¡Vamos al campamento miliar, que la guerra empiece! (NxT,NxH,SxS,SxI,SxT,GxM)

Re: ¡Vamos al campamento miliar, que la guerra empiece! (NxT,NxH,SxS,SxI,SxT,GxM)

Holaa a toodooos, 1000 disculpas porque esta vez de verdad que si me tardé D:! lo admito, pero bueeeno ya saben mis escusas XD en fin LES AGRADEZCOOOO MUCHIIISIIIMO A TODOS LOS QUE LEEN este fanfic, son mi motivo para seguirlo adelante, y pues en este capi ya empiezan a surgir más parejas, pero esto va para laaaargo así que no se me desesperen ;)








Capítulo 7 "Prueba de valentía" (parte 2)







Habían pasado un par de horas desde que la prueba comenzó. Un aire denso se apoderó del ambiente, muchas cosas podrían pasar en esa noche, muchos misterios, secretos y sentimientos, todo podría suceder.

—¿Dónde estás? —preguntaba con angustia la niña de ojos lunares.
Temerosa miró a su alrededor, buscando a su compañero pero sin tener éxito alguno.

—Ah —soltó un débil grito—. ¿Q... quién anda ahí?

Se encogió de hombros al escuchar un extraño ruido en los arbustos, apretó sus ojos e instintivamente se abrazó a sí misma.

—Hi... Hinata.


Pegó un grito aterrador cuando escuchó aquella voz decir su nombre. Un silencio invadió la escena, su cuerpo temblaba un poco, pero decidió abrir lentamente sus ojos, lo cual fue bueno, pues todo su temor se esfumó al ver de quién se trataba.

—Naruto-kun... me asustaste.

El Uzumaki había caído de entre las plantas, se hallaba tirado en el piso, con sus ojos en forma de espiral.

—¿E... estás bien?


Preocupada, se acercó al rubio y con cuidado lo ayudó a sentarse, apoyándolo suavemente contra su pecho.

—Hinata —volvió a decir su nombre, esta vez de una forma más clara; al parecer se estaba recuperando.

—Naruto-kun, ¿por qué estás así? ¿A caso... te sucedió... algo malo?

—Pues yo...







Un par de chicos caminaban a paso normal, buscando con la mirada alguna señal de vida.

—Ne Sakura-chan, ¿ves a alguien que tenga el pergamino del cielo?

—Haber Naruto, ¡cómo pretendes que yo sepa quién tiene el pergamino que buscamos! Sí que eres un idiota.

—Eres muy mala —rezongó el chico, colocando sus brazos detrás de su nuca—. Yo creo la vieja esa sólo nos está probando, te apuesto a que no pasa nada si no llevamos los pergaminos.

—No seas estúpido —Haruno grita al tiempo en que le pega en la cabeza—, la capitana Anko no bromea, esa mujer es capaz de hacernos cualquier cosa.

—Pero todo esto es aburrido, es más —el rubio hizo una breve pausa, esbozó una sonrisa pícara y sin perder tiempo, rodeó con su brazo el cuello de la chica de hebras rosadas—. Yo pienso que deberíamos aprovechar este momento, ambos estamos solos así que...

Pero el joven hiperactivo fue silenciado por el puño de Sakura, quien lo golpeó tan fuerte que lo mandó a volar hasta quién sabe dónde.








—Y eso fue lo que pasó —concluyó el rubio—, pero no lo decía enserio, Sakura-chan realmente tiene una fuerza monstruosa.

—Ya veo... —únicas palabras dichas por la Hyuuga.


Un breve momento de silencio se apoderó de los chicos, se habían sentado al pie de un árbol. Hinata jugaba con sus dedos, le agradaba mucho estar en compañía de aquel chico, aquél que la había animado sin conocerla y que le había mostrado una sincera sonrisa, aquél que... vio en ella el valor que todos ignoraban.

—Por cierto, tú estabas con el teme de Sasuke ¿no? ¿dónde está?

—Esto... pues no lo sé, nos... encontramos con un equipo que tenía el pergamino que buscábamos y... tratamos de quitárselos, pero... ellos comenzaron a correr y Sasuke-kun los siguió y... lo perdí de visa, no tengo idea de donde esté.

—Hay ese torpe de Sasuke, que idiota es, ¡cómo se atreve a actuar por su cuenta y dejarte sola en el bosque! Sí que es un bastardo.

—No... no digas eso Naruto-kun.

—Pero es la verdad, de veras. Yo nunca te hubiera dejado sola, es más, como yo he perdido a mi pareja y tú a la tuya ¿qué te parece si de ahora en adelante tú y yo continuamos?

—¿¡Eh!?


Los ojos de la muchacha se abrieron como plato; le fue imposible evitar que un sonrojo se apoderara de su rostro, puesto que el rubio se había acercado demasiado a ella, tanto que sus narices casi se podían rozar, pero era obvio que Naruto no se percataba de lo que hacía, puesto que mantenía una enorme sonrisa acompañada por sus ojos cerrados.

—Pero... Naruto-kun, no podemos... hacerle esto a Sakura y a Sasuke-kun.

—Tienes razón —meditó un poco—, bueno entonces vayamos juntos a buscarlos, así ni tú ni yo nos quedamos solos.

—Sí, está… bien.


El Uzumaki se puso en pie de un solo brinco, para acto seguido ofrecerle su mano a Hinata, ésta se sorprendió un poco, nuevamente se ruborizó levemente, pero al cabo de unos segundos esbozó una débil sonrisa para acto seguido colocar su tersa mano sobre la del rubio.





En otra parte, no muy lejos de ahí, se encontraba una muchacha de ojos jade, dando de vueltas al tiempo en que se mordía el labio inferior.

—Creo que le pegué demasiado fuerte, ¿estará bien?, me pregunto dónde estará.


Miles de pensamientos de culpa atacaban a la Haruno, pero éstos se esfumaron cuando oyó un sonido en particular, más bien una voz, la cual se le hizo familiar, por lo que decidió echar un vistazo.

—Mierda, los perdí de vista y para colmo he perdido a Hinata.

—¡Sasuke-kun! —exclamó la mujer jade al visualizar al azabache.


Ella salió por detrás de un árbol y caminó a paso sencillo hasta quedar frente al muchacho.

—¿Has visto a Naruto? —le preguntó con una sincera sonrisa.

—No —contestó a secas—. ¿Tú no has visto a Hinata?

—La verdad no... no me digas que tú también la has perdido.

—Hmph.

—¿Eso es un sí?


El Uchiha no contestó, tenía orgullo así que no aceptaría que él la había perdido, si no que ella se perdió por su lentitud.

—No fue mi culpa.

—Claro que no —respondió sarcásticamente.

—No bromeo, además tú que, ¿qué pasó con Naruto?


Al escuchar las palabras del chico, ésta se ruborizó, sería vergonzoso responder aquello.

—Pues... creo que le pegué un golpe y lo mandé a volar.

Sasuke simplemente alzó una ceja, miró unos segundos a la muchacha para después darse la media vuelta y decir:

—Vayamos a buscarlos, si no los encontramos pronto prosigamos la misión juntos... Si perdemos mucho tiempo nos será imposible cumplir la prueba.

—De acuerdo.


El Uchiha tenía razón, no podían andar por ahí vagando en busca de sus compañeros, tenían que ponerse las pilas si querían pasar aquella molesta prueba.

No se dijo ni una palabra más, simplemente comenzaron a correr, juntos, uno a un lado del otro, cosa que le gustó a la Haruno, pues aquel chico era realmente peculiar, bastante misterioso, y si había algo que le gustaba a Sakura era lo desconocido, los misterios.



El tiempo transcurría, no esperaba a nadie. La noche cada vez se hacía más fría, más húmeda y peligrosa, todos comenzaban a sentir la presión.

—¡Tenten ahora! —gritó el Hyuuga, dando la clara señal.


La Uzumaki no perdió tiempo, lanzó un kunai que le había sido otorgado en el paquete que se les entregó al principio de la prueba. El arma, a una rápida velocidad, voló hasta incrustarse en una soga, que estratégicamente estaba oculta en un árbol, al instante ésta se rompió, dejando caer una red, la cual atrapó a un par de personas.

—¡Lo logré! —la castaña festejó con aires de triunfo.


Neji esbozó una sonrisa arrogante, tenía que admitirlo, hacían un muy buen trabajo en equipo. Habían logrado capturar a un equipo que poseía el pergamino que ellos necesitaban.

—Entréguenlo —ordenó el Hyuuga.

—Y si no queremos qué —replicó el joven atrapado en la red.


El genio se acercó a ellos un poco más, clavó la mirada en ambos, y de haber tenido rayos en los ojos los hubiese matado, pues aquellos platinados orbes fulminaban sin piedad, dejaban sin aliento con el simple hecho de mirarlos.

—Basta Irie, entrégales el pergamino —le ordenó temerosa su compañera.
Resignados, les entregaron el tan preciado papel. Una vez que lo tuvieron entre sus manos salieron corriendo.

—Hay Neji, esa mirada sí que fue escalofriante —comentó la Uzumaki con una ricilla.

—Hmph.

—No enserio sí, te sale muy bien el papel del malo.

—Hablas demasiado —se quejó el genio.

—¿Eso qué tiene que ver con lo que estoy diciendo?


No recibió respuesta, su compañero parecía estar mirando en un punto fijo, lo cual captó la atención de la castaña.

—Más para allá hay una especia de caverna, podemos refugiarnos ahí, sería peligroso continuar, corremos el riesgo de ser atacados.

—Tienes razón pero... ¿cómo puedes ver tan lejos? Yo no veo ninguna caverna —preguntó Tenten.

—Vámonos —fue todo lo que obtuvo de respuesta.







Por otra parte, dos chicos llevaban alrededor de tres horas buscando a alguien para robar su pergamino, pero la suerte no había estado de su lado.

—Estoy cansada Gaara, no hemos descansado nada, deberíamos parar un rato —pidió una joven castaña; parecía fatigada.

—Si quieres descansar hazlo, yo no pienso detenerme —respondió gélidamente el joven pelirrojo.

—Pero... somos un equipo, debemos trabajar como tal.

—Solo estorbas.


¿¡Pero qué rayos le pasaba a ese!? Era muy grosero y descortés. Sabaku No Gaara, lo había conocido en el campamento anterior, desde que lo vio le pareció un chico extraño y cerrado, pero a la vez sentía curiosidad por descubrir quién era él realmente, por lo que desde entonces se había empeñado en hacer que Gaara la aceptase, cosa que hasta ahora, parecía no haber logrado.


—Creo que eres demasiado rudo —volvió a quejarse la castaña.

El Sabaku No guardó silencio, no le respondería.

“Supongo que realmente no le importo... todo lo que viví con él... seguramente no significó nada en su vida” —pensó al tiempo en que entristecía la mirada.






—Matsuri y Gaara, quiero que ustedes dos hagan el ejercicio juntos—ordenó su superior.

Ambos acataron la orden. Decidieron entonces, irse hacia el lago artificial, se sentaron de frente junto a la orilla del agua y comenzaron.

—Bien, me llamo Matsuri, tengo quince años, me gusta mucho pintar y también bailo, que más... ah sí, mi meta es hacerme lo más fuerte que pueda, quiero ayudar a las personas de mi alrededor, tengo muchos defectos, como que soy muy testaruda y terca.


Un silencio brotó. Suaves caricias por parte del viento, acariciaron las mejillas de ambos jóvenes. Matsuri observaba con detenimiento a su pareja, quien se mantenía sereno, con sus ojos cerrados; parecía que estuviera meditando.

—Sabaku No Gaara es mi nombre, misma edad que tú, no me gusta nada y odio casi todo, no tengo ninguna meta en particular más que encontrar la verdad de mi existencia, carezco de virtudes y defectos tengo todos.


La mirada de la joven se transformó en una de sorpresa, no podía creer lo que escuchaba, aquél chico realmente estaba carente de autoestima. Por su parte Gaara no mostraba ninguna expresión ni emoción, simplemente permanecía inmóvil, esperando a que la joven se aterrara por lo que le había dicho y saliera corriendo. Pero no fue así...

—¡Eso es por hablar tan feo de ti! —le reprimió la castaña con una mirada que irradiaba seguridad.


El semblante del pelirrojo pro fin había cambiado. Se mostraba completamente estupefacto por lo que acababa de hacer su compañera. Realmente no se lo esperaba; Matsuri había sumergido su mano en el lago y le había aventado una buena cantidad de agua a la cara.

—¿Por qué lo hiciste? —le preguntó, más que con enojo, curiosidad.

—Ya te lo dije, por la forma tan fea de la que hablas de ti. Está más que claro que no tienes autoestima, eso está realmente mal, eres una persona como cualquier otra y por muy frío que aparentes ser, estoy segura de que tienes sentimientos.


Las palabras de Matsuri fueron como espinas que se clavaron en su ser, tal vez ella tenía razón... sí tenía sentimientos, después de todo era humano, pero jamás los demostraba y no pensaba hacerlo.

—Déjame ayudarte —volvió a hablar la chica, al tiempo en que se acercaba más al pelirrojo, sentándose frente a él, con una distancia de separación de cinco centímetros—. Toma mis manos.

El Sabaku No dudó un poco, se dedicó a mirar las blancas manos que la joven le ofrecía, había una revolución en su mente, no sabía si tomarlas era lo correcto, pero al final... el rostro de seguridad de aquella castaña fue el impulso que lo llevó a colocar sus manos sobre las de ella.




Una terrible lluvia de recuerdos acosó la mente de la muchacha, nunca pensó que podía llegar a querer a Gaara de la forma en que lo hacía, pues de alguna manera... sentía que él se había abierto a ella un poco. Pero... últimamente se había comportado muy extraño con ella, más frío de lo normal, como si ella fuera una completa extraña para él; eso le dolía y mucho, por lo que ya empezaba a cuestionarse el cariño de Gaara, estaba más que claro que él no la quería.











Bueno aquí termina, para el próximo capii, prometo ShikaTema, GaaMatsu, NejiTen y un poco de NaruHina y SasuSaku, el InoSai entra más adelante.

 

Holaa a tooodooss, 1000 disculpas por la tardanza D:! pero pss a veces no se puede. En fin MUCHIISIMAS GRACIAS A TOOODOS mis queridos lectores, saben que los amooooo con tooodo mi corazoon n__n y pues aquí les dejo la contii, algo larguita para disculparme n_n espero que la disfruten n.n

Capítulo 8: "prueba de valentía" (parte 3)



La noche ya estaba bien avanzada, la prueba continuaba y los jóvenes que la recibían cada vez se ponían más nerviosos.

—¡Ya me harté estúpido vago, bájate de una buena vez! —gritoneaba Sabaku No.

—No... Yo te advertí que tenía miedo a las alturas —respondió con voz quiebra el Nara, quien estaba aferrado con uñas y dientes a la rama de un árbol.

Horas atrás, por culpa de una pelea su pergamino se había atorado en lo alto de un árbol. Temari y Shikamaru tuvieron una discusión de media hora, peleando quién debía subir por el pergamino, y finalmente la rubia ganó, por lo que Shikamaru tuvo que subir, aunque fue mala idea... Ya que realmente le tenía fobia a las alturas; por lo mismo llevaba cinco horas arriba, y al parecer no pensaba bajar.

—¡Esto es el colmo Shikamaru! —gritó con más fuerza la mujer— ¡Voy a subir por ti!

—¡No, aléjate eres peligrosa! —pedía a gritos el pobre del vago, quien mantenía un semblante de traumado.

La Sabaku No ignoró sus súplicas y ágilmente trepó por el tronco del árbol hasta llegar a la rama donde se encontraba su compañero.

—Muy bien vago, vamos a trabajar juntos —le dijo en un tono “calmado”.

—Es enserio Temari ¡no te me acerques!

No tenía caso discutir con él, ella sabía a la perfección que se negaría ante cualquier sugerencia para bajarlo, así que optó por hacerlo a su modo.

Poco a poco se comenzó a acercar hasta Shikamaru, este simplemente rezongaba y se aferraba más a la rama.

—¡Vasta ya, suelta la maldita rama! —le gritaba al tiempo en que lo zangoloteaba, pero Shikamaru estaba totalmente amarrado.

—¡Eres una problemática!

—¡Y tú eres un bebé llorón! —seguía con sus inútiles esfuerzos por quitar al Nara.

Una especie de riña comenzó entre ellos, Temari insistía con todas sus fuerzas, por lo que la rama comenzó a moverse arriba y a bajo; eso causó un tremendo susto en el varón.

—¡Temari la vas a romper!

—¡Pues entonces suéltate ya ¡ah!

Demasiado tarde, la pobre rama no pudo aguantar más. Ambos comenzaron a caer, se golpearon con más ramas de aquél árbol y hubieran recibido un muy buen golpe, de no haber sido porque Shikamaru se sostuvo de otra bifurcación del árbol, la cual colgaba a unos tres metros del suelo; Temari se logró agarrar del tobillo de su compañero.

—Uf, eso estuvo cerca —suspiró aliviado el Nara.

—Oh no —murmuró Temari al escuchar un peculiar crujido.

La suerte no les duró mucho, nuevamente la ramificación se rompió, y esta vez no había de dónde sostenerse.

—¡Ah! —gritaron al unísono a la hora de caer.

El canto de los grillos fue lo único que se pudo escuchar, no había otro sonido que invadiera el área.

Los ojos de ambos jóvenes estaban abiertos como platos, y sus caras ardían en color rojo. A la hora de caer, Temari, quien momentos antes se había estado sujetando por el tobillo del muchacho, jaló al Nara hacía sí, ocasionando que éste cayera encima de ella; pero no sólo fue eso... Sino que... Al momento de impactar en el piso, la fuerza de gravedad obligó al Nara caer completamente sobre Temari, y por azares del destino, sus labios se fundieron en un accidental beso.

******
Por otra parte, dos jóvenes se encontraban descansado en una caverna. Eran aproximadamente las tres y media de la mañana; el clima era bastante frío, y los atuendos que portaban no los resguardaba del frío lo suficiente.

—Neji... ¿estás despierto? —habló quedamente la castaña.

—Sí —contestó a secas y con el mismo tono de voz.

Ambos se encontraban recostados sobre el piso, Neji estaba volteado de espaldas, mientras que Tenten estaba boca arriba, mirando el techo y temblando de frío.

—Esta cueva está húmeda y me estoy congelando —se quejó al tiempo en que se sentaba.

—Hmph —el Hyuuga imitó la acción de la chica—. Tienes razón, es mejor que continuemos, aquí solo nos enfermaremos.

—Pero... ¿Y si nos atacan y nos quitan nuestro pergamino?

—¿Prefieres quedarte aquí?

La Uzumaki bajó la mirada y meditó un poco las cosas.

—No, está bien vámonos —accedió la muchacha.

Ambos se pusieron en pie y caminaron hacia le entrada. Un viento helado resopló en ese instante, meneando el cabello del genio y ocasionando que a Tenten se le metiera algo en el ojo.

—Hay —se quejó al tiempo en que se tallaba su rostro.

—¿Qué te pasa?

—Creo que... se me metió alguna basura en el ojo, tal vez fue tierra.

—Déjame ver —pidió Neji.

La joven retiró su mano y poco a poco abrió sus orbes; el izquierdo era el del problema, puesto que se había enrojecido. El Hyuuga se acercó un poco y colocó sus dedos en el rostro de Tenten; con muchísimo cuidado jaló hacia abajo el párpado inferior y hacia arriba el superior.

—Ya vi el problema, tienes una piedrita.

—Me está lastimando mucho.

—Debe de ser, hay que sacarla, pero mis manos están sucias.

El genio miró a su alrededor, y para pronto recordó que en el paquete que se les había entregado en un principio les dieron alcohol, vendas y agua oxigenada.

—¿No me hará daño eso? —preguntó Tenten el notar que Neji derramaba el agua oxigenada en sus manos.

—No.

Nuevamente se acercó a la chica, pero esta vez tuvo que hacerlo más, puesto que tenía que ser preciso en sus movimientos; un movimiento en falso y la lastimaría.

—Mira hacia arriba —pidió el genio con su típica voz cortante.

Tenten acató la orden. Se sentía extraña, no entendía porqué estaba nerviosa con Neji tan cerca de ella; bueno... era natural ¿o no? Es decir, podía sentir el aliento del Hyuuga en su rostro, el espacio que los separaba era mínimo, cualquiera se sentiría así con una persona tan cerca.

—Listo —anunció al tiempo en que se retiraba.

—G... gracias Neji.

—Hmph —se giró y comenzó a caminar—. No hay de que, ahora vámonos ya, y no te preocupes, no hay nadie a la redonda que pueda atacarnos.

—¿Cómo puedes saber eso? —le cuestionó extrañada.

—Sólo lo sé —contestó a secas para después salir de la cueva, dejando a Tenten con las palabras en la boca.

******
En otra parte, Sakura y Sasuke habían conseguido un pergamino de la Tierra, y como la Haruno poseía el del cielo ya habían completado la mitad de su misión.

—Bien hecho Sasuke-kun —le felicitó, pues él había hecho gran parte del trabajo.

—Hmph, realmente no fue nada.

—Que modesto, la forma en que atrapaste a esos sujetos me pareció increíble.

Esta vez el Uchiha no le respondió, se dedicó a mirar hacia el cielo; parecía meditar.

—Vámonos ya a la torre —habló con su voz gélida.

—S... Sí, supongo que después de todo no nos reuniremos con Hinata y Naruto.

—No podemos buscarlos, si lo hacemos corremos el riesgo de que nos quiten los pergaminos.

—Cierto, mejor vámonos —aceptó la muchacha.

Pero apenas dieron dos pasos, un extraño ruido de entre las plantas se hizo presente; acto seguido se escuchó un grito.

—¿Qué fue eso? —preguntó Sakura con algo de temor.

Sasuke profundizó su visión, observaba detenidamente el entorno, fue entonces que decidió acercarse un poco más hacia donde habían escuchado la voz.

—Hmph —cerró sus ojos—. Me lo suponía.

—¡Naruto, Hinata! —exclamó Sakura con asombro.

Sasuke había removido unos enormes arbustos, y lo que se encontró fue al Uzumaki tirado en el piso, con los ojos en forma de espiral y una sonrisa estúpida; Hinata estaba a su lado, hincada y con la respiración toda agitada.

—¿Están bien? —preguntó Sakura mientras ayudaba a Hinata para que se pusiera de pie.

—S... sí —contestó la Hyuuga mientras trataba de recuperar el aliento.

—¿Qué les pasó? —preguntó el Uchiha.

—Hay que dolor de cabeza dattebayo —se quejó Naruto mientras se sentaba.

—Esto... pues verán... —comenzó a relatar Hinata.

******
Dos chicos caminaban en el bosque, estaba totalmente oscuro y hacía frío.

—Naruto-kun... te digo que por este lado no encontraremos a nadie con el pergamino del cielo.

—No seas pesimista Hinata estoy seguro que... —comenzó a decir Naruto, pero ese fue callado cuando escuchó unas voces.

—¿Quiénes serán? A lo mejor tienen el pergamino que buscamos dattebayo —comentó emocionado.

—¡N... No! —exclamó la Hyuuga con un deje de nervios—. Mejor vámon...

Pero no pudo completar su frase, puesto que el Uzumaki la tomó de la mano y la jaló.

—Vayamos a ver —habló el rubio al tiempo en que corría hacia el lugar.

Se escondieron detrás de unos árboles y con cuidado observaron la situación.

—Eso es... ¿un puerco salvaje? —preguntó en susurros el Uzumaki.

—Eso... parece, es un jabalí.

Ciertamente lo que veían era un jabalí, el cual tenía en su hocico un pergamino, y frente de él estaba una pareja.

—Mejor vámonos Suigetsu —habló su acompañante.

—Pero Tayuya, es el único pergamino que tenemos, si se lo dejamos...

—¡A caso quieres que nos ataque idiota!

Aquél animal era enorme y no se veía nada amistoso. Los miraba de una forma amenazadora y mantenía una posición de ataque.

El chico de cabellera blanca tragó saliva al darse cuenta de todo esto.

—N... no, está bien tú ganas, vayamos a buscar a algún otro equipo.

Acto seguido la pareja salió corriendo. Hinata soltó un suspiro y volteó a ver a Naruto, quien extrañamente tenía una cara muy sospechosa.

—Hinata ¿ya viste? El pergamino que tiene ese puerco gigante es del cielo.

—Naruto-kun... no me digas que piensas en...

—¡Exacto dattebayo! Hay que quitárselo.

—¿Eh?

Pero la chica no tuvo tiempo de hacer nada, puesto que en menos de tres segundos Naruto ya había salido de su escondite, y ahora se encontraba frente al animal.

—¡Escúchame bien cerdo de porquería! —comenzó a gritar con cara de seguridad mientras apuntaba al animal con su dedo índice—. ¡Entrégame ese pergamino o esta noche cenaremos carnitas!

—Oh no —susurró la Hyuuga, quien aún se encontraba detrás del árbol.

Naruto tomó un palo que estaba en el suelo y se dejó ir hacia el jabalí y le pegó un tremendo golpe en el hocico, ocasionando que soltara el pergamino.



—¡Ya lo tengo Hinata! —exclamó con alegría mientras agitaba en el aire el dichoso papel.

Naruto le había dado la espalda al animal a la hora de tomar su “Premio” y ahora estaba tan ocupado festejando, que no se percató que el jabalí se había enfurecido por el golpe.

—¡Naruto-kun cuidado! —gritó Hinata con horror!

—¿Eh?... ¡Ah! —pegó un grito cuando vio que el animal corría a toda velocidad hacia él.

Y como cohete, Naruto corrió hacia donde estaba Hinata, la tomó por la muñeca y ambos comenzaron a huir a toda velocidad, aún así el jabalí era bastante rápido y comenzó a perseguirlos con furia y a toda velocidad.

******
—Y eso fue lo que pasó —concluyó la Hyuuga, ya habiendo recuperado su ritmo cardiaco.

—¡Eres un completo idiota Naruto! —regañó Sakura a todo pulmón.

—Pero conseguimos el pergamino que nos faltaba —se defendió el agredido.

—Hmph, aún así eso fue peligroso... dobe.

—¡Silencio Teme!

—Dobe.

—Teme.

Ambos “amigos” comenzaron a tener una infantil discusión, mientras que las féminas los miraban con pesadez.

—¿Y cómo fue que se escaparon del jabalí? —preguntó Sakura con curiosidad.

—No sabemos exactamente... sólo corrimos, hasta que Naruto-kun se tropezó y cayó aquí... fue entonces que nos dimos cuenta que ya no nos perseguía el animal.

—Eso quiere decir que... —empezó a decir Sakura con cara de horror.

—El jabalí puede estar cerca —completó el Uchiha con una terrible corazonada.

Y no se equivocaron, escucharon un horrible sonido, todo se giraron y vieron al jabalí correr hacia ellos, parecía realmente furiosos.

—¡Ah! —gritó Sakura!

—¡¿Qué esperan!? ¡Corran! —secundó a voz fuerte el Uchiha.

Acto seguido los cuatro jóvenes se esfumaron a la velocidad de la luz.

******
En otro lado, un pelirrojo y una castaña se encontraban en una apretada situación. Habían encarado a un equipo que poseía el dichoso papel que ellos necesitaban.

—Denos el pergamino —pidió Gaara con mirada amenazante.

—¡Ja! —rió uno de los sujetos—. Mira enano, no nos dan miedo, así que sean buenos niños y ustedes entréguenos el suyo, prometemos no lastimarlos si cooperan.

El Sabaku No permaneció inmóvil, mirando asesinamente a sus contrincantes. Por su parte Matsuri permanecía por un lado de él, se comía en nervios pero debía mostrarse fuerte, no quería ser un estorbo para Gaara.

—Tsk —farfulló la chica, que era la pareja del sujeto—. ¡Deja de mirarnos así estúpido mocoso!

Al instante, aquella mujer se dejó ir hacia Gaara, dispuesta a pegarle un golpe, pero el Sabaku No logró esquivar con facilidad sus ataques y comenzó a tener un pequeño enfrentamiento de taijutsu con aquella mujer.

—Nunca podrás ganarle a Mikuru, ella es cita negra —rió por lo bajo su acompañante.

Matsuri tronó los dientes, aquel tipo era un obstinado, así que decidió correr hacia él para pegarle, pero el hombre tenía una gran fuerza, por lo que pudo bloquear su ataque, y para rematar le dio un fuerte golpe en el estómago, cayendo de inmediato al piso.

Esto ocasionó que Gaara se distrajera un poco, lo que bastó para que Mikuru, le asestara un puñetazo en la cara.

—Gaara —pronunció Matsuri con debilidad, intentando ponerse en pie.

El pelirrojo dio una especie de voltereta, cayendo frente a la chica y en un momento de desquite la lanzó contra un árbol, dejándola inconsciente, o eso creyó. Después se giró hacia el tipo que golpeó a Matsuri y lo miró despiadadamente.

—No debes de bajar la guardia, enano —masculló el sujeto con una media sonrisa de lado.

Todo pasó en cuestión de segundos. Mikuru se recuperó del golpe en el árbol, se puso en pie y sacó de entre sus ropas un cuchillo. Matsuri se percató de esta acción, pero fue demasiado tarde...

—¡Gaara! —gritó la castaña a todo lo que daba su garganta.

El Sabaku No se giró, pero no hubo tiempo de hacer nada, puesto que Mikuru ya estaba a nada de el, dispuesta a encajarle la daga.

Un silencio se hizo presente. Unas suaves ráfagas de viento comenzaron a soplar; el pasto se comenzó a pintar de carmesí y el dolor en alguien se hizo presente.

—¡Mikuru eres una idiota! —gritó el sujeto con horror—. ¿¡Qué no recuerdas que estaba prohibido atacar a alguien con cualquier arma!? Vámonos antes de que nos metamos en problemas.

Aquella pareja desapareció en menos de nada, dejando atrás una lamentable escena.

—Matsuri —pronunció Gaara—. ¿Por qué me protegiste?

La mirada del pelirrojo estaba atónita, su compañera se interpuso en el momento justo, siendo ella la que recibió el impacto.

—Yo... —quiso decir, pero el dolor la hizo caer de rodillas.

El cuchillo fue incrustado en su costado derecho del abdomen. Sus ropas se habían pintado de rojo y la sangre no dejaba de brotar.

—Ah... me duele —se quejaba mientras finas lágrimas comenzaban a brotar.

—Tengo que sacarte el cuchillo... te va a doler un poco —anunció Gaara.

Matsuri miró directamente al pelirrojo, este la ayudó a recostarse; con cuidado colocó sus manos sobre el cuchillo y de un solo jalón lo sacó.

—¡Ah! —gritó la castaña mientras se retorcía.

—Haré la señal para que vengan por ti —le comunicó, recordando que en un principio se les dio la indicación de hacer una señal al cielo con una linterna si algo pasaba.

—¡No! —gritó ella tratándose de controlar—. Si haces eso... no pasaremos la prueba... yo estoy bien.

—No es verdad —le respondió gélidamente—. Tu salud es más importante que la prueba.

La castaña abrió los ojos como platos; realmente... ¿Gaara estaba preocupado por ella?

El Sabaku No tomó la linterna, la prendió y sin perder más tiempo lanzó la señal al cielo.

—Mientras vienen debo curarte esa herida, sino se infectará.

—De... De acuerdo.

El pelirrojo tomó el alcohol que se les brindó, mojó un pedazo de venda y con cuidado comenzó a limpiar la herida de la chica.

—¡Me duele! —gritaba ella. Le era imposible detener el llanto.

—Aguanta un poco.

Siguió limpiando un poco más y luego cubrió su piel con el resto del vendaje.

—Ya está, ahora hay que esperar a que vengan.

Un silencio invadió la escena. Matsuri miraba la luna en el cielo, su mirada era triste, melancólica, parecía que su mente era atacada por malos recuerdos, por lo que comenzó a sollozar.

—No llores, no tardan en venir los capitanes —comentó Gaara.

—No... No es eso Gaara... Perdóname.

El muchacho miró extrañado a la castaña, no entendía su actitud.

—¿Por qué te disculpas?

Matsuri secó sus ojos, tratando de contener su llanto.

—Porque... yo sólo quería ayudarte, pero terminé causándote problemas, por mi culpa no completaremos la prueba y...

—Matsuri —la interrumpió—. Te he dicho que la prueba me importa una mierda, la seguridad y el bienestar de mis camaradas es lo más importante.

La chica guardó silencio; tomó aire y lo dejó salir lentamente en un suspiro, al tiempo en que cerraba sus ojos.

—Gracias —pronunció el pelirrojo de una manera a penas audible.

 

Hola a todooossss, xD se que me odiaan eternamente por tardarme tanto en subir conti, 1000000000000 DISCULPAS, pero como ya era fin de semestre, todas las actividades de me juntaron, pero bueno, ya estoy de vacaciones y puedo hacerme cargo de mis fanfics, y bueno aquí les traigo la conti, pero antes de eso les doy 10000 GRACIAS a todooos mis lectores, dvv agradezco mucho sus comentarios, ustedes son los que me animan a seguir esto, bueno ya sin más les dejo la conti.

Capítulo 9 "La segunda face, ¡Que comience lo bueno!"

Había sido una noche muy dura para los jóvenes cadetes. Matsuri se encontraba en la enfermería del lugar; la sometieron a una rápida intervención quirúrgica para desinfectar la herida y cerrarla; Gaara por su lado, lo hicieron permanecer fuera de la sala de operación. Se mantuvo sereno y callado; todo el tiempo permaneció inmóvil fuera de la sala.

El tiempo corrió demasiado rápido. Según la posición de la luna y las estrellas eran las cinco de la mañana, pronto el cielo comenzaría a clarearse con los cándidos rayos del señor sol.

Exhaustos, varios grupos de jóvenes llegaron a su destino: la torre central. A penas pisaban aquel lugar, se desplomaban en el suelo, deshechos del cansancio.

—¡Esto es horrible! —se quejo una joven de blonda cabellera.

—Tranquilízate Ino —le calmó su compañero.

—No puedo Kiba ¿qué no ves lo que está pasando?... ¡No he dormido en toda la noche! Me estoy muriendo de sueño, mi cabello está hecho un asco y me duelen los pies.

El Inuzuka soltó un gran suspiro —Ve el lado bueno, estamos en la torre y con los dos pergaminos.

—Cierto... Y ahora que lo recuerdo, se supone que cuando llegáramos, debíamos abrir los dos pergaminos y resolver el acertijo.

—Pues entonces hagámoslo.

Pocos grupos aprobaron, realmente fue una ardua y difícil lucha por pasar al siguiente nivel. Pero ya todo lo malo había pasado, los triunfadores se encontraban en la torre, cada uno en la estación que les correspondía, listos para enfrentarse a lo que seguía.

—Uno... dos... ¡Tres!

Al instante, Neji y Tenten desplegaron los pergaminos. Una nube de humo púrpura salió al instante, lo que causó que la Uzumaki tosiera un poco, pero al cabo de unos segundos, aquella nube se disipó, dejando al descubierto algo.

—Eso es... —gesticuló el Hyuuga.

Extrañamente aquellos pergaminos estaban en blanco, pero conforme el humo se expandió, poco a poco, letras se empezaron a pintar en la textura del papel.

—Debe de ser el acertijo —comentó Tenten.

Neji simplemente asintió con la cabeza.

—Bueno... pues resolvámoslo.

En otro lado dos jóvenes se encontraban sentados en el suelo, uno al lado del otro, y frente de ellos sus pergaminos extendidos con el dichoso acertijo. Curiosamente aquella pareja no hablaba, se mantenían inmóviles, como en estado vegetativo; ni una mirada... Nada.

Los ojos de ella repasaban una y otra vez el escrito, pero por más que lo leía no lograba encontrar respuesta a tan enredadas palabras; o más bien... no se podía concentrar, sí, esa era la respuesta. Sus ojos leían pero su mente se mantenía ocupada... Ocupada en el recuerdo de lo sucedido varias horas atrás.

—Problemática... —interrumpió el silencio.

Temari, por primera vez en mucho tiempo, se giró hacia el Nara para encontrarse con su mirada.

—¿Qué quieres?

—¿Encontraste ya la respuesta a esta cosa?

—No —respondió ella—. Apoco tú sí.

—No, ni siquiera lo he leído.

Este comentario ocasionó un gran silencio, aunque no duró mucho, ya que unos segundos después, la Sabaku No olvidó todo lo relacionado con el asunto anterior, para concentrar su ira hacia su compañero.

—¡Cómo que no lo has leído!¡Sí serás un vago! No puedo creerlo.

Temari se cruzó de brazos.

—Es que... es demasiado problemático.

No tenía caso discutir, Nara Shikamaru no cambiaría y ella lo sabía, así que optó por tomar el papelucho ese, y leerlo una vez más, pero esta vez con toda la concentración del mundo.

“Tormentos y obstáculos sufrieron sin compasión, este bosque seguro los sorprendió, y aquellos desgraciados que actuaron sin razón, seguro que la pagan por haber ignorado el corazón. Pero aquellos aventurados que llegaron hasta aquí, fue por la confianza que tuvieron entre sí. Y ahora para continuar, deben de adivinar, qué fue lo que los trajo a este lugar”

Sakura concluyó de leer aquel texto. Hubo un momento de silencio, Naruto observaba con detenimiento aquel papel, parecía como si estuviera pensando. Por su parte la Haruno simplemente se daba de vueltas sin lograr comprender a la perfección el significado de aquél acertijo.

—¡Ya estoy harta! No se me ocurre nada —comentó la chica de ojos jade con desánimos—. Naruto, ¿tienes alguna idea de qué podría significar?

Pero el rubio no contestó, mantenía su misma cara de estar pensando en algo.

—¡Lo sabía! —Sakura soltó un suspiro de resignación—. Cómo podría pensar que tú adivinarías la respuesta, ojalá no nos hubiéramos topado contigo, así me hubiera quedado con Sasuke-kun, él si es un chico listo y metódico, seguramente él ya tendría la respuesta. Y no es por ofenderte Naruto, pero sinceramente eres un completo idiota, desde que te conocí me has traído problemas, y no sólo a mí, sino a todos, prueba de ello es el jabalí, por tu imprudencia todos pasamos un mal rato, tuvimos que correr más de una hora para poder escaparnos, Hinata incluso se raspó la rodilla y yo terminé con cayos en los pies y además...

La Haruno no dejaba de escupir reproches para el Uzumaki, pero ésta fue callada cuando el chico se giró y con voz seria repuso:

—Ya sé cual es la respuesta.

—¿Qué? —se sorprendió la muchacha.

En otro sitio, Hinata y Sasuke se encontraban debatiendo sobre el dichoso acertijo, ambos tenían ideas parecidas, pero ninguno llegaba a una conclusión.

—Haber, hasta abajo hay una serie de pequeñas rayas, las cuales se separan en dos, por lo tanto la respuesta se divide en dos palabras —dedujo el Uchiha.

—S... sí, la primera consta de doce letras... Y la segunda de nueve —secundó la Hyuuga.

Nuevamente ambos chicos comenzaron a analizar el acertijo, lo leyeron por lo menos unas diez veces.

“Tormentos y obstáculos sufrieron sin compasión, este bosque seguro los sorprendió, y aquellos desgraciados que actuaron sin razón, seguro que la pagan por haber ignorado el corazón. Pero aquellos aventurados que llegaron hasta aquí, fue por la confianza que tuvieron entre sí. Y ahora para continuar, deben de adivinar, qué fue lo que los trajo a este lugar”

Sin darse cuenta ni concientizarlo, Hinata comenzó a recordar algunas cosas que vivió con Naruto horas atrás. Mientras que Sasuke, empezó a relacionar algunas cosas que decía el escrito con lo que vivió con Sakura; recordó cuando consiguieron el otro pergamino, él estaba luchando contra un sujeto, y en un momento de descuido por parte de él, el tipo aprovechó para asestarle un golpe, pero justo a tiempo Sakura bloqueó su puño y logró desviar el ataque del sujeto, momento que Sasuke aprovechó para concluir el enfrentamiento.

—Mi combinación con Sakura fue buena... —susurró para sí mismo.

En otra estación de la torre, dos jóvenes, estaban apunto de resolver el misterio, o bueno... quizás lo hubiesen podido resolver tiempo atrás si uno de ellos hubiera dejado su necedad por un lado.

—No... Comprendo, la lógica no entra... —masculló con fastidio el genio Hyuuga.

—Te lo dije, pero no me quieres hacer caso —se burló la Uzumaki.

Cuando comenzaron a resolver el acertijo, Tenten intentó usar “algo” diferente a la lógica, pero Neji se opuso, puesto que según él, no había nada que la lógica y el razonamiento no pudiera resolver; esta actitud molestó a la castaña, por lo que decidió recostarse en una orilla a descansar, esperando a que Neji milagrosamente resolviera el acertijo.

—¿Quieres que te ayude? —preguntó Tenten con sorna.

El orgullo del Hyuuga era alto, pero no podían seguir perdiendo tiempo, así que apretando los dientes y los puños respondió:

—D... De acuerdo, haber si puedes responderlo.

La Uzumaki, con una sonrisa triunfal se puso de pie y se colocó junto a Neji, releyó el texto y después de unos segundos dijo.

—Sabes, puede que esto sea más simple de lo que parece.

—¿A qué te refieres?

—Es sentido común Neji... Mira, te lo explicaré. Aquí dice que aquellos que actuaron sin razón y sin escuchar a su corazón la pagarán, en pocas palabras quiere decir que los que fueron egoístas y quisieron hacer las cosas por su cuenta fracasaron —hizo una pequeña pausa para mirar directamente a los ojos de Neji—. Luego dice que aquellos bienaventurados que confiaron entre sí llegaron hasta aquí; traduciéndolo dice que todos los que confiaron en su compañero y trabajaron en equipo lograron conseguir los pergaminos y llegar a la torre. Ahora, la pregunta y respuesta de este acertijo, es aquello que utilizamos para lograr nuestro objetivo.

La castaña guardó silencio, esperando a que el Hyuuga dijera algo, pero al pasar los segundos, y notar que el mozo no pensaba hablar, ella continuó.

—¡Date cuenta Neji que lo que nos trajo hasta aquí fue el compañerismo!

El genio abrió un poco los ojos. Le había entrado mucha información a la cabeza... Ciertamente, aquello que decía la castaña tenía lógica para él; y aunque odiara admitirlo, hubiera tardado mucho tiempo en lograr resolver el acertijo, es decir, él nunca fue un chico sociable, estaba acostumbrado a hacer las cosas por su cuenta pero... Algo estaba cambiando, desde que quedó atrapado en el lago con ella... empezó a ver las cosas de una manera diferente, jamás había trabajado en equipo de una manera tan excelente como lo había hecho con ella, su coordinación era innata, Tenten era la única capaz de correr a la misma velocidad que él, era algo sumamente nuevo. Y que sinceramente lo asustaba, aunque obvio, lo admitiría.

En otra base, Shikamaru, después de haber recibido una serie de golpes de parte de la Sabaku No, se había puesto las pilas para resolver aquél martirio.

—Sabes problemática, creo saber cual es la segunda palabra.

—Ya te dije que tengo un nombre... vago —reprochó con enojo.

—Yo también tengo uno y aún así me dices vago, así que estamos a mano problemática —enfatizó en la última palabra.

Temari sintió un fuerte impulso de querer abofetear al Nara, pero se contuvo puesto que él tenía algo de razón.

—Dices tener la segunda palabra, dime cual es —cambió de tema.

—Está dentro del texto Temari, me sorprende que no te hayas dado cuenta.

—No soy tan visual como tú —se defendió con un ligero sonrojo, producto de la vergüenza—. Pero que bueno que tú sí, porque además yo adiviné que la “confianza” era la primera letra.

—Cierto —aceptó el muchacho—. Me corresponde decirte que la segunda palabra es...

***

—¡La confianza! —exclamó Anko con mucha energía.

Eran las nueve y media de la mañana. Un grupo de varios jóvenes se encontraban parados frente a su sensei; todos se veían exhaustos, la mayoría presentaba raspones y heridas menores. La capitana Mitarashi inspeccionó a cada uno de los presentes con la mirada, lista y atenta a cualquier movimiento.

—Todos los que están aquí han logrado resolver el acertijo —comenzó a hablar la capitana—. Alguno de ustedes sabandijas ¿puede decirme la respuesta?

Hubo silencio, nadie tenía ganas de hablar; realmente lo que querían era dormir.

—Permiso para hablar —alzó la mano un chico rubio.

—Permiso concedido Uzumaki.

—La respuesta es el compañerismo y la confianza.

—¡Muy bien! —Anko comenzó a menear su fuete con una sonrisa maliciosa—. Quiero suponer que todos los que están aquí pusieron en práctica estas dos cosas... A menos que sean unas alimañas con suerte —esta vez soltó una risilla malévola—. ¡Ahora, ustedes son los triunfadores, los vencedores! Pero... no quiere decir que esto ya terminó. Han completado la primera fase de la prueba de valentía; ahora deben enfrentar la segunda.

Nuevamente abundó el silencio, muchos sintieron el deseo de reprochar, pero se abstuvieron, algo dentro de sí les indicó que no era buena idea oponerse a las indicaciones de Anko Mitarashi.

—Síganme, los guiaré hacia su tumba... este... quiero decir hacia la siguiente prueba.

Todos los jóvenes redoblaron el paso detrás de la capitana. Todos bien formados, derechos y marchando.

—Me pregunto qué será lo que tendremos que hacer ahora —susurró Tenten a su compañero.

—Hmph —el perlado cerró sus ojos—. No tengo ni la menor idea, esta es la tercera vez que vengo al campamento militar, pero nunca nos habían sometido a una estúpida prueba de valentía.

La marcha cesó. Anko se dio la media vuelta para mirar a sus cadetes con una cara triunfal que reflejaba suma satisfacción y burla. Por su parte, los pobres muchachos, miraban con horror y asombro lo que tenían enfrente.

—¡Esta es la alberca olímpica del campamento militar! —anunció con fervor la Mitarashi—. Bienvenidos sean.

Aquella piscina era monstruosa; medía un kilómetro de longitud, y no era más profunda que 36 metros. Los ojos de los pobres cadetes se abrieron como huevos estrellados, aquella cosa era bastante impresionante.

—C... capitana Anko... No pretenderá que nademos en esa cosa ¿o sí? —preguntó el Nara con un extraño tic en su ojo.

La aludida estalló en carcajadas. Se doblaba de la risa mientras que los jóvenes sólo la observaban temiéndose lo peor.

—¡Claro que no sabandijas! —respondió aún entre risas.

Ante esta respuesta los cadetes soltaron un enorme suspiro de alivio, aunque...

—Lo único que tienen que hacer es aventarse a ella desde veinte metros de altura —respondió maliciosamente y con un tono de lago causal.

—¿¡Qué!? —resonó un grito unísono que reflejaba estupefacción.

—¿Escucho objeciones? Si quieren puede ser desde treinta.

Todos los jóvenes negaron con la cabeza al tiempo de volver a formarse correctamente, puesto que cuando recibieron la noticia todos sufrieron alteraciones nerviosas, o al menos la mayoría.

“Hay no, que mala suerte, Shikamaru le tiene fobia a las alturas. Si me costó muchísimo trabajo hacerlo bajar de un árbol que no medía más de cinco metro... ¿Cómo voy a hacer para que se aviente a la alberca desde veinte metros?” —pensó Temari mientras se mordía el labio inferior.

“No... no y no... ni loco lo voy a hacer...¡Debo escapar de aquí ahora mismo!” —pensó el Nara quien mantenía un gesto de traumado.

—¡Observen cucarachas pestilentes! —anunció Anko mientras señalaba una enorme plataforma que yacía al borde de la alberca y que, efectivamente medía veinte metros de altura—. Por parejas subirán por esas escaleras hasta llegar al borde de la plataforma, una vez ahí, no quiero que pierdan el tiempo decidiendo si se van a aventar o no.

La azabache pausó un poco para repasar a cada uno de los cadetes con la mirada; los asechaba con la vista deseosa de gritos.

—¡Y de una vez les advierto! Si no tienen el valor suficiente para aventarse, retírense en este momento, porque una vez que suban el único modo de bajar será aventándose.

“Tal vez debería alzar la mano para retirarnos... No creo que Shikamaru aguante” —pensó la Sabaku No; haciendo un debate mental.

Temari tuvo toda la intención de levantar su mano, pero justo antes de que lo hiciera, la capitana anunció algo peculiar.

—¡Pero deben de saber!... Que si deciden retirarse fallaran por completo toda la prueba... En otras palabras, haber cruzado el bosque y los pergaminos habrá sido en vano; será como si nunca hubieran completado la primera fase y... Naturalmente recibirán el castigo de los perdedores.

Shikamaru dio un enorme trago de saliva. Se sentía todo cohibido. Sinceramente a él no le importaba en absoluto perderlo todo y enfrentarse al castigo pero... No podía hacerle eso a Temari, no sería justo que por su cobardía ella también pagara las consecuencias.

—¡Muy bien, si nadie se piensa retirar pues comencemos!

Tenten alzó su mirada y recorrió toda la plataforma con la vista; ella no solía ser una cobarde, pero aventarse desde veinte metros no era algo simple ni cotidiano.

—Las parejas se aventarán en el orden en el que llegaron a la torre, quiere decir que los primeros serán: Uchiha Sasuke y Hyuuga Hinata, seguidos por Hyuuga Neji y Uzumaki Tenten, luego serán Sai y Karin, Nara Shikamaru y Sabaku No Temari, Uzumaki Naruto y Haruno Sakura, Yamanaka Ino e Inuzuka Kiba, Sai y Karin y por último Rock Lee y Shion.

—¡Lo haré por usted Gai-sensei! —alardeó el joven de las enormes cejas.

—Tendrá que esperar Rock Lee, porque en este instante pido que la primera pareja pase.

Hinata tomó mucho aire, le temblaban las piernas y sus manos sudaban; pero por ningún motivo se retractaría en el camino, sería humillante para ella, además si lo hacía Sasuke se decepcionaría y seguramente terminaría odiándola.

Lentamente el Uchiha y La Hyuuga comenzaron a ascender por los numerosos escalones. Sasuke no mostraba emoción alguna, mientras que Hinata, aferrada al barandal se repetía una y otra vez “no mires abajo”