Tokorozawa Bosques de Totoro [Bosque]

No lograba estar del todo convencida de ir a aquel campamento, la verdad, pues no me veía desenvolviéndome en actividades grupales o pasar días de más en una carpa, pero era precisamente los pocos días lo que terminó por convencerme. No quería perder la oportunidad de apreciar cada vestigio de la naturaleza que Japón ofrecía, podría librarme, de paso, del bullicio insoportable que trasmitía una gran ciudad como Tokyo. De esa forma, y en parte impulsada de mal gusto por el entusiasmo de los tutores que me habían acogido, me decidí por ir.

Cuando mi curso se reunió fuera logré distinguir a Aoyama entre la multitud, la verdad es que no tenía motivo alguno para acercarme, pero sí tendría que convivir obligatoriamente con gente durante todo este viaje, en verdad prefería a mi compañera antes que a cualquier otro. Era lo bastante cortes y calma para prever que estaría lejos de sacarme de quicio, por lo que al acercarme la saludé con un simple "Buenos días, Aoyama" y agregué que esperaba que no fuera una molestia que la acompañara. Caminé gran parte del trayecto en silencio, prestando atención a la naturaleza que me rodeaba, no era mala para caminar, la verdad, por l0 que quince minutos no implicaron la gran cosa. El rato que no estuve callada fui respondiendo cualquier pregunta que tuviera Aoyama sobre mi persona, de dónde venía, cómo era mi anterior escuela, cosas de ese estilo, yo también estuve a atenta a cualquiera de las cosas que me contó la chica.

Terminamos por llegar al aclamado lugar y los profesores no demoraron en decir un montón de cosas, solté un suave suspiro y mejor me centré en mirar a mis alrededores, me había bloqueado antes de salir de la escuela, así que mi piel ya estaba lo bastante protegida. Miré con desagrado a los docentes cuando ofrecieron una temática bastante de exploración, sin dejarnos ir directo al lugar de campamento, ¿Era realmente necesario aquello? No había mucha cosa que hacer al respecto, en cualquier caso.

—¿Cuál crees que sea la mejor opción, Aoyama-san? —cuestioné con la seriedad de siempre, pero me notaba tranquila. ¿Me importaba su opinión? La verdad no estaba segura, pero la situación en general no me importaba demasiado, así que no había mucha diferencia al respecto.

Contenido oculto

Ikoma-kun uwu

Cuando salimos no pude distinguir a Oreki o Nakagawa por ningún lado, con el segundo me lo esperaba, era bastante vago a la hora de moverse y parecía bien retraído, pero lo del rubio me extrañó un poco más, lo que me molestaba era que no tendría a quién pegarme como sanguijuela para pasar el rato que duraba la caminata, pero no había mucho que hacer al respecto, la verdad. De tal forma terminé por colocar uno de mis auriculares en mi oreja y la otra la dejé libre para oír cualquier auto pasar o las instrucciones de los profesores. Guardé el celular en mi bolso y seguí a la gran masa de gente que se había formado, parece que tenía bastante allegada el campamento este.

Una vez llegamos uno de los docentes no demoró en pasar lista, a lo que yo iba descartando lo que tenía mentalmente, cuando mencionaron lo del calzado miré con los labios tensos mis sandalias... ¡No tenía muchas zapatillas! ¿Vale? Y no pensaba usar las de educación física. Di un suspiro, mientras no me regañaran mucho no creo que se arruinara demasiado la experiencia, ¿verdad? Luego los profesores revelaron la primera actividad por hacer, ¡Genial! Mi rostro hizo una mueca, no me convencía mucho eso de andar dando rodeos, pero bueno.

—Cuando tomamos laberintos siempre se va a la derecha, ¿no? —basé mis palabras en un razonamiento bastante... cuestionable—, así que hay que ir al este —afirmé, aunque, claro, el resto podía ofrecer las visiones que quisiera y ese no demoró en ser el caso.

—Debe haber algún lago por acá, ¿no? —habló con bastante fuerza un chiquillo que por poco y alcanzaba mi tamaño—, ¡En ese caso sería genial que le llegara el sol al atardecer! Yo digo que el oeste nos traerá buena fortuna —sonaba bastante confiado el pequeñajo, aunque no sabía cual de los dos argumentos era menos creíble, sí el de él o el mío, en fin, que solo me limité a verlo con un rostro que no se creía para nada que en verdad podía decir eso en voz alta sin ningún poquito de pudor.

Contenido oculto: Puntos y elecciones

Numéria ofrece el Este y Vite el Oeste uwu.
10 puntos para Gianna:

• Agudeza sensorial: 5
• Resistencia física: 2
• Destreza y agilidad: 3

10 puntos para Númeria:

• Agudeza sensorial: 3
• Resistencia física: 3
• Destreza y agilidad: 4

10 puntos para Vite:

• Agudeza sensorial: 2
• Resistencia física: 5
• Destreza y agilidad: 3

 

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Había sido un día como ese, hacía aproximadamente una semana. La quietud de la tarde se colaba entre las cristaleras prístinas del invernadero. Arrullada por el canto de las cigarras que anunciaban la llegada del verano, una joven de noble aspecto leía en silencio. Su largo cabello rubio caía en suaves ondas sobre su espalda.

Entonces la percibió. Aquella silueta oscura que tanto desentonaba con el resto del entorno. Alzo sus ojos verdes del libro.

—Hedera-san.

La presencia recién llegada no pareció perturbada por el apodo. Seguía sin entender por qué alguien como Mamiya Ai, la elegante y sofisticada presidenta del club de jardinería, colocaría sobre su nombre una planta como la hiedra.

Pero Mamiya Ai hacía eso con todo el mundo.

—Dama de la noche—respondió. Su voz fue un hilo monótono—. Hacía muchas lunas que no te veía por aquí.

Y era cierto. Después de todo lo sucedido hacia meses se había sentido indispuesta para llevar a cabo sus labores. Canceló todos sus compromisos, dejó la presidencia en manos de un sustituto y desapareció, de la misma forma que desaparecían las flores al comienzo del invierno.

—Lo cierto es que no pensé que volvería—respondió cerrando su libro y dejándolo sobre la mesa. Cumbres Borrascosas podía leerse en lustrosas letras doradas de Emily Brönte. Le recordaba a su delicado pétalo de cerezo particular—. Pero las flores son más felices en el lugar en el que echaron raíces. Si se separa de su tallo, se marchitará irremediablemente. ¿Qué haces tú aquí, Hedera-san?

A diferencia de la hiedra, Rika Iguchi no se andó por las ramas.

—Necesito algo.

El silencio prosiguió. Ai frunció ligeramente sus cejas, confusa. Cuando se percató de que no seguiría hablando, añadió:

—¿Y bien?

—Acónito.

—Aconitun napellus—parafraseó y se incorporó de su asiento—. ¿Vas a asesinar a alguien? Es la planta más tóxica de Europa. En cualquier caso no cultivamos acónito en el invernadero.

Asesinar. Un término bastante curioso cuando se trataba de la presidenta del club de ocultismo. Sus ojos morados siguieron sus movimientos con la atención de un gato.

Astarte, la mascota del club estaría orgulloso.

—Ruda.

—Ruda… la hierba de la gracia—Ai se llevó la mano al mentón—. ¿Para qué la necesitas, Hedera-san?

—Una amiga cometió un error.

—¿Qué tipo de error podría subsanar la ruda?

Rika le extendió el libro que había estado leyendo. Un grueso volumen con una portada en negro. Contrastando con el alegre y bucólico escenario, las letras recitaban: "Conjuros y rituales iniciáticos y otros pormenores de la Wicca".

—Esto.

Ai Mamiya leyó con atención. Su voz tuvo cierto tono inquisitivo, preocupado.

—¿Sus propiedades abortivas?

—Los estudios desmienten su eficacia, pero estoy segura de que funcionará.

Oh, cielo santo.

—Hedera-san, si quieres mi opinión… no creo que darle a tu amiga una infusión de ruda le provoque ningún aborto. Si tuvo relaciones y no usó protección, lo primero que necesita es asegurarse de que está embaraza. Y entonces acudir con un médico.

—Sus padres no pueden saberlo. Está muy nerviosa. Le propuse realizar con el bebé un ritual de sangre cuando naciera, pero no quiso hacerlo.

—Por supuesto que no—Ai suspiró. Cerró los ojos y se llevó una mano a la mejilla—. Déjame ver qué puedo hacer.

Entonces se alejó perdiéndose entre las flores y las plantas y el bucólico chirrido de las cigarras. Cuando regresó llevaba consigo una taza humeante.

—Ten, llévale esto.

Rika se acercó.

—¿Té?

—Es una tisana. Tila alpina. Le ayudará con la ansiedad.

La expresión de Rika se ensombreció.

>>No puedo ayudarte con nada más, Hedera-san. Dile a tu amiga que busque ayuda médica.

Y así los días transcurrieron y el campamento organizado por la dirección del Sakura Gakuen tendría lugar ese mismo día. El sol brillaba en lo alto de un cielo salpicado de ligeras nubes blancas como delicados copos de algodón. Volver a integrarse había sido el aliciente necesario para decidirse a ir.

Un campamento en plena naturaleza... era como una extensión de su Edén particular. Y aunque su delicada flor de cerezo ya no se encontrase allí nada le impedía florecer a nuevas flores.

¿No era ese en definitiva el lema del club?

Nada detendría la primavera.

Ni siquiera ese lejano recuerdo.

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—El Oeste.

Dirigió su mirada a la fuente del sonido. Se trataba esa voz calmada, silente, casi átona. Su dueña era una muchacha de piel pálida y cabello morado.

Ella había querido ir a Aokigahara, por supuesto. Pero en palabras de la docente "Aokigahara no es un lugar turístico per sé, Iguchi-san..." y Rika vio la gota de sudor frío que le bajó por la mejilla.

"Mortales mediocres" debió pensar.

—Tal y como ha mencionado Calathea-san, yo creo que el Este es buena opción—aportó Ai. Calathea... ¿se refería a Numéria?—. Es cierto que apoyando la mano derecha y siguiendo el camino se tienen menos posibilidades de perderse en un laberinto.

Rika negó.

—Las agujas del destino apuntan al Oeste, Dama de la noche. Donde se pone el sol es donde las tinieblas y la oscuridad encuentran su morada y es ahí donde deberíamos ir.

—Al contrario. Es la luz del sol la que da vida y nutre la tierra. Es ahí a donde deberíamos dirigirnos.

—Alguien que resuelve los problemas con tisanas no debería tener derecho a opinar.

La sonrisa suave de Ai se torció. Su gesto se mantuvo calmo, con aquella sonrisa casi dulce, pero era indefectible que no era tan dulce en realidad.

—Vaya~—se llevó una mano a la mejilla— Qué lengua tan afilada, Hedera-san. No sabía que eras del tipo con espinas.

Era evidente que no llegarían a un consenso.

Contenido oculto: a

No tengo ni idea de cuanto voy a postear porque mi creatividad anda voluble, pero estoy felí de traer de nuevo a la kuudere gótica y a la mommy ara a la vida.

Para quien no haya leído nada de estas dos les tiene que sonar a chino todo, sorry xD cosas del lore (?)

Contenido oculto: a

10 puntos para Ai:

• Agudeza sensorial: 4
• Resistencia física: 3
• Destreza y agilidad: 3

10 puntos para Rika:

• Agudeza sensorial: 5
• Resistencia física: 2
• Destreza y agilidad: 3

Aclaraciones:
Ai Mamiya es la presidenta del club de jardinería y suele ponerle nombres científicos de plantas a la gente, no preguntéis por qué. A Numéria le puso Calathea por la Calathea Crocata: un tipo de flor naranja mu mona-

Contenido oculto: Calathea

Y eso. Holi *shy*

 

El bloqueador era en parte uno de los objetos de autocuidado más importantes que traía en la mochila, bueno, en la mochila que cargaba Zeld por mí, llevando conmigo apenas un bolsito pequeño de color blanco, tejido a mano que había comprado en algún lado que no recordaba en realidad. Los gemelos -como solía ser-, estaban a cada lado, recostandome mi mejilla en el brazo de Zold en lo que explicaban los docentes sobre el mapa, al cual le eché apenas un vistazo.

Sentía algo extraño por haber aceptado ir, emoción le llamó uno de ellos y mis mejillas se acentuaron en un rosa ligero en lo que nos adentrabamos al bosque.

—¿Y bien Gen, oeste o este? —levanté la mirada, dando con los avellana de Zoldryck en lo que pensaba al repasar a los presentes sin atención alguna.

Una dirección me pedía.

—Oeste —murmuré—. Supongo que es mejor ir hacia donde se oculta el sol, ¿no?

Contenido oculto

Génesis:
Agudeza sensoria: 6
Resistencia física: 2
Destreza y agilidad: 2

Zeldryck:
Agudeza sensoria: 2
Resistencia física: 6
Destreza y agilidad: 2

Zoldryck:
Agudeza sensoria: 2
Resistencia física: 3
Destreza y agilidad: 5

 

Realmente estaba alegre, aunque en mi rostro se notara el cansío físico que tenia podía decir que haber llegado a tiempo, me había alegrado el día, después de todo haber visitado Nápoles aunque solo haya sido por que tenia ese evento, pisar Italia siempre me ponía feliz, así hubiera sido una parte ella. Había visitado a mis abuelos y aunque aquella visita no salió como esperaba, por lo menos reencontrarme con mi mejor amigo había cambiado todo.

Pero lo importante era que estaba aquí, y olvidar un poco mis problemas me serviría muchísimo estando en un lugar como estos, ya que realmente lograba tranquilizarme solo esperaba que Kohaku no haya hecho nada de lo que me dijo, por que si de algo estaba segura era que no quería que estuviera en problema por mi culpa. Después de todo, si lograba encontrarme con el pues sabría que si había llegado a tiempo. La cosa fue que cuando llegamos a la reserva los profesores nos propusieron una misión sobre adivinar o que se yo que era, pero teníamos que decir por donde iríamos.

Escuche voces de algunos alumnos, debatiendo por donde era el camino y para decir verdad, talvez también sabría algo sobre eso pero, tenia como un poco de ¿pena hablar?.

—Se te nota en la cara que quieres hablar —la voz de Adara me alcanzo—. ¿Por que no lo haces? La ultima vez que fuimos de acampar adivinaste por donde debíamos de ir.

La mire de arriba abajo, alzando una ceja ante su comentario, no me imaginaba que ella pudiera venir pero, que sorpresa me estaba llevando realmente. Después de todo había pensado que se iba a retratar, nunca me prometió que si vendría.

—¿Y por que no lo haces tu?

—Por que no se meda la gana de hacerlo —murmuro—. ¿Le conteste la pregunta rojita?—susurro con una sonrisa ladina—. ¿Entonces por que camino debemos de ir Fiorella? —ella me había hecho la pregunta a una voz un poco alta, y la cosa fue que note que realmente quería que hablara porque ella no me llamaba por mi nombre completo, si no me decía "roja" era "zanahoria" o si no "Fio" o "Fiore" pero no Fiorella.

La mire antes de hablar: —Y según tu quieres llevarme la contraria ¿no? —le pregunte en voz baja, había escuchado tres oeste, y dos este, claro cada voz había sido diferente por que no reconocía de quienes era, pero lo que si logre a identificar fue un acento algo francés como también italiano, y para ser sincera busque la fuente de esa voz. Era una chica que no estaba tan lejos de donde yo estaba parada.

—Respóndeme la pregunta Fiorella, es de mala educación responder una pregunta con otro.

Entrecerré mis ojos antes de responder de una vez, por todas.

—Por el oeste, talvez nos sirva por si queremos luz del atardecer, es hermoso después de todo —murmure un poco alto—. ¿Y tu que piensas Adara?, ¿este o oeste?

—¿Mi opinión vale? —la mire esperando su respuesta, y solo me miro para caminar no se a donde y murmurar al mismo tono alto que el mío—. Supongo que por el este.

En el proceso note que alzo un poco los hombro. Realmente Adara era una chica bien difícil, no se de donde había sacado ese carácter, tan déspota.

Contenido oculto

Fiorella Bianchi.

• Agudeza sensorial: 3 puntos
• Resistencia física: 3 puntos
• Destreza y agilidad: 4 puntos

Isla Smith

• Agudeza sensorial: 4 puntos
• Resistencia física: 4 puntos
• Destreza y agilidad: 2 puntos

Adara Makris

• Agudeza sensorial: 3 puntos
• Resistencia física: 4 puntos
• Destreza y agilidad: 3 puntos

 

Un silbido de admiración escapó de mis labios en cuanto escuché a la gótica.

—¿Acaso eres poeta, senpai? Nijiji —solté con una sonrisa de oreja a oreja con ambas más sobre la cintura, era verdad que le sorprendía para bien. En eso no demoré en recordar que fue aquella chica la que encontré en aquella fiesta pija de mascaras, ¡Vaya que el mundo era pequeño! Nunca en mi vida había pensado en cruzarme con ella otra vez.

En fin, que al final Oeste salió ganando y el entusiasmo me impidió guardar recato, por lo que celebre con un sí mientras empuñaba una mano y la contraía hacia atrás, se me veía bien contento. En fin, seguimos a los profesores y en cuento Sachi-sensei comentó que este lugar tenía algo en especial mis ojos buscaron por todos lados aquella cosa, no demoré en encontrarla en un momento parecido a ella.

—¡Ah, que es Totoro!— Mis ojos se iluminaron y la sorpresa era genuina, me acerqué a Sachi-sensei para preguntarle un deseo con algo de timidez en la sonrisa—, Neh, sensei, ¿Podría sacarme una foto solo mi para enviársela a mis padres? ¡Puedo esperar todo lo que sea necesario!



Una rubia de la nada me llamó Calathea-san, porque se refería a mí, ¿no? Al hacer memoria recordé la flor y ni tan mal, la verdad, así que mi rostro extrañado soltó una sonrisa algo torcida. ¡Qué estaba apoyando mi decisión, vamos! Eso le da puntos a cualquiera. Eso sí, lo que dijo la oscurita no logré a entenderlo del todo, porque hablaba bien bajito y algunas cosas del japonés aún me costaban, por lo que solo miré con duda el intercambio notando ese deje de tención al final.

—Ufff, parece que vamos a perder, Blondy —dije de brazos cruzados cuando estuve cerca de aquella que me puso el sobrenombre, en mi cara se notaba que ni en aquello tan simple me hacía gracia perder. En fin, que entre idas y venidas de repente mis ojos cayeron sobre un trio que si o si acaparó mi atención. Mis ojos se abrieron con sorpresa y cierta emoción me aceleró el corazón.

Con un paso algo apresurado regresé sobre mis pasos para dirigirme a ellos, alcé la manos para que me notaran con la sonrisa de oreja a oreja.

—¡Hey, chicos, que gusto verles por acá!— A la primera que le tiré los brazos encima, sin el afán de deshacer su cómoda posición, fue a Génesis, me separé bastante rápido y en eso que tomaba distancia terminé el saludo con un casto beso en la mejilla. Me tomé el atrevimiento de repetirlo con los gemelos, pero sin el abrazo de por medio—. Siendo sincera, no te esperaba ver por acá— Le comenté a Génesis con las cejas fruncidas con esa duda, pero sonriente, el ceño se relajó cuando me dirigí a los Kasun—, ¡Aunque supongo que a ustedes dos les entusiasma la idea! ¿No? ¡Che figata!

Fue entonces que los votos se decidieron y mi expresión enfadada se hizo presente, con lo que me jodía perder. Di un suspiro, no había mucho que hacer al respecto.

—Espero no les moleste que los acompañe —dije retomando una sonrisa más confiada y risueña, llegando a cruzar miradas con cada uno.

Cuando cambiamos de bosque un Totoro se irguió sobre el pastizal.

—Ah, que bonico—. No era la mayor fan, pero al menos la película no me había hecho dormir. Sentía que reflejaba la cotidianidad y sentimientos... de una forma bastante especial, ¡Pero me gustaba mucho más la de Chihiro!

Contenido oculto

Insane Ahí podrán colocarse al día uwu

 

El día del campamento había llegado, al final. Estas semanas habían sido bastante tranquilas, y me había movido por ellas casi como si hubiera estado en piloto automático. Era raro, como si nadie controlara mis acciones ni nada, y viviera sin mucho propósito por ahí. Pero suponía que cada tanto, era bueno desconectar un poco el cerebro. Nos había bastante bien además en el trabajo de arte en grupo, y eso se sumaba a mi tranquilidad actual. Me estaba yendo mejor aquí en Japón en este último año que en todos los otros juntos en Europa. O era un golpe de suerte, o tal vez toda el aura de disciplina y dedicación al estudio japonés me estaba afectando. O podía ser simplemente que me habían tocado buenos compañeros de equipo. Como fuera, estaba bien, estaba contento, y mejor estar de ese humor si uno iba a pasar un par de días acampando en la intemperie.

Que tampoco es que fuéramos al medio de lo salvaje. Estábamos a quince minutos de la escuela, acompañados de todos los profesores, y éramos un malón de gente. Esto era más un acantonamiento que un campamento propiamente dicho, pero no por ello no dejaba de ser emocionante. Eran como unas mini vacaciones.

Era una sola noche, así que iba bastante ligero de equipaje. De hecho, no llevaba muda de ropa, tan solo una chaqueta por si hacía frío. El resto eran los instrumentos básicos de higiene, comida y golosinas (porque hambre me iba a dar), un libro que más que nada hacía peso porque dudaba que me pusiera a leer, un juego de naipes, y la guitarra. De hecho, la funda de la guitarra era el único bolso que había traído. Había debatido si traer el instrumento o no, ya que iban a haber actividades y demás, pero las actividades de campamento solían ser bastante físicas, y no sabía hasta cuando iba a poder ceder mi pierna. Más valía prevenir que curar. Además, ¿cómo podía ser un campamento sin una guitarra? Herejía.

Escuché curioso las indicaciones que los profesores nos brindaban. ¿Nosotros teníamos que elegir el camino? Vaya elección para darle a un grupo nutrido de adolescentes de variada edad. Suponía que no debía haber ningún peligro dentro de los bosques, o al menos, nada demasiado peligroso, para que hubieran tomado esa decisión. O simplemente estaban con tiempo de sobra y había que cansarnos un poco antes de llegar. Yo era bastante malo con las direcciones, así que dejé que el resto decidiera la primera vez. Cuando se contaron los votos, se decidió que íbamos a ir hacia el oeste, y llegamos al llamado Bosque #2. Vaya nombre. Al menos era fácil de acordarse y de pronunciar. Una de las profesoras, que parecía bastante emocionada con esta visita, señaló una estatua de Totoro que se encontraba a la vera del camino. Cierto que estos bosques habían inspirado a la película esa. Suponía que era obvio ahora, por el nombre.

Sí, esos notones habían sido suerte.

Varios de los chicos se dirigían para que les sacaran fotos con la estatua. La verdad que era bastante bonita, pero como no había visto la película, tampoco es que estuviera super emocionado con la visión. Miré alrededor, intentando encontrar a alguien que conociera, pero la marea de chicos era bastante grande. Suponía que cuando llegáramos, o en el camino, me encontraría con alguien.

Me quedé observando la estatua unos segundos más, y luego me encogí de hombros. Ah, al diablo. Iba a ser un lindo recuerdo. Así que me formé en la fila para sacarme una foto, descansando sobre el bastón. Solito, o con el que se sumara.

Y bueno, para las direcciones, llegados al caso, iba a votar al sur. Veníamos del oeste, así que ir al este era contraproducente, ¿no? ¿Así funcionaba esto?

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Jack:

• Agudeza sensorial: 1 puntos
• Resistencia física: 5 puntos
• Destreza y agilidad: 4 puntos

I'm back, bitch vuelve a desaparecer por otros tres meses sin explicación

 

En lo que hacían el conteo de los votos, suponía el hecho de que veríamos algún par de sitios que no había visitado hasta el momento, por ende lo único que traía en el bolsito, aparte de mentas e hidratante de labios, era la cámara instántanea que me obsequió Zeldryck, así que estaba esperando el momento para usarla aunque no lo mencionase abiertamente. En lo que los gemelos charlaban sobre el sol que estaba haciendo, ajustándose ambos al unísono la gorra que traían puestas -aunque Zeld echándosela hacia atrás, y Zold cuidando su rostro del sol-, la mano levantada me hizo desviar las pupilas, denotando a Numéria entre la multitud, recibiendo su abrazo sin complicaciones, luego su beso en lo que murmuré el saludo correspondiente.

—Yo tampoco esperaba verme por acá —continué con sinceridad—, pero ya que estamos, imagino que habrá que adaptarse.

La modestia por delante, como debía ser.

El par correspondió al saludo de ella.

—Hace tiempo no te veía, ni por los pasillos —comentó Zoldryck, sonriéndole con amabilidad—. Y pues sí, la verdad esperábamos el día para salir de la monotonía, los libros y pff, eso.

El profesor terminó la charla e indicó la dirección que había seleccionado, lo cual me parecía una buena decisión de su parte.

—Ah, si siempre eres bienvenida al grupo~ —agregó el tatuado, moviendo la cabeza hacia donde comenzaba a movilizarse el resto del alumnado. Entre el camino y los árboles resaltó la estatua, no demorando las chicas en acercarse a tomarse fotos y eso.

Estaba bastante tierna, era de resaltar la característica, pero no sabía si valía la pena tomar una foto en ella.

—Ey, creo que sería bueno usar la cámara —mis mejillas se tiñeron—. Supongo que podemos tomar varias, ¿no crees Gen? ¿Numéria? —la agregó en lo que busqué los ojos de ella, quizá esperando algún tipo de opinión para proceder a sacarla del bolso.

Suponía que podíamos esperar a que las personas se dispersaran un poco y poder sacar una con los cuatro. Entre tanto no me fijé realmente la siguiente dirección, por lo que no me molestaría la que fuese elegida, y suponía que a los chicos tampoco.

Contenido oculto

La cámara ♥

 

Prácticamente no era que me sentía contenta al estar aquí, y ni yo misma sabia el por que había venido no se talvez por que se me hacia ilusión ver a Fiorella contenta después de todo la ultima vez que fuimos de campamento, aun éramos pequeñas y desde allí ya no fuimos mas, ya que ella, se vino a vivir a Japón, y yo regrese a Grecia con mi papá. Hasta podía decir que lo estuve pensado toda la noche y realmente mi papa logro convérseme aunque eso si me sorprendió ya que el no era la clase de padres que le interesaba lo que hicieran en los institutos de sus hijos.

En realidad esperaba no arrepentirme de haber venido, después de haber salido al patio frontal pues nos dirigimos al lugar donde empezaríamos el campamento y como me imaginaba los profesores no nos la pusieron fácil, teníamos que adivinar por que camino ir y para ser sincera solo los mire y alce una ceja. Si eso ellos querían pues debíamos de hacerlo ¿no?.

¿Dónde quedaría la diversión, si todo nos lo daban masticado?.

Empecé a escuchar voces de cada uno y de lejos pude distinguir a Fiorella, era fácil reconocerla su pelo brillaba mas la estatura hacia competencia con todo. La cosa fue que me le ha cerque como si nada, y una sonrisa divertida pero también burlona apareció en mis labios, cuando le vi el deseo de hablar en su rostro.

Solo logramos compartir un par de palabras, y podía decir que verla con ese brillo de desafío en su ojos, que siempre tenia cuando le llevaban la contraria era lo mas divertido.

Antes de murmurar algo sobre que camino tomar e irme pude notar el cansío en su rostro, seguro que estaba así por el viaje que tuvo a Italia y de seguro que le fue bien, cuando ella se proponía algo lo hacia, pero como ella era Fiorella y era tan terca que si así estuviera cansada, siempre le había visto participar en las cosas que ella le gustaban.

Escuche la voz de una profesora explicar algo sobre la estatua que ahora mirábamos, y podía notar que le gustaba ya que se le miraba contenta explicándolo todo, no me acerque mucho ya que no quería fotos, lleve mi mirada todo el lugar y pode notar no muy lejos a Jez estaba acompañada unos chicos que de seguro que eran amigos de ella. Para decir verdad vaya a saber yo, por que me acerque pero lo hice.

—Buenas —murmure para que me escucharan mas bien los amigos de ella, y podía decir que uno de ellos se me hacia conocido ya que cuando trabajamos para el proyecto había escuchado que ella lo había llamado "Al", ¿talvez era el diminutivo de su nombre? No lo sabia con certeza, la mire por encima de mis hombros antes de saludarla por su nombre—. Hola Jez.

Y mieras seguía observando como los otros se tomaban fotos, no murmure nada sobre que camino tomar.

Contenido oculto

Yáahl Holi uwu, por aquí te dejo a la niña con su carácter no tan pesado del que tenia hace unos momentos(?)

¿Así que campamento?.

No era mucho de esto pero, aquí estaba queriendo compartir con personas que casi ni conocía, ¿será por que me había perdido un tiempo? y no habia tenido esa oportunidad de hacerlo, la gran cosa fue que no hable en todo el camino con nadie, mas bien estaba concentrada en observar el lugar y sacarle un par de fotos con la cámara que había traído, aparte podía pegarlas en mi cuarto cuando regresara a casa. Y ahora que lo pensaba extraño ya estar en mi cuarto con mi guitarra, ese era el único instrumento que realmente me interesaba.

Escuche opiniones sobre que camino tomar cuando los profesores nos propusieron adivinarlo y hasta el momento no hable talvez lo haría después, podía oír como debatían y seguimos por el camino que mas eligieron hasta que llegamos a una estatua y una profesora se puso a explicar algo sobre el Totoro y no podía negar que le puse un poco de atención hasta le saque una foto antes que lo invadieran.

—Hola —murmuro una voz, casi doy un grito por la sorpresa pero me detuve—. Ups sorry si te asuste.

La mire y no dije nada, realmente me había asustado y mas bien fue por como se acerco, deje mi cámara y puse mi atención en ella, hasta pude notar en su acento que era estadounidense, suspire ante de poner mi mejor sonrisa..

—No te preocupes, estaba despistada —inquirí—. Soy Sophie Brown y ¿tu?

Después de todo ella se había acercado, y seguro era por que quería hablar ¿no?.

—Isla Smith —sonrió y miro mi cámara para después fijarla al frente—. Eres estadounidense ¿no? —me miro, en su mirada pude notar que quería preguntarme algo que termino haciéndolo—. ¿Por cual camino piensas que debamos ir?.

—Isla —salude—. Si soy estadounidense —lleve mi vista al frente y después me volví a encontrar con su mirada—. Supongo que por el sur y ¿tu? —lo había dicho un poco alto.

—Eso mismo pensaba, el sur estaría bien —murmuro—. Ahora nos tocaría ver que descubrimos por si escogen ese camino.

No respondí, solo asentí en respuesta y volví a coger mi cámara para seguir tomando algunas fotos mas, y note su sonrisa cuando levante mi vista a ella.

 

El Totoro no demoró en verse cubierto por una cantidad increíble de estudiantes, aunque una cantidad no menor se mantenía al margen por la falta de motivación respecto a las fotos. La respuesta de la profesora, quien parecía tener la paciencia de todos los dioses benevolentes del panteón, me atendió con una dulzura que solo se pudo reflejar por un momento en mi sonrisa antes que agarrara el paraguas y se tiñera con la picardía y energía de siempre. Al colocarme a un costado de la estatua imité con paraguas, pies, manos e incluso sonrisa la icónica escena de cuando salía volando con las hermanas, colocándome de puntillas y todo, haciendo lo imposible por mantener el equilibrio en aquella posición. Fue rápido y no había problema con ello, pues seguro el resto también ansiaba el momento de sacarse una foto. Regresé donde la profesora, vi el resultado y le sonreí radiante.

—Gracias, sensei—. Luego de eso me distancié un poco, no lo suficiente para preocupar a alguno de los docentes, pero sí para descansar del tumulto de gente. Fue entonces que, mientras observaba los alrededores, quité el protector a las lentes de mis binoculares y empecé a observar lo que estaba a mi alrededor, quitando y agregando distancia. Logré identificar un par de caras conocidas y otras no tanto, un par de pajaritos por ahí y...— ¡Oh, disculpa! —exclamé con suavidad cuando sentí que topé un cuerpo con mi espalda, me había distraído tanto que no me había percatado hasta dónde me habían dirigido mis pasos.

Contenido oculto

quem uwu

Todos me recibieron con bastante familiaridad y eso no podía hacer más que brindarme una alegría inmensa, puede que fuera por la vida haciéndome un poco la dura que poco le importaba lo que pensara el resto sobre mí, pero la verdad es que cuando sentía el rechazo cuando lo que esperaba era lo contrario en verdad eran de las cosa que más me llegaban a doler, así que en parte también era un alivio.

—Uh... —musité ante las primeras palabras de Génesis, para terminar por sonreír con algo más de suavidad y congeniando un poco con sus palabras—, puede que cueste acostumbrarse, pero te aseguro que en un momento por lo menos la naturaleza será gratificante de admirar —había cambiado mi chip al inglés de repente, porque la verdad el japonés aun me costaba y sabía que el grupete se manejaba más que bien con él—, ¡Ojalá y consigamos ver una hermosa puesta de sol! —agregué con la sonrisa radiante, como me encantaban esas cosas.

Escuché entonces las palabras de Zold, recién me percataba de que en verdad había pasado bastante tiempo desde la última vez que nos habíamos visto, medio encajaba con lo que dijo él de despejarse de los libros y demás. Le seguí el suspiro.

>> Falté un par de veces y me encerré en la biblioteca muchas otras—. Había pasado un brazo sobre mi regazo mientras fingía limpiarme una uña para distraerme con algo—, el japonés me está costando más de lo que creía y me he encerrado para mejorar en ello, ya que mis notas se han visto afectadas—. Había bastante resignación en mi voz, me costaba pedir ayuda y por ello era un problema del cual ni mi padre se había enterado—, ¡pero bueno! Cada día me va mejor—. Di por zanjado el asunto con otra sonrisa animada, no tenía ganas de achacar al resto con el temita ni yo misma seguir comiéndome la cabeza más de lo que ya lo había hecho. El comentario de Zeld con que era bienvenida siempre solo logró aumentar esa energía vibrante que se había opacado por un momento y la expulsé en forma de una risita acompañada de mi sonrisa—. Gracias, que honor~

Una vez estuvimos cerca del Totoro y antes de pensar en cualquier acción uno de los gemelos reveló que Gen había traído una cámara, la miré con ligera sorpresa.
—¿En verdad?— Miré a Gen, luego al chico y cuando volví a la chica sonreí, entrelazando las manos tras mi espalda para ladear un poco la cabeza—, sí tu estás de acuerdo yo encantada— Me dirigí a Génesis—, ¡Con lo preciosas que son!— Junté las palmas de mis manos a la altura de mi pecho, tanto las fotos como las cámaras mismas me parecían dignas de admirar—. Podría ser una foto con las dos, otra de los gemelos, con gusto les saco una a los tres de recuerdo y...— Empecé a divagar sola con la sonrisa, aunque al final tuve que detenerme un breve momento donde mis ojos se alzaron hacia el cielo, como hacían siempre que pensaba—. Aunque necesitaremos a alguien más sí queremos una foto de los cuatro... ¡Bueno, eso lo podemos ver luego! ¿Vamos? —ofrecí lo último con un ligero movimiento de manos que los alentaba a acercarse a la estatua, que ya estaba algo más despejada.

Fuimos tomando foto tras foto y cuando la cámara estuvo en mis manos, la cual manipulé con sumo cuidado al momento de fotografiar a Gen con los Kasun, observé mis alrededores en busca de alguien que pudiera hacerme el favor. Fue entonces que mis cabellos dieron con una rojiza cabellera, mi instinto me llevó a acercarme, teniendo buen ojo para reconocer las características que la chica tenía. Una vez cerca su cara y ojos solo terminaban de confirmar mis sospechas.

—Buenas, linda~ —saludé con la sonrisa suave, aunque puede que con ojos algo juguetones. Ladeé la cabeza en dirección al Totoro y el resto—, ¿me podrías hacer el favor de sacarnos una foto? —había soltado todo en mi burdo japonés, ¡pero era mejor que el que tenía apenas llegué! Podía prometerlo por mis dos meñiques—, ¡Pero me cuidas la cámara, que no es mía! —di la advertencia con bastante seriedad, frunciendo el ceño y todo, pero la sonrisa al final aclaraba que no andaba de malas.

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Pinche mini tocho.
En fin, quem
Y ahí sí quieres te vas narrando cómo se sacaron las otras fotos, Insane (?)

 

Aun seguía tomándole fotos algunas cosas que me llamaron la atención, y sonreí en el proceso ya que realmente este lugar era muy entretenido para no ser mi fuerte, me estaba divirtiendo demasiado con tomarle fotos a todo lo que encontrara interesante, bueno la cosa fue que Isla solo me siguio mirando y sonreí un poco.

—¿Te estas divirtiendo? —pregunte con una sonrisa—. Sebe muy entretenido todo ¿no?.

Ella me devolvió la sonrisa para seguir viendo con atención el Totoro.

—Si, todo esta muy bonito no se que nos espera pero espero divertirme —murmuro.

Sonreí y note que realmente ella estaba contenta.

—Igualmente yo, aunque no me guste el campo me iré acostumbrando estar aquí.

Solo asintió y me sonrió: —Fue un gusto conocerte, espero verte por la academia algún día —se despidió pero antes de alejarse pude escuchar lo ultimo que dijo —. Me iré a mirar un poco de cerca la estatua del Totoro.

Solo sonreí y alce la mano en forma de despedida, aunque se que talvez la volvería ver. Gire en mi propio eje para tomar algunas foto pero en el proceso del que iba alejándome hacia atrás chocando con alguien, escuche su voz ya que me estaba pidiendo disculpas.

—Oh peace man no pasa nada —murmure al girarme—. Supongo que los dos andamos distraídos ¿no? —inquirí al mirarlo aun con mi cámara alzada—. Soy Sophie, Sophie Brown y ¿tu?

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Mori por aquí te dejo a la niña, que es ni tan tranquila, pero ni tan amargada uwu

 

Empaticé con el relato de Numéria, ya que en parte se me había dificultado bastante el idioma, y con ellos todo lo que conllevaba su relación, deberes, talleres, exposiciones... era en realidad bastante complejo, eso de los Kanji, la normativa para emplearlos. Llegó un punto en donde se tornó sumamente aburrido, que sino fuese por Gen y su paciencia, probablemente estaría perdiendo varias materias.

—Suena bien —comenté en el órden que estableció Russo sobre las fotografías, saludando a la profesora de paso, sonriendo a la cámara para mostrar los dientes blancos, a diferencia de mi hermano que le surgió la sonrisa ladina de costumbre.

Ambos con las manos en los bolsillos y la mochila en el hombro, aunque mi hermano cargando con dos al ofrecerse a llevar la de Gen. Luego Génesis se acercó al hacerle yo una ceña con la mano, acomodándose en la mitad de ambos en lo que entrelazaba su brazo por el espacio del mío, dejando ver una tenue sonrisa bajo su cabellera.

—Numéria, ven tu también —le llamé, notando el cómo buscaba a algún compañero que no le resultase un problema fotografiarnos. Se le termimnó hacercando a una chica que no reconocía de nada. Esperé que le entregara la cámara y se acercara a nosotros, para tomarnos la última foto con la estatua.

En cuanto terminó la sesión de fotos me acerqué a la desconocida, risueño de por si, agradeciéndole por su ayuda, escuchando el sonido suave al irse imprimiendo las fotografías, una tras otra con un lapso ligero de tiempo. Sabía la ilusión que le causaba a Gen, por lo que procuré que fuese ella quien las viese primero.