle allí parado en la puerta. Ambos jóvenes se observaron con la boca ligeramente abierta; ninguno de los dos pensó nunca en encontrarse en aquella situación.

Kagome cerró un poco los ojos, respiró profundamente y se levantó de la silla.

-¿Qué haces tu aquí? – preguntó ella con algo de resentimiento en su voz mientras dio unos pasos al frente.

-Soy tu médico, ¿no lo sabías? – Contestó el joven con superioridad – La mitad de esta empresa pertenece a mi hermano, y como estudio medicina mi hermano decidió meterme aquí.

-Entonces soy yo la que se marcha – contestó mientras intentaba salir por la puerta, evitando tener que mirar a aquel joven a los ojos.

El joven tan sólo pudo agarrarla por el brazo para que no se alejara.

-Entonces perderás tu oportunidad en este campo – susurró en el oído de la joven desde atrás - ¿Qué no lo sabias? Esta es una oportunidad muy grande para ti, Kagome

-No pienso estar bajo el mismo techo que tu, ¿no lo entiendes Inuyasha? – dijo mientras se deshacía de su agarre.

Comenzó a caminar lentamente, luchaba por que sus lágrimas no salieran al exterior, pero en verdad era muy difícil contenerlas… pero no le daría a él el gusto de verla llorar.

Por uno de los pasillos se encontró con la recepcionista que la llevó a aquel cuarto.

-Debe volver – dijo mientras la arrastraba – si no acepta, ellos cerrarán todas sus puertas

-¡¡No puedo mirarle a los ojos!! – gritó – me hizo mucho daño y no puedo perdonarlo.

-En ese caso – dijo mientras la soltaba – no le de la victoria, luche por ser libre.

-Pero… es difícil…

-Lo sé, pero yo siempre estaré en recepción por si me necesita – contestó la joven con una sonrisa – Me llamo Rin, y ahora ve y enfréntate a tus miedos Kagome

-Lo intentaré

Así, Kagome emprendió de nuevo el viaje por el hospital en busca de él… Inuyasha.

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Lamento la tardanza -.- pero aquí traigo la conti^-^

Espero sea de su agrado, y dejen sus postº-º

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Dar repu es de agradecer mucho º-º

Bye, se me cuidan muchísimo, ¡¡se les quiere!!

 

Re: ¿¡Eras tu!?

Todo el hospital permanecía en un silencio absoluto mientras ella seguía caminando por aquellos largos pasillos. Continuaba pensando en lo ocurrido; su cuerpo estaba presente, en cambio, su mente viajaba entre ideas y fantasías que invadían a aquella joven chica.

Mientras tanto; un joven albino preparaba café. Su mente deambulaba mientras sus ojos miraban la figura de aquella joven. Tanto la había extrañado que no supo de qué forma debía actuar; y al parecer aún la estaba fastidiando más.

Cogió su celular desesperado y llamó a su querido amigo. Aunque su mejor amigo fuera un pervertido siempre daba buenos consejos y se preocupaba por el estado de su amigo.

- ¿Diga? – se oyó una voz ronca y algo pesada al otro lado del teléfono

- La he visto – contestó Inuyasha en respuesta algo seco - ¿Qué hago amigo? Sin darme cuenta la he vuelto a hacer daño

-Quizás lo mejor para ambos es estar como estáis – contestó Miroku de una forma seria - ¿No crees que si lo arregláis siempre habrá algo de rencor? Tan sólo debéis olvidaros.

- ¿Y estar como tu? – Dijo algo molesto por la contestación de su amigo – desde que Sango te dejó aquella vez no has vuelto a levantar cabeza… y yo no quiero estar como tu.

-Pues tú verás lo que quieras, estoy bien – dijo Miroku calmado – no como tú. Yo ya te di mi consejo amigo; ahora haz lo que veas oportuno.

Dicho esto; el joven colgó el teléfono dejando al albino algo dudoso, apretó fuertemente el móvil con su mano y pronunció con débiles sonidos quizás sea lo mejor… seguiré tratándola mal hasta que me odie más de lo que ya lo hace

De repente; la puerta se abrió mostrando de nuevo a Kagome, Inuyasha la miró apenado y después dijo:

- ¿Qué demonios haces aquí Higurashi? – dijo aparentando estar furioso

- Esto lo hago por mi carrera; no por ti Taisho – escondiendo su mirada bajo su flequillo, quería evitar a toda costa ver su mirada ambarina sobre ella.

- Entonces andando Higurashi – dijo pasando por su lado – para ti esto será una tortura y no aguantarás mucho – dijo en voz baja

- Aguantaré mucho más que tu Taisho – contestó hecha una furia mientras le miraba

El joven la miró; y una sonrisa maléfica se dibujó en su rostro. La había acorralado contra la pared, y la puerta estaba cerrada con llave.

Inuyasha sujetaba a Kagome los dos brazos con su brazo derecho, mientras que con el izquierdo la sujetaba por su cadera. Aquello era demasiado sufrimiento, Kagome temblaba ligeramente mientras que Inuyasha ansiaba volver a probar aquel néctar tan sabroso.

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º-º

Pues ahí esta la conti; espero que os guste.

-Me dejais un comentario, ¿si?

Si ven algún fallo, espero que me lo digan para poder mejorar.

Bye, cuídense.