Herrería Izagawa

Oreki Tojo

Oreki tomo y admiro la katana una vez más su mirada llena de sorpresa se apoderó de el, entonces observó al herrero bonachón, por un segundo sintió como se había vuelto cercano a el. Oreki levantó el pulgar y guiñando un ojo aprobó la simple expectativa de Izagawa.

—descuide Izagawa-san ¡me tendrá rondando muchas veces por estos lados!—afirmo mientras reía, era como una suerte de imitación de la contagiosa carcajada del herrero, al igual que pasó con Sakura-chan Oreki había conocido a alguien con quien contar.


Con la compra realizada Oreki corrió hasta donde estaba el grupo para mostrarle su katana, pero cuando se dio cuenta, Watanabe y Shiori se habían ido.

Durante unos segundo quedó observando de forma dudosa la salida, lo ocurrido hace un momento fue...

Pero antes de dar paso a cualquier cuestión Oreki fue interrumpido por la entusiasta voz de Anna. Le recordaba su salida pendiente a comer en el restaurante.

Pero rápidamente cambio de parecer, decidiendo entonces acompañar al par que recién salió, no sin antes dejarle una hoja de libreta con un número, dedujo entonces que era el número de su movil, el olor de aquella nota le recordó a una malteada que solía degustar, vaya que conveniente abrir aún más su apetito.

—Esta bien Anna ¡iré sin falta!—dijo Tojo moviendo su brazo para despedirse de Anna, una vez quedando a solas con el sujeto Oreki solo le sonrió y se despidió dando una palmada en su hombro. Ese día el tenia prioridades luego tendría oportunidad de convivir con los otros trickster, pero ahora debía seguir su recorrido. Eso y el hecho que aún rondaba su mente que le llenaba de intriga: Watanabe.

Aquellos milisegundos....el sintió ¿Peligro? Aún con aquella sonrisa...ocultaba algo muy ¿oscuro? No tenía sentido...era muy repentino, Oreki solo rasco su cabello meditando lo ocurrido...el porqué de aquella sensación.

—Tks debe ser mi imaginación...le estoy dando muchas vueltas—murmuro Oreki con una breve risa nerviosa. Cómo pudo trato de espabilar y pensar en la siguiente parada en este merecido día de descanso ¿Que lugar seguiría?

 

Diane Yamaguchi

Pudimos acabar con el jefe, finalmente. La batalla fue muy dura, la más difícil hasta ahora, pero pudimos sobreponernos. ¡Menos mal! Tras eso, salimos de la mazmorra al final, y Alice se puso en contacto con nosotros, para pedirnos que descansásemos. Ya habíamos avanzado mucho en la mazmorra, y según decía, aún quedaba por venir lo pero.. Así que, haciendo caso de sus palabras, regresé a casa tras despedirme de mis compañeros, para dormir tranquilamente.

Al día siguiente, volvíamos a clase, como cualquier otro día. Las lecciones fueron muy interesantes: pudimos disfrutar de una maravillosa clase de literatura, y tras eso unas clases de ciencias. ¡El día empezaba muy bien! Pronto, las horas pasaron y la campana sonó. Acabaron las clases por el momento, y ahora teníamos algo de tiempo libre. ¿Qué podría hacer...?

Salí de la escuela sola, pues me había quedado algo rezagada, copiando los últimos apuntes del día, y dejando todo bien organizado, de modo que no pude ver a nadie. Sin embargo, me dirigí al distrito comercial, como de costumbre. Iría a la herrería. Quizás había pecado de excesiva confianza la última vez, pero viendo ahora la gran cantidad de peligros a los que nos veíamos sometidos, quería asegurarme de estar preparada, especialmente tras recibir el escalofriante mensaje de Alice, en el que nos decía que si algo nos pasaba en las mazmorras... Hasta ahí habríamos llegado.

—¿Hola? ¿Izagawa? —pregunté al entrar, buscando al vendedor—. Soy Diane, no sé si me recuerda del otro día... Estaría interesada en comprar algo de su mercancía, lo mejor que tenga. Y también quisiera ofrecerle algunos materiales que obtuve, por si le resultasen útiles..

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Compro el garrote y vendo todo lo que pueda, por si no quedó claro :D

 

—¡Bienvenida, Diane-chan! —saludó Izagawa—. Pues mira, si algo te gusta... ah, ¿te ha interesado ese garrote? Serían 2000 Yen...

>> En cuanto a esos materiales... hm, no creo que pueda darle uso a esas telas. ¡Pero de seguro Sakura-chan sí! Es el negocio de al lado, por si no la conoces aún... siempre busca telas para sus nuevos productos...

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No tienes materiales para Izagawa, sólo para Sakura xD

 

Diane Yamaguchi

—¿Sakura...? Hm, está bien, iré ahora a hablar con ella, a ver si le interesan las telas. Igualmente, me gustaría adquirir el garrote. Es algo caro para los ahorros que tengo, pero... creo que realmente lo necesitaré. Muchas gracias por todo, con eso ya estaría.

Cogí la nueva arma, tras desembolar los dos mil yenes. Esperaba no arrepentirme de la decisión que había tomado...

 

—¡Buenas tardes! —rugió una voz desde el fondo.

Riamu se sobresaltó ante esa voz que salía de la nada. Del fondo de la tienda surgió un hombre enorme. El gigante musculoso llevaba puesto un overol, guantes negros y unos goggles sobre los ojos. Se quitó los goggles de la cara para subirlos a su cabello rojo oscuro, revelando unos amables ojos negros.

—Bienvenida a la Herrería Izagawa —dijo el hombre enérgicamente, mostrándole una larga hilera de blancos dientes al sonreír—. Izagawa a su servicio, señorita. ¿En qué puedo ayudarle?

>> Quería averiguar sobre este lugar.

>> ¿Qué clase de armas vende?

>> ¿No hay muchos clientes hoy?

 

—Ah, pues bienvenida a Hanazawa entonces. Ren Izagawa, a su servicio —se presentó jovialmente el herrero—. Ah, debes ser de los chicos que se mudaron desde Tokyo, ¿no es cierto? Buenos chicos... he recibido muchas visitas de su parte últimamente. Parecen ser todos unos aficionados por las armas, ¡bwah-ha-ha-ha!

>> Ah, querías saber sobre mi negocio, ¿verdad? La Herrería Izagawa trabaja con todo tipo de metales, fabricando las mejores creaciones artísticas para todos los coleccionistas de Hanazawa. Por supuesto, son réplicas sin filo... ¡pero no encontrarán réplicas más perfectas en todo Japón!

>> Quisiera comprar algo.

>> Quisiera vender algo.

>> ¿En serio son de mentira?

 

—Bwah-ha-ha-ha, ¡gracias! ¿Verdad que lo parecen? —rió Izagawa, tomando una katana en sus manos—. Mira, has la prueba.

Riamu tomó en sus manos la katana y, con confianza, pasó un dedo por el lado filoso. No recibió daño alguno en su índice; tal y como decía el herrero, era tan sólo una copia. Sin embargo, Riamu sentía... podía sentir a la voz de su Persona en su interior. Si usaba una de estas réplicas en el otro mundo... actuaría como su guadaña en el compartimento, estaba segura de ello. Le devolvió la katana al hombre tras comprobar lo que él le pidió.

—Bueno, Riamu-san, ya sabes... si tú y tus amiguitos siguen coleccionando, no olviden pasar por Herrería Izagawa, ¡no encontrarás mejores productos o mejores precios en ningún otro lado! —le aseguró Izagawa, sonriendo y guiñándole un ojo cómplice—. Es más, te ofreceré el mismo trato que a Shiori-san, Anna-san y los demás... si alguna vez encuentras materiales... ya sabes, acero o metal o cosas de ese estilo. Si encuentras algún tipo de materia prima que pudiese servir para forjar, ¡tráemelo! Te lo compraré a buen precio, y quien sabe, ¡quizás hasta pueda crear un nuevo producto para tu colección! ¡Bwah-ha-ha-ha!

Izagawa lanzó una sonora carcajada. Parecía como que hubiesen hecho una especie de pacto... y sintió como, al hacerlo, había establecido una especie de vínculo con él...

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"Tú eres yo... yo soy tú...
Tú has establecido un nuevo vínculo...

Se volverá las alas de la rebelión,
que romperá las cadenas del cautiverio.

Con el nacimiento de la Persona de la Torre,
tú has obtenido una bendición que llevará a la libertad y nuevo poder..."

¡Riamu obtiene la Arcana The Tower! Tu ficha será actualizada para registar este logro.