Aula 3-3

Contenido oculto: Presentación de piano en Italia <3

Sonreí un poco al quitarle los auriculares al móvil, entonces le baje el volumen antes de que se escuchar en todo el salón, el sonido estaba normal, cosa que lo volví a repetir una vez mas y, sin ninguna complicación me quite el pelo del rostro para acomodarlo atrás de mi hombros. Volví mi mirada a Kohaku y antes de decidirme en contestarle la pregunta que me hizo al sentarme, note que tenia su móvil en la mano, solo esperaba no interrumpir lo que fuera que estuviera haciendo antes de mi llegada.

A pesar de ello regrese de improviso mi vista donde las lleves reposaban: En mi regazo.

—Si mucho —murmure con la vista en mi móvil, y al cogerlo se lo extendí—. Ya que estuve practicando esto, es para una presentación que tendré en Italia, que de hecho hoy día viajo, por esa razón —agarre las llaves para alzarla y mostrársela—. Quería devolverte las llaves.

Se las extendí, y las mire un poco.

Para ser sincera pasar esas lleves por mi casa sin que nadie se diera cuenta, fue un jodido reto. ¿Por que? porque la hermana que tenia no me dejaría en paz hasta saber ¿de quien era?, y ¿por que las tenia?, así que las escondí sabiendo con obviedad que ese día, después de salir de aquí estaba tan estresada, que no quería contestarle nada a nadie.

Pero lo que también me ayudo a subirme los ánimos, fue el anuncio que vi sobre el campamento, era algo que me alegraba ya que la ultima vez que fui a uno, fue con Adara, la pasamos demasiado bien para decir verdad que podía decir con certeza cierta, que el campo era como mi lugar seguro después del piano.

—¿Entonces creo que ya sabes del anuncio en el tablón? ¿Qué te parece?

 

Sonreí un poco asintiendo ante su pregunta.

—Si. —musite mirando como el le echaba un vistazo a la pantalla, al mismo tiempo que mis oídos escuchaban las ultimas piezas—. Muchísimo para decir verdad, es una oportunidad muy grande —reí un poco con lo ultimo que dijo—. Créeme, aunque no se note yo estoy re nerviosa.

Escuche su risa y recogí de vuelta mi móvil, cuando el cogía las llaves y las guardaba en su mochila. Repetí una vez mas el sonido del piano, después de hacerle la pregunta sobre el anuncio del tablón, solo esperaba poder ir ya que de lejos, se tonaba que iba hacer muy entretenido. Claro talvez la pasaría un poco alegada de todos, ya que, casi pero casi, no me llevaba con nadie.

Y aquí era cuando decía que mi yo interno era un traicionero por traerme esos sentimientos ahora, tenia a Adara y de seguro que en un lugar como ese sus expectativas de divertirnos, eran muy grandes.

Volví mi atención a Kohaku cuando escuche su respuesta entusiasmada y, sonreí un poco borrando cualquier destello de tristeza que cruzo por mi rostro, para poder escuchar su pregunta.

—Si —musite prestándole atención a mi móvil—. Talvez regrese cansada del viaje, pero hare todo lo posible para estar aquí el día lunes —musite sin alzar mi vista aun—. ¿Tu si vas ir no?.

 

Aun seguí con mi vista puesta en mi móvil siguiendo los movimientos que el señor hacia con mis dedos, improvisando a que tenia un piano en la mano, siempre hacia lo mismo en mi casa cuando estaba en mi cuarto sin ganas de levantarme, ponía melodías y improvisaba que tenia un piano al frente. No obstante levante mi vista cuando escuche la voz de Kohaku, y antes de responder seguí con mi movimientos improvisados.

—No, no hice ninguna audición, puedo decir que hace mucho me presente para un evento en Italia —murmure recordándome de ese momento—. No se que paso realmente, pero hace unos días recibe una llamada solicitando mi nombre y apellido. —recordé la llamada de esa noche—. Y me dijeron que había sido convocada para una presentación que en resumen: Escogerían a los mejores para pagarle todos los estudios para que estudiaran en una de la mejores Academias de pianista, en Italia.

Sonreí recordando la alegría que surgió dentro de mi, seguiría lo que mi madre verdadera había seguido y, me convertiría en una pianista muy reconocida. Ese siempre había sido mi sueño.

—Aunque eso signifique dejar todo lo que he conseguido aquí, después de graduarme —susurre.

Volví una vez mas a repetir esa parte que tanto había luchado que me saliera en la sala de música y, como lo imaginaba tanto esfuerzo valió la pena.

Mi atención llego a Kohaku cuando escuche su respuesta, y el proceso note que su pelo celeste se agito un poco, cosa que llegue a sonreír y para ser sincera mi risa que acentuó mas al empezar a escuchar lo que decía en modo de broma, que hasta llegue a pensar que hablaba enserio. Realmente el me recordaba a un amigo que tuve en Italia, uno que a veces me daba gana de matar cuando me decía: Enana. Soportaba todo apodo sobre mi cabello, pero ¡Enana! me hacia sentir ofendida.

—Ojala que si —reí—. No quiero que estés en problema por mi culpa —ladee un poco la cabeza provocando que mi cabello se moviera en el proceso—. Aunque la propuesta de intercambiar el anuncio del tablón por otro y con otra hora, no suena nada mal.

 

Seguí con mi vista en el móvil, hasta que decidí ponerla pausa después de salir de aquí haría un ultimo ensayo y me iría. Este era mi ultimo día antes de la presentación así que si tenia alguna oportunidad de practicar en Italia lo haría, además también no pensaba quedarme todo el Sábado por allá después de la presentación saldría a visitar a mis abuelos y me regresaría.

Regrese mi vista a Kohaku, al escuchar su voz.

—Si, para decir verdad es algo que siempre soñé —murmure notando como recargaba sus antebrazos en su mesa y se inclinaba apenas hacia mi, y para no negar que también le devolví la sonrisa, que el tenia con entusiasmo—. ¿Presumir que me conoces? —reí—. Por mi no hay problema, hasta puedo pagarte el pasaje para que vayas a visitarme.

Rei ante lo ultimo que dije, notando en el proceso el golpecito suave que el le dio a la mesa con la palma abierta, aun serio. Mire por ultima vez mi móvil pero esta vez me fije en la hora, faltaba poco para que la campana para entrar a clases tocara.

—¿Seguro que quieres hacerlo? —pregunte mirándolo fijo—. ¿Lograras que el anuncio falso se de antes de que termine el día?

 

Note su sorpresa cuando solté lo de pagarle el pasaje para ir a Italia, lo decía en broma claro mas que el agua estaba, aunque en parte lo de pagarle el pasaje, no se me hacia ningún problema, después de todo ¿para que tenia una herencia? para ser con ella lo que quisiera ¿no?.

—En Nápoles —reí por lo que dijo después—. Si queda todo cerquita —respondí aun con la sonrisa en mis labios—. Pizza —lo mire cuando dijo que el invitaba obviamente para seguirle la broma, murmure: —Entonces me la debes, lo anotare en mis recuerdos para no olvidarme.

Note su mirada pensativa hasta que escuche lo que dijo, en algo el tenia mucha razón.

—La única opción que tenemos en sabotearlo ¿no? —murmure cruzando las piernas al mismo tiempo que también lo hacia con los brazos, regalándole el mismo desafío que tenia su mirada —Eso mismo dije, quiero verte intentarlo —murmure con un ligero tono de desafío —. ¿Además quien sabrá que Kohaku Ishikawa lo hizo?

Sonreí con sorna, sin quitar el desafío en mi mirada y me acerque un poco a el, para que mi voz solo llegara a sus oídos.

—¿Tan solo que las paredes tengan oídos?.

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Xd lo mismo me pregunto
yo solo venia a devolverle las llaves a Kohaku, pero no me arrepiento.

 

Note que Kohaku iba levantando los dedos conforme a la información que le iba dando, para ser sincera siempre comía pizza y no era necesario vivir en Italia para comerla, me había acostumbrado a comerla cada vez que merendaba hasta cuando miraba película hasta tarde en Netflix. Así que eso de conseguirla en cualquier lugar no me molesta.

Pero como yo no había nacido en Nápoles sino es Roma, y me fui a vivir a Venecia, podía hasta decir que conocía todo Italia. Debía que estar a costumbrada a comer toda clase de comida Italiana ¿no?.

Después de haberme acercado a el para murmurarle lo de las paredes, y hasta reí en el proceso, regrese a mi espacio en el mismo tiempo que el lo hizo.

—De nada, lo tomare en cuenta la próxima vez que venga a pedirlas —murmure con una sonrisa en mi labios, al mismo tiempo que me levantaba para volver a mi pupitre —. Nos vemos en el campamento.

Por que si de algo estaba segura, era que llegaría antes de la hora prolongada.

Al llegar a mi pupitre coloque una vez mas las melodías pero con los auriculares puesto, tenias unas horas antes que la campana tocara así que la aprovecharía.

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Igualmente aqui cierro con Fiore.

 

Agradecía mucho que hoy nadie que no fuera de mi agrado se cruzara por mi camino, no estaba de humor para soportar a nadie por que estaba segura que con el humor que ahora me llevaba tal vez no reaccionaria bien. Por que primeramente, estaba con el jodido dolor de cabeza, no era fuerte así que eso lo agradecía, y segundo por que mi padre nunca se cansaría de hacerme la vida difícil con las decisiones que tomaba sin siquiera preguntarme.

Y eso era que mas odiaba de mi padre.

Dejando de lado todo eso, había quedado con Fiorella para comer juntas en el receso, solo esperaba que no se fuera ido sin esperarme, estaba con la botella de agua abierta así que en el momento que entre por esa puerta no me fije quien venia adelante, y choque con esa persona, el impacto fue algo fuerte por que para decir verdad llegue atabalearme y puede que algo de la botella me callera encima.

—Oh diablos —murmure en voz baja.

Alce mi vista con el objetivo de encontrarme con la persona afortunada de haberse chocado conmigo, y para no mentirme a mi misma me quede sorprendida cuando lo hice.

ω διάολε..

Respire hondo, y alce una ceja.

—Deberías de aprender a fijarte bien, quien viene por delante —inquirí con voz fría, sacando una toalla de mi bolsillo para poder secarme.

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Zireael Holis por aquí te dejo a la niña con emociones algo mescladas, puede que este tranquila y también como que no

 

Mi vista después de secarme seguía puesta en el chico que tenia al frente, era alto, si, atractivo también, pero eso no quitaba que todo en el gritara peligro, prácticamente sentía que estaba al frente de un bad boy, alce una ceja cuando note su sonrisa divertida ladee la cabeza y entrecerré los ojos.

Y no se si fue por el jodido dolor de cabeza, por que sentí un palpito, o si fue por la sonrisa.

Y solo pedía que el dolor no se hiciera mas intenso.

—Podrías —murmure con el mismo noto de voz que había usado antes, pero esta vez fue algo bajo y tranquilo. Solo alce los hombros, —. Y ahora me pregunto si te enseñaron modales, —mi rostro seguía inexpresivo, pude notar que me habría paso y despegue mi vista de el para mirar hacia adentro pero no había rastro de Fiorella —. Dijo podría enseñarte si quieres y como dijiste nadie murió pero podrías encontrarte con una persona con un carácter peor que el mío.

 

Mi mirada aun seguía adentro del aula no podía creer que Fiorella se halla ido sin mi a la cafetería, pero la otra cosa era que no sabia si había venido, tenia una opción preguntarle a este chico que tenia al frente pero, ¿mi orgullo era demasiado grande para hacerlo? Ni yo misma lo sabia.

Suspire quitando mi vista del aula, y regresándola a el mirándolo fijo cuando volví a escuchar su voz incline mi cabeza levemente y alce mis hombros, había dicho que si era ¿mi caridad del día de hoy? Rei sarcásticamente cruzando mis brazos.

—¿Caridad? —si mi mirada había suavizado no lo note—. Yo no le hago caridad a nadie —murmure neutra, mirándolo de arriba a bajo—. Que pena que te halla sonado de esa manera.

Ni siquiera me había dado cuenta que tenia su mano en el bolsillo, y tampoco me intereso saber que iba a sacar, solo note como apoyo el peso en el marco de la puerta y el repaso que me hizo. Cerré los ojos cuando sentí el pinchazo en la cabeza, parpadee un poco antes de abrirlos cuando su voz me trajo de regreso.

Bueno fue mas bien cuando note su mano señalando mi rostro, arquee una ceja, ¿acaso el me había comparado con alguien?.

—Pues prefiero morder antes de preguntar —inquirí—. ¿Por que preguntar si puedes decir las cosas directamente? —lo mire.

Y sin anestesia.

Pero ahora quería saber donde diablos estaba Fiorella.

 

Después de haber dicho que yo no le hacia caridad a nadie escuche su risa, alce una ceja devolviendo mis manos a mi costado y volviendo a tapar la botella de agua ya que no lo había hecho, hasta ahora me daba cuenta y me sorprende por que me cruce de brazos y el agua no se me callo. Suspire pasándome una mano por el rostro, cogiendo levemente el dije de mi collar solo apoye mi cuerpo en la pared y alce mi vista para verlo mejor cuando escuche de nuevo su risa.

Inhale e exhale tres veces, moví la cabeza levemente.

Realmente no entendía como me había olvidado de las pastillas, agradecía mucho que en todo el trascurso de la clase no se fuera intensificado el dolor, pero lo que me preguntaba era que, ¿justamente tenia que ser ahora?. Ahora que estaba al frente de este chico, que a decir verdad no me sabia ni su nombre.

Mi vista aun seguía en el cuando menciono divertido que le parecía bien mi gran manera de pensar y solo arquee una ceja cuando dijo que puede que nos llevemos bien, mi peso cada vez se acentuó mas en la pared, realmente estaba segura que si no me sentaba o algo por el estilo, terminaría en el piso. Y lo peor era que, aunque no quisiera aceptarlo con la migraña todas las barreras que alzaba a mi alrededor bajaban, no se notaba mi lado mas vulnerable pero no podía negar que a veces me asustaba, ser tan débil. Desde la muerte de mi madre nunca volvi hacer la misma y mi padre tampoco.

—Puede —mi voz sonó baja—. Si no me das aires de querer molestarme la existencia pues, como dijiste —alce mis hombros—. Puede que nos llevemos bien.

Aparte mi mirada de el cuando note como le echaba un vistazo al salón, y para decir verdad no se que mas hizo por que volvi a cerrar los ojos y ni los abrí cuando escuche su voz pero antes había sentido su mirada.

—Si venia a buscar a alguien, pero por lo que vi hace rato salio antes que viniera —sonreí un poco para mis adentros—. Se llama Fiorella Bianchi —después de haber dicho su nombre, lo que me sorprendió fue la pregunta que me hizo, eso si que hizo que alzara mis ojos hacia el.

¿Si me dolía algo?.

Θεός sentia que me dolia todo.

¿Valía la pena decirle a este chico que me pasaba? Ni yo misma lo sabia. Lo mire fijamente por algunos segundos.

—Supongo que puedo decir que no es nada, pero no creo que así sea —murmure—. Me duele la cabeza, sufro de migraña desde los once años —inquirí notando como daba un paso hacia delante con intensión de dejar la clase, esa acción hizo que enderezara mi cuerpo pero al hacerlo sentí un leve mareo, y cuando dijo enfermería asentí un poco, me adelante mirándolo por encima de mi hombro—. ¿Me vas acompañar?.

Ladee la cabeza, esperando su respuesta y en el proceso volví mi vista al frente.

¿Qué pregunta era esa Adara?.

¿Y a ti que te importa si ese chico te acompaña o no?.

Y aquí era cuando decía que el dolor me estaba aturdiendo, y ya no sabia lo que hablaba.

—Si es así pues, me llamo Adara Makris~

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Si lo ves necesario lo puedes arrastrar uwu, y a decir verdad no se de donde me salio tanta palabrería