Madness [Inuyasha X Kagome]

Re: Madness [Inuyasha X Kagome]

Hola!!
Aqui traigo la contii, por favor cuando pongas post
sobre mi fic digan algo mas que "me gusto contii contii"
se lo suplico -.- que no es tan dificil!! y me gustan las criticas constructivas.

Muchas graciias por la espera.


Capitulo 11:

Era una estúpida, una tonta y una debilucha.

Después de haberle mandado a la mierda ayer me fui a mi casa, y hoy, cuando llegue a la universidad me enteré por Miroku que él no iba a ir en un tiempo.

Tenía una buena herida según su amigo.

Mientras caminaba por la avenida comencé a recordar la conversación que tuve hace unas horas con él.



-¿Entonces de verdad esta…mal?-pregunté con miedo, no quería pensar ni por un segundo que él…
-Nada importante salvo que tiene el pecho atravesado; pues claro que esta mal Kagome, además ayer cuando le visité se le había abierto la herida y tenía un humor de perros.

Suspiré al ver como Miroku empezó a reírse como un tonto de su propia broma, no estaba de humor para tonterías.

-Miroku.
-¿Si?
-Deja de reírte ya.
-Si señora. Bueno, ¿irás a verle?
-No, nunca. Ni en sueños.

Y no iba a ceder.

-Seguro que si le visitas se pondrá muy…contento.
-¿Contento?
-Te comerá a besos.

Rápidamente me sonrojé ante la perspectiva, si fuera así no me importaría ir a visitarle la verdad…

Sacudí la cabeza y le lancé una mirada a Miroku de las que helarían el infierno.

-Si le dices que voy para su casa te juro que…
-No diré nada, te lo prometo.
-Más te vale, porque si no seré muy vengativa.




-Y ahora, estoy aquí-susurré mientras miraba la casa, Inuyasha estaba forrado, pedazo de casa.

Decidida a verle me acerqué hasta la puerta y toqué el timbre.

Nada.

Esperé unos minutos pero nadie me abrió la puerta, solté un taco en voz baja y me apoyé en la puerta pensando que hacer.
En cuanto deje que mi peso cayera sobre la puerta esta se abrió, haciéndome caer de espaldas en el recibidor.

-¡Auch!

Me levanté del suelo rápidamente y cerré la puerta, extrañada de que la hubiesen dejado abierta…

¿Y si le había pasado algo?

Sin pensar comencé a subir por las escaleras rápidamente, no se oía ni un alma en la casa. Empecé a abrir puertas según me las encontraba, ya me estaba desesperando.

Hasta que llegué a la habitación del fondo. Abrí la puerta igual de rápido que en las demás y entré de golpe.

Y allí estaba él, tumbado en la cama, parecía que estaba durmiendo; lentamente me acerqué hasta el y me arrodillé junto a la cama para luego inconscientemente pasarle una mano por el cabello; mientras examinaba su rostro tranquilo deje que mis manos vagasen por su rostro, hasta que poco a poco llegaron a su pecho.

No llevaba camiseta.

Le acaricie el pecho dulcemente con las yemas de mis dedos, recorriendo con mucho cuidado las cicatrices de las heridas, no estaba tan mal herido, cuando estuvo en mi casa tenía las heridas aun peor.

-Tonto…-susurré tan bajo que no supe ni como yo mismo lo conseguí oír.

Volví a dirigir mi mirada hasta su rostro, hasta sus ojos.

¡Estaba despierto!

Aparté las manos rápidamente de su pecho y me alejé de la cama lo más rápido que pude. No sabia ni que decir, pero no necesitaba verme en un espejo para darme cuenta de que debía estar mas colorada que un tomate.

-Yo…la puerta estaba abierta y…entré lo siento, pero no te enfades y no pienses cosas raras ni nada por favor.

Me miró durante un minuto para después bostezar y estirarse tranquilamente, con una lentitud asombrante se levantó de la cama, solo llevaba unos…unos boxers.

-¡Pervertido!-grité y use mis manos para taparme los ojos, ese idiota…
-Deja de hacer ruido por tan poca cosa niña-me dijo con una voz muy ronca, se notaba que acababa de levantarse.
-¡Vístete!
-Ya estoy vestido.
-Mentiroso no te ha podido dar…-le miré a través de mis dedos, parpadeando un par de veces quite las manos de mi rostro, era cierto que estaba vestido, llevaba unos vaqueros y una camiseta de mangas largas negra, aunque seguía descalzo.

El simplemente me miró con mofa y se dirigió a la ventana para subir la persiana, después igual de tranquilo encendió la calefacción y salio del cuarto.

Me dejo sola en su habitación.

-¡Será maleducado!

Me levante del suelo que estaba extrañamente caliente, al parecer tenia calefacción en todos sitios, hasta en los suelos.

-Ricachón egocéntrico.-susurré mientras salía del cuarto en su busca.

Escuché unos ruidos en el piso inferior así que bajé las escaleras con rapidez y seguí los ruidos hasta llegar a la cocina, y lo que me encontré me dejo pasmada.

-¿Sabes cocinar?-susurré con la boca abierta-
-Es evidente ¿no?, en el otro piso tenía una mujer que me cocinase todos los días, pero después de que me atacasen decidí vivir solo.
-¿Otro piso?
-Me mudé tras el ataque, ahora vivo aquí.-me explicó tranquilamente, dándome a entender que para él era muy fácil cambiar de casa, era como si cambiase de colonia.
-Pero…esta casa está totalmente amueblada y todo eso, es como si antes hubiese vivido gente aquí.

El soltó una carcajada y metió en el microondas algo que no conseguí ver.

-¿Por qué te ríes?
-Porque se perfectamente que estas pensando, que qué habrá pasado con los anteriores dueños, bien pues te lo contare, llegue a su casa los mate y ahora mismo los estoy preparando para comérmelos.
-Eso es asqueroso Inuyasha.
-¿No te lo crees?
-¡Por dios no!
-Tienes razón, era mentira, se me escaparon, pero aún así podría comerme en este instante una jugosa japonesa metomentodo.

Le fulminé con la mirada y me crucé de brazos.

-Más quisieras.
-Bueno después de todo soy tu… asesino ¿no?

Me estremecí al recordar las chicas muertas, debía preguntarle por eso.

-Tengo el presentimiento de que eres un mentiroso, tu no intentas matarme, por que si no ahora mismo estaría muerta.

El solamente sonrío de medio lado, pero no dijo nada.

-Pero lo que no se… es si tu mataste a esas chicas, aunque creo que no.
-¿Por qué dices que no?
-Porque si tu fueses mi asesino me habrías podido matar a la primera, después de todo me conoces de sobra, sabes mi aspecto; además he recordado que las chicas asesinadas se parecen mucho a mi, por lo tanto, tu no habrías fallado tantas veces, no conociéndome.

Sonreí ante mis deducciones, había conseguido descifrar un misterio, y pensaba descifrar los demás.

-Así que piensas que no quiero matarte…
-Eso es, además si quisieses ya estaría muerta Inuyasha.

Sin dejar de sonreír me acerqué a el y le toque el brazo, lentamente giro su cabeza y me miro a los ojos.

-De todas formas aunque no quiera matarte…sigo siendo un monstruo para ti.
-Yo nunca te he llamado monstruo.
-Pero lo has pensado, y no me digas que no; vamos a ver Kagome se supone que tu no debes estar cerca de mi, y yo simplemente debo de pasar de ti. Mierda nunca había tenido este problema.
-¿Qué problema?
-Que una chiquilla a la que asusto me acose.

Me sonroje notablemente, ¿yo le acosaba?

-Yo no te acoso.
-Kagome simplemente aléjate de mi vida, hazlo antes de que sea demasiado tarde.
-¿Demasiado tarde para que?-susurré mirándole a los ojos-


El me miró a los ojos pero de pronto desvío su vista hacia otra parte, a partir de ese momento todo ocurrió muy rápido, el gritó que me apartase y yo como una persona normal y corriente me di la vuelta para ver que era lo que le tenia asustado.

Detrás de mi vi a una mujer con una especie de traje japonés antiguo, que dejaba mucho a la vista la verdad, sonreía de una manera cruel, había algo en ella que no me gustaba nada; no pude seguir mirándola pues Inuyasha tiro de mi hasta hacer que acabase tras la encimera en el suelo sentada, desde allí solo podía escuchar los golpes…

Inuyasha ya no estaba junto a mi de pronto escuche como unos cristales se rompían y después un golpe sordo. Al no escuchar nada más me levante rápidamente y miré hacia lo que había sido hasta hace unos minutos las puertas de cristal que conducían al patio.

Ante ellas había un cuerpo. Comencé a caminar rápidamente hacia el, tenia el pelo plateado… como Inuyasha.

Eso me asustó, así que le di la vuelta, al verle el rostro lancé un pequeño grito.

-¿Pro…profesor?-susurré asustada al notar la sangre de mi supuesto profesor en mis manos.

De golpe las imágenes de la noche en la que hirieron a Inuyasha saltaron en mi mente, como una alarma. Y eso me hizo más vulnerable que nunca. Ya no veía el rostro del profesor, solo veía el de Inuyasha…



Corrí las cortinas preocupada, confiaba que el estuviese bien pero… temía por su vida, después de todo tenia a su supuesto hermano tumbado sobre el sofá con unas heridas bastante horrorosas sobre su pecho y espalda.
Le había curado casi todas pero aun seguía temiendo por su vida, pues había ocasiones en las que…no parecía respirar.

-Eres idéntico a él…-susurré inconscientemente apartándole el cabello del rostro, así dormido… no me asustaba tanto.
-¿A quién?

Me aleje rápidamente de él al escuchar su voz, y rápidamente le mire a la cara, sus ojos del color de la miel estaban clavados en los míos.
Y estaba segura que él podía ver mi temor.

-A… Inuyasha.-susurré respondiendo su pregunta no quería que tuviera razones para hacerme daño, aún no sabía que era capaz de hacer ese hombre.
-Serás tonta… no me parezco a él, y de todos modos, si fuese así el se parecería a mi, no yo a el.
-Claro… eres su hermano mayor.

Me alejé un poco más al escucharle gruñir, era un sonido desagradable la verdad.

-Medio hermano mayor.
-¿Medio hermano?-le pregunté sin poderme contener-
-Su madre era una estúpida humana con muy mala suerte-me dijo fríamente mientras se incorporaba en el sofá-
-Un humana… ¿y su padre?
-Nuestro padre es un demonio, ¿él no te lo ha explicado?

Negué lentamente con la cabeza, ambos me decían lo mismo; que Inuyasha era un demonio, pero no uno de esos con cuernos en la cabeza y una cola en forma de tenedor, un demonio de los que adoptan forma humana fácilmente.

-Al parecer él no te ha contado nada, normal, eres una insignificante humana, y además una estúpida. No se por que se empeña en protegerte.
-¿Protegerme?-susurré inconcientemente-
-Si, él ha estado arriesgando su vida por ti estúpida humana, y no es que le tenga demasiado afecto a mi medio hermano, simplemente le necesito para mis planes.

Me levanté del suelo y dejé que mi mirada vagase libre por la estancia, estaba muy aturdida.

-Así que haznos un favor a ambos y aléjate de él, si no… muérete.

Me estremecí ante la dureza de sus palabras, después de curarle las heridas y preocuparme por él… ahora me decía que me muriera.
Eso me hizo ver que ambos hermanos eran idénticos, aunque lo negaran.

Rápidamente salí de la salita y me dirigí a la puerta para irme, y lo hice sin mirar atrás ni una vez.






Caminé por la calle, había comenzado a llover y no llevaba paraguas, me estaba empapando.

-Genial Kagome, simplemente genial-susurré abatida.

Unos simples comentarios y todas mis esperanzas sobre Inuyasha se habían desvanecido, me había acobardado. Soy demasiado egoísta como para arriesgar mi vida de esa forma.

-Todos somos egoístas…-dije en voz alta recordando las palabras que tantas veces me decía mi abuelo cuando me enfadaba con alguien-



-Todos somos egoístas Kagome, esta en la naturaleza humana.
-Lo se abuelo… pero, no me gusta el egoísmo.
-Algún día tú también serás egoísta Kagome, y ese día comprenderás algunas cosas-me dijo mi abuelo mientras me acariciaba el pelo y me tendía un pañuelo para que me secase las lágrimas, producto de mi última pelea con mi supuesta mejor amiga.


Sonreí tontamente, ahora me daba cuenta de que mi abuelo tenía razón…

En esa y en muchas otras cosas.

-Creo que estas vacaciones de navidad mi abuelo me contara muchas cosas-dije con una sonrisa, ¿Quién mejor para hablarme de demonios que mi abuelo?

Podría saber por otra fuente como son realmente los demonios.





-Buenos días Kagome, ¿estas aquí o en las nubes?

Levanté la mirada de mis apuntes, tenía en una hora el último examen de recuperación del trimestre, y era de la asignatura del profesor demonio.

Tenía la esperanza de aprobar, después de todo casi le había salvado la vida.

-Me merezco aprobar-dije de pronto asustando a mis amigas-
-¿No dormiste bien anoche?-me preguntó Sango preocupada, no era normal en mi gritar ese tipo de cosas-
-No Sango, simplemente se drogó.
-Muy graciosa Rin-le dije a mi otra amiga, mientras me sobaba un ojo, realmente no, no había dormido bien.

Toda la noche había tenido la impresión de que alguien me estaba observando.

-Oh, y eso será porque pasaste la noche con un tío bueno, musculoso, con unos ojos que derretirían el hielo y un pelo oscuro como la noche-dijo muy segura Rin-
-¿Que te dije sobre leer novelas rosas?
-Tú me enviciaste, así que carga con las consecuencias-me respondió tranquilamente.
-Como cabras-le oí susurrar a Sango mientras volvía a sus apuntes-

Durante unos quince minutos estuvimos calladas estudiando, pero una pregunta se asentó en mi cerebro, y era algo que me carcomía por dentro.

-¿Por qué últimamente no te veo Rin?-le pregunté sin contemplaciones-
-He estado ocupada con las clases particulares, ya sabes esos niños de secundaria me sacan de mi casillas.
-Me refiero en la universidad, no te he visto casi.

No respondió inmediatamente a mi pregunta, ni siquiera había levantado aún la vista de sus apuntes.

Me estaba mintiendo.

-¿Rin?
-Yo… bueno he estado ocupada, no puedo decirte más.
-No me digas que es un chico- medio afirmó Sango a la vez que levantaba la vista del cuaderno-

Rin no contestó.
Aunque no hizo falta, el sonrojo de su cara lo aclaraba todo.

-Rin vamos, tienes que decírnoslo, somos amigas y por eso…

No pude seguir hablando alguien se colocó a mi espalda y tiró de mi silla para separarla de la mesa, el ruido que hizo fue terrible, y eso consiguió que varia gente fijase su vista en nosotras.

-Que pasa aquí-dije enfadándome al ver como la gente comenzaba a murmurar, así que me gire.

Y me encontré de lleno con Inuyasha.

-¿Qué tripa se te ha roto?-le pregunté ariscamente-
-Ninguna por ahora, pero necesito hablar contigo.

Le fulmine con la mirada, ¿a qué se debía ese prehistórico comportamiento?

-Pues yo no…
-Es importante.

Al ver su mirada de enfado decidí no enfrentarle.
Algo me decía que mejor no tentar mi suerte con el, ese día al menos no.
Recogí mis cosas y le seguí a la salida de la biblioteca, dirigiéndole una ultima mirada extrañada a mis amigas…




Posteen!! ^-^muchos besos!!