Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Gigi Blanche, 23 Junio 2021.

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    [Zona de acampada]

    En si disfrutaba molestar a Fiorella en algunas ocasiones aunque a veces ella reaccionara de otra forma, bueno supongo que era por que la desequilibraba o que se yo que era, aunque siempre me preguntaba por que no le respondía de la misma manera a su hermana cuando se encargaba de hacerle la vida cuadritos. Ya había terminado de comer así que simplemente mire a mi alrededor cuando Kohaku hablo. Arquee una ceja al escuchar lo que dijo, note como Fiorella le sonreía y en el proceso le respondía ante de que yo me dignara hacerlo.

    —Creo que esa pregunta le ofende Kohaku —su voz había sonado en modo de broma—. Y si no te responde es por que lo esta pensando.

    Entrecerré mis ojos hacia ella sin decirle nada, para después alzar mi vista hacia el.

    —¿Santuario Yasukuni? Vivo en Chiyoda también pero no lo conozco así que si, —alce levemente mis hombros—. A tus padres no les molesta pues me gustaría fotografiarlo, mejor dicho a mi me gusta fotografiar de todo así que no hay problema.

    Con eso mire los plantos de cada uno.

    —¿Que les gustaría hacer después de que terminen de comer?.

    Fiorella alzo su mirada para verme.

    —No lo se cualquier cosa que ustedes digan ningún problema para mi.
     
    Última edición: 11 Septiembre 2023
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    Emily 3.png
    [Zona de acampada]

    Me había preparado mentalmente para casi cualquier reacción posible por parte de Anna, desde la posibilidad de que rechazase mi compañía hasta la de que simplemente ignorase mi presencia; para la que menos me había preparado de todas, posiblemente, fue justamente para la que recibí. Su mirada chocó con la mía apenas me dejé caer a su lado sobre el banco, haciéndome apretar los labios con cierta fuerza al ver sus ojos irritados, y apenas terminé de hablar, ella volvió a sollozar de manera desconsolada.

    Fue su disculpa la que me pilló desprevenida, para ser completamente honesta. No era porque pensase que Anna no era del tipo de persona de pedir perdón, porque sabía que más bien era todo lo contrario, pero suponía que había dejado tan de lado aquel pseudo-conflicto al verla llorando que ni siquiera me imaginé que ella sí se acordaría. Si me paraba a pensarlo un segundo, seguramente llegaría a entender que lo hiciese y que quisiese disculparse por ello, pero en aquellos momentos lo único que realmente pude pensar es que no merecía la pena.

    —Hey, no pasa nada, cielo... —murmuré, echándome hacia delante para rodearla con mis brazos—. Yo también lo siento, tenía que haber tenido más tacto —seguí hablando en voz baja, casi en un arrullo, y le deje un beso sobre el cabello antes de apoyar la mejilla en el mismo lugar—. ¿Quieres hablar de ello, solo desahogarte o hacer otra cosa para distraernos? Lo que tú quieras, ¿hm?

    Y EMI A TI Y A ANNA *more ugly crying*
     
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    Gigi Blanche

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    Kakeru 2.png
    [Bosque #5]

    Con la linterna de regreso finalmente, el regreso a la playa transcurrió sin altercados. Desactivé la luz apenas alcanzamos la zona iluminada por la luna, donde ya había congregadas un par de personas, y me acerqué al centro del espacio para dejar caer las ramas. Solté el aire con cierta pesadez, aliviado por deshacerme de aquel peso, y al erguirme noté que el grupito de Wickham y Welsh tenía la atención puesta sobre nosotros. Estaban junto a otra muchacha rubia que no ubicaba.

    —¡Vaya! ¿Ya habían ido a buscar leña? —Joey caminó hasta nosotros, muy sonriente—. Hicieron el trabajo de Dios. ¿Hmm? ¿Y eso?

    Había reparado en la botella que tenía Verónica encima. Preferí dejarle espacio a ella para que explicara la situación y paseé la vista por el lugar. La muchacha rubia de cabello corto hizo lo mismo y verbalizó antes que yo mis propios pensamientos.

    —¿No eran tres?

    —¿Jack no regresó todavía? —pregunté hacia Welsh, confundido y algo preocupado.


    te etiqueto Amane as well cuz asumí un par de cositas

    Kohaku 4.png
    [Zona de acampada]

    La respuesta de Adara tardó un poco, cosa que no me molestó de ninguna forma. Dijo que también vivía en Chiyoda pero que no ubicaba el Yasukuni, cosa que... bueno, me llamó un poco la atención.

    —¿Vives hace poco aquí, Makris-san? —indagué, considerando que era una opción viable, y le sonreí buscando tranquilizarla al mencionar a mis padres—. No te preocupes, si hay algo a lo que están habituados es a ver gente sacando fotos. En tanto no lo hagas adentro de casa, claro. —Me reí e intercalé la mirada entre ambas, deteniéndome un par de segundos extra en Fiorella—. Pueden venir cuando gusten, estaré encantado de recibirlas.

    Entre tanto seguimos comiendo hasta que por fin finalizamos la cena. Había logrado despejarme del mal trago del humedal, la verdad, cosa que me alegraba y, en parte, le agradecía a ambas.

    —Yo iré un rato a mi tienda —avisé, tranquilo—. Querría descansar un poco. ¿Quizá luego nos veamos por ahí? Ya saben lo que dicen: la noche es joven.

    Así, pues, nos despedimos y tomamos caminos separados.


    Anna 5.png
    [Zona de acampada]

    Sentí los brazos de Emily rodeándome por encima de la pequeña cúpula que había fabricado, esa que pretendía aislarme del resto del mundo. Me daba vergüenza montarme semejante escenita en medio del camping y me sentía culpable por depender de Emi incluso luego de lo que había ocurrido, pero no me quedaba coraje para estar sola. Realmente no quería.

    Mi cuerpo seguía algo reacio a ceder ante el contacto pero tampoco la aparté. Ella me dejó un beso en el cabello y me esforcé por tragarme la nueva correntada de lágrimas que quiso aparecer. Ya no era tanto por lo de Hubert y Bleke, lo sabía, si acaso eso sólo había servido de detonante. Era Kakeru. Estaba llorando como una chiquilla, igual que ayer, en el Jardín Botánico.

    —¿Podemos ir a tu tienda? —pedí en voz baja, despegándome por fin las manos del rostro pero sin atreverme a alzar la vista.

    Observé la bandeja con la cena a medio comer y sorbí por la nariz, suspirando después. Emi se ofreció a regresarla por mí y la verdad era que no me apetecía recorrer medio campamento con esta cara de velorio, así que le agradecí en voz baja y me dirigí directamente a su carpa. En el camino no pude evitar mirar un poco alrededor, puede que con una suerte de esperanza algo ambigua que, de todos modos, no encontró lugar donde asentarse.

    Me colé en la tienda y me senté al centro, abrazándome las piernas. Allí adentro me sentía más tranquila, más cómoda, y por fin pude dejar de llorar. Ahora sólo quedaba esperar a Emily.
     
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    Bruno TDF

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    [Bosque #5]

    Seguí al chico hasta un sitio que parecía ser el punto central de la playa y ahí continué imitando sus movimientos: en donde él dejó caer las ramas, yo me ocupé de vaciar con rapidez los bolsillos, sin abandonar el agarre de la botella de ron. Así, la hojarasca se desparramó junto a mi calzado como si fuera una lluvia de naturaleza y, con movimientos de pie, la amontoné a un costado de la madera hasta formar una aceptable montañita de hojas secas. Eché una breve mirada al producto de nuestro trabajo, bastante satisfecha por la cantidad recolectada. Sentía que habíamos cumplido muy bien con nuestra labor. Pero a decir verdad, también me hubiera gustado encargarme de las ramas o del tronco, aquello habría supuesto un buen entrenamiento para los brazos.

    El chico de la mochila era, tal como había sospechado, el mismísimo Sir Joey. Se acercó hasta nosotros con una sonrisa amplia que se me contagió, y asentí con suavidad cuando preguntó lo de la leña. Noté que sus ojos se fijaron en mi dirección.

    —Oh, ¿esto? —alcé la botella para dejarla a la altura de sus ojos, mientras que Fuji paseaba la vista por el lugar— Es un ron que encontramos escondido en unos arbustos del bosque. Parece viejito y viene con una nota, pero no se puede leer del todo.

    Entonces, la chica de oscuros ojos celestes lanzó otro interrogante al aire. Escucharla hizo que mi sonrisa se achicara y me girara en su dirección, visiblemente desconcertada. Esta vez fui yo la que recorrió la playa con la mirada, sólo para reparar en lo que Fuji puso en palabras después.

    ¿Jackie no había llegado? Eso no podía ser posible, él comenzó el regreso antes que nosotros, y eso que Fuji y yo nos quedamos un ratito atrapados en la oscuridad. No había forma de que no estuviese presente en el lugar, pero eso fue lo que confirmé tras insistir con un segundo vistazo a nuestro alrededor. Mi sonrisa se desdibujó por completo y también me quedé mirando a Ali, con la expectativa de que supiera algo sobre el grandote del grupo.
     
    Última edición: 13 Septiembre 2023
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    Reual Nathan Onyrian

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    [Bosque #5]

    ¿Dónde estaba? No tenía ni la más pálida idea.

    Pensé que había tomado el mismo camino de ida, pero en algún lado debo haber dado una vuelta errónea, o lo que fuera, porque no tenía ni la más puñetera idea de donde estaba. A decir verdad, todo el bosque se me hacía extremadamente parecido. Y estaba haciendo un esfuerzo monumental por no pensar que todo a mis espaldas estaba envuelto en una oscuridad absoluta, en la cual se podían encontrar monstruos con palas, ardillas, y vaya uno a saber que otros horrores más.

    Me frené, decidido a sacar el mapa que aún tenía en el bolsillo, y que el papá de Kiki me había marcado. Era horrible leyendo mapas, y la verdad es que de por sí no sabía ni donde estaba para empezar, por lo que ubicarme iba a ser complicado. Pero bueno, tal vez me diera un poco de paz mental simular que estaba intentando remediar mi situación. Dejé el tronco a un costado, desplegué el mapa como pude, lo iluminé con mi linterna... y todo se puso a oscuras.

    La risa nerviosa que solté debió haber sido similar a la de una hiena, y retumbó por todos mis alrededores. Después de unos segundos de parálisis, en el cual sentía como mi ira iba creciendo de a poco, comencé a despotricar en una extraña mezcla entre inglés y alemán, mientras golpeaba mi celular para intentar que volviera a prenderse, miraba por encima de mi hombro nervioso hacia la oscuridad que me engullía, y alzaba los brazos expresando mi obvia frustración ante las dificultades que se me presentaban. Básicamente, estaba en una situación de mierda.

    En un momento repentino, escuché como algo se deslizaba por las ramas de los árboles, y alcé la mirada; al completo vicio, ya que no veía nada. En ese momento, mi celular volvió a la vida, y por tarado bajé los ojos, en el momento en el cual la linterna se prendía. Eso me cegó, por lo que comencé a trastabillar, y otra vez, me topé con el tronco. Caí de bruces al suelo, entre un montón de arbustos. Me quedé allí unos segundos, contemplando mi vida, intentando repasar todo lo que había hecho para ver si de verdad me merecía todo esto, o si había alguna especie de entidad cósmica que se las había jurado conmigo.

    Me levanté, y escuché el sonido de la tela al rasgarse. Tanteé mi estómago, y efectivamente, mi remera se había roto. No era un hueco grande, y todavía el pedazo de tela colgaba de la prenda, por lo que podía coserse, pero por todo lo que era santo, ¿algo más iba a pasarme?

    Como escuchando mis plegarias, una ardilla apareció en el árbol más cercano a mí, a la altura de mis ojos.

    — Ah, bollocks...

    ***

    Me materialicé en la playa, cargando aún con el tronco sobre el hombro, el pelo cubierto de hojas y ramitas, la cara llena de rasguños, y la remera rota. Me dirigí hacia donde Vero y Kakeru habían puesto el resto de los materiales, dejé caer el tronco de manera pesada al lado, y fui directamente hacia donde el grupo se encontraba reunido. Miré a Joey fijamente, con unos ojos que demostraban que ya no quedaba nada dentro de mi cuerpo. No era más que una cárcara vacía.

    Hallo —fue lo único que dije, y le arrebaté las dos botellas que tenía en la mano.

    Volví arrastrando los pies hasta el tronco, me senté, crucé las piernas, y abrí una de las botellas con los dientes. Escupí la tapa a un lado, me bajé la mitad del contenido de un sopetón, y solté un suspiro de alivio. Limpié la zona donde se iba a hacer la fogata, puse el tronco al medio, acomodé las ramas, dejando un montoncito a un costado, y luego tomé la otra botella. La abrí usando el celular, y vacié el contenido sobre las ramas. Saqué mi encendedor, tomé una hoja seca, la prendí fuego, me la quedé observando unos segundos, mientras se consumía, y luego la arrojé a la pila. Repetí el proceso un par de veces más, también usando el encendedor directamente sobre los palos embebidos en alcohol, para que agarraran una buena llama.

    Me quedé observando como la fogata crecía lentamente, con la mirada vacía, cada tanto tomando un trago de la botella que quedaba. Una ardilla trepó por mi hombro, y giré lentamente la cabeza, observándola sin ningún interés en el mundo.

    De faq ye want, ye gobshite? —pregunté, con un acento irlandés que dolía. Le ofrecí la botella.— Ye want some juice?

    El animalito no contestó. Obviamente no podía, era una ardilla. Aunque a estas alturas, no me hubiera sorprendido para nada. Simplemente se quedó mirándome con aquellos ojitos oscuros, mientras movía de manera nerviosa la nariz.

    Yo lancé un gruñido, me encogí de hombros, y le di otro trago a la bebida, mientras mis ojos seguían pendientes del fuego. Con tan solo unas ascuas, y muchas de mis problemas se solucionarían. Unas ramas encendidas, que alguien se olvidara por ahí...
     
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    [Zona de acampada]

    Escuché la pregunta de Kohaku después de haberle respondido que vivía en Chiyoda pero no conocía el Santuario Yakusuni, y para ser sincera no lo ubicaba de nada y tampoco es que salía mucho de casa, prefería estar en mi cuarto leyendo o en el cuarto oscuro mirando las fotografías que siempre tomaba después de salir de clases.

    —Entre si y no —mire a Fiore de reojo—. Vivía en Minato con mi Nana ya que mi papá no vivía aquí en Tokyo, y tampoco esque salga full de casa.

    Después de decir eso, el mencionó lo que no había problema con sus padres y extendió la invitación a Fiorella también, ella solo se limitó a mirarlo por unos momentos para después asentir en poco. No duró mucho hasta que por fin terminaron de comer, Fiorella recogió su pelo hacia sus hombros y en eso Kohaku dijo que iría un rato a su tienda a descansar las dos lo miramos y asintimos cuando ya nos habíamos levantado de la mesa.

    —Fue un gusto conocerte Kohaku —termine de mencionar.

    Con eso mire a Fiorella antes, de caminar sepa yo hacía donde nos dirigimos pero terminamos en la playa, en poco cogí una moña para recogerme el cabello en una coleta.

    —¿Entonces como te fue en la prueba de valor?.

    La mire.

    —Puedo decir que bien aún que la historia del niño me hizo recordar a —callo por un momento.

    —¿A tus padres? —asintio—. Aún te sientes culpable¿no?.

    —No puedo simplemente no hacerlo Ada, no es fácil ver cómo tú familia se te va encontra por algo que ni siquiera sabías que sucedería —respiro—. Era una niña por favor.

    —Pero ellos no entienden eso ¿no? —asintio mirando el piso.

    No murmure nada y ella tampoco, no quería agobiarla sabiendo lo que eso causaba en ella y aún peor sabiendo lo que pasaba conmigo, así seguimos caminando en silencio.

    Holis Gigi Blanche por aquí te dejo a las niñas, como habíamos quedado uwu. Espero no sentirme colada?)
     
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    Amane

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    [Bosque #5]

    No mucho después de haberme acoplado a Joey, los desaparecidos en combate hicieron acto de presencia; o bueno, casi todos. Vero y Kakeru llegaron a la vez, de Jack no había ni rastro, y por mi parte me encogí ligeramente de hombros cuando el muchacho preguntó sobre eso, negando un par de veces con la cabeza después. Pude ver de reojo a Alethea acercándose a nosotros con una ligera chispa de preocupación en el rostro, aunque personalmente no creía que hubiese demasiado por lo que temer, y en su lugar decidí ir donde Verónica para observar mejor la botella que decían haber encontrado.

    Leí la nota que había colgada del cuello de la botella, y fue inevitable, una carcajada bastante sonora se me escapó de los labios cuando pude procesar del todo el nombre que aparecía como propietario de la botella. Seriously, what were the odds... Me erguí con la sonrisa plantada sobre los labios, girándome sobre los talones para poder dirigirme a Joey, pero me vi interrumpida antes de siquiera llegar a abrir la boca para hablar. Jackie hizo su aparición estelar, montándose una escena que me quedé mirando con el ceño fruncido hasta que tuvo el valor de desperdiciar una botella entera de alcohol con su acto, lo que por supuesto me hizo abrir la boca en clara muestra de indignación antes de acercarme a él para cogerlo de la sudadera y obligarlo a mirarme.

    —Jack Atkinson, I swear to God, como vuelvas a derrochar alcohol así delante de mis narices, I'm gonna literally murder you. Y me da igual lo que sea que te haya pasado para que estés así, te lo juro. Also, ¿qué coño te ha pasado? —aquello último lo dije soltándole la prenda, suavizando apenas el tono de voz mientras lo repasaba con la mirada y el ceño fruncido una vez más.

    Emily 3.png
    [Bosque #5]

    Anna me aceptó en su espacio a pesar de todo, acción que decidí tomarme como buena señal dentro de todo aquel pequeño desastre. La chica me preguntó su podíamos ir a mi tienda, a lo que por supuesto asentí sin ninguna clase de dudas; al fin y al cabo, mi ofrecimiento anterior de las galletas había tenido es como objetivo, poder resguardarnos en un lugar más privado. También me di cuenta de que su atención se fue rápidamente a la bandeja de comida y ni siquiera necesité demasiado para entender la situación, por lo que tampoco tuve mayor problema en ofrecerme a llevarlo todo mientras ella iba a la tienda.

    Me quedé un par de segundos extras atrás, siguiendo a la muchacha con la mirada para asegurarme de que llegaba bien a mi tienda, y después dejé escapar un suspiro de nada mientras empezaba a recoger lo que habíamos dejado sobre la mesa. Antes de llevar las bandejas a su sitio, aproveché para darle un par de bocados a lo que había cogido para mí, y fue cuando estaba devolviendo los platos que se me ocurrió algo que quizás podría ayudarnos a sobrellevar aquella noche un poquito más fácilmente; dejé todo donde correspondía, pues, y me dirigía hacia el Bosque Cinco.

    Quizás no fuese la manera más sana de lidiar con nada, ¿pero qué tanto mal podría llegar a hacer, realmente?

    No fue muy difícil dar con el punto de reunión de la fiesta, con la cantidad de personas que ya parecían haber llegado a la misma, y a pesar de la vergüenza inicial que sentí por aparecer de la nada (encima cuando parecían estar teniendo alguna especie de momento que no entendía del todo), hice todo lo posible por recuperar la compostura con rapidez y no permitir que se me notase demasiado. Barrí con la vista el espacio, hasta dar con Joey y la obvia mochila que llevaba a sus espaldas; me acerqué a su posición al instante, apenas saludando al resto de pasada al hacerlo.

    —Buenas noches, senpai —murmuré una vez estuve a su lado, llevándome las manos a la espalda para intentar esconder los nervios que de todas formas me habían vuelto al plantarme ahí—. Uhm... esto... ¿puedo pedirte un favor...?
     
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    Gigi Blanche

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    Joey 4.png

    Los eventos se habían apilado con un particular sentido del humor, diría yo, y me dejó encantado la idea de que, incluso en un plan tan aparentemente inofensivo como este, las cosas pudieran tornarse impredecibles. Me había retrasado por estar recolectando el alcohol y evadiendo a los profesores, al llegar a la playa noté que ya había algunas personas; entre ellas, Bleke y su ¿amigo? Poco después aparecieron loner y la princesita blanca. Mi atención se la llevó la botella que la niña llevaba encima, pero pronto advirtieron la ausencia de Jack y ¡sorpresa, sorpresa! El grandulón apareció.

    Oí un ruido a mi costado y me volteé, dispuesto a saludarlo con energía tras reconocerlo, pero mi intención quedó a mitad de camino al ver su aspecto. Tenía pinta de... náufrago. O que se había perdido dentro del bosque en otra línea temporal y el universo lo había escupido aquí, veinte años después. Lo seguí con la mirada. Dejó caer el tronco junto al resto de la leña, en silencio, y entonces me clavó los ojos encima. Por una fracción de segundo me pregunté si debería salir corriendo.

    Permanecí quieto, sin embargo, y me quedé con el saludo en la boca al arrebatarme él las dos botellas que tenía. Me miré las manos, vacías, y luego compartí un vistazo con el resto del grupo. Ni siquiera pude detenerlo cuando comenzó a derrochar el precioso, invaluable vodka sobre la leña. Acabé por suspirar, resignado, y desvié la mirada para ya no atormentarme con tan horripilante escena. Fujiwara permaneció junto a su princesita y Bleke se inclinó hacia mí, de por sí a mi lado.

    —¿Le dirás algo? —inquirió, no en tono de reproche, sino con genuina curiosidad.

    Chasqueé la lengua suavemente y, cuando empecé a responderle, ya Alisha se había puesto en marcha hacia él.

    Not precisely my job.

    No estaba exactamente enfadado con Jack, más bien... no era del tipo sentimental y ya. Me alejé un poco para dejar la mochila (lejos del grandulón, de preferencia) y estaba en eso cuando oí un par de voces cerca de mi posición. Me erguí, husmeando entre los árboles, y mi expresión se iluminó al advertir que se trataba de dos chicas. ¡Este era, precisamente, mi trabajo! Avancé hasta interrumpir su trayecto, puede que mi aparición fuera algo repentina pero me aseguré de sonreírles con suavidad.

    —Señoritas —saludé, caballeroso, haciendo una leve inclinación—, han llegado al lugar correcto~ May I?

    Hice una seña hacia la playa con movimientos amplios y las escolté. Estaba por explicarles el motivo de la reunión cuando una tercera chica se materializó a mi lado. A ver, a ver, si no sería mi día de suerte~ Mi sonrisa se iluminó tras reconocer a Emily y la saludé muy alegre. ¿Un favor? ¿Qué podía ser? Encima se veía tan nerviosilla al pedirlo, poor thing.

    —¿Hmm? ¿Un favor, dices? —me incliné hacia ella, como si no la hubiera oído, y bajé el tono para hablar con suavidad, cerca de su rostro—. Pero claro~ Lo que sea por Emi-chan. ¿Qué necesitas, linda?


    uff, tuve que sincronizar muchas cosas así que perdón si algo quedó raro o asumí alguna cosa, i did my best uwu7
     
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    Bruno TDF

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    [Bosque #5]

    Ali se encogió de hombros, pero no se la notó especialmente preocupada por el paradero de Jackie. Su actitud me dejó un poco descolocada en un comienzo, pero tan pronto como me desconcerté, deposité mi confianza en que la chica se mostraba así de relajada porque sabía que no debíamos temer por la seguridad del chico. En cambio se inclinó sobre la botella en mis manos para leer la nota y la risa que dejó escapar me llenó de curiosidad, porque me pareció que sabía algo que nosotros no… Le devolví la sonrisita que mostró, pero no llegué a preguntarle qué era tan divertido porque el dichoso grandulón emergió del bosque, luego de minutos de hondo suspenso…

    No supe si sentirme aliviada o más preocupada.

    Nos encontrábamos cerca de Sir Joey para cuando Jackie se le acercó con la cabeza cubierta de ramitas y hojas. Tenía una cara que pareció asustar a Copito, pues el gorrión abandonó el hombro de Fuji para posarse sobre el mío, pegándose tanto a mi cuello que me hizo cosquillas con sus blancas plumas. Por mi parte, reparé con algo de preocupación en los arañazos de su rostro, se lo veía muy lastimado. ¿Qué le había pasado? Pregunta que también quedó en el aire porque el grandote se apoderó de las botellas de Sir Joey para luego alejarse y usarlas en el encendido de la fogata. Ay, era una pena por el alcohol. ¡Aunque…! Me alegraba que por fin tuviéramos un fuego alrededor del cual sentarnos, más allá de que su encendido hubiera sido un poco… ¿tenebroso?

    Pero mi preocupación era mayor. Mi “pulso cuidador” latía. Con un escueto “¿Me la cuidas un momentito?”, dejé la botella de ron en manos de Fuji. De igual forma, mostré una sonrisa de disculpas a la chica de corto cabello rubio, también hacia a la muchacha celeste y el señorito del pelo oscuro, que se habían acercado con caritas preocupadas. Nuestra presentación debería esperar un poco más. Tras todo esto, me acerqué hasta Ali y Jackie, mientras Sir Joey se iba en otra dirección que no llegué a ver.

    Llegué a escuchar las palabras tiernamente amenazadoras de Ali para cuando los alcancé junto a la fogata. Copito se movía inquieto sobre mi hombro, pero algo en el pajarito pareció relajarse cuando notó que sobre el hombro de Jackie había una ardilla, tan adorable que estuvo a punto de derretir mi corazón. Carraspeé antes de intervenir:

    —Jackie tuvo un par de accidentes mientras buscábamos las cosas para la fogata —respondí a la pregunta de Ali—, así que le dijimos que volviese antes que nosotros para evitar mayores daños, total ya había encontrado el tronco como todo un campeón —añadí con énfasis.

    Luego me puse de rodillas a un lado de Jackie. El fuego se reflejaba en sus ojos tan peculiares. Pero su mirada estaba como perdida. Eran los ojos de quien había perdido el sentido de su sendero, como un artista marcial que ya no sabe por qué está luchando... O quizá ya le hizo efecto el alcohol, ¡se había bebido media botella! Jackie no paraba de fascinarme.

    Me pareció ver que uno de los arañazos en su rostro era más profundo que los demás, justo en su mejilla. Parecía estar a punto de sangrar. Así que del bosillo de mis shorts saqué una curita, elemento que solía llevar encima por si me lastimaba entrenando. Saqué la tirita de su paquete, quité los papelitos que protegían la zona adhesiva. Y sin ningún tipo de pudor, porque era así de cofianzuda, coloqué la curita sobre la herida de Jackie. Para asegurarme de que no se despegaría, deslicé mis pulgares sobre su mejilla con suavidad. La palmeé el hombro para llamar su atención, esperando que saliera del trance.

    —Mírame —pedí, buscando sus ojos—. A partir de ahora te voy a vigilar, eh. No quiero que te nos vuelvas a lastimar. Conmigo estarás en buenas manos —le sonreí con plena seguridad en mis palabras.

    Por su parte, Copito en mi hombro y la ardilla en el hombro de Jack... intercambiaban miradas de curiosidad.
     
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    [Bosque #5]

    No creía ser del todo consciente de lo realmente inoportuna que mi llegada al lugar había sido, pero quizás eso fuese lo mejor para todos, porque no podía imaginarme el tener que añadir una preocupación extra por aquello a todo lo que ya de por sí sentía. Más o menos me pude imaginar que había algún tipo de problema por donde estaba Alisha, también me di cuenta de que Kakeru estaba ahí (y me hice una nota mental de hablar con él antes de irme), y aunque me percaté de que Joey ya estaba acompañado cuando yo lo alcancé, eso pasó cuando ya le había soltado lo del favor.

    El chico se inclinó hacia mí justo después de haberle hablado, quedándose tan cerca de mi rostro que me fue prácticamente imposible esconder los nervios extra que me cayeron por esa misma cercanía. Me sonrojé, obviamente, y asentí tímidamente con la cabeza antes de carraspear un poco, pretendiendo parecer más segura de mí misma de lo que realmente estaba. Joey pareció bastante dispuesto a cumplir lo que sea que le quisiera pedir, detalle que me permitió relajar el cuerpo un poquito antes de poder finalmente hablar.

    —Me preguntaba si podías, uhm... ¿darme algo para beber? Algo no muy fuerte, de ser posible. Y no tiene porque ser mucho, sería solo para mí y para Anna... —acabé pidiéndole, todavía hablando en voz bastante baja, y puede (y solo puede) que le hubiera hecho algo de ojitos en el proceso, por si acaso.
     
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    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    [Bosque #5]

    Sentí como una fuerza me tomaba del cuello de la camisa y me zarandeaba. En cualquier otro momento, hubiera tragado saliva y me hubiera puesto pálido del susto al ver el rostro furioso de Alisha. Pero en estos momentos, ni una granja industrial de gallinas en un año podrían llegar a la cantidad de huevos que me chupaba esta situación. Y si bien el alcohol todavía no llegaba a hacerme un mayor efecto, sentía aún el quemazón en la garganta, y de a poco me iba calmando los ánimos. Me había bajado la mitad de la botella de whiskey bien adrede, aunque tal vez pareciera un acto aleatorio surgido de la locura que me estaba generando el bosque. Mejor medio borracho que... como había estado en el bosque.

    — Gracias, aprecio tu empatía, Ali. Ye soothe my bleeding heart —le sonreí sardónicamente, para luego suspirar. Tenía la mirada perdida.— A ver, enumeremos. Dejando absolutamente de lado lo dañádo psicológicamente que estaba por la prueba (eso fue mi culpa, lo admito), me rompieron la cara con una pala, luego me atacó una ardilla, en la cara también. Me pegué fuerte en la canilla, obviamente, como no podía faltar, lo que hizo que me cayera de bruces. Ahí encontré el tronco. Decidimos separarnos con Vero y Kakeru... je, Vero y Kakeru....Kakero —meneé la cabeza.— Decidimos separarnos así volví al campamento y evitaba más desastres. Pero el bosque me la tenía jurada. Mi linterna se apagó de repente, sufrí un pequeño infarto, luego se encendió de improviso, me encandiló, tropecé de vuelta y me caí sobre un montón de arbustos, rasgándome la remera. Y la ardilla volvió. Había probado la sangre, se ve.

    Señalé al animalito que tenía en el hombro, que como toda respuesta, como un rayo, tomó mi dedo y lo mordió.

    Verdammt, Hurensohn! —exclamé, agitando la zona afectada y luego me llevé el dedo a la boca, para intentar frenar la hemorragia.

    En ese momento apareció Vero, sorpresivamente, interviniendo en mi favor. Abrí un poco los ojos, luego pestañeé porque el alcohol y el humo cercano me dificultaban un poco la vista, y pude centrarme en la muchacha. Le dediqué una media sonrisa, pero luego sentí como el corazón se saltaba un latido cuando se arrodilló a mi lado, sacó una curita, y me la aplicó en la mejilla. Ah, y para completar, me pasó el dedo suavemente por la mejilla. Ah, Scheiße. Ya me había pasado en el bosque, y ahora, con el cansancio y el alcohol que tenía encima...

    Sentí un toquecito suave en el hombro, y volví a la realidad. Aunque tal vez hubiera sido mejor seguir perdido en mis pensamientos, porque me encontré directamente con sus ojazos azules. Y su sonrisa. Por Dios, esta chica era un ángel.

    Inspiré bien hondo y exhalé. Levanté las manos, sonriendo de manera calmada, aunque no sabía si intentaba tranquilizarme a mí o a ella.

    — No pasa nada, estoy acostumbrado a golpearme. Supongo que fue... toda la sumatoria. El día la verdad que empezó bien, pero luego fue para peor —me encogí de hombros.— Pero de verdad te agra...

    Me callé al momento que posé mi vista en mis nudillos. Estaban pelados y sangrando. El recuerdo reprimido de lo que había hecho en el bosque, estando solo, volvió a mí. Mi mirada se ensombreció durante un segundo, pero luego chasqueé la lengua, y les dediqué a las dos chicas mi clásica sonrisa divertida.

    — Perdón por lo del alcohol, Ali. Cuando volvamos a casa, voy a conseguirte uno de repuesto. Y gracias Vero, de verdad —me incorporé con un poco de esfuerzo, y me limpié la tierra del pantalón.— Bueno, voy a buscar mi guitarra. La noche está muy tranquila, o más bien, muy tensa. Tenemos que empezar esta pequeña fiesta de alguna manera, ¿no?

    Mientras iba por mi instrumento, busqué con la mirada a Alethea. Me la quedé observando durante unos segundos, por el rabillo del ojo, me frené, como si fuera a decirle algo, luego agité la cabeza, tomé mi guitarra, y me senté en un lugar algo alejado, cerca del lago. Necesitaba un espacio algo apartado del resto, durante un momento. Necesitaba calmarme. Por suerte, me había dejado llevar en el bosque, cuando no había nadie, pero ahora no era momento para dejar llevarme por mis emociones así nomás.

    Miré mis nudillos de vuelta, y suspiré. Con una sonrisa, me dirigí al resto.

    >> Pequeña advertencia. Estoy bastante cerca de cometer una felonía mayor. Así que el que me pida que toque Wonderwall lo voy a tirar de cabeza al lago, ¿de acuerdo?
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Joey 4.png

    La pobre niña se sonrojó, logré notarlo incluso con aquella oscuridad, y pestañeé con calma en lo que aguardaba por su respuesta a mi pregunta. Sabía que mis acciones la ponían nerviosa y también sabía que en el fondo no le desagradaban; era una combinación un poco tentadora, si me preguntaban. ¿Qué esperaba que me pidiera? Absolutamente nada, no tenía idea qué podía querer ella de mí. Y, aún así, cuando lo dijo me resultó más que obvio.

    Eh, eh, ¿qué era ahora? ¿El alcohol delivery guy y ya? Me rompía el corazón~

    —Algo no muy fuerte... —reflexioné, irguiéndome, y le dediqué una sonrisa encantadora—. Espérame aquí, Emi-chan. Tengo justo lo que necesitas.

    Decidí atender a su pedido directamente en vez de invitarlas a la playa por dos simples razones: primero, había mencionado a Hiradaira. Segundo, si había llegado hasta aquí fue porque sabía de la quedada, ¿no? Así que ya había decidido no venir. Una noticia desoladora, por supuesto, pero a veces un hombre tenía que ser fuerte y sobrellevar las circunstancias.

    Fui hasta mi mochila y me acuclillé frente a ella, de espaldas al resto de la gente. Encontré una de las petacas que había rellenado al fondo del bolsillo principal, la abrí y la olfateé para comprobar su contenido. Era vodka con jugo de naranja, pero lo había preparado con los últimos resquicios de la botella y estaba considerablemente más suave que el resto. Había planeado dejarle esta petaca a Blee, la princesita o cualquier otro que pareciera propenso a morir con dos cervezas, pero otra vez: un hombre debía hacer lo que tenía que hacer.

    Regresé junto a Emily y le entregué la petaca luego de un primer amague de pura travesura. Mi sonrisa se mantuvo tranquila y rocé ligeramente su mano en el proceso.

    There you go, pretty. ¿Me prometes que no harán ninguna locura? ¿Que serán niñas buenas y responsables? —Me agaché un poco para quedar a la altura de sus ojos y suavicé el tono—. Si te portas mal, voy a enterarme~
     
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  13.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    [Bosque #5 > Zona de acampada]

    Por supuesto, siempre había existido la posibilidad de que el chico se negase a cumplirme la petición que tenía, pero si debía ser completamente honesta, había dudado desde un inicio de que algo así pudiera pasar con Joey. Aun así, le sonreí agradecida, y también algo emocionada, en cuanto dijo que tenía justo lo que necesitaba, por lo que no tuve demasiado problema en quedarme esperando bien quietecita en el sitio, así como él me había pedido que hiciese. El chico volvió después de un rato, extendiéndome una petaca que solo conseguí agarrar al segundo intento (con los mofletes inflados después de haber fallado a la primera, claro), y murmuré un 'muchas gracias' bajito antes de escucharlo hablar de nuevo.

    —Uhm... no suenas muy amenazante, senpai —solté junto a una risilla ligera, entre divertida y todavía algo avergonzada—. Pero prometo que nos portaremos bien, no te preocupes. Os diría lo mismo a vosotros, pero sé que va a caer en saco roto...

    Mantuve la sonrisa en todo momento, sin embargo, porque quería que supiese que aquello último lo había dicho de broma. Después, y a pesar de haber dudado bastante en un inicio, me estiré hacia delante y aproveché la cercanía del chico para darle un beso en la comisura de los labios; no me supe decidir entre la mejilla o los labios, quedándome al final a medio camino de ambas. Le sonreí una última vez, nuevamente más avergonzada que otra cosa, y me alejé hacia Kakeru para murmurarle que todo iba a estar bien (y pedirle que disfrutase de la fiesta, ya que estaba ahí) antes de alejarme del bosque en dirección a la zona de acampada.

    Escondí la petaca en mi chaqueta, aunque dudaba que algún profesor fuese a darse cuenta de nada, y me dirigí a paso acelerado a mi tienda de campaña, encontrando a Anna ya dentro de la misma. Le dediqué una sonrisa pequeña, de saludo y de disculpa al mismo tiempo, y me dejé caer a su lado mientras sacaba la petaca para dejarla en el suelo, frente a nosotras.

    >>Perdona que haya tardado, cielo, pero pensé que quizás... bueno, ¿quizás podíamos tomar algo? No hace falta que bebamos nada si no queremos, pero está ahí... ¿por si acaso? En fin, eso da igual, ¿cómo sigues? Lo de las galletas era verdad, por cierto, puedo sacarlas si te apetece probarlas.

    Alisha 2.png
    [Bosque #5]

    La respuesta del origen del estado del muchacho no la recibí por parte de Jack, si no de Verónica que había decidido, en algún momento, unirse al espectáculo. Giré la cabeza para mirarla, con una ceja alzada debido al tono que estaba usando para explicarme la situación, y no mucho después tuve que volver a centrar mi atención en el muchacho, al que por supuesto le correspondí con una sonrisa igual de irónica que la suya; podía tenerlo más aprecio que a la media, pero eso no significaba que fuese a ponerlo por encima del alcohol.

    Al final solté al chico cuando empezó a enumerar sus desgracias, sin pretender dejar pasar del todo la molestia que seguía sintiendo, pero por lo menos dispuesta a escuchar lo que tenía que decir. No planeaba comentar nada al respecto, de todos modos, y en su lugar me quedé observando la interacción entre él y la albina con bastante más interés del que podría esperarse de mi parte. Luego Jack pareció recuperar la actitud ligera de su personalidad y, en lo que a mí respectaba, poco me importaba si era genuino o solo pretendía disimular por el bien de los demás; me encogí de hombros y moví la mano para quitarle importancia.

    It doesn't matter —sentencié al final, levantándome al mismo tiempo que él, porque la verdad era que, con todo, creía poder pasárselo por ser la primera vez que lo hacía.

    Permití que el muchacho se dirigiese hacia su guitarra, o que hiciese lo que le diese la gana, mientras yo misma caminaba hacia el chico que se había quedado con la botella de ron. Me di cuenta que había nuevas caritas en la playa, lo que me alegraba bastante, pero de momento seguía bastante más interesada en aquel pequeño tesoro que habían encontrado en el bosque. Le eché un brazo por encima de los hombros al castaño, apretujándolo un poco contra mi cuerpo como si fuésemos amigos de toda la vida, y señalé la botella con una sonrisa divertida renovada.

    >>Hey, monte Fuji, ¿puedes confirmarme que el nombre que se puede leer en el papelito es 'Rose'? —le pregunté, inclinándome lo suficiente como para verlo a los ojos, y alcé la voz un poquito más de lo necesario al añadir—: Mi abuela se llama Rose y fue al Sakura, ¿sabes? What a coincidence, dontcha think?

    Alethea 2.png
    [Bosque #5]

    La noche apenas había empezado, pero lo cierto es que ya estaba siendo bastante ajetreada. Me mantuve cerca de Hubert mientras seguíamos conversando, aunque en algún momento mi atención se vio distraída por la presencia de vuelta del grupo que había ido a recoger madera; o casi todo el grupo, porque fue imposible no darse cuenta de la ausencia de Jack. Aquello me preocupó bastante más de lo que podría haber esperado, y apenas encontré la voluntad de pedirle disculpas a mi acompañante antes de acercarme al grupo en cuestión, con la preocupación de mi rostro haciéndose cada vez más presente al escuchar que habían dejado a Jack solo para volver.

    —Le da miedo el bosque, no tendríais que haber... —empecé a decirles a los que habían ido con él, pero me corté a medio camino de terminar la frase, porque lo último que realmente quería era reprocharle algo a un par de alumnos que apenas conocía de hacía unas horas.

    Por suerte o por desgracia, Jack apareció de entre los árboles no mucho después de haberlo mencionado, y me giré para mirarlo con una oleada de alivio extendiéndose por todo mi cuerpo. Su aspecto, sin embargo, dejaba mucho que desear y no pude evitar pensar que me había alegrado demasiado pronto, porque estaba ahí con nosotros, pero no parecía estar para nada bien. Dudé durante un segundo si acercarme o no, porque no sabía si era prudente, y ese momento fue aprovechado por Alisha y Verónica para hacer lo que yo no me había atrevido.

    Me quedé algo apartada del resto casi sin darme cuenta, intentando procesar porqué estaba sintiendo tantas cosas tan extrañas en relación al chico, y para cuando me quise dar cuenta, Jack parecía haberse recuperado lo suficiente como para levantarse y hacerse con su guitarra. Recibí su mirada con una expresión suave, sin saber cómo interpretar sus movimientos o gestos, y después de un rato me decidí por ignorar todo aquel caos de sentimientos de momento, negando ligeramente con la cabeza y dejando escapar un suspiro mientras volvía en mí.

    Esperé un tiempo prudencial, sin pretender agobiarlo más de lo necesario, y supe que pude acercarme en cuanto se dirigió a nosotros para hablar de la música que podíamos pedirle. Cogí algo de aire, dejando salir otro suspiro breve, y me senté a su lado con la sonrisa tranquila de siempre sobre los labios.

    >>¿Sabes tocar alguna canción japonesa? Quizás pueda acompañarte cantando si la conozco —le propuse, en voz baja.

    las únicas canciones japonesas que yo conozco son de anime así que podemos fingir demencia y simplemente poner que cantan alguna que exista (??? o acepto recomendaciones, idk
     
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  14.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [Bosque #5]

    La situación sí que había escalado de forma curiosa. Jack apareció del bosque como invocado por nuestra preocupación y lucía... parecía que había librado una guerra ahí adentro. Me quedé quieto, en silencio, siguiendo sus movimientos y las reacciones de aquellos con quienes el chico interactuaba. Wickham se retiró, Welsh lo regañó por el desperdicio de alcohol y me quedé con el ron cuando Verónica se acercó a asistirlo. Miré alrededor en ese momento, sintiéndome un poco fuera de lugar. La chica rubia de cabello corto y yo habíamos quedado relativamente cerca, al encontrarse nuestros ojos le dediqué una sonrisa en automático pero no pasó de ahí.

    Bueno... ¿ahora qué?

    No tuve que preocuparme mucho. Emily se materializó de Dios sabe dónde y no me dio mucho tiempo a reaccionar, recibirla o preguntarle qué hacía ahí. Su "todo estará bien" sonó a frase de película y me arrancó una risilla, pero conocía sus intenciones y le sonreí con ternura, agradeciéndole. Alcancé a darle un apretón suave al costado del hombro y la despedí, siguiendo su silueta un par de segundos. ¿A qué había venido si ya se iba? Otra vez, sólo Dios sabía.

    Welsh apareció a mi lado, entonces, me echó un brazo sobre los hombros y no me inmuté demasiado cuando me apretujó contra ella. Se me cruzó algún que otro pensamiento, había que ser honestos, pero no le di importancia y alcé la botella, echándole un vistazo.

    —Sí, pone "Rose" —confirmé, sin comprender el motivo de su consulta.

    Conecté con sus ojos sin problema y una sonrisa entre divertida y sorprendida danzó en mis labios al ella explicar la situación. ¿Su abuela se llamaba así y había asistido al Sakura? ¿De veras existía la posibilidad de que esta botella le hubiera pertenecido? Regresé la vista al objeto y me reí en voz baja, relajando luego el brazo. Había notado que había alzado el tono y, aunque no comprendiera plenamente el motivo, preferí atajarme.

    —¿De veras? Podrás agradecerle de nuestra parte, entonces —murmuré, algo de diversión me suavizó el tono—. A menos, claro, que no quieras compartir esa información con ella. En ese caso... no pasa nada si nos la bebemos, ¿verdad?

    Acabé con la cara de borrego, obvio, sólo por la pura gracia y sin poner ni un centímetro de distancia.


    Anna 6.png
    [Zona de acampada]

    Emily se tardó lo suyo. A riesgo de ser paranoica, los eventos recientes me inyectaron algo de intranquilidad en el cuerpo y me pregunté qué estaría ocurriendo. Contuve, sin embargo, el impulso de salir, como si hacerlo significara traicionar la confianza de Em, y me quedé con las piernas abrazadas. El chasquido leve de la leña y las conversaciones cruzadas de afuera se arrastraban dentro de la tienda vagamente y refregué el rostro contra las mangas de mi sudadera, cerrando los ojos con fuerza. Me sentía una chiquilla triste.

    Cuando Emily finalmente apareció, alcé el rostro y seguí sus movimientos. Se dejó caer a mi lado, sacó una jodida petaca y se me aflojó una risa entre burlona e incrédula, fue inevitable.

    —¿De dónde coño sacaste esto? —indagué, agarrando el recipiente.

    Le quité la tapa y me la acerqué a la nariz, olisqueándola un poco antes de darle un sorbo y luego otro más largo. Ah, vodka y jugo de naranja. Un clásico. Me sonreí, pasándosela, y me estiré hacia atrás para alcanzar su mochila y ubicarla frente a nosotras. Era mi forma de decirle que sacara las galletas.

    —Me trajiste vodka, linda, no puedo estar mal ahora —canturreé, medio en broma, medio en serio, y la miré—. Estaba cenando con unos chicos, fui a buscar mi comida y cuando volví, ya no estaban. Me habían dejado una nota de que los habían invitado a... —La miré, conectando cables—. Ah, es el mismo lugar donde conseguiste eso. Bueno, en fin, que se fueron y... no sé, me sentó mal.

    Me encogí de hombros y me hice con la petaca para darle un buen trago.

    —Supongo que ya venía sensible de la prueba de valor y todo lo demás.

    Se habían acumulado bastantes mierdas, ¿no? La conversación con Kakeru, la confesión de Emily, los eventos de la prueba de valor, mi metida de pata al interrumpir a Altan con Hubert y, para coronar la noche, la notita sobre la mesa.
     
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    Bruno TDF

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    [Bosque #5]

    Decir que estaba acostumbrado a golpearse no me parecía el modo más efectivo de tranquilizar a alguien, pero mantuve silencio porque no era la persona más adecuada para juzgar la actitud de Jackie. Yo misma practicaba un estilo de karate bastante intenso y full contact, por lo que también traía el hábito de recibir golpes, algunos bastante duros. Los impactos al cuerpo venían bien para volverlo más fuerte, en conjunto con el disciplinado entrenamiento, por lo que deposité mi confianza en que Jackie tenía mucha resistencia física. ¡O sea…! No había que olvidar que se lo veía bastante sobrio con tanto alcohol encima, que modulara tan bien sus respuestas era señal de esa fortaleza. Pero igual mantendría mis ojos encima suyo, no se iba a librar de mis cuidados.

    Cuando se fue con su guitarra hasta un punto cercano al lago (y tras asegurarme de que no se caería al agua), seguí a Ali hasta donde estaban los demás. Me llegaron fragmentos de su charlita con Fuji, donde decían que la botella de ron pertenecía a la abuela de la chica, a lo que reaccioné con una mirada sorprendida. Vaya casualidad, ¿no? Me reí bajito frente a semejante revelación, y algo de diversión se me dibujó en la expresión cuando Ali abrazó al chico por los hombros. Ambos quedaron… bastante pegaditos, eh.

    Los dejé en lo suyo, porque todavía quedaban personas presentes a las que debía una presentación como correspondía: sonreí hacia el chico de cabellos oscuros y la muchachita de pelo corto.

    —Buenas buenas —saludé hacia el chico moreno, notando que sus ojos también eran del color de la noche—. Perdón por no presentarme antes, muchas cositas de golpe como ya habrán visto —contuve una risa, luego carraspeé antes de seguir hablando—. Soy Verónica. Verónica Maxwell. Me pueden decir Vero o Verito si quieren. ¡Ah...! Y el que está en mi hombro es Copito —alcé una mano para acariciar la cabeza del gorrión, que en todo ese tiempo permanecía conmigo— ¿Y ustedes son...?

    Dejé en el aire la invitación a darme sus nombres.


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    [Bosque #5]

    La conversación con Alethea se vio interrumpida con la llegada de dos personas provenientes del bosque: un chico cargando ramas bajo el brazo y una muchacha de largo cabello albino que se me hizo levemente reconocible, quizá por la curiosa presencia del gorrión en el hombro de uno de ellos. En el humedal había notado a dos chicas pálidas, de cabello blanco, que sostenían un ave sobre los dedos; por lo que deduje que se trataba de una de esas personas. La coincidencia de su presencia era bastante notable, por lo que me sonreí. El gesto no fue mucho más extenso, quedando rezagado tras una mueca de preocupación cuando supimos que alguien se había perdido en el bosque, así que nos reunimos con los demás para analizar la situación... No fue necesaria una tarea de rescate cuando la persona en cuestión,d de elevada estatura, apareció haciendo gestos erráticos y con palabras bruscas. Encendió la fogata valiéndose de una botella de alcohol y reduciendo, a su vez, el contenido de otra. Fue una visión… incómoda, de la que preferí mantener distancia.

    Permanecí cerca de Middel ya que, sin pecar de excesiva confianza, sentía que era la persona con la que más afinidad tenía entre tantos rostros desconocidos. Diversos eventos continuaron produciéndose en nuestra cercanía... entre los que destaqué la aparición y posterior marcha de Emily, mi compañera de clase. Al notar su presencia desde cierta distancia, mi mente repasó el recuerdo de que Anna había dicho que era una de sus amigas. Sin embargo, Emily había acudido en soledad...

    Otra vez, una sensación extraña me golpeó con un relámpago de incomodidad. El instintivo aviso de que algo había quedado fuera de su eje...

    Y que era mi culpa.

    Si no quedé hundido entre las chispas de mis engranajes mentales, fue porque la muchacha albina se acercó a nosotros. La blancura de su cabello era tan intensa, que incluso bajo la oscura noche uno podía vaticinar su cercanía. Se presentó como Verónica Maxwell y le sonreí, aunque mis ojos no podían dejar de observar el gorrión que había en su hombro, tan blanco como ella.

    —Es un placer conocerlos a ambos —respondí con serenidad; la chica parecía ser bastante unida al ave, por lo que pensé que sería grosero no incluir a ambos en la respuesta—. Soy Hubert Mattson, y quien se encuentra a mi lado es Bleke Middel —me tomé el atrevimiento de presentar a mi compañera.

    —El placer es nuestro, Hubby y Blee —respondió Verónica con una sonrisa amplia.

    Aunque no lo expresé de forma visible, me sentí desorientado...

    ¿Hubby?


    Asumí que Bleke estaba cerca de Hubert, por lo que quedó incluida en el saludo de Vero.
     
    Última edición: 1 Octubre 2023
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  16.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    Alisha 2.png
    [Bosque #5]

    Kakerucito era un muchachote japonés, lo que significaba que mi repentina cercanía bien podría haberlo echado para atrás antes de siquiera tener la oportunidad de decirle nada; nada de eso pasó, para mi gran, gran satisfacción, así que básicamente me sentí en la libertad de seguir haciendo según me viniese en gana. Es decir, tampoco hubiese tenido demasiado problema en ello incluso si el chico me rechazaba, pero digamos que era mucho más sencillo y divertido así.

    Mi pregunta logró exactamente el efecto que había esperado, desde la confusión inicial por la misma hasta la diversión de su sonrisa cuando confirmé el motivo de todo el teatro, y mi propia sonrisa no tardó en acoplarse a la suya. Seguí con la mirada el camino que él hizo hasta la botella entre sus manos, noté que relajaba el brazo y volví a chochar con sus ojos cuando levanté la vista al escucharlo hablar.

    Oh, honey —dejé salir sin filtrar nada el tono sedoso que se me coló en la voz—. Granny estará super decepcionada si le digo que la encontramos y no la bebimos, así que más nos vale darle caña —le dije, completamente convencida de mis palabras, y suavicé el semblante mientras paseaba la mano por la espalda del chico hasta poder separarla.

    Le quité la botella de las manos, sin preocuparme lo más mínimo por pedirle permiso, y la abrí para darle el primer trago; me pareció notar la presencia de Verónica pasando por ahí cerca de nosotros, pero mentiría si dijese que, en aquellos momentos, no tenía prácticamente toda mi atención puesta en el chico bonito que tenía delante. Al final del día, era una muchachita de lo más simple, ¿eh?

    >>There~ —canturreé, pasándole la botella a Kakeru con un brillo de clara intención en los ojos.

    Emily 3.png
    [Zona de acampada]

    Era consciente de que aquella decisión de desviare hacia el Bosque Cinco iba a retrasarme bastante a la hora de volver con Anna, así como también estaba convencida de que no era la mejor idea dada la situación en la que la había dejado irse a la tienda, pero genuinamente confiaba en la relación que teníamos y en que ella se daría cuenta que nunca la abandonaría; menos en un momento como aquel, vaya.

    De todas formas, procuré darme la mayor prisa posible, y aunque es cierto que sentí una cuota extra de nervios cuando entré a la tienda, conseguí relajarme con bastante rapidez cuando escuché la risa de Anna ante la revelación de la petaca. Quise explicarle de donde la había sacado en cuanto me lo preguntó, pero al final me distraje buscando las galletas en mi mochila y ella sola acabó descubriéndolo a medio camino de su propia explicación de lo que le había pasado.

    Escuché su relato con toda la atención del mundo, habiendo encontrado (por suerte) las benditas galletas al inicio de sus palabras, y le extendí una mientras asentía con la cabeza, con el ceño apenas fruncido. No me había fijado demasiado en quién había ya en la playa, así que no tenía idea de quién podía haber hecho aquello; tampoco hubiese podido hacer demasiado con esa información, honestamente, así que simplemente lo dejé pasar para poder centrarme en lo que realmente importaba.

    —¿Como lo de Kakeru, cielo? —tanteé en voz baja, tras haberle dado un mordisco a la galleta que yo misma había cogido del montón, y ladeé apenas la cabeza antes de volver a hablar—. ¿Quieres hablar de eso o prefieres contarme cómo fue la prueba de valor? Pero si dio mucho miedo, prefiero que hablemos de otra cosa...
     
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    Gigi Blanche

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    [Bosque #5]

    Las cosas habían tomado un giro brusco y bastante inesperado a partir de que aquel muchacho tan alto reapareció en escena. Sus movimientos pecaban de erráticos, me atrevería incluso a decir que lucía frustrado e irascible; su aspecto acompañaba las impresiones. Permanecí como una mera espectadora, de por sí no veía motivos ni sentía el deseo de intervenir, además de que... bueno, era un cuadro llamativo, ¿cierto?

    Cuando la escena acabó y los comportamientos comenzaron a bifurcarse, relajé el cuerpo y paseé la mirada por los alrededores. Joey se había alejado, ahora mismo hablaba con Emily, el supuesto Jack se había dirigido a la playa y la muchacha de cabello celeste, Alethea, lo había seguido. Mis ojos conectaron con los de... ¿Fujiwara? un breve instante, pero no vi motivos para acercarme a él. Hubert había permanecido cerca de mi posición y fue Verónica quien nos movió de aquel espacio intermedio.

    Se presentó ella y a su gorrión, hacia el cual deslicé la mirada tras saber su nombre. Hubert parecía considerablemente más amable que yo, o al menos más preocupado por las convenciones sociales, y esa certeza me permitió, quizá, relajarme un poco. Tal y como había anticipado, él respondió y se encargó de presentarnos a ambos. Le sonreí a Verónica cuando mi nombre salió de sus labios y ella, muy alegre, nos adjuntó apodos a ambos. Podía sorprenderme lo inesperado del suceso, pero viendo a la chica era... terriblemente predecible. Parecía muy simpática y confianzuda. No me molestó, en cualquier caso.

    —Qué bonito tu gorrión —murmuré con suavidad y una pequeña sonrisa—. ¿Lo criaste desde pequeño?

    La noción de amaestrar criaturas salvajes era tan ajena a mis esquemas que siempre lograba sorprenderme. En cierta forma me recordó a Ophelia y su cuervo, el momento donde me lo había presentado y cómo el ave, por un instante, pareció capaz de tragarse toda la luz del mundo.


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    [Bosque #5]

    Solté una risa nasal bastante floja, pues la idea de que una abuelita se decepcionaría si su nieta de preparatoria no bebía hasta el agua del florero era, cuanto menos, atípica. Tampoco la cuestioné, vaya, si a todos nos convenía la anciana rebelde, y no puse resistencia cuando adiviné sus intenciones de quitarme la botella. No que hubiera un derecho de propiedad ni una línea de sucesión, pero siendo la nieta de la dueña original diría yo que igual le correspondía hacer los honores, ¿no?

    En ese pequeño intervalo paseé la vista alrededor, notando la reunión de Verónica con el moreno y la niña de cabello corto, a Joey con dos chicas más allá, y Jack junto a Ethans a la orilla del lago. El fuego, entre tanto, ardía con la suficiente fuerza para iluminar el espacio. Deslicé la mirada de regreso a Alisha, quien se estaba empinando la botella, y solté otra risa floja. Eso era ron puro, ¿verdad? Un poquito suicida beberlo así. Sus ojos chispearon con una intención que no supe definir plenamente, lo hicieron a la luz cálida de la fogata, y mi sonrisa se ensanchó, divertida.

    Oh, bueno. Igual había que ahogar penas.

    Ajusté el agarre en el cuello de la botella y, como ella, le di un buen trago. El sabor del ron, intenso de por sí, me ardió ligeramente dentro del cuerpo y volví a mirar a Alisha.

    —¿Oba-san era de la mala vida, entonces? —arriesgué, jocoso, ofreciéndole la botella—. ¿Toda una muchachita rebelde?
     
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    Conversar con Fiorella sobre lo que había pasado con nuestros padres no era algo que me gustara en si, pero suponía que eso era algo que le hacia bien a ella después de todo desahogarse siempre era algo que ayudaba a Fiore pero conmigo claramente era una cosa distinta, mil veces prefería no hablar del tema era lo mejor me ponía de un humor que yo misma ni soportaba cuando me tocaban ese tema, para no mentir fue un milagro que no reaccionara de esa forma cuando Kohaku nos pregunto como nos habíamos conocido después de todo el chico me resulto una persona agradable ya había entendido de donde Fiorella había sacado que el chico era alguien simpático.

    Seguimos caminando y ni la menor idea de hacia donde nos dirigíamos, pero el silencio era algo agradable no había momento en el me pusiera incomoda con Fiorella ya que prácticamente la conocía desde toda una vida entera, la cosa fue que la aparición de un chico interrumpió nuestro andar lo mire con una ceja alanzada antes de ver de reojo a Fiorella, ella lo miraba de arriba abajo, parpadee en segundos cuando lo visualice bien el era el líder del club de Fotografía ¿no?.

    ¿Como era que se llama?, Joey ¿así era? ni idea, pero lo único que pensé fue: que suerte la nuestra. Como fuese y me daba igual, entonces el chico nos saludo con un señoritas que Fiorella respondió con un asentimiento de cabeza, por mi parte no hice ninguna acción de saludo excepto cuando el chico murmuro que habíamos llegado al lugar indicado con eso si, una sonrisa sarcástica amenazo por salir de mis labios.

    ¿Lugar indicado? No lo creía.

    Mire una ultima vez a Fiorella antes de seguir al chico hacia la playa, mientras los seguíamos detrás escuché la voz de Fiorella.

    —¿Lo conoces?.

    —¿Por que la pregunta?.

    —Tus ojos —fruncí levemente el ceño sin mirarla—. Me dieron esa impresión y mas por la forma que lo hiciste.

    ¿De que forma había sido? ni idea.

    —El es el líder del club de fotografía —murmure en voz baja—. Lo conocí cuando fui a inscribirme, bueno todavía creo que no he terminado con la inscripción pero la cosa fue que el estaba hay y se presento como el líder.

    Ella asintió en poco, antes de mirarme con cierta curiosidad

    —Ah, ¿el es chico que me dijiste que tenias muchas palabras para describirlo menos la palabra simpático?.

    —Aja —afirme después de algunos segundos, estaba por preguntarle a Joey de que se trataba todo y suponía que el también iba a explicarnos pero justamente una chica se acerco al chico, no preste atención que le hablo ya que recorrí con la mirada el lugar, por unos largos minutos en el vistazo que di reconocí algunas caras y otras no, y ni la menor jodida idea de que pasaba pero esto tenia pinta de una fiesta o algo por el estilo.

    —¿Segura que quieres quedarte? —levemente los hombros cuando escuche la pregunta de Fiorella.

    —Supongo que si —la mire—. Hagamos algo divirtámonos y olvidemos lo que este circulado por nuestras mentes ¿estamos?.

    —Estamos —sonreí antes su afirmación, en eso Fiore puso su atención en el chico después de ver que la chica que había llegado ya se había ido—. Perdón por la pregunta pero, ¿ahora si podemos saber de que se trata todo?, se como se ve pero supongo que hay algún motivo por la reunión ¿no?.

    Me causo gracia por la forma en la que hizo la pregunta, pero suponía que si no lo hacia yo pues lo hacia ella y a su manera.

    Holis uwu ahora si puedo decir perdónenme por la demora, estaba algo bloqueada con estas niñas aquí en el lago <3.
     
    Última edición: 19 Octubre 2023
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    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    [Bosque #5]

    Iba a responderle a Alisha que para la próxima, si tanto le molestaba, usaba solo media botella, pero estar tanto tiempo en el bosque me debía haber hecho crecer algún sentido de supervivencia, ya que decidí cerrar la boca y no decir absolutamente nada. Después de que se alejara y yo terminara algo confundido ante las atenciones de Verónica, me alejé un poco del grupo para estar un momento a solas con mi guitarra. Tener mi instrumento entre las manos me relajaba, y podía quedarme en la monótona actividad de afinarla y de tocar acordes aleatorios mientras mi mente divagaba durante horas.

    Bien podía ponerme a analizar y a rememorar las cosas que habían pasado últimamente, pero la verdad, no tenía ni las más sinceras ganas de hacerlo. Este pequeño campamento estaba arrojando a la luz demasiadas cosas sobre mí mismo, y la verdad es que simplemente no quería revivir nada de lo que me había ocurrido. Además, me había bajado media botella de whiskey de un sopetón. Pensar mucho en estos momentos iba a hacer que me doliera la cabeza. Así que simplemente dejé que mis dedos se guiaran solos, sin ninguna batuta en particular, dejando que mi cuerpo se expresara solo. Y yo dejé la mente completamente en blanco. Algo que, la verdad, se me daba bastante fácil.

    Abrí los ojos sorprendido y corté la música de golpe en cuanto escuché la voz de Alethea a mi lado. Vaya que la chica era sigilosa. Eso, o yo me había compenetrado demasiado en no pensar en absolutamente nada. La miré por unos segundos, mientras mi mente se volvía a configurar. Tal vez era que todavía no volvía a la realidad del todo, pero que linda se veía a la luz de las llamas, con el lago reflejando la luz de la luna.

    — Eh, la verdad que no, no tengo idea —respondí, en tono de disculpa.— La verdad que nunca se me ocurrió aprender alguna. Además de que bueno, con lo poco que manejo el japonés, cantarlo...

    Solté una risa algo nerviosa, y desvié mi vista hacia el lago. La verdad era que sí sabía canciones en japonés, pero... ¿como reaccionaría Alethea si le decía que eran openings de anime? De repente, la opinión de la chica me importaba mucho. Además, tampoco era como que yo fuera un enorme fanático del animé. Las había aprendido básicamente porque... bueno, yo sabía por qué, y no íbamos a ahondar sobre eso. No ahora.

    Volví la vista hacia ella, sonriendo.

    — Pero oye, si te sabes alguna tú, puedes tararearla y yo te sigo con los acordes. O si incluso me puedes mostrar las notas en tu celular, puedo seguir la canción sin problemas. O podemos cantar otra cosa. Si tu quieres cantar, obviamente. O no sé... improvisar. Dejar que la misma música nos guíe. ¿Qué te parece?
     
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    Amane

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    [Bosque #5]

    Si hubiese tenido que apostar de antemano sobre la persona con la que acabaría compartiendo una botella de ron frente a la fogata aquella noche, estaba bastante convencida de que Fujiwara no sería de mis primeras opciones ni de coña; me lo pensaría antes de siquiera añadirlo a la lista, para ser completamente sincera. Ahí estábamos, sin embargo, contra todo posible pronóstico. Yo le di un trago a la botella, se la pasé al muchacho después y seguí sonriéndome a medida que él me imitaba, paseando brevemente la vista por nuestros alrededores antes de volver a centrarme en él.

    Oh, yeah, she was the best —confirmé, asintiendo un par de veces con la cabeza, y le sonreí de nuevo mientras recibía la botella de sus manos—. Si la vieras, parece una abuelita super dulce, but she was wild. Mi objetivo en la vida es ser como ella~ —sentencié, completamente en serio a pesar de la diversión que seguía permeando mi expresión.

    Le di otro trago a la botella y se la ofrecí, aunque en aquella ocasión lo hice con un atisbo de duda en la mirada; no pretendía imponerme, aunque vaya, por la manera en la que había bebido de primeras, dudaba que ese fuese realmente el caso. Sea como fuere, preferí esperar y darle espacio para decidir, porque así de amable era yo en realidad (contrario a lo que mucha gente podría llegar a afirmar).

    >>Te toca. Ahora tienes que contarme cómo es algún miembro de tu familia, just for funsies~

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    [Bosque #5]

    Quizás acercarme a Jack sin anuncio previo después de todo lo presenciado no había sido mi idea más brillante, pero en mi defensa, no había pretendido ser especialmente sigilosa ni nada por el estilo. Parecía que el muchacho se había abstraído demasiado con su guitarra, sin embargo, porque había acabado pillándole por sorpresa con mi aparición, y todo lo que pude hacer fue sonreírle a modo de disculpa.

    Jack confirmó la triste sospecha que ya empecé a tener al formular la pregunta, pues tenía todos los indicios posibles llevándome a la idea de que posiblemente no conocería ninguna canción japonesa si de por sí el idioma hablado seguía complicándosele. Tampoco había perdido nada por preguntar, vaya, y simplemente negué con la cabeza cuando se justificó, en un gesto que pretendió tranquilizarlo.

    —Vale, podemos improvisar —acepté al final, reflejando su sonrisa mientras le mantenía la mirada.

    Podíamos haber hecho todo lo anterior, quizás no había sido especialmente difícil, pero suponía que no había nada de malo en dejarse llevar de vez en cuando. Así que estuve improvisando, principalmente con tarareos, al intentar seguir el ritmo de la guitarra, y después de un rato no pude evitar dejar escapar una risa divertida, porque me estaba pareciendo una escena de lo más cómica y entrañable.

    >>¿Sabes? No tienes que quedarte si no te encuentras bien... —murmuré después de un buen rato, algo más tranquila, y tuve que apartar la mirada para que no se me notase demasiado la preocupación que se reflejaba en la misma; era porque no pretendía herir su orgullo, nada más.
     
    Última edición: 10 Octubre 2023
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