Mirando las estrellas esperando una respuesta

Cada noche desde hace tiempo me levanto para subir al tejado de mi pequeño chalet a observar las estrellas. Lo hago silenciosamente claro, para no despertar a mis padres, ellos no tienen ni la más remota idea de lo que hago. Son increibles, parecen estar cerca cuando en realidad estan tan lejos...

—¿Porqué brillais de esa forma? —me pregunto a mi mismo.
—Para destacar en el cielo —dice una voz detras mia.
—Elena, no te había oido —digo mostrandole una pequeña sonrisa.

Elena es mi prima, ella de vez en cuando se queda a dormir en mi casa y sube conmigo a hacerme compañia en estas noches tan oscuras. Recuerdo una vez que casi nos caemos del tejado por el maullido de un gato, ahora me rio, pero aquella vez nos dio un buen susto el dichoso gato.

—¿Crees que las estrellas nos dan respuestas? —me pregunta ella sin dejar de mirar al cielo.
—No, bueno...no estoy seguro de ello, pero nos tranquiliza pensar que si —susurro observandolas.
—De todas formas tienen que significar algo que esten allí arriba —dice apoyandose en mi.

De esta forma nos quedamos esperando a que el tiempo transcurriera hasta que finalmente notamos que el sueño nos vencia y decidimos bajar a dormir. Pero mañana volveria a subir para esperar de nuevo una respuesta.

—Volvere...

 

Capítulo 2 : He vuelto...

Hoy he vuelto a subir al tejado, la calma silenciosa de la noche me inquieta y no me deja conciliar el sueño. Esta noche no es igual que las anteriores, el cielo nocturno esta totalmente despejado, hace un aire fresco pero no frio, parece ser como si no hubieran buhos. Solo calma...y esta noche Elena no se encuentra a mi lado, ella ha vuelto a casa y no vendra hasta el proximo lunes. La luna es llena y la leyenda del hombre lobo hace que empieze a sentir un escalofrio, sobretodo cuando oigo el aullido de uno aunque sabiendo que estan lejos y aqui no pueden llegar. Me concentro en observar las estrellas, ¿Qué tendran de especial? ¿Son almas de personas que estan allí arriba para vigilarnos? A veces miro al cielo y recuerdo a mi abuela, me imagino que ella esta orgullosa de mi y me sonrie a traves de ellas.

—Algun día estare a tu lado y vigilare de los mios —digo mientras esbozo una sonrisa como queriendo devolversela.
—Que tonto estoy —susurro mientras sonrio.

Miro la hora, son las 4 y 30 de la madrugada, el sueño empieza a hacer estragos en mi, pero por algun motivo no me muevo, me siento paralizado, es como si las estrellas quisieran que las observara siempre. Parece que no me ire esta noche a dormir, pienso sin apartar la mirada, pero una gran nube se aproxima y en pocos minutos la tapa, es como si mi abuela hubiera decidido que ya es hora de irse a dormir y descansar.

Mañana os vere...estrellas

 

Esta noche hace mucho frio, al principio pense en no subir, pero dado de que mis padres se habian acostado y no tenia ganas de dormir decidi subir. Para ello me he subido una pequeña manta y un chocolate bien calentito para entrar en calor. El dulce aroma que desprende el chocolate me hace olvidar el frio y la oscuridad que hay aqui fuera. El cielo esta nublado esta noche, pero puedo ver las estrellas brillantes, saco mi movil del bolsillo y le hago una foto a las estrellas. Pongo el menu de mensajes y se lo envio a mi prima Elena con la que quisiera estar esta noche, seguro que nos divertiriamos como de pequeños en los que reiamos en los restaurantes y bares con nuestras familias. Pasan los minutos y por fin las nubes se marchan dejando a plena vista las estrellas tan bonitas y brillantes.

—¿Porqué no hablais y contais los misterios del universo? —pregunto mirandolas.
—Brillais como nadie y callais como si fuerais mudas —susurro sorbiendo un poco de chocolate.

El chocolate esta tan bueno que apenas miro las estrellas hoy, pero un sonido de abajo me pone en alerta, mis padres estan levantados. Asi que rapidamente bajo con cuidado para evitar caerme. El lunes volvere con mi prima a observar las estrellas y esperare otra vez una respuesta.

 

Como ya llevo haciendo desde hace tiempo, hoy he subido al tejado para volver a observar las estrellas esperando una respuesta o alguna señal. Mi prima Elena y yo nos hemos hecho una pequeña taza de chocolate bien caliente y su aroma es tan embriagador que casi me caigo del tejado. Elena por si acaso se aferra a mi brazo para que no vuelva a ocurrir lo mismo. Esta noche el cielo esta despejado menos por un par de nubes que estan por el este, el sonido de los buhos es la unica alteración junto a unos pequeños ratones que brillan a la luz de la luna. Mi prima se aferra más fuerte cuando ve a unos ratones aunque estos se encuntran en una buena distancia respecto a nosotros. Ya calmada nos dedicamos a observarlas.

—Primo, ¿Crees que la abuela nos estara viendo? —pregunta con melancolia.
—Yo pienso que si, es más, yo pienso que nos cuida de alguna manera —respondo en voz bajita.
—Ojala pudiera estar con nosotros —dice mientras unas lagrimas empiezan a brotar de sus ojos.
—Esta y estara siempre con nostros aqui —digo señalando mi pecho.
—Si, pero también se encuentra en ese cielo tan inmenso —susurra secandose las lagrimas.

Las estrellas brillan mientras nosotros nos abrazamos por el recuerdo de nuestra abuela, yo pienso que cuando una persona muere su alma se transforma en una estrella y sube al cielo formando parte de ese inmenso espacio. Seguramente muchos me llamarian loco o se reirian de mi por decir una locura tan grande, pero me da igual. Si...las estrellas son personas queridas que siempre nos vigilaran para asegurarse que estamos bien. Cuando mi cuerpo descanse me unire a mis seres queridos que desgraciadamente ya no se encuentran en mi lado en la Tierra, pero si en nuestros corazón...

 

Otro día más subo al tejado a observar las estrellas, esta noche el cielo esta peor que nunca, ni una misera estrella. Yo me tomo un sorbo de mi delicioso chocolate al que por algun motivo me he aficionado, ese aroma tan dulce que me hace la boca agua, delicioso. Esta noche no hace frio, todo lo contrario, hace bastante calor o quizas sera por el chocolate no estoy muy seguro. Pasan los minutos y me quedo observando el inmenso cielo, solo nubes...

—Hoy no teneis muchas ganas de ser observadas —me digo terminandome el chocolate.
—Las estrellas no son maniquis, no les gustan que les miren —dice una voz.

Hoy mi prima y yo nos hemos quedado a solas, mis padres se han ido a dar una vuelta, y no precisamente de las que duran poco. Pero bueno, sera mejor asi, tengo más tiempo para mirar las estrellas. Por fin, después de nose cuanto tiempo esperando veo una pequeña luz en el cielo que es una estrella. Al cabo de 5 minutos como por arte de magia aparecen millones de estrellas e iluminan el cielo esta noche.

—¿Crees que tienen vida propia? —pregunto a mi prima mirando como se toma su chocolate.
—Puede ser, como tu dijistes, pueden ser almas —responde mirando la cantidad de estrellas.
—Las estrellas son testigos de lo que ha sucedido en la Tierra desde siempre —digo observandolas.
—Entonces no serian almas porque estan mucho antes de que se creara la vida —contesta Elena.
—No había caido en eso —susurro sin parar de mirarlas.

Las estrellas tienen respuestas pero no el medio para hablarnos, tampoco pueden ser las almas de esas personas que ya no se encuentran en nuestro mundo. ¿Son las estrellas las encargadas de brillar para dar un poco de luz a este mundo lleno de oscuridad? Para mi son las guardianas de la noche que brillan sustituyendo al Sól cuando este se duerme entre las montañas.

 

Hoy, después de muchas semanas sin poder salir a mirar las estrellas he podido mirarlas. Hace bastante calor con la llegada del verano. Hay estan...sin decir nada nuevo, ni una palabra. Hoy estoy muy pensativo, esta noche tienen un brillo diferente, doy un lametón a mi helado que esta tan frio que me hace daño en el cerebro. Cada vez que las miro veo muchos puntitos en este gran cielo, de vez en cuando, un avión pasa justo y su sonido se oye a kilometros de distancia.

—Hablad de una vez!! —grito al cielo como si realmente fuera de una vez.

Cada vez estoy más loco, pienso para mi mismo. El helado se me ha derretido y otra noche más me quedo sin respuesta. Una brisa me acaricia el rostro y se siente bastante bien, pero pronto soy golpeado por el calor. Finalmente lo dejo y vuelvo a mi cuarto para encender el ventilador y estar fresco.

 

¿Quién cree que las estrellas pueden hablar? Yo creo que solo los locos como yo. Por la mañana parece que desaparezcan, pero no...ellas siguen ahí observandonos, vigilando cada paso que hacemos y como lo hacemos. El sól nos impide ver esas ''luces'' tan brillantes que tienen más conocimiento que toda la humanidad. Pues ellas han visto como hemos crecido, madurado, y conocen el pasado y el presente. Quizas sepan también el futuro quien sabe, pero no me interesa saber el futuro ahora mismo, quiero oirles decir algo, una misera y simple palabra. Pero como cada noche no ocurre nada, silencio, tan solo silencio en la oscuridad de la noche. Hoy brillan como bombillas, realmente merece la pena observarlas durante un buen rato en silencio. Finalmente el sueño me priva de poder seguir apreciandolas con claridad y me pesan los ojos. Me marcho con sueño, ¿habra sido cosa de las estrellas?. Lo importante ahora es descansar para mañana seguir buscando respuestas...