Long-fic El Guerrero de la luna.

Contenido oculto: Comentarios

¡Buenas noches! Antes de responder debo admitir algo. En una de mis salvajadas del copypaste, me olvidé de agregar una parte realmente importante de la historia. Es más que obvia cual, pero decidí aprovechar mi estupidez para darle un nuevo punto de vista a la historia. Así que van a tener que esperar para ver la introducción de tan peculiar personaje.
Continuando, decidí unirme al ritual del foro de responder todos los comentarios personalmente:

¡Muchas gracias! Amo realmente que a la gente le guste lo que hago, llena de alegría mi pequeño corazón de escritor novato.
No te preocupes de no entender mis referencias. ¡Es más de 8 mil! Saber usarlas es arte puro para mi.

La verdad que si. Sin embargo la introducción apresurada de Rikel tiene un propósito... No diré más.
Muchas gracias sinceramente, si por alguien mejoré en ese aspecto es por las criticas constructivas que me arrojaron, y todas las veces que me clavaron una estaca cuando establecía mis combates por turnos.

Me costó mucho decidir qué hacer con el problema de Drudi, sin embargo ya encontré que hacer con esto, sin embargo va a ser mucho más adelante. Y si, este primer "arco" se baza en la dependencia divina y a la vez en la inquebrantable lealtad de ambos seres, y ya comienza mi parte favorita así que estoy tan ansioso

¿Que cual es mi parte favorita? ¡Toda! ¡Esto lo escribo para mí sobre todo!

Capítulo once: La servidumbre.​

La noche se acaba, la Luna comienza a retirarse dando a lugar al sol, estábamos cerca del amanecer cuando rodeamos la montaña a pié por el norte y dimos con la ciudad Loza.

El ruido de los aviones yendo y viniendo colmaba el lugar con su enorme aeropuerto. Las casas eran grandes y denotaban un extraño tejado rosa, mientras los arboles predominan la zona, cómo en toda la región. El hecho de que se encuentre entre tres montañas cuestiona un poco la naturaleza de aeropuerto de la zona.

—El viaje aún es muy largo, tardaremos semanas si vamos a pie, ¿Que tal si tomamos un avión? —dice Alex, quien se encuentra encima de Drudi.

—Ahora que lo pienso suena lo más lógico. —responde Drudi, quien se le nota agotado de tener que cargarla.

—¿Seguros que esas cosas no se caen? Se ven muy peligrosas. —interrogo.

No me entusiasma la idea de ir en avión, de estar lejos del suelo, jamás lo hice antes.

—No seas cobarde Centy, si fueran tan inseguros los humanos no los usarían.

—Supongo, siempre hay locos que no les importa eso.

—¿Sabes qué? Vamos a la pista para que entiendas lo que te digo.

Y sin decir más, los tres marchamos por detrás de las casas y cruzamos a la pista.

La zona está llena de personas, tan ocupadas que ignoran al imponente dragón y dos pequeños pokemon que lo acompañan.

Caminamos viendo los aviones estacionados. ¿Cómo esas cosas metálicas con motor pueden volar tan alto? Sigo sin creer que no se caigan, me da mucha impresión en verdad.

—Sigo considerando que es de enfermos, de todas formas ¿Cómo se supone que vamos a subirnos a uno?

—Eso veremos después —me responde Alex con una sonrisa— No te preocupes tanto por los aviones, mira ese helicóptero por ejemplo ¿Tienes idea como es que vuela?

El helicóptero parece de manos privadas, de alguien con mucho dinero cómo para personalizarle una grán S rosada. Desciende y un mayordomo ayuda a alguien a bajar.

Al ver quien era, rápidamente nos escondemos bajo la maleza.

Si, era Criada.

—¿Qué diablos hace aquí? —Exclamo— ¿No se supone que pararon el paso?

—¡Soy un dragón, no una batería de tierra-aire!— Reclamó Drudi refunfuñando.

—No podemos dejar que nos vea a nosotros, pero en cambio a ti Drudi no te conoce, ya sé.

Acto seguido, le doy mi bolso al dragón azul.

—¿Qué quieres?

—Con un bolso pensarán que eres un pokemon adiestrado de entrega, ella es fanática de las bayas, pero esta es desconocida, se llama baya guaya, y en los pokemon que no le gusta lo amargo hace que se confundan, en humanos debe ser un ardor peor. La condicioné para que parezca una Ziuela.

—¿De donde sacaste esto? —pregunta Alex asombrada.

—Te la iba a dar a ti como venganza por desprestigiar mi pastel de Latano.

—¿De donde sacas estas ideas tan estúpidas?

—De ti, Alex.

—¿Podemos concentrarnos en la asesina?—interrumpe Drudi.

—Oh si, tu entrégale esto, como tienes bolso quizás considere que eres un dragón de entregas o algo así.

Suspirando, Drudi abalanza su enorme cabeza roja y marcha con el bolso cerca de donde se encontraba, quien se sorprendió de ver semejante espécimen.

—¡Oh! —dice Criada sorprendida— ¡Que hermoso pokemon!

Acto seguido, deja de lado a sus asistentes y se acerca a Drudi, tocándolo y acariciándolo, este, se forzaba a seguirle el juego.

—¿Qué es lo que tienes para mí? —dice mirando que Drudi tomaba el bolso.

Drudi saca la baya.

—Muchas gracias querido amigo, mmm una baya Ziuela, que delicia debo probarla.

Acto seguido se la comió. Y para sorpresa de todos, contenta le agradece a Drudi.

—Maldición.

—¿Qué paso? ¿Por qué no le paso nada? —pregunta Alex.

—Le gusta lo amargo al parecer, fue inútil y expusimos a Drudi por nada.

—Mejor será que se Baya. ¿Entiendes? ¡Baya! —dice Alex riendo y estirando las orejas.

—Cállate idiota esto es peligroso.

—Bien—continúa Criada –Es hora de trabajar.

Acto seguido saca un furret de su pokebola, y una bolsa. La bolsa contenía una especie de punta neg…

La bolsa contiene la parte de la oreja que me falta. rápidamente salgo de la maleza.

—¡Drudi, corre vuela!

Drudi confundido no entendió. Y Criada no entiende un aullido pokemon y no se percató de que era yo. Ese furret debe ser un experto rastreador y usara el aroma de mi oreja para rastrearme.

Pero el bolso que tiene Drudi también debe tener mi aroma, si lo pescan de seguro intentara capturarlo.

Cuando el furret lo señala, intenta atacarlo, pero este más inteligente, emplea sus azules alas para volar y escupirles fuego.

—¡No te escaparas tan fácil hermoso pokemon! —responde Criada cuándo se cubría del ardor y sacaba una pokebola—¡Vé por ellos lucho y furret, vamos a seguirlos!

De la pokebola sale “lucho” un Hydreigon muy fuerte que salió volando tras Drudi.

—Nos veremos en la Torre de los Cielos Drudi!— Le grita Alex— No dejes que lucho te alcance!

Lamentablemente, Criada si distinguió el grito de Alex.

—¡Ahí están!¡Los que mataron a mi bella madame! ¡Van a pagar, no crean que no van a pagar!

El furret comienza a perseguirnos. Decidimos ir en la misma dirección que Drudi para que ambos podamos conectarnos y hacer un frente. Corremos rápido, pero el Furret y Criada en un jeep con un asistente corrían más rápido—no sé de donde lo sacaron—, Al llegar a la ruta 7, nuestra suerte cambia.

La ruta 7 se caracteriza por poseer largos caminos por encima de la hierba, pero muy estrechos para que pase un auto o para que furret nos sobrepase. Además sus amplios arboles llevan a la torre que Alex llamó “Torre de los Cielos”.

Subirse a ellos era la mejor idea. Sin embargo sospecho que el furret también lo sabe. Subimos, Alex delante y yo detrás, dejando a Criada atrás pero no había noticias del furret.

Casi en la mitad, salió una deslizante cola. El furret había corrido lo que nosotros, pero por debajo del camino de madera, ahora cortándonos el paso.

Criada se encuentra en una elevación cerca, y deja que un Haxourus, Bisharp y dos Seviper se deslicen de sus pokebolas y bajen a la hierba alta. Nos encontrámos acorralados y si no escapamos pronto del furret, sus amigos vendrían por nosotros.

—Furret! Usa protección, no dejes que pasen! —Grita Criada.

—¡Centy! ¿Qué hacemos? ¡Nos van a atrapar!

—Tengo una idea, pero no servirá si furret sigue armando barreras, tengo un plan.

—¿Cuál?

—Atácalo con una explosión lunar. Eso alterará a Criada.

Y como lo dije, esa explosión sobre el campo alteró a Criada, y esta incita a Haxourus a llegar rápido.

Este, corriendo llegó antes que sus compañeros con mucha premura, el campo de protección de furret seguía bloqueando nuestro paso.

—¡Y ahora qué Centy! —Grita Alex mientras Haxourus saca sus imponentes garras.

En el momento justo me siento pacíficamente. Empleo todo mi poder psíquico para sostener a Haxourus en el aire, y con su impulso, lo redirigo a lanzar su garra dragón contra furret, quien cae del sendero junto con Haxourus, y nos permite escapar.

—¡NO! —exclama Criada—¡Atrápenlos y mátenlos YA!

Los pokemon de la joven se nos acercan demasiado. Pero sin el furret ni el haxourus cerca no tenemos un impedimento real a la hora de correr. En el cielo, se podía apreciar a Drudi combatiendo contra el Hydreigon y cayendo a la azotea de la Torre de los Cielos.

La torre de los Cielos, estaba colmada de gente visitando. Descubrí que es un cementerio Pokemon. De haber sabido que existe un lugar así, habría enterrado a Rikel aquí.

Sin embargo, no es hora de pensar en eso, dos seviper y el bisharp nos pisan los talones. Decidimos entrar. La gente se asombró por nosotros y marchamos rápidamente al siguiente piso.

Su forma circular y sus escaleras de caracol impedían que se nos adelanten. Pasamos el primer piso sin problemas. Pero el segundo supone una dificultad.

—Un siniestro —dice una voz— ¿Qué haces aquí?

—Lo siento por invadir su paz, estamos siendo perseguidos.

—No importa que tan rápido vayas, muestra tus respetos a los pokemon.

—De acuerdo.

Me detengo y paro delante de una tumba y hago una reverencia, Alex hace lo mismo.

—Ahora pueden pasar. —Al notarlo, era una pequeña vela con ojos. Sé que es un pokemon pero no sé cual.

Corremos al siguiente piso.

—Dos veneno. ¿Qué haces aquí?

—Que te importa sahumerio—Y los seviper siguien su curso.

Escuchamos dos gritos agonizantes a lo lejos. Por lo pronto nos comprometemos en seguir corriendo.

Llegamos a la cima, donde vimos a Drudi combatiendo entre pares contra “Lucho”.

—¡Drudi!—Dice Alex—¡Déjamelo, yo puedo violar dragones!

—¡No! Esto es una pelea entre pares no te atrevas a intervenir! —Grita Drudi.

Y Ahí, en los pies de la enorme campana, los dos dragones combatieron.

Hydreigon tiene la ventaja de levitar, Drudi también puede volar pero el sobrevuelo lo hace perder energía.

Hydreigon lanza un pulso dragón, el cual consiste en que sus tres bocas se unen y lanzan una esfera que viaja desde su posición al suelo donde se encuentra Drudi. Este salta y vuela con sus alas, Acto seguido lanza una garra dragón hacia Hydreigon que no logra darle. Pero este le devuelve el favor con otro pulso dragón que si da en el blanco.

Drudi, apenas pudiendo sostenerse, se abalanza sobre Lucho, sus ojos pierden el color, sus cejas se fruñen más que nunca, sus alas se repliegan y su piel se eriza completamente. Sus garras salen completamente, y se puede sentir el aura roja de deseo de sangre. Drudi está empleando su ataque más fuerte, que es el enfado dragón. Acaba con lucho de un formidable y repetido ataque con sus garras, lanzándolo fuera de la torre, pero se vuelve incontrolable. Comienza a destruir todo buscándonos. Nos socorremos arriba de la campana.

—¿Y ahora que hacemos Alex, lo debilitamos?

—No, no hace falta… se algo de este lugar, pero no logro recordarlo.

—¡Vamos Alex piensa! ¡Con fuerza!

—¡No me ayudas así! A ver… —comienza a meditar— ¡Eso es! Se dice que el sonar de la campana de la Torre de los Cielos hace calmar el corazón más dolorido.

—Está decidido. ¿Tienes algo con que golpearla?

—Nop. Pero tengo un plan.

Rápidamente desciende, y empieza a mofarse.

—¡Oye mascota! ¡Sabes que eres mi MASCOTA, no! ¡Remedo de dragón de cuarta, hasta el viejo inútil de Centy es más fuerte que tú!

—¡Oye debes hacer que te quiera golpear Drudi, no yo!

—¡Acá estoy! —sigue, ignorándome, Alex.—¿¡Qué, no sos un verdadero dragón acaso!?

Con esas últimas palabras, Drudi entra en un trance aún más profundo. Sus ojos perdieron las pupilas, sus garras se agigantaron, su piel escamosa se eriza y escamosea. Está más furioso que nunca.

Se abalanza sobre la pequeña Alex, la cual esquiva su ataque inmune con suma facilidad, haciendo que el mismo Drudi golpee con todas sus fuerzas la Campana. Su efecto, se nota como una onda expansiva en la piel de Drudi, la cual culmina su erizamiento y se blande lo más suave que puede estar sin dejar de ser escamosa, sus enormes garras vuelven y se retraen, y su mirada frenética baja lentamente. Su aura roja de sed de sangre desaparece lentamente, como si de grasa ante detergente se tratase.

Este, se voltea a mirarla, y sin decir una palabra, intenta bajar de la plataforma de la campana. Solo para caer desmayado cerca del borde.

—¡Drudi! —Grita Alex.

—Tranquila, solo está agotado. Tenemos que prepararnos, Criada llegará en cualquier momento y nosotros estamos atrapados aquí.

—Tenemos poco tiempo. ¿Qué debemos hacer?

—Lo más probable es que tenga más enemigos de los que nos podemos enfrentar, y tiene pokemon especializados en rastreo. Solo tenemos dos opciones, Luchar o Huir.

—Ya sé, dale una de tus bayas inútiles a Drudi y que nos saque volando.

—Esta desmayado, no tengo ninguna hierba revivir.

—¡Vos y tu bolso inútiles! —exclama molesta y tensionando sus orejas y lazos Alex, mientras se acercaba a Drudi.—Tal parece—su expresión cambia a una sonrisa— Tendré que salvarnos de la situación, otra vez.

—¿Qué piensas hacer? —digo atónito.

—¡Ja! —exclama con un tono gratificante, y armando una pose elevando su pata derecha delantera a su hombro izquierdo, e inclinando su cabeza para el lado izquierdo.— ¡No pensaba demostrarte todo mi poder tan temprano Centy, pero no me queda más opción! ¡Estamos de día, pero no te diste cuenta que como siervos de la Luna, esta esta visible ahora mismo, arriba de nosotros!

—¿Espera qué?—Digo mirando el cielo. Efectivamente estaba ahí.—Ah, es el poder que te entregó la Luna.

—¡Así es, desde ahora mi cuarto ataque especial es el Deseo! ¡El poder retardado de curarme y de curar a aquellos que me releven!

Nuevamente, se vé el aura blanca característica de mi curación lunar, elevándose sobre Drudi.

—Espera, ese ataque es de efecto retardado, ¿Cómo es que lo usaste tán rápido?

—Supuse que pasaría esto, así que lo vine preparando desde que subimos al tejado.

Podían escucharse muchos pasos rápidos por las escaleras, Criada estaba a minutos de acorralarnos.

Drudi, lentamente se levanta.

—Au —dice agarrándose la cabeza— ¿Qué sucedió?

—No hay tiempo esclavo—no necesito decir quien dijo eso-¡Rápido debemos marcharnos de aquí! ¡Déjame subir a tu espalda!

—¡Oye tengo una deuda contigo, pero no soy el avión particular de nad…

Sin dejarlo terminar, Alex ya estaba en su espalda.

—¡Vamos Centy!

Suspirando, me subo también.

Drudi soportando el peso a duras penas, plega sus alas y desplega vuelo, alejándose lentamente de la Torre. Criada logra subir, y grita:

—¡No se van a escapar pequeñas basuras! —sacando dos pokebolas—¡Altusser, Gerdi atrápenlos!

De las pokebolas salien un Crobat y un Gliscor, ambos nos pisan los talones a pesar de la distancia.

—¡Drudi vuela más rápido!—Le exige Alex y le encaja una patada en las costillas.

—¡No puedo estoy con dos pesos muertos!

—No podremos así Alex, debemos descender, tenemos ventaja todavía. Detente en la colina Drudi.

Acto seguido, y agradeciendo mi idea de bajarnos, se detiene en la colina. Los pokemon de Criada estan cerca.

—Drudi, tenemos que sacarnos a la trastornada de encima. Tengo un plan. Hablaremos con esos pokemon y les contaremos nuestra historia.

—No seas estúpida Alex. Un pokemon entrenado le dará más credibilidad a su entrenador que a cualquier pokemon enemigo. ¿Además ves eso? —señalando el pie de la montaña—Hay tres guardias de Criada, y sospecho que no está sola ahí. Debe tener todo un escuadrón de pokemon para atacarnos. Solo nos queda una opción. Huir.

—¿Cómo haremos?—Pregunta Drudi.

—Esto es difícil de decir. Pero debes marcharte Drudi.

—Espera ¿Qué?—dice Drudi.

Alex de un modo, entendiende lo que digo.

—No hay forma de que pases desapercibido, es momento de que seas libre.

—No, espera, yo estoy sirviendo a Alex.

—Debes entender Drudi. Sé que soy un ser único, pero sabias que este momento llegaría.

—Hazlo por ella. Yo todavía le debo ayudar a buscar a su entrenadora, pero tú eres libre desde ahora.

Sin muchos rodeos, lo aceptó.

—Si aún así quieres seguirnos, vamos camino a Ciudad Caolín, hay muchos dragones ahí, encajarás bien.

—Está bien, me marcharé, pero los veré allí.

Finalmente, abraza fuertemente a Alex. Luego Blande sus alas y se marcha por el Este. Gliscor lo persigue, y Crobat viene tras nosotros.

—¡No hay tiempo para duelos, corre Alex!

Corremos colina abajo, marchando hacia el aeropuerto. Crobat nos sigue de cerca, y podemos distinguir la camioneta de Criada rodeando la colina, persiguiéndonos. El sol en su máximo esplendor, a eso de las tres de la tarde, se escondía bajo la sombra iluminante de la Luna, la cual no se encontraba visible, sino que vino representando la buena fortuna en la pista. Un avión de carga, a punto de partir. Corremos tan rápido como nuestras piernas nos dejan, y a la misma distancia, se encontraba Criada en su camioneta, con sus otros tres soldados. Al distinguir nuestro plan, marcho con todo hacia el avión.

El avión comienza su carrera de elevación. Con todo nuestro esfuerzo, logramos subir.