Harry Potter ¡Sigamos a Lupin! .

Este escrito lo he hecho para la actividad de ¡Atínale a Potter!, espero que les guste :3.

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— ¡Me has pisado! — Me gritó Sirius en la oreja, me volví y le tapé la boca con brusquedad.

— ¡¿Quieres callarte?! — Gruñí molesto.

— ¿Me puedes decir otra vez por qué estamos aquí? — Dijo Peter encorvándose en sí mismo, tan cobarde como siempre.

— Quiero saber que rayos hace Remus. ¿No han notado que cada temporada sale a escondidas del castillo y va al Sauce Boxeador? .

— ¿Y eso por qué nos incumbe? ¡Basta con echar un vistazo al lugar a donde viene! ¡Esta casa da miedo! — Dijo Sirius alterado, creo que está molesto por haberlo levantado tan tarde… bueno ya es tan tarde que es casi temprano.

— Sin mencionar que casi nos mata el Sauce boxeador.

— Dejémonos de eso, ¡Si McGonagall se entera de que salimos a estas horas nos expulsarán!.

¿Pero cuando estos dos se han vuelto tan miedosos. Preferí no decir nada más, pues si siguen haciendo tanto escándalo no podremos saber que pasa aquí.

Remus se escabulle cada luna llena al Sauce boxeador, cuando le preguntamos que hace allí nos cambia el tema, y hace lo posible por seguirlo evadiendo. Honestamente me molesta mucho, ¿que no somos amigos? sabe hasta el más mínimo detalle sobre nosotros y él nos cuenta todo.

¡Incluso ya sabemos que le gusta aquella chica tan rara de Hufflepuff!, ¿qué podría ser más extraño y bizarro que eso?.

Abajo del Sauce boxeador hay una especie de madriguera muy rara y grande, que da cabida a un enorme y oscuro túnel. ¡Y al final de éste hay una casa enorme y aterradora!.

Vieja y extraña, todo cruje y suena.

— James. — Me llamó Sirius.

— ¿Qué?.

— ¿Escuchan eso? — Guardamos silencio y dejamos de caminar, en los pisos de arriba se escuchaban cosas romperse y quejidos monstruosos. Peter palideció.

— ¡V..Vámonos de aquí!. — Gritó tartamudeando y dándose la vuelta, lo tomé de la túnica y le lancé una severa mirada.

— ¡Remus está aquí!. — Dijo Sirius señalando la varita de nuestro amigo tendida en el suelo. Los ruidos se hicieron terribles y los gruñidos que parecían ser de un animal se convirtieron en aullidos.

Sirius corrió delante de mí y comenzó a subir las escaleras, yo le seguí mientras arrastraba al idiota de Peter que no hacía más que llorar.

Recorrimos fácilmente tres pisos buscando a Remus llamándolo mientras seguíamos subiendo.

Al final en el último piso había una sola puerta, la que tiré de una patada. Miramos adentro horrorizados.

La luz de la luna entraba por una ventana y bañaba la destrozada habitación, la ropa de Remus estaba rasgada en el suelo y encima de ella retorciéndose había un enorme monstruo. Con garras largas parado en dos patadas y cubierto de cabello.

El sonido de la puerta cayendo hizo que nos clavara la mirada, tenía ojos negros pequeños y horribles. Peter seguía llorando de miedo mientras que Sirius y yo estábamos estáticos mirando al hombre lobo que teníamos en frente.

Nos lanzó un aullido estruendoso, tenía intenciones de lanzársenos encima.

— ¡Corran! — Gritó Sirius sacándome del trance y jalándome del brazo. Bajamos las escaleras a toda velocidad, Peter que iba atrás de mi tropezó cayéndome encima, a continuación yo caí encima de Sirius y los tres rodamos escaleras abajo.

Mentiría si dijera que no me dolió…

Quedamos en el segundo piso y nos levantamos torpemente, el monstruo iba detrás de nosotros aullando y gruñendo. Se lanzó encima de nosotros y nos atrapó bajo su enorme cuerpo.

Peter gritó desesperado, no... Los tres gritamos desesperados y muertos de miedo. Creo que los gritos tan fuertes intimidaron al monstruo, pues nos miró con sorpresa y se lanzó hacia adelante.

Comenzó a golpearse con los muebles como si se hubiera vuelto loco. Lo miramos atónitos.

Miré a la ventana que teníamos a un lado y pude ver que la luna se estaba ocultando.

Sirius se levantó y tomó una silla. Corrió hacia el lobo y se la destrozó en la cabeza. El monstruo cayó desmayado.

Ayudé a levantarse a Peter quien estaba casi desmayado, y felicité a Sirius por su gran acto.

— ¡Hombre! ¡De ahora en adelante quiero que me llamen el domador de hombres lobo! — Gritó enorgullecido poniendo un pie sobre el lobo.

— ¡Déjate de tonterías y busquemos a Remus! ¡No había ni una pizca de sangre en el suelo de ese cuarto, debe haber huido! — Dije sacudiéndome la ropa.

— Y... ¿Que hacemos con el hombre lobo?. — Murmuró Peter frotándose las manos.

Entonces el animal gruñó de nuevo y comenzó a retorcerse, Sirius se echó para atrás de un salto y yo me puse enfrente de Peter.

El hombre lobo dejó escapar un enorme aullido y volvió a desmayarse. La luna se había ocultado, amanecería pronto… El licántropo se estaba volviendo humano de nuevo, y no era nadie más que … ¡Remus!.


— ¡Remus es el hombre lobo! — Gritó Sirius llevándose las manos a la cabeza, yo me acerqué a nuestro amigo quien estaba desnudo. Me quité la túnica y se la puse encima.

Entonces vino Peter con un balde con agua sucia y se la echó encima al pobre.

— ¡Petter!.

— ¡Al carajo la amabilidad! — Dijo molesto, Remus se despertó tosiendo y temblando de frio, creo que le dio aún más frio al vernos ahí parados enfrente de él.

— Pero… — Sirius se le adelantó y le asestó un gran puñetazo en la mejilla.

— ¡Idiota! ¡Mal amigo, mal amigo! ¡Estúpido! ¡Imbécil!. — Tuve que agarrarlo por atrás para que se relajara.

Lupin se agarró la mejilla y se puso bien mi túnica, se veía… ¿Apenado?.

Si… apenado, como un niño regañado, con la cabeza baja y las manos entrelazadas, Peter tenía el ceño fruncido y Sirius suspiraba molesto. Yo seguía atónito, Remus era un licántropo y esto es desde siempre…

Yo también quería golpearlo por no habernos tenido la confianza para contárnoslo… ¿Acaso pensaba que…?.

Sirius se abalanzó sobre él y lo abrazó muy fuerte, yo no dudé en hacer lo mismo y Peter también. Remus comenzó a llorar…



Al final nos contó que de niño un hombre lobo lo había mordido, y que esto le pasaba cada luna llena.

Cuando entró a Hogwarts venía a esta casa para poder transformarse sin lastimar a nadie, y que no nos había dicho nada por miedo a que nos aterrorizáramos y lo rechazáramos. Aunque creo que nos dio más miedo el descubrirlo de esta manera…jamás lo habríamos hecho a un lado por ser un licántropo.

Él es nuestro amigo…


— Si Remus es un hombre lobo ¡yo quiero ser un perro enorme y negro! — Dijo Sirius emocionado mientras caminábamos de vuelta al castillo, el sol estaba saliendo. — James, ¿Cuál es tu animal favorito?.

— El ciervo. — Dije sin titubear.

— Ahora que lo pienso te queda de maravilla. — Dijo Remus riéndose, yo le dí un golpe en la cabeza. El apodo de “el cornudo” nunca me ha gustado.

— A mí me gusta mucho el tigre. — Dijo Peter, los tres nos reímos a carcajadas.

— ¡Si un animal te queda a ti, sería la rata!. — Peter le dio una patada a Sirius, pero también comenzó a reírse.




Llegamos a nuestro dormitorio a hurtadillas, nadie nos vio entrar y con la misma rapidez nos metimos a la cama, no dormiremos casi nada hoy.

Mientras trataba de conciliar el sueño, Sirius me picó el costado y me pasó una bola de pergamino, refunfuñé y abrí el pedazo de papel.

— Ya tengo la introducción para el mapa. — Dijo sonriente antes de volverse para dormir.

Ya estaba todo claro por lo que pude leerlo sin mayor esfuerzo, lo acababa de escribir así que la tinta se había corrido un poco, el texto decía así:


“Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta,los proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen en presentar el Mapa del Merodeador”.




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Y eso sería todo, espero que haya sido de su agrado, y si han encontrado algún error no duden en señalármelo :3.


Espero sus tomatazos xD.