Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

Misato Aoyama

Un paseo por la naturaleza era nutrir el alma con el regalo que los dioses nos han brindado, ese mismo pensamiento me llevo a decidir sin reparos prepararme para el campamento a los bosques de Totoro. Tratándose de la película de mi infancia mucho menos podía negarme. Al partir de la academia busque con la mirada rostros familiares entre los estudiantes, de mi curso reconoci a Cayden y...tuve que desviar la atención al ver a Ayame devorando intentando devorar un dulce en plena caminata.

—Ni lo pienses Aya...

Por fortuna la niña era lo bastante avispada para botarme y entender mi mimica de acatar las reglas en el campamento. Esperaba no provocará problemas y esa niña era un imán de ellos.

Continúe caminando dejandome atrapar por los ritmos inigualables de la naturaleza ( aunque estaba lejos aún). Salí de mi trance cuando una voz llamo mi atención observe de un lado a otro para encontrar a la dueña de la voz...se trataba de Gianna.

—Hola Fiore-san ¿No parece un lindo lugar? He traído lo suficiente para empezar nuestra pequeña aventura.

Gianna continuo relatando sobre su vida durante el resto del viaje, era una chica algo relajada y justo eso mejoraba cada vez que íbamos acercándonos.

—En fin si no trajiste algo de protector solar puedo darte un poco cuando necesites.

Al arribar uno de los profesores propuso dos direcciones para ir, Gianna no dudo en pedir mi opinión al respecto.

—El bosque es un lugar muy lindo creo que iré a dónde mejor les parezca—dije aceptando la voluntad de la mayoría. En un rato los estudiantes votaron por ir al oeste y así se hizo.

—El encanto del bosque fue muy bien retratado en la película, cualquiera podría recibir inspiración con el susurro del viento.

Adentramos aún más hasta llegar a una parte donde una pequeña sorpresa se erigia.

—Fiore-san mira ¡Es Totoro! ¿Te parece una foto para el recuerdo?

Y no era la única, muchos estudiantes retrataban el momento junto a la estatua.

Fiore no tuvo reparos en cumplir mi petición la cual agradecí de buena manera.

No muy lejos de allí el torbellino rojo Ayame estaba curioseando la escultura, seguro para recrearla en una versión de arena.

Contenido oculto

Mori,

Ayame Sabaku

Sabia que la academia tenía mucho mas que ofrecer que aburridas clases con profesores pidiendo una lectura de enciclopedias de media tonelada, tenía la oportunidad de mostrar de que estaba hecha para sobrevivir a la naturaleza.

Buscando entre mis cosas di con mis infaltables binoculares, gracias a ellos en medio de la caminata pude ver de primera mano el gran bosque de Totoro. Una linda película pero sigo prefiriendo las historias ninja.

Pasaron 15 minutos y el aburrimiento abrió algo de mi apetito, era hora de probar un dulce y apenas estaba por morder sentía como una mirada de acecho interrumpia mi bocadillo ¿Quien podía ser? sorpresa era ni más ni menos que Misato.

—Vale vale perdón, seré buena...o al menos lo intentare—dije con ambas palmas unidas, ella estaba lejos con el resto de su clase pero en una suerte de lengua de señas comprendí su advertencia.

Al poner los pies en el bosque estuve cerca de separarme del grupo, como si no tuviera 30 llamados de atención de la profesora.

Por un minuto me detuve a pensar como Watanabe-chan pudo haber faltado...Recordaba como si fuera ayer el como se rehuso al campamento en las cercanías de Sakura¿estaba incluso temerosa con los profesores cerca? Fruncí el ceño solo recordar la fiesta que los mayores tuvieron, en cuanto al campamento ninja ¡Ni hablar!

Entre la multitud escuché como un profesor nos daba la opción de elegir que ruta seguir dejándolo a votación, juraría que el tipo en parte disfrutaría ver a alguien perdido ¿No?

Por estar jugando con los binoculares ignore la pequeña votación para tomar un sendero, pero poco me importaba, al final seguro habría algo interesante en el bosque.

Llegando a un lugar conocido como el bosque 2 pude admirar la belleza que representaba...pero no tanto para lo que se alzaba a mi vista.

—Mmm nada mal algo torcida de este lado pero nada mal—dije mientras estudiaba pensativa la gran estatua de Totoro.

Cuando estuve por poner un dedo en la misma sentí una mirada y rogaba no fuera la de un profesor...pero era de nuevo Misato.

—Te aseguro que no he tomado ni un trozo ni lo volveré a hacer.

Ella aún parecía demasiado preocupada por los problemas que podía generar si el aburrimiento se subía a mi cabeza.... preocupaciones no tan infundadas...aunque exagera a mí parecer.

—Hey ¡Ni se les ocurra dejarme fuera del álbum! O no moveré un dedo por si se pierde—farfulle con un mohin que Misato no tomo como un amenaza sería.

Ambas cumplieron y no cometieron el error de perder a una potencial experta en la naturaleza.

—creo que todos han ido al lago ¡Espero llegue el momento de probar a nadar!

Clementine Crimson

—Creo que los hemos alcanzado hermano, aunque tuvimos que dejar de lado a los demás.

Había salido algo tarde pero con gran esfuerzo llegamos hasta donde los demás disfrutarían del campamento. Había hecho todo lo posible por traer el mejor equipo para la ocasión, tuve problemas pero no tanto como intentar convencer a Clevert de no pasar el día encerrado con sus libros. El pobre necesitaba sol.

—de acuerdo pero ¿Que necesidad hay de ser la mula de carga de tu equipaje?

—Tomalo como castigo por mentir— acomode mis lentes de sol mientras respondía a las quejas de Clever—tienes madera para actor pero jamás podrás engañarme.

No muy lejos estaban Misato y Ayame frente a una estatua de Totoro, una película que disfrute cuando aún vivía en Winchester. Clevert no parecía muy entusiasmado con la mismas salvo con la película del castillo errante de Howl.

—Creo que nos limitaremos a seguir a nuestra amiga junto a las dos chicas a su lado.

Contenido oculto

Misato:
Agudeza sensorial:4
Resistencia física:4
Agilidad y destreza:2

Ayame:
Agudeza sensorial:5
Resistencia física:2
Agilidad y destreza:3

Clementine:
Agudeza sensorial:4
Resistencia física: 3
Agilidad y destreza:3

Clevert:
Agudeza sensorial:5
Resistencia física:2
Agilidad y destreza:3
Mori espero listo para ir al lago

 

Aoyama respondió con esa alegría calma natural, sin dejar de demostrar su energía suave. Asentí a su pregunta de sí el lugar era lindo, nada muy extraño, la verdad, y tomé la información de que venía bien preparada, supongo que sí me llegué a olvidar de algo ella podría asistirme, no parecía ser de las que se negaban a eso. Mientras caminábamos salió el tema de mi tierra natal, le conté que provenía de un pueblo al norte de Francia, que había un montón de gente rara como un hombre que coleccionaba cadáveres tanto de varios insectos como de algunos reptiles, otro era un viejo que siempre decía ver visiones del futuro catastrófico que estaba por venir, la gente decía que la edad lo dejó así y toda la lectura que consumió de joven ahora avivaba sus febriles alucinaciones. Entre todos puede que incluso la menos rara fuera una señora entrada en años que leía el tarot y preparaba medicinas naturales, su presencia era bastante mágica y siempre llamó mi atención.

—Oh, me he echado protector antes de salir, Aoyama-san, gracias —solté con voz plana a su preocupación, mirando sus ojos gentiles con la seriedad en mi rostro, ¿Qué decir? Sus acciones solo seguían confirmando que era una chica demasiado buena, puede que incluso fuera injusto que el destino le pagara con mi presencia, pero bueno, que yo tampoco iba a hacer mucho para cambiar las cosas.

La chica decidió luego seguir la corriente en cuanto tomar decisiones de cuál camino tomar se trataba, algo bastante útil si te querías quitar una preocupación de encima y solo disfrutar el recorrido. Aoyama halagó cómo el bosque reflejaba bien el de la película, una que otra foto habría visto de ella, pero nunca terminó de llamar mi atención y, por ende, ni siquiera la vi, pero sí algo no podía negar es que el paisaje a nuestro alrededor, de no ser por los humanos, era esquisto. Fue entonces que llegamos a una zona despejada de árboles donde un extraño animalejo se erguía a lo lejos, infaltable en temáticas cute, Aoyama me hizo el favor de recordarme el nombre alentandome a sacarme una foto, pero mi respuesta fue un ceño fruncido, eso sí, mi voz no fue ni agresiva de lejos, se mantuvo más seria que nada, como era casualmente.

—No me gustan las fotos, Aoyama-san...— Miré las manos de la chica, mire su rostro, miré la estatua y mis ojos entrecerrados dudaron. Exhale el aire con suavidad por la nariz—. Deja que te saque una—. Así al menos ella podría tener una foto para el recuerdo y, por más que yo no saliera, de verla podría evocar mi memoria diciendo que fui la fotógrafa... si es que existía algún futuro donde aquello importara en verdad.

Fue entonces que nos encontramos al torrente de energía que era Sabaku, con su cabello rojizo que tanto resaltaba entre el resto de cabezas, sus ojos también eran cuánto menos llamativos. Les saqué un par de fotos junto a Aoyama y luego les entregué el aparato con el que tomé las fotografías, sin mediar palabras con mi seriedad. Cuando la pelirroja mencionó que el resto fue hacia el lago yo solo asentí en confirmación y marchamos hacia allá.

Por fortuna y Aoyama no me vió sacar aquellas flores para guardarlas en mi cartera, siendo que iba directamente contra las reglas, eso o lo estaba dejando pasar, porque por más buena que fuera a la vez me daba la sensación de que no tenía ningún pelo de tonta, así que esa última opción también era viable, mientras no me jodiera la existencia todo bien. Caminando en dirección al lago fue que escuché unas pisadas tras nosotras, volteé a ver sobre mi hombro y el chico que me presentó Aoyama una vez se acercaba junto a una chica que compartía bastantes rasgos con él. Toqué el hombro de Aoyama con el índice, suave y solo dos veces, cuando me vió apunté con mi cabeza seria hacia atrás.

—Creo que son amigos tuyos —informé, luego guardé las manos en el bolsillo ceñido de mi short y seguí caminando. Fuimos de los últimos en llegar al lago y disfruté de ver las vistas que este nos brindaba, ¿quedaría mucho antes de llegar al campamento? Parecía ser que no en base a la forma de expresarse de los profesores, así que eso era bueno en gran parte.

— Creo que no queda de otra que ir al noreste —musité mirando los caminos que podíamos tomar, esperando que al menos Aoyama tomara en cuenta mis palabras.

Contenido oculto

Aquí te traigo las niñas uwu Ikoma-kun

 

No era complejo el hayar respuesta para la pregunta de Kasun. Se veía muy obvio la inclinación por los caninos, como el par que tenían en casa; eran dos híbridos sino mal recordaba, y aunque no eran de mi especial aficción los animales en realidad, tampoco me molestaba el compartir con ellos, sacarlos y eso, sin embargo la responsabilidad a ese nivel, el tiempo y energía que se debía invertir no era algo prioritario para mí.

Sentí la delgada mano de Sasha en mi hombro, recibiendo sus orbes en conjunto a su sonrisa. Me identificó con los felinos, y mi labio se torció hacia la izquierda, regresando la vista al frente en lo que hablaba:

—¿Complejo responder, Sash~?

Mi hermana se cubrió los labios con el dorso de su mano, casi riendo con suvidad tras ella, en lo que me hablaba.

—Atinó a la primera, eso no es muy común Sui.

Guardé silencio, concediéndole la razón a Violet en el proceso, para ya después escuchar a Pierce la respuesta a mi pregunta. El lago no se veía mal para nadar, sin embargo el no estar permitido no delimitaba a que no se hiciese.

—Lo tendré en cuenta.

—Sí, vamos a las 3-3 —contestó Zold desde su posición a Numéria.

El recorrido luego de habernos topado con los felinos se había tornado mucho más agradable, pese a que el vestido lila de verano que traía se había quedado prendado de alguno pelos de animal, sin preocuparme excesivamente por ello, continuando el andar cuando los docentes llamaron la atención, deparando en el lago. Era precioso, y me imaginaba que Zeldryck sería de los pioneros para meterse en el más tarde, por lo que estaría pendiendo en caso de suceder.

—Estoy bien por ahora, más tarde podemos tomar otra.

En parte quería fotografiar más árboles que el lago de por sí.

 

Contenido oculto: Fine on the outside

Habían sido meses difíciles, costaba creerlo y, aunque ahora me daba cuenta que pocas veces lo verbalizaba, la verdad era que un montón de cosas se habían sentido difíciles desde hace mucho tiempo. Como las cosas habían mejorado un poco gracias al apoyo profesional y al hermano de Má, pues bueno, podía darme cuenta del real infierno en el que me sentía antes. Era demasiado y el temor cercano de recaer en algo así otra vez era bastante latente, pero quería poder llevar una vida normal que dejara en paz a Lily, una vida... de la cual sentirme orgullosa, talvez. La cosa es que mi reciente regreso a clases presenciales se vió sorprendido por el tema del campamento, andaba muy nerviosa últimamente con eso de intentar volver a la normalidad, si es que alguna vez tuve una, pero hacía lo mejor que podía y aunque el campamento no era una situación que me quitara todas las preocupaciones de repente... se escuchaba interesante. La imagen de alguna tarde disfrutando de acampadas en el bosque del viejo Possum Springs junto a Jacob y Lily me terminaron de convencer, Má se puso muy contenta al contarle de mi decisión, aunque al final verbalizara la pregunta de si estaría bien.

Inhalé hondo, exhale con la preocupación en el rostro, cabizbaja, pero terminé por sonreírle con timidez a Má.
—No tengo cómo saber eso, Lily...— Tomé sus manos, manteniendo esa mezcla de preocupación en la sonrisa—, pero cualquier inconveniente juro que te llamo... así podrás ir a retirarme sin mayores dramas. No queda muy lejos de la escuela—. Mis propias palabras me calmaron un poco, apaciguado la expresión en mi rostro. Fue suficiente para convencernos de que era bueno que fuera.
Fue así que terminé entre un montón de personas, mi corazón latía desbocado y me aferraba con fuerza al mango de la cartera. La mayor parte del viaje fui en silencio, los bosques eran hermosos y el paisaje no terminaba de asombrarme, pero toda mi inmersión se vio interrumpida cuando vi a un chico detenido al costado de un árbol, apoyando su mano en el tronco. Me preocupé un poco y, aún sin estar del todo confiada, me acerqué.

—¿Estás bien? —pregunté con una voz algo baja, el albino subió la vista y no demoró en mostrarse nervioso.
—Ehhhh, si, si... —respondió desviando la mirada, fruncí mi ceño sin perder la preocupación, el tipo me miró de reojo notando que no me apartaba, lo que parece que le trasmitió más nerviosismo al cuerpo y a ese paso lograría colocarme nerviosa a mí.
—No te vez bien.
—Me mareé un poco...— La tensión en mi cejas cambió otra vez a una más preocupada, luego dudosa.
—¿Un golpe de calor?
—... Si, creo que si...
Un silencio donde el chico se soltó del árbol y parecía dispuesto a seguir adelante.
—¡Espera!— Cuando volteó a verme tenía cara de querer salir huyendo, definitivamente era más tímido de lo que podría ser yo—, toma, está bastante fresca —ofrecí con una sonrisa preocupada mi botella de agua, para luego sonreírle un poco más ligera—, puedes devolverla luego.
—... Gracias.

Como nos habíamos quedado atrás caminamos a la par hasta reintegrarnos con el grupo, ahí cada uno siguió con su caminata solitaria, pero cuando me maravillé con el lago volvió a acercarse a mí.
—Uhm... gracias— Se mostró dudoso al inicio, pero terminó por extenderme la botella bastante más vacía, pero aún quedaba agua. Sonreí suave.
—No hay problema... aunque creo que deberías avisarle a los docentes—. Su reacción no fue favorable, se veía entre preocupado y culpable—... O regresar a mi cuando vuelvas a necesitar ayuda —comenté sin mayor problema, sonriendo con suavidad.
Quién lo diría, nunca me vería ayudando a otro de manera tan sencilla anteriormente... o tal vez sí, pero sin tanta amabilidad. El chico no me sonrió de vuelta, pero solto un suave "okay" y tras un "con permiso" fue colocarse bajo las sombra de los árboles. Por mi parte me quedé admirando el lago, aunque no demoramos mucho en partir otra vez. Cuando llegamos mis ojos brillaron maravillados con la ligera sorpresa en el rostro, ¿Eran esas margaritas? ¡Qué adorables! Saqué mi teléfono para sacar fotos como lo venía haciendo desde hace un rato con la sonrisa pegada en la cara.

Lo cierto es que había logrado distinguir a Sasha y Altan desde hace un buen rato, pero no tenía ánimos de acercarme a nadie, no por iniciativa propia al menos, descontando la situación exclusiva del anterior chico. Así que eso, admiré el paisaje, caminé por la zona y de paso fui pensando dónde sería mejor colocar la tienda de acampar.

Contenido oculto

Ni yo sabía que volvería con ella, así que surprise para todos (?) solo me queda desear que no siga siendo un personaje tan inconsistente.

Margarita Nieves
Agudeza sensorial: 3
Resistencia física: 5
Agilidad y destreza: 2

Paz "Yabu" Zhou
Agudeza sensorial: 7
Resistencia física: 1
Agilidad y destreza: 2

(Aquí en otro capítulo de haciendo sufrir a introvertidos)

 

Zona de acampada.

La mire un poco antes de contestar su pregunta si es que era viajera.

—Puedo decir que si, solo viajo cuando tengo la oportunidad de hacerlo, y más bien cuando tengo algún evento importante —murmure sonriendo un poco cuando menciono lo de su padre—. A mí también me pasa lo mismo, justamente ahora estoy aquí en Tokio por eso por trabajos de mis padres.

La cosa fue que asentí ante su nombre y cuando me dijo de curso era, lo que si me sorprendió fue que la chica que estaba y por lo visto se llamaba génesis y el otro chico también estaba en el 3-3, nunca la había visto o tal vez era porque yo no era que dedicaba a ver con quienes estudiaba.

Mire un poco todo el lugar cuando toco elegir porque camino ir ya que fuimos por el oeste, y para decir verdad todo era muy hermoso el lago todo, me fuera gustado tener mi cámara que me regalo Adara, bueno no paso mucho hasta que teníamos que elegir porque camino ir, estaba bien ir por el Noreste, porque si íbamos por el Sur nos ahogaríamos, escuche que elegían ese lugar y solo me dispuse a caminar cuando todo el grupo lo hicieron, hasta que llegamos a la zona de acampada escuche lo que decían los profesores para después girarme hacia Numéria para ver si estaba aún a mi lado.

—Realmente este lugar es hermoso ¿no?

Zona de acampada

Después de escucharlo hablar sobre cómo había sido complicado acostumbrarse aquí en Tokio solo, asentí ante la información sin murmurar nada la cosa fue que después nos dirigimos por el camino que habíamos decidido, que en cual terminamos llegando a un lago muy bonito ante de hacer cualquier cosa o acercarme al lago escuche su pregunta, si creía que faltaba mucho para que llegáramos a la zona de acampada

—Supongo que no —murmure para después mirar como él se acercaba al lago cosa que yo hice después, y note sus expresiones para reír un poco divertida—. Yes, it's really huge —inquirí cuando me dijo sobre tomarle una foto, solo asentí y la cámara hizo “clip” cuando ya estuvo sonreí un poco antes de mirarla—. Listo —murmure caminado cuando el grupo ya que lo estaba haciendo —. Creo que deberíamos seguir antes de que nos dejen atrás —baje mi cámara y seguí caminando no sin antes notar que Vite lo estuviera haciendo, la cosa fue que sonreí cuando vi que llegamos a la zona de acampada y solo gire en mi alrededor mirando el lugar, que realmente me había dejado sorprendida.

—Creo que este lugar realmente me gusta para acampar y ¿a ti?

Zona de acampada

La cosa fue que yo estaba demasiado entretenida con la botella de mi mano, así que no llegue a saber que hacia los amigos de Jez hasta que escuche la voz de Altan, solo alce una ceja y lo mire un poco antes de volver mi vista al frente.

—Supongo que a eso se aparece a mi amiga —murmure ante lo que dijo, si, Fiorella me había soportado mucho para decir verdad, mis humores cambiaban cada siete horas y aun me seguía preguntando como era que llego a mirarme como su mejor amiga, podía decir que hasta llegaba hacer peor que la hermana.

Entonces la voz del chico pelirrojo también se escuchó, solo sonreí divertida. ¿Quién se daba dolores de cabeza hacía sí mismo? Creo que en parte yo también era así, a veces ni yo misma lograba soportarme.

Solo lo mire un poco por lo que dijo; sobre que Altan le había prometido a alguien al parecer portarse bien, cosa que solo le dé dique una mirada.

—¿Supongo que debería de decir gracias?, porque suportarme y soportar a otro con mi mismo carácter o peor que el mío, no es para nada bueno —murmure antes de que Al lo mandara a callar, y hasta podía decir que estos dos me hacían recordar a dos hermanos cuando peleaban para que el otro no hablara de lo que sabía.

Asentí ante la información que me daban sobre la pregunta que había hecho de los animales, sin decir nada, para empezar a caminar hasta que pude notar un lago, que para decir verdad solo nos acercamos apenas, y así mismo como paramos nos tocó seguir al grupo, hasta que de lejos pude ver íbamos llegando a otra zona que al parecer habíamos llegado a la zona de acampada, solo estire mis brazos escuchando lo que dijo unos de los profesores, entonces gire un poco escuchando por encima lo que le dijo Jez le dijo a Cayden antes de llegar al lugar, y note que Altan se sentaba en el suelo al igual que Cayden, levante mi vista para mirar a Jez cuando escuche su voz.

—Supongo que si —murmure ante de dejarme caer al suelo también, y buscar con la mirada a la pequeña rojita —. ¿Entonces como estuvo sus días antes de venir al campamento?.

 

Zona de acampada

Violet ladeó ligeramente la cabeza hacia la otra chica, sonriendo con amabilidad en lo que contestaba, grácil como solía ser desde la última vez que la vi.

—Ambos me gustan... aunque si tuviese que inclinarme por uno, creo que sería por los felinos.

En lo que hablaban di un vistazo superficial hacia mi hermano, ubicándolo. Estaba no muy retirado con Gen a su costado, al parecer mostrándole algo en el móvil. La tipa que se desempeñaba como profesora mencionó que ya podíamos instalarnos y demás, por lo que bostecé con ligero aburrimiento, fue en cuanto Sasha volvió su atención a mi persona. Me estaba preguntando el nombre y toda la vuelta.

Ahora que lo pensaba ni me había presentado.

Qué mal educado~

—Supongo que se puede ser ambos —estiré la sonrisa, entornando apenas los ojos—. Kasun Zeldryck, un gusto, Shash~ —relajé los hombros y me dispuse a soltar las dos mochilas que traía en los hombros—. ¿Y qué? ¿Lista para armar la carpa?

Suiren parecía evaluar donde armar la de él y la de Violet, y bueno, el diablillo fastidioso salía cada tanto.

—Ey, alaska, ¿qué tal si compartimos tienda? —la sonrisa llena de sorna se me dibujó en toda la cara, pese a que el tipo ni me miró de regreso, ignorándome de lleno.

 

[Zona de Acampada]

Luego de que todos los que quisiéramos una foto con la estatua de Totoro nos la hubiéramos sacado, continuamos con la marcha, hacia el sur, por unanimidad. Y al parecer, esa fue la elección predilecta de la mayoría durante otras tres votaciones más. Pasamos por un bosque más tupido, en donde los profesores nos advirtieron que era muy fácil perderse (podría jurar que había escuchado difícil), pasamos por una especie de santuario de gatos, del cual intenté partir lo más rápido posible antes de que se me hincharan los ojos y comenzara a estornudar, una misión que fracasé rotundamente, porque al parecer, todos allí amaban a los gatos. Y no es que yo no los odiara. Mi sistema inmunológico lo hacía. Y encima los animales siempre parecen tener un imán para aquel que es alérgico a ellos. La imagen mía intentando evitar a los mininos debió ser bastante divertida de ver.

Nuestra próxima parada fue un lago, del cual había escuchado mucho, pero nunca había visitado. No había ninguna razón particular en por qué, tan solo nunca se había dado. Ahora que lo veía, me arrepentía un poco, la verdad. Era muy bonito. Aproveché la pequeña pausa que los profesores habían hecho para acercarme a las aguas cristalinas y lavarme un poco el rostro, que sentía los ojos al rojo vivo, y también completamente secos. De manera algo discreta, me soplé los mocos, también. Como odiaba las alergias. Y yo parecía atraerlas como moscas a la fruta podrida.

No tardamos mucho más en llegar a la "zona de acampada", una gran extensión de flores, con los bosques alrededor, el lago en el otro extremo, y más allá, como un cuadro, un grupo de elevaciones que se veían bastante pintorescos, y de los cuales no tenía ni idea del nombre. Suspiré, y me troné la espalda, para observar alrededor. Había permanecido extrañamente callado durante toda la travesía, lo cual podía considerarse una intervención divina. No sabía si era porque tenía la mente en otras cosas, porque la caminata y el intento de orientarme había consumido la mayor parte de mi energía física y mental, o simplemente estar en medio del bosque me calmaba. O tal vez no había encontrado con nadie para hablar, lo cual en realidad era una mentira. Siempre había alguien para hablar.

Mis ojos se posaron primero en Joey y Alisha, pero los había visto muy juntitos durante todo el recorrido, y la verdad que me iba a sentir algo entrometido si iba con ellos. No parecían querer prestarle mucha más atención a otra cosa que no fueran ellos, y la verdad no me apetecía ir a sostener velas. A menos que me lo preguntaran primero, obviamente. Ahí ya se convertía en brindar ayuda al resto y no ser un pesado, algo totalmente distinto. En un principio pensé que había visto a Laila, pero nope. Tenía que volver a hablar con la chica. Hacía mucho que no lo hacía. Mis anteriores compañeros de proyecto o no estaban o estaban haciendo sociales con otras personas, y la verdad es que la alergia me había quitado un poco las ganas de mandarme a conocer gente nueva.

Sin embargo, pude captar una cabellera azul, que al parecer también se encontraba sola, y solté una sonrisa. Me acerqué a Alethea, intentando tomarla por sorpresa por detrás. Algo complicado con mi tamaño y mi bastón, pero a veces era como un cachorro de raza grande: no era consciente de cuan grande era. Le puse las manos en los hombros, y la saludé:

— ¡Hola, Ale! Hace unos días que no te veía. O al menos, que no conversábamos, porque vamos a la misma clase. Que bueno que decidiste venir, me ahorraste tener que ponerme a conversar con otras personas, y no estaba mucho de humor para eso —mientras hablaba, me senté a su lado, desembarazandome de la funda de la guitarra y soltando un suspiro de agotamiento.— ¿No tienes problema si me siento, no? Tengo la pierna algo adolorida por la travesía, y por escapar de los gatos. Ah, una pregunta, tú que eres muy inteligente, ¿me puedes decir como se llaman esos cerros de allá? Que no tengo ni idea de sus nombres.

Le dediqué una sonrisa, y me froté los ojos. Mierda, seguían algo rojo, y los sentía secos aún. Iba a tener que volver al lago a lavármelos. Solo esperaba que los gatos no vinieran al campamento luego.

 

Escuche lo que me había dicho Jez sobre lo de agradecerle antes de sentarme, no dije nada y tampoco planeaba hacerlo. En el proceso puede que escuchara por encima lo que le respondió Altan con sarcasmo.

Mi vista aun seguí perdida entre la multitud buscando a Fiorella, esta me preguntaba a ¿donde se había metido? la última vez que la vi esta con grupo de personas. La cosa fue que antes de volver mi atención en Jez y en sus amigos re busqué algo entre mis cosas de la mochila, que llevaba; era mi cámara y una sonrisa se asomo en mis labios cuando la saque, solo podía decir que no podía salir sin ella aunque quisiera.

Escuche la voz de Cayden antes de mirarlos, respondiendome la pregunta y después la de Jez, solo alce una ceja y asentí ante la información. No mencione nada ya que me entretuve tomándole fotos a cualquier cosa me llamo la atención, en su proceso algunas personas que estaban por ahy cerca salieron, pero para decir verdad no me importaba, ya que realmente la fotografías salían como si fuera sido editada y ellos estuvieran posando.

La cosa fue que devolví mi vista a Cayden, cuando escuche su pregunta.

—No puedo decir que realmente con certeza cierta que ya me adapte, y que me he sentido muy bien—murmure despiando mi mirada para seguir con mi labor de las fotos—. Pero no es que realmente me interese sentirme bien, después de todo lo importante es aprender a sobrevivir a este mundo ¿no?

Regrese mi rostro hacia ellos —¿Y a ustedes cuando recién entraron, se sintieron muy bien en seguida o les costo adaptarse facilidad? —les pregunte y en el proceso alce mi cámara hacia ellos—. ¿Puedo? —¿les estaba pidiendo permiso para poder fotografíarlos? Pues si, aunque no sabia si Altan saldría ya que no sabía con certeza cierta si estaba durmiendo.

 

Zona de acampada

Fiorella parecía ser una chica bastante tranquila, al nivel de Génesis, aunque a la vez conversaba más que ella, la rubia solía ser más reservada. La cosa es que ambas eran agradables y la italiana no dejaba de decir cosas algo interesantes.

—¿Uh, evento importante?— No pude evitar otra sonrisa sedosa—, ¿Qué clases de eventos, Fiorella?— En eso respondió que llegó a Japón debido a sus padres, sonreí con energía—, pues ya tenemos otra cosa en común.

Génesis dijo en el lago que no tenía ganas de fotografiar el lago, así que vi conveniente no insistir en el tema en cada lugar que yo sí quisiera fotografiar, por lo que saqué mi propio celular y saqué un par de fotos a los lugares que hallé interesante.

—Hey, ¿Y qué tal les ha ido en clases? —busqué reanudar más la conversación con el par, integrando a Fiorella que en un momento agarré del brazo para que no se sintiera tan aparte, ni reparé mucho en cuánto le molestaría el gesto, pero bien podía negarse y no habría problema en soltarla—, creo que hablé mucho de mí antes, pero de ustedes no me enteré nada.

Fue entonces que llegamos al lugar de la acampada, ¡Por fin! A pesar de todo sentía que elegimos bastante bien la dirección y llegamos sin mayores problemas.

—Si que está hermoso —secundé a Fiorella en japonés, teniendo en cuenta que quería compartir una conversación con todos. Arrugué el gesto cuando me fijé en un detalle—, pero... Imagino que acamparemos cerca del bosque, ni modo que pongamos las tiendas bajo todo el sol, sería muy desagradable.

Zona de acampada

La chica accedió a mi entusiasmo y sacó una foto del lugar, no demoré en ganarme a su lado soltando un "a ver" lleno de curiosidad. Por suerte no salí en la foto, que seguro hubiera sido en pleno movimiento arruinando el panorama.

—¡Esta linda!— Luego no demoré en asentir sonriente a su propuesta de que debíamos ir marchandonos si no queríamos quedarnos atrás.

Para el bien de mi orgullo terminamos llegando a la zona de acampada, ¡Lo habíamos hecho increíble! Sophie no demoró en halagar el lugar y a mí solo me quedo concordar con un "Está hermoso", de cierta forma me hacía sentir de regreso a mi viejo hogar, donde se había quedado la abue y pá.

—¡Es un lugar hermoso! Aunque...— La duda invadió mi rostro, me llevé una mano al mentón y la otra a la cintura, claramente pensativo—, creo que tendremos que acampar cerca de la orilla —apunté hacia el bosque—, o sino las carpas serán insoportables de día —aclaré mi punto con una sonrisa.

Luego dejé mi mochila, algo enorme, en el suelo y no demoré en buscar algo en el bolso escolar que traía cruzando mi pecho.

—¡Mira!— Extendí el objeto hacia Sophie—, ¿Las conoces? —indagué con una sonrisa juguetona, algo de misterio rondaba mis ojos. Era mi ocarina de toda la vida. Le sonreí más risueño, mostrando todos mis dientes—, ¡Puedo darte una demostración sí quieres!

 

Zona de acampada

No podía negar que el lugar estaba bien para acampar, la tierra parecía justa con los materiales básicos que implicaba una tienda, sin piedras o palos molestos que estorbaran por ahí, y cómo negar el que este tipo de cosas me entretenían casi tan bien como pasar el rato en algún vicio. Extendía la tela en el suelo, recibiendo el gusto de Sash ante el sobre nombre, quedando bastante conforme con ambas formas de llamarme.

Y qué decir la satisfacción de cuanto mencionó que era aleatorio el con quién compartiríamos carpa.

—Uy, parece que hay probabilidades de estar en la misma tienda de acampar, Alaska~

Secundé la risa de Sash, relajado de por sí al no notar reacción aparente por parte del albino. Me digné entonces a regresar mis pupilas a las de Pierce.

—¿Eres buena con las manos, Sash?~ —le mostré los dientes en una sonrisa con ligera sorna—. Ya que tienes experiencia viniendo a campamentos, me podrías echar una mano con la tienda, señorita~

Zona de acampada

El sitio de acampada había cubierto expectativas que no tenía, por lo que me dediqué a relajarme con Génesis, echando un vistazo alrededor en lo que le mencionaba si ibamos organizándonos para descansar un rato, a lo que ella asintió, por lo tanto me dispuse a ubicar donde estaba mi hermano, en lo que Numéria nos pregunataba sobre nuestros días. Le miré entonces, risueño de por sí.

—Todo en órden, bueno, dentro de lo que se puede —me reí entonces, en lo que Allen comentaba sobre los exámenes y proyectos que habíamos presentado hasta el momento, secundándola con lo del último proyecto—. Sí, estuvo un poco complejo pero se logró, supongo. Ah, y continuamos conociendo rincones de la ciudad.

—Supongo que podemos buscar un espacio cercano a la sombra de un árbol —murmuró Gen, en lo que identifiqué algo más o menos similar a eso.

>>¿Les parece si nos acomodamos por allá? —señalé entonces un espacio, no muy lejos de mi hermano de por sí.

 

Zona de acampada

Sonreí un poco ante la pregunta de Numéria

—Si —murmure—. Puedo decir que casi no venía al campamento ya que tenía un evento muy importante, prácticamente era como una presentación —sonrei un poco—. De piano pues fui convocada para resibir una beca para estudiar en unas de las mejores academias, pero a veces viajo también por que mis padres son dueño y socios de algunas empresas y eso me tiene moviéndome de un lugar a otro.

Después de responderle una sonrisa apareció en mis labios con entusiasmo, para notar como sacaba algunas fotos antes de llegar a la zona de acampada, escuché su pregunta y en algún momento sentí que me agarro del brazo, solo suspire con pesades sintiendo la tensión de mi cuerpo trate de relajarme sin mayor problema, para decir verdad siempre reaccionaba de esa manera cuando llegaban a tocarme sin permiso, no dije nada y sonríe para relajarme un poco.

Iba a reponer a la pregunta que nos había hecho, pero el chico habló antes que yo.

—Supongo que bien tuvimos que entregar proyectos, pero puedo decir que nos fue muy bien —murmure sonriendo—. Ya que tuve compañeros muy responsables —por encima escuche de nuevo la voz de Numéria.

—A decer por que como dices seria algo tedioso, pero nos queda ver que dicen los profesores.

Ya más tranquila y relagada, lleve mi vista a todo el lugar, y en el proceso escuche la voz del chico, llevando mi vista a donde había señalado.

—Por mi no hay problema.

Zona de acampada

Después de escuchar su "a ver" ante la foto que había tomado, y sonríe escuchando lo que dijo que la foto estaba linda, asentí por el momento y avance sin decir nada y pude escucharlo concordar conmigo cuando dije que estaba hermoso.

Entonces fije mi vista en el y pude notar la duda en su rostro, y espere que me dijera su duda hasta que lo hizo, y repase el lugar brevemente.

—Tienes razón reflexionando lo bien, pero vamos ver que iremos de hacer después del descanso —inquiri para notar como dejaba en el suelo su mochila y empezó a buscar algo en el bolso escolar. Lo miré con cierta duda, cuando me extendió algo que no conocía muy bien alzando una ceja en el proceso.

—Nop —negué con la cabeza, sonriendo un poco y devolviendoselo —Creo que acepto la demostración hasta podrías enseñarme como se usa —inquiri—. Pero mi yo curioso y investigador dice que es una clase de instrumento ¿no? Aunque si es así, nomas te dijo que el único instrumento conozco realmente y se tocar es la guitarra eléctrica y por hay más o menos la flauta.

Zona de acampada.

Aún seguí con mi ojos entretenidos por todo el lugar tomándole fotografías a cualquier cosa, que parecíera interesante para mí cámara, entonces escuché la voz de Jez pero no me voltie a verla solo asenti ante la información que ella y el chico pelirrojo me fueron dando.

La cosa fue que ante la respuesta de Cayden, si voltie a verlo, y por encima de mi cámara pude notar que asintió a mi permiso a tomarles una foto solo sonrei un poco ante lo que le hizo Jez a Altan, se miraba un poco gracioso, no murmure nada y acomode mi cámara en una mejor posición.

—Listo —murmure al tomarla y en el proceso le extendí la cámara—. Quedo muy bien para decir verdad —mire por encima a Altan—. Ustedes nomas me dicen ¿si la quieren hay o la corto?, Y el día que este lista se las entrego en la escuela.

Miestra le decía eso, busque algo entre mi bolso; era un paquete de galletas, volví mi atención a ellos. Entones se las extendí.

—¿Quieren? pueden compartirlas hay entre ustedes, acá tengo otro paquete.

¿Yo compartiendo algo, a personas que apenas conocía? Era algo de no creerce.