El comedor era tan pequeño como para que cabiese -y sobrase- en un baño pero allí encajaban todas las personas que amaba.
Violentos era una descripción incorrecta para esas criaturas, no por nada se les comparaba con fuerzas de la naturaleza.
¡Libre! Era libre nuevamente y junto a su Familia daría caza a los miserables que los habían encerrado. Sería el Fin de todas las Arañas.
Aunque sonara extraño, para mí las arañas eran unos animales pequeños, inofensivos, e incluso adorables.
Censura. Con aquello le pagaron por tan polémico libro lleno de tabúes y misterios que, según los medios de comunicación y propias editoriales, no debería haber visto la luz del sol.
Amistades. Grandes amistades forjaron aquellos guerreros en el calor de la batalla con quienes, se suponía, debían haber asesinado.