Two-Shot de Pokémon - Un entrenador llamado sazuke

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Lionflute, 10 Mayo 2015.

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    Lionflute

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    Un entrenador llamado sazuke
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    Un entrenador llamado Sazuke
    Primera parte: La Partida

    Era un día de primavera en Ciudad Blackthorn, en la región de Johto. Los niños jugaban en las calles y Sazuke, de diez años, como de costumbre jugaba con Nana, la Delibird de su padre que vivía con él desde siempre. Su padre, un entrenador de gran fama en la región, era normalmente requerido por el profesor Elm para alguna investigación o por distintas personas a través de la región para ocuparse de diversos problemas que él se encargaba de tachar como “importantes y privados”. Debido a esto es que nunca pasaba mucho tiempo con él, pero cada vez que llegaba de algún viaje, lo recibía con mucho entusiasmo. A veces sus ausencias eran incluso más largas, debido a que hasta era en ocasiones requerido en la región vecina de Kanto, al este, o la de Ingka, al suroeste. Pero a pesar de su ausencia, se compensaba con la compañía de Nana que, desde que Sazuke tiene memoria, ayudaba en las tareas del hogar y se ocupaba de entretenerlo siempre que podía. Aquel día era un día especial, puesto que era el cumpleaños número diez de Sazuke y su padre había prometido volver con un regalo especial, por lo que se encontraba ansioso. Ese día tenía tanta energía que había obligado a Nana, que estaba limpiando el patio, a jugar con él hasta que llegara su padre.

    Su madre lo llamó dentro porque quería que él estuviera impecable para la llegada de su padre, pero al entrar, ella lo ve con una cara de sorpresa cuando se da cuenta que gran parte de su vestimenta esta manchada de tierra, al igual que el plumaje de la Delibird.

    -Ay, Nana, ¿no estás un poco vieja para estas cosas? Se supone que estarías limpiando el patio -le dice la madre, a lo que la pingüino responde con una cara de “el chico no me dejó otra opción”. -Bueno, qué se le hará. Sazuke, ve a cambiarte de ropa, debes estar limpio cuando llegue tu padre.

    Nana, la Delibird, era una pokémon ya antigua en la familia e incluso anterior a Sazuke. Delibird era el pokémon favorito de la madre de Sazuke, porque los veía desde su cuarto volar en invierno cuando era pequeña y, cuando el padre del mismo tuvo que partir por primera vez, la capturó en las cercanías de la ciudad con el fin de hacerle compañía a la esposa y desde entonces que está ayudándola con las tareas del hogar. La madre de Sazuke es una investigadora pokémon que, en colaboración con el Profesor Elm, estableció un laboratorio en Ciudad Blackthorn, su ciudad natal, para estudiar el comportamiento de los pokémon que viven en los al rededores. Es una mujer de una mente brillante y con gran amor por estas criaturas, sin embargo siempre fue una persona de poco carácter y jamás se atrevió a convertirse en entrenadora, a pesar que soñaba con viajar por el mundo. El padre de Sazuke y ella eran amigos en la infancia y siempre lo admiró por el camino que él escogió y, habiendo éste ganado la Liga Johto por primera vez, decidió volver a la ciudad, donde ambos se reencontraron y pronto se hicieron novios. A pesar de sus ocupaciones, en fechas importantes como estas, la madre siempre se daba el tiempo de estar en casa.

    Sazuke heredó sin dudas el carácter suave de su madre. Desde pequeño fue de llanto fácil y por lo mismo le costaba hacer amigos. Su madre tampoco era gran compañía. Siempre ocupada con investigaciones, poco tiempo pasaba en la casa y cuando estaba se la pasaba ordenando de allá para acá, entre las cosas de la cocina y sus papeles de investigaciones varias. Por lo que la diversión estaba siempre a cargo de Nana, con quién había logrado gran cercanía y con quien se podía comportar como un niño normal. No es que fuera un niño tranquilo, al contrario. Sazuke siempre fue bastante inquieto y a Nana le costaba seguirle el ritmo, pero siempre a un paso del desastre era ella quién lo salvaba y luego tomaba la responsabilidad frente a la madre (siempre y cuando la culpabilidad de Sazuke no fuera demasiado evidente).

    Siempre fue muy tímido como para hacer amigos, por lo que no había más invitados al cumpleaños y, a demás de esto, la única prima con la que tenía contacto, solamente la trataba por ser familia y aunque la hubiese invitado, quizás ni hubiese aparecido. Ella era ni más ni menos que la líder del Gimnasio Blackhorn, Clair que, viendo en Sazuke nada más que un niñito tímido, buscaba siempre la oportunidad para sacarle un poco de valor a fuerza de presionarlo. Sazuke solía decir que admiraba a su prima, pero que era mejor cuando cerraba la boca y combatía con sus pokémon. De vez en cuando, cuando la madre de Sazuke debía trabajar de noche, era Clair quien cuidaba de él junto con Nana, porque aunque no se llevara bien con él, respetaba mucho a su tío, el padre de Sazuke, de quién siempre se refirió como “la única otra persona capaz de llevar el gimnasio después de la muerte de mi padre, salvo por el hecho de no especializarse en dragones como el resto del clan”.

    Así pues, mientras Sazuke se cambiaba la ropa, suena la puerta y luego una voz familiar viniendo de la entrada. Era papá. Entonces se apuró en colocarse la ropa y salió a su encuentro en cuanto pudo.

    -Veo que tu madre aún no te enseña a colocarte bien una camisa -dijo medio riendo su papá al verlo.

    En efecto, entre el apuro, se había abrochado la camisa con un botón corrido y su madre entre risas lo ayudó a arreglarla. Entre tanto Sazuke le sonreía a su padre y le preguntaba por el regalo que le había prometido.

    -Bueno, hijo -le dice su padre -, ya has cumplido diez años, edad suficiente para que te hagas cargo de tu primer pokémon. Ya has tenido un poco de práctica con Nana, pero ella ya es una pokémon vieja y de seguro ella cuida más de ti que tú de ella. Ahora, tu pokémon es una cría y tendrás que cuidarlo con mucho cariño para que crezca de la mejor manera posible.

    Sazuke escuchaba todo esto con oídos atentos y no podía esperar el momento en que su padre le mostrara el pokémon del que hablaba. Entonces saca de un bolsillo una pokébola y la pone frente a los ojos ansiosos de Sazuke.

    -¿Estás listo? -dice el padre, a lo que Sazuke responde asintiendo con la cabeza.

    Entonces de la pokébola sale un pequeño y tímido Houndour que al ver a Sazuke, se arrinconó donde pudo y comenzó a ladrar entre temblores. El niño y la Delibird se acercaron para acariciarlo lentamente, pues el pokémon se arrinconaba cada vez más, pero ya cuando no pudo evitarlos y se dejó acariciar, se volvió un pokémon bastante manso y comenzó a jugar al poco tiempo.

    Sazuke y Houndour se hicieron amigos rápidamente. Ambos salían a pasear por la ciudad o a jugar en el parque, siempre bajo la supervisión de Nana, a quién no dejaban de meter en problemas. Corrían por todos lados y cada vez que algo se caía o se rompía, Nana, que los venía persiguiendo, terminaba en el lugar exacto de los hechos cuando el dueño o responsable de aquello llegaba al lugar. A pesar de todos estos problemas, ella los apreciaba mucho y siempre estaba atenta a que nada les pasara. Llevaba siempre en su bolsa un botiquín en caso de rasmillones o alguna otra cosa que le pudiera pasar al niño o ahora al pequeño Houndour.

    Hubo un día que nana no se encontraba, puesto que el padre la había enviado con un encargo para el profesor Elm y, aunque debía estar de vuelta pronto por haber sido enviada ayer, se había tomado su tiempo y ese día Sazuke salió a pasear solo, después de todo ya tenía diez años.

    A Sazuke le gustaba pasar por fuera del gimnasio y observar la magnitud de éste. Pensaba que quizás algún día partiría en aventura y, aunque no le caía en gracia, quizás se volvería un entrenador tan fuerte como su prima. Cabe la casualidad que ese día Clair estaba saliendo del gimnasio cuando lo ve junto a su Houndour observando desde la acera exterior.

    -¿Te gustaría ir de viaje por el mundo, Houndour? -le preguntaba el chico a su pokémon mientras admiraban la altura del gimnasio, a lo que el perrito le respondió con un ladrido entusiasta.
    -¿Tú, de viaje por el mundo? -le dice Clair, dejando sorprendido al chico y haciendo que Houndour se oculte tras las piernas de éste -. Necesitas más que sólo un pokémon para ir a recorrer el mundo. ¿Tienes las agallas para enfrentarte al mundo?

    Sazuke no tenía como responder a las provocaciones de su prima. Mantenía un rostro serio pero que demostraba que estaba falto de palabras, que no tenía nada con qué responderle. Se sabía tímido y las palabras de Clair comenzaban a calarle.

    -Hasta tu pokémon se ve asustado ahí tras tus piernas -continúa la líder -. Si te fueras ahora, seguro que terminas llorando y volviendo a casa esta misma noche.
    -Basta -le dice Sazuke con impotencia -. No es asunto tuyo. Quizás más adelante...
    -¿Más adelante tendrás las agallas? -le interrumpe Clair -. Mira, tengo un poco de tiempo libre, ¿te parece si me demuestras ahora lo que tienes en el gimnasio?

    Sazuke no sabía qué hacer. No soportaba que su prima se metiera con él y quería defenderse, pero sabía también que contra una líder de gimnasio como ella no tenía oportunidad alguna. Estaba ahí parado entre el orgullo y la sensatez y con Houndour entre sus piernas.

    -¿No te atreves? -insistía la líder -. Es más, te daré algo de ventaja. Sólo usaré un pokémon que es mi captura más reciente. Te aseguro que con él no tengo más experiencia que tú con Houndour.

    Entonces Sazuke se armó de tripas corazón. Sabía que la batalla sería dura de todos modos, pero la ventaja que suponía enfrentarse a su prima en aparentemente igualdad de condiciones, lo llevó a pensar que tal vez hubiera alguna posibilidad de ganar.

    -Acepto -
    -Eso es -dijo Clair con una sonrisa -. Ven conmigo al gimnasio.

    Ambos estaban uno frente a otro en el campo de batalla y, aunque nervioso, Houndour estaba ya preparado para pelear. Sazuke estaba nervioso también, ya que a pesar de haber entrenado un poquito con Houndour por orden de su padre, jamás tuvo experiencia en batalla. Cada que su padre se lo proponía el se rehusaba. Le temía a su padre en batalla. A su prima le tenía miedo también, pero esto iba más allá del miedo, esto era por una cuestión de orgullo.

    -La batalla será un encuentro de muerte súbita entre la líder Clair y el retador, Sazuke -dijo la árbitro antes de comenzar el encuentro.

    Clair entonces sacó a su pokémon, un pequeño y entusiasta Bagon que acababa de capturar hace unas semanas cuando estuvo de visita en Hoenn. Ambos estaban listos para la batalla, pero unos estaban notoriamente más nerviosos que los otros.

    -¡Comiencen! -grita entonces la árbitro y la batalla da inicio.
    -¡Houndour, Ascuas! -ordena Sazuke, pero Houndour comienza a lanzar fuego con los ojos cerrados sin pensar siquiera en apuntar.
    -Bagon, Cabezazo -.

    Clair da la orden con toda calma y así mismo reacciona el pokémon que, sin poner mayor esfuerzo, esquiva todos los ataques de Houndour y logra asestarle un fuerte cabezazo al pobre. El pokémon se resiente con pequeños alaridos y Sazuke intenta mantener la calma. La falla de Houndour se debía a su propia ansiedad. Si pretendía al menos salir parado de éste encuentro, tenía que mantener la calma a toda costa.

    -¡Aullido! -le ordena Sazuke a su pokémon y éste comienza a aullar para así recuperar la confianza en la batalla.

    Al darse cuenta, Clair ya había enviado a Bagon a darle un Mordisco a Houndour, por lo que Sazuke debió pensar rápido. En el último momento, el perro logró esquivar el ataque y lanzar Ascuas a su oponente, esta vez dándole de lleno en la cara.

    -¡Así se hace! -dijo el entrenador con entusiasmo.
    -No te entusiasmes tanto -dijo la líder -, ese ataque no hará gran efecto.

    Y efectivamente, de una sacudida el pokémon dragón se recompuso y con la cabeza al frente volvió a arremeter contra Houndour. El perro por su lado estaba resistiendo a duras penas y Sazuke lo sabía. La diferencia no estaba en la experiencia con el pokémon, sino la experiencia de cada uno en batalla. Mientras que Clair tenía ya años entrenando pokémon y combatiendo con ellos, él estaba librando su primer combate. Y entonces, cuando Bagon se acercaba para morderlo otra vez...

    -¡Usa Polución! -alcanzó a ordenar Sazuke de modo que Bagon quedó desorientado en medio de una pequeña nube de humo tóxico -. ¡Ahora dale un Mordisco!

    Pero Sazuke no pensó que la nube de polvo no solamente desorientaría a Bagon y al intentar Houndour encontrarlo, se dio cuenta que estaba tan desorientado dentro de la nube como debiera estarlo el pokémon dragón. El pokémon perro logró salir ileso de la nube tóxica, pero ya estaba bastante cansado. Ambos entrenadores estaban esperando que la nube se disipara para lanzar el siguiente ataque. A pesar de la nube tóxica que seguro estaba envenenando a Bagon, Clair lucía muy tranquila, sin embargo, a Sazuke se lo comían las ansias. No podía permitir que aquel pokémon atacara de nuevo o seguramente Houndour estaría perdido. Él y el pokémon perro estaban preparados a reaccionar una vez que pudieran divisar al objetivo. Sin embargo, antes de que Sazuke pudiera decir una sola palabra, la líder dio una orden con toda calma.

    -Garra Dragón -.

    En el mismo segundo que logro divisar a su pokémon, le ordenó a éste el ataque y él salió corriendo a toda velocidad desde la nube tóxica, desorientando tanto a Sazuke como a su pokémon. Houndour recibió todo el impacto del ataque y terminó herido en el piso. El pequeño perro estaba consciente de lo que esa batalla significaba para su entrenador. No podía dejarse vencer tan fácilmente, no podía dejar mal a Sazuke ahora. Antes de que la árbitro pusiese fin al combate, el pequeño can se puso de pie con las últimas fuerzas que le quedaban, reanudando entonces el combate. Sazuke veía todo esto ya casi con lágrimas en los ojos y Clair, que no había quitado su expresión seria desde el inicio del combate, no estaba dispuesta a dar marcha atrás hasta que el encuentro terminara oficialmente. Con la misma voz autoritaria y calmada que usó desde el principio, le dio la orden de otro Cabezazo contra Houndour que, aunque hubiese querido no hubiera podido esquivar, pero antes de siquiera acercarse, Sazuke entró en el campo de batalla y, posicionándose ante su pokémon, le dio fin a aquel combate.

    -Creí que me querías demostrar que podías ser un entrenadror, ¿no es así? -dijo Clair, manteniendo el mismo tono.
    -No puedo permitir que le hagas más daño a Houndour -dice Sazuke con decisión -, ya sabes que tienes el combate ganado hace bastante rato.
    -Un entrenador no se rinde. Lo da todo hasta el final de la batalla -responde la líder, seguida por un silencio general en el estadio -. Quizás no tienes la sangre del clan como tu padre, después de todo. No deberías molestarte en ser entrenador pokémon.

    Apenado, Sazuke tomó su pokémon en brazos, que lo miraba con cara de arrepentimiento y se retiró del gimnasio sin que Clair siquiera intentara detenerlo. No lo estaba culpando por la derrota, pero Houndour se sentía en gran parte responsable por lo sucedido. Sazuke, por su parte, tenía rabia. Él no se sentía incapaz de llegar a ser un entrenador en algún momento. Pero quizás no aún, porque es muy pronto, ¿verdad? Debía esperar a ser más fuerte antes de salir de casa, ¿cierto? Pero se sentía impotente ante las palabras de Clair, porque no pudo callarle la boca, no pudo decir nada en contra de lo que ella afirmaba ante su presencia casi como verdad absoluta y eso era lo que por dentro le dolía, no haberle podido probar que se equivocaba.

    Estaba oscureciendo. Al llegar a casa, Nana ya estaba de vuelta y al verlo entrar, inmediatamente se alarmó por el estado de Houndour, que para ese momento ya se había quedado dormido en los brazos de Sazuke. Él no venía mejor. No tenía ninguna herida por fuera, pero a los padres les bastó verle la cara un momento para darse cuenta que su espíritu venía por los suelos. Al preguntarles estos lo que le había sucedido, Sazuke soltó un llanto de impotencia y sus padres lo invitaron a sentarse para cenar y conversar de lo ocurrido mientras que Nana se ocupaba de las curaciones de Houndour. Ya en la mesa, Sazuke les contó la historia. Cómo Clair lo provocó para una batalla y cómo luego lo humilló sin darle la oportunidad de replicarle algo. Sus padres ya conocían el carácter de ella y no les parecía extraño lo que hizo, pero no dejaba de parecerles grosero de su parte. Cuando ya el niño hubo terminado su historia, se para un momento y mira a sus padres a los ojos y les dice entre lágrimas ahogadas.

    -Pero... ¿ustedes creen que yo puedo llegar a convertirme en entrenador, verdad? -.

    Sus padres se miraron por un momento y su madre le tomó la mano.

    -Hijo, será mejor que no pienses en ello por hoy, ve a dormir que mañana será otro día -le dijo.

    Sazuke pensó que quizás tenía razón y que lo mejor era olvidar el tema por hoy y ya mañana todo estaría mejor. Entonces subió a su habitación junto con Houndour que ya se encontraba mejor y se puso su pijama para ya irse a dormir, pero antes, quiso bajar de nuevo porque había olvidado lavarse los dientes y el baño estaba escaleras abajo. Pero a mitad de la escalera pudo escuchar una conversación entre los padres.

    -Deberíamos dejar que se vaya de viaje como entrenador, después de todo ya tiene diez años -decía el padre -, a esa edad yo dejé mi hogar para hacer lo mismo.
    -Pero él no es como tú -respondía la madre -. Él no tiene el mismo carácter, él no heredó esa parte de la sangre de tu clan, él es más como yo. No todo el mundo tiene que ser entrenador en esta casa. Mírame a mí que, por muchos deseos que tuve cuando pequeña, nunca tuve la personalidad de hacerlo por mí misma. Aún con nuestra autorización, hacer el viaje o no es decisión de él y si hasta ahora no ha querido, quizás es mejor que no lo haga.
    -... Tienes razón -dijo el padre luego de un breve silencio -. Quizás no esté hecho para ser entrenador después de todo.

    Sazuke estaba perplejo. Ni su prima ni sus padres creían que él podía hacerlo. Todos lo veían como una persona débil y sin carácter. Esto le causó mucha pena, pero esta vez no lloraría, porque no tenía ganas de hacerlo. Tenía que hacer algo, tenía que mostrarle a todos que él si era capaz de lograrlo, que si la mitad del mundo era capaz de hacerlo, por qué él no. Se sentó junto a la ventana que dejaba entrar la luz de luna en su cuarto a mirar el cielo de esa noche que estaba completamente estrellado y pensó y se sintió capaz de hacer todo en este mundo, hasta alcanzar esas estrellas que se dejaban ver desde ese rinconcito.

    -Tú si crees que puedo hacerlo, ¿verdad? -le dijo a Houndour que, ya recuperado, se acercaba para acurrucarse a su lado. Éste le respondió con un alegre ladrido antes de finalmente posarse a su derecha.

    Entonces una estrella fugaz cayó del cielo y él pidió el deseo de convertirse en entrenador pokémon y entonces tuvo una epifanía y supo exactamente lo que tenía que hacer para lograr lo que él deseaba ahora con todas sus ganas.

    A la mañana siguiente, Sazuke se levantó antes que nadie más en su casa y se puso a preparar su equipaje. Ropa limpia y accesorios de campamento que utilizó para acampar con su padre hace unos meses fueron las primeras cosas que guardó. Houndour estaba contento de ver a Sazuke tan decidido y lo seguía a todos lados moviendo la cola inquieto y con la lengua afuera de la emoción.

    -Hoy nos vamos a recorrer el mundo, mi amigo -le dijo mientras le acariciaba la cabeza luego de ponerse en la espalda la mochila ya preparada.

    Le dio un último vistazo a su cuarto antes de partir. Sabía que pasaría tiempo antes de volverlo a ver y por un segundo dudó de estar haciendo lo correcto. Pero el orgullo pudo más y ya no había marcha atrás para cambiar de parecer. Cerró la puerta y comenzó a bajar lentamente la escalera para evitar despertar a la gente y, a su vez, para retener la imagen de su hogar lo más que podía antes de partir. Sin embargo, justo antes de llegar a la puerta de entrada, se dio cuenta de que Nana lo estaba observando desde ahí. Se conocían tanto que bastó sólo una mirada para que ambos comprendieran la situación. Sazuke se apresuró donde la Delibird y comenzó a explicarle lo que estaba sucediendo.

    -Verás, no puedo quedarme de brazos cruzados -le decía -. Nadie cree que pueda lograrlo y esta es la única manera que tengo de demostrarles que se equivocan. Los echaré mucho de menos, sobre todo a ti, Nana, que has sido parte de mi familia desde que tengo memoria. Por favor, deja que me vaya, porque si no...-

    Nana había estado escuchando tranquilamente, pero en ese momento lo interrumpió para sacar algo de su saco que tenía preparado de antemano. De ahí sacó una bolsa llena de víveres para viajero y comida pokémon por la que Houndour se puso a mover la cola.

    -Nana... tú -.

    Entonces Sazuke la abrazó con lágrimas en los ojos, porque en ese simple gesto Nana le mostró no solamente que sabía lo que estaba haciendo, sino que era la única a demás de Houndour que confiaba en que él podría lograrlo.

    -Te echaré mucho de menos -. Y dicho esto, Nana le sonrió, acarició a Houndour y les abrió la puerta para dejarlos salir.

    Sazuke dejó con ella una carta donde les explicaba todo a sus padres, sobre la conversación que había escuchado y sobre el destino que tomaría. Que por favor no intentaran detenerlo, porque si se arrepentía, lo haría por su cuenta, pero que no contaran con ello. Les dijo también que se comunicaría con ellos apenas pudiera y que los amaba mucho. Se marchó junto a su pokémon sin saber cuándo volverían, sin saber que no sería sino hasta mucho tiempo después. Se fueron entonces esa mañana para probarle al mundo que ellos, con su decisión, valían más que las palabras de cualquier persona y para probarse a sí mismos que si quieres hacer algo, debes hacerlo por ti mismo.


    Fin de la Primera Parte...
     
    Última edición: 12 Mayo 2015
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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Muy buena forma de narrar sus inicios, manito ;) está todo genial y bien narrado... esa Clair realmente puede ser toda una perra conchuda cuando se lo propone, ¿No lo cree así? xD. Me pregunto cómo reaccionarán sus padres ante esa salida sorpresa... me pregunto si la madre llamará al Centro Pokémon más cercano por si las moscas. Bueno, debe ser la reacción natural de cualquier madre en el pokémundo xD

    Espero que al menos ustéh capture una Eevee por ahí xD. Bueno, eso quedará en "veremos" quizás... y mientras tanto seguiré escribiendo lo mío por ahí, en lo que llega la segunda parte.

    ¡Buena suerte, manito! :D
     
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    RichardParker

    RichardParker Iniciado

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    Sazuke es un llorón -w- mataría por una tremenda hembra como Clair de prima xD y el sencillamente la reprocha por que ''se mete con el'' eso es forjar carácter carajo! y que diga que lo trata bien, fuesen otros primos serían mas maliciosos y crueles >:c por otro lado... ¡Nana! wuuuuaaaaaaa, yo también quiero una Delibird como nana de mis hijos! especialmente si es una tan cariñosa y comprensiva como ella, jajaja, no en serio, te llevaste mi total cariño con ese enternecedor caracter que le diste a nana :3 me gustó mucho, y exijo mas de ella >:c y ve que delibird no es necesariamente uno de mis pokes favoritos...

    ahora mis impresiones generales:

    primero que nada he de decir que la narración estuvo excelente, pocas veces vi errores ortograficos, pero los hay, checalo bien eh? aun falta un poco de refinación, aunque es leible, y entendible, y eso es lo que importa, al menos para mi... En cuanto al aspecto de la trama, no diré que es original, demasiado cliché para mi gusto, no obstante bien ejecutado, y no necesairmanete por que sea cliche sea malo, ojo. Con un un buen ritmo y bastante estable supiste manejar el contexto de la trama de manera que no es algo del todo aburrido para leer, ademas de que te ayudó mucho la implemantación de Nana(en serio, te aplaudo por nana, gracias a ella no interrumpí a la lectura para nada) a pesar de su linealidad... por el contexto de la historia se que no se exige para mas, ademas de que mas bien pienso que este capitulo fue introductorio, uno donde revela lo lineal de la historia; el poco carácter de Sazuke que aun queda por pulir, la opresiva presencia de su prima(y también como objetivo a vencer) fue algo bien logrado, aunque mis impresiones indican que no es un ''perra'' a como Sazuke la hace ver, solo una chica con MUCHO carácter que choca con el poco carácter del niño, mas bien siento que lo anima a aventurarse en su viaje, de alguna manera, no siento que sea un odio totalmente genuino, mas bien como algo parte de su carácter... anywayw, divago mucho(sorry, me gusta mucho Clair)aunque me hubiese gustado ver mas de su faceta caprichosa, siendo honestos, esa donde si se pone en modo perra y no quiere hacerte entrega de la medalla... Hablaste mucho del clan, pero jamas mencionaste a Lance... hablando de ello, tomará importancia el linaje del clan de domadragones de alguna manera? por que si es así, es un concepto bastante interesante para explotar, algo como ''poderes ocultos'' y toda la cosa xD aunque honestamente, pido que no le des a una porquería de personaje como Sazuke un poder taaaaaan pasado de op... si algo que odio en la shistorias son los perosnajes con poco carácter con poderes insulsamente fuertes, ugh, me dan nauseas... sorry si estoy siendo un cretino con el prota, pero en verdad, me molestan mucho este tipo de protagonistas sin carácter, mas bien, odio a los personajes de está índole, a mi me gusta manejar perosnajes audaces, buenos en lo que son, y sin pretensiones... casi no soy bueno en el desarrollo de ellos, quiza por que me gusta partir desde sus momentos ''mosos'', jaja, nada personal.


    en general, a pesar de que no me convenció del todo Sasuke, siento que como prota en una historia como ésta, no está del todo mal... esperemos que se convierta en hombre pronto xD diria que lo central, y, lo que mas convenció del fic, fue la caracterización que le diste a los pokes, y el numeroso material que da para estimular la imaginación... bueh, +1000 pts por Nana. Best waifu tier top 10 jaja, sorry, estoy muy bvasureado de la cabeza con el anime -w- aunque mas bien la siento como una abuelita x3 oba-chan. como se,a espero el capi dos, nos leemos y suerte! c:
     
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    A mi me pasa lo contrario que Missigno, yo ODIO a los personajes que son todo optimismo y valentía tonta que terminan ganando por el poder de cumplir mis sueños que realmente por usar la cabeza, vamos pues, el típico protagonista de un shonen genérico. Tampoco es que me agraden mucho los Shinjis (al menos a ese nivel, el pobre sí da grimita) pero pienso en Lucas de Mother 3 que empieza siendo llorón y miedoso, pero que al final esa actitud le salva la vida a diferencia de su hermano que se quiso hacer el héroe y... eh... ok no daré spoilers.

    En lo que si coincido es que la trama pinta muy como para el viaje del héroe, pero que mientras se manejen bien los elementos que suelen ser típicos de estas historias aunados a los recursos literarios que se puedan implementar se puede obtener una historia fresca y entretenida.

    Y sí, definitivamente Nana fue mi personaje favorito de la historia, yo quiero un pokémon así (?) La escena donde le entrega los víveres de viaje de hecho fue mi parte favorita de la historia porque me gusta poder leer relaciones así de bonitas y enternecedoras entre humanos y pokémon antes que combates épicos.

    Como ya me mal-acostumbraron a este tipo de observaciones diré que se deben usar guiones largos y blablabla, tampoco soy de la clase de personas que se ponen a revisar las cosas amenos que haya algún párrafo donde la mala puntuación cambie el sentido de la historia.
     
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  5. Threadmarks: La decisión
     
    Lionflute

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    Un entrenador llamado Sazuke
    Segunda parte: La decisión

    Había sido hasta ahora un viaje muy largo. Sazuke llevaba consigo la ropa que pudo coger. Llevaba una camiseta blanca bajo una camisa negra de manga corta abierta completamente y un pantalón de un marrón suave que, por el calor, llevaba arremangado hasta las rodillas. Pasaron a ver al Profesor Elm, un antiguo amigo de la familia, mientras visitaban Pueblo New Bark. Ahí fue donde por primera vez desde su partida Sazuke pudo comunicarse con su familia. Eran las 9 de la noche y ya podrán imaginarse en el estado que se encontraban ambos, Sazuke y Houndour, al momento de pararse frente al telecomunicador. Y es que no quisieron siquiera tomar un baño antes, porque era lo primero que tenían planeado hacer desde hace ya varios kilómetros atrás. Tenían tierra por todos lados, porque ese día habían caminado desde muy temprano para poder llegar a New Bark como fuese posible y ya habiendo visto las primeras luces de la ciudad, se precipitaron hacia el laboratorio en una carrera que a ambos los dejó agotados y en la cual Houndour ganó porque el entrenador tropezó unos metros antes de llegar, dejándole toda su cabellera castaña cubierta de polvo. A pesar del agotamiento, al saberse en un lugar seguro y ya habiendo saludado cordialmente al Profesor Elm, se dispusieron a llamar inmediatamente y les surgieron energías desde lo profundo de su ser.

    —¿Pero qué haces en esas fachas, hijo? —le decía la madre al ver su ropa sucia de tierra a través de la pantalla.
    —No te preocupes, mamá, estoy bien —respondió sonriente Sazuke junto a un ladrido de Houndour.

    Ambos padres notaban la mirada brillante de su hijo a través del monitor, pero ambos veían las cosas de diferente manera. El padre estaba contento con la decisión de su hijo, puesto que sabía que lo haría tarde o temprano y que, aun sin estar seguro de que de esa manera tan repentina fuera la mejor idea, sabía que no hay un momento realmente adecuado para iniciar un viaje y que tomar el Tauros por los cuernos podía ser el mejor camino en algunos casos. Por otro lado, la madre aún creía que no era una buena idea, que debería estar en casa donde estaría seguro, pero nada podía decir ante tan brillantes ojos que la contradecían en la pantalla.

    —Lamentamos las molestias, Elm —decía la madre —. Nos tomó por sorpresa y no pudimos avisarte con más anticipación.
    —No se preocupen —dijo el Profesor —, desde que lo supe mandé a arreglarle una cama. Un día es suficiente para anunciar una llegada.


    El Profesor estaba al tanto de la llegada de Sazuke, puesto que dentro de la carta que le había dejado a sus padres, él había puesto que su primera parada sería en casa del Profesor Elm antes de partir rumbo a Ciudad Cherrygove y, como le tomó dos días llegar hasta ahí, la advertencia le había llegado al profesor con tan sólo un día de anticipación.

    Entre que discutían sobre los pormenores de su viaje y de cómo tuvo que huir de una manada de Donphans, suena un picoteo desde la puerta del laboratorio.

    —Yo abro —se apresuró en ir a abrir la puerta el Profesor Elm.
    —¿Quién será a estas horas? —dijo Sazuke mientras él y Houndour miraban hacia la puerta.
    —Así que ya está allá —dijo el padre a través del altavoz.

    Antes de que alguien entrara, Houndour se puso a ladrar como loco y a mover su cola enérgicamente y entonces, al entrar quien golpeaba, los ojos de Sazuke se abrieron de par en par y salió corriendo hacia la puerta.

    —¡Nana! —

    Nana había sido enviada por su padre la misma tarde de su partida porque debía enviarle unos documentos y unos objetos al Profesor, pero aprovechando la oportunidad y a modo de apoyo, también le envió un par de cosas a su hijo para el viaje.


    Sazuke abrazó a Nana alegremente mientras Houndour se le echaba encima moviendo la cola y esta abría su pico para dejar salir sonidos de felicidad. Entonces de su saco sacó un paquete para el Profesor y uno para Sazuke.

    —Son los documentos y algunas piedras talladas sobre Mew que me había pedido, Profesor —dijo el padre.
    —Oh, muchas gracias, los estaba necesitando —respondió el científico.
    —Y para tí, hijo —decía el padre ahora dirigiéndose a Sazuke —, son unas pokébolas y un mapa para tu viaje.
    —¡Gracias, gracias, gracias, gracias! —Repetía entusiasmado mientras veía sus regalos.


    Sazuke estaba realmente contento con su regalo. Su padre le demostraba que estaba feliz con la decisión que el había tomado. Sin embargo, veía a su madre en el monitor, que trataba de sonreír, pero que en su mirada sólo mostraba preocupación.

    —Madre —le dijo el niño —, no te preocupes, estaré bien. Confía en mí.
    —Confío —respondió la madre —, pero en ti, no en el mundo.

    La madre estaba sinceramente preocupada que no le fueran a pasar las mismas cosas que su padre. Cosas de las que nunca se enteró su hijo, pero que muchas veces la tuvieron a ella con el alma en un hilo mientras seguía sus investigaciones y veía la cara sonriente de su hijo, con la misma sonrisa del padre.

    —Da lo mejor de ti, hijo mío —dijo la madre para ya finalizar el tema.


    El padre finalmente le pidió al Profesor que le entregara una pokédex a su hijo para que se volviera un entrenador como correspondía, a lo cual él aceptó sin mayores objeciones, puesto que un entrenador hijo de semejantes personas no podía ser sino una promesa, comentario ante el cual Sazuke no dijo nada, pero que sintió como un saco en la espalda.

    Habiéndose despedido de sus padres por el momento y con ganas de continuar su viaje, Sazuke y Houndour durmieron esa noche junto a Nana, que no podía emprender un vuelo nocturno a casa y ya al día siguiente, luego de desayunar, se despidieron con un abrazo efusivo y unos ladridos de alegría por parte del pokémon perro para emprender camino hacia Ciudad Cherrygove, que no estaba muy lejos de ahí y dónde su madre le había dado un encargo especial.

    Al llegar a Ciudad Cherrygove, luego de dos días de extenuante viaje a través de la Ruta 29 y luego de pasar al Centro Pokémon, ambos se dirigieron a una casa de madera que se encontraba cerca del muelle de la ciudad donde los esperaba el hermano de su madre.

    El tío Víctor era un hombre de mar. Apasionado por éste, se mudó hace ya años a Ciudad Cherrygove para establecerse como pescador y así vivir de esto que le apasionaba desde hace ya bastante tiempo. Ahora bien, la pesca no fue el único motivo, pues la tía Tabatha también vivía en Cherrigove. Ella había sido una gran entrenadora que ahora se encontraba retirada y que era oriunda de aquella Ciudad. Ambos habían pasado aquí los mejores años de su vida, sin embargo hace unos pocos días un cáncer fulminante le había arrebatado los últimos suspiros a Tabatha, que había estado en cama desde que se enteró de éste hace ya un mes atrás. Sus pokémon fueron donados a sus hijos en herencia para que cuidaran de ellos, pero al único que no podía dejar fuera de su casa era a su Furret que, siempre compañero, se dispuso a pasar sus últimos años junto al viejo tío Victor que en su vida había sabido cuidar a un pokémon, pero que le tenía tanto aprecio a éste que simplemente no podía dejarlo ir. Furret sentía igualmente. Victor y ella eran quienes más habían estado junto a Tabatha y le parecía justo compartir sus penas con éste hombre que la había amado tanto y, por qué no, hacerse ambos compañía en la soledad que conlleva la muerte.

    Sazuke no era tan apegado al tío Victor o a la tía Tabatha. Los conocía de un par de reuniones familiares que había pasado tanto en su casa como en la de ellos, pero nunca había cruzado media palabra con ellos y de eso hacía ya al menos dos años. Sin embargo, como su madre no podía asistir debido a la fuerte labor reciente en el laboratorio, le pidió a Sazuke ir a ver a su hermano en representación de la familia e ir a hacerle un poco más de compañía que tanta falta le haría.

    Tocaron a la puerta de la casa del viejo marino y éste les recibió con un cálido abrazo y una sonrisa ausente antes de dejarlos pasar. Ya adentro, Sazuke pudo notar un montón de cajas apiladas dentro de una sala ya casi vacía. Houndour se acercó a Furret para reconocerla, a lo que esta, lentamente, se paró en dos patas para dejarse oler por el perro y luego volverse a acostar en su rincón. En un principio el pokémon perro intentó jugar con ella, pero Furret solamente le movía la cola para que la persiguiera mientras ella seguía acostada. Sazuke se sentaba a la mesa, al lado de la ventana que daba al mar, junto a su tío.


    —Así que Sofía te envió —dijo el marino refiriéndose a la madre de Sazuke y mientras servía té en un par de tazas que había colocado sobre la mesa —. Gracias por el gesto. He estado solo estos días desde que mis hijos partieron. Vinieron solamente al funeral y luego volvieron todos a sus vidas. Las cosas son así cuando te pones viejo.
    —Tío —dijo Sazuke mientras observaba su taza de té y Houndour perseguía sin éxito la cola de Furret—, ¿puedo preguntarle por qué tantas cajas en la sala?

    El marino observó el salón y dejó salir un suspiro.

    —El problema cuando alguien se va, es que sólo se lleva su cuerpo, pero en todo lo demás deja parte de sí mismo —respondió suavemente el tío Víctor —. Necesito salir de aquí. Mañana mismo me mudaré y no volveré hasta que me deje de doler esta casa.


    Sazuke no entendía del todo lo que el tío le explicaba, pero si era lo mejor para él, debería estar todo bien, pensó. Y finalmente Houndour se dio por vencido y se acurrucó al lado de Furret quien no opuso resistencia, sino que al contrario, rodeó al perro con su cuerpo para darle más calor.

    —Lamento no poder acogerte por más tiempo —dijo el tío —, pero esto lo tengo planeado con anterioridad.
    —No se preocupe —dijo el entrenador —. Con Houdour tenemos planeado seguir mañana hacia el norte para seguir recorriendo la región. Aún tenemos mucho por recorrer.
    —Tu madre me contó que saliste sin aviso a recorrer la región —dijo el marino con una sonrisa —. Quién lo diría, cuando ni yo ni Sofía nos atrevimos a salir.
    —¿Por qué nunca quisieron hacerlo? —
    —A decir verdad, es que nunca tuvimos el coraje. Ambos crecimos con un gran amor por los pokémon y, mientras yo estaba entusiasmado por los pokémon del mar, ella estaba obsesionada con el comportamiento de las especies que estaban cerca de la ciudad. Nunca tuvimos el ímpetu necesario y aunque dedicamos nuestras vidas a la investigación a nuestra manera, jamás fuimos de viaje junto a un compañero como lo hicieron Tabatha o Evan, tu padre. Siempre los respetamos y admiramos y han sido nuestros compañeros durante la vida... Bueno, fueron, en mi caso —Entonces se dispuso a encender una pipa mientras abría la ventana —. Ningún pokémon hubiera reemplazado lo que tenía con Tabatha, sin embargo, siempre estuvo Furret.

    Ambos observaron entonces a los dos pokémon durmiendo uno al lado del otro. Furret envolviendo a Houndour mientras éste estaba con el estómago hacia arriba y con el hocico abierto.

    —Fue el primer pokémon de ella y de seguro vivió grandes momentos a su lado —continuó el anciano —. Ambos estuvimos para ella en penas y glorias, por eso estamos tan bien ahora los dos juntos, porque ambos sabemos lo que siente el otro. —Se detuvo un momento para aspirar la pipa una vez y luego lanzar el humo hacia el exterior de la ventana —. Tú y Houndour formarán algún día un gran vínculo como el nuestro —dijo antes de sonreírle a Sazuke.


    El chico estaba feliz de conocer un poco más a su tío, que siempre le había parecido severo tras su expresión serena y su eterna barba blanca que tiene desde sus primeros recuerdos. El viejo entonces se levantó luego de fumar la pipa y ver el atardecer a través de la ventana. El cielo tenía un bello tono violáceo que se transformaba en un vivo naranja hacia el fondo del horizonte y por entre las embarcaciones del muelle.

    —Tu habitación está al fondo del pasillo —le dijo a Sazuke mientras se levantaba —. Yo me iré a acostar, tengo cuentas con la almohada. Cierra la ventana cuando estés listo. Buenas noches.

    Cuando el viejo pasó por el lado de Furret, éste se levantó rápidamente para seguirlo hasta su cuarto donde se acostaría al pie de la cama para dormirse con él. Houndour, que se zamarreó con el brusco movimiento del pokémon del marino, se quedo bostezando para volver a despertar y ya estando despierto se acercó a Sazuke que estaba en la ventana.


    —Tendremos un gran viaje, ¿verdad? —le dijo Sazuke a su pokémon que le respondió con un ladrido enérgico —

    Sazuke había pensado en todo lo que su tío le había dicho y en todo lo que le esperaba por delante. Lo que significaba la relación con su pokémon, no solamente para él, sino para su propio pokémon. En cómo se tienen el uno al otro en éste momento y para toda la vida si así esta lo quiere.

    — Te quiero mucho, mi amigo. No me separaré de ti —

    Luego de esto lo tomó en brazos y cerró la ventana para irse a dormir.

    Al día siguiente, su tío le dio un poco de dinero para ir al mercado a comprar unas cuantas verduras, queso y pan para desayunar de manera contundente antes de que ambos partieran. Y ahí estaban el pokémon y su entrenador paseándose entre los distintos puestos cuando de repente en el cielo aparece una figura conocida. Desde lejos se ve llegar y aterrizar en un lugar amplio cerca del mercado a un dragón amarillo de grandes dimensiones junto con su entrenadora en su espalda. Ni mas ni menos que su prima Clair había llegado a la ciudad.

    Luego de regresar a su pokémon, se dispuso a ir en dirección a la casa del tío Victor, pero el mercado estaba en el camino y ahí mismo se encontró a Sazuke junto a Houndour en medio de las compras. El joven entrenador miraba a su prima sin saber el por qué de tan repentina visita y preguntándose qué es lo que ella estaría buscando en una ciudad como Cherrygove.


    —Vaya, encontrarte fue más fácil de lo que esperaba —dijo Clair apenas pudo acercarse al chico.
    —¿Qué buscas, prima? —
    —Deberías saberlo, vengo a llevarte a casa, tu madre me ha enviado —


    Las cosas no le calzaban a Sazuke. No hace tanto había hablado con su madre y no parecía tener gran problema con el tema de su viaje. Clair debía estar ahí por algo más.

    —No voy a volver —dijo Sazuke con un tono serio, pero con poca presencia, como solía dirigirse a su prima.
    —Vamos, acaba con esto, que si no te vengo a buscar, seguro vuelves a casa en unos días. —dijo Clair.
    —No tengo tiempo ahora para discutir contigo —respondió el entrenador en el mismo tono que antes —. El tío Víctor se marcha hoy y tengo que llevarle estas compras.
    —¿El tío Victor se marcha? —

    En efecto, Clair conocía también al tío, aunque más por Tabatha, puesto que ésta había sido una gran amiga de su padre en sus tiempos de juventud y Clair había podido aprender de ella cuando era más joven. Se había enterado de su muerte, pero luego de años de no estar en contacto, no quiso ser irrespetuosa al aparecer de repente en el funeral. Pero ya que estaba en la ciudad y para aprovechar el viaje, decidió posponer la discusión con Sazuke e ir a visitar al viejo marino.


    Llegando a la casa, saludó con un profundo abrazo al tío que la encontró “mas grande que la última vez”. Todos se sentaron a la mesa y los pokémon con su respectivo plato de comida en el centro de la sala. La líder y el marino se comentaron toda clase de anécdotas sobre Tabatha y sobre tiempos pasados mientras que Sazuke solamente observaba un tanto nervioso, pues sabía que cuando todo terminara, tendría que enfrentarse nuevamente a Clair.

    El desayuno transcurrió relativamente tranquilo hasta que la comida y las anécdotas se hubieron terminado. Entonces Clair se levantó de su silla, se despidió del marino y miró a Sazuke desafiante.


    —Nos vamos —

    La voz de Clair resonó en la casa de madera. El tío comprendió la situación y se remitió a guardar silencio mientras observaba lo que sucedía. Houndour y Sazuke miraban a Clair con ojos profundos y desafiantes de la misma manera que los de Clair, pero ninguno decía una sola palabra.

    —Ya te lo dije, no tienes lo que necesitas —continuó la líder —. Si te vas ahora te ahorras problemas tú y se los ahorras a tu familia, porque si te vuelves un entrenador mediocre, no serás más que una vergüenza para tu padre... y para el clan.

    Sazuke ya estaba en su límite. Su padre ya le había hecho saber lo que pensaba de su viaje y no podía permitir que su prima hablase lo que quisiese así como si nada y, encima, le sacara en cara un clan del que nunca quiso formar parte.


    —¡¿Y quién dijo que quería ser parte del dichoso clan?! —Dijo Sazuke furioso y contestando por primera vez a su prima. La respuesta de Sazuke los dejó a todos helados, hasta a Houndour —. El clan ya te tiene a ti y al primo Lance, yo no soy más que una parte de una rama perdida en la familia. A demás, ya he llegado bastante lejos estando solo y no serás ni tú, ni el clan ni nadie quién me detenga. Tomé mi decisión de ir a recorrer el mundo por mi cuenta y así lo haré.

    Por un momento, Sazuke estaba completamente rojo de tanta cosa acumulada que salió como a presión por su boca. Sin embargo, a los pocos segundos, Clair le contestó con toda calma.


    —Y luego de Johto, ¿qué pretendes hacer? Después de todo ya has recorrido la mayoría de la región con tus padres. Estás dentro de tu zona de confort, no estás viendo nada que no conozcas. Como te atreves a decir que estás recorriendo el mundo si lo único que haces es ver parajes que ya has visto antes, solamente que ahora sin tu familia —

    Sazuke no podía responderle ahora. Ella tenía razón. Conocía ya casi toda la región gracias a las vacaciones con sus padres y salir de ahí era algo que de momento no tenía contemplado.

    —Sigues siendo el mismo niño miedoso —prosiguió Clair —. Mejor vuelve a casa y terminemos con esta farsa. Quizás en unos años te atrevas a hacer algo que realmente valga la pena.

    Sazuke estaba nuevamente el mismo escenario de siempre. La impotencia le comía lo huesos y estaba aún temblando por la única vez que pudo responderle. Tenía la mente nublada y no sabía qué más podría hacer en ese momento, no tenía ningún plan trazado en mente.

    —¿Me permiten decir algo? —dijo finalmente el tío Víctor, cortando la tensión del ambiente —. Toda mi vida la pasé entre dos ciudades, sin conocer mayormente el mundo por no tener el coraje de hacerlo. Ahora que Tabatha se ha ido y me ha dejado tanto recuerdo en esta casa, he planeado viajar por fin para conocer el mundo como ella lo hizo y junto al pokémon que estuvo a su lado todo ese tiempo —


    Sazuke se calmó, al igual que Clair, quién escuchaba atenta lo que el anciano tenía que decir. Furret se subió al regazo del tío Víctor y éste comenzó a acariciarlo suavemente.

    —Me mudo de esta casa a mi barco, en el cual pretendo recorrer el mundo —dice finalmente el anciano.
    —Bueno, tío —le dice el chico —. ¿Qué tiene que ver eso con lo que estamos hablando? —
    —Si quieres —comenzó a responder el tío —, si tienes el coraje para emprender el viaje, puedes venir conmigo y con Furret. Solamente tendrías que ayudarme con la mantención del barco. A ambos nos hará falta compañía y nos serías de gran ayuda. A mí me tomó cincuenta años reunir el valor para emprender el viaje, pero hubiera deseado con todas mis ganas hacerlo a tu edad. Dime, ¿qué dices?

    La decisión implicaba alejarse de todo lo que conocía por tiempo indefinido hacia tierras totalmente desconocidas. Era una decisión importante y no tenía más que unos instantes para decidirse. Una parte de él decía que era mejor quedarse en Johto, quedarse en lo conocido, pero otra gran parte le llamaba a la aventura y sería la excusa ideal para librarse de Clair por un buen tiempo.

    —Acepto —dijo Sazuke finalmente a lo que Houndour respondió ladrando y moviendo la cola por todo el salón.
    —¿Estás seguro de que eso es lo que quieres hacer? —le dijo Clair a su primo —. Puedo llevarte a casa cuando quieras.
    —Sí, estoy más que seguro —responde Sazuke —. No te negaré que tengo miedo y mucho. Pero si no tomo la oportunidad ahora, entonces ¿cuándo? Siento que éste es el momento y a pesar del miedo, no me voy a detener.

    Casi de manera imperceptible, Clair esbozó una leve sonrisa.

    —Entonces está decidido —sentenció la líder —. Volveré a casa y le contaré todo a tus padres.

    Houndour comenzó a mover aún más la cola luego de eso y Sazuke estaba contento de que ella no siguiera insistiendo. Entonces, dicho y hecho, ayudaron todos a cargar el barco con las pertenencias del anciano y ya con el sol en mitad del cielo, estaban listos para zarpar.


    Sazuke se acercó a Clair antes de dejar tierra firme y se despidió de ella con un apretón de manos y Houndour le bailaba al rededor entre jadeos y su inquieta cola que no dejaba de moverse. Clair lo acarició finalmente y se despidió con un abrazo del tío Víctor.

    —Espero que mamá y papá no hagan mucho escándalo cuando se enteren —le dijo Sazuke a su prima.
    —Tú tranquilo. Yo me encargaré de eso —respondió la lider antes de darle el primer abrazo que le había dado en su vida —. Don Víctor, por favor cuide de éste pequeño. Se lo encargo a nombre de sus padres.
    —De seguro el nos cuidará más a nosotros que nosotros a él —respondió el hombre antes de subirse al barco.

    Cuando todos hubieron subido y se disponían a zarpar, Clair liberó a su Dragonite y se montó sobre él, pero antes de elevarse, se dio vuelta y se dirigió a su primo.

    —¡Hey, llorón! —le dijo, llamando su atención — ¡No me decepciones! —


    Y luego de esto, emprendió el vuelo de vuelta a casa.

    Sazuke la observó perderse en el cielo despejado de aquel día de primavera en el que junto a su Houndour, habían decidido aventurarse al mundo, enfrentarse a todos sus temores y finalmente buscar un camino a la felicidad. Y antes de perderla de vista, apoyado en la baranda del barco, tomó a su pokémon en brazos que jadeaba por el sol en lo alto y observó los últimos aleteos de Dragonite que se perdió en el horizonte mientras el barco se adentraba más y más en el mar.

    —Gracias Clair —pensó —. No te decepcionaré.

    Fin de la Segunda parte.
     
    Última edición: 30 Diciembre 2015
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  6.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    ¡WHOOOO! Manito :D

    Qué bueno que subió la 2da parte tan rápido xP. Qué bonita relación vas a tener con tu tío Victor -w- jejeje xD. Ahoy, Ahoy... xD.

    Pos ojalá que el viaje esté repleto de aventura y pasión -w-... y que conozcan haaaartos Pokes D

    ¿Pero por qué no recibiste un Cyndaquil por parte de Elm? xD Eso me pareció raro... a menos que Nana te lo envíe después :3

    Espero el siguiente episodio si es que lo hay -w-
     
  7.  
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    @J.Nathan Spears y para qué quiere un cyndaquil cuando ya tiene un perro diabólico en su fila D:
    Lo que debo decir de Sazuke es que
    [​IMG]
    Y debo decir que dentro de todo me agrada porque es centrado, no es el chico tan efusivo ni de sed de victorias como suelen ser muchos protagonistas de historias similares. Y en fecto Victor es un gran personaje, me leería un one shot sólo de él (?) y aunque aquí Clair es de la clase de personajes que te dan ganas de agarrarte a palos, queda clara su razón de ser que es motivar, aunque no de muy buena manera, a su primo porque el mundo allá fuera no va a ser amable con él y es necesario que desde ya se forme caracter. Narración sobria y amena de leer.
     
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  8.  
    Morde

    Morde Dragón con caverna

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    Dicen que más vale tarde que nunca, y creo que voy a cumplir eso xD (?). Voy comentando conforme vaya leyendo ambos capítulos

    Cielos, mi yo de hace 5 años se habría sentido al menos parcialmente identificado con el prota (el de ahora no porque es un dragón (??)). Lo cierto es que la excusa del "me he picado con esta persona" para irse por ahí con un Pokémon me parece un poco cliché, pero de todos modos es usable. Y Delibird es un híbrido entre pingüino y alca, aunque no creo que sea importante

    ¿Pero este tipo qué tiene, familiares y amigos de familiares desperdigados por toda la región? Así cualquiera... ¿A quién me recuerda la madre del prota...? Sabía que Clair tenía que ser en el fondo medio buena, ahora es cuando Sazuke empieza a buscar el One Piece, ¿no? (no he visto ese anime/manga. 100% en serio)

    Vamos con los fallos. De nuevo un "al rededor" admitido por la RAE pero chirriante, además de "además" (lolz) separado que debería ir junto. En el primer capítulo usaste el guion corto donde iba el largo, aunque veo que en el segundo lo corregiste. Hablando del segundo, ahí te faltaron signos de interrogación en una pregunta y una mayúscula en un nombre propio, además de algún error de tipeo que he visto por ahí

    Por lo demás me gustó bastante, huele a secuela larga y espero que la haya n_n
     
  9.  
    Rojo y naranja

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    POR FÍN PUDE LEER TU FIC, SOLO HE LEÍDO EL PRIMER CAPÍTULO.
    FUE UN BUEN INICIO, AUNQUE YA CONOCÍA A TU PERSONAJE SAZUKE, NO SABÍA QUE ERA PRIMO DE CLAIR HASTA QUE NATHAN ME LO MENCIONÓ UNA VEZ.
    ESA CLAIR ES UNA BRUJA, PERO ME DA GUSTO QUE PUSIERAS A LA CLAIR SANGRONA CON COMPLEJO DE SUPERIORIDAD DE LOS JUEGOS, Y NO A LA "BUENA AMIGUITA" DEL ANIME.
    NO RECORDABA QUE EL PRIMER POKÉMON DE SAZUKE FUE UN HOUNDOUR. EN FÍN, SUPONGO QUE NO HEREDÓ TODO EL CARÁCTER DE SU MAMÁ SI SE FUÉ Y SOLO DEJÓ UNA CARTA.
    LUEGO LEERÉ EL RESTO, ROJO Y NARANJA ESTUVO AQUÍ
     
  10.  
    Rojo y naranja

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    YA LEÍ LA ÚLTIMA PARTE...
    NO ESTUVO MAL VIEJO, PERO... ¿TABATHA Y VISTOR ESTABAN CASADOS? NUNCA SE MENCIONA ABIERTAMENTE EN EL CAPÍTULO.
    ESA B!+@# DE CLAIR, APUESTO A QUE LA MAMÁ DE SAZUKE NO SE LO PIDIÓ, ELLA LO REGRESA PORQUE TIENE MIEDO
    ¿DE QUÉ TENDRÁ MIEDO? DE PERDER SU REPUTACIÓN, LO ÚNICO QUE TIENE CLAIR SON SU EGO Y REPUTACIÓN, ¿QUE MÁS PODRÍA ESPERARSE DE ALGUIEN QUE REPROBÓ LA PRUEBA DE "SER AMIGUITOS DE LOS POKÉMON" QUE TE PONEN EN LOS JUEGOS? CREE QUE SI SAZUKE SE VUELVE ENTRENADOR FRACASARÁ Y ESO DAÑARÍA A SU ESTÚPIDO CLAN. CLAIR ES UNA MUJER TRISTE Y SOLITARIA, EN EL FONDO ELLA ES LA MIEDOSA.
    SAZUKE O DEBIÓ ABRAZARLA, DEBIÓ DARLE UN PATADÓN Y SACARLE LA LENGUA.
    QUE SAZUKE TENGA SUERTE VIAJANDO CON SU TÍO, SUPONGO QUE IRÁN PRIMERO A HOENN.
    ROJO Y NARANJA ESTUVO AQUÍ
     
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