¡Plum! El joven Cayetano se encontraba paseando tranquilamente junto al camino de tierra que salía del pueblo, cuando de pronto: “¡Plum!” Un pequeño paraguas rojo, que el viento había arrastrado, se acababa de enganchar en las ramas de una encina. Lo desatascó de las ramas y buscó en rededor a su dueño. Sólo había una sonriente niña pequeña, que con la mano despedía a un hombre que se alejaba de espaldas a ella por el camino de tierra. Cayetano se acercó a la niña ̵ Hola… ̵ dijo tímidamente ̵ Perdona, pero ¿es tuyo este paraguas? ̵ ¡Mi paraguas! Muchas gracias ̵ dijo la niña cogiendo el paraguas y reabriéndolo ̵ ¿Cómo te llamas...? ̵ preguntó algo sonrojada mientras jugaba a girar el paraguas. ̵ Cayetano. La pequeña se acercó a él ̵ Yo soy María Isabel... ̵ saltó hacia él y le dio un besito en la mejilla ̵ Gracias. Ahora el que se marchaba, algo sonrojado, por el camino de tierra, era él. María Isabel le despedía sonriente, miró al paraguas y le dijo: “¡Bien hecho, Plum, y ahora...” cogió impulso ̵ ¡¡vuela!! ̵ y lanzó el pequeño paraguas rojo. El viento se lo llevó volando y… “Plum”
Ooooh, parece que todo estaba perfectamente estudiado (?). No alcanzo a saber si todo forma parte de la imaginación de la niña o si realmente ese pequeño paraguas tiene algún poder, como el de volar y alcanzar sitios inimaginables. Quiero pensar lo segundo. Bonito micorrelato. nwn