Harry Potter ¡Mami, mi amigo es un Metamorfomago!

Billy no superaba los siete años, era bajito, demasiado escuálido y algo flojito, pero sólo algo. Amaba dibujar, era uno de los mejores placeres de su muy pequeña y corta vida que disfrutaba sin ningún tipo frustración, así como comer las galletas que hacía su abuela y perderse por un instante en el arenero de su patio. Aunque también disfrutaba hacerlo en el que se encontraba en la plaza a la vuelta de su casa.

Ese era más grande y a veces, sólo a veces algún niño de su edad se acercaba a él a jugar. Pero normalmente eso no siempre ocurría con frecuencia. Billy era un niño tan común como una roca de un pequeño arroyo, que los demás lo encontraban poco interesante. Sin embargo, eso nunca lo detuvo.

Pero ese día, un sábado a la tarde, parecía ser diferente. Él siempre, siempre había sido muy positivo, a pesar de todo. Y como les había dicho, Billy nunca dejaba que algo lo detuviera.

Su hermano mayor, Chester, le tocaba esa vez acompañarlo. Él no era tan cuidadoso y demandante como su madre, así que sabía que no le importaría mucho si se ensuciaba. Dudaba siquiera que estuviera muy pendiente de él, y es que Chester siempre denotaba estar más cómodo charlando con la vecina que paseaba su perro todos los sábados, que estar vigilándolo. Tal vez, se dijo alguna vez, era por esa razón que siempre se ofrecía a llevarlo.

¿Pero qué podía entender él con apenas siete años? La arena parecía ser su única obsesión. Ya tendría tiempo para las niñas una vez fuera tan alto como su hermano. O eso decía su padre.

Él, por supuesto, no le daba importancia.

Cuando llegaron, Chester lo dejó libre. No tardó ni un segundo en tirarse en la arena, tan linda y suave. Blanca, tostada y con sorpresas, las que tenía prohibido tocar, claro.

Una sonrisa amplia había enmarcado su aniñado rostro. Tan grande como ese arenero; estaba haciendo ángeles, cuando fue allí, que escuchó una risita, tan clara como el rozar de su mano con las partículas de arena.

—Nunca había conocido a alguien tan divertido. —Billy levantó su cabeza inmediatamente y se llevó una gran sorpresa. De esas gratas que hacían saltar el corazón.

—¡Qué increíble, tu cabello es azul! Oh, espera un momento —se sentó sobre sus piernas y se apuntó con su dedo —¿crees que soy divertido?

—¡Por supuesto! Me agradas, soy Teddy.

—¡Y yo Billy. Es un placer, Teddy! —ambos rieron sin sentido mientras estrechaban sus pequeñas manos. —Jamás te había visto, ¿vives aquí?

—Mis padrinos se mudaron a esa casa hace poco —apuntó Teddy a una hermosa vivienda color pastel al otro lado de la calle —, ¡y hoy los vine a visitar! Mi padrino Harry es un tipo buena onda, y Ginny prepara un pastel de calabaza muy rico, más rico que el de mi abuela, en serio. Deberías probarlo.

—¡Me encantaría!

Billy pocas veces tenía una ocasión para hablar de su día. Todos en la familia aceptaban su obsesión por el arenero de la plaza, pero esa vez ninguno de los miembros de su familia pareció entender exactamente de qué hablaba. Sin embargo se alegraban de alguna manera que el pequeño hubiera encontrado un amigo tan especial como él.

—No me lo vas a creer, mami ¡mi amigo es un Metamorfomago! —ese había sido su último grito extasiado, antes de que su querida madre lo hiciera ir a dormir, prometiéndole que irían a visitar algún día a esos simpáticos señores Potter a la vuelta de su casa y a su ahijado Edward Lupin, alias Teddy, para que ambos disfrutaran de un buen día en el arenero.

La señora Cooper jamás había visto tan feliz a su pequeño Billy, y supo que en cierta forma, el día había sido memorable y mágico para todos.

Si supieran realmente que la magia existía más cerca de lo que pensaban...

~@~

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Espero que les haya gustado, siempre me imagino a un Teddy simpático y normal como cualquier otro niño, aún sabiendo que por sus venas corre la magia. Sé que nunca se le hubiera hecho difícil hacer amigos, después de todo es hijo de un Merodeador. Además, Billy necesitaba un compañero de aventuras para recorrer el arenero ¿no? xD

Ante cualquier error me lo hacen saber ¿sí? ¡Cada día se aprende algo nuevo!

¡Saludos!