Pasillo (1º piso)

Tema en 'Primera planta' iniciado por Yugen, 9 Abril 2020.

  1.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,211
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    AltanCL.png

    Su reclamo a lo del demonio de las frutas consiguió arrancarme una risa, no fue especialmente sonora ni nada, pero de que me hizo gracia, me hizo gracia. Uno podría cuestionar hasta dónde las decisiones de cualquier demonio ficticio eran buenas, pero esos eran detalles. Igual luego me contestó también lo de los imanes, volví a fingir que me lo pensaba muy seriamente y al final suspiré, resignado.

    —Pues sí, si nos enfrentamos a un escáner entonces sigue siendo mejor culpar a los duendes —argumenté con la misma seriedad, como si fuese una cosa de vida o muerte.

    Por otro lado, a la pobre Kashya le iban a picar las orejas, ¿no? Mi sorpresa hizo que Anna asintiera con los ojos bien abiertos, así que debía insistir en esto de que cualquiera diría que se había pegado la lotería viendo nuestras reacciones, la pobre chiquilla solo era seria que daba gusto y aquí estábamos nosotros, viendo el choque del puño como un milagro. Kashya chocara puñitos o no, Anna siguió al tema de la guitarra y tuve que tragarme la risa al ver que la criatura lo había entendido de otra manera.

    No tenía intenciones de pedirle clases de guitarra a Ishi, ya me había rendido con los instrumentos, pero me quedé esperando por si a ella se le oxigenaba la neurona. Sucedió con algo de retraso, pero apenas se dio cuenta una sonrisa ligeramente divertida me alcanzó los labios y la modulé con mucha fuerza de voluntad al ver que se quedaba atorada al decirme que también podía pedírselo a él.

    —El martes lo escuché tocar en el patio norte, también estaba cantando con Morgan —dije regresando la mirada al frente, aunque la sonrisa no se me quitó del rostro. Me ahorré la parte de por qué había terminado allí, de momento no importaba mucho—. Así que no te salvas, no.

    Ya cuando íbamos subiendo fue que soltó lo de Sasha, dijo que Mason había sido compañero suyo en el campamento y traté de recordar los nombres en los demás grupos, pero solo pude alcanzar algunos. En todo caso, asentí con la cabeza cuando ella preguntó lo de Shimizu, porque sabía que sonaba inverosímil, y luego presté la atención que requería el asunto.

    Suspiré de forma audible cuando dijo que estaba escondiéndose en la enfermería, que al parecer tenía problemas en el trabajo y no quería ver a alguien; la cosa era tan abstracta que no tenía sentido. Dijo dos días, ¿no? Estábamos viernes... jueves, miércoles, ¿Cayden sí habló con ella el martes? ¿Pero qué tenía una cosa que ver con la otra de todas formas?

    No me di cuenta que había relentizado un poco los pasos, como si de repente ya no pudiera pensar y andar al mismo tiempo, y asentí cuando la escuché mencionar lo de que quedarse solo no hacía bien. Pasara lo que pasara, lo cierto era que Arata no podía estar con ella y Mason no sabía nada, o no estaría sentado tan pancho en clase. Anna se lo había contado a Hodges y ahora me lo contaba a mí, preguntándome directamente qué pensaba, si debería dejarlo estar o no. Puede que ella misma ya tuviera la respuesta, porque de hecho había tenido que hacer un balance incluso más pesado al elegir darle el empujón a Jez en mi dirección.

    —Verás... El martes la directora mandó a Arata a casa, el imbécil tiene un desastre encima y llegó aquí apestando a alcohol, borracho todavía diría yo. No vino el miércoles, asumo que tampoco ayer y no tengo ni idea de si vendrá hoy, Cayden le habrá contado a Sasha. Mason casi nunca falta a clases, así que el escondite de ella... bueno, podemos decir que sí sirvió en cierta medida —comencé a decir luego de darle vueltas un rato al asunto y me rasqué la nuca un momento antes de buscar su mirada—. Todos somos igual de cabezones, ¿no es así? Y nos empeñamos como estúpidos en no dejarnos alcanzar, quizás porque el problema no tiene remedio inmediato, no tiene arreglo del todo o solo porque... porque somos idiotas asumo, da igual.

    Tomé aire antes de seguir hilando ideas, porque en sí no tenía suficientes datos para dar una respuesta demasiado fundamentada. Todo lo que tenía era mi propia estupidez y quizás allí estuviera la respuesta, porque justo recordé a Dunn diciendo sin una pizca de duda en la voz que Arata amaba a Sasha. No sabía mucho de Mason, pero podía aplicar igual, después de todo no parecía relacionarse mucho con nadie más al menos en nuestra clase.

    —Podemos negociar tu posible ejecución con más caramelos si fuese necesario —solté para balancear un poco el asunto que de repente sonaba pesado que te cagas—. Tal vez no sea bueno solo dejarlo así, no si se está escondiendo a conciencia y las personas que se preocupan por ella no saben nada. Nada bueno sale de eso, ¿cierto? Lo sabemos bien.
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master sixteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    7,204
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Kakeru 2.png

    Manson rechazó mi idea con un argumento bastante coherente y el comentario posterior junto al vistazo me arrancaron una risa ligera. Suponía que ella podía adelantarse mientras yo iba a la máquina, al menos para llevarle una botella de agua a la señora. Comenzaba a hacer calor y había venido hasta aquí, me parecía adecuado de nuestra parte procurar que, al menos, no tuviera sed. Además tendría que estar hablando y, no sabía ella, pero yo de estar en su lugar me pondría nervioso. Los nervios secaban la garganta.

    Aún así asentí. Nada quitaba que fuera a la máquina dos veces, ¿verdad?

    —Zumito de recompensa por un trabajo hecho, suena bien —acordé, con gracia.

    Íbamos bajando cuando confesó haber visto videos al prepararse para la entrevista, o al menos a mí me sonó a confesión. O en mi caso lo habría sido. La miré con las cejas alzadas, modulé la sorpresa y abrí el cuaderno que hasta ahora había llevado bajo el brazo, buscando la página correcta. Anna siempre se había reído de mi letra, decía que parecía de niño y que le causaba ternura. Era algo desprolija y muchas veces me quedaban las oraciones chuecas, pero era lo que había. Nunca había podido mejorarla.

    —Ayer anoté algunas cosas que se me ocurrieron, como... —Entrecerré apenas los ojos, por costumbre más que nada—. Qué la impulsó a dedicarse a la escritura, si se dedica a la ficción o escribe otro tipo de contenido, y si es ficción, qué géneros le atraen más. Pensé que también podíamos preguntarle como lectora. —Busqué mirarla—. No hay ningún escritor que primero no haya sido lector, ¿verdad? Probablemente eso se enlace a la primera pregunta, sobre sus motivos para escribir, pero se me ocurrió que podía ser una pregunta... ¿menos obvia?

    Bajé ligeramente el cuaderno y se me escapó una risa breve.

    —El plan B es preguntarle su color favorito —bromeé, y busqué sus ojos—. ¿Qué videos viste?
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Adorable Adorable x 1
  3.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,211
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Laila.png

    Tenía que reconocer que andaba perdida en el espacio con el proyecto, no iba a saltar a defenderme a mí misma en lo absoluto, y solo me puse a rezar para que todos estuviéramos igual. No me gustaba ser tan irresponsable, pero tampoco me sentía del todo bien todavía y había postergado y postergado el asunto hasta que el viernes llegó, y lo postergué un día más.

    Cuando salí lo hice con intenciones de ir a pasar el receso en cualquier parte que no fuese el salón, pero afuera estaban Jez y Vero yendo hacia mi clase así que hice dos más dos. Debía admitir que una parte de la idea me atravesó el pecho de nervios, fue involuntario e ilógico, pero traté de modularlo y me puse a bromear para tratar de no pensar demasiado en ello. Eran ellas, ¿a qué se supone que le tenía miedo?

    Mientras bajábamos al segundo piso el cuerpo se me reguló gradualmente, me acoplé a los pasos de las chicas y recibí el abrazo que me dio Vero, cerrando los ojos un instante. En casa estaba Richard, adaptándose a la misma ansiedad que yo, mi hermanastro se había subido al bote desgraciado que significaba no poder regularnos a nosotros mismos y papá trataba de no empeorarlo todo, pero algo se había quebrado en su relación. La fractura tensaba todo el espacio y aquí, en la escuela, veía los huecos de las personas que había querido. Solo quedaba Jez, inamovible, la eterna y paciente Jez.

    Recordé la bendición de Vero del otro día un poco de repente, así que se la agradecí porque me había parecido algo muy dulce de su parte, aunque eso significó confusión para Jez que buscó saber a qué me refería. La muchacha explicó entonces la Bendición de Verito, ante la cual Jez la miró bastante atónita como si de repente le estuvieran explicando un ritual ancestral con el que trascender al mismísimo Nirvana.

    Dijo que nos haría una demostración, así que ambas nos dejamos hacer y seguimos sus movimientos cuando se inclinó para besar los dorsos de nuestras manos. Hubo algo de solemne en el asunto, pero también, así como el otro día, percibí en él muchísimo cariño. El afecto de esta muchacha era fácil de ganar, pero eso no le quitaba crédito, pues era transparente y fuerte, como la corriente de un río.

    Noté que cuando Vero dijo lo de los besos en la mejilla Jez sonrió con mucha dulzura, también pareció extrañamente aliviada pues la chica había seguido hablando sobre cómo era una forma de estar con nosotras, incluso a la distancia. La escuché respirar, fue un suspiro liviano, y antes de que pudiéramos continuar nuestro camino hacia el dojo Jez estiró la mano que Verónica había besado, la posó en su mejilla y se inclinó para dejarle un beso en la contraria. La trató con gran cariño, como siempre.

    —Ahora tú tienes una Bendición de Jez —dijo sin alzar mucho la voz, sonriendo al regresarle su espacio, y al seguir andando volvió a enredarse a su brazo—. Para que tu vida esté llena de luz y cariño.

    Escucharla me hizo reír por lo bajo, el gesto no cargó ni una pizca de burla, y retomé la marcha junto a ellas una vez más. Me alegraba que Jez hubiera conocido a esta chica, porque sabía que yo no era lo que se dice la mejor de sus amigas, Sonnen era complicado en sí y a veces Jez, en su intento por alcanzar a todos, también descuidaba un poco a los que creía que podían medio sostenerse por sí mismos. Verónica era la que no requería de su sostén, pero también la que aceptaba su cariño sin filtros de ninguna clase. Quizás no lo supiera, pero eso le brindaba paz.

    —¿Habrá también una Bendición de Laila? —tonteé al aire, junto a una risa—. ¿Se imaginan recibir tres bendiciones en un día?


    a sus órdenes, compadre

    hay que admitir que la bendición de Verito tiene justamente esas vibes JAJAJAJA ahora solo falta que alguien las vea, como Kato
     
    • Adorable Adorable x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso