Provincia Sur

Tema en 'Lost Future: The Last Chance' iniciado por MrJake, 2 Mayo 2025.

  1.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
    Miembro desde:
    15 Abril 2019
    Mensajes:
    4,359
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Givan Velren

    Ver la expresión de Quaxly sin duda me pesaba hasta cierto grado, no porque quisiera cortarle los ánimos o porque no me gustara que mantuviera el optimismo, si no porque me recordaba justamente a Génesis... En los días en las que... Bueno, era un Riolu.

    Aún así, le sonreí y empecé a caminar una vez comprobé que me seguía sin mayores preámbulos, a los pocos minutos pude dar con las locaciones que me habían comentado, aunque no tardé en hallar otro sitio, ahí, al dar un vistazo con la poca luz que había, pude darme cuenta que dentro parecía haber lo que se asemejaba a unos juguetes tallados en madera de forma... Bastante pulcra tenía que decir, y viendo de mejor modo el sitio parecía un colegio, considerando lo que veía... Podría decir que era un sitio bastante próspero, aún si tenían todo el asunto de Chance encima. ¿Lo habían conseguido todo por mérito propio? ¿O más bien era lo que les permitía tener? ¿Cómo lo habrían conseguido?

    Estaba intrigado, sin dudas, y cuando caminé otro poco, pude divisar a un hombre, barriendo el acceso al instituto, o lo que pensaba que era un colegio, alumbrado por esos Pokémon tan singulares.
    Me quedé reflexivo, tenía a la vista las dos ubicaciones que ya le tenía interés, pero algo en ese sujeto me llamaba la atención. ¿Pero qué podría decirle? Tampoco sabía qué tanto aprovechar.

    Miré a Quaxly, y el mismo parecía interesado por todo lo que había, así que no creí que se opusiera a nada. Reflexioné a dónde ir y... Decidí que sería más importante reponer un poco de fuerzas, si era posible, por lo que me dirigí a la taberna, si no... Bueno, aún tenía la barra de proteínas en el peor de los casos.
     
  2.  
    Rider

    Rider One of a Kind

    Cáncer
    Miembro desde:
    12 Mayo 2015
    Mensajes:
    1,399
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    [​IMG]

    No lograba percibir nada anormal a simple vista en la criatura, pero su actitud no solo demostraba que estaba molesto sino también...¿asustado? ¿sufriendo? Estuve tan cerca de lograr mi objetivo, quizás demasiado cerca. Apenas levanté un poco de su pelaje para corroborar si era quizás algo en su piel el Tauros arremetió con rapidez, no lo suficientemente fuerte para romperme algo, pero sí lo suficiente para mandarme a volar hasta el lago cercano. Emergí del agua algo agitado, solo para ver como el Tauros se alejaba rápidamente con rumbo desconocido.

    — ¡No, espera! —exclamé a la criatura extendiendo mi brazo—. Bah, no tiene caso. Solo espero que a donde vaya no haya más Pokémon o persona en medio. Aun así, ¿que rayos era lo que le ocurría?

    Mientras estaba en el agua comprobé que no tuviese ninguna costilla rota, el impacto no había sido muy fuerte, pero no estaba de más cerciorarse. Al comprobar mi estado noté que el agua a mi alrededor se tiño un poco de rojo, sí que tenía un corte algo profundo a un costado de mi pecho. Suspiré algo resignado, aquello podría haber salido mejor, pero hey, al menos no aterricé sobre una roca o algo. Gracias a Arceus que no le temo al agua. ¡Y el Cetoddle con la canasta se encontraba bien!

    Hablando del pequeño cetáceo terrestre; este una vez pasado el peligro se apresuró a tenderme una aleta para ayudarme, con algo de dificultad por el dolor logré salir de aquel cuerpo de agua y sentarme en su orilla. Solté un suspiro aliviado pensando que al menos la mitad de trabajo estaba hecho, ahora solo había que regresar al pequeño a la aldea, claro, tomando en cuenta que no ocurriese otra de estas peripecias. Él parecía estar bastante más despreocupado y hasta contento de verme, bailaba y se me abalanzaba con ahínco abrazándome.

    —¡Hey, hey, con calma pequeño! Supongo que estas contento de no tener que lidiar con más criaturas así, ¿eh? —me limité a acariciar la cabeza de la criatura, mientras con mi otra mano hacía algo de presión sobre mi corte—. Oye, que curioso, tienes un ligera fractura dental del mismo lado que otro enano que conozco. De hecho te mueves y actúas mucho cómo él.


    No será que...

    Negué rápido con la cabeza ante aquella posibilidad. No tenía mucho tiempo para darle vueltas a ese asunto y me puse de pie con ayuda del Cetoddle. Los suministros de la canasta parecían estar en buen estado y más allá de la cornada habíamos salido más o menos ilesos. Parecía que por fin podríamos volver, aun teníamos pendientes en la región, como ayudar al resto de personas que iban en los demás aviones y descubrir que rayos fue eso que nos atacó.

    —Bueno, hora de regresar a la villa, pequeño. Me ofrecería a cargarte hasta allá, pero la verdad no creo estar en condiciones para hacerlo —reí algo apenado mientras trataba de secarme un poco—. Andando, seguro Niko debe estar pasándolo peor que nosotros. Quizás le estén haciendo tener una conversación adulta o algo así de brutal.

    Sin más por hacer, nos pusimos rumbo a la villa, tratando de mantenerle el ritmo a la criatura.
     
    Última edición: 20 Octubre 2025
    • Fangirl Fangirl x 1
  3.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado showgirl ★ nineteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    16,936
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Emily (AU).png

    Alcé apenas las cejas al ver la reacción del muchacho ante mi nombre, sorprendida por ello, y no fue hasta que pasaron unos pocos segundos que pude volver a relajarla, pues el muchacho aclaró que había sido el enfermero jefe quien me había mencionado. Sentí algo extraño en el pecho ante aquella revelación, una especie de ínfima alegría entremezclada con un considerable sentimiento de ansiedad; me preocupaba que la cantidad de botiquines que había conseguido fuera decepcionante, y ni hablar del hecho de que había dejado a Amy atrás. Sea como fuere, el chico me halagó por no haber confiado en él y me permití sonreírle un poco a modo de agradecimiento; también me aliviaba que no se hubiera molestado por mi desconfianza.

    Mientras nos dirigíamos a nuestro objetivo, Damián me habló sobre los... ¿ferropokémon? El Volcarona que había visto era uno de ellos, aunque pronto pude confirmar que no era precisamente un pokémon a pesar de poder parecerlo. La Ferropolilla, que era como llamaban a aquel pseudo Volcarona, formaba parte de una de las cinco divisiones, y aquellas divisiones... Arceus, cada cual parecía peor que la anterior. Reprimí un escalofrío que quiso recorrerme la espalda y procuré memorizar toda aquella información para el futuro, pues temía que fuera a necesitarla.

    —¿Existe alguna forma de protegerse de los Ferroespectros? —cuestioné en un murmullo, como si una parte de mí no quisiera conocer la respuesta a ello—. Si, por ejemplo, alguien está escondido dentro de un avión estrellado o algo similar...

    ¿Sería Amy capaz de sobrevivir?

    >>Por cierto... —retomé, aceptando su oferta al adentrarme en la cueva delante de él—. Encontré un enfermero herido en el lugar donde aterrizamos y me dijo que habían sido atacados por unas máquinas. También mencionó a un hombre vestido de negro con un pokémon perro... ¿supongo que hablaba de ti?
     
  4.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,172
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Gigavehl

    La leve luz de algún candil que venía del interior de la taberna ya revelaba que estaba abierta; pero era el olor delicioso a caldo que salía por la ventana lo que más indicaba que, por fortuna para ti, el lugar seguía abierto y activo, aunque fuese por poco tiempo.

    Caminaste entonces hasta su interior, moviendo la puerta con cuidado, empujándola hacia atrás. Nada más hacerlo, fuiste recibido por un pokémon pequeño que sobresaltó un poco a Quaxly, apuntándote con un bracito con severidad. Era un pequeño Charcadet, un pokémon con mirada decidida (quizá demasiado decidida para lo que le era conveniente, viendo su tamaño). Tras el pokémon, dos personas más alzaron la cabeza: una mujer con gafas detrás de la barra, de unos cuarenta y con vívidos pero cansados ojos azules... y un hombre corpulento, muy alto y con aspecto algo desgastado, señal de que llevaba un tiempo sin cambiarse de ropa, como poco.

    Y entonces...


    ***


    Reual Nathan Onyrian

    ... viste a aquel chico de pelos largos y oscuros, seguido de un pequeño Quaxly, entrar al bar. Tancy, claro, también lo vio, y suspiró, no sin cierta gracia natural.

    —Vaya, hombre. Otro visitante nuevo, ahora que yo iba a cerrar. ¿Y de dónde sales tú, cariño?

    El hombre tenía un aspecto que te era algo familiar, la verdad. La seriedad en su gesto, los rasgos algo alargados... habrías jurado conocerlo de algo, seguro. En todo caso, Charcadet no parecía muy contento, encarando a Quaxly agitando sus brazos. El pokémon de agua, al principio algo abrumado, pronto empezó a mosquearse un poco, y ahora teníais a dos pokémon pequeños que parecían estar mirándose como dos niños chicos que se pelean por un juguete.

    Constance, sin embargo, se rio.

    —Bueno, bueno, Charcadet, no te me pongas territorial.... discúlpalo —le dijo la dueña al hombre de cabellos largos—, no está acostumbrado a que entren pokémon aquí dentro, es muy territorial, él. Pero no podría hacerle daño ni a un Magikarp, tranquilo.

    Charcadet la miró de reojo, ofendido por el comentario, como si lo hubiese entendido. Pero Tancy no le hizo mucho caso.

    —Dime en qué puedo ayudarte, cliente número dos. ¿Tú también vienes por caldo gratis?



    ***


    Rider

    El Cetoddle te dio algún cabezazo cariñoso, saltó de un lado a otro y dio saltitos alegres a tu alrededor. D-Desde luego, parecía especialmente contento de estar a tu lado. Fuese o no una casualidad lo del diente, no tardó en corretear e ir esperándote conforme se alejaba un poquito más de la cuenta, emocionado de que le siguieses, como un niño que quería enseñarte algo. Pronto acabasteis llegando a la puerta de la aldea, y los guardias sonrieron al ver al Cetoddle.

    —¡Di que sí, campeón! —saludó uno, y Cetoddle dio saltitos a su alrededor—. Has tardado, pero veo que vienes cargado, ¿eh?

    El otro guardia te saludó a ti.

    —Gracias por traerlo de vuelta, compañero. ¿Hubo alguna incidencia? Este pequeño es muy amigable... vino con uno de esos compañeros tuyos, no sé si te lo hemos dicho. Uno de los que venían en esos aviones, creo que de Teselia. El pobre está bastante herido en la enfermería, pero el pequeñín no ha parado quieto desde que llegaron. Y está siendo de bastante utilidad, la verdad.

    —Las noches, con todo —dijo el otro, más serio—, no son lo más seguro para nadie. Mucho menos para un pequeñajo como él. Anda, vuelve dentro, y ve cuanto antes a la casa de curas. Allí te darán alguna cama, ¿sí?



    Aviso: el día va a avanzar en breve para todo el mundo, con todos los eventos que eso implique. Recomiendo que encaminéis a vuestros personajes a dormir cuanto antes.


    ***


    Amane

    Damián se cruzó de brazos y apretó los labios al escuchar tus preguntas, reflexivo.

    —Una pregunta muy específica, esa. Bueno... Aún no sabemos ni siquiera nosotros los detalles exactos de cómo funcionan los distintos ferropokémon, pero... estoy bastante seguro de que esos Ferroespectros no tienen rayos x, ni nada similar. Por eso la gente se refugia donde puede en las provincias: sea una cueva, una casa cochamborsa de una aldea, una fábrica abandonada, da igual. Lo importante es estar refugiado al caer la noche. Que sus luces verdosas no te alcancem.

    Luego Damián escuchó sobre aquel otro enfermero, y agachó la cabeza.

    —... sí, seguramente hablase de mí. No pude hacer mucho por la mayoría, un Ferropolilla estaba pululando la zona y solo pude salvar a los que encontré más enteros. Los heridos, muchos... tuvieron que quedarse atrás.

    Decía aquello con una evidente congoja, pero, también, había en su gesto una ira curiosa. Un enfado que casi parecía infantil, adolescente. La forma de apretar puños y dientes no se sentía como una rabia visceral, más bien como una pataleta. Y no porque no tuviese seriedad el asunto, sino porque Damián parecía... bueno, tener ciertas actitudes infantiles aún, aunque las disimulase bien.

    —¡Me pone enfermo que tengamos que vivir así! Maldita sea. Ojalá ella llegue pronto y le rompa los circuitos a todos esos-

    Se contuvo, tomando aire, cuando entrasteis en la cueva. Poco a poco, caminasteis hacia el interior de aquella colina, y Damián habló en un tono más bajo.

    —E-En fin, no quiero encenderme mucho. Voy a dejarte aquí, Emily. Tus compañeros están justo ahí. Asegúrate de descansar bien, ¿sí? Mañana podremos hablar con más calma... cuando la luz del sol regrese.

    Así, te dejó que siguieses caminando sola hacia delante, y la luz de las hogueras en aquel hueco entre colinas te hizo guiarte. Viste al menos doce o trece de los tuyos... bastantes enfermeros, a decir verdad. Pero aun así, demasiado pocos.

    El jefe se levantó, cojeando, nada más verte.

    —¡Emily! E-Estás sana y salva... cuánto me alegro. Este joven, Damián, nos encontró y nos ayudó a librarnos de uno de esos robots, y... acabamos aquí. ¿L-Lograste conseguir los recursos que te pedimos? Pese a que pueda ser tarde para algunos compañeros... aún podrían venirnos bien.

    Miró hacia atrás, y... lo cierto es que era desolador ver la situación. Tirados en aquella zona, a la luz de las hogueras, veías caras magulladas, vendajes improvisados, raspones, heridas. Tristeza, sufrimiento, dolor y angustia en sus rostros. Heridas que curar, sí, pero no solo físicas, por desgracia.



    Aviso para Emily, Givan, Aleck y Nikolah: el día va a avanzar en breve, con los posibles eventos relevantes de trama que vengan acompañándolo. Recomiendo que cerréis lo que estéis haciendo y que encaminéis a vuestros personajes a dormir cuanto antes.
     
    Última edición: 11 Noviembre 2025 a las 11:00 AM
    • Fangirl Fangirl x 3

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso