¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

Re: ¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

Thanks por tu apoyo Sheza, me alegra que te gustara. Espero que más gente postee u.u
Kisses

Chemy

 

Re: ¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

Gracias por su apoyo Yuki y mvss.
Bueno... tengo un poco de la conti lista así que les dejo un pequeño adelanto...
Capitulo 20 - ¡A Italia!

- ¡Concéntrate!
- Lo siento... yo... no puedo.
- - - - - - - - - - -
- Lo extraño...
- ¿Demasiado?
- Más de lo que puedo soportar...
- - - - - - - - - - -
- Jajajaja ¿Terminaron?
- Ese tema no te concierne
- - - - - - - - - - -
- No pude... alcanzarlo...
- No fue tu culpa
- - - - - - - - - - -
- ¡Quiero verlo!
- Entonces vamos... ¡Vamos a Italia!

Eso es todo por ahora.
Kisses

So Long

 

Re: ¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

Hello!
:*-*: ¡Ay! Qué emoción ya tengo mi página 10
Thanks Kainusanmiro por abrime la página.
Y Bueno... solo venía a darles unas cuantas informaciones.
Como saben... el capitulo próximo se llama ¡A Italia!
El capitulo que le sigue se llama: Nuestras Famosas Últimas Palabras y es el último. Ya que después biene el Epílogo.
Ojala se descarguen Famous Last Words de My Chemical Romance. Pues la necesitan para el último capitulo. Se los djeo por adelantado.
Gracias y eso es todo

So Long

Chemy Lee

 

Re: ¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

Hola... Bueno, les traigo la conti. Aquí el penúltimo capitulo :D creo que el último capi se los dejo más tarde o mañana. Es que... lo tengo ya algo adelantado y quiero terminar con este Fic pronto para empezar con otro que rodea mi mente desde hace tiempo xD
¡A LEER! :D

Capitulo 20 - ¡A Italia!

Regresaron del aeropuerto en silencio, nadie emitía ni una sola palabra. Caminaban a paso normal, Kagome no despegaba su mirada de la acera. Sango no le quitaba la vista de encima y Miroku quería aparentar normalidad. La azabache tenía su mirada vacía, como si le hubieran quitado el alma. Para ella todo había acabado, no había podido alcanzar el avión, todo se lo llevo Inuyasha a Italia.
- Estoy muy preocupada… - Le susurra Sango a Miroku, quién iba a su lado – No dice nada… - Le dijo refiriéndose a Kagome, que venía atrás -
- Es normal Sango – Le responde sabiamente a su novia sin mirarla – Lo mejor es dejarla sola.
- ¿Estás seguro? – Lo miró extrañada mientras él solo miraba hacia delante –
- Si…

Después de unos minutos más de caminata, llegaron hasta la casa de Kagome. La chica con voz pagada les emitió un “Adiós”. Sango pensaba que Kagome no aguantaría más y que tiraría a llorar mientras subía las escaleras del templo. La chica realmente estaba destrozada por dentro.

La azabache respiró profundo y abrió la puerta de su casa. Sabía que debería enfrentar a su madre echa toda una furia por salir así de la casa. Abrió la puerta con mucha cautela, era tarde. Rogaba a Kami por que estuviera acostada. Pero…
- ¿Dónde estabas Kagome? ¿Cómo se te ocurre salir así nada más? – Su seño estaba fruncido y su voz era como la de un correccional - Estaba muy preocupada y… - La señora paró con su “interrogatorio” pues vio que los ojos verdes de su hija se empañaban cada vez más - ¿Qué pasa Kagome? – Ahora su tono pasó a ser preocupado –
- Mamá… - Susurró Kagome mientras entrecerraba los ojos para comenzar a derramar las gotas de agua salada que había intentado retener - ¡No pude! – Se tiró a llorar al pecho de su madre y esta, sin saber qué había ocurrido, la abrazó con fuerza mientras acariciaba la cabeza de su hija.

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A la mañana Siguiente…
Kagome abrió los ojos con pereza, vio su reloj digital en la mesita de noche. ¡Las 11:30 a.m.! ¿Cómo pudo haber dormido tanto? ¿Y cómo su madre no la despertó?

Alguien tocó la puerta sacando a Kagome de sus pensamientos. La puerta se abrió dejando entrar a la Señora Higurashi a la habitación de su hija. La madre de Kag traía el desayuno en una pequeña bandeja de madera que puso en las piernas de Kagome.
- Buenos días, hija – Le saludo con la amabilidad de siempre –
- Buenos días – Le respondió ella con su tono apagado –

La azabache comió en silencio el rico desayuno que su madre le preparó, y esta no quitaba su mirada de preocupación.
- Kagome… - Le habló su madre –
- Dime – Le dijo cortante y fríamente sin mirarla -
- ¿Qué ocurrió ayer? ¿Por qué llegaste así? Llorando…
- Nada…
- Kagome. A mí no me engañas. No creo que “nada” te haya echo llegar a llorar a casa. Además de que antes de echarte a llorar gritaste “¡No pude!” ¿Qué no pudiste?

Kagome estaba cada vez más sorprendida a cada palabra que su sabia madre musitaba.
La había subestimado, tenía que admitirlo. Bueno… no quedaba más. Tendría que contarle…
- Mamá yo… bueno – Suspiró - ¿Recuerdas a Inuyasha?
- ¡Claro! Tu novio… ¿El actor verdad?
- - Asintió – Él y yo terminamos, por… mi culpa. Pero después, me di cuenta de eso, tarde. Inuyasha se fue ayer a Italia a continuar con su grabación. No escuchó mis disculpas… - Su voz comenzaba a quebrar, al recordar los esfuerzos inservibles de la noche anterior –
- Kagome… - Susurró su madre y se sentó a su lado, abrazando a su hija –
- No pude… alcanzarlo…
- No fue tu culpa… - Le respondió su madre sabiamente –

En ningún momento Sonomi soltó a su hija, la tenía entre sus brazos como cuando era pequeña. Kagome lloraba en silencio y refugiada por los brazos de su madre, se sentía bien. Pero no como desearía sentirse.

Más Tarde…
- Sí… espera un momento… ¡Kagome! – Llamó Sonomi a su hija desde el primer piso –
- ¿Qué? – Respondió ella desde su habitación –
- Tienes una llamada de Sango.
- Hum… Gracias – Agradeció desanimada –

La azabache tomó el teléfono del escritorio y sin gana alguna contestó la llamada.
- Hola Sango.
- Kagome, ¿Cómo estas? – Preguntó preocupada –
- ¿Cómo se supone que debería estar? ¿Feliz? – Dijo con ironía que sorprendió a la castaña –
- Sé que no estás bien, pero no te descargues conmigo… - Le advirtió Sango, sabía que Kagome estaba mal pero no era para que la tratara así –
- Lo siento Sango, pero… ya no sé que hacer, me siento pésimo. No lo sé… no me siento yo.

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Italia (8:30 a.m.)
Inuyasha había llegado hace un par de horas y como se esperaba, fue recibido por Kikyou y sus miradas de odio, por las cuales no se dejó vencer. Durante todo el trayecto al hotel, no se pronunció ni una palabra. Tal vez Kikyou se imaginaba lo que había sucedido, pero prefería callar.
Más tarde Inuyasha fue recibido por el director, quién no se esperaba una llegada tan pronta por parte del albino, pero no lo notó nada feliz como él esperaba. El ojidorado fue citado con el director después de un desayuno melancólico.
- ¿Para que me quería señor? – Cuestionó el albino tomando asiento frente al director, se encontraban en el remolque del último mencionado, a las afueras del coliseo –
- Inuyasha, que sea tu jefe no significa que solo me importes por el trabajo. Llevamos tanto tiempo que podría decirte que te quiero como si fueras mi hijo.
- Muchas gracias señor – Agradeció con la mirada apagada –
- ¿Qué sucedió muchacho?
- No quiero hablar de eso señor – Le respondió cortante – Y si me disculpa, voy a prepararme. Le dije que daría todo de mí cuando volviera y no soy de esas personas que rompen su palabra.

Y sin más el chico salió del remolque para dirigirse al remolque de vestuario, sea como sea terminaría esa película y ya que no tenía problemas con su “relación”, pensaba que todo sería más fácil. Pero… ¿¡Qué diablos estaba pensando!? Hablando de su relación con Kagome como si fuera una carga. La verdad era que se sentía como si estuviera enfermo, sin ganas de hacer nada más que tumbarse en la cama y ahogarse en sueño para no despertar más. Lástima que el director no pensara lo mismo, por más lindas que hayan sido sus palabras, ese hombre, como todos, viven del dinero que se producían con las películas.
- Bien gente – Habló el director a sus trabajadores – Comencemos ya, nos quedan 6 escenas y después nos regresaremos. Espero no tener más errores y contratiempos – Miró a Inuyasha que captó la indirecta enseguida y dio su mirada al suelo –
- ¡Sí! – Respondieron todos menos el albino que no tenía ganas de nada –

Comenzaron a filmar sin más rodeos, Inuyasha y Kikyou se pusieron frente al coliseo para poder empezar con las escenas. Para la mala suerte de Inuyasha, estas eran románticas y el pensar que tendría que besar a Kikyou le ocasionaba nauseas y un peso de conciencia… como sí… como sí traicionara a… a Kagome.

Mientras la cámara los filmaba a Inuyasha se le olvidaron sus líneas y quedó en blanco mientras el camarógrafo se enojó a más no poder. Ya era la toma 18 de la misma escena, el tipo estaba harto.
- ¡Concéntrate! – Le gritó completamente enojado al albino -
- Lo siento… yo… no puedo.

Inuyasha se soltó de Kikyou casi con brusquedad y salió corriendo del lugar. Kikyou y el camarógrafo se quedaron mirando extrañados como Inuyasha se perdía de su vista. Después del incidente Kikyou fue a hablar con el director. Y este le dijo que lo mejor sería que ella hablara con Inuyasha, para que averiguara que le sucedía. La pelinegra obedeció complacida de su orden y partió a buscar a Inuyasha. Lo encontró sentado en una banca de una plaza cercana, se sentó a su lado ignorando la protesta del albino ante tal acto.
- ¿Qué quiere Kikyou? – Le cuestionó con desprecio al mencionar su nombre y sin mirarla –
- El director me mandó a saber que te ocurre – Le dijo simplemente – ¿Qué te pasa? ¿Es que no te fue bien con tu noviecita?
- Kagome no es mi novia - ¡Craso error! Habló sin pensar y Kikyou no pudo contener su risa por mucho tiempo.
- Jajajaja ¿Terminaron? – Le preguntó mientras reía –
- Ese tema no te concierne – Le contestó fríamente mientras se levantaba de la banca, acto seguido la miró con el seño fruncido y luego se fue caminando dándole la espalda –

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Una Semana Después…
Japón (6:15 p.m.)

Sí, una semana.
Una semana había transcurrido ya y Kagome no mejoraba anímicamente hablando. Ahora siempre se mantenía seria y ya casi no esbozaba sonrisa alguna. Pero lo que más le deprimía a Kagome era que los papeles se habían cambiado. Ahora era ella quien llamaba desesperadamente a Inuyasha y era este último mencionado, quien no contestaba. A Miroku no le extrañó cuando la azabache le contó esto. Sabía a la perfección que Inuyasha era 65% orgullo. No hablaría con Kagome sin exigir un perdón por parte de la de ojos verdes y eso la estaba desesperando. ¡¿Cómo mierda se disculparía si Inuyasha no contestaba las llamadas?! Solo Kami lo sabía…

Ahora Kagome se encontraba en el departamento se Sango. La castaña no se encontraba con su novio ya que este volvió a su trabajo. El doctor le diagnóstico que todo estaba bien de nuevo y Sango no pudo estar más feliz, ese mismo día (Como hace 2 días) Sango y Miroku lo festejaron de una forma en que ambos quedaron exhaustos (Ustedes me entienden u//u).

Sango había invitado a Kagome a tomar un café y como la azabache no tenía más que hacer, aceptó. Y como Kagome se esperaba, el tema fue el hecho de hace ya una semana. Con respecto a eso… la azabache no entendía por que, a cada día que pasaba, se sentía cada vez más mal. Nunca le había dolido tanto la ausencia de alguien y Sango intentaba comprenderla. Con tres tazas de café ya bebidas, fue cuando empezaron las lágrimas. La azabache se tiró a las piernas de su amiga.
- ¡Sango, ya no puedo más! ¡No responde mis llamas y seguro no escucha mis mensajes! ¡Estoy desesperada! – Le exclamó Kagome.
- Kagome… ¿Esto no te suena parecido a lo que paso antes? – Le preguntó Sango –
- Si…
- De seguro Inuyasha se sentía de la misma forma. Pero creo que tú te sientes peor.
- Lo extraño… - Le dijo mientras más lágrimas se agolpaban en sus ojos –
- ¿Demasiado? – Le cuestionó ella con una sonrisa al saber de antemano la respuesta –
- Más de lo que puedo soportar – Le dijo Kagome mientras limpiaba sus lágrimas - ¡Ya no aguanto más! – Le gritó a Sango –

No se sentía entera sin Inuyasha, se sentía vacía. No era ella sin Inuyasha, era una persona completamente diferente. Necesitaba a Inuyasha. Para sonreír, para reír, para disfrutar, para sentir placer, para abrazar, para besar, para amar. Necesitaba sus caricias sobre su piel nuevamente, necesitaba saborear sus labios, sentir esos cálidos labios sobre los suyos mientras se manifiestan como un beso. Necesitaba oír como su voz pronunciaba su nombre, como él le decía “Mi niña”. Necesitaba todo y no tenía nada.
- ¡Quiero verlo! – Le gritó Kagome como una súplica a Sango, y ella sonrió al ver la seguridad de Kagome al mencionar eso –
- Entonces vamos… ¡Vamos a Italia! – Le respondió animada -
- ¿Eh? – Cuestionó dudosa –
- ¡Vamos Kagome! ¿Quieres ver a Inuyasha?
- Si… ¡Vamos a Italia!

Continuara…​

Espero que les haya gustado. El próximo y último capitulo es el Reencuentro entre Inu y Kag. Pero... ¿Como lo tomará Inuyasha cuando vea a Kagome?
Muajajaja *perverso* no lo sabran todavía.
Espero sus post y sus comentarios :*-*:
Un Kiss y se me cuidan ¿Eh?​

So Long​

Chemy ​

 

Re: ¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

Gracias por sus post.
Me hacen muy feliz :Loveit:
Prometo tenerles las contis pronto ^-^
Y ojalá más gente postee u.u
Thanks and Kisses

So Long

Chemy Lee

 

Re: ¡¡Luces, Camara... Amor!! [Inu&Kag] [San&Mir]

:altavoz: ATENCIÓN GENTE... ¿TODOS PREPARADOS? AQUÍ EL ÚLTIMO CAPITULO DE ¡¡Luces, Camara... Amor!! DISFRÚTENLO! :)
¡A LEER! :D

Capitulo 21 (Y último) – “Nuestras Famosas Últimas Palabras” (Song-Fic)
Inspiración: Famous Last Words de My Chemical Romance

- Inuyasha – Habló ella, llamando la atención del antes mencionado que le daba la espalda –

El ambarino se dio vuelta y se encontró con la mirada aguamarina de Kagome. Sus ojos se abrieron enormemente al verla ahí, en Italia. ¿Tal lejos había llegado?
- Kagome – Mencionó con un tono de asombro - ¿Qué haces aquí…?
- Inuyasha… - Respiró Profundo – Yo…

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“Estimados pasajeros les informamos que hemos llegado a nuestro destino. La ciudad de Roma, Italia. Por favor recordar retroceder sus relojes seis horas y gracias por preferirnos…”​

Y luego la azafata lo dijo en inglés…
Por fin, habían llegado. Un viaje de cinco horas… Y ¡Por Kami! Estaba cansadísima… no pudo dormir en todo el maldito viaje. Y tanto que le había costado convencer a su madre de que la dejara ir, pero por suerte, al final, accedió. A Sango también le costó, Miroku no obtuvo el permiso de ir, así que no quería que Sango fuera, pero esta última le dijo que cuando regresara le daría su recompensa. El pobre pervertido quedó ilusionado y Sango tuvo que pensar que le podría dar que no fuera… ¿”Eso”?

Kagome tomó aire con dificultad. Ya estaba allí, no había marcha atrás y tampoco quería que la hubiera. Tenía que hablar con Inuyasha fuera como fuera y si tenía que ubicarlo por toda Roma, eso haría, sin duda alguna, eso haría.

Las dos chicas llegaron hasta el hotel, después de dejar sus cosas en sus respectivas habitaciones, decidieron descansar un par de horas. En Italia eran las 8 de la mañana, pero en Japón eran las dos de la tarde, por suerte ninguna sintió hambre ya que les habían dado “almuerzo” en el avión y ambas quedaron satisfechas. Kagome se tiró a su cama, cómo cual saco de papas, y quedó profundamente dormida.
- Inuyasha… - Musitó antes de perderse entre los brazos de Morfeo –

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- Perdóname… - Le dijo ella mientras miraba el suelo –
- ¿Eh? – No entendía nada. Nada de nada.
- Fui una cobarde, cegada por los celos, llena de orgullo – Lo miró a los ojos, aquellos ojos ámbar que tanto había anhelado. En los que tanto pensó en su ausencia…

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Now I know ​

that I can't make you stay
//But where's your heart //
Ahora sé, que no puedo hacer que Te quedes. Pero donde está tu corazón…​

​

¡Ya era la hora! Ambas descansadas y listas para ir en busca de Inuyasha. Lo que Kagome sabía era que la filmación era cerca del Coliseo Romano. Solo tenía que encontrar aquella construcción y ubicar el set de grabación. Habían decidido separarse Sango se dirigía al centro de la ciudad y Kagome al norte. La azabache no podía preguntar en donde se encontraba la antigua construcción, pues ni pi sabía decir en italiano.

Habían pasado ya un par de horas desde que se separó con Sango, estaba cansada y parecía que su búsqueda quedaría para mañana. Para cuando sus esperanzas se creían perdidas. Fue cuando vio una gran multitud que corría en una dirección y de entre los edificios pudo divisar las antiguas ruinas del Coliseo. De seguro que todos iban a ver la grabación.
- ¡Sí, lo encontré! – Susurró para sí la azabache y empezó a correr con la multitud –

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Todos estaban listos para empezar a grabar, el camarógrafo estaba en posición e Inuyasha y Kikyou preparados para empezar.
- Bien… - Dijo el director sentado frente la zona - ¡Luces, Cámara y… Acción!

Por fin, toda la escena había salido como todos querían. Inuyasha se encontraba más concentrado que nunca, pero no besó a Kikyou como el libreto decía, si no que besó la comisura de los labios con cierto asco que la pelinegra notó. Nadie se dio cuenta de esto así que… todos felices.

Después de la toma de la escena, Inuyasha se fue a su remolque para descansar un rato. Pero al momento de cerrar, alguien tocó la puerta. El ambarino maldijo el que lo molestaran y abrió de mala gana, encontrándose con uno de los ayudantes del director.
- ¿Qué pasa? – Cuestionó fastidiado –
- Inuyasha – Le dijo – Hay una chica que quiere verte.
- ¿Una admiradora?
- Dice que te conoce…
- Oh, gracias.

Inuyasha fue de mala gana. Siguió el camino que el chico le había dicho, llegando a las afueras del set de grabación. Al no haber nadie a su vista, decidió darse la vuelta y regresarse. Pero…

And I know ​

There's nothing I could say
//To change that part //​

Y sé que no hay nada que pueda decir Para cambiar esa parte…​

- Inuyasha – Habló ella, llamando la atención del antes mencionado que le daba la espalda –

El ambarino se dio vuelta y se encontró con la mirada aguamarina de Kagome. Sus ojos se abrieron enormemente al verla ahí, en Italia. ¿Tal lejos había llegado?
- Kagome – Mencionó con un tono de asombro - ¿Qué-qué haces aquí…?
- Inuyasha… - Respiró Profundo – Yo…

¡Kami! No podía decir nada, las palabras no salían de su boca, tantas cosas que decirle, pero no tenía el valor de decirlas. Decirle que se había equivocado, que había sido cobarde, que estaba celosa, que era orgullosa. Pero… después de haber llegado tan lejos, no podía retroceder.
- Inuyasha – Susurró ya más decidida – Yo vine para, hablar… contigo – Le habló sin mirarlo, no tenía el valor. Pero en cambio él no le quitaba la vista de encima.
- ¿De qué? – La trató con cierta indiferencia y miró hacia otra dirección, cosa que a Kagome le dolió, y mucho.

La chica sabía que se había equivocado, lo había perdido todo. Se jugó el todo por el nada y perdió. Entendía a la perfección que él la tratara así, pero… Dolía.
- Perdóname… - Le dijo ella mientras miraba el suelo –
- ¿Eh? – No entendía nada. Nada de nada.
- Fui una cobarde, cegada por los celos, llena de orgullo – Lo miró a los ojos, aquellos ojos ámbar que tanto había anhelado. En los que tanto pensó en su ausencia…

Lo dijo de una forma rápida y quiso normalizar su respiración. Rogaba a Kami que Inuyasha lo hubiera entendido, por que no estaba dispuesta a repetirlo. Se sentía un poco humillada al ser tratada así por él. Pero… ¿Qué más podía recibir?

Le había echo daño. Tanto a él como a ella misma, no podía decir nada para que el pasado se corrigiese, pero podía cambiar el futuro…

So many, bright lights to cast a shadow ​

but can I speak?
Well is it hard understanding
I'm incomplete​

Tantas luces brillan para esconder un asombra. ¿Pero puedo hablar? Esto es muy difícil de entender. Estoy incompleto.​

El ambarino no sabía que responder. Abrió sus ojos enormemente al terminar de escuchar las palabras de la chica – que ahora daba su mirada al suelo -, era como si el tiempo se hubiera detenido solo entre ellos dos. Aún no razonaba el hecho de que Kagome estuviera en frente. ¿Y si era su imaginación? Estaba dudoso de que fuera así… ¿Se había vuelto loco? Pero unos brazos que rodearon su cintura lo sacaron de sus estúpidos pensamientos. La chica azabache se había acercado a él y con desesperación lo abrazó por la cintura, escondiendo su rostro en su pecho, embriagándose del varonil aroma de Inuyasha, que tanto había extrañado.

Poco a poco comenzó a sollozar, intentó contener las lágrimas para no mojar la polera azul de Inuyasha, intentó… no llorar.
- Perdóname – Le dijo ella mientras su voz quebraba –
- Kagome… - Le respondió aún sin corresponder su abrazo, él solo se dejaba rodear por los delgados brazos de la chica que lo sujetaba con fuerza –
- Fui una tonta Inuyasha – Ladeó su cabeza, reposando en el pecho del albino, mirando hacia el lado, dejando que las lágrimas brotaran – No vi más allá de mis ojos. Admito que estaba celosa – Lo abrazó con más fuerza y él se percató de ello, correspondió el abrazo de a poco, un tanto inseguro de sus actor, pero finalmente protegió a la chica que amaba, aquella que había viajado hasta Italia sólo para disculparse –

Ambos quedaron en silencio, disfrutando el abrazo. Kagome se sentía querida y protegida. No podía estar más feliz. Pero para su mala suerte, alguien observó la escena y se escondió tras un árbol cercano, para poder oír la conversación.
- ¡No! – Susurró aquella persona dando un golpe al tronco del viejo árbol que la ocultaba de ser vista – Maldición… Estás muy equivocada si crees que me lo quitarás de nuevo. Maldita – Después de pronunciar su frase, escuchó atentamente lo que los dos muchachos decían.
- Kagome… yo… - Musitó Inuyasha, sin romper el abrazo – No sé… que decirte.
- No digas nada… - Le respondió Kagome aflojando su agarre – Yo solo… - Tomó con fuerza, con una de sus manos, la polera de Inuyasha – Venía a disculparme… - Y luego la soltó – Ya sabes por qué. Creo que estaba celosa.

Aquella persona que se escondía tras el árbol, si bueno, Kikyou, reía victoriosa de que ese plan le hubiese funcionado. Así que otro también lo haría. Rió para sí misma mientras seguía observando la conversación.

A life that's so demanding ​

I get so weak
a love that's so demanding
I can't speak ​

Una vida tan exigente, me debilita. Un amor tan exigente. No puedo hablar.​

El ambarino la miró con ternura. Ahora le tocaba a él hablar, pero la azabache habló antes que él.
- ¿Inuyasha…?
- Dime Kagome… - Le respondió con ternura –
- ¿Tú... aún me…? ¿Aún me quieres…? – Cuestionó con tono de culpa, como si estuviera haciendo algo malo
- ¿A qué viene esa pregunta mi niña? – Le preguntó aún con su tono tierno, una de sus manos había subido y acariciaba la cabeza de la joven –

Kagome estaba feliz, Inuyasha la había vuelto a llamar “Mi niña”. Era una buena señal para la azabache, pero debía explicarle el como se sentía. Esa había sido la pregunta del ojidorado.
- Pensé que te habías olvidado de mí… - Le dijo mientras se aferraba con fuerza a él y más lágrimas salían de sus ojos –
- Tonta… - Dijo con una sonrisa - … ¿Por qué pensaste eso?
- Tú… no respondías mis llamadas y no me llamabas, pensé que querías olvidarme. Que me odiabas, no sabía nada de ti. Estaba desesperada, el pensar que tal vez no volvería a verte… - Lo abrazó con fuerza, con ganas de no soltarlo jamás – Prométeme que no me dejarás…
- Pero Kagome… yo no…
- ¡Prométemelo! – Le exigió ella mirándolo a los ojos –
- Te lo prometo – Se limitó a sonreír con dulzura mientras observaba como “su niña” le devolvía la sonrisa –

Se fueron acercando de a poco. Anhelaban el sabor de los labios del otro, tanto tiempo ya. Seguro que en nuestro tiempo sería una semana. Pero para ellos había sido una eternidad. Cada segundo parecía una hora.Cada día, un siglo. Solo querían sellar su promesa, con un dulce beso.

Kikyou, quién seguía escondida, miraba con el seño fruncido, a tal punto que parecía que quedaría ciega. Apretaba su puño con fuerza, mientras sus uñas se clavaban en sus manos y sangre comenzaba a emanar de estas. Pensó que tal vez, ya era momento de actuar. Observó su mano y vio la sangre, lamió con cuidado de no sentir dolor. Después de que su mano ya hubo limpia. Se dispuso a entrar en “acción”, cambió su rostro por completo. Salió de tras del árbol y llamó a Inuyasha.
- Inu, mi amor – Llamó fingiendo inocencia –

Kagome, que estaba a unos centímetros de besar a Inuyasha, se detuvo observando a la pelinegra frente a ellos.
- ¿”Mi amor”? – Cuestionó a Inuyasha, lo miró a la cara y él hizo lo mismo -

I am not afraid to keep on living ​

I am not afraid to walk this world alone
Honey if you stay, I'll be forgiven
Nothing you could say can stop me going home​

No tengo miedo de seguir viviendo. No tengo miedo de caminar solo en este mundo. Cariño si tú te quedas, seré perdonado. Nada de lo que digas me impedirá volver a casa.​

Kagome sintió como los brazos del ojidorado la acercaban más a él. Ella miró a Inuyasha la cara, él tenía su vista seria y su seño fruncido. Estaba cansado ya de tanta mentira por parte de Kikyou, no quería que esa tipa los volviera a separar… ¡Ya no más!
- No Kagome – Le dijo en seco el albino – Ya no creas en sus mentiras
- ¿Pero que dices Inu? – Dijo Kikyou, obviamente actuando tristeza y sorpresa – Si tú eres mi novio.
- ¡¡Ya déjalo en paz Kikyou!! – Gritó Kagome harta de la tipa que se hacía la mojigata.
- ¡Cállate enana! – Le respondió la pelinegra a Kagome con su seño fruncido –
- Kikyou… - Habló Inuyasha – Ya tus intentos son en vano, yo estoy enamorado de Kagome. Todo se quebró por tu culpa. Tú fuiste la que rompió nuestra relación. Pero la vida sigue. Y te toca seguir la tuya, por que no tengo miedo de estar solo. Por que tengo a Kagome a mi lado. Elige tu camino y más te vale que sea lejos del de nosotros.
- ¡Te odio Inuyasha! – Le gritó Kikyou - ¡Los odio! ¡A los dos!

La pelinegra se fue corriendo del lugar, humillada por las palabras del de melena plateada. Kagome e Inuyasha observaron a Kikyou irse y perderse de entre los árboles de la plaza. Kagome esbozaba una pequeña sonrisa, mientras que Inuyasha se mantenía serio.
- Kikyou… esto fue tu culpa… - Pensó el alvino mirando en la dirección que en Kikyou había desaparecido –
- Deberíamos agradecerle… - Dijo Kagome y el albino la miró confundido – Si no hubiera sido por ella, nosotros no nos habríamos conocido. – Le explicó mientras le miraba con un sonrisa –

El solo sonrió ante la respuesta de la chica. Nunca antes había pensado que podría estar tan enamorado, la abrazó, reposando su cabeza en el hombro de ella, sin tener vista a su cara y ella simplemente se sorprendió por el acto.
- Te amo mi niña – Le dijo mientras acariciaba con una mano su cabeza –

La chica sonrió dulcemente y correspondió el abrazo gustosa. ¿Quién diría que todo terminaría así? O una mejor pregunta sería… ¿Quién pensó que esto pudiera haber pasado? Ella simplemente era Kagome Higurashi, una chica cualquiera. Pero su vida dio un giro enorme cuando conoció a Inuyasha Taisho. Famoso actor y de quién estaba completamente enamorada…
- Yo también te amo Inuyasha… - Le respondió dulcemente mientras el abrazo no rompía y el sol se ocultaba a sus espaldas. En Roma, la ciudad de la inmortalidad… Y ese amor, nunca morirá…

Can you see ​

my eyes are shining bright
Cause I'm out here on the other side
of a jet black hotel mirror and I'm so weak?​

Puedes ver. Mis ojos brillan. Por que estoy aquí afuera en el otro lado de un espejo negro de hotel y estoy tan débil.​

​

Bien, el problema de Inuyasha y Kagome había acabado. Solo que el albino tenía un problema… Cuando volvieron al set de grabación, el director había dicho que Kikyou se había ido. Había renunciado de la película así nada más. Dejando a todos de cabeza.
- ¡Sin Kikyou la película no se pude hacer! – Exclamaba el pobre director con los pelos de punta. Una de sus estrellas principales se había ido. ¡Estaba desesperado!
- Pero… - Intentó hablar el de ojos dorados - ¿Qué vamos a hacer?

Hacían trabajar cada neurona, planeando algo. ¡Llevaban más de la mitad de la película! No podían dejarla así nada más. Pero al director se le ocurrió una “grandiosa” idea…
- ¡Tú! – Exclamó apuntando a la persona –
- ¿Yo…? – Preguntó apuntándose a sí mismo, no entendía a que se refería el canoso viejo -

Is it hard understanding ​

I'm incomplete
A love that's so demanding
I get weak ​

Esto es muy difícil de entender. Estoy incompleto. Un amor tan exigente, me debilita.​

2 años después…

Se encontraban en la playa, el atardecer les daba un espectáculo de colores anaranjados y violetas. Mientras el sol se despedía de entre las aguas de una de las playas de Isla de Pascua, Chile. Pero… aquel bello atardecer no estaba acompañado por los actos de ellos.
- ¡Ya no te creo nada! – Le gritó ella furiosa mientras lágrimas se escapaban de sus irises verdes –
- ¡Eres una tonta por creer las palabras de ese imbécil! Nos ves más allá de tus ojos… - Le dijo él totalmente decepcionado de cómo actuaba ella.
- No, soy una tonta por haberme hecho ilusiones contigo. Pensé que habías cambiado – Miró el suelo, la arena se levantaba con la brisa del mar – Pero… - Lo miró a la cara - ¡Veo que me equivoqué!
- No, yo fui el que se equivocó… ¡Al estar a tu lado! – Le gritó en la cara –

Era tan corta su distancia, la miró inspeccionándola. No podía negarlo, era hermosa. Sus hermosos ojos verdes que lo miraban con furia. Su cabello azabache, que se movía al compás del viento salado del mar. Su piel pálida, tan suave como la seda y por último… Sus Labios. Tantas beses que los había probado y no se cansaba, el sabor único que solo ella podía darle.

Ella por su cuenta, no se sintió incómoda con la distancia, aprovechó para echarle una ojeada al chico que tenía en frente. Era hermoso, simplemente hermoso. Sus ojos extrañamente dorados, dos orbes de oro fundido que la miraban confundidos. Su melena raramente plateada, exótico color y bello. Su piel bronceada, perfecta. Sus labios… de un sabor imposible de reemplazar.

Poco a poco se fueron acercando, olvidando aquella discusión que había tenido, solo importaban sus corazones latentes y deseosos de pasión…

//I am not afraid to keep on living ​

I am not afraid to walk this world alone
Honey if you stay, I'll be forgiven
Nothing you could say can stop me going home //​

//These bright lights have always blinded me //​

I say …
No tengo miedo de seguir viviendo. No tengo miedo de caminar solo en este mundo. Cariño si tú te quedas, seré perdonado. Nada de lo que digas me impedirá volver a casa.Esas luces brillantes siempre me cegaron. Yo digo…​

​

- Y… ¡Corte! – Gritó el director desde su asiento, felíz del trabajo que habían conseguido hasta el momento, era bastante –

La pareja “conflictiva” se detuvo a unos centímetros de su tacto de labios… para… ¿Reír? Pues sí.
- ¿Y qué tal salió? – Preguntó la azabache al director –
- Excelente Kagome, excelente – Le respondió este, acercándose al camarógrafo para observar la toma –
- Bien echo – Le susurra seductoramente al oído de la pelinegra para luego abrazarla por la espalda – Estabas tan bien que pensé que en verdad estabas enojada conmigo. – Le decía para después dar un beso al cuello de la chica –
- Tú sabes también como yo, que eso es imposible… - Se volteó para dar un corto beso en los labios de su novio –

Sí, es lo que ustedes piensan. Kagome Higurashi era novia del reconocido actor Inuyasha Taisho. Pero ella también era una reconocida actriz. Después de su “debut” en la película “A Todo Control”, tomando el papel de Kikyou. Eso empezó su carrera como actriz. El director de la película le decía que lo hacía bastante bien y no era el único, Inuyasha no paraba de admirarla y halagarla. La chica se sentía como si estuviera en una telenovela. No podía creer que eso le estuviera pasando a ella.

De Kikyou no se supo nada, lo último que el ambarino llegó a saber era que la pelinegra se había mudado a España y de ahí… nada de nada. Eso era un alivio tanto para él como para su novia.

De Sango y Miroku, pues bien. El año pasado se celebró su boda. El pervertido de Miroku al fin dejó de lado su mal hábito, prometiendo serle fiel a la castaña. La chica aceptó gustosa y en diciembre del pasado año se festejó su matrimonio. Y no perdieron el tiempo, Sango ya tiene 6 meses de embarazo del primer hijo. La chica castaña es compositora en sus tiempos libres, descubrió que lo suyo es el diseño. Sango es la encargada de diseñar la ropa que usa Kagome para las películas y ambas no pueden estar más felices. Miroku sigue con su empleo como actor.

//'Cause I see you lying next to me ​

with words I thought I'd never speak
Awake and unafraid
Asleep or dead //​

Por que Te veo a mi lado con palabras que pensé, nunca diría. Despierto y sin miedo. Dormido o Muerto.​

El viejo director, complacido después de ver la toma, se dirigió a la pareja que se encontraba en la costa de la playa.
- Bien chicos – Les habló – Esto es todo por hoy, mañana continuamos.
- Esta bien – Le dijo el de ojos dorados –
- Kagome, estuviste genial – Le dijo el director a la muchacha que se encontraba rodeada de una forma posesiva por los brazos de su novio –
- Muchas gracias – Le respondió ella con una sonrisa –
- Y tu también Inuyasha – Apoyó el viejo al ver la mirada del ambarino –
- ¬¬ ¡Feh!
- Ahora nos vamos al hotel… ¿Vienen?
- Creo que nos quedaremos un rato – Le respondió Kagome viendo de reojo a Inuyasha, quien aún la tenía abrazada –
- Entonces luego nos vemos. – El director se fue, dejándolos solos –

Cuando el viejo ya estuvo fuera del alcance de la vista de ambos, Inuyasha giró a Kagome de una forma precipitada y la besó desesperado en los labios. La recostó de a poco en la arena, ella pasó sus brazos por el cuello de Inuyasha, respondiendo ese beso con pasión. Cuando por fin se separaron por falta de aire se miraron a los ojos.
- Pensé que nunca se iría – Le dijo Inuyasha a Kagome, refiriendose al director –
- ¡Ay! Inuyasha eres como un bebé.

El ambarino se recostó en la arena y puso sus manos tras su nuca. Mirando el cielo, Kagome reposó su cabeza en su pecho y se acomodó, dio un suspiro al estar a su gusto.
- ¿Pasa algo mi niña? – Cuestionó él, sacó una mano tras su nuca y la puso en la cintura de la azabache, atrayéndola más hacia él.
- No, nada. Es solo que…
- Que… ¿Que…? – Preguntó él confundido por las palabras de Kagome -

//I am not afraid to keep on living
I am not afraid to walk this world alone
(Or dead) ​

Honey if you stay, I'll be forgiven
Nothing you could say can stop me going home
(Or dead) //​

No tengo miedo de seguir viviendo. No tengo miedo de caminar solo por este mundo. (O Muerto) Cariño si tú te quedas seré perdonado. Nada de lo que digas me impedirá volver a casa. (O Muerto)​

La chica sonrió con dulzura, levantó la mirada y vio los ojos del ambarino que la miraban con curiosidad, se acercó y besó a Inuyasha con ternura. El ojidorado correspondió sin pensarlo de inmediato. Cuando se separaron, Kagome no despegaba sus ojos de los de Inuyasha.
- Gracias Inu – Le dijo ella, regalándole una hermosa sonrisa –
- ¿Por qué? – Le preguntó él, confundido –
- Por todo, por estar a mi lado, por amarme… Por dejarme amarte.

El chico sonrió ante las palabras de Kagome, se levantó un poco y besó su frente.
- Te dije que jamás me separaría de ti y eso pienso hacer. Te amo.
- Igual yo – Le dijo ella dándole un corto beso en los labios y recostándose de nuevo en el pecho de él -

Y así quedaron, abrazados como siempre debió ser. Unidos, observando el cielo. El sol se ocultó finalmente, dando paso a las hermosas estrellas que comenzaban a brillar orgullosas y radiantes. Un espectáculo digno para ellos, un par de enamorados que estaban esperando un futuro que les tenía preparado… mucho por delante…

:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: The End :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:​

¿Y? ¿Qué tal? :*-*:
No, no haré epílogo. u.u Esto es todo, se acabó no hay más xD
Espero que me dejen sus comentarios. Ya pronto tendrán otro de mis proyector rondando por aquí. Primero terminaré La Princesa de mis Sueños y después se me preparan para otro Fic mío. Inu&Kag obviamente. Jamás en mi vida haré un Inu&Kik tal vez un Kag&Sessh. TAL VEZ, no aseguro nada. :D
Bueno, como dije. Espero sus comentarios. ¿Eh? :Loveit:
Un Kiss y se me cuidan

So Long

Chemy Lee