Drabble Herencias [Dishonored] [The Wicked Night]

Cuando había sido expulsada del palacio por su traidor padre, Delilah había sido demasiado joven para entender la mayor parte de lo que sucedía su alrededor. Sin embargo, tras encontrarse en las calles con su madre, comenzó a comprender.

Porque ella dormía con los sirvientes. Porque a Jessamine se le permitía ir aparecer ante la corte pero a Delilah no, aunque ella era la hermana mayor.

Era una niña nacida de la mujer equivocada. Una bastarda.

Y aún así, a su querida sobrina, también bastarda, se le permitía ser la heredera, a ser vista como parte de la familia por aquellos que eran ajena a ellas. No sólo sirvientes, sino también invitados nobles y extranjeros que le sonreían sabiendo que ella era la siguiente emperatriz.

Delilah miró el cuadro que había estado pintando de su hermana. Las noticias corrían como pólvora hoy en día, y todo el imperio no había tardado en enterarse de la emperatriz Jessamine había muerto asesinada. Una pena, le habría gustado poseer el cuerpo de Jessamine como suyo y verdaderamente recuperar todo lo que ella le había robado.

En fin, pensó Delilah mientras arrancaba el lienzo y lo tiraba al fuego de la chimenea, habrá que empezar de nuevo. Emily era una cría de diez años y Delilah tardaría en sentirse cómoda en semejante cuerpo, pero lo sobrellevaría sabiendo que Jessamine se estaría retorciendo en su tumba.