One-shot de Naruto - ¡No saltes! (NaruSaku)

¡No saltes! (NaruSaku)

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¡Hola CemZoo! :3 Aquí otro NaruSaku un poco "random". (?) OK, es algo que no se ve todos los días, se darán cuenta al leerlo. ;______; En mi opinión, no me quedó tan mal. :'D

La ficha:

Autor: KaoriSama/Tsubaki/Próximamentealguienmás.
Título: ¡No saltes!
Pareja/s: Naruto x Sakura. (L)
Género: Romance/General.
Clasificación: K+
Tipo: One-shot.
Palabras: No lo sé, no sé contar palabras en Word 2010. D: Si alguien puede, me dice, please. ;______; En spoiler, claro.
Advertencias: OoC a toneladas, pésimo final y... pues... bláh. Me inspiré leyendo un fic Peachshipping (YugixTea). x333

Sumario: <<Ella era la única razón del porqué no se dejaba caer; escuchando sus súplicas... obtenía valor y vergüenza al mismo tiempo>>

Dedicatoria: AnneA. *D* Kiiori y Aliandy. :3

Como dije, me inspiré leyendo un fic de Yu-Gi-Oh!Peachshipping. e.e

Espero que les guste. *_______*

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[FONT=&quot]¡No saltes![/FONT]​

Sus pasos la ayudaban a avanzar por el pasillo. Aún se preguntaba desde qué momento empezó a ver todo de cabeza, a ver todo de una manera totalmente contraria a la que ella usual o generalmente lo haría. Simplemente para ella —que era una adolescente realista— no tenía sentido alguno cambiar de opinión de una hora a otra; eso, desde su punto de vista, requería un largo rato para pensar.

Pero no...

Era extraño. Ella no era de ese tipo de personas que se veían en el espejo y decían "cambiaré de opinión hoy, quizá tenga otra mañana". No, claro que no. Si había alguien en el mundo que sinceramente meditaba lo que hacía era ella: Sakura Haruno, hija de doctores, madura hasta cierto sentido, fuerte pero muy sensible.

Físicamente no era la más hermosa de todas. Su contextura no era la de una gran modelo, no. No era muy alta ni proporcionada. Era difícil poder distinguir una curva en su cintura y su pecho era totalmente chato, a penas se podía decir que tenía "algo". Claro, sus cuencas, poseedoras de dos hermosísimas esmeraldas, le daban gran belleza a su rostro, sin mencionar su exótico cabello fucsia, corto pero suave.

Su mirada permanecía plantada en la punta de sus botas negras mientras que, pensativa y angustiada, avanzaba de forma paulatina. Analizaba en qué momento empezó a sentir cosas tan confusas por Naruto Uzumaki, su mejor amigo desde la Academia Ninja. Aquel joven estúpido y cabeza hueca que siempre le gritaba de manera amena "¡Sakura-chaaan!" era irritante, pero tierno y amable.

Desde la partida de Sasuke Uchiha, su amor platónico, Naruto siempre sostuvo su mano justo antes de caer. Secó sus lágrimas y —con gran paciencia— siempre la animó con la poco fructuosa esperanza de "traer al azabache de vuelta a la villa". ¿Por qué nunca se había dado cuenta de que realmente lo amaba a él? ¿Por qué nunca se había dado cuenta de que quien realmente valía la pena era él, su amigo?

Irónico pensar que aquella situación encajaba con la prístina frase "el amor es ciego". Mientras Uzumaki blandía su corazón tratando de mantenerla firme, esperanzada, él no se dedicaba en lo más mínimo en sostener el suyo antes de que cayera al vacío. Aunque se estuviese muriendo de decepciones por dentro, lo que importaba era mantener la ingente promesa, verle sonreír.
Suspiró con aprensión, dirigiendo la mirada verdosa al frente para encontrarse con una entrada de madera a la cual, luego de carraspear levemente, se dispuso llamar.

—¡Naruto! —se escuchó—, ¿estás ahí?

No hubo respuesta, por lo que intentó otra vez, pero nada. Tocó con sus dedos tres veces con suavidad. No podía estar dormido, es decir, él no se encontraría en su tálamo a esas horas: las ocho de la noche.

Haruno empezó a desesperar; tocó con más fuerza esta vez con el puño cerrado. Se escuchaba aquel sonsonete grave en todo el pasillo.

Hizo un mohín para después girar la vista a la derecha, luego a la izquierda, donde vio la puerta que conectaba la azotea con esa misma pieza; estaba abierta. Quizá Uzumaki se encontraba mirando el cielo índigo encapotado de estrellas brillantes junto con aquel astro argentado llamado Luna. Siempre como él, mirando el cielo con esa gran sonrisa impregnada de enorme ilusión.
Sonrió para sus adentros, subiendo por las escaleras caracol que pronto la llevaría junto con él. ¿Qué mejor que decir tus sentimientos bajo la cuna de astros en una noche totalmente de película con la Luna de testigo?

No se apresuró a llegar a su objetivo, puesto que sería horrible para ella llegar al techo y perturbar al joven.

Aplicó un movimiento de traslación al rectángulo leñoso, dejando ver el piso sin personaje alguno. Investigó con minuciosidad —cuan ninja especializado— el lugar, pero con resultados no deseados.

Una vez terminó de ingresar al exterior (*) vio una figura que no había podido divisar desde el umbral de la entrada: era él, Naruto Uzumaki, el rubio hiperactivo y simpático.

Su boca se enarcó hacia arriba cuando estaba a punto de acercársele, pero pronto se dio cuenta de sus intenciones.

La silueta masculina se desplazaba para poder llegar hasta donde se encontraba el borde del edificio, unos segundos pasaron y Sakura quedó petrificada sin poder mover ni un dedo. Estaba ahí en pos a ella, mirando hacia abajo con intensiones de saltar. Su mirada era tan lúgubre que incluso podía llamársele "tétrico".

La joven de irises jades ordenó a sus extremidades que se movilizaran con alígero pavor para detenerle.

Uzumaki sintió cómo en cualquier momento la fuerza eminente de la gravedad empezaría a actuar sobre él, pero no pasó.

Sakura tomó las dos manos del joven, buscando que la caída no se llevara acabo. ¡¿Qué estaba pensando ese idiota?! ¡¿Se estaba volviendo loco?!, eran preguntas que se haría cualquiera, en especial Haruno, quien blandía con muchas fuerzas las extremidades ajenas.

El rubio separó sus párpados quedando absorto ante la acción. ¿Quién le había tomado en ese momento? No tenía valor para mirar hacia atrás para descubrirlo, sería horrible que alguien presenciara su oprobio. Tal vez era Kakashi, quien le detenía usualmente si hacía algo malo o incoherente. Pero lo que lo sujetaba era demasiado sutil y fino: eran manos femeninas.

—¿Quién...? —susurró al aire.

—¡Naruto, ¿estás loco?! ¡¿Por qué te quieres lanzar?! —cuestionó la joven. Su espíritu era tan sensible... Ya sentía las gotas frías y saladas recorrer sus mejillas con ligereza. Mordió su labio inferior, colocando más resistencia al agarre.

El aludido se sorprendió al escuchar aquella voz femenil; empezó a meditar en silencio. No quería esforzarse en caer a la muerte, pero no le parecía "genial" lo que estaba haciendo Sakura al oponerse a sus decisiones. Sus ojos azules se clavaron directo en la nada, reflexivo. Lo que iba a hacer era algo incoherente, insano. Pero no quería seguir viviendo. Ya habían pasado años desde que había hecho su promesa a su amiga y aún no la cumplía.

Orochimaru estaba muerto, había derrotado a Akatsuki, ¿entonces? Alcanzar a Sasuke era casi igual que tratar de alcanzar el cielo, o era que él mismo se hacía inalcanzable.

—Sakura-chan... Yo... no he podido cumplir mi promesa contigo —murmuró destruido por dentro, decepcionado de sí mismo. ¿Cómo se había hecho tantas ilusiones? ¿Cómo se había dejado llevar por su "fe"?

El destinatario quedó absorto. No supo qué decir en ese instante. Era cierto que le dolía que Naruto aún no consiguiera lo que había prometido, pero ¿por qué? En ese instante no le importaba lo que le pasara a Sasuke. Simplemente no podía dejar que el chico cayera.

—¡Naruto! —exclamó con lágrimas—. No importa que aún no cumplas tu promesa, ¡eso no me importa! —gritó—, Sasuke-kun no quiere volver, no podemos hacer nada. Tú has sido quien más se ha esforzado por traerlo de vuelta, Naruto, pero no quiero que te perjudiques tanto por eso. Yo he sido una inútil, no he podido hacer nada mientras tú lo haces todo solo. ¡Es mi culpa! Pero, Naruto, no quiero que hagas esto, ¡por favor!

Las palabras de la joven le habían conmovido, habían tocado lo más profundo de su ser. Escuchaba atentamente sus sollozos, tan frágiles como toda copa de cristal. Melodiosos...

Quedó cabizbajo por unos instantes, pensando otra vez. Gran parte de lo que decía la parlante era verdad, un muy buen argumento. Sin embargo, él había hecho la promesa, había jurado. ¿Entonces? ¿Qué debía hacer?

Sintiéndose derrotado por lo que le gritaba la fémina, articuló con decepción:

—¿De qué vale vivir si ni siquiera puedo traer a Sasuke? Ése es el único motivo de que yo fuese a entrenar con Ero-sennin durante dos años, es el único motivo de que yo esté aquí... —fue interrumpido abruptamente.

—¡Tú vales mucho para mí! ¡Yo... Yo no sabría qué hacer si tú murieses! ¡Porque yo... —hizo una pausa breve, sorbió con la nariz y apretó más el agarre— yo te amo más que nada! —vociferó con voz sumamente quebrada. Le dolía la garganta y con las pocas fuerzas que tenía aún sujetaba al inexpugnable varón.

Aquella noticia logró que los pensamientos del joven se disolvieran como el azúcar en una taza de café. ¿Qué acababa de decir Haruno? ¿Que... lo amaba? Era insólito, ella amaba a Sasuke, ¿entonces? Tal vez ella se había inventado aquello para evitar que él se lanzara.

—No me tienes que mentir, Sakura-chan.

—¡No miento! —exclamó desesperada, casi automáticamente—. Naruto, ¿crees que si no te amara seguiría teniendo fe en ti? ¡No seas idiota!

El momento paralizó a ambos. Ya todo estaba dicho.

Uzumaki dejó que Haruno le halara para ponerlo a salvo, una vez hecho esto, la muchacha le abrazó con una sensación muy extraña en su pecho. No sabía si era desesperación, dolor, furia, esperanza o consuelo. Solamente sabía que le dolía que su compañero intentara aquel estólido suicidio.

Le apretó con dureza, como si estuviera a punto de perderlo de sus brazos. Él le correspondió con tranquilidad. Aquellos sollozos le conmovían y le hacían querer protegerla, pero ¿protegerla de qué? No sabía, sólo no quería que ella se preocupara tanto por él.

<<Esto no debió pasar...>>, pensó arrepentido, abatido. Cerró sus ojos, pero los abrió una vez que escuchó el débil timbre de su compañera.

—Naruto... No vuelvas a hacer eso, ¿entiendes? —farfulló entre gemidos.
El aludido tomó el mentón de la chica con sus manos, elevándolo para que pudiera verle a los ojos. Los faroles azules y los verdes tuvieron un encuentro parsimonioso; él sonrió.

—No, no volveré a hacer eso —espetó, volviéndole a abrazar—, no lo haré por ti, Sakura-chan.

Fin~



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[N/A]

¿Merezco admiración, golpes o demás? La narración me quedó muy simple. ;_____;

En fin, arriba el NaruSaku. :hohoho:!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Bye. xD

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Re: ¡No saltes! (NaruSaku)

Hahaha, es muy temprano, pero contesto las dudas, que veo aparecieron desde muy temprano. xD

Ali: Asdf! dies* Me partí en esa parte, lol, Naruto quería decir que no volverá a hacer eso porque Sakura se lo pidió. Creo que no me estoy dando a entender desde hace poco. .0. Muchas gracias por tu comentario, realmente me anima a seguir, pero a veces siento que me comentas forzadamente. D:
PD: Pues ve a la cocina. xDDDD (????)

Ornella: Muchas gracias por tu comentario. :3 Sí, creo que lo hice muy tranquilo. D: Pero quizá sea porque él, desde el fondo de su corazón, no quería suicidarse realmente, no sé. (?) e_eU Lo del "te amo más que nada"... LOOOOL, sí. A mí también me recuerda eso. xDU

Muchas gracias a ambas. :3 Se les quiere~ <3