Fukushima Fukushima

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Fukushima: castillo

Su cuerpo cansado ahora dejaba paso a una mente lúcida. De blandir sus kodachis a blandir su lengua. Espadachín y diplomático, las dos vidas y las dos caras de Hideyoshi estaban más vivas que nunca.

Los rostros de aquellos que formaron parte de uno de los episodios más oscuros de su vida, estaban ahí. Pero esta era una audiencia, no el tiempo de arrebatos.

—Mi señor—interrumpió, tras hacer una fugaz reverencia de cortesía—, le imploro disculpe la impertinencia del muchacho, lo que tiene de extravagante lo tiene también en habilidades curativas—intentó mediar, restándole valor al comportamiento de Ginko, para después cambiar de tema—. Comprendo su deseo de ver al señor Harima, pero el Águila de Kamakura está más presuroso que cualquiera de nosotros por finiquitar el asunto de Ibaraki, cuanto antes. Esta reunión, sin importar el rumbo que termine tomando, no cambiará un hecho sustancial: Ibaraki caerá, y el clan Mori no podrá impedirlo; ni el diplomático de Fukuoka, ni el asesino sanguinario que yace a su lado.

Se acomodó, y sacudió un poco las mangas de su holgada ropa, todavía algo sucia por el entrenamiento con Kato Harima.

—Qué parte tomará el clan Sato en el destino de Ibaraki, es la cuestión central a definir—miró a los ojos con firmeza del señor—. Ibaraki es una prefectura aislada, atrapada hacia el oeste, hacia el sur, y quedaría encerrada por el norte también si así usted lo dispusiera... o bien podría no tomar partido, y permanecer neutral, lo cual sería entendible. Sea como sea, Ibaraki podría caer en el tiempo que tome al sol amanecer antes de volver a ocultarse, y al este claro, no está más que la costa. Si así lo desearan los detentores de Mito bien podrían escapar a nado—bromeó—. Señor Masao, esto no es una cuestión únicamente de cálculo bélico, es también, materia de honor y justicia, por lo que le hicieron a Ibaraki en el pasado.

"Si es que este señor tiene sentido de la justicia alguno...", pensaba, en la intimidad de sus disertaciones.

 

Castillo
[Sora; Hideyoshi; Misato; Ginko; Gon; Hinata]
[Kaori; Gon Asakura; Rei Asakura]
[Basho Takeshi; Sonoda]
[Masao]

Masao dirigió su mirada a Hideyoshi y sonrió; por un momento pensó que aquella audiencia sería fácil de definir, las palabras de los Asakura no eran deplorables pero palidecían con las de Basho; ahora con Hideyoshi se equilibraban. Incluso Masao soltó una ligera risa ante la sutil broma de Hideyoshi, una bien cubierta de cortesía y política.

—Siempre me ha agradado la prefectura de Ibaraki; cuna de grandes políticos, no fue sorpresa verla caer a manos de un puñado de guerreros. No arruinaron tan hermosa arquitectura que tiene la capital; y mantuvieron sus calles limpias, es una prefectura que vale cada grano de arroz. La pérdida cultural fue lamentable; y sus últimos despliegues de poder de parte del clan Mori me parecieron aberrantes; algo que ya he comentado al señor Takeshi — Masao parecía enfocado en el lado estético de la guerra; algo que podría resultar en cierto sadismo si no se controlaba. Todo esto lo decía mirando a Hideyoshi.

—El señor Takeshi me ha hecho una oferta interesante si uno mis fuerzas a las del clan Mori; y la señora Asakura sólo me tira ideas de paz y absolución a nombre de loa Minamoto; pero no me da resultados inmediatos como los que propone el clan Mori —Agregó Masao para después mirar a Basho —¿Podría repetir su oferta a oídos del señor Soga, por favor?

—El clan Mori se compromete a eliminar de manera inmediata la plaga de bárbaros que tiene Fukushima rodeando sus murallas —La voz de Basho fue fulminante, no tenía un ápice de emoción; cómo si estuviera comentando de la calma marea de aquel día —El clan Mori no hace promesas; cumple sus dictámenes. Y le recuerdo que desafiar al clan Mori es ahora desafiar al Imperio de manera directa.

Masao soltó una risilla; sin ser perturbado por la amenaza. Kaori apretaba los puños con fuerza —Están sugiriendo genocidio, es un movimiento muy peligroso mi señor Sato.

—Pero si ayudarían a eliminar ese pequeño problema que tengo —dijo aun sonriendo —Desde que viven afuera, el olor al entrar a mi ciudad se ha vuelto insoportable. Y roban las mejores cazas de la zona, haciendo que mis cazadores regresen a la ciudad con porciones pequeñas —negó —Está afectando a mi economía y a mi gente. Provocando que crezca el índice delictivo entre mis calles, algo que no existía antes de esos bárbaros.

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Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Fukushima: castillo

Hideyoshi sonrió al escuchar la respuesta de Takeshi, al menos, él entendía que estaba cometiendo un error.

—Comprendo, señor Masao. La propuesta del diplomático de los Mori es muy atractiva, e inmediata—carraspeó—. Pero lo inmediato y fugaz, se pierde como el centelleo fugaz de una luciérnaga en el tiempo de la vida de un hombre. La solución que propone, es, un problema, de hecho.

Empezó a utilizar los dedos, para contar las centenas, ¿o eran miles?

—Eliminar a semejante cantidad de esos... "bárbaros", a las puertas de esta maravillosa ciudad... incluso si pudiera hacerlo con la menor cantidad de bajas posibles... si es que pueden... ¿qué nos dejaría?

Hideyoshi miró hacia arriba, recordando.

—¿Conocen la historia de los Campos Catalaúnicos? Mi maestro me contó la historia cuando era joven, una gran batalla entre romanos y bárbaros. El bando imperial se alzó con la victoria. Los bárbaros aniquilados pintaron las estepas y los malheridos hicieron unos cuantos pasos, expandiendo la muerte a lo largo de un gran campo, al pie de pueblos y ciudades cercanas. ¿Han tenido alguna vez el dichoso "placer" de oler a un bárbaro muerto, en descomposición? Les puedo asegurar que alguien que huele mal vivo, huele mucho peor estando muerto que cualquier otro muerto que gozara de buena higiene. Eso descubrieron los romanos, a costo de un grosero error.

Extendió sus manos, invitando a los presentes a imaginar el escenario.

—Miles, decenas de miles de bárbaros, despedazados, presa de aves rapaces, insectos y vaya a saber uno qué. El hedor inundó toda la península, se dice que hubo cónsules que abandonaron sus propiedades, porque el olor era tan insoportable, que se veían obligados a vomitar todo lo comido y bebido. Y el agua... rápidamente se contamina con la muerte, y se vuelve intomable. Cualquier fuente de agua cerca de aquí, señor Masao, sufrirá el mismo destino. Pronto usted pasaría a ser llamado el señor del hedor, y perdería su reputación refinada en un abrir y cerrar de ojos; mejor dicho, en un abrir y cerrar de boca de Takeshi, quien ha sugerido semejante idea sabiendo las consecuencias que traería.
Los cuerpos no podrían ser enterrados inmediatamente, las dimensiones de los ejércitos en pugna no permitirían que se lleve una operación lo suficientemente grande de entierros, y aunque eso fuera posible, la tierra también se contaminaría, con ello el agua, con ello la vida. Imaginen la gente viviendo aquí... abandonaría esta prefectura y con ello el poder de Fukushima se esfumaría.

Volvió a centrar sus manos, y su voz cobró un temple menos solemne.

—Señor Masao, nuestra solución es menos inmediata pero más humana, menos feroz, y más higiénica claro está. Esperar... espere a que libremos esta batalla por Ibaraki, y estos bárbaros estarán lejos de Fukushima ni bien la campaña se lleve a cabo, y luego de ello, dependiendo del grado de colaboración que su familia proporcione, le prometo en nombre de Minamoto no Takeda que serán restituidas dos unidades por tantas cabezas de animales como estos bárbaros hayan tomado, y le compartiré los archivos de mi antigua y tradicional familia, a título mío, para inspirar Fukushima con los conocimientos arquitectónicos, culturales, medicinales e históricos que se guardan en los anales de mi familia, Soga.

"Si al señor le preocupa tanto la higiene, la estética y los aromas, le daremos lo que quiere. Pero si no acepta, tendrá su peor pesadilla en ese mismo sentido", pensó.

 

Castillo
[Sora; Hideyoshi; Misato; Ginko; Gon; Hinata]
[Kaori; Gon Asakura; Rei Asakura]
[Basho Takeshi; Sonoda]
[Masao]

Masao escuchaba a Hideyoshi comprimiendo sus gestos en asco, al grado de que tuvo que sentarse impidiendo estar en una posición relajada —No quiero que Fukushima huela a estiércol—dijo golpeando el tatami, señaló a Hideyoshi —¡Usted, señor Soga! Me ha convencido muy fácilmente y tomaré su palabra. Pero debo advertirle algo... Mi ejército sólo le ayudará a recuperar Ibaraki. Mi alianza con los Minamoto no es definitiva.

Basho suspiró y se levantó para después hacer una reverencia hacia Masao —Agradezco su tiempo; mi señor. Es una pena que no llegáramos a un acuerdo —dijo irguiéndose nuevamente para después mirar a Hideyoshi y hacer otra reverencia —Ha ganado el mejor, señor Soga —dijo para comenzar a moverse junto a Sonoda.

Sora se notó muy feliz con el desempeño de Hideyoshi; creyó que habría mucho más movimientos verbales pero aquello fue una victoria absoluta. Algo que tranquilizó a Kaori porque no iban muy bien antes de eso, y mucho menos con la interrupción de Ginko.

—Bien, pueden irse todos; y preparen a sus hombres para el combate en Ibaraki —dijo con gran júbilo Masao. Un señor muy extraño.

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Pueden salir de allí para explorar la ciudad
Pueden quedarse a conocer más a Masao
Pueden proponer hacer otra cosa.

Después de esos post nos vamos a la guerra. Así que pueden optar por irse o unirse a ella.

DATOS MILITARES Actualizados

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Fukushima: castillo

Ni se inmutó ante las palabras de Takeshi, pero se soprendió al recibir el reconocimiento de ese hombre. Al fin y al cabo era otro diplomático, y valoraba el buen empleo en el arte de la palabra y la oratoria en cuestiones políticas. Se levantó, hizo una reverencia ante el señor Masao y se dispuso a retirarse. La primera batalla diplomática estaba ganada.

Salió en búsqueda de Kato y los demás, aunque si alguien ya se había adelantado, entonces ya habrían sido informados del resultado de la audiencia.

"Hora de despojarse de las ropas de diplomático, y volver a calzar el metal entre mis manos", pensó.

Se trataba de la vida de un diplomático, y un hombre de guerra, que ahora pertenecía a la mítica escuela de combate del Águila de Kamakura.

 

Misato Aoyama

Hideyoshi había logrado poner de nuestro lado a Fukushima por medio de un ejemplo de lo que ocurriría en una matanza de los emishi asentados en las afueras de la ciudad; Fukushima seria una capital pestilente. Había llegado el momento de partir, fui directo recobrar mis katanas y reunirme con Yin para ir a explorar la ciudad tal vez.

—De nuevo una guerra...—susurre recordando la batalla de shizuoka, pensaba en prestar mi fuerza está vez pues aún necesito mejorar en mi combate.

Sin más que pensar decido partir con la intención de ir a la herbolaria, tal vez encuentre pista sobre venenos en la ciudad.

 

Ginko Harutomo

Hideyoshi intervino para disculparlo ante el señor de Fukushima para que no siguiera metiendo la pata, pero la verdad era que ese tipo le caía muy mal y refunfuñó por lo bajo tras definirse una alianza con él, al menos de forma temporal.

Ginko se limitó a dirigir una importante pregunta hacia su clan que definiría su participación en este conflicto.

—Tienen pensado pelear también, ¿cierto?—

Si la respuesta era afirmativa, se vería enfrascado en una nueva guerra...

 

Calles de Fukushima
[Sora; Hideyoshi; Gon; Kato]

Gon, el pirata se apresuró hacia Hideyoshi y jaló de su manga con premura —No iba e interrumpirlo en esa audiencia; usted es portavoz de los Minamoto. Pero... —miró a sus alrededores —Ese hombre, Takeshi. Trama algo...Usted y yo conocemos muy bien a los hombres de Sayuri y ese que acompañaba al diplomático era uno de ellos. Cubierto de pies a cabeza —negó — Y esas últimas palabras de Basho hacia usted me parecieron una burla más que un reconocimiento... Esto no huele bien.

Kato y Sora escucharon estas palabras y se miraron el uno al otro. Considerando las palabras de Gon.

—Mandé a Koji a explorar; pero por favor, manténganse atentos —la preocupación de Gon era visible, no estaba bromeando en lo más mínimo.

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[Kaori; Gon Asakura; Rei Asakura; Ginko; Hinata]

Kaori afirmó ante las palabras de Ginko —trajimos a nuestros hombres con nosotros para partir hacia Ibaraki de inmediato; ahora con los números de Fukushima podemos garantizar que recuperaremos esa prefectura.

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[Misato; Yin]

Misato se reunió con Yin y fueron hacia la herbolaria local.



Misato logró reconocer a uno de los Fujibashi. Era Anzai quién parecía conversar con el hombre que salía de la herbolaria.

Anzai quién respondía como el listón verde de los Fujibashi conectó miradas con Misato y sonrió.

Contenido oculto

—¿Usted también venía a la herbolaria? Creo que hemos corrido con mala suerte. El joven decidió cerrar temprano, una lástima.

El joven cargaba con toda su mercancía y con una mirada molesta.

Contenido oculto

—Apártense... —dijo molesto para seguir su camino.

Anzai volvió a mirar a Misato —Ayame nos informó de todo lo que hablaron en Shima. Y seguimos a los Asakura aquí. Estamos para servirles.

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Calles Fukushima
[Sora; Hideyoshi; Misato; Ginko; Gon; Hinata; Kaori; Gon Asakura; Rei Asakura; Yin; Kato]

Comenzaron a escucharse gritos por las calles, algo no estaba bien.

Misato y Yin tuvieron que reunirse con el resto de inmediato; acompañados de Anzai a quién después lo interceptaron los demás Fujibashi que se alertaron por el movimiento local.

Koji llegó hasta Gon antes de caer a sus pies; mostrando la flecha que lo había matado.

—¡Maldición! Koji... —dijo Gon arrodillándose para despedir a su camarada quien todavía respiraba con dificultad.

—Fuera... se reunen... los emishi... muchos... eran guerreros en ropas de los emishi.... otros tantos son verdaderos emishi... se agrupan cerca de las entradas por el lado suroeste... —Koji apretó el hombro de Gon — Son treinta y un agrupaciones... preparadas para destruir la muralla.

Anzai miró a Misato —Los Fujibashi podemos guiar a los civiles a la salida mientras ustedes preparan a los guerreros —después miró a Hideyoshi —Mis hombres son rápidos, podremos evitar bajas de este modo.

Masao salió encolerizado de su castillo debido al aviso de sus guardias —¡Qué está sucediendo! —por un momento se distrajo y miró a Kato.

—Tus murallas caerán si no obedeces...— le aseguró Kato.

Contenido oculto: Plantillas

Contenido oculto: Mapa de Fukushima

EL EJÉRCITO ENEMIGO ESTÁN POSICIONADOS.

EL QUE SEA EL GENERAL DEBERÁ POSICIONAR A SU EJÉRCITO Y A LOS CIVILES PARA EL INICIO DEL TURNO 1 (Ventaja que nos dio Koji al avisar)
No podrán colocarlos fuera de las murallas porque fue un ataque sorpresa; todos están en el interior.
Si dejan los civiles a los Fujibashi, Anzai los posicionará.

Pueden discutir estrategias en el tema de cometarios generales o en sus perfiles; pero etiquétenme por favor.
Pueden también discutirlo roleando en este tema; pero pondré un límite de dos post por persona antes de iniciar la guerra; estén listos o no.

Contenido oculto

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Ginko Harutomo

—Entonces no tengo alternativa— le respondió a los suyos, mientras aceptaba involucrarse en otra guerra más, por mucho que intentaba la paz. Cuando se trataba de su clan, de su familia, no tenía otra opción que luchar a su lado para curar sus heridas y no perderlos.

En ese momento, se acordó que antes de despedirse, el herrero Togashi le había obsequiado un yoroi. Era incómodo y pesado, Ginko no estaba acostumbrado a las armaduras, pero le brindaría protección durante la guerra. Además, se había tomado la molestia de fabricarlo en color verde que era su preferido, se notaba que estaba hecho con cariño y no usarlo hubiera sido una falta de respeto.

—No se alejen mucho de mí, así podré curarlos— le avisó a los Asakura, mientras se colocaba el yoroi. Todos estaban a su lado, excepto Gon que ya se había ido un poco más adelante, ansioso por la batalla.

—No sé para qué hablo— reaccionó Ginko, llevándose una mano al rostro. En lugar de Gon, al lado suyo estaba Sora.

—Ojalá tengamos suerte y tu ex encuentre enseguida al general de ellos, eso terminaría de raíz este conflicto sin muchas bajas— le expresó sus mejores deseos para esta guerra, ya que la tenía cerca. Ambos se iban a dedicar a curar, por lo que suponía, así que ya se debían ir preparando para los horrores que iban a presenciar.

Lo único bueno de todo esto, era que por lo menos estaban afuera del castillo y ya se podía fumar, así que encendió su pipa en medio de la señal de alarma que se había desatado ante el inminente ataque a la ciudad.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Fukushima: calles

"Viejo embustero", fue su primer y único pensamiento, al entender lo que realmente quiso decir Takeshi.

Los Mori estaban preparados para que Fukushima pudiera optar por aliarse con los Minamoto. Estaban lo suficientemente preparados para asaltar la ciudad. El primer asalto no se daría en Ibaraki, pero...

—Gon, ¿qué rol adoptarás en esta batalla? ¿Y tú, Misato?—dijo, refiriéndose a ambos, quienes andaban por las calles—. Ginko, esta será otra de esas veces. Esta vez tu deber será quitar vida, en lugar de darla—le dijo, en clara referencia a su actividad como médico.

"... si ganamos aquí, Ibaraki caerá con facilidad", pensó.

 

Ginko Harutomo

—La ofensiva no lo es todo en una guerra— respondió a Hideyoshi —Permítame demostrárselo formando parte en sus filas, pero como médico— le contra ofertó con respeto —Puedo ayudar a mantener los números y de ser necesario, también puedo pelear como apoyo para alguien más ofensivo, alguien que guíe con la determinación de un verdadero líder. Alguien como Takeda, Kenzaburo o el mismo Kato Harima... alguien como usted, si se anima a tomar tal responsabilidad. Hay que llegar hasta el general enemigo para terminar con esto de una vez y estoy dispuesto a apoyar a quien lo intente—

Al final, siempre terminaba batallando en escuadrones que no eran Asakura, tal vez porque inconscientemente no quería presenciar la posible muerte de ningún allegado.

Contenido oculto: ACCIÓN

Si Hideyoshi será comandante o general, me voy de médico en su escuadrón y ya lo dejo asentado

 

Calles Fukushima
[Sora; Hideyoshi; Misato; Ginko; Gon; Hinata; Kaori; Gon Asakura; Rei Asakura; Yin; Kato]

Sora reaccionó ante Ginko con un rubor que no era típico en ella, la había tomado desprevenida con tal comentario —Él... yo...

Kato se interpuso entre ambos —Esto no será sencillo como Wakayama; allí el enemigo subestimó al suyo. Aquí... fue Takano quién lo ha subestimado. Fue sensato de Takeda enviarme con ustedes. Trataré de romper la formación.

Masao quién estaba cerca se colgó del brazo de Kato —El águila de Kamakura salvará Fukushima y... — Kato de inmediato lo mandó al suelo con un empuje.

Sora; que siempre se disculpaba por las acciones de Kato; no lo hizo esta vez.

Gon escuchó el último aliento de su compañero en sus brazos; miró a Hideyoshi a los ojos —Mataré a todos y cada uno de los que se atrevan a cruzarse conmigo — la rabia en su mirada correspondía a la rabia con la que había hablado en su primer encuentro — Ni toda la sangre enemiga saciará el odio que tengo acumulado.

—Ir a la guerra pero sin dar tiempo para movilizar civiles no es algo que Akishino hubiera permitido; al menos puedo darle eso a ese hombre —Mencionó Kaori con frustración.

Rei Asakura; quién miraba aun los cascabeles que Ginko le había obsequiado se encontraba meditabundo.

—Enderezar lo sinuoso, convertir la adversidad en ventaja —agregó Gon hacia Hideyoshi —Si Koji mencionó que son emishi...—miró a Masao quejándose en el suelo — Seduce al enemigo con un señuelo... es más difícil trabajar con un ejército organizado que con una multitud indisciplinada.

Anzai lo miró preocupado —Debemos movilizar a los civiles... ya. Sólo denme la orden —dijo ante Hideyoshi y Misato.

—La vida de Koji nos ha dado la formación enemiga; debemos honrar ese sacrificio —intercedió Sora junto a Kato. Ambos afirmaron.

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—Nosotros iremos de avanzada con Masao como señuelo —Agregó Kato —Daremos el tiempo necesario para organicen la estrategia. El general inteligente evita un ejército cuando su espíritu está fuerte pero lo ataca cuando está aletargado y quiere regresar. Este es el arte de estudiar los estados de ánimo. La disciplina y la calma para esperar la aparición del desorden y el alboroto del enemigo. Este es el arte de controlarse a sí mismo —miró a Hideyoshi — Y siempre piensa que el enemigo es capaz de hacer exactamente lo mismo.

—¿Estás diciendo que saldremos por la entrada principal directamente a sus fauces? Eso es suicidio...— le reclamó Masao colgándose de la ropa de Kato.

—Usted será como nuestro rehén, fingirá que nosotros lo hemos tomado prisionero —respondió Sora.

—Takeshi estuvo en esa audiencia; sabe perfectamente que eso es mentira —le reclamó Masao

—Si no funciona, morirá por su gente; como el gran líder que es— Le advirtió Gon.

​

Masao intentó escapar pero Kato lo impidió —¿Quieres un territorio al cual regresar? Lo defenderás como el señor de estas tierras. Levántate y con ello la moral de tu gente. Si intentas escapar con los civiles; tu gente perderá motivación y tus tierras probarán la carne humana.

—Que lo haga; yo escaparé, esta es sólo una ciudad de tantas otras. Ustedes querían a mis guerreros, ahora los tienen —alegó, olvidando todo lo que dijo en la audiencia. Estaba dispuesto a abandonar todo.

Todos se miraron entre si; por desgracia necesitaban a ese hombre para que su gente se moviera y tuviera la moral en alto.

—Yo puedo hacerme pasar por él —intervino Rei Asakura caminando con su tintineo de cascabeles.

Contenido oculto

—No, Rei. —intervino Kaori.

Hinata y Gon miraron con preocupación la situación y también observaron la reacción de Ginko.

—Dejen escapar a Masao con los civiles — intervino Anzai —Los Fujibashi pueden lograrlo.

—Rei es la herencia de Niigata; no puedo permitirlo...—Intervino Kaori.

—Yo decidí venir a Fukushima; madre... si algo llega a sucederme, pide perdón a Jotaro de parte mía, pues mis responsabilidades caerán sobre de él.

Los gritos se comenzaron a escuchar en el exterior; el enemigo ya iba a atacar. Debían actuar, debían tomar las decisiones ahora o atenderse al ataque y afrontar la inminente derrota.

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Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Fukushima: calles

El escándalo montado por Masao lo hizo ver aun más patético que la audiencia que se había llevado hace momentos.

—Muy bien—respondió ante Ginko—, vendrás conmigo entonces. Formarás en mi escuadrón, y seré general en esta batalla, si el señor Harima está de acuerdo—mirando a Kato.

"La experiencia de Shizuoka... el recuerdo de Kenzo... Keitaro, Shinkai, Yuta... todos yacen en mi camino, y me han traído a este punto. Su sangre regada sobre la tierra sembró algo más que muerte, porque hoy será mi fuerza, una vez más", reflexionó.

 

Ginko Harutomo

Aún hablaba con Hideyoshi cuando todo comenzó a desenvolverse de una manera bastante inesperada y desfavorable para él y su clan. Rei quería suplantar al cobarde señor de Fukushima, caminando a una muerte probable.

—Y también es mi amigo, es familia— complementó las palabras de Kaori —Te van a matar, no podemos permitir eso— se dirigió ahora a Rei, mientras veía al resto de sus compañeros con preocupación y luego a Masao con enojo, comenzando a apretar un puño.

—No puedo permitirlo...— murmuró bajando la mirada unos instantes. La fuerza no era lo suyo, pero si nadie lo iba a hacer, tenía que intentarlo.

Terminó de tensar su puño juntando toda la fuerza que pudo y aunque no era mucha, arremetió contra Masao intentando asestarle un puñetazo para noquearlo y que asuma sus responsabilidades políticas.

 

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La guerra inicia en Fukushima

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