Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Gigi Blanche, 23 Junio 2021.

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    Le dije a Kohaku lo de mis padres porque prácticamente él me había dicho en poco lo de su hermana, y de eso se trataba el momento de honestidad, pero eso no significaba que cada vez que lo viera lo haríamos si él no tenía esa confianza para decírmelo en ese momento quien era yo para obligar a alguien a contarme sus cosas privadas, además, me iba muy mal queriendo establecer una conversación con alguien de emociones como la que tenía con Adara.

    —También lo siento por lo de tu hermana —lo había dicho con algo nostalgia lo mire brevemente para después mirar el lago—. Si es lo mejor que tengo de ellos.

    Cuando le pregunte como se llamaba su hermana note antes que había cogido algunas piedritas, me encontré con su mirada cuando me miro de soslayo para después devolverla a sus manos.

    —Chiasa —pronuncie lentamente—. Es muy bonito —con eso deje por terminado el tema de su hermana no quería indagar de más y aun peor abrir una herida que tal vez no estaba del todo cerrada (al igual que la mía).

    Sonreí cuando me pregunto del nombre de mis padres.

    —Mi madre se llamaba Bianca y mi padre Alonzo —eso lo dije recordando lo poco que sabia de ellos—. Tenia siente años cuando los perdí así que alguna que otra cosa me acuerdo de ellos —suspire mientras miraba detrás de nosotros para después volverlo a ver—. ¿Quieres ir a comer? o sino pues hacemos otra cosa por ejemplo... —mire a mi alrededor—. Tirar piedritas al lago la que llegue mas lejos gana ¿te parece?.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    Kenneth 2.png
    [Zona de acampada]

    Asentí ligeramente con la cabeza ante la respuesta de Joey, pues de todas formas ya sabía por Sasha que ellas habían pasado un rato bastante malo; sí que le sonreí con cierta cuota de diversión al escuchar la primera parte de su respuesta, sintiéndome cómodo con ello gracias a la risa que él mismo dejó salir mientras hablaba. Después vino la invitación a su plan, mi consecuente rechazo y... una petición para esperarlo, acción que hice sin mucho problema, especialmente por la curiosidad que sentí ante la misma. El chico volvió no mucho después, en aquella ocasión con una botella en la mano, y no pude evitar soltar una carcajada ligera cuando procesé toda la situación.

    —Eres una mala influencia, ¿eh? —murmuré, aunque no hubo ni una pizca de resentimiento en mi tono de voz, y simplemente negué con la cabeza en un gesto de derrota mientras me guardaba la botella entre mis cosas—. Claro, luego nos vemos y te cuento —acepté sin mucho problema, dándole una par de palmadas suaves en el hombro a modo de despedida antes de alejarme hacia la zona de las mesas.

    a la siguiente voy a secuestrarte a la niña ;) esto es un aviso típico de phantom thief, para que veas (??)

    Alisha 2.png
    [Zona de acampada]

    Al pobre Jackie lo pillé en medio de un bocado de comida de lo más apetitoso, aunque darme cuenta de ese detalle lo único que hizo fue sacarme una sonrisa divertida; para nada tuve la intención de soltarme o dejarle algo de espacio para poder comer como las personas, eso sí. Su comentario ante la estupidez de turno que había soltado logró hacerme ladear la cabeza, en un gesto de curiosidad, pero bastante poco tardó aquella duda en transformarse en una sonrisa pícara que apenas pude controlar.

    —No estoy segura de a qué te refieres, pero yo me visto de lo que tú quieras, Jackie-chan~ —canturreé divertida, en voz baja para aprovechar la cercanía que manteníamos, pero inmediatamente después recuperé la energía algo más inocente de antes—. Habíamos pensado en ir al Bosque cinco, por donde hemos pasado esta mañana, you know, in case de que a algún profesor le dé por salir de su tienda por la noche o algo... ¡Puedes traerte la guitarra, sure! Aunque... habíamos pensado en invitar a algún par de personas más, ¿sabes? Por ejemplo... ¿Alethea-chan~?

    Había dejado caer aquello último con toda la intención del mundo y, como tal, me había mantenido bien atenta a sus posibles reacciones por ello. En algún momento, sin embargo, el muchacho dirigió su mirada hacia el frente y yo lo seguí, manteniendo la vista fija en el lago un par de segundos antes de volver a recibir su atención. La pregunta que me hizo después logró recuperarme la sonrisa animada del principio y, queriendo indicarle la intención de mi respuesta antes de dársela verbalmente, lo que hice fue dar un saltito para permitirme subir las piernas hasta engancharlas alrededor de su torso, afianzando lo máximo posible el agarre.

    >>¡Me tienes que llevar, claro! Pero primero tienes que llevarme donde tu amiga para que podamos invitarla. Let's go, let's go!
     
    Última edición: 26 Julio 2023
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Anna 8.png
    [Zona de acampada]

    Supe que iba a cumplir mi pedido cuando, en vez de responderme, bebió agua y carraspeó la garganta. Me removí ligeramente, expectante, pero me quedé calladita hasta que dio inicio al relato. En cierta forma, que fuera de noche y tuviéramos una fogata al lado volvía todo mucho más interesante y misterioso. Así, empezó a hablar. Mi primera reacción fue de sorpresa al deducir el nombre de nuestros yokai, ¿lo había logrado con lo poquito que le dije? ¡Debía ser muy inteligente! La idea me hizo ilusión y también me causó algo de gracia, porque se me ocurrió que llevaba una Wikipedia metida en la cabeza y no era la primera persona que conocía así. Malditos niños genio, ¡qué envidia me daban!

    En realidad ambos grupos habíamos topado con tres yokai y me generó un poquito de culpa que se quedara con la idea errónea, pero tampoco quise hacer las aclaraciones pertinentes. Era una mentira piadosa, ¿no? No le hacía daño a nadie. Descarté esa preocupación, pues, y me aboqué de lleno a su relato. Su primera aparición resultó ser tímida, lo cual me dibujó una sonrisa dulce en el rostro. La segunda... no corrió la misma suerte; o su compañero, más bien. Habían sido Altan, Cayden y él, ¿no? En mi mente imaginé instintivamente a Cay Cay comiéndose la desgracia, lo cual me hizo gracia y me dio pena a partes iguales. Hubert era bueno contando historias, le imprimía a la historia las emociones apropiadas y se me reflejaban en el cuerpo.

    —¿Y le hizo algo? —murmuré, preocupada, cuando dijo que lo rescataron arrojando piedras.

    No era un miedo infundado, vaya. A Jack le habían dado con una pala y a mí me... habían... lamido la cara, ugh. El recuerdo intrusivo me lanzó un escalofrío leve a la espalda y me abracé los antebrazos apoyados sobre la mesa. El tercer y último yokai no fue una mejor noticia. ¿Monos altos, feos y que los labios le tapan la cara? La imagen mental me dio algo de asco e hice una mueca. Este también los había jodido, al parecer hubo un forcejeo y Hubert se fue de cara al suelo. Decirlo lo ruborizó un poco, pero yo fruncí el ceño y le escruté el rostro, más preocupada por ver si le habían quedado raspones. Había poca luz y era tan cálida que no ayudaba a distinguir detalles, al final no encontré nada y cerró su relato. Deseó que no se me hubiera hecho muy largo y sonreí amplio, sacudiendo la cabeza con vehemencia.

    —¡Nada de nada! —Alcé las cejas, recién procesando lo que diría al haberlo notado justo ahora—. Por un segundo casi me lo creí. O sea, no que hayas mentido, técnicamente es una historia real, ¡pero tú me entiendes! Eres muy bueno contando historias, Hubert, ¿te gusta hacerlo? Como... —Me reí por la tontería que aún no había dicho—. Como los trovadores medievales.

    Relajé la postura, ahora que la historia había acabado, y apoyé la mejilla en el dorso de mi mano.

    —Hmm... Eran todos de tercero. Espera, ¿tú a qué año vas? Y son... Espera que hago memoria —pedí, lanzando la vista a cualquier otra parte y haciendo movimientos con la mano en el aire—. Jack, creo que va a la 3-1; David, ¡pero le dicen Maze! y va a la 3-2, me parece; y luego estaba con Fiorella y Kohaku, que los conocía de antes y van a la 3-3. Ko es amigo mío, y Fiorella es amiga suya. Toda una triangulación. ¿Conoces a alguno?

    Sonreí, divertida, regresando la mejilla a mi mano.

    —De tu grupo soy amiga de Al y Cay Cay, así que contigo completé las figuritas masculinas. No sé qué esperan para darme un super premio.


    Kohaku 3.png
    [Muelle]

    —Sí, es bonito —acordé en un murmullo, esbozando una pequeña sonrisa. Los recuerdos palpitaban—. Significa "mil amaneceres". Siempre me pareció muy apropiado.

    Me confió el nombre de sus padres, Bianca y Alonzo. ¿Con quiénes viviría ahora, si los había perdido a tan temprana edad? ¿Algún familiar? ¿La habría adoptado otra familia, quizá? Eran dudas que surgieron pero no vi apropiado ni pertinente indagar, no era mi estilo y menos con asuntos tan delicados. Noté de soslayo que miraba hacia atrás, hacia la zona de acampada, y giré el rostro en su dirección al tiempo que regresaba la atención a mí. Comer aún no me apetecía mucho, así que agradecí que ofreciera una nueva alternativa. La idea de lanzar piedritas me pilló desprevenido y sonreí con algo más de ganas, girando al lago.

    —Nunca fui bueno con estas cosas —admití, junto a una risa floja, y empecé a incorporarme.

    Ya tenía varias piedritas en la mano de las que había pillado antes. Le extendí la mano libre para ayudarla a levantarse si quería y le cedí la mitad de mi tesoro con movimientos suaves.

    —Muy bien, las damas primero~ —Poco después, agregué—: Iba a encontrarme con Anna dentro de un rato, cuando terminara de hablar con... quien sea que quería hablar. Digo, por si quieres quedarte con nosotros.


    sale minijuego? sale minijuego

    Podemos tirar tres piedritas cada uno y determinar la distancia que recorren con un dado de cincuenta caras. El mejor de tres gana uwu7

    Joey 4.png
    [Zona de acampada]

    Solté una carcajada cuando Kenneth dijo que era una mala influencia y me encogí de hombros, alegando tanto indiferencia como inocencia. Lo dejé marcharse y husmeé un par de segundos a ver si averiguaba quién era su famosa cita, pero al final me aburrí y decidí seguir cazando gente. En mi recorrido vi a lo lejos a Jack con Ali y, regresando la atención, distinguí al muchachito del almuerzo. Estaba sirviéndose comida junto a una chica albina, que resultó ser la que había visto con Jez en el humedal. Pero qué pequeño era el mundo, ¿eh?

    Loner~ —canturreé, colándome entre ambos sin una pizca de vergüenza—. Good to see you, ¿hiciste la prueba? ¿Perdiste tantos años de vida como yo?

    Solté una risa fresca y giré el rostro hacia la chica, como si acabara de verla.

    —¿Hmm? ¿Y esta muchachita tan bonita? —Codeé a Fujiwara, hablándole en "confidencia"—. ¿La tenías escondida, eh, cabrón? ¿Sabías que eso es pecado capital en cuarenta y nueve Estados? ¡Ah! Estuvieron juntos en el mismo equipo, ¿no? Bueno, entonces está perdonado. Puede descansar, soldado. —Y volví a dirigirme a la albina, sin dejarle espacio al pobre chico de responderme—. ¿Usted cómo se llama, señorita?
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    [Zona de Acampada]

    Las orejas se me pusieron coloradas en cuanto Alisha me habló bajito, tanto por el tono que había usado como por la cercanía de su aliento. Y el hecho de que, bueno, estaba presionando sus... atributos contra mi espalda. Decidí dejarlo pasar, en especial cuando la muchacha siguió como si nada. La verdad, lo había sacado bastante barato. El Bosque cinco... no tenía ni idea de donde era. Seguramente había pasado por allí en algún momento, pero no me podían pedir que lo recordara. Al menos, no si sabían como era yo con las direcciones.

    — Bueno, pero no tengo idea de donde queda el Bosque cinco. Soy horrible para ubicarme. Así que me van a tener que guiar.

    Sonreí, y escuché lo que decía a continuación. Ah, bueno, iban a invitar a un par de personas más. No había problema. Un segundo, ¿Alethea? ¿La conocían de algún lado? O sea, bien podía ser. Compartían curso y todo, y además Joey había estado con ella en la prueba. Suponía que habían hechos buenas migas durante la travesía por el bosque. Fruncí el ceño de manera inconsciente durante menos de un segundo, pero luego meneé la cabeza. Sí, de verdad me parecía una buena idea invitarla.

    — Dale, no es mala. Aunque no sé si va a aceptar. La noté cansada cuando terminó la prueba, y no sé si tiene mucha pinta de chica nocturna, como nosotros —bromeé, para luego dejar escapar un bufido cuando sentí como Alisha se encaramaba a mi espalda y me rodeaba el torso con las piernas. Giré la cabeza, alzando la ceja divertido.— Bueno, pero te voy a cobrar por el servicio de taxi luego. Y apenas me ceda la pierna, los dos vamos a caer. Va a ser como el Titanic.

    Solté una pequeña risita, y deje el plato en el suelo, para poder sostenerla con los brazos tras mi espalda, tanto para distribuir el peso como para evitar que se cayera. Vaya piernas... Quité esos pensamientos de mi cabeza, y paseé mi mirada por los alrededores, intentando buscar esa cabellera azul tan característica. El rostro se me iluminó en cuanto la pude ubicar en una de mis mesas, y me dirigí hacia allí, cargando con Alisha.

    — ¡Provecho, Ale! Perdona por interrumpirte la cena, pero con Ali y Joey te queríamos invitar a... a... ¿a qué cosa? —pregunté, girándome hacia mi pasajera.
     
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    Bruno TDF

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    Negué con la cabeza durante el flujo de mi narración, cuando Anna preguntó si algo le había ocurrido a la víctima de la Nure onna; a Cayden pudieron haberle afectado más la sensación de vergüenza y las reprimendas de Altan, pero lo que importaba era que se vio libre de lesiones físicas. Conforme seguí hablando, Anna reaccionaba a determinados puntos del relato con bastante soltura. Así como tenía un deslumbrante carisma para contar las cosas, era igual de expresiva cuando se trataba de oír. Si imaginábamos la energía de las personas como una emisión de colores, Anna sin duda estaría desplegando un amplio abanico desde el otro lado de la mesa. Era una buena fortuna encontrar a una espectadora semejante. Sentí alivio que reaccionara de forma positiva cuando terminé de contarle los encuentros de mi grupo, porque yo también lo había disfrutado mucho.

    Casi se me escapó una risa sonora tras escuchar su comparación con un trovador medieval. Apreté los labios para no emitir sonidos vergonzosos pero los hombros se me sacudieron un poco, acompañaban la sonrisa apretada. Fue una ingeniosidad que me hizo gracia, principalmente porque no estaba exenta de acierto. Al volver a relajar la postura asentí con la sonrisa ahora más suave, silenciosa, afirmando así que me gustaba relatar en voz alta.

    Su respuesta a mi pregunta trajo los nombres de Jack, David alias “Maze”, Fiorella y Kohaku, este último amigo suyo, y al mismo tiempo amistad de la tercera. De las clases 3-1, 3-2 y 3-3 respectivamente. Era información que mi mente guardaba, muchas veces de forma no intencional, porque simplemente esa era su forma de funcionar. Sin embargo, los datos siempre estaba bien tenerlos a mano para diferentes cuestiones, como ahorrarme la vergüenza de repreguntar por un nombre o no tener que sufrir el incómodo momento de olvidar un cumpleaños; ejemplos por los que nunca pasé, por suerte. Pude notar que todos, como en mi grupo, eran de cursos superiores.

    —También soy de segundo, voy a la clase 2-3 —mencioné—. Pero no conozco a tus compañeros —dije; mi sonrisa era leve, pero me sentí muy contento por confirmar que Anna iba a mi mismo año, ya que parecía estábamos rodeados por un inmenso universo de senpais. Luego añadí, siguiendo la línea de su diálogo:— Me mantuve cerca de Cay durante casi toda la prueba, puedo afirmar que nos llevamos bien para ser la primera noche juntos. Es una casualidad encantadora que también sean amigos, como con Altan —afirmé con algo de simpatía en la voz—. Él, me refiero a Altan, me dijo que podía acercarme a ellos durante los almuerzos de la academia. Supongo que ahora te puedo incluir a ti, ¿no?



    [​IMG]

    Para una chica dedicaba al entrenamiento, una buena alimentación era primordial debido a las calorías que quemaba día a día. Me encontraba de pie frente a una de las parrillas, distraída en la difícil decisión de si servirme más carne que verdura, o al revés. Más proteínas o más nutrientes, esa es la cuestión. ¡Y además…! Todo se veía muy delicioso. El brillo de la carne asada y el color tostado en los vegetales demoraban más mi elección, con los cubiertos suspendidos en el aire y los ojos brillosos de hambre. Y, bueno, porque se estaba a gusto aquí. La calidez del fuego me envolvía como un abrazo y los aromas exquisitos hicieron que mi apetito terminara de abrirse. En un momento dado, Fuji se acercó hasta donde me encontraba. Dado que lo había perdido de vista al salir de la isla, volver a verlo me hizo florecer una sonrisa con la que le di la bienvenida, y sin titubear lo invité a cenar juntos. Como me parecía que iba a notar la ausencia de Copito, le expliqué que el gorrión había salido a estirar sus “musculitos de pájaro”. Aproveché la ocasión para observar cómo distribuía las raciones que se servía y lo imité… Aunque sólo en parte, porque mi ración estaba siendo algo más grande, un poquito. ¡Pero en fin…! Fue mi salvador sin saberlo, me ayudó a tomar la decisión final.

    Estábamos en eso, sirviéndonos comida, relajados, cuando apareció una tercera persona en acción. Un chico de cabello negro que se puso entre medio de ambos. Me di cuenta del aire alegre y picaresco que surgía de él, una energía que fue bien recibida de mi parte pese a que su repentina llegada me hizo a dar un pasito al costado para cederle un poco de espacio, no quería que se hiciera chiquito para caber entre Fuji y yo. Parecía conocer a mi compañero de equipo, ya que se puso a hablarle con toda la tranquilidad del mundo mientras medio me daba la espalda; aproveché ese fugaz instante para llevarme una porción diminuta de carne a la boca, que mastiqué y tragué antes de que se diera cuenta de mi presencia. Le sonreí cuando se preguntó por mí, pero también porque era la segunda vez en la noche que me decían “bonita”. Hizo un par de comentarios en broma hacia Fuji, a quien miré con ternura para que no se preocupara. Recién nos conocíamos, pero estaba segura de que, con los atrevidos y chistosos comentarios del otro chico, quizá podía llegar a ponerse algo nervioso. En cambio, yo me mostré tranquila en todo momento.

    Posé el azul de mis ojos en los de aquel chico, cuando quiso saber cómo me llamaba.

    —Soy Vero —respondí, con la sonrisa ampliada—. O sea, Verónica. Pero me puedes decir Vero o Verito, o hasta Lucecita. Lo que más te guste. ¿Cuál es su nombre, apuesto caballero que pregunta por el mío? —solté, conteniendo una risita al devolver su cumplido, tras la cual miré más allá, hacia mi compañero de la prueba— ¿Amigo tuyo, Fuji?
     
    Última edición: 26 Julio 2023
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    Después de haber dicho el nombre de mis padres me quede callada por unos largos segundos, hablar de ellos me ponía feliz por lo menos me ayudaba a mantenerlos vivos dentro de mí pero cada vez que lo hacía recordaba que ellos murieron por mi culpa, agradecí muchísimo que Kohaku no preguntara nada mas de ellos para ser verdad.

    Sonreí lentamente mientras miraba el lago cuando me dijo el significado del nombre de su hermana asentí en poco cuando lo dijo, en si decidí el juego de las piedritas tiradas al lago para poder olvidar por un momento lo que hablábamos.

    —Yo tampoco siempre pierdo con mi mejor amiga, estamos acostumbradas hacerlo siempre que estamos al frente de algún lago —explique después de que el digiera que no era bueno para esas cosas, así que le quise hacer saber que estábamos en la misma posición.

    Cuando me extendió la mano se la acepte sin ningún problema, así que cuando ya estuve levantada limpie en poco mi ropa, y acepte las piedritas que él me dio, así que solo asentí al escucharlo decir que podía ir primero. Con eso cogí la primera piedra y la lance con mucha fuerza y algo de agilidad también, sonreí cuando vi hasta donde llego, nada mal para ser el primer intento, me volví a verlo lentamente para poder responderle a la invitación que me había hecho.

    —Claro me encantaría, Anna no se molestara ¿no? —aun con la sonrisa en mis labios volví a mirar el lago—. Te toca.

    okis uwu.

    Minijuego
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Anna 8.png
    [Zona de acampada]

    La tontería del trovador estuvo a punto de arrancarle una risa, o al menos así me lo pareció, y la idea me puso muy contenta. El humor servía al único propósito de entretener, y ser capaz de relajar a alguien más mediante chistes tontos era una cosa muy bonita. En la expresión siempre había un ida y vuelta.

    Conque iba a la 2-3, ¿eh? Se sumaba a la lista. Mantuve la sonrisa en su lugar, aunque sentí algo extraño que quedara suspendida en el aire esta idea de que era amiga de Altan. Tampoco podía decir otra cosa, vaya. Fue amargo y, como estaba de brazos cruzados, acaricié apenas la manga de mi sudadera con el dorso del pulgar. No expresé ninguna emoción negativa, en definitiva, y asentí ante Hubert.

    —¿En los famosos almuercitos? Si ustedes quieren, claro. Ya comprobaste que a veces no soy buena auto imponiéndome —dije en tono de broma, y solté el aire por la nariz—. La 2-3. Te sumas a mi lista de desgracias, querido Hubert. Tengo a todos mis amigos de segundo ahí, ¿sabías? Todos. ¿Puedes creer mi mala suerte? Es de locos.

    Resoplé, meneando la cabeza, y otra idea repentina me iluminó el semblante. Con él completaba el álbum del cuarto grupo y estaba un paso más cerca de completar el de la 2-3.

    —¡Otra figurita! —exclamé, alzando el brazo. Éste descendió extendido e hice la mímica de tocar la punta de su nariz sin hacerlo realmente, acompañado de un suave "pop"—. Bueno, no importa. Al menos me quedo contenta de que mis amigos comparten aula con buenas personas. Por cierto, seguramente los conozcas. Son Emily, Dante y Aleck. —Fruncí el ceño—. Bah, a Greenie... digo, a Aleck hace mucho no lo veo, ¿cuándo entraste tú a la escuela?


    Joey 4.png
    [Zona de acampada]

    —Me quedo con Vero —resolví, radiante como siempre, y carraspeé con cierto aire teatral antes de llevar una mano a mi pecho e inclinarme en una reverencia suave—. Joseph, bella dama. Joseph Benjamin Wickham. —Me erguí, recuperando la jovialidad—. Pero puedes decirme Joey, todos me dicen así.

    Miré a Fujiwara cuando Verónica le preguntó si era amigo suyo. El muchacho se había quedado quieto y sin demasiadas intenciones de intervenir. Miró a la chica, luego a mí, y se encogió de hombros.

    —Nos conocimos hoy, en el almuerzo —respondió.

    —¡Motivo más que suficiente para ser amigos! —repliqué, retrocediendo un paso para poder verlos a ambos—. Y ya sabes lo que dicen, los amigos de mis amigos también son mis amigos. ¿Tienen planes para más tarde? —Estábamos literalmente frente a los profesores, así que volví a inclinarme y bajé la voz—. Si les apetece, este caballero los invita formalmente a reunirse en la playa del Bosque Cinco luego de cenar. Ah, lo estoy organizando con Ali-chan, su líder de grupo~

    Les regresé su espacio, sonriendo de oreja a oreja.

    —Así que, ¿los cuento adentro?

    Fujiwara tomó aire por la nariz y miró a Verónica. Probablemente se amoldara a lo que ella prefiriera.


    Kohaku 3.png
    [Muelle]

    La primera piedra de Fiorella llegó bastante lejos, considerando nuestra falta de fuerza y de experiencia. La oí picar suavemente hasta que se hundió en el lago y separé otra del montón para mí, moviéndola dentro de mi palma.

    —¿Anna? No, no te preocupes. Creo que había mencionado a Emily, también. A ella no la conoces, ¿cierto? Te la puedo presentar. —Sonreí, bastante más tranquilo—. Es una buena chica, te caerá bien.

    Y lancé la piedra, siguiendo su recorrido con la vista.

    —Esa mejor amiga de la que hablas, ¿es de aquí?


    Pium pium pam

    1° ronda (Fiore)
    Fiore: 3.2 metros
    Ko: 2.9 metros

    2° ronda
    Fiore:
    Ko:

    3° ronda
    Fiore:
    Ko:
     
    Gigi Blanche ha tirado dados de 50 caras para Piedrita Total: 29 $dice
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    Después de haber tirado la piedra sonreí al ver que tan lejos había caído, y eso que yo no era tan buena en estas cosas, con eso espere hasta que Kohaku tirara la suya.

    —Ya que no hay problema, pues encantada —murmure tranquilamente pero cuando dijo el nombre de la otra chica que no se me hacia de nada puse mi vista en el levemente—. ¿Emily? No, no la conozco pero de seguro que me caerá bien cuando me la presentes.

    Después de todo me gustaba hacer amigos y mas si eran tranquilos, no me caía bien la gente que tenia los egos elevados. Entonces cuando por fin lanzo la piedra también la seguí con la mirada antes de escuchar su pregunta.

    —En realidad si estudia en la Academia, pero no es de aquí de Tokyo ella es de Grecia su nombre es Adara Makris, tiene un carácter algo peculiar —inquirí mientras giraba la piedra en mi mano para lanzarla con eso seguí su trayectoria y para decir verdad aquí era donde decía que en realidad me faltaba full practica—.Te la puedo presentar cuando la vea por aquí, por que para ser sincera no se donde se metió.

    Con eso espere hasta que el también lanzara, mientras que con mi mirada buscaba a Adara.

    1° ronda (Fiore)
    Fiore: 3.2 metros
    Ko: 2.9 metros

    2° ronda
    Fiore: 1.4 metros
    Ko:

    3° ronda
    Fiore:
    Ko:
     
    quem ha tirado dados de 50 caras para piedrita Total: 14 $dice
    Última edición: 27 Julio 2023
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    Gigi Blanche

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    Asentí ligeramente cuando el asunto de los planes a futuro quedaron zanjados. Sabía que Anna no tendría problema, respecto a Emily me preocupaba un poco que llegara a sentirse incómoda, pero Fiorella no era una persona metiche ni abrasiva así que debería ir bien. Mi piedra desapareció en el agua apenas unos centímetros antes que la suya y atendí a su respuesta, preparando otra piedrita. Adara Makris... No me sonaba de nada, no.

    —¿Va a tercero también? —inquirí, dedicándole una sonrisa suave—. Claro, me la puedes presentar cuando quieras. —Solté una risa breve, relajada—. Tengo cierta fama de llevarme bien con los... carácteres peculiares, así que quizá funcione.

    Con eso dicho, ambos lanzamos nuestras piedras.


    acabo de darme cuenta que narrativamente deberían lanzarlas al mismo tiempo, si no tu vieja va a saber cuál cayó más cerca o más lejos JAJAJA so that uwu

    1° ronda (Fiore)
    Fiore: 3.2 metros
    Ko: 2.9 metros

    2° ronda (Fiore)
    Fiore: 1.4 metros
    Ko: 0.9 metros

    3° ronda
    Fiore:
    Ko:


    edit: bueno Ko, sos re choto hermano JASJAJA. Ya ganó Fiore, pero si querés podemos lanzar igual la tercera
     
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    Bruno TDF

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    Un leve cosquilleo nacido de la culpa volvió a recorrerme, al oír decir a Anna que no era buena autoimponiéndose. Fue una frase dicha en broma, que no debía hacerme suponer que su malestar persistía; su energía tan positiva era intensa y envolvente, pero también me ayudaba a sentirme tranquilo. Lo cual no impedía que la sensación de falta hacia ella prevaleciera, como un pequeño rastro de humo, porque para alguien que se manejaba hacia lo demás con toda la educación y cordialidad posible, haber provocado algo negativo era una situación con la que me costaba lidiar; quitarme esa sensación de culpa que sobrevivía.

    Pero dejé el asunto estar, puesto que cuando me hizo parte de una “lista de desgracias” captó con amplitud mi interés, que se mezcló con una pizca de desconcierto. Dijo que todos los amigos que tenía en segundo año se encontraban en mí misma clase, y una pequeña sonrisa comprensiva se dibujó en mi rostro. A decir verdad, tal expresión también surgió por el hecho de que, si yo estaba en la lista de Anna, ¿por lógica implicaba que me estaba considerando su amigo? O quizás, una potencial amistad. Si era el caso, no tendría reparos en aceptar aquello.

    Un reflejo involuntario me hizo echar la cabeza unos centímetros hacia atrás cuando su brazo descendió sin previo aviso en mi dirección, como buscando atrapar algo en mi rostro concentrado, pero al instante emergió de mis labios una risa muy baja, muy leve, ante la cual no tuve la rapidez suficiente para contenerla. Había logrado tomarme por sorpresa.

    Anna dijo que estaba contenta de que sus amigos compartieran clase con buenas personas, y le sonreí con cordialidad para agradecer esas palabras.

    —Si te quieres sumar a los almuerzos o venir a buscarme, prometo recibirte de ahora en más con los brazos abiertos —dije en respuesta su broma anterior, pero yo le decía aquello en serio—. A Emily, Dante y Aleck los conozco únicamente de vista, todos ellos parecen ser muy amables. No me extraña que sean amigos tuyos, si me permites opinar al respecto, ya que considero que es un rasgo que comparten —convine.

    Para sacar una conclusión sobre ella en esos minutos que llevábamos hablando, me basaba en su acercamiento. Tal como ocurrió en mi caso, ella se terminó preocupando por mí, por temor a haberme ofendido, lo que fue el impulso para dar comienzo a la conversación que llevábamos actualmente. Su intención de querer aclarar algo con una persona a la que veía por primera vez, era un signo de buena voluntad y también de amabilidad, al menos desde la visión que yo tenía sobre la conexión de las personas.

    —Respecto a mí —proseguí—, ingresé a la academia Sakura días después del comienzo de clases. Es probable que no se haya reparado mucho en mi presencia, ya que mi asiento se ubica en el fondo del aula y estuve más bien dedicado a leer en espacios apartados. Me gusta mucho leer. También tengo la costumbre de observar el mundo, desde la distancia —conté, con el semblante solemne—. Pero elegí cambiar eso a partir de este campamento. Es una decisión que hasta ahora me ha traído momentos positivos, como conocerlos a ustedes.

    Sonreí mientras la miraba. Cayden... Altan... Y ahora, Anna.


    [​IMG]

    Joseph Benjamin Wickham se llamaba este chico tan simpático y divertido. Se presentó inclinándose ante mí, con la mano apoyada delicadamente en su pecho. El nombre y sus movimientos quedaban perfectos para la imagen de caballero con la que estábamos jugando: casi se sentía como si una armadura plateada envolviera su cuerpo y yo lo observara, con una corona de flores blancas y un vestido de igual color ondeando al viento. Ah, y con botas de combate y una espada en mi cinturón también, con Copito haciendo de escudero sobre mi hombro.

    Sir Joey serás —respondí con la punta de los dedos cubriéndome la sonrisa, divertida por la imagen dibujada en mi mente.

    Fuji dijo que se habían conocido en el almuerzo y eso le bastó a Sir Joey para afirmar que eran amigos y que yo estaba incluida como amiga de Fuji. Aquello bastó para hacer que contuviera otra risita tras mis dedos. El caballero me estaba cayendo muy bien, y su idea de las amistades me hizo sentir entusiasmada. Luego nos preguntó si teníamos planes para más tarde, con un tono muy “secretoso” que llamó mi atención al instante e hizo que me inclinara hacia él, invitándolo con la sonrisa a seguir hablando.

    Al escuchar su propuesta, la ilusión resplandeció en mi semblante sin ningún tipo de filtro. En mis recorridos por los bosques, cuando estuve haciendo ejercicio antes de la prueba de valor, en ningún momento di con una playa. La sola idea de caminar descalza sobre la arena y sentir el agua rodeando mis pies fue suficiente para que me considerara dentro de aquel plan que parecía ser travieso.

    Miré a Fuji con una sonrisa suave y cálida. En ese momento pude notar el color bronce de sus ojos a la luz de un fuego cercano. Su mirada parecía decirme que haría lo que yo decidiera, lo que me dio el impulso para considerarnos un dúo.

    —Suena mucho más divertido que lo de la prueba, yo digo que vayamos —le dije radiante, para luego volver a mirar a Sir Joey—. Me alegra que Ali también esté, fue una gran líder —asentí para reforzar mis palabras; tras lo cual agregué:— Sir Joey, ¿conoce usted al señor Kenny y a la dulce Jez? Brillan más que el sol —describí señalando mi cabello albino con los índices, con las mismas palabras con las que Fuji se había presentado al acercarse al grupo antes de la prueba. Me incliné hacia el caballero y bajé un poquito la voz— Si los invitara a la playa, me haría más resplandeciente.

    La idea de volver a reunir al grupo para algo como una noche de agua, arena y estrellas me resultaba muy bonita.
     
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    Amane

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    Alisha 2.png

    [Zona de acampada]

    Las reacciones de Jackie fueron bastante... predecibles, y también algo neutrales, ya de paso; se avergonzó ligeramente por mi sugestión, por lo que prefirió centrarse en el tema de la playa, y luego solo me pareció verle fruncir el ceño por un nano-segundo cuando mencioné a su amiga, pero fue algo sumamente fugaz y al final aceptó la idea, así que bien podía haber sido imaginación mía. No importaba demasiado, porque estaba cien por ciento convencida de que lo realmente interesante sería durante la salida nocturna, y ese era mi objetivo principal.

    —¡Tú tranquilo, Jackie-chan! Puedo ser muy persuasiva~

    Con eso dicho, el muchacho aceptó llevarme a cuestas a pesar de que... joder, siempre se me olvidaba que tenía la pierna pachucha. Si me hubiese dado cuenta antes, me hubiese soltado antes de siquiera pretender montarme, pero qué va, para cuando me percaté ya tenía las manos del chico sujetándome las piernas, y no me quedó más que dejarme llevar por el mismo. Si nos caíamos... bueno, podía ser un problema con los tres metros de Jackie, pero golpes peores me había llevado en mi vida, así que no me preocupaba demasiado. ¡Además! Las vistas desde allá arriba hacían que el riesgo mereciese completamente la pena.

    Después de un rato, el chico interceptó a Alethea comiendo en una de las mesas y nos llevó hasta allá, donde la chica nos recibió con una obvia expresión de sorpresa por... well, la escena en particular. Le sonreí como si nada mientras Jack la saludaba, levantando apenas la mano para también dedicarle un saludo, y después giré un poquito la cabeza para corresponderle la mirada a Jack. Ensanché la sonrisa, ligeramente divertida por ello, y aproveché el momento para bajarme de un salto de su espalda, sentándome en el banco opuesto de nuestra invitada especial.

    >>¡Una reunión de amigos! Vamos a estar de chill en el Bosque Cinco, tomando algo y charlando un poco, ¡nada muy loco! Quizás juguemos a algo para matar el tiempo, pero tranquilito. ¡Y Jackie-chan nos va a amenizar la velada con su guitarra! —eso último lo añadí girando la cabeza para mirar al susodicho, sonriente.

    —¿En serio? —escuché que la muchacha murmuró, intercalando un par de miradas entre ambos, y la sorpresa que había mantenido se le transformó en una sonrisa bastante bonita—. Me encantaría unirme, la verdad. Muchas gracias por invitarme.

    —¡Sin problema! Jackie fue quien quiso que vinieras~ —solté bien pancha y descarada, sonriendo con una inocencia absurda mientras veía a Alethea volviendo a centrar su atención en el moreno, claramente curiosa por esa información.

    Kenneth 2.png
    [Zona de acampada]

    Mi idea inicial tras haberme despedido de Joey había sido sentarme a comer tranquilamente en alguno de las mesas disponibles del lugar, pero mi plan se vio truncado por dos principales motivos: quedaban pocas mesas sin estar ocupadas por al menos una persona y, en mi búsqueda de aquello mismo, di con la melena rojiza de Sasha en una mesa algo apartada. Estaba sola, así que me permití acercarme sin mucho problema y sentarme justo enfrente, dejando el plato con suavidad delante de mi asiento.

    —¿Cómo una señorita tan linda comiendo tan sola? ¿Acaso voy a tener que denunciarle a los profesores tal ofensa criminal~? —solté, con el tono más descarado que fui capaz de encontrar, y le sonreí sin poder esconder la chispa de diversión que sentí por toda la tontería—. Oye, ¿te apetece jugar a algo? —murmuré justo después, inclinándome sobre la mesa para poder hablarle bajito y que nadie más me escuchase además de ella—. He conseguido algo para beber. ¿Qué te parece si intento buscar una manta, tú intentas llevarte toda la comida posible de aquí y nos escapamos los dos hacia el estanque? Tenemos que conseguir hacerlo sin que los profesores nos pillen, claro.

    Aunque viendo que Joey me había dado alcohol tan impunemente en medio de la zona de acampada, y que los profesores estaban demasiado ocupados con la cena como para vigilarnos (aparte de que parecían bastante pasotas en general), realmente dudaba que hubiese algún problema real con ir a cenar en otro lado de la reserva. Pero intentar hacerlo a escondidas le daba un toque extra de emoción, y esa misma sensación se tuvo que ver reflejada en mi rostro cuando me erguí para volver a sonreírle como si nada.

    >>Realmente no tienes escapatoria, porque si me dices que no simplemente te voy a secuestrar, pero sería más divertido si participas voluntariamente~

    Gigi Blanche tienes derecho a guardar silencio, todo lo que diga podrá ser usado en su contra *le pone las esposas* 7u7
     
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    Gigi Blanche

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    Anna 8.png
    [Zona de acampada]

    —¿Qué dices? ¿Que me recibirás con un abrazo cada que me veas? ¡Dime dónde firmo! —bromeé, tergiversando la intención de sus palabras, y oí el resto—. Bueno, si quieres te puedo presentar a Emi más tarde, planeaba buscarla ya que no hizo la prueba de valor y quizá se está aburriendo.

    Aquello último lo dije mirando alrededor, por si daba con la chica, pero no tuve suerte. Había fingido demencia respecto a la suerte de cumplido que me otorgó, aquello de que era amable, ya que me había pillado en frío y me dio miedo llegar a sonrojarme o algo si lo pensaba demasiado. Podía recibir sin problema los halagos que implicaran aquello donde sí me creía buena, como bailar, pero lo demás...

    Hubert había ingresado a la Academia más o menos al mismo tiempo que yo. Asentí, comprensiva, y alcé las cejas cuando me dijo que le gustaba leer. Me hacía un poco de gracia la forma tan ceremoniosa en la que a veces hablaba, era adorable. Dijo que conocernos había sido algo positivo y sonreí, enternecida.

    —Gracias, cielo —murmuré, sin regular aquel apelativo a consciencia, y me removí un poco—. Eres como... No, no eres como un trovador medieval, ¿has visto Bridgerton? ¡Bueno, no importa! Eres como un príncipe o un duque, ¿no? De esos que toda la vida les enseñan a ser respetuosos, cordiales y rectos, que disfrutan de un gran libro y una buena taza de té, pero que también son muy amables y sinceros cuando los conoces. Por cierto, te gusta leer, ¿sabes del club de lectura que hay en la escuela? Un par de chicas van a la 2-2 conmigo, aunque no sé si... ¡Ah, Bleke!

    Vaya golpe de suerte. En ese momento reconocí a la chica, que justo estaba pasando detrás de Hubert con un plato de comida. Se detuvo, giró el rostro hacia nosotros, y tras reconocerme reemplazó aquella expresión seria con una pequeña sonrisa, cordial. Era alta y muy pálida, se acercó un par de pasos y mantuvo una distancia prudencial con Hubert. Sus ojos celestes, de por sí oscuros, lucían bastante opacos bajo la luz del fuego.

    —Hiradaira-san —saludó, con voz suave, y deslizó la mirada a mi compañero—. Y... Mattsson-kun, ¿verdad?

    —Justo acababa de mencionarle a Hubert el club de lectura y me di cuenta que no tengo idea qué hacen —le expliqué, tranquila.

    Era una chica que de lejos parecía sumamente fría, pero una vez le hablabas no estaba tan mal. Sus ojos regresaron a mí y me respondió sin titubeos ni intervalos de reflexión.

    —Solemos acordar una lectura semanal o quincenal, dependiendo la extensión del libro, y acabado el plazo, nos reunimos para hablar al respecto. También podemos acudir a la biblioteca cuando queramos y juntarnos a leer. Básicamente esa es la actividad del club de lectura. —Alternó la vista entre ambos—. ¿Tienen alguna otra duda?

    Miré a Hubert. Yo, por mi parte, ya había cumplido mi trabajo.


    Kakeru 2.png
    [Zona de acampada]

    Mis planes nocturnos, que de por sí eran bastante vagos, definitivamente no habrían incluido nunca a Wickham. Estaba el asunto del almuerzo, y de por sí había algo en su energía que no me gustaba. No estaba seguro si era por cómo trataba a las chicas, por sus aires risueños de plástico o el puto apodo que me había adjudicado por la cara; prefería pasar de su existencia, en lo posible. Era la clase de tíos que me resultaban repelentes.

    Había dado con Verónica en la línea de parrillas y decidí acercarme a ella, con la esperanza de distraerme un poco de los pensamientos de mierda. No pasó mucho hasta que Wickham nos interceptó y nos invitó a una quedada o no sé qué. Dudaba que mi existencia le interesara un pelo, sólo me estaba usando de nexo para invitarla a Verónica, ¿cierto? Los de su tipo eran todos iguales.

    Pero vaya, al cabrón lo conocía de hace doce horas y no quería seguir metido en la labor de hacerle caso a la paranoia. Hice lo de siempre, lo dejé fluir y me mantuve relativamente al margen. Wickham lucía complacido ante la idea de ser apodado "Sir Joey" y asintió solemne, acabando de erguirse. La verdad era que no tenía motivos de peso para ir a la dichosa playa, pero tampoco tenía mejores planes y... quizá me viniera bien distraerme un rato, ver caras nuevas. Además, Verónica lucía tan emocionada ante la idea que no me dio el corazón para seguir de amargado. La chica conectó con mis ojos y yo le sonreí, encogiéndome ligeramente de hombros. Bueno, qué más daba, ¿cierto? No sería tan malo.

    Wickham siguió atendiendo a Verónica, acompasándose a su energía y sus expresiones con una facilidad irrisoria. Al ésta inclinarse, él le prestó la oreja. Fue sumamente breve y sutil, pero por un segundo me pareció que su sonrisa había amenazado con flaquear. O quizá yo estuviera delirando, vaya.

    I'll think about it —fue toda su respuesta, lo cual me pareció algo extraño, y comenzó a caminar en reversa—. Remember! Bosque Cinco, en media hora. Nos vemos~

    Con su presencia fuera del radar, me desinflé los pulmones y una muy ligera cuota de tensión abandonó mi cuerpo. Le sonreí a Verónica.

    —Bueno, vamos a comer, ¿te parece? Tengo un... ligero presentimiento sobre esta reunión, así que nos conviene comer bien.


    Sasha 4.png
    [Muelle]

    La aparición de Kenneth no me sorprendió demasiado, pero sí me puso muy contenta. El hecho de que supiera estar sola no implicaba que no disfrutara mucho más de la compañía ajena, y además, que cumpliera su pequeña promesa de venir a buscarme lo volvía aún mejor. Se sentó frente a mí y yo suspiré, sincronizándome a su broma.

    —Ya ves, mis pretendientes son todos unos pasotas y me dejaron comiendo sola, ¿cómo se atreven?

    La oferta del supuesto juego captó toda mi atención y reflejé su movimiento sobre la mesa, con una sonrisilla divertida plantada en los labios. No estaba segura a qué se refería exactamente con eso que había encontrado para beber, pero si lo decía así había pocas opciones, ¿verdad? Su plan maestro era básicamente un picnic nocturno en el estanque de luciérnagas y no tuve forma de explicar la ilusión que me hizo la simple imagen mental. Me esforcé por moderarla, claro, but gosh. ¿Cuándo había sido la última vez que me invitaron a una cita así? Siquiera lo recordaba.

    Cerró la invitación diciendo que me secuestraría si me negaba y la tontería me aflojó una risa breve.

    Got it —murmuré, hablando con cierta suavidad en mi voz—. Te espero en el muelle, entonces. Go big or go home, right?

    Cuando Kenneth se fue, puse el plan en marcha. Recordé que había traído unos tupper, así que fui a las parrillas y armé dos raciones de comida. Los guardé en la mochila, junto a otras tonterías y los brownies que le había traído, y hablé con Akuma-sensei, quien me facilitó dos chalecos salvavida. La había elegido a ella por la simple razón de que parecía la más proclive a permitirme la tontería, además de que la conocía mejor que al resto. Me recibió con una sonrisa sedosa, me miró varias veces de pies a cabeza y me dejó ir, con un muy malintencionado deseo de que "nos divirtamos". Y que volvamos antes de las doce, claro.

    Con todo listo, fui hasta el muelle, lo recorrí y lancé tanto la mochila como los chalecos dentro de una de las canoas, que era para dos personas. Me había alejado del gentío, el agua se mecía con suavidad y alcé la vista al paisaje, la luna y las montañas a lo lejos, cargándome los pulmones de aire. Me daba hasta vergüenza, pero lo emocionada que me sentía frente a esta pequeña travesura no era ni normal. Me senté en el muelle, entonces, a la espera de que Kenneth llegara.


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    Deje por cerrado el tema de conocer a Emily, bueno supongo que eso quedaría para después, cuando la conociera ya sabría que pensar, después de todo con escuchar solo su nombres pues algo me decía que era una chica tranquila, mi ojos se fijaron en el lago una vez después de ver como su piedrita desaparecía bajo el agua. Sonreí en poco..

    —Sip va a tercero esta en el 3-2 —respondí a su pregunta tranquilamente, y le respondí a la sonrisa que me dio mucho después de asentir sobre que podría presentársela, pero reí brevemente cuando dijo que tenia cierta fama de llevarse bien con los carácter peculiares—. Ojala que funcione ella es algo difícil de tratar, bueno mas si se encuentra con alguien que le quiere joder la existencia como ella siempre dice.

    Con eso prepare otra piedrita mientras la tiraba al mismo tiempo que la de el, mire el lago fijo, esa era la ultima piedrita ¿no? .


    —Entonces —murmure suave—. ¿Qué hacemos ahora?

    Por lo menos me había distraído, y había olvidado el malestar que había sentido hace tanto.

    Oh recién recapacito también uwu, pero supongo que ya esta?)

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    La cara con la que nos recibió Alethea a Alisha y a mí fue bastante interesante. Bueno, después de todo, era un muchacho de metro ochenta y siete cargando con una chica que tampoco era baja para nada, así que debíamos dar la apariencia de algún gigante sobrehumano, o alguno de los monstruos que nos habíamos encontrado en el bosque. Ahora que lo pensaba de esa manera, no era tan atemorizante.

    Deje que Ali fuera la que diera las instrucciones y presentaciones. La idea era de ellos, después de todo, y también era más fácil charlar cuando no estabas concentrado en que tu pierna no fallara en el peor momento. Estábamos al lado de una mesa, después de todo. Una mala caída y el campamento iba a terminar mal para varios de nosotros. O al menos, dos de nosotros.

    Sonreí con un poco de orgullo en cuanto la rubia mencionó que iba a ser el encargado de musicalizar la noche, y me encogí un poco de hombros, intentando quitarle importancia al asunto. En ese momento Alethea sonrió y tuve que esforzarme para no ensanchar la mía propia como un tonto, en especial cuando escuché que se nos iba a unir.

    Una expresión de pánico, veloz como el rayo, cruzó por mi rostro cuando Alisha mencionó que había sido yo el que había sugerido la idea de invitar a Ale. Giré el rostro hacia ella, manteniendo una expresión calma como podía, mientras en mis ojos brillaba la confusión. Me encontré con esa sonrisa que destilaba una inocencia tan falsa como las cartas de Yu Gi Oh que me compraban cuando era niño, así que decidí simplemente ignorarla y enfrentar a la otra chica, que me miraba curiosa. ¿Siempre había tenido los ojos tan grandes y azules?

    — Sí, la verdad es que me gustaría bastante que vinieras —logré decir, aflojando un poco la tensión del rostro.— Cuando Ali vino a plantearme la idea, se me ocurrió que tal vez quisieras despejarte un poco después de la prueba y demás. Y como también sé que te gusta la música y todo, que se yo, todo parecía cerrar. Y podemos conocer más gente, ¿eh? Hablando de eso —conecté la mirada con Ali, al frente, haciendo una pregunta tácita con los ojos.— ¿Hay que buscar a más gente? ¿O vamos yendo ya?
     
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    Bruno TDF

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    Pude sentirlo, el cómo un principio de rubor amenazó con hacer acto de presencia en mi rostro. Deposité mi fe en la noche y en la iluminación de la fogata cercana a nosotros para que pasara desapercibido. No podía determinar si me expresé mal o si Anna dio un significado diferente, con intencionalidad, a mis palabras de recibir con gusto su compañía. Venía de una sociedad educada y cordial, pero en la que también existía distancia entre las personas a causa de que había celos sobre el espacio personal; por eso, la sola idea de abrazar a una persona con la que me estaba conociendo me hacía sentir un poco extraño. No era que la idea me resultase desalentadora, pero me costaba imaginarme en la situación. Por lo cual, mi modo de responder a Anna fue pasarme la mano en la nuca con una leve sonrisa, porque no supe muy bien qué decir. Por lo demás, asentí ante la idea de que me presentase a Emily; a mi compañera de clase sólo la veía desde la distancia por mi mera personalidad de observador, pero era como si a su alrededor se emitiera un aura relajante y pensé que podría tratarse de un encuentro interesante. Tal vez, la fundación de una nueva conexión en mi red.

    Tras ese intercambio, pasé de erigirme ante la chica como un trovador medieval, a reflejar la idea de un príncipe o un duque. Figuras caracterizadas por su educación y cordialidad, asimismo por plantear la idea de sujetos amables y sinceros. Mi sonrisa, al oírla decir aquello, se tornó más cálida. La comparación que realizaba no me disgustaba, pues sentía que era una forma acertada de definirme. Yo era joven, pero también muy formal para la edad, me lo decían constantemente; sin embargo, las imágenes que Anna dibujada en el aire con sus palabras me hacían sentir tranquilo con mi modo de actuar, de ser ante las personas. Asentí levemente cuando me preguntó si sabía del club de lectura, pero no llegué a acotar otra cosa, a raíz que de que Anna llamó la atención de una chica que pasaba cerca. Me giré para mirarla, viendo que estaba a una distancia prudencial de mí.

    Se trataba de Bleke Middel.

    La reconocía de haberla visto por la zona de las aulas de segundo año. Era de una estatura cercana a la mía y muy pálida. Su distintivo más particular radicaba en el color de los ojos: celeste oscuro. Al hablar lo hizo con voz suave y me limité a asentir cuando me mencionó. Supuse que, como en el caso de Altan, se había educado en Japón y que por eso se dirigía a nosotros por el apellido. Anna entonces le hizo un planteo sobre el club de lectura y la chica nos dio una explicación precisa y exacta sobre las actividades del mismo, cerrando con una invitación a plantear dudas. Me dio la impresión de la rectitud y la dignidad; tenía una manera de ser formal bastante diferente a la mía, pero en aquel leve parecido encontré algo de comodidad para sonreírle, tras intercambiar una mirada con Anna.

    —Antes que nada, es un gusto conocerte en persona, Middel-san —dije con solemnidad, optando por empezar dirigiéndome a ella por el apellido; en temor de provocar incomodidad si pronunciaba su nombre nada más conocerla—. Yo tengo una duda respecto al club: ¿queda lugar para recibir a otra persona? Llevo bastante tiempo interesado en formar parte de sus actividades.

    Por mi mente surgió la idea de invitarla a cenar con nosotros. Por mera educación. Pero callé. Me había dado la impresión de que no estaba acompañada, pero era esa forma de razonar lo que había hecho que Anna se sintiera mal en los humedales, a causa de mis acciones. En realidad no tenía manera de saber si se estaba dirigiendo al lugar de otra persona, por lo que me limité a sonreírle con cordialidad.
     
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    Amane

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    Sasha se acopló a mi broma con una rapidez envidiable, con una respuesta por su parte que por supuesto logró ensanchar mi sonrisa con aún más diversión. Negué con la cabeza un par de veces, con una expresión de obvia decepción por sus pretendientes, pero dejé pasar el tema con bastante facilidad para poder centrarme en lo que realmente me interesaba. Una vez más, la muchacha no tuvo problema alguno en seguirme el ritmo, y me sonreí con satisfacción cuando finalmente escuché su afirmación de que participaría voluntariamente; asentí con la cabeza cuando mencionó el muelle y, finalmente, nos dividimos para cumplir con nuestras respectivas misiones.

    Esperé un par de minutos extras tras haber dejado marchar a Sasha, para no levantar demasiadas sospechas en caso de que alguien nos viese, y poco después me dirigí hacia mi tienda de campaña; no recordaba haberme llevado nada parecido a una manta, sábana o mantel para pícnic, pero no perdía nada por intentar encontrar algo con lo que improvisar, ¿cierto? Estuve un rato relativamente largo, pero al final no pude hacerme con nada que mereciese la pena y tuve que chasquear la lengua, ciertamente molesto por mi falta de previsión de que algo como aquello pudiese suceder. Por suerte para mí, la bombilla se me iluminó justo en el momento preciso y no tardé en dirigir mis pasos hacia la tienda de Emily, pues estaba completa y absolutamente convencido de que ella tendría algo con lo que arreglarme la vida en ese instante.

    —Emi, necesito tu ayuda~ —susurré contra la tela de la tienda, esperando bien cerca de la misma para poder escuchar lo movimientos que hubiese en su interior—. Rápido, ¿has traído alguna manta que pueda usar para sentarme sobre el césped?

    La chica me miró con cierta confusión en sus ojos, pero por el momento no preguntó nada y volvió a meterse en la tienda para buscar lo que le había pedido. Mi rostro se iluminó en cuanto volvió a salir, en aquella ocasión con un trozo de tela colgando de sus brazos, y le sonreí con agradecimiento mientras recibía el mismo entre mis propios brazos.

    —¿Para qué lo necesitas?

    —Un pícnic...

    —¿Acompañado?

    —Mhm.

    No me avergonzaba ser sincero con Emily, precisamente, aunque no podía negar que la mirada que me echó un instante después de responderle me hizo sentir algo... no exactamente culpable, pero sí como si mi hermana pequeña me hubiese pillado haciendo alguna travesura que no debería haberme visto hacer con su edad. No tenía ni idea de dónde venía todo aquello, pero no era el tipo de persona de preocuparme demasiado por ese tipo de cosas, así que ignoré todo el asunto de llano y simplemente extendí el brazo para revolverle cariñosamente el pelo a la morena.

    >>Deberías ir a comer algo. Tu hermano me pidió que te cuidara, ¿recuerdas?

    —Lo sé, ahora iré. Pásalo bien en tu pícnic~

    Solté el aire por la nariz en una risa floja al escuchar su comentario, volviendo a repetir el gesto de antes en su cabello antes de finalmente alejarme de la zona de acampada. El muelle no quedaba muy lejos, y casi todo el mundo se había aglomerado en el lugar de la parilla, por lo que no fue especialmente difícil dar con ella una vez me adentré en la zona donde me había citado. Quise acercarme por su espalda e intentar asustarla, pero después recordé lo que me había contado sobre la prueba y decidí comportarme mejor, pues genuinamente quería que aquello saliese bien.

    —Buenas noches~ —canturreé, una vez alcanzada su posición, y mi mirada no pudo evitar danzar hasta la canoa donde muy obviamente se veían todas las cosas que ella debía haber preparado—. Ah, ¿quieres que te siga impresionando con todas mis capacidades? Porque se me da bastante bien llevar una de estas~

    *la arresta y se la lleva de nuevo* all mine, muehehe

    Alisha 2.png
    [Zona de acampada]

    Haber visto a los tortolitos después de la prueba de valor había sido una experiencia divertida, but oh God, verlos en aquel momento delante de mis narices estaba siendo puro oro en bruto. Jackie estaba a literalmente una batida de pestañas de esta chica para ponerse a sus pies, pero ella se veía tan absurdamente unaware de todo que no pude evitar pensar en lo mucho que todo aquello parecía ser sacado de una de esas películas rom-com que Joey y yo nunca acabábamos de ver por ser demasiado empalagosas. Ah, pero en vivo y en directo era otro mundo completamente diferente, ¿verdad?

    Jack también estuvo a un segundo de matarme con la mirada en cuanto solté lo de que había sido su idea, reacción que solo consiguió hacerme sonreír con aún más inocencia mientras me encogía de ligeramente de hombros. Se inventó un buen número de excusas para intentar justificar su pseudo-idea de invitarla, para finalmente dirigirse de nuevo a mí con claras intenciones de que lo sacase de ahí cuando antes. Podía salvarlo así cómo lo había metido en el lío, pero en su lugar dirigí de nuevo mi atención hacia la peli-azul, sonriendo como si nada.

    —Nunca me han invitado a algo así, así que muchas gracias por pensar en mí, Jack —explicó, sin haber apartado la mirada llena de curiosidad del muchacho, y pude ver como le sonreía con genuina agradecimiento antes de virar su atención hacia mí de nuevo—. Y a ti, claro... Welsh-san, ¿cierto?

    —Dime Alisha, bonita~ —le pedí sin poder evitar cierta suavidad en mi tono de voz, y después, así como si nada, di una palmada mientras me levantaba del banco—. ¡Bueno! Te dejamos que comas tranquila entonces, ¿sí? ¡En un rato en el Bosque Cinco, no te olvides! See ya~

    Me despedí de la chica con un gesto de mano y miré a Jackie con una renovada sonrisa divertida a la pasada, esperando que me siguiese mientras me alejaba hacia la parilla de comida.

    >>Yo no tengo a nadie más a quién invitar, Jack-O-Lantern —admití después de un rato, en un punto medio entre Alethea y los profesores—. Y a menos que tú tengas a alguien más en mente... I'm gonna go eat something. Ya sabes, para tener algo que absorba el alcohol. I don't wanna be too hangover tommorow~
     
    Última edición: 23 Septiembre 2023
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    Reual Nathan Onyrian

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    [Zona de Acampada]

    Alisha la debía estar pasando bomba con todo esto. Debíamos estar dando entre los dos más entretenimiento que una serie de Netflix en estos momentos. Cuando la miré buscando ayuda, la muy hija de una bruja simplemente ensanchó la sonrisa y puso expresión de no tener idea de nada. De hecho, me ignoró completamente, desviando su atención a Alethea. Estaba a punto de soltarle una grosería entre dientes cuando la otra chica habló.

    Su agradecimiento hizo que volviera a prestarle atención. ¿En serio nunca la habían tenido en cuenta para algo tan simple como una juntada a la noche con amigos? Ay, mi vida. Bueno, era en la playa de una reserva, y demás, pero dudaba de que esas especificaciones fueran relevantes en este caso. Su sonrisa de agradecimiento me arrancó a mí una de sincera ternura, y sentí como la tensión que había cargado se relajaba de a poco. Me encogí de hombros, quitándole importancia.

    — Bueno, siempre hay una primera vez, ¿no? A veces, tan solo tienes que conocer a las personas adecuadas —solté, para luego dedicarle una última sonrisa.—Te vemos allí entonces. Te espero.

    Me despedí con un movimiento de la mano y un guiño, y me apresuré para ponerme al lado de Alisha, mientras esta se alejaba. La verdad, estaba bastante tranquilo. Saber que esta sería la primera vez de Alethea en una situación allí, en cierta manera, me renovaba las energías.

    — No tengo a nadie más en mente, Ali, la verdad. No pude relacionarme mucho con los chicos de mi grupo, y además, parece que todos están ocupados en sus propias conversaciones, así que no quiero molestar. ¿Te molesta si te acompaño mientras cenas? Hace mucho que no nos ponemos al día, la verdad —pregunté, con una sonrisa ancha.
     
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    Gigi Blanche

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    Hice un paneo mental de la 3-2 por pura manía, era demasiado improbable que pudiera descartar la suficiente gente hasta dar con su amiga. No llevaba tanto en la escuela ni le prestaba tanta atención a los demás. ¿Que la gente le arruinaba la existencia? Vaya, qué señorita dramática. Sólo por la gracia de demostrar mi punto, me eché encima la mejor sonrisa de angelito que tenía a la venta y miré a Fiorella.

    —Ah, pero yo no hago esas cosas, ¿verdad?

    Técnicamente ella ya había ganado, de todas formas lanzamos la tercera tanda de piedras y ahora sí se me dio por iluminarme. Sonreí, encogiéndome de hombros, y me incliné un par de centímetros en su dirección.

    —Felicidades~ —murmuré, con voz suave, y por la gracia agregué—: ¿Qué te gustaría de premio por tal hazaña?


    dejé colgaditta la última pregunta de Fiore porque me pareció como más orgánico primero esperar a que le responda esto JAJAJA suena muy messy pero eso. Also, el dado de Ko lo lancé en el post anterior suyo

    1° ronda (Fiore)
    Fiore: 3.2 metros
    Ko: 2.9 metros

    2° ronda (Fiore)
    Fiore: 1.4 metros
    Ko: 0.9 metros

    3° ronda (Ko)
    Fiore: 2.5 metros
    Ko: 4.5 metros

    Bleke 2.png
    [Zona de acampada]

    Había decidido permanecer ajena a la prueba de valor sin ningún motivo de peso. Ya había asistido al campamento del año anterior y participado de su actividad especial, e incluso si no era de nervios débiles, pues tampoco disfrutaba de asustarme. Por el tiempo que duró, busqué el libro que había traído y me quedé leyendo frente al lago, en la zona de acampada. Fue un momento que disfruté.

    La cena se inauguró junto a la llegada de los demás. Cuando me acercaba a las parrillas reconocí a Joey con Kenneth, pero no me apeteció particularmente acercarme y los dejé ser. Recogí un poco de carne y verduras, armé mi plato de forma equilibrada sin premeditarlo realmente y, en lo que buscaba una mesa libre, oí una voz llamándome. Era Hiradaira, la chica algo ruidosa de mi clase. Me acerqué un poco y reconocí a su acompañante como un alumno de la 2-3, de los tantos que se habían transferido este año.

    No estaba segura de dónde surgía la curiosidad sobre el club de lectura, pero tampoco necesitaba las razones para responder a su pregunta. Los asistí con una cordialidad un poco indiferente pero cordialidad en fin, ¿o acaso no eran similares todos los buenos modales bien aprendidos? Mattsson tomó la palabra, deslicé mi mirada a él entonces, a sus ojos oscuros, y le concedí una sonrisa pequeña a modo de respuesta. ¿"En persona"? Lo hacía sonar como si fuera una celebridad. La idea me causó gracia, mas no la reflejé y su pregunta despejó el misterio de antes. Conque él era el interesado.

    —Siempre hay lugar para recibir a más personas, Mattsson-kun —murmuré, asintiendo levemente para enfatizar mis palabras—. Somos un club pequeño, después de todo. No nos ponemos quisquillosas.

    Claro, eso lo convertiría en el único chico. Lo repasé brevemente con la mirada, en un análisis silencioso. Bueno, eso no le molestaría, ¿verdad?

    —¿Qué tipo de literatura sueles leer?


    Sasha 4.png
    [Muelle]

    Estaba bastante relajada sentada allí, con el paisaje, las piernas colgando del borde del muelle y el sonido del agua chocando suavemente contra sus troncos de base. Quizá fuera el movimiento de la marea, grande o pequeña, el que me ayudaba a calmarme. Había crecido con esta clase de ruidos y olores, recordaba a casa. El tiempo discurrió inadvertido, mientras las estrellas titilaban y murmuraba una canción en voz baja, cuando los pasos haciendo eco en la madera captaron mi atención. Alcé el rostro e identifiqué a Kenneth del revés, dedicándole una sonrisa.

    —¿Ya has navegado antes? —indagué, incorporándome, y repasé sus facciones un instante antes de agregar—: My, oh my. Sailor Kenny? Privateer? Maybe a pirate?

    Sus colores eran de por sí bastante pálidos. Bajo la luz de luna, su cabello y sus ojos adquirían una tonalidad aún más plateada, se fundían en su tono de piel y le brindaban un aspecto casi... etéreo, pero de una forma ligeramente oscura. Me estiré para alcanzar los chalecos y le pasé uno. Supuse que sabía ponérselo, así que hice lo propio y, digamos que por la gracia, recogí mi cabello y le di la espalda.

    —¿Me ayudas? —murmuré, señalándole los abrojos con el rostro a medio girar.
     
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    Bruno TDF

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    La chica me miró y esbozó una pequeña sonrisa tras decirle que era un gusto conocerla. De cierta forma, me alivió un poco ver que, en su actitud recta y aparentemente impasible en principio, dejaba lugar a gestos como aquel. Dijo que siempre había lugar para una persona más en el Club de Lectura y con un movimiento de cabeza, muy leve, buscó enfatizar sus palabras. Aquello incrementó bastante mi ánimo, porque implicaba tener planes para la semana próxima. Hasta entonces, no había compartido el placer de leer con un grupo; me sobrevino la certeza de que me habìa añadido una futura experiencia que sería fructífera para variar mi vida escolar, y eso se lo debía a la oportuna intervención de Anna. Bleke añadió que el club era pequeño y que, por lo tanto, no se ponían quisquillosas con dejar entrar gente.

    Su último comentario me dio la pauta de que el club parecía estar conformado, actualmente, sólo por chicas. Al mismo tiempo que reparaba en el detalle, los ojos de Bleke se quedaron posados en mí por unos segundos que se sintieron ligeramente extensos… Me invadió un sentimiento de estar siendo examinado por el celeste oscuro y opaco de su mirada. Observado. Quizá ella también estuviese pensando en la situación de que sería el único chico del club; o puede que no fuera el caso, en realidad no había manera de saberlo. Por toda respuesta, mantuve mi sonrisa cordial mientras le sostenía la mirada. Supuse que yo estaría bien en ese ambiente, rodeado de libros y personas con quienes tendría algo en común... pero me preocupaba la posibilidad de que alguien podría llegar a sentirse incómoda con mi sola presencia. Supuse que el tiempo se encargaría de confirmar o refutar aquello.

    —Procuro que mis lecturas sean variadas, pero suelo inclinarme por las ficciones policiales y tramas de suspenso —respondí a su pregunta, girándome para mostrarle una sonrisa a Anna y que así supiera que el dato también lo compartía con ella; volví a centrarme en Bleke—. También opto por novelas históricas, buscando ver cómo se representan épocas pasadas.

    >>¿Y a ti qué te gusta leer, Middle-san? —quise saber con genuino interés.
     
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    Prácticamente no me creía que había ganado, es que con Adara siempre perdía supongo que había pura suerte ni yo misma sabia que era, entonces después de decirle que Adara iba a la 3-2 y que ella tenia un carácter algo difícil y mas si las personas se encargaban de joderle la existencia reí por lo que pregunto y la cara que puso.

    El tenia el don de poner la cara así siempre ¿no?.

    —Por lo que llevo conociéndote pues —aunque viéndolo bien no era tanto tiempo—. No te has mostrado así, o tan solo que no me estés mostrado ¿tu verdadero yo? —entrecerré mis ojos mientras lo miraba fijo, y en si lo había dicho en modo de broma.

    Aparte mi vista de el cuando me felicito.

    —Gracias, gracias —me incline suavemente por puro teatro y al mismo tiempo mire al cielo pensando que podía pedirle como premio—. Te lo diré cuando lleguemos a la academia algunos de esos días —le guiñe un ojo mientras regresaba mi vista a el—. Me lo debes.

    Con eso deje mirarlo para mirar aun costado hacia la zona de acampada, lo que no me esperaba era que Adara estuviera pasando por allí, llevaba un plato de comida suponía que si iba a sentar apartada como siempre lo hacia cuando no tenia nada que hacer, esta era mi oportunidad para presentársela a Kohaku.

    —Adara —había gritado su nombre, la vi buscar el producto de la voz que la llamaba entonces cuando dio conmigo frunció levemente el seño para después fijar su vista en el chico que tenia a lado cuando se acerco.

    —Roja —me saludo su mirada la vi algo fría aunque aun tenia su vista en Kohaku y después miro mi mano suponía que era por las piedritas por que ladeo la cabeza—. ¿Ya comiste?.

    Negue para añadir: —Quería presentarte a un amigo, el es el líder del club de música ligera.

    Le había dicho eso como una clave pues parecía que recordaba cuando le hable de el, por que ella lo miro para después entrecerrarme los ojos.

    —¿Kohaku Ishikawa? —y no pensé que se acordaría de su nombre ya que solo se lo había dicho una vez.

    —Sip —la vi asentir cuando se lo confirme, para después mirar a Kohaku—. Kohaku ella es mi mejor amiga Adara Makris.

    Ada solo se enfrasco en mirarlo fijo para después estirar su mano en modo de presentación.

    —Mucho gusto es un placer conocer a los amigos de Rojita —su voz había salido normal, aunque note algo neutro en ella pero siempre hablaba así cuando notaba que la persona que tenia al frente no iba a molestarla.

    No te preocupes uwu, por aquí te dejo por un rato a Adara también <3
     
    Última edición: 2 Agosto 2023
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