¡Miseria! ¡Te amo! Algunas personas se enamoran de quien les hace daño, pero ¿Tú te enamorarias de quien le hace daño a todos? La miseria, la mala suerte y la desgracia es algo que todos hemos sufrido alguna vez en la vida, nadie se salva de ellas…o de ella. ¿Qué pasaria si te enamoraras de alguien cuyo trabajo es hacer sufrir a todo el mundo? ¿Podrias soportarlo? ¿Podrias amarla? El joven de veintitantos años y cabello castaño yacía dormido plácidamente en su cama, sin preocupaciones y con un sueño tranquilo. Una chica de cabello negro sumamente largo y de una figura muy fina observaba al chico sentada en una silla junta a su cama, lo veía dormir con la dulce mirada que proyectaban sus ojos color naranja. Ella volteo su mirada hacia el despertador del buro del chico, acerco su mano y lo tomo con una ligera sonrisa, abrió la caja de las baterías del reloj y paso sus delicados dedos sobre estas, de inmediato las manecillas dejaron de moverse. Ella regreso el reloj a su lugar de origen y volvió a su tarea de vigilar al chico. Pasaron unos segundos y un chillante sonido comenzó a sonar, la chica sorprendida busco con la mirada en toda la habitación el origen del ruido. Por simple lógica y tras unos segundos de ruido el chico despertó, a penas abrió sus ojos vio a la hermosa chica sentada junto a su cama, no se sorprendió ni se altero, simplemente llevo su mano debajo de su almohada y saco un teléfono celular que sonaba fuertemente. — ¡Eso es trampa! — Grito la chica mientras el joven apagaba la alarma del celular. El chico simplemente ignoro a la chica y se levanto para poder cambiarse. — ¡Hey! ¿Me estas ignorando? — Cuestiono la chica. El joven se encamino a su closet y de este saco un traje negro. Comenzó a vestirse tranquilamente mientras la chica lo veía furiosa. —Eres un idiota, además ese traje no te queda — Grito la chica y acto seguido le aventó una almohada en la cabeza. Está golpeo al chico mientras se ponía la corbata. — ¿Qué no me queda el traje? ¡Lo dice quien lleva 3 días con la misma lencería! — Respondió el chico — Sabes que no me gusta la ropa “Moderna” — Pronuncio la chica mientras le sacaba la lengua. — Lo olvide, eres una abuelita que gusta de usar los vestidos del renacimiento — Comento el chico con una suave risa. — Eres un idiota Gabriel, y si, esos vestidos de abuelita tienen más clase y elegancia que cualquier vestido de ahora — Grito furibunda la chica. — Vamos, no te alteres, te hará daño, mejor dicho me harás daño — Comento el joven mientras se acomodaba el cuello del traje. — Tarado — Comento la chica mientras dirigía su mirada al teléfono celular. — ¿Cómo supiste que el despertador no iba a sonar? — interrogo la chica. — M, has hecho eso por casi un mes, era hora de tener un plan b — Respondió Gabriel mientras tomaba un portafolios y su teléfono celular. Gabriel salió de su habitación, paso por la sala y tomo rumbo a su cocina. — ¿No vas a desayunar? — Interrogo M quien le había seguido hasta la cocina. — La leche esta echada a perder, ya no hay café, no hay jugo, hay huevos pero no jamón ni tocino¿Qué se supone que desayune? — Contesto Gabriel. — ¿Cómo sabes? ni siquiera has revisado la cocina — Interrogo sorprendida la chica. — M, tu no preguntas por algo a menos que lo hayas saboteado — Dijo Gabriel mientras tomaba unos papeles de la mesa y los metía en su portafolio. — Que aburrido eres — Dijo la chica mientras se sentaba en el sofá de la sala. —Si, si, lo que digas, por cierto no toques la tele ni el ordenador ¿Entendido? — Ordeno Gabriel mientras se acercaba a tomar sus llaves. — Que aburrido, seria mejor si te acompañara — Pregunto M mientras se recargaba el sillón.— Ya me voy M, regresare en la tarde — Argumento Gabriel mientras salía de la casa. Gabriel salió de la casa, y se dirigió a su trabajo. Camino unas cuadras cuando vio una cafetería y decidió entrar y comprar algo para el hambre. Después de unos minutos salió con un café y un sándwich en mano. Siguió avanzando hasta doblar en una esquina donde se topo con M. — ¿No te molesta que te acompañe cierto? — Cuestiono la chica burlonamente ahora vestida con un vestido de tirantes muy veraniego. Gabriel ignoro a la chica y su comentario para seguir caminando. — Tarado — Susurro M. Gabriel estaba apunto de cruzar la calle cuando de pronto y sin motivo aparente M le tiro el café al suelo. Gabriel se molesto mucho pero trato de mantener la compostura y después de unos segundos para calmarse siguió su camino ahora sin su café. Apenas puso en pie fuera de la banqueta 2 coches que venían en sentido contrario se estrellaron enfrente de el, casi arrollándolo. Gabriel volteo a ver a M furioso y molesto, sabia que esto había sido su obra. Afortunadamente ambos conductores bajaron caminado de los vehículos mientras una gran cantidad de personas se acercaban a ver lo ocurrido. Gabriel guardo su enojo y continuo su camino al trabajo, después de unos minutos de camino llego a un pequeño consultorio de fachada café. Entro aún algo intranquilo y se acerco a la recepcionista que estaba en el lugar. — Buenos días doctor Gabriel ¿Se siente bien? — Cuestiono la recepcionista al ver que Gabriel se acercaba. — No Laura, casi me atropellan — Comento Gabriel mientras se recargaba en la mesa de recepción. — ¿Otra vez? Es la cuarta vez esta semana y apenas es martes — Comento Laura un poco preocupada. — Si, supongo que no es mi semana — Dijo Gabriel un poco más calmado. — Parece que la mala suerte lo sigue — Comento Laura con una risita buscando animar a Gabriel. — ¿Mala suerte? Esto es miseria en estado puro — Respondió Gabriel. — Puede decir que a la miseria le simpatiza mucho — Comento Laura siguiendo con el juego del doctor. — Ojala no fuera a sí, ¿No hay llamadas ni recados hoy? — Respondió Gabriel — Si, la señorita ortega llamo y dijo que llegaría 15 minutos tarde, el señor Andrade hizo una cita hoy a las 12:30, todas las demás consultas siguen normal y eso seria todo — Respondió Laura viendo unas notas en su escritorio. — Bien, gracias Laura, y algo más, ¿Podrías ir a traerme un café y una hamburguesa? nodesayune — Dijo Gabriel mientras le entregaba un poco de dinero. — Claro doctor — Contesto Laura con una sonrisa. — Gracias Laura y también cómprate algo — Comento Gabriel mientras se adentraba en el consultorio. El día trascurrió de forma normal y sin más percances. — Entonces eso me causa cierta tristeza a pesar de que se que debería causarme alegría —Comento un mujer acostada en un diván. — Simplemente usted se siente un poco insegura con sus triunfos, siente que no los merece o queno los ha ganado, debe entender que si lo ha ganado se lo merece, pero lamentablemente se nos ha acabado el tiempo por hoy, eso lo discutiremos mañana. — Respondió Gabriel a la mujer. La mujer salió del consultorio y acto seguido entro Laura. — Y esa era la ultima consulta del día — Comento Laura mientras se acostaba en el diván. — Afortunadamente si — Dijo Gabriel mientras se levantaba de la silla donde se encontrabasentado. — Rayos, ya me duelen por estar tanto tiempo sentado — Agrego Gabriel mientras se levantaba y se estiraba. — ¡Gabriel! — Dijo Laura riendo por la referencia de Gabriel. El día terminaba y era hora de volver a casa, Gabriel se despidió de Laura y cada quien tomo su camino a casa. Cerca de media hora después de salir Gabriel llego a casa. Entro tranquila y despreocupadamente pues, de regreso no había sucedido nada malo ni anormal. Camino por la sala hasta su habitación, dejo su portafolio en una silla y programo la alarma de su teléfono antes de acostarse en la cama. — ¿Estas molesto? — Sonó la voz fría de M desde la sala. — No— Respondió Gabriel — Después de todo es tu trabajo— Agrego. — Pero lo de hoy…— Intento Decir M. — Eres la mala suerte, la miseria y la desdicha, eres todo lo malo del mundo y es tu trabajo traermiseria— Comento Gabriel. — No es lindo se la miseria ¿Sabias? — Susurro M — Saber que has hecho infeliz a cada persona que existe o existirá — Agrego. — No suela lindo, por eso no estoy molesto contigo, se que es tu trabajo, lo que no entiendo es ¿Porqué soy el único que te puede ver? — Pregunto Gabriel. — No lo sé — Dijo M mientras se sentaba a en la orilla de la cama. Gabriel levanto la mirada para buscar los hermosos ojos naranjas que adoraba ver cada mañana. No los pudo ver, a sí que estiro su mano e hizo que M se recostara junto a el. — No importa lo que digas, seas la mala suerte o el mismo demonio, una de las grandes cosas enmi vida ha sido conocerte, has cambiado mi forma de vivir y ver el mundo, para mi eso es buenasuerte. — Comento Gabriel antes de caer dormido. — Gracias… por no dejarme sola — Susurro M. El hecho de que Gabriel conviviera tanto con M causaba que perdiera energía muy pronto y secansara rápidamente estando cerca de ella, a futuro esto podría ocasionar cosas peores que irse adormir temprano. La noche fría y oscura transcurrió lentamente, el suave sonido del viento podía confundirse con lamás frágil respiración, era la más hermosa noche desde hace mucho. Gabriel había caído dormido apenas tocar la cama, y entre sus manos ya hacia M recostada juntoa el. M se mantenía despierta, no dormía, no parpadeaba, ni siquiera respiraba, después de todo ella noera un ser humano y esas acciones eran trivialidades para ella. Mantenía la mirada fija a la ventana del cuarto, sus enormes ojos naranja se iluminaban con la luzde medianoche. Se veía tranquila a pesar de que estaba preocupada. Las horas pasaban lenta y agonizantemente para M, era la primera vez en su vida que deseaba verel sol en lo alto. — Gabriel despierta — Pronuncio Tranquilamente M Gabriel solo se movió y un pequeño sonido salió de su boca. M se tranquilizo un poco al sentirlo moverse. — Solo unas horas…por favor solo unas horas — Susurro M Pasaron 2 horas más y M decidió que era hora de empezar, procuro levantarse bruscamente paraque Gabriel se despertara. Este solo abrió sus ojos por unos segundos para ver como la mísera se levantaba de su cama y sealejaba. Cerca de las 6 a.m. el teléfono celular comenzó a sonar. Gabriel se despertó algo cansado ysintiéndose un poco mal, supuso que era por haber dormido tanto tiempo junto a M, no le dioimportancia y siguió con su rutina de las mañana. — M ¿Dónde estas? — Grito Gabriel una vez que se termino de vestir. — Supongo que debió salir — Se dijo a sí mismo, aun que era raro que M saliera sola. Una vez listo salió de casa, se dirigió al trabajo con un nudo en la garganta, sentía que algo estabamal, pero no sabia que, y con M fuera quien sabe que cosas podrían pasar. Sorprendentemente el trayecto de Gabriel fue tranquilo, inclusive encontró un billete de $100. Tal parecía que hoy era su día de suerte. — Buenos días Gabriel, vaya hoy te ves muy bien — Comento Laura una vez que Gabriel entro alconsultorio. — ¿Tu crees? — Pregunto Gabriel. — Si, te ves con más energía y con más vida — Respondido Laura. — Supongo que hoy si es mi día — Comento entre risas Gabriel. Cerca de las 12 p.m. Gabriel había decidido tomarse un descanso. Se puso a platicar con Laura mientras esperaba la siguiente consulta. — Entonces ¿Qué harás el viernes? — Interrogo Laura. — No sé, creo que veré el partido y me tomare un bien merecido descanso —Respondido Gabriel. — Que mala suerte, quería invitarlo a una cena — Respondido tímidamente Laura. — Suena bien, pero podrían enojarse conmigo— Argumento Gabriel. A penas término de decir eso una pequeña sacudida se pudo sentir en el consultorio. Primero fue un pequeño movimiento pero poco después se convirtió en un verdadero terremoto. — ¡Laura! — Dijo Gabriel mientras la jalaba del brazo para poder salir del lugar. Laura solo se mantenía cerca de Gabriel que buscaba salir lo más pronto posible. Lograron salir instantes antes de que la pequeña fachada cayera en la puerta impidiendo laentrada o salida del lugar. Se podía oír el crujir de la tubería y el drenaje, las alarmas de los autos y muchos gritos de personashistéricas. Gabriel y Laura se quedaron cerca de los escombros de la fachada mientras terminaba elterremoto. Los vidrios de diferentes edificios tronaban y se despedazaban, los espectaculares caían sobre lascalles y los postes más flojos bailaban. Después de casi 2 minutos todo ceso. Se podía oír un silencio profundo en la ciudad, las callesestaba atiborradas de gente que escapo de las entrañas de los edificios. Había sido un temblor fuerte, pero parecía que no había ningún edificio o estructura derrumbada. Paso una Media hora cuando unos paramédicos atendían a Gabriel y Laura, pues se habíadetectado una pequeña fuga de gas cerca a ellos, posiblemente causada por el terremoto yrevisaban que no hubiera intoxicados. — Por favor respire profundo — Indico el paramédico a Gabriel. Gabriel Obedeció y lo hizo. — Nuevamente por favor — Dijo el Paramédico mientras sostenía un estetoscopio contra el pechode Gabriel. — ¿Se ha sentido bien en los últimos días señor? — Interrogo el paramédico a Gabriel. — Solo un poco cansado, debe ser por estrés — Respondido Gabriel. — Me temo que su respiración y sus latidos son pausados, será mejor que lo llevemos al hospital arevisión — Dijo el paramédico mientras ayudaba a Gabriel a subir a la ambulancia. — Espera, ¿Y la chica que estaba conmigo? — Cuestiono Gabriel. — Ella esta bien y se puede retirar, no se preocupe — Respondido el paramédico. En el hospital un doctor hablaba con Gabriel sobre lo que había descubierto después de unosanálisis posteriores a su llegada. — Señor Torres me temo decirle que hemos encontrado un pequeño tumor en su pecho, quepresiona sus pulmones y su corazón, me sorprende que no se haya sentido mal en estos días. —Dijo el Medico. — Me había sentido muy cansado, pero creí que era por estrés. — Respondido Gabriel Algointranquilo. — Bueno, no se preocupe, ya hemos programado una cirugía para retirar el tumor, por suerte estaen una zona poco comprometida de su cuerpo, a sí que será una operación segura y sin riesgos —Respondido el Doctor antes de salir Pasaron las horas y la cirugía se llevo sin inconvenientes, Gabriel había salido muy bien y el doctorle dijo que en unos días podría salir. Gabriel tomo los días en el hospital para reflexionar un poco lo que había sucedido con el y Miseria. Hacia tiempo que no la veía y se preocupaba por ella. Un día antes de salir del hospital Gabriel estaba particularmente ido, parecía deprimido y triste. — ¿Por qué no estas conmigo M? — Se cuestiona Gabriel ante la ausencia de la Mala suerte. — ¿Dónde están tus hermosos ojos color atardecer que amo ver cada mañana? — Se dijo a simismo mientras caía en los recuerdos de su vida. Se mantenía cabizbajo mientras recordaba, todos sus recuerdos con ella eran tristes, pero aún a si los mantenía con cariño. — Recuerdo la vez que tiraste mi ropa a la basura y llegue tarde a la cita con Ximena, recuerdotambién que asaltaron ese restaurante la misma noche, pobre Ximena estuvo mal durantesemanas, si hubiera llegado a tiempo también me hubieran robado a mí. — Recordaba Gabrielentre risas. — Oh la vez que me robaste la cartera, y tuve que regresar antes cuando salía con Mariana y en la mañana escuche que encontraron una pareja muerta, Mariana ya jamás me hablo — RecordabaGabriel como si Miseria estuviera ahí. — El martes que me tiraste el café e hiciste que me retrasara, si no me hubiera detenido hubieraterminado entre los 2 autos — Comento Gabriel mientras volteaba a ver la orilla de su camaesperando que Miseria apareciera de pronto como acostumbraba. — ¿Sabes que es lo peor? Que siempre que me hacías algo malo o me molestabas, me salvabas dealgo incluso peor, no se como pude ser tan estúpido, tarde demasiado en darme cuenta, y ahoraque se la verdad ya no estas, no se a donde te has ido, y no se si regresaras, pero Miseria, te amo —Susurro Gabriel. Gabriel termino su estancia en el hospital y regreso a casa. Ahora su hogar se sentía más cálido, más luz entraba por las ventanas y parecía haber recuperadodurabilidad, la miseria había dejaba estragos temporales como todo lo que conviviera con ella. Gabriel entro tranquilo a casa, se paseo por toda ella, como si fuera la primera vez que la visitaba,pero la verdad buscaba desesperadamente a Miseria. Estaba desesperado buscándola, no podía concebir que se hubiera ido a sí sin más — ¿Por qué abandonaría a la única persona que le puede ver? — Se cuestiono Gabriel decepcionadomientras se sentaba en el sofá que acostumbraba tomar M para ella sola. Sin darse cuenta se quedo dormido en aquel sofá, estaba cansado y estaba triste la peorcombinación para cualquier persona. Después de unas horas de sueño Gabriel despertó, ya era tarde y la luna se encontraba en elfirmamento, una luna llena como pocas en los últimos meses. Sus ojos se mantenían firmes en al ventana, mientras seguía cuestionándose que había sido deMiseria. — Eres un Idiota — Sonó un voz en la habitación. Los ojos de Gabriel se iluminaron, Miseria había vuelto. Sin pensarlo 2 veces Gabriel se levanto del sofá buscando desesperado a la chica, miro a todos ladospero no la encontrar y cuando regreso su mirada Miseria apareció enfrente del. Y por fin, después de algunos días de darse cuenta de la realidad, nuevamente tenia la presencia dela Miseria en frente del. Gabriel miraba embobado los ojos naranjas de M que brillaban tenuemente con la luz de la lunallena. — ¿Por qué te fuiste? — Interrogo Gabriel mientras se acercaba a ella. — Por que a si tenia que ser — Respondió Miseria mirando el suelo. — Lo bueno es que ahora podremos estar juntos — Dijo Gabriel Mientras la abrazaba. — No, solo he venido a despedirme — Dijo Miseria mientras sus ojos se empañaban. — ¿Por qué? — Cuestiono Gabriel Algo alterado. — ¿Recuerdas? Soy la miseria, la mala suerte y la desgracia — Dijo Miseria mientras veíafirmemente los ojos de Gabriel. — Aún a si te amo, ya te lo dije no importaría si fueras el mismo demonio ¡Te amo! Entiende —Dijo Gabriel un segundo antes de besarla. Una pequeña corriente eléctrica recorrió sus labios pero a el no le importo y continuo besando a ladesgracia. Pasaron unos segundos y el se alejo, quería oír lo que Miseria tenia que decir. — Y yo también te amo Gabriel, pero…— Dijo miseria mientras se alejaba de el. — Es mi deber, causar dolor y miseria al mundo, soy todo lo malo que puede existir y para ti que peor desgracia que vivir alejado de la persona que más amas, es por eso que me voy, pero ahora que me alejo de tu vida a ti te ira muy bien. — Comento Miseria con una Sonrisa para despuésbesar a Gabriel. — Adiós Gabriel que seas muy feliz — Dijo Miseria al separarse de Gabriel para desvanecerse mientras este aún tenia los ojos cerrados. — Miseria, ¡Te amo! — Susurro Gabriel mientras abría los ojos solo para ver a Miseria desvanecerse.