Exterior Piscina

Tema en 'Planta baja' iniciado por Yugen, 9 Abril 2020.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,477
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Asentí, absorbiendo la información sin ningún motivo concreto más que el de barajar posibilidades. Según Arata, Hikari, su amigo, había quedado a cargo de Taito, y luego... Abrí un poco más grandes los ojos al oír que Yuzuki administraba Minato y solté una risa nasal, entre incrédula y divertida. ¿Qué pasaba con estos cachorros regulando barrios enteros? ¿Cómo se lograba una cosa así, para empezar? No llegaba ni a imaginarlo.

    No arribé a ninguna conclusión prometedora ni nada valioso que aportar, así que suspiré y me limité a reforzar lo obvio.

    —En fin, suerte con Sei. Ve contándome si pasa cualquier cosa, ¿sí? Quizá pueda darte una mano, aunque sólo sea escuchando e intentando unir puntos. Ojalá des pronto con tu amigo.

    Correspondió a mi beso, pero más pronto que tarde se separó y yo abrí los ojos, procesando la situación mientras él repartía otro par aquí y allá. Vi que regresaba a su bolsa y solté el aire por la nariz con disimulo, lanzándome el cabello tras la espalda. Apenas recibí sus ojos de nuevo, le dediqué una sonrisa y me ahorré las opiniones respecto a su primer comentario. Si tan a gusto estaba, ¿tenía que interrumpirlo así?

    Whatever.

    Sabía que era un capricho y creía entender lo mínimo de boundaries, por lo que barrí la frustración bajo la alfombra y me enfoqué en el obsequio que pretendía darme. Su aclaración de no haberle prendido fuego a nada me arrancó una risa breve y acepté la caja con ambas manos, redirigiéndome al borde de la piscina para sentarme allí de nuevo. Apoyé el objeto en mi regazo y enganché los talones dentro del agua, meciendo las piernas lentamente.

    Wait, you did this? —procesé sus palabras con delay, sorprendida y apoyando la uña del índice en la tapa.

    Pensé en abrirla, pero supuse que lo suyo era imitarlo. Atraje mi bolsa a mi posición y esculqué a tientas, extrayendo la caja de bombones con facilidad. Llevaba una cinta amarillenta y en la religiosa tarjeta había escrito "para mi cómplice favorito (aunque en realidad eres el único que tengo)". Le eché un vistazo, comprobando que todo siguiera en su lugar, y entonces se la extendí.

    —Yo tampoco le prendí fuego a nada, aunque asumo que eso ya lo imaginabas —bromeé.

     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Zireael

    Zireael kingslayer Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    11,198
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Arata (1).png

    Asentí a sus palabras y es que sabía que aunque fuese con retraso si me enteraba de algo nuevo o lo que fuese se lo contaría. Ella era mi cómplice, le había pedido ayuda y se la había ofrecido de regreso, y aunque parecía sencillo para mí era muy valioso. Sasha era una de las primeras personas a las que visualizaba como igual a mí, estábamos en el mismo nivel, y eso alivianaba mucho de mi peso. Me liberaba de una forma en que jamás lo lograría en otras de mis amistades o relaciones familiares.

    Puede que no fuese una genialidad haber desviado el asunto, no con la manera en que me había besado, pero creía que Sasha comprendía de límites o la cosa que fuera y que no se lo tomaría personal en sí mismo, incluso si le había echado a perder un capricho. Algunos meses o semanas atrás habría cedido como si nada, pero ahora creía encontrar más en su compañía que lo que el cuerpo me ofrecía o me pedía. Con ella no requería siempre del exceso, a pesar de que eso no quitaba que lo disfrutara, y ahora... Bueno, quizás fuese infantil y casi ridículo, pero quería mostrarle lo que había hecho para ella, porque sabía que habría preparado algo para mí y quería estar a la altura.

    Porque merecía esto y más.

    —Los hice yo con estas manos —murmuré apoyando el rostro en su hombro—, para la pelirroja despampanante de las ideas más locas y la mejor amiga del mundo, también. Gracias.

    Aplasté la mejilla en su hombro, porque sí, y volví a hablar en voz baja.

    —Te quiero incluso si no lo digo y pienso en ti hasta cuando todo se me anda cayendo a pedazos. Me recordaste que puede sentir esas cosas todavía, cosas buenas, y espero poder reflejarlas hacia ti y que te alcancen.

    Acepté su regalo, no fue una sorpresa en sí, pero de todas sonreí al tener la caja en las manos y me reí al leer la tarjeta, porque la aclaración era chistosa en sí misma. Pobre mujer, ni le di tiempo a terminar la frase cuando ya estaba abriendo la caja y husmeando los bombones.

    —Lo sorprendente sería que le prendieras fuego a algo —reboté a su broma y por unos segundos solo me quedé mirando los chocolates, como si quisiera guardarme la imagen en la memoria—. Hasta ahora me doy cuenta que esperaba con mucha ilusión el regalo que me darías. ¿Asumí que me harías algo? Sí, porque así de egocéntrico soy.

    lo doy todo por mis niños, hasta mi última neurona *c muere*
     
    Última edición: 14 Septiembre 2025 a las 1:01 AM
    • Fangirl Fangirl x 1
  3.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,477
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Arata se sentó a mi lado y sentí su peso sobre mi hombro, lo que me impidió voltear a mirarlo. Mantuve la vista en la caja entre mis manos y sentí una mezcla silenciosa de sorpresa e ilusión al descubrir que él mismo había preparado los... bueno, asumía que eran bombones. El armado de la dedicatoria me arrancó una risa nasal y repasé la textura de la tapa con la yema de los dedos, concentrada más bien en su voz. Me sentí bastante tonta y caprichosa por haberme molestado recién, entendiendo que Arata había querido priorizar esto y yo no supe verlo. El idiota de repente estaba aquí diciendo un montón de cosas importantes y no supe cómo reaccionar. No supe qué hacer con la calidez que sentía en el pecho o el nudo presionándome la garganta.

    Sonreí, siquiera lo filtré, y me removí para pasar el brazo sobre sus hombros. Lo estreché contra mí con firmeza y cerré los ojos al dejarle un largo beso en la coronilla de su cabeza, acariciándolo con el pulgar. Sus palabras aún rebotaban desde y hacia todas las direcciones, y no supe cuál era la forma correcta de modular el inmenso cariño, la infinita ternura, que sentía ahora mismo. Sólo quería que se supiera querido, y que esa certeza le permitiera descansar de vez en cuando.

    —Gracias, mi cielo —susurré contra su cabello.

    Utilicé el brazo libre para atraer mi bolsa a tientas y le di mi propio obsequio. Al enfrentarme a la caja para Arata me había dado cuenta que no tenía la menor idea de sus preferencias en dulces y, también, que posiblemente le gustara cualquier cosa; impulsada por esa idea, le había armado el mix más azaroso posible de rellenos y chocolates. Sólo había mantenido el corazón en la esquina, como siempre. Era tan caótico que daba hasta gracia, me había esforzado por no respetar ni un solo impulso del sentido común.

    Me habría gustado abrir los obsequios al mismo tiempo como había hecho con Maze, pero Arata siquiera me permitió acabar la frase. La queja se me atoró en la garganta y suspiré, resignada. Al menos se veía tierno. Mientras él observaba sus bombones, yo abrí mi propia caja con calma y encastré la tapa debajo, volviendo a apoyarla en mi regazo.

    —Tendrían que haberme arrancado un brazo para no traerte algo, y así y todo quizá los hubiera hecho con una sola mano —bromeé, carcajeándome brevemente, y mi sonrisa se suavizó al pasear la mirada por los bombones que él había preparado—. Yo también asumí que me traerías algo, pero había descartado que los comprarías.

    Lo imaginé en la cocina de su casa, como fuera el espacio, con un delantal encima y estúpidamente compenetrado frente a una olla llena de chocolate derretido, y me reí en voz baja. Recordé lo que había dicho antes.

    —¿Y a quién debo agradecer la supervisión de estos maravillosos chocolates?

     
    • Adorable Adorable x 1
  4.  
    Zireael

    Zireael kingslayer Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    11,198
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Arata.png

    Percibí su intención y cuando ajustó la postura para abrazarme sentados como estábamos, colé los brazos para regresarle el gesto y la estreché con fuerza, cerrando los ojos al sentir el beso en la coronilla. Me sentía querido, cuidado y a salvo, algo que no conocía desde que tenía casi once años y por eso quería, de alguna manera, ser una mejor versión de mí mismo para esta chica. No quedaba mucho que rescatar, mi energía y muchos de mis sentimientos estaban desgastados y manchados, pero tal vez pudiera rescatar algunos todavía. El amor que sentía por mi familia y el que sentía por Sasha eran diferentes, al menos eso lo podía ver.

    Ante su agradecimiento hice un sonido afirmativo, aceptando sus palabras sin más, y la solté cuando fue su turno de darme su regalo. Al abrir la caja me tragué una risa al ver un solo corazón en una esquina; que me disculpara pero yo no tenía la paciencia ni la delicadeza de Mason, por eso ni había pensado en abrirlos a la vez. Igual eso no quitaba que, como le había dicho, estuviera muy ilusionado con el asunto. Un poco me daba pena comerlos, ¿no estaban muy bonitos?

    —Entonces habrá que agradecer que tienes ambos brazos todavía —atajé separando la vista de los chocolates y después me reí, me quiso alcanzar un dejo de vergüenza como me había pasado con Riamu, pero pude administrarlo mejor. Me incliné un poco en su dirección y me puse a señalarle los chocolates. Las formas estaban revueltas, la verdad, había redondos de toda la vida, unos de flores, otros de corazón. Eran nueve en tres filas, dos de chocolate con leche—. ¡Quería estar a la altura! Mira, estos de la primera fila tienen relleno de fresa, estos... Ah, ¿cómo era? Ya, la segunda fila tiene licor y son los chocolate oscuro, obvio, y la tercera caramelo.

    Al enderezar la espalda atendí a su otra pregunta y, de nuevo, se me escapó una risa esta vez un poco sin gracia. No fue por mí o por ella, era por el embrollo emocional del supervisor que ahora ni siquiera tenía idea de si habría repartido sus regalos. El niño parecía ilusionado con el asunto, seguro habría preparado un montón de cosas en su casa ya que por cuidar mis regalos no había completado los suyos y yo... Dios, ¿le había arruinado eso también? Ahora ni siquiera sabía cómo preguntárselo.


    —Al mismo de siempre. Cay fue el que se puso a estudiar para lograr la misión y le pedí ayuda, así que llegó a casa con un saco de cosas, parecía que era Navidad —conté sin mucho problema y saqué el corazón de la esquina—. Tú tienes que decirme por qué solo hay uno, ¡me ofende mucho!

    Era mentira, claro, pero por la tontería.
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  5.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,477
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Me dio algo de ternura que se enredara a mi torso al envolver sus hombros con un brazo y lo dejé ser, pensando que de repente, allí, parecía más un niño pequeño que el hermano mayor de media comarca; y que si llegaba a sentirse así, también, quería permitírselo. Más tarde seguí el detalle del menú con la sonrisa bien pegada a la cara y fui asintiendo conforme me indicaba las filas de bombones. A decir verdad, me importaba bastante poco el tipo de chocolate o el relleno, estaba segura que me gustarían todos sin importar su sabor. Él los había preparado y con eso me bastaba.

    —¡Estás tan a la altura que me pasaste! ¡Mira! —Señalé sobre mi cabeza y deslicé la mano hasta tocarlo a él; obviamente me pasaba, si era más alto que yo—. A ver, a ver...

    Me llevé a la boca uno de caramelo, de los últimos que había mencionado, y lo saboreé de forma bastante exagerada. Lo estaba tratando como trataba a los niños cuando cocinaban algo, así fuera un pollo de plástico, y a duras penas fui consciente de ello. Este bombón era dulce, suave, y me llenó el corazón de felicidad. Sonreí muy amplio y le jalé de la mejilla con ganas.

    —¡Está muy rico! Felicidades, cariño, ahora ya eres un maestro chocolatero certificado.

    Me reí en voz baja al descubrir que su supervisor estrella había sido Cayden y asentí, divertida. La escena en mi mente se había vuelto más caótica de repente. Me llevé otro de sus bombones a la boca, de los de fresa, y cubrí la caja para dejarla a la sombra de mi propio cuerpo. Su queja me arrancó una carcajada despreocupada mientras sacaba el cuaderno de mi bolsa y le arrancaba una hoja de borradores viejos por la línea punteada, con cuidado.

    I'm sorry, baby, me habría sentido mal si hacía diferencias entre mis muchachos. Son todos muy preciados para mí, ¿sabes? Viste cómo dicen que debemos tratar a todos los hijos por igual.

    No tenía sentido y al mismo tiempo sí. Mientras hablaba, cerré el cuaderno y fui manipulando la hoja sobre la tapa. La giré, doblé en dos y repetí ambos pasos, marcándola. Pillé las esquinas superiores y las doblé hacia el centro, deslizando el pulgar con fuerza. Era un proceso que ya conocía de memoria y que acabé en apenas un minuto. Al final, jalé de las puntas y lo ahuequé debajo, revelando el resultado final: un barquito de papel. Me reí en voz baja, satisfecha con el resultado, y me incliné para depositarlo sobre el agua.

    There, your ship~


    porque por qué no, el tuto del barquito
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  6.  
    Zireael

    Zireael kingslayer Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    11,198
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Arata.png

    Le presenté el menú aunque a ella seguramente le diera igual si partíamos de que yo había preparado los bombones para empezar, pero pues el honor lo exigía. Por demás, retomó la tontería de que yo quería estar a la altura, toda la mímica acabó por hacerme reír y sentí algo de ternura aunque no lo dije en voz alta ni nada. Guardé silencio viéndola probar uno de los de caramelo y me quedé esperando como si no supiera yo mismo que estaban ricos.

    El asunto fue que Sasha lo saboreó con exageración, no pude evitar reírme de nuevo y llegué a preguntarme si alabaría incluso los fideos instantáneos que me comía seis de ocho días a la semana, porque tenía pinta de que sí. Su sonrisa fue amplia, me suavizó el corazón, aunque de todas formas me quejé cuando me estiró la mejilla como si fuese un niño.

    —No tengo cinco años —refunfuñé a pesar de no haberme apartado y luego me inflé el pecho de orgullo—, ¡pero claro que soy un maestro chocolatero certificado!

    No lo era, pero oye, ¿quién iba a juzgar eso además de ella? Por otro lado, saber que Cay era el dichoso supervisor pareció venirle en gracia. El pobre imbécil había tenido que armarse de paciencia porque yo era un burro, así que en verdad visto desde fuera la cosa debía parecer una comedia muy mala. En cualquier caso, Sasha se comió otro chocolate, luego se carcajeó de mi reclamo que era muy, ¡pero muy serio! Y cuando quise acordar estaba haciendo un barco de papel.

    Tenía la capacidad atencional de una piedra, así que me quedé mirando como hacía el barquito como si fuese una maravilla del mundo y, mientras tanto, me llevé el bombón con forma de corazón a la boca. ¿Y qué era eso de que había que tratarnos a todos por igual? ¡Yo no era un cualquiera! ¿Qué pasaba con la complicidad? Me acordé de eso de repente y con tal de no hablarle con la boca llena, tomé la tarjeta y casi se la estampé en la cara.

    ¿Estaba celoso o enojado de verdad? Ni de cerca, pero aquí yo vivía por las quejas y las quejas nada más. Apenas me bajé el chocolate abrí la boca para seguir con mi drama, por supuesto.

    —¿Me estás haciendo un barquito para que me vaya en él? —solté viendo el papel en el agua, fue la primera estupidez que me cruzó la cabeza—. No, no, Sasha. El daño a mi pobre corazón está hecho, yo creía que como tu cómplice era diferente.

    Fingí una ofensa terrible, aunque al final cedí, me comí otro chocolate y volví a aplastarme en su hombro. Me quedé viendo el barco, mecido por las ondas del agua de la piscina, y después de unos segundos me erguí de nuevo, procuré cubrir los chocolates con mi sombra también y una vez me aseguré de eso, busqué su rostro con las manos. La insté a girar hacia mí y busqué sus labios, porque sí, porque me vino en gana, y la besé despacio. No fue la clase de beso con la que pretendía olvidarme del mundo, si no más bien uno con el que quería recordar que había algo más allá del caos que conocía.

    cuál mensaje borrado, no sé de qué me hablas

    BUENO este seguro es mi último post y me habría gustado postear más seguido ;; pero me tuvieron esclavizada estos días (más). Igual los amo mucho y idk mi hijo está muy contento por haber podido hacerle algo a Sashie uwu we love her very much
     
    • Adorable Adorable x 1
  7.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,477
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Arata se quejó, pues yo creía que se quejaba antes de respirar, y me reí sin dejarle la mejilla en paz. Luego acababa de dejar el barquito en el agua, muy contenta, cuando al erguirme di un respingo, pues prácticamente me había pegado la tarjeta a la cara. Ya sabía lo que ponía, la había escrito yo misma, por lo que me asomé desde un costado y enarqué una ceja, mirándolo. La conclusión de su reclamo me arrancó una carcajada directa del pecho. Mira que para mucho no se esforzaba, pero sí que era ingenioso lloriqueando.

    —Sólo si puedo irme contigo —respondí, alegando inocencia y estirando las piernas antes de regresarlas al agua.

    No supe qué más contraargumentar, así que mantuve la sonrisa de niña buena y di otro respingo.

    —¡Cielos, la comida! —exclamé, buscando mi bento de adentro de la bolsa, aunque sólo llegué a apoyarlo en mi regazo.

    Arata regresó a mi hombro y me vacié los pulmones, despacio, cediendo al capricho de apoyar mi cabeza en la suya. Relajé el cuerpo, presté atención a la calidez del sol contra mi piel y cerré los ojos. Pasados unos cuantos segundos atendí a sus intenciones, erguí el cuello y recibí su beso con calma, tanteando una de sus muñecas para cubrir su mano con la propia. Al separarnos, la presioné levemente y la bajé al espacio entre nosotros. Le piqué la nariz con la otra, sonriendo.

    —¿Cielos, la comida? —repetí, casi en un susurro, y me reí en voz baja—. Si seguimos dando vueltas nos tocará la campana.


    llegué, uf JAJAJA

    bueno, gracias por la interacción uwu estuvo to bonica
     
    • Adorable Adorable x 1
  8.  
    Zireael

    Zireael kingslayer Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    11,198
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    CayBW.png

    Con la tontería al final tendría que darle las gracias a las muchachas que de repente me tenían alimentado a base de chocolates, porque entre Ilana, Bea y Emi de la nada tenía una selección personal, eso sin meter al saco los de Hubert. Pobre, que quedara incluido junto a las niñas, ni modo. Ayer había aparecido donde Hikari para matar tiempo, beberme unas cervezas y fumar lo que me diera la gana, Nozomu me regresó a casa cuando se me comenzó a pasar la sensación de estar pegado al suelo y como mamá estaba dormida, me eché un rato mirando un anime sin verlo en verdad y atragantándome en chocolatitos. ¿Había cenado? No. ¿Había almorzado? Sí, cortesía de la paella de Lucía.

    Todavía tenía una persona pendiente de mi repartija, así que en la mañana guardé la caja en la mochila y me fui de casa temprano, lo suficientemente temprano para no enfrentar a mamá. Maté tiempo en un parque, me bebí un par de latas de café y comí un panecillo que, siendo honesto, estaba un poco tieso y así llegué a la escuela a una hora decente, no madrugando con las gallinas.

    El tema fue que al llegar a los casilleros y abrir el mío choqué de lleno con la pluma ribeteada, blanco y negro, sobre la caja de tono marrón. Supe de inmediato que la pluma era de Schnee y, por rebote, que el obsequio era de Meli, supuse que era una suerte de respuesta a los chocolates que yo le había dejado. Estaba bien aunque en verdad no esperaba nada de regreso, como siempre, pero el tema no era la pluma. La dejé a un costado, tomé la caja y me puse a examinarla discretamente, eso... ¿Era una jodida chocolatería Suiza? ¿La niña me estaba dejando chocolates importados de Suiza por unos que había hecho yo en la cocina de mi casa a la medianoche? Y una mierda, ¡Melinda estaba forrada en pasta! Que el búho, las cartas y los chocolates importados.

    Un poco frustrado por la desproporción del regalo y asombrado por lo que decía sobre ella y su... estrato social, sujeté la caja, la pluma y decidí tomarme unos minutos fuera del edificio. Hice el camino hacia la piscina guardando las cosas con delicadeza y recordé que tenía que buscar a Ilana al ver la caja de sus bombones. Suspiré al darme cuenta de que lo había olvidado por el regalo de Meli.

    Igual tuve suerte, digamos, porque al cruzar el portón noté la mata de cabello rubia y vi a la susodicha sentada en el borde de la piscina, con las piernas dentro del agua. A su costado estaban sus zapatos, pero también reposaba el estuche, la guitarra prestada del club, y un arpón me atravesó el pecho estaqueándome en mi lugar, a unos metros de ella. Por supuesto que reaccionó a mi presencia, pues pudo verme de inmediato ya que estaba en uno de los costados, y me dedicó una sonrisa.

    —Buenos días, Cay.

    —Hola.

    Mira, venía como que muy convencido, pero ya había perdido todo el impulso. El día que me esperaba hoy no era mejor que antier ni por asomo, si había dormido era por agotamiento, pero estaba esta chica y estaba Verónica y estaba toda la mierda que había hecho sin pensar en consecuencias. Pactos de silencio, salidas, invitaciones a casa, ¿y todo por qué? Era mejor no responderlo.

    Al final tomé aire, caminé hacia ella y me acuclillé a su lado, una vez allí saqué el regalo de la mochila y lo extendí en su dirección. La caja era de un tono pasteloso de rosa, estaba rodeada por una cinta de un tono suave de amarillo y la tarjeta de encima tenía un simple agradecimiento. Ella pareció sorprenderse casi tanto como yo al ver los chocolates suizos y dudó antes de estirar la mano y recibirlos, por un rato no hizo más que mirar la caja y creí notar que el color le había subido al rostro, aunque los reflejos de la piscina lo disimulaban.

    —No creí que fueras a darme nada —murmuró.

    —Intercambio equivalente —dije en el mismo tono—. Principio de la alquimia. Corresponde a la amabilidad y comprensión que me das.

    —¿Cómo te fue el otro día? Te fuiste de clase...

    —Me habría ido mejor si alguien me daba una trompada en toda la cara y mira que sé de eso —escupí sin más, soltando el aire por la nariz—. Ilana, dijiste que no sabes qué esperas.

    —¿Hablaremos eso a las ocho de la mañana? —cortó, angustiada.

    —Si me dejas elegir a mí los tiempos bien podría decidir no hablarlo nunca y puestos a ello, mejor que se desbarate todo al mismo tiempo. —La vi arrugar las cejas—. Tú seguirás avanzando, porque sabes cómo hacerlo y eso me preocupa.

    Habría continuado, pero ella me interrumpió.

    —Tengo ojos en la cara y mis oídos funcionan perfectamente, el otro día estaba una chica chismorreando con Kakeru sobre Vero y tú... Y ella también, anyways fue un poco extraño —soltó sin decorarlo y buscó proteger de los chocolates con la sombra de su cuerpo, aunque todavía estaba fresco. Pasó de avergonzada a compuesta y me hizo gracia el paralelismo, aunque lo del chisme me hizo sospechar quién era la chismosa a.k.a otra rubia—. Me da igual lo que hagas con Verónica o el embrollo que tengas con Kohaku, también, porque se te nota en toda la cara. No te estoy pidiendo matrimonio ni nada, Cay, me gustas físicamente, punto, y me caes bien ahora que empiezo a conocerte, pero ya. Estoy bien con eso.

    ¿Estás bien con esto?

    —¿Con que yo tenga la mente en un lado y el cuerpo en otro? —reboté, serio.

    —¿Mente? El corazón tal vez, pero ese tampoco es mi asunto. No me quita el sueño realmente y tampoco me angustia demasiado, puede que sea un poco incómodo por momentos, pero eso es todo —aclaró moviendo las piernas en el agua y me pregunté si no tendría frío, aunque claro la chica del bosque seguro estaba acostumbrada a eso—. Nada de lo que siento es demasiado trascendental o intenso desde hace tiempo, así que atiende a tus cosas sin pensar en mí. Ya viste que si me estás molestando te lo haré saber, porque puedes ser bastante cretino, y si necesitas mi ayuda, pues me dices para qué y podemos llegar a acuerdos.

    ¿Cómo habíamos pasado de quejarse de tener la conversación a esta tremenda cátedra de "ya cierra la boca y deja de ver dramas donde no los hay"? Ni siquiera supe bien cómo refutar sus argumentos, al final me enjuagué los ojos y entonces la oí sacar las piernas del agua. Para cuando me quité la mano del rostro ya ella se había medio girado, estiró las manos y me abrazó. El gesto me forzó a anclar las rodillas al cemento y las manos no me reaccionaron de inmediato, por el mismo motivo que ayer había dudado sobre si abrazar a Bea, pero al final la rodeé con los brazos y respiré con pesadez. Su cabello me hizo cosquillas y la escuché agradecerme por los chocolates en voz baja.

    Cuando me soltó la miré, algo confundido todavía, y creí darme cuenta de que en mi mirada la pregunta se repetía en silencio. Ella me pellizcó la nariz, obligándome a agachar la cabeza, y me dejó un beso en la frente, luego me acomodó (o lo intentó) algunos de los rizos apachurrados del flequillo. Me liberó una vez más y traté de buscar algo que decir, algo con qué liberarme de la culpa que sentía en todas direcciones, pero no lo logré. Al final no hice más que darle las gracias y pedirle que me dijera si en algún momento la sacaba de quicio, la incomodaba o molestaba de alguna forma, también si Arata se ponía estúpido con ella otra vez.

    Para cuando me levante y me giré para irme no tardé mucho en escuchar el rumor de la guitarra proveniente desde la piscina, donde ella se había quedado. No podía estar seguro de si mentía de la misma forma en que lo hacía yo, pero podía ver la honestidad en otros tramos de sus palabras y, sobre todo, en la ausencia de intensidad de la que alegaba.


    Bruno TDF we, perdón el fic xddd no tengo excusa, todo empezó como reacción de Meli y acabó desviado

    ahí te queda Ilana
     
    Última edición: 17 Septiembre 2025 a las 11:38 PM

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso