¡Ejercita esos músculos!

Fandom: Prince of Tennis
Personajes: Ryoma, Momo, Eiji, Oishi, Tezuka y Syusuke.
Género: Humor/Amistad
Advertencias: Ninguna.
Nota: Esto es para el Desafío de El amor no es lo único. Espero les guste.

¡Ejercita esos músculos!​

— ¡Pijamada!

El albino cayó de bruces al suelo, aterrizando de cara con el corazón latiéndole a mil.

—Demonios, Eiji; aprende a controlar esa emoción, al bajito le pudo dar un paro aquí mismo. ¿Y qué haríamos? ¡Ya no habría comida!

Ryoma gruñó por lo bajo. Sus amigos eran un grupo de reverendos idiotas.

— ¿Qué están haciendo aquí? —quiso saber, levantándose del suelo y limpiando sus ropas. Apago la televisión y se acercó a ellos.

— ¿Qué acaso no fue obvio? ¡Haremos pijamada en tu casa! —estalló de felicidad el de cabellos rojos, saltando directo al sillón, Momoshiro corrió a la cocina y Oishi le sonrió avergonzado, disculpándose por la actitud infantil de sus amigos.

Un arduo partido de tenis —y dos bolsas de papas extra-grandes— después, los chicos decidieron tomar un respiro y ver un poco la televisión. Según Momoshiro, a esas horas estarían pasando una de sus series favoritas, por lo que el muchacho corrió al sofá y se tiró sobre él, prendiendo el televisor.

—No… puede... ¡Chicos, vengan! —gritó como poseso apuntando al televisor con el dedo índice de forma tambaleante.

Eiji inmediatamente se acercó dando saltos y arrojándose sobre Momo, quedando repentinamente mudo ante lo que sus ojos veían. Oishi, a causa de todo el alboroto, se apresuró a llegar a la sala con la preocupación impregnada en sus actos, pero cuando observó lo que los demás, no pudo decir absolutamente nada.

—Mada Mada Da… —

¿Acaso los dos hombres del televisor eran…?

—Baja de peso con el nuevo Yondu, el cual te proporcionara músculos definidos y un abdomen bien marcado. ¡Tal como el capitán del equipo más famoso de Japón, Tezuka Kuminitsu y su compañero y amigo, Syusuke Fuji!

Sí, lo eran.

¿Qué demonios hacían esos dos en un comercial de Baja de Peso en Cinco Minutos?

—Yo era muy gordo, tenía lonjas por todas partes de mi cuerpo y eso me impedía moverme con facilidad, por lo que deje de entrenar y caí en una terrible depresión — ¿Qué carajos estaba diciendo Fuji? Él jamás fue gordo —. Pero ahora con el nuevo Yondu, he bajado hasta diez kilos en sólo una semana y he podido regresar al equipo.

Tenían que estar de broma. Tezuka no estaba sin camisa, con falsas gotas de sudor corriendo por su abdomen, ejercitándose con un estúpido producto de ejercicios donde no hacía nada más que sentarse sobre él y esperar a que éste lo moviera. No, tenía que ser broma.

—Sí, Fuji me recomendó el Yondu, ya que después de la lesión que tuve no pude continuar y perdí músculos y condición —Que hipocresía más grande. Si el propio Tezuka había dicho que esas cosas no funcionaban —. Pero una vez probé el Yondu, mi lesión mejoró y adquirí más de lo que tenía anteriormente. Es un excelente producto.

¡Santo cielo! ¡El antes y después de Fuji y Tezuka eran terriblemente perturbadores!

Syusuke parecía un gordo de barriga tequilera, con los brazos y piernas espantosamente enormes, y de estos colgaba grasa que ni una vaca tenía. En cambio, el capitán parecía más bien uno de esos esqueletos de la clase de ciencia, no tenía absolutamente nada. ¡Hasta parecía que su paquete había desaparecido!

—E-Ellos… —y en seguida, Momo y Eiji estallaron en carcajadas tan fuertes que acallaron las voces del televisor. Oishi reía discretamente, intentando mostrar un poco más de respeto. Ryoma simplemente había volteado el rostro y había escondido el rostro con su gorra, mostrando una leve sonrisilla.

—Son, son… ¡Tan ridículos! —y de nuevo las carcajadas se desataron en la sala del hogar del bajito, burlándose de sus dos mayores —. De-debo, debo llamarlos.

Un tono, dos tonos, tres tonos y…

— ¿Diga?

— Sí, ¿bueno? Quería saber sí puedo adquirir músculos con el nuevo Yondu, ¿realmente funciona?

La llamada se cortó, y de nueva cuenta, el glotón y el pelirrojo rompieron en estruendosas carcajadas.

— ¡Ahora a Fuji, ahora a Fuji!

Syusuke no tardó tanto en responder, ya que al primer tono su voz sonó a través del aparato.

— ¿Sí? ¿Quién habla?

—Oh, soy un pobre gordo que quisiera reducir su grasa corporal con el nuevo Yondu, ¿usted podría ayudarme?

Y ahora fueron ellos los que cortaron la llamada, ya que las risas se asomaban por cada poro de su piel. Eran tan infantiles, y bobos, pero eran sus amigos; y así los quería.​