Boku no Hero Academia Boku no Yokai Academia.

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por La loca de los Gatos, 6 Mayo 2019.

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    La loca de los Gatos

    La loca de los Gatos Maldito calor...

    Aries
    Miembro desde:
    26 Abril 2019
    Mensajes:
    79
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Boku no Yokai Academia.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    5500
    Un saludo a toda la comunidad de Fanfics. Este de aquí es mi primer fanfic en el Fandom de BNHA, y hablando de manera sincera, estoy algo nerviosa de publicarlo siendo que esta cosa es algo experimental, y estoy un poco oxidada en la escritura. Espero les guste y pueda recibir alguna que otra critica constructiva.

    NOTAS DEL AUTOR.
    Los personajes les pertenecen a sus respectivos creadores. Yo nomas estoy pasando el rato y no me dan un quinto por hacer esta cosa. Por eso les hago algunas advertencias antes de comenzar.
    -Este cuento en realidad son varias historias combinadas en una sola. El compendio conocido como Libro 1, son lo que se podría decir el prologo de cada una de estas historias.
    -Debido a que es un Universo Alternativo, los personajes dentro de la historia serán un poco OOC, pues las circunstancias variaran mucho en cuanto a situaciones.
    -También contiene algunos spoilers del manga, vayan con cuidado.

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    “Los seres humanos siempre le hemos temido a lo insólito, lo inexplicable y lo difícil de ver, en pocas palabras, a la oscuridad”

    Desde los inicios de la civilización, siempre han existido leyendas y relatos de monstruos. Aquellas formas que merodean los abismos y las tierras vírgenes fascinaron y horrorizaron a los antiguos; tanto así que cada lugar en el planeta tenía su folclor, y cada pueblo le o les daba diferentes formas, capacidades y apreciaciones dependiendo de la cultura e historia de origen.

    Estos despojos eran casi como la reminiscencia de que el ser humano alguna vez fue una presa, una forma de advertencia que a pesar de que las ciudades crecieran, y la población con ellas, aun se estaba al tanto de aquellos depredadores que asechaban en cada esquina.

    Sin embargo, todo cambio con la llegada de los quirks.

    Todo comenzó con un bebé que brillaba en China, y partir de este, la humanidad comenzó a padecer de un proceso evolutivo en donde las mutaciones dentro del ADN eran cada vez más variadas y frecuentes, dando a los seres humanos capacidades tan representativas como la superfuerza o la capacidad de controlar los rayos, a cosas tan bizarras como transformarse en un cactus.

    Todo siguió hasta que, a inicios del siglo XXI, la organización mundial de la salud declarara que al menos el 80% de los seres humanos tuviera este tipo de habilidades; los quirks cambiaron la forma en la que se componía la sociedad, y la forma en la que esta comenzó a avanzar, formando a gente que quería usar sus nuevos poderes para sobreponerse sobre los demás.

    Entre gente con poderes monstruosos que querían apoderarse de todo, y personas dispuestas a detenerlos, poco a poco todos comenzaron a olvidarse de los merodeadores de la noche. ¿Por qué habría que temerles a los monstruos cuando había sujetos que los podían emular con sus nuevos poderes y eran igual de malvados?

    Aquella sensación de que el ser humano podía ser depredado desapareció. Los animales no tenían quirks, las plantas no tenían quirks, y había quirks para evitar que los efectos de las criaturas más letales mataran. El hombre se convirtió en su propio depredador con el paso de los años, y se perdió el afán por huir del peligro.

    “Sin embargo, es sabido en la naturaleza que el depredador que no se adapta a la presa perece… y los señores de los abismos se negaban a desaparecer”


    Libro 1
    Capítulo 1
    Un niño de nombre Deku


    Bakugo Katsuki, un rubio cenizo de 6 años, era un pequeño lleno de energía que, como todos los niños de su edad, soñaba con llegar a ser un gran héroe.

    En Japón, los índices de criminalidad eran altos, sobre todo en lo que se refería a los pobladores con superpoderes; por lo que el ser un superhéroe como en los antiguos comics era una profesión muy vistosa, rentable y llena de glamour, a la que muchos aspiraban y pocos lograban. Y sobre eso se debía de competir para llegar a los mejores puestos.

    Katsuki siempre supo que tenía lo que se necesitaba para ser una persona que acaparara los reflectores. No solo era su actitud extrovertida, que lo hacía un líder nato, también tenía entre sus manos, literal y figurativamente, un quirk poderoso. Sus pequeñas palmas podían expulsar nitroglicerina cuando el quisiera; esto le permitía generar explosiones. Sabía que algo así se convertiría en terror de los villanos, por lo que chicos y grandes exaltaban sus aspiraciones para convertirse en un héroe futuro.

    Esto hizo que el niño se volviera algo fanfarrón. Todos en su salón de preescolar lo idolatraban y su palabra era ley. Sabía que no tenía rival alguno, y que su camino era el de la grandeza; no importaba cual fuera la actitud que tomara. Con el tiempo pasaría a cada uno de sus rivales, y sería conocido como el hombre mas poderoso sobre la faz de la tierra.

    Claro, eso hasta que sus ambiciones fueron abruptamente interrumpidas con la llegada de un foráneo, justo en el verano en que estaba por empezar la primaria.

    - ¿Hiashi?
    - ¿Mizuki? ¡Eres tú!
    - ¡No puede ser, hace un millón de años que no nos vemos!
    - ¡Ja! Ni que hubiera sido tanto
    - Hiashi, han pasado 7 años desde la universidad y mi boda…
    - No se me hace tanto considerando lo que tenemos que trabajar en la zona. Por cierto, ¿cómo está Masaru? ¿No me digas que el pobre diablo sigue casado con mi rubia atómica?
    - Serás idiota Hiashi, no cambias nada…

    Katuski roló los ojos. Le molestaba que su madre se quedara hablando por horas con sus conocidos de la calle.

    Al parecer, y por lo que escuchaba de la verborrea de ambos adultos, el nombre del tipo era Hiashi Midoriya; un ingeniero civil con un quirk de fuego que conoció a sus padres mientras ellos estudiaban en la preparatoria, y que luego los siguió hasta la universidad cuando ambos entraron a estudiar diseño. Como Hiashi tomaba fotografías de sus diseños y las exhibía en la galería de la escuela, el tipo se hizo muy amigo de ellos durante aquellos años.

    Sin embargo, al tiempo tuvieron que separarse; a Hiashi le ofrecieron trabajo lejos de su ciudad natal, Musutafu, diseñando obras de drenaje para secciones rurales al sur de Japón. La última vez que se vieron fue cuando fungió como padrino en la boda de sus padres, y desde entonces prácticamente desapareció su rastro.

    Pero para sorpresa de Mizuki, su muy querido amigo no regresó solo.

    - ¿Y quién es este adorable chiquitín?- mencionaba la dama rubia mientras se arrodillaba. El pequeño que venía con Hiashi se agarraba del pantalón del adulto, y se escondía detrás de sus piernas.
    - Oh, el es Izuku, mi hijito… - dijo el hombre con una amplia sonrisa - Tiene 5 años, y no te preocupes por su semblante. Es que es algo tímido.

    Katsuki lo observó de reojo. Izuku era un niño de cabello verde oscuro con ojos enormes y la cara llena de pecas. Por alguna razón llevaba una gorra de la liga de beisbol de Hosu, lo cual apenas dejaba ver su cara; además, era escuálido y mas bajo de estatura que el rubio. Para Katsuki, prácticamente un camarón con pelos.

    - ¿Te cásate y no nos dijiste Midoriya? - le recriminó Mizuki al hombre -Sabes que hubiéramos viajado kilómetros para llegar a tu festejo.
    - Es que… bueno, la madre de Izuku y yo no estamos casados per se - dijo el hombre rascándose la nuca con una gota de sudor.
    - Ah ya veo - dijo la mujer de forma pícara mientras le daba un ligero codazo a Hiashi -No pudiste escapar de tu responsabilidad, ¿eh? Algo difícil tomando en cuenta que el enano tiene la cara llena de pecas, igual que tú.
    - Je, algo así.
    - Pero si, también tengo a mi propio enano. Él es Katsuki - mencionó Mizuki mientras lo forzaba a pasar al frente con la mano derecha - Recién cumplió los 6 años. ¿Por qué no le dices hola a Izuku cariño?

    Katsuki miró a los ojos al chico, y este a Katsuki. El rubio torció la boca y se volvió a su mamá.

    - ¿Pero porque tengo que saludar a ese niño? ¡Parece un brócoli gigante!

    Mizuki le dio un golpe derecho en la cabeza, molesta por la actitud de su hijo.

    - ¡Katsuki, no me hagas pasar otro papelón! ¡¿No puedes ser amable por 5 segundos?!
    - ¡Pero si no quiero vieja anciana!
    - ¡No me hables así, soy tu madre!

    Los Midoriya miraba con una gota pequeña de sudor como los Bakugo peleaban entre ellos.


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    Obviamente su madre le regañó llegando a la casa, pero eso no evitó que se arrepintiera de su interacción con aquel niño. El chico de pelo verde no mostraba ser la gran cosa, y el que su madre lo quisiera enjaretar con el le parecía molesto.

    Pero como si fuera alguna especie de maldición de la que no se podía zafar, al día siguiente, cuando su padre lo llevó al parque, vio de vuelta al viejo de cara pecosa que era amigo de su madre. Estaba sentando en una banca mientras leía un libro.

    - ¡Eh, Masaru!
    - ¡Hiashi! ¿Qué ha pasado? Mizuki me dijo que andabas de vuelta en la ciudad.
    - Sí, pero no por mucho. Solo estaremos aquí una semana, luego regresaremos a la apacible vida de nuestro pueblito. Hay demasiado bullicio.
    - Jajajaja, ¿te engentaste Hiashi?
    - Es que vivir un tiempo en las zonas rurales te hace extrañarlas, ¿sabes? Además, siempre hay que hacer obras… - Katsuki notó los ojos del adulto posados en él, para mala suerte del pequeño - Eh, veo que trajiste a tu hijo. Justo el mío esta jugando allá en los columpios.
    - Perfecto - dijo su padre - ¿Por qué no vas a saludarlo Katsuki?

    Katsuki miró a su padre con el seño fruncido.

    - Pero no quiero.
    - Vamos hijo - Mencionó el hombre de los lentes con una amplia sonrisa - Muéstrale un poco de hospitalidad al hijo del señor Midoriya. No creo que quieras que tu madre te vuelva a regañar…

    Katsuki se fue a regañadientes hacia los columpios. La verdad estaba un poco molesto por que lo quisieran forzar a jugar con el hijo del señor Midoriya; un chico que apenas conocía, y que daba lástima con solo verlo. El niño de pelo verde parecía un conejo asustado y Katsuki presentía que, si se hacía amigo de este, se volvería una carga para él.

    Acercándose a donde estaba el nuevo chico, Katsuki carraspeo para que el Midoriya menor levantara los ojos. Ambos orbes verdes se asomaron entre el gorro de pescador que el niño pecoso llevaba puesto.

    - Oye, mis padres quieren que te salude, así que llámame Bakugo - exclamó el rubio apuntándose a si mismo - Dime tu nombre.
    - ¿No nos conocimos ayer? - reclamó el chico de las pecas en voz baja.
    - ¡Eso no importa! - exclamó Katsuki - ¿Cómo te llamas?
    - Izuku…- respondió el chico con nerviosismo - Pero todos me dicen “Deku”.

    Katsuki se rascó la cabeza. ¿Era eso en serio? La palabra Deku era usada para referirse a una madera blanda y fácilmente rompible, por lo que Deku también se refería a algo frágil, o incluso inútil.

    - ¿Pero porque dejas que la gente te llame Deku? - le replicó Katsuki.
    - Según la abuela de un amigo, así se lee el kanji de mi nombre - termino por resolverle el chico mientras se columpiaba ligeramente - Además, para mis amigos es más sencillo que llamarme Izuku o Midoriya.
    - Ok… - dijo con confusión Katsuki - Tu papá dijo que tenias 5 años. ¿No es así? -
    - Eh, si, más o menos, cumplo 6 cuando las hojas se caen -

    Y ahí iba otra afirmación bastante particular. El tal Deku tenía una forma muy extraña de referirse a las cosas. Pero Katsuki prefirió seguir en su puesto del chico dominante.

    - Dime, ¿Cuál es tu quirk?
    - ¿Mi quirk?
    - Si, como tienes 5 años, debiste haber desarrollado tu quirk.
    - ¿Qué es un quirk?

    Ahora Katsuki sentía que se estaban burlando de él. No podía ser posible que fuera tan tonto como para no saber de que le estaba hablando. Todo el mundo generaba su quirk a la edad de 4 años, era algo normal entre los niños como cuando comenzaban a caerse los dientes de leche. Los únicos casos en que esto no pasaba de esa manera, era que el usuario naciera con una mutación corporal demasiado notoria, como que la piel fuera verde o mitad tiburón.

    Exasperado, se volvió al chico de pelo verde.

    - ¡Tu habilidad especial, tonto! - le gritó Katsuki molesto.
    - ¡Oh! - exclamó Deku como si le hubieran revelado un secreto magnífico - ¿Te refieres a esos poderes que algunos de ustedes tienen?
    - ¡Si bobo, eso!
    - Yo no tengo algo así.

    La respuesta que le dieron a Katsuki fue seca y casual, como si no importara. Aquel chico debía estar bromeando.

    - ¿No tienes quirk? ¿Nada de nada?
    - No - le respondió Deku levantando la ceja - La gente de mi pueblo no desarrolla quirks con facilidad. Solo dos familias en la localidad tienen algo parecido a un quirk y…

    Antes de que Deku terminara de hablar, Katsuki ya había tomado su camino hacia otro lado.

    - ¿A dónde vas? - le preguntó el niño de las pecas.
    - A cualquier otro lado - le replicó Katsuki.

    Aquel otro niño no dijo nada, solo se dedicó a columpiarse mientras observaba a Katsuki irse.

    Katsuki se fue a jugar solo, pues estaba de malas. No por el hecho de que el extraño hijo del señor Midoriya careciera de un quirk, a pesar de que eso ya de por si era una alarma bastante notoria, sino porque el rubio tenía el presentimiento que sus padres se lo querían enjaretar para que lo cuidara, algo que no estaba dispuesto a hacer.

    Si quería ser reconocido como el héroe mas fuerte del mundo, no podía dejar que le pusieran trabas, y ese niño en particular iba a volverlo más lento. Quería gente fuerte a su lado que lo solapara, no estar de niñera de un secundón.

    Aquel día pasó y se fue a su casa, esperando no tener que toparse con aquel chico de cabello verde otra vez. Sin embargo, el destino pareció no darle tregua.

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    Al día siguiente, de vuelta en el parque, fue dejado ir solo por sus padres. Esta vez se encontraban con Katsuki algunos chicos del jardín de niños, una pandilla que le seguían como si este fuera el líder de una banda, y que estaban con el por que les daba los beneficios de ser amigo del más fuerte de la clase.

    - ¡Oye Kenta, no te dijimos que este es nuestro lugar de juegos!
    - Por favor, no me hagan daño - exclamaba un niño en el suelo mientras la pequeña banda de Katsuki se reía.

    Katsuki, como buen fanfarrón, a veces se metía con otros chicos cuando estos se oponían a el. Muchas de esas veces era alentado por esas voces aduladoras de aquellos quienes lo acompañaban. Katsuki siempre estaba buscando mostrar predominancia sobre otros, sobre todo con aquellos niños que tenían quirks más débiles que él. Un par de explosiones creadas por sus manos eran suficientes como para que los extras molestos se fueran haciendo a un lado.

    - ¿Te vas a ir o no? - repitió Katsuki al chico del piso.
    - ¿Bakugo san?

    Aquella voz chillona le calo en los oídos a Katsuki. Era otra vez el tal Deku, el cual venía corriendo hacia ellos con su gorro de los Bananeros de Hosu.

    El rubio estaba perdiendo los estribos, pues lugar a donde iba, era lugar donde terminaba topándose con ese niño raro. ¿Qué no se lo iba a quitar de encima nunca de los nuncas?

    - ¿Conoces a ese niño? - preguntó uno de los amigos de Katsuki, un chico gordo con alas de dragón
    - No - mintió Katsuki - Ignoren que está aquí -
    - ¿Por qué hay un niño tirado en el piso? - preguntó Izuku apuntando a Kenta.
    - ¡¿A ti que te importa Deku?! - le gritó Katsuki al pelo verde.
    - Pensé que no lo conocías - replicó un niño delgado con el pelo negro
    - ¡Tu cállate Noboru! - le grito Katsuki

    Fue en ese momento de distracción que la víctima de la banda de Katsuki, Kenta, se levantó de manera repentina, corriendo hacia Deku y escondiéndose detrás de el, esperando encontrar protección en el recién llegado.

    - ¡Por favor, ayúdame, me están pegando!

    Katsuki comenzó a reírse.

    - Buena esa Kenta, el tarado con un quirk inútil busca que le proteja el trasero un chico sin un quirk.

    Todos comenzaron a reírse, todos menos el aludido Deku, quien levanto la ceja y en voz baja se dirigió a Katsuki.

    - ¿Por qué es tan importante para ustedes eso del quirk?

    Todos pararon de reír, incluido Katsuki.

    - ¡¿Cómo que para que es importante idiota?! ¡¿Acaso crees que puedes defender a ese sin un quirk?! - exclamo iracundo Katsuki apuntando a Kenta.
    - Bueno - dijo Izuku rascándose la nuca - Tomando en cuenta que solo usas tu poder extraño sobre criaturas más pequeñas o débiles que tú, supongo que ese quirk tuyo no es tan fuerte.

    El planeta pareció paralizarse para Katsuki en ese segundo, hasta que comenzó a arder en furia. Aquel idiota enano sin un quirk lo estaba desafiando, y encima se estaba burlando de el con su voz temblorosa, apuntándolo como si el fuera el patético entre los dos. El tal Deku había sacado boleto, debía demostrarle a este quien era el que mandaba aquí.

    - ¡YA CÁLLATE Y MUÉRETE!

    Katsuki lanzó una explosión directo a la cara del chico de cabello verde, esperando ver que rodara en el piso llorando, como pasaba con todos los que se burlaban de él.

    Pero eso no pasó.

    - ¿Qué fue eso? Huele como a caramelo quemado.

    Deku estaba ahí parado frente a Katsuki, sin un solo rasguño. Lo único que este perdió fue su gorro, el cual estaba ahora en el piso, y que recogió para volvérselo a poner tras quitarse el polvo del cabello. Por su parte, Kenta y el resto se veían nerviosos. El quirk del chico más fuerte del barrio no tuvo efecto alguno sobre el forastero de pelo verde, y ahora estaban todos a la expectativa de lo que fuera a pasar.

    - ¿Eso fue un ataque? - preguntó Deku

    Nadie dijo nada.

    - Supongo entonces que es mi turno.

    Por alguna razón, aquel semblante tembloroso de Deku desapareció, y en su lugar quedo un aura de salvajismo, mezclado con el frío horror de las alertas del instinto que advertían que estabas en peligro inminente. Katsuki quiso apoyarse, pero volvió su mirada hacia atrás para ver como su banda lo abandonaba. Sus dos lacayos comenzaron a correr como animales asustados, dejándolos solos a él, a Deku y a Kenta.

    El rubio pensó entonces en poner posición de combate y pelear solo. No iba a dejarse ganar cuando el inicio esto, y tampoco iba a hacer lo que sus amigos y salir huyendo como un cobarde.

    El problema fue que su cuerpo simplemente lo dejó a merced de Deku. Las piernas le temblaban, su cuerpo se puso rígido, su frente dejo resbalar una gran cantidad de sudor frío y la boca se le secó. Katsuki se sintió como un ratón acorralado por un tigre; algo en su cerebro le decía que iba a morir en ese instante y en ese lugar.

    Sin embargo, a pesar de esperar lo peor, Katsuki solo recibió de Deku un palmazo en la frente. Uno con suficiente fuerza como para hacer que el pequeño cuerpo del rubio diera de espaldas contra la tierra, dejándole una marca roja y sacándolo del trance de hacía rato. Katsuki no se movió de su posición, y parpadeo un par de veces, tratando de asimilar todo lo ocurrido. El chico de las pecas lo había vencido sin ningún esfuerzo.

    ¿Por qué? Se decía a sí mismo. ¿Es que Deku le mintió cuando le dijo que no tenía quirk? Esa era la única explicación lógica que le encontraba, porque no sabía como era posible que alguien tan enano y escuálido como el niño de las pecas no solo resistiera sus explosiones, si no que intimidara a la gente con solo verlos a los ojos.

    - Lo siento… ¿te encuentras bien? - le dijo de forma repentina Deku, ofreciendo su mano para levantarlo - Podemos jugar a otra cosa, a algo menos rudo… si quieres.

    Katsuki se sentó en la tierra, miro derecho a Deku, y un par de lágrimas salieron de sus ojos carmesí.

    - ¡ALÉJATE DE MI, MENTIROSO! ¡¡NO QUIERO TU LASTIMA!! - exclamó Katsuki apartando de un manotazo el brazo de Deku.
    - ¿De qué hablas?
    - ¡Me mentiste! - le repitió Katsuki, mientras secaba su rostro con el antebrazo - ¡Me mentiste, me mentiste, me mentiste! ¡¡Dijiste que no tenías un quirk, y solo lo hiciste para humillarme!! -
    - Eso no es cierto…
    - CÁLLATE. ¡No quiero escucharte! - exclamó antes de darse la media vuelta - ¡¡Y no te me acerques, o lo vas a lamentar!!

    Katsuki se fue alejando, dejando a Deku y al niño que la banda del rubio estaba atormentando con el sonido del viento. El pequeño de pelo verde quiso ir tras el, pero Kenta lo detuvo.

    - Déjalo así - señaló Kenta - Si te le acercas, solo lo vas a poner peor.
    - Es… normal que sea así de temperamental…
    - Mas o menos…

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    La mañana siguiente siguió peor para el pequeño Katsuki. Se sentía irritado por lo pasado el día anterior, y estaba esperando que esto no arruinara aquella mañana de verano con sus amigos; pero era como si todo volviera a el como una eterna marca de la cual ya no podía huír. Y esto se vió evidente en el momento que los chicos con los que jugaba decidían el sitio donde pasarían el resto de la tarde.

    - Vamos a la fuente a tirar monedas -
    - Eso es estúpido - replicó uno - ¿Y si vamos a ver la construcción que esta cerca de tu casa Tsubasa?
    - ¿Ah qué? No hay mas que puños de tierra en ese lugar.
    - ¿Tu que dices Katuski?
    - Pensaba en que quizás deberíamos ir a donde está el rey pingüino, quiero ir al arroyo que hay cercano para capturar insectos.

    Los dos chicos que acompañaba al rubio se quedaron en silencio un rato.

    - No creo, mejor vamos a ver que más hacemos
    - ¿Qué? - exclamó Katsuki - ¿Por qué no quieren ir al resbaladero del rey pingüino? Siempre vamos cuando hace sol, como hoy.
    - Es que como que ya lo hemos hecho… mucho… - Noboru se percató de que no convencía a Katsuki y suspiró - Bueno la verdad es que cuando Tsubasa y yo veníamos para acá vimos a ese niño de pelo verde… ¿Cuál era su nombre.
    - Da lo mismo - replicó Tsubasa - Estaba junto con Kenta en el resbaladero y no queremos que se nos acerque.
    - ¡No me digan que le tienen miedo a ese idiota! - Exclamó Katsuki exasperado.
    - Ni siquiera creo que se trate de alguien normal, ese niño es raro y no queremos verle.
    - Lo que pasa es que ustedes son unos cobardes que prefirieron correr antes de enfrentarlo.
    - Mejor correr a hacer un papelón - le recriminó Noboru - Como ya vez que tu “todo poderoso” quirk le hizo mucho daño.
    - ¡¿Qué dijiste?!
    - ¡Lo que escuchaste! – le replicó de vuelta Noboru – Ese niño tiene razón, tu quirk no es tan genial, ¡solo puedes vencer a gente con quirks inútiles!
    - ¡TE VOY A ROMPER EL..!

    Tsubasa los separó extendiendo sus alas entre los dos.

    - Ya paren los dos.
    - Inició ese cretino – apuntó Katsuki a Noboru.
    - Mira quien lo dice, ¡todo el mundo piensa que eres un idiota!
    - ¡¿Entonces porque siguen juntándose conmigo?! ¡Ustedes solo son un par de extras que no destacan en nada!
    - … ¿Sabes qué? Tienes razón – dijo Noboru tras una breve pausa – No sé porque me sigo juntando contigo si crees que no soy nada. Yo me voy de aquí.

    Noboru se fue, Tsubasa miró un segundo a Katsuki, dejo salir un suspiro y se fue detrás de Noboru, dejando a Katsuki solo de nueva cuenta.

    El rubio apretó los puños. Estaba enojado, y las razones las podía ver por todos lados. Sabía que esos niños estaban con el porque demostraba superioridad a otros con su quirk, porque querían estar del lado del fuerte. Pero en el momento que todo eso se quedó de lado, los mequetrefes le dieron la espalda mas rápido que lo que cantaba un gallo.

    Porque ya no era el mas fuerte.

    Porque ya no era el que estaba en la cima.

    Eso apestaba.

    Y todo era culpa de ese niño de nombre Deku.

    Desde el momento que lo vió sabia que sus problemas iniciarían de alguna o de otra manera; y como en alguna de esas series fraudulentas de caricaturas, aquel enano verde con apariencia débil y con, lo que creyó al principio, el coeficiente intelectual de una banana, lo había engañado. Tras el incidente de ayer, estaba demostrando que Deku era mucho más de lo que aparentaba. Esto molestaba por demasía al niño rubio, ese sujeto se estuvo burlando de el por 3 malditos días y nunca tuvo una forma de defenderse de él.

    Tenía que cobrársela de alguna manera, pero no estaba seguro de cómo.

    Al parecer, Deku tenía alguna especie de quirk de resistencia o parecido, aunque no se daba explicación del porque podía generar a su alrededor aquella energía que lo hacía intimidante. ¿Tendría dos quirks, o una variante combinada? ¿Alguna especie de mutación?

    Ya no lo sabía y no quería pensarlo, pues sin esperarlo, entre sus cavilaciones terminó caminando hacia el resbaladero del rey pingüino, donde se suponía estaban jugando Kenta, su anterior víctima, y el mocoso que le estaba haciendo rabiar, Deku.

    De hecho, escuchó sus voces. De esa manera se acercó al sitio para verlos columpiarse uno al lado del otro.

    -… Puedo pegarme a algunas superficies, pero no en todas. Básicamente eso cubre mi quirk- escuchaba Katsuki a Kenta -El tuyo parece mucho mejor por lo que pude ver. ¿Es alguna variante de super resistencia o eres inmune al fuego?
    - No lo sé. Tal vez sea la primera…
    - ¿Cómo tal vez? ¿No conoces tu propio quirk?
    - Es que nunca había estado cerca de una explosión antes. Lo único que sabía hasta ahora es no me hace daño el veneno de serpiente – decía el niño para extrañeza de Kenta y de Katsuki, quien los escuchaba desde los arbustos cercanos – Pero eso no es un quirk, hasta donde tengo entendido, los quirks son solo para personas.

    Hubo un silencio muy raro que Kenta rompió.

    - No se de que rayos hablas, pero sonó super raro – le comentó – Pero, ¡hey! Eres bastante fuerte, ¿no? ¿Haz pensado en volverte un héroe con esas habilidades tuyas?

    Katsuki espero algo extraño salir de la boca del tal Deku, como todo lo que comentaba, pero no lo que dijo en ese momento.

    - ¿A que te refieres con un héroe? – preguntó Deku.

    Kenta se volvió extrañado a su compañero, y dejo de mover su columpio.

    - ¿No sabes lo que es un héroe?
    - Bueno, sí sé, pero no entiendo a que te refieres. Para mí un héroe es el tipo bueno de las películas y los comics – respondió el pelo verde - ¿Es posible volverte un tipo así aquí en la ciudad?
    - No estoy seguro – le dijo Kenta – Mas bien tiene que ver con volverte la persona que se dedica a detener criminales y eso.
    - ¿Cómo una especie de super policía?
    - Creo…
    - Je, suena divertido, quizás debería.
    - Totalmente.

    Katsuki se cansó, ya no podía seguir escuchando esa plática insulsa entre los dos sujetos mas idiotas que el conocía.

    - ¡Ya basta! – reclamó el rubio.

    Kenta solo se estremeció al ver al rubio emerger de los arbustos bastante cabreado. Pero eso no inmutaba a Izuku en lo absoluto.

    - ¿Bakugo san? ¿Vienes a jugar? – dijo Deku.
    - Claro que no, ya me cansé de estar escuchando todas estas tonterías. ¡¡Realmente crees que cualquiera puede ser un héroe!! ¡¿Es que acaso vives debajo de una piedra?!

    Katuski se puso al frente de Izuku.

    - YO voy a ser el número 1 del mundo, y voy a quitarme de encima a cualquier EXTRA que se ponga en mi camino – luego apuntó a Izuku – Y eso también te incluye a ti. Si te atreves siquiera a volverte un héroe te voy a patear el trasero tan duro que vas a desear no haber querido ser uno en primer lugar. Y si tengo que pelear contra ti por el puesto, no voy a descansar hasta derrotarte, ¡¿te quedó claro?!

    Deku parpadeo un par de veces.

    - ¿Vas a pelear conmigo hasta hacerte el héroe número 1?
    - ¡Si, ya lo escuchaste!

    Por algunos momentos Katsuki sintió una sonrisa fría y malévola volverse hacia él. Era como si le hubiera picado un botón al chico del pelo verde para llamar su atención, y regresarlo al estado intimidatorio que utilizó para hacerlo caer de espaldas el día anterior. Con esa acción también noto una cosa. Aquel niño, Deku, tenía al menos 3 pares de afilados colmillos que parecían más grandes que los observados en personas con dientes normales. ¿Eso significaba que su quirk tenía tintas de mutación? Katsuki ya no estaba tan seguro.

    -Acepto tu reto…

    Fue prácticamente un susurro. Pero Katsuki lo escuchó como si lo hubiera dicho directo a sus oídos.

    - ¿Cómo dices? – exclamó Kenta.
    - Quiere ser mi rival, y me gusta su espíritu de pelea – luego se devolvió hacia Katsuki – Te prometo que no te voy a defraudar Bakugo san.
    - ¡¿De que demonios estas hablando?!
    - Tu deseas pelear hasta estar por encima de todos, ¿me equivoco? – exclamó Deku – Acepto tu reto entonces, no dejaré que me venzas hasta que te conviertas en el héroe número 1, ¿te parece?

    Katsuki ya no supo que decir. ¿Es que este tipo estaba loco o solo era demasiado imbécil para medir la magnitud de lo que le decía?

    - Haz lo que quieras – fue lo único que atino a decir el rubio.

    Pronto Katsuki sintió como si un aire extraño le hubiera recorrido la espina dorsal. La sensación no le agradó para nada, pero no podía mostrar debilidad frente al enano pecoso y al chico del quirk tipo gecko. No quería que le recordaran lo pasado ayer. Así volvió a irse, no quería seguir viendo la cara de Izuku o Deku o como demonios fuera con este tipo.

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    Al día siguiente, la pesadilla decidió largarse. Katsuki miraba por la ventana como el padre del enano verde se despedía de los suyos con abrazos y risas, hablando de trivialidades mientras Deku subía su pequeño cuerpo a la destartalada camioneta tipo pick up de su padre. Katsuki notó como Deku lo saludaba desde el asiento del copiloto, con una enorme sonrisa que al rubio le pareció muy hipócrita. Katsuki cerró las cortinas para ya no tener que verlo.

    Deku le parecía un niño odioso y extraño. No solo era un rarito con problemas para comprender cosas simples, Katsuki no estaba seguro si era demasiado cretino, o en su defecto demasiado estúpido como para darse cuenta de las consecuencias de sus acciones para con el resto. Pues después de patearle el trasero al rubio y de tomar sus amenazas como una especie de desafío, mantuvo todo el tiempo esa boba sonrisa en su rostro. Katsuki con gusto hubiera peleado hasta haberla borrado, de no ser por que ya estaba harto de tantas estupideces, y no quería gastar sus energías con él.

    Fue a los minutos que el auto se fue con aquel niño horrible, a quien Katsuki esperaba ya no volver a ver nunca más. Sin ese niño Deku, quizás las cosas volverían a ser como antes, volvería a estar en la cima, y trabajaría duro para evitar que lo quitaran de ahí otra vez. No se iba a dejar que otro extra lo volviera a sobrepasar, no sin antes demostrar quien mandaba. Mas ahora que iba a iniciar su primer año en la primaria…

    … Sin embargo, por alguna razón, la sensación de que algo corría dentro de su casa no se quitaba. Una sensación que le estaba llegando desde ayer, tras la última plática con Deku, y no sabía como explicarla.

    Continuara.

    ==============================================================

    NOTAS FINALES
    Espero les haya gustado.
     
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  2.  
    Boris Alekseveych

    Boris Alekseveych Si es hostil, mátalo.

    Géminis
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    Me gustan los yokais, me gusta la mitología, espero que todo vaya bien. Espero la siguiente actualización.
     
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  3.  
    Kao

    Kao 

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    Wow, adoro los fanfics así de extensos, es casi como leer un libro.

    Realmente yo sospecho que Izuku ingresará a la misma escuela y los problemas iniciarán para Katsuki.

    Honestamente me pareció un fic interesante, las únicas cosas "raras" fueron el uso de "0" como separación, aunque supongo que es cuestión de diseño, al igual que el uso de guiones corto en lugar de guiones largo.

    Así como hacer los párrafos demasiado extensos, y extender un poco cosas que podrían estar más resumida, esta bien dar datos extra siempre pero te recomendaría hacer una lectura un poco más ligera.

    Los personajes logran ser interesantes a su manera y prometen para más adelante, ¡No pienso perderme un capítulo de esto!

    No te rindas :3.
     
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  4.  
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

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    Jajajaja, como no conozco el fandom estoy tan perdida como el chico al inicio. ¿Qué es un quirk? ¿Que será eso? Pero fue entretenido.

    Unas recomentaciones, a veces las personas leen mejor cuando todo se ve estéticamente agradable, por eso es bueno poner atención en usar los guiones, mayúsculas, signos de exclamación e interrogación de forma correcta. Veo que este es el primer fic que publicas acá y me alegro mucho.

    Y hablando del escrito, siempre es bueno un poco de competencia sana entre amigos, ¿cierto?
     
    Última edición: 20 Mayo 2019
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  5.  
    Maze

    Maze Usuario común

    Aries
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    Personalmente... me ha gustado mucho. Tu forma de narrar es bastante amena y se hace envolvente. No me di ni cuenta en qué momento llegué al final.

    En cuanto a la historia... vaya giro. Realmente me interesa para dónde va a tirar el desarrollo de Bakugo con este Deku que pinta... como un pequeño monstruo con doble personalidad. Me agrada, y tiene un tinte algo más oscuro con respecto al canon que le da cierto aire de thriller. Incluso el cierre deja una sensación de desasosiego.

    No suelo ponerme exigente con la ortografía y el formato porque, hey, se puede leer y eso es más importante. Tipo, es bastante ligero, y al mismo tiempo ominoso. Cualquier falla menor es de las que se eliminan con una revisión rápida.

    Nos leemos luego.
     
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  6. Threadmarks: Capitulo 2
     
    La loca de los Gatos

    La loca de los Gatos Maldito calor...

    Aries
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    Título:
    Boku no Yokai Academia.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    5453
    Un saludo a la comunidad. Creo que se percataron de que casi habían sido dos meses en las que publique el primer capitulo de este cuento y no lo había continuado. La razón de ello era por que estaba hasta la mauser de trabajo escolar y laboral, pues se estaba acabando el semestre y no podía escribir ni un párrafo sin que algo me interrumpiera @_@.

    Por todo eso les pido mi mas sincera disculpa. Les prometo que ahora que ya casi salgo de vacaciones voy a moverme un poquito mas rápido.

    =====================================================================

    Aquel verano se sintió para Katsuki como una especie de cuento surrealista. Los cambios drásticos no estaban en el hecho de que Noboru y Tsubasa ya no querían seguir jugando con el después de su discusión frente al rey pingüino. Para Katsuki, lo que pensaran aquellos “extras” era lo de menos. Estaba más bien vinculado a la extraña sensación de que no importaba a donde fuera, o que tan vacío estuviera el lugar donde jugara, Katsuki podía intuir que no estaba solo. Y esto era lo peor, porque mientras más solo estaba el sitio, peor se resentía dicho efecto.

    Las horas nocturnas eran las peores. El niño nunca le tuvo miedo a la oscuridad, solo un cobarde podía llegar a pasar por algo así. Sin embargo, aquella sensación de que dentro de su casa rondaban más presencias que la suya o la de sus padres se sentía mucho más ampliada en las noches.

    Y tal vez no estaba tan alejado de la realidad. Poco a poco sus padres parecían notarlo también, al igual que el resto de la población. Aunque esto era bastante más sutil, el descontento estaba ligado a lo que estaba en el periódico y se veía en las noticias.

    - Parece ser que una niña encontró un par de ojos en un frasco de pepinillos… - escuchó murmurar a su padre mientras leía el periódico y tomaba su café.
    - Espera, espera, ¡¿un par de qué?! – le reclamó su madre.
    - Ojos, tú sabes, ¿glóbulos oculares, creo? - lo reafirmó Masaru - Debemos de tener cuidado, podría haber un loco suelto por la ciudad.
    - ¿Dónde ocurrió eso?
    - En la playa de Dagobah.
    - Tsk. No me agrada como se han puesto las cosas últimamente. Primero el tipo que se tiró a las vías del tren y luego esto, pareciera que la ciudad se llenó de malas vibras.

    Katsuki estaba algo ocupado tratando de prestar atención a su caricatura, por eso casi no presto atención. Sin embargo, eso no significaba que no escuchó la conversación de sus padres. Le aliviaba saber que no era el único que sabía que algo estaba fuera de lugar.

    Libro 1
    Capítulo 2
    Mentita, Mapache y la criatura de rojo.



    Si bien el ambiente había estado raro desde varios días atrás, la noche en la que las cosas se fueron al demonio fue la misma en la que Katsuki fue despertado de forma abrupta por un sonido de claqueteo viniendo del pasillo. Este terminó perdiéndose de manera gradual, volviendo la casa al silencio habitual de la noche.

    Pensando que quizás no era nada, se volvió a dormir. Eso, hasta que 20 minutos mas tarde le dieron granas de ir al sanitario.

    El niño se levantó con los ojos entrecerrados y camino de forma lenta hacia la puerta. Sin embargo, antes de girar la perilla, volvió aquel sonido del pasillo, pero esta vez con mucha más fuerza y sobre el azulejo, como si hubiera alguna especie de cucaracha gigante moviéndose dentro de su cuarto de baño.

    Un poco inseguro, y con la mano temblando, Katsuki giro la perilla de forma lenta con la esperanza de que el chirrido de la puerta no alertara a lo que fuese que estuviera dentro del baño. En el momento que abrió, en medio de la oscuridad, escuchó otro sonido mucho mas sutil, pero no por eso menos escalofriante. Era sorbidos, parecidos a los que se hacían cuando se comían paletas heladas. Junto a eso, una sombra pareció moverse de forma vertical por las paredes de la regadera.

    Aun algo tembloroso, Katsuki prendió la luz del baño, con la esperanza de que lo estuviera viendo fuera tan solo algo que su pequeña mente estaba fabricando debido a la oscuridad. Pero lo que se topó parecía sacado de una mala película de terror.

    En la regadera había una criatura del tamaño aproximado de un gato, con el cuerpo cubierto de una arrugada piel de color carmesí y con una complexión huesuda, hasta el punto de que podían contarse las vértebras de su espalda. Sus delgadas piernas y brazos, con largas uñas en sus manos y pies, estaban anclados a la pared como si se tratase de una lagartija, y sus ojos amarillos con pupilas dilatadas se fijaron de forma repentina en Katsuki. Fue en ese momento que su lengua, larga y delgada como una serpiente, dejo de lamer los huecos que había entre el azulejo y la bañera, y se metió de manera rápida en su boca para lanzarle al niño un gruñido que parecía el chirrido de un cerdo, pero mas grave.

    Katsuki gritó a lo mas que pudieron sus pulmones, causando todo un alboroto. Sin embargo, cuando sus padres llegaron al baño, la criatura ya no estaba.

    - Quizás solo fue una pesadilla - dijo Mizuki tratando de calmar a su hijo.
    - ¡Pero yo se lo que ví! ¡Era rojo, pequeño y horrendo, y tenía una lengua larga que parecía una lombriz!
    - Trata de calmarte hijo, posiblemente estés nervioso por que mañana entras a una nueva escuela - le comentó su padre - Será mejor que vayas a dormir, maña será un día pesado.

    Katsuki se cruzó de brazos y fue mandado a dormir por sus padres a la fuerza, solo para quedarse dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Estaba seguro de lo que vió en el baño era real, pero nadie la creía. ¿Y si se metía en su habitación? ¿Y si se metía a la habitación de sus padres? ¿Se habría ido de forma repentina? No sabía las respuestas a nada de eso y le frustraba, razón por la que se quedó en vela toda la noche.

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    El lunes llegó, y con eso el, un par de ojeras enormes debajo de sus pequeños ojos.

    Katsuki no durmió bien tras el encuentro con el monstruo del baño y se sentía mal, pues a pesar de que la criatura no volvió a dar aviso de que estaba en la casa, el rubio nunca pudo asegurarse.

    Lo peor de todo es que era su primer día de clases en la primaria y se estaba cayendo de sueño. Su madre no le ayudaba con su situación, solo lo apuraba para que se vistiera, desayunara, y para que no se durmiera en el coche. Todo eso se le estaba yendo a la cabeza, pero estaba demasiado cansado como para responderle a su “vieja”.

    Al llegar a la primaria, antes de siquiera bajarse, Katsuki observo a una camioneta estacionarse a la derecha del auto de su madre, de donde vió bajar a 4 niños, dos chicos y dos niñas, todos con mezclas de cabello rojo con blanco. Era tan llamativo que el más pequeño de séquito, más o menos de la edad de Katsuki, tenía la mitad del cabello rojo con la mitad del cabello blanco, como haciendo alegoría de una menta navideña. Pero no terminó ahí. Detrás de este último se bajó un niño de la misma edad, pero con el pelo morado parado en pincho y unas ojeras aún más profundas que las de Katsuki. El rubio pensó que parecía un mapache.

    - Je, ¿Qué acaso esta familia no tiene televisor? - escuchó murmurar a su madre con una media sonrisa. Katsuki no entendió el chascarrillo.

    Un hombre con el cabello morado todo relamido para atrás bajó la ventana del copiloto y se dirigió a los mayores.

    - Vendremos por ustedes a la 1:00 y no salgan de la escuela. Si algo pasa, ya saben, sigan a Touya y a Fuyumi
    - Si tío Yukio - exclamó el varón aludido rascándose el costado - Solo no se le pase decirle a papá que Fuyumi ya le dio de comer a la gata, que esa obesa bola de pelos es capaz de pedirle mas comida en cuanto llegue.
    - Lo tomaré en cuenta. Diviértanse y no hagan desmanes.

    La camioneta arrancó mientras la madre de Katsuki lo bajaba de su auto. El rubio no podía despegar la vista de aquel grupo de chicos, y no sabía por qué. Era como si tuvieran algo que le llamaba la atención, y fuese difícil de ignorar. ¿Tal vez por eran demasiados y era obvio que todos, al menos los niños mentita, eran parientes directos? Para esos años era algo extraño ver familias con muchos hijos, quizás era eso.

    Katsuki prefirió apartar la vista y continuar con su día. Estaba cansando, y no quería tener que lidiar con ninguna otra cosa.

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    El salón de la primaria era bastante parecido al de su antigua escuela de párvulos. Muchos posteres de colores, algunos de los tips de escritura básicos, números, y estanterías con libros, juguetes y crayolas. Solo que aquí estaban sentados en mesas individuales, donde el pupitre se abría para poder poner los útiles. Era una novedad para Katsuki, pero eso no parecía sacarlo del letargo. La verdad era que la asamblea matutina con la directora fue sumamente aburrida, eso, combinado con el problema de anoche, le estaba pesando mas que nunca. Ahora su cabeza se sentía como una bola de boliche sobre sus hombros.

    - Muy bien pequeñines, pueden llamarme Niwatori sensei - dijo una mujer con forma de pájaro con un tono meloso - Seré su maestra de ahora en adelante. ¿Por qué no comenzamos presentándonos en la clase con sus compañeritos para que todos se conozcan? ¿Puedes empezar jovencito? Dinos tu nombre, tu edad y si lo deseas, también tu quirk.

    La mujer apuntó a Katsuki, pero este no respondió. La dama tomó una lista de su escritorio y se acercó al niño.

    - Joven… ¿Bakugo?

    Katsuki se había quedado repentinamente dormido. Eso hasta que el niño de atrás, aquel de la entrada con los cabellos bicolores, se estiró y le tocó la espalda con la palma derecha. Katsuki sintió de forma repentina un impulso frío recorriéndole el espinazo, levantándolo de forma repentina y haciendo que diera un ligero alarido. El rubio se volteo enojado hacia el que estaba detrás suyo, solo para ver que su acompañante estaba levantando su mano frente a él.

    Ahí Katsuki pudo notar algo particular. No solo el niño de atrás también tenía los ojos de dos colores distintos igual que su cabello, si no que la palma que estaba levantando solo tenía tres dedos, el pulgar y el índice estaban cubiertos por prótesis.

    - Oye - le dijo el niño en un tono serio -No te duermas, apenas estamos iniciando las clases.
    - Ya sé que es el primer día y entramos mas temprano, pero la hora de dormir es a las 8 - de repente escucho la voz del acompañante del bicolor, el de cabello morado de pincho.

    Todos comenzaron a reírse, y Katsuki a temblar de la molestia. El tipo que parecía menta navideña se estaba burlando de él, solapado por su pariente o lo que fuera. Quería romperles la cara a ambos, sin embargo, Niwatori intervino muy a tiempo.

    - Niños, niños, basta. Su compañero solo está un poco cansado. Déjenlo en paz - luego, la dama pájaro se volvió hacia el niño y sonrió - Trata lo mejor que puedas de mantenerte despierto, se que es muy temprano, pero ya te acostumbraras.

    Aun escuchando algunas risillas y algunos murmullos de sus compañeros, Katsuki no tuvo más remedio que llevarse las manos a la cara con molestia. Iba a ser un día largo, y al parecer muy malo.

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    - Shoto. ¿Qué te puso tu papá en la comida?
    - Pollo con verdura, arroz blanco y una manzana. También tengo un jugo de naranja.
    - Te cambio el jugo por la leche.
    - Solo si te comes los pimientos.
    - ¡Ew! Mejor paso…

    Era hora del lunch y Katsuki miraba de reojo a “Mentita” y a “Mapache” discutir por la comida. Ya había escuchado sus nombres varias veces, pero no tenía ganas de aprendérselos. No después de que Mentita lo hubiera puesto en ridículo y que su, ¿hermano? ¿primo? Le hubiera seguido la corriente.

    Katsuki no la estaba pasando bien ese día, razón por la que añoraba su días en el jardín de niños. De admirado y temido por sus compañeros y sus maestros por igual, pasó a quedarse sentado solo en una mesa, pegado a la esquina de la pared, ahí entre la ventana y los sujetos que lo hicieron ver como el “rarito” del grupo.

    Y al parecer su mala suerte solo estaba comenzando. Pues repentinamente, volvió a escuchar un sonido conocido en la ventana. El claqueteo volvió, y Katsuki quiso pensar que sus oídos lo estaban engañando. Y es que no podía ser posible, ¿pudo ser que el monstruo de su baño lo hubiera seguido hasta la escuela? Katsuki trató de ignorarlo, pero un movimiento rápido pasó por su vista hacia la ventana, y por un segundo le pareció ver el rojo de la piel perteneciente a la criatura.

    Estaba ahí, y estaba metiéndose al edificio.

    - Oye, ¿qué estás haciendo?

    Katsuki despego la mirada un segundo de la ventana para ver a un niño rubio con peinado de libro saludándolo.

    - No te estas quedando dormido de nuevo, ¿verdad? - le dijo el niño a Katsuki

    Escucho un par de risillas de unas niñas enfrente de él.

    - ¿Qué es lo que quieres? - le dijo Katsuki de mala gana.
    - Solo saludarte, soy Monoma Neito.
    - ¿Y eso que?
    - Que grosero eres, solo te vigilo para que no pegues tu cabeza contra la mesa.

    Las risillas volvieron y Katsuki comenzaba a rechinar los dientes. Obviamente este tipo estaba burlándose de él. Aun así, buscó mantener un poco la compostura. Era algo que no solía hacer, pero Katsuki era un chico inteligente. Dadas las circunstancias de las últimas horas, ya no quería problemas.

    - ¿Tienes un quirk? - le preguntó Neito
    - Si, genero explosiones en las palmas - le comentó de mala gana.
    - Suena interesante - le dijo el otro niño, aunque con cierto falso interes.
    - Y planeo convertirme en un héroe con el - exclamó con un poco más de entusiasmo.
    - Eso suena bien, yo también quiero volverme un héroe - le dijo Neito
    - ¿Cuál es tu quirk?
    - Puedo copiar los quirks de otros tocándolos. No puedo copiar todos sus aspectos corporales, si algunos…
    - Me parece un quirk muy tonto - le dijo de forma repentina Katsuki.

    Neito parpadeo.

    - ¿Cómo dices?
    - ¿Cómo planeas ser un héroe si nada más funciona si los tocas? Con lo enclenque que eres te van a poner una paliza antes de que lo actives - le dijo Katsuki sin ganas.

    Ahora las risas de las niñas iban dirigidas al chico Monoma. El aludido solo inflo los cachetes y se fue, dejando solo a Katsuki de vuelta. Fue en ese momento que el rubio observó a Mentita y a Mapache mirándolo con cierto desconcierto mientras Neito se iba. Katsuki decidió no seguir prestándoles atención, no le importaba lo que esos chicos pensaran.

    Si, quizás fue rudo con ese chico, pero el empezó; el rubio Neito ese era un pesado, y necesitaba de alguien que le diera una cucharada de su propio chocolate.

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    Katsuki se fue a lavar las manos tras el almuerzo, poco faltaba para que volvieran a clases y ya se quería ir a su casa. Todos sus compañeros le parecían odiosos. Si no eran los críos chismosos a sus lados, era el patán ese de Neito, o las niñas burlonas. Mentita y Mapache sonaron al principio como prospectos, pues cuando los vió en el estacionamiento le parecieron personas interesantes, pero luego torombolo 1 puso al salón en su contra y torombolo 2 lo solapó, así que se podían ir al diablo. Y en cuanto a los otros niños, le parecían extras pintados en la escena solamente por que sí. Sentía que no encajaba. En el jardín de infantes, había logrado con poco esfuerzo agradare a los demás, y desde que manifestó su quirk, todo el mundo parecía admirarle. Pero aquí era distinto, con solo quedar mal en la mañana fue suficiente para que los niños lo hicieran a un lado y su maestra lo ignorara.

    Era como si su encuentro con Deku lo hubiera maldecido de alguna manera. Algo que le parecía en un punto lógico, pero a la vez no. ¿Qué especie de quirk podía provocarle mala suerte a alguien?

    Repentinamente el claqueteo volvió, y con eso el sonido baboso que acompañaba a dicho golpe por los azulejos. Katsuki sabía que se trataba de la criatura roja, y esta vez estaba seguro de que no la estaba soñando. Con eso en mente, caminó con cautela esta vez, esperando ver al monstruo con sus propios ojos.

    Llegó hasta el último baño de la línea, donde encontró a aquella bestia lamiendo el bater con su larga lengua, para el asco del rubio cenizo. Al menos no lo había escuchado, lo único que tenía que hacer era acercarse lo suficiente para enmoscarla, explotarla y luego ver como mostrársela a su maestra o su madre. De esa manera le demostraría a sus padres que no mentía con respecto al monstruo de su baño.

    Fue preparando su pequeño ataque cuando escuchó el sonido de una puerta abrirse, y vio a la criatura desvanecerse. Al parecer podían hacerse invisibles, algo con lo que no contaba Katsuki.

    El chico se volvió molesto en dirección a quien lo había interrumpido solo para volver a ver a Neito detrás suyo, con una sonrisa muy sospechosa.

    - ¿Qué hacías Katsuki?
    - ¡Trataba de agarrar a un monstruo, viniste a interrumpir! -exclamó molesto Bakugo.
    - ¿Un monstruo? Cielos, además de mala cara y ruidoso, eres un niño muy raro…
    - ¡Cierra la boca!

    Katsuki entonces dejo de discutir, pues volvió a notar a la criatura roja detrás de Neito. Se estaba escurriendo como cucaracha por entre medio de las paredes, no haciendo ningún ruido al caminar. Parecía que el monstruo se había percatado que el golpe de sus largas uñas en alertaban al niño, y que por ende debía ser silencioso. En ese momento la criatura roja lo observo, siseo sacando su larga lengua roja, y Katsuki quitó de su camino a Monoma, haciéndolo caer al piso. Era posible que estuviera dispuesto a atacarlos.

    - ¡Cuidado!

    Katsuki hizo una explosión en la pared del baño, lo suficientemente fuerte como para dejar una marca negra en la pared. Sin embargo, al parecer la criatura, o se había vuelto a hacer invisible o se había desintegrado, pues ya no pudo verla.

    - ¡¿Qué haces?! ¡¿Te volviste loco?! ¿Por qué le pegaste a la pared? - lo increpo Neito desde el piso.
    - ¡La cosa estaba ahí, pudo haberte hecho daño! - dijo Katsuki.
    - Mira, deja de cosas. Ayúdame a levantarme.

    Katsuki ayudo a Neito a levantarse de mala gana. Neito se quitó el polvo, y ambos niños escucharon pasos que venían apresurados hacia el baño. Su profesora entró

    - ¿Qué sucedió? -pregunto Niwatori, algunos niños venían con ella
    - Katsuki se enojó de la nada y trató de explotarme con su quirk - lo apuntó Neito.
    - ¡¿Qué?! ¡¡Eso no es cierto, y sabes que no es cierto!! - reclamó Katsuki.
    - ¿Cómo estuvo eso?
    - Si sensei, mire la mancha negra que dejó en la pared - exclamó el chico apuntando hacia la marca - Si no me hubiera quitado, me hubiera pegado. ¡Está loco!
    - ¡Niwatori sensei, eso no es cierto, había una cosa en el baño. Era roja y horrenda y tenía una lengua larga..!
    - Katsuki, Katsuki, hijo, ya basta. No inventes mentiras.
    - ¡Pero si yo no estoy mintiendo! ¡Es el! - dijo apuntando a Neito -¡Yo solo lo estaba defendiendo! ¡Nunca le quise hacer nada!

    Niwatori no le dijo nada, solo dio un suspiro y tomó a Katsuki de la mano.

    - Sensei, ¡¿Qué hace?!.
    - Vamos con la directora de la escuela, creo que ella va a saber que hacer.

    Katsuki solo se volvió hacia atrás mientras la maestra lo jalaba por el pasillo. Algunos de sus compañeros murmuraban entre ellos, seguramente no diciendo nada bueno. Mentita y Mapache estaban ahí tanbien, viéndolo con consternación. Algo en sus ojos parecía decirle de forma silenciosa que, por extraño que pareciera, esos dos le creían, pero no abogaban por él.

    Por su parte, Neito sonreía con malicia, mientras le daba el adiós con la mano derecha, teniendo la izquierda en la espalda. Fue en ese instante que el pequeño rubio se percató de que Neito hizo todo ese teatro a propósito solo para meterlo en problemas, y lo logró de insofacto. Quería matarlo, pero en estos momentos tenía absolutamente todas las de perder, y separarse de la maestra para lanzarle una explosión solo empeoraría las cosas.

    Era oficial, odiaba esa maldita escuela.


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    - … Le vendrían bien algo de terapia, creo que su hijo se deja llevar mucho por la ira…

    Después de una llamada de atención por parte de la directora, una dama anciana sumamente alta y delgada que traía una gema en la frente, esta le pidió a Katsuki que llamara a sus padres a la salida para que viera que iban a hacer con él. Ahora estaba ahí, esperando a que su seguramente muy enojada madre saliera de la oficina, mientras movía sus piernas de un lado a otro en una silla que le quedaba muy grande.

    Al parecer su comportamiento con ella tampoco no había sido muy bueno, pues no se le ocurrió otra cosa que tratar de abogar por su inocencia, alzando la voz a pesar de que no tenía pruebas que lo libraran de las mentiras de Monoma. No podía dejar las cosas como estaban, sin embargo, por obvias razones eso no funcionó. No solo la directora no le creyó ni una sola palabra, por lo que escuchaba, era posible que lo fueran a mandar con un loquero.

    Pero si el había visto a la criatura, el sabía que estaba ahí. ¿Acaso era el único que podía hacerlo?

    Un par de lagrimitas se hicieron en las orillas de sus ojos. Mas de frustración que de otra cosa. ¿Por qué le estaban pasando estas cosas a el? Detestaba no encajar, detestaba ser hecho a un lado y detestaba que todo lo que hubiera intentado en esos días le saliera mal. ¿Por qué las cosas no podían ser como antes?

    Fue entonces que volvió a escuchar pisadas. Katsuki se quitó las lagrimas de los ojos, pues no deseaba que nadie lo viera llorar. Fue en el momento que se percató que tenía a Mentita y a Mapache parados al frente de el.

    No sabía a que venían, pero no le interesaba. Mentita y Mapache habían sido los causantes de que todo en el salón comenzaran a burlarse en primer lugar, y ahora que las cosas había escalado hasta ese punto, no quería sus disculpas. El que trataran de disculparse solo iba a provocar que Katsuki les pidiera pelea, algo que estaba dispuesto a hacer pues ya de por si estaba muy enojado con ambos, y la verdad no tenía nada que perder.

    - Tu también… pudiste ver al Akaname… - susurró Mentita.

    La atención de Katsuki repentinamente cambio.

    - Casi siempre son invisibles, se hacen visibles para espantar cuando se sienten amenazados. Pero ciertos tipos de seres humanos los pueden ver por periodos cortos de tiempo. Parece ser que eres uno.
    - Saben… ¿saben que son esas cosas?
    - ¿Los akaname? Si - le dijo Mapache - Son criaturas rastreras y caseras, como las ratas… y huelen a humedad, como las ratas. Eh llegado a pensar que son ratas, pero como 20 veces mas asquerosas.
    - Si sabían que estaba ahí, ¡¿porque no me ayudaron?! - les reclamó Katsuki.
    - Por que no nos iban a hacer caso de todos modos - le explicó Mentita - Ya te dije, los akaname solo se hacen visibles cuando quieren, si los matas se deshacen, y no todos pueden verlos. Aun así, pueden desaparecer de tu vista.
    - Aun así estoy seguro de que no se van a ir, vas a seguirlos viendo, se meten muy seguido a las casas- le dijo Mapache - Por cierto, ya nos presentamos en el salón pero igual, soy Hitoshi.
    - Yo soy Shoto. Quizás podamos decirte más cosas de ellos…

    Katsuki se quedó en silencio por un rato, fijó sus ojos en Mentita, y luego en Mapache. Fue cuando su expresión paso de la sorpresa al enojo otra vez. Le molestaba que estuvieran tan cándidos después de lo vieron meterse en problemas, y solo decidieron hacerse a un lado. Tal vez había razones, pero eso, para el, no justificaba nada.

    - Me llamo Katsuki, y no gracias. Estoy bien sin su ayuda.

    Mizuki salió de la oficina de la directora, y al parecer se notaba menos molesta de lo que Katsuki se esperaba. Aun así sabía que no se salvaría de la regañada de su vida en su casa, pues la expresión estoica de su madre solo significaba un castigo por parte de ella o de su padre.

    - Katsuki, ve por tus cosas, te espero en el auto - le dijo de manera seria.

    Katsuki se bajó de la silla mientras su madre se alejaba. Los otros dos solo se quedaron parados sin hacer nada hasta que Mapache volvió a abrir la boca.

    - Tal vez no quieras que te ayudemos, pero si te voy a decir que tengas cuidado. No todos los que se esconden lo hacen por miedo, y los peores son los que se dejan ver cuando estás solo…

    Katsuki volvió a quedarse con cara de consternación hasta que escucho la voz de su madre apresurándolo. Dejó de lado todo y fue por sus cosas, al menos lo único bueno del asunto es que ya no iba a tener que estar mas en la escuela por ese día.

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    Al día siguiente ni Mentita, ni Mapache, ni ninguno de los niños que conformaba al ejercito de lo que creía Katsuki, eran sus parientes, se dejaron ver en la escuela. Por lo que escuchó del cuchicheo de Niwatori, los cambiaron de escuela tras el primer día. Las razones las desconocía, pero igual le importaban un bledo.

    Igualmente, y tal y como predijo el tarado de Mapache, volvió a ver al Akaname en su baño una semana después. Una explosión fuerte fue suficiente para espantar a la criatura, la cual no volvió a su casa. Pronto también se percató de que la bestia de los baños de su escuela era uno diferente, pero pertenecían a la misma calaña. A ese no pensó en molestarlo, por alguna razón quitaba el olor asqueroso que ha veces tenía el baño de los niños.

    Pero eso no era el único cambio. Tras deshacerse del monstruo de su baño, Katsuki comenzó a notar más a aquellas sombras moviéndose alrededor de su poblado, e incluso les notaba formas. Era un espectáculo que hacía que con tan solo verlas le causaban ciertas malas vibras. Eso, aunado a algunos incidentes dados a los alrededores, le hicieron pensar que el par de niños raros tuvieron cierta razón en advertirle.

    Fue de esta manera que Katsuki se volvió reservado con respecto al tema. No solo por el hecho de que era el único en su escuela que podía distinguir de lo que pasaba, si no por que presentía que tratar de mostrarlo al resto solo le traería problemas a futuro. Los viajes obligados al consultorio del doctor Kujo eran prueba de ello. Al menos, si sacó algo bueno de ir con el psicólogo, fue a encontrar formas de enfocar su molestia que no tuviera que ver con explotarlo todo.

    Analizar las cosas con más calma lo llevó a aprender a convivir con aquellas rarezas y a evadirlas, situación necesaria ya que se multiplicaban día con día. Entendió entonces por que Mentita y Mapache eran tan secretivos con ello.

    Y hablando de cosas que lo hacían explotar, Monoma, por su parte, le siguió haciendo la vida de cuadritos durante toda la primaria. Bakugo nunca dejo que lo pisoteara, y sobre de eso, el copiota, como lo llamaba Katsuki, subía las apuestas para buscar como meterlo en problemas. Esto generó una enemistad acérrima entre ambos niños donde, al final de sus seis años en la educación básica, salieron con una muy mala reputación en entre sus compañeros, dividiendo al salón en dos sobre quienes lo apoyaban y quien estaba del lado de Monoma, y el hecho de que no podían verse ni en pintura. Para un bando, Katsuki era el más cercano a convertirse en un delincuente agresivo, mientras que para el otro, Neito era el tipo de cuidado con el que no podías confiar para nada.

    Pero a pesar de que las cosas no se calmaron el tiempo pasó, la primaria se quedaba atrás y todos los de 6to grado comenzaron a visualizarse en la secundaria. Finalmente, cuando llegó el día de hacer los exámenes de admisión, Katsuki salió de su escuela primaria hacia la secundaria de Aldera para hacer el tramite, mirando por la ventana del auto de su madre. Pasaron por el edificio de la UA, la preparatoria mas prestigiosa de la ciudad, y la que tenía el mejor programa para entrenamiento de héroes de todo Japón.

    Si bien librarse de Monoma tras irse de la primaria era un alivio, entrar a dicha preparatoria era su verdadero objetivo.

    Fue en ese momento que volvió a su mente la imagen de Deku, y un escalofrío le recorrió la espina. A pesar de que años atrás había olvidado el encuentro con el pecoso de cabello verde, la promesa que le hizo ese día en el parque regresó a el como un rayo. ¿La habría olvidado? ¿O acaso el otro era tan necio como para realmente volverse su rival aun después de todos esos años? Y de ser así, ¿se habría vuelto más fuerte?

    - Al diablo todo - pensó con cierta amargura, tratando de olvidar ese recuerdo suprimido - No importaba que alimaña, bestia o monstruo salido del rincón más oscuro del país se ponga en mi camino, le patearé el trasero.

    =======================================================================

    GUÍA DE BOLSILLO DE YOKAI.

    Akaname: Se les llama así a un tipo de Yokai que habita generalmente en los baños, ya sea en las regaderas o baños públicos. El nombre lo reciben de su piel roja, aunque en algunos distritos los dibujan con piel verde, pues muchos japoneses los asocian con anfibios, cucarachas o ratas.
    Consumen moho y desperdicios de los baños, limpiando los azulejos y la madera con su lengua larga. Tienden a subirse a las paredes y hacerse invisibles, pues son muy tímidos y raramente atacan a la gente. Si bien se dice que su presencia en las casas es benéfica pues limpia todo los lugares sucios, es posible que los dueños de las casas en donde haya un Akaname caigan enfermos de disentería o de cólera, por la misma naturaleza de la criatura de meterse en lugares inmundos.

    ========================================================================

    Notas del autor
    Antes de seguir, eh algunas de las razones por las que la actitud de Katsuki, Shoto y Shinsou van a cambiar ligeramente dentro de la historia.

    -Katsuki aquí no tiene un amiguito débil al cual agarrar de saco de golpear, en vez de eso tuvo que crecer con un niño gacho que lo estuvo cucando durante toda la primaria, y que lo metió en suficientes problemas como para que sus maestros le estuvieran jalando las orejas en vez alentar su ego, como lo hicieron estos en el canon. Esto, aunado a que como pudieron ver, es sensible a la presencia de criaturas sobrenaturales, tuvo que crecer un poco mas aislado. La razón por la que decidí hacer esto es por que el personaje principal del cuentito no es Deku, si no el ExplodoKing, y para su situación es mejor que se la lleve mas leve.

    - Existen ciertos cambios en el backstory de Shoto, y en ellos esta involucrado Shinsou. Ya se verán mas adelante de que hablo.

    Por cierto, le daré un premio al lector que haya notado un detallito palpable que es muy importantito en el canon de Boku no Hero y parece no mencionado en el fic :D

    Saludos.
     
    Última edición: 26 Junio 2019
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  7.  
    Boris Alekseveych

    Boris Alekseveych Si es hostil, mátalo.

    Géminis
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    Uff, finalmente, llevaba tiempo esperando la continuación.
    Tienes un estilo muy caracteristico en realidad, buena narrativa y buen, no como suspense, pero si como "gancho" o forma de interesar al lector, espero ver como evoluciona aunque me siento triste que mi pequeñito Neito sea rechazado en todas las historias en que aparece, necesita amor. Me da curiosidad como evolucionarás la existencia de yokai's dentro del universo BNHA, el cómo será la naturaleza de ambas partes en el mundo.

    PDTA: Mentita y Mapache, buenos, muy buenos, tarde un rato en darme cuenta del chiste.
     
    Última edición: 26 Junio 2019
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  8. Threadmarks: Omake 1
     
    La loca de los Gatos

    La loca de los Gatos Maldito calor...

    Aries
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    4
     
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    2261
    Este capitulo es un Omake. Una historia corta que ocurre entre capítulos. Aquí escribimos por que "Mentita y Mapache" no volvieron a la primaria.

    ==========================================================================================​

    OMAKE 1

    En un apartamento en una zona privada de Musutafu, un gato gordo y blanco miraba el televisor mientras sus dos dueños platicaban en la cocina. La primera era una dama de finas curvas y rasgos del rostro afilados, con un largo y lacio cabello negro que llegaba casi a la cintura. Un fleco recto tapaba su frente, y un poco de maquillaje rosado brillaba sobre sus labios carnosos.

    Los negros ojos de la mujer estaban posados en un hombre enorme de casi 2 metros, con el cuerpo robusto y musculoso, de cabello pelirrojo y la piel bronceada. Entre sus recios rasgos estaba el hecho de la mitad izquierda de su cara traía una cicatriz muy notoria, y el daño era mucho más evidente bajo el hecho de que al hombre la faltaba el ojo.

    - … Total que terminaron cerrando el caso, con todo y a pesar de que el chico que lo estaba investigando tenía ciertas pruebas de que, quizaaaaas, Setsuno Toya pudo haber sido asesinado. Pero es que es muy difícil probar esa hipótesis cuando las pruebas son ambiguas, con una víctima con antecedentes criminales y un intento de suicidio en su expediente, y más contando que encima, todos los testigos y cámaras vieron como Setsuno se lanzó a las vías del tren.

    El hombre pelirrojo hecho unos brócolis cortados a una olla con agua hirviendo, y le hizo un par de señas a la dama.

    - “¿Quirk de control mental?”
    - Pensé en eso como un millón de veces, pero ya los peritos y la sección de investigación habló con los testigos, revisaron todos los videos cercanos, las localizaciones donde estaba distribuyendo esa cosa que todo el mundo está investigando, “Trigger” creo, e incluso indagaron entre algunos de sus clientes aprendidos. ¿Qué crees que pasó?
    - “No encontraron nada”
    - ¿Qué comes que adivinas? Además, por más horrible que suene, no se recuperaron los suficientes restos como para hacerle una autopsia. Si realmente ese sujeto fue asesinado no habrá forma de saberlo con certeza.

    La dama suspiró.

    - Lo peor de todo es que este podría ser solo el comienzo. Hace poco unas niñas se encontraron un par de globos oculares en la playa - dijo ella con desilusión mientras recargaba su mano en la mesa
    - “¿Fue lo del fin de semana?”
    - Eso. Tal vez sea bueno que hablemos con Mera para que nos involucre en el caso, que seguramente la alcaldía de la ciudad debe estar con los pelos de punta. No quiero meter cizaña, pero tengo la ligera sospecha de esto tiene que ver con…

    Ambos adultos escucharon abrir la puerta y una turba de niños entraron junto a un hombre de cabello morado relamido para atrás.

    - Papá, tía Ruki, ya llegamos -anuncio una voz desde el pasillo.

    El gato se bajó del sillón y se fue a restregar entre las piernas de los niños. La dama más joven levanto al obeso animal y lo hizo verla a los ojos.

    -Como estas Tama, nos esperabas para comer, ¿cierto?
    - “Meow”
    -Ya deja a Tama Natsuki - exclamo el mayor de los hermanos - Ve y lava tus manos, que no tarda en estar la comida.
    - Amor, como estuvo tu día - le dijo la dama al hombre de cabello morado.
    - Extraño- dijo el hombre mientras dejaba una bata blanca colgada en un perchero -Parece que van a haber movimientos en el hospital general de Tokio, y van a mandar a varios allá.
    - Espero que eso no repercuta en pedir tu cambio. Ya sabes que para finales de año nos vamos a tener que cambiar de casa.
    -Si ya se, los de la comisión de seguridad publica los quiere trabajando en Tokio para el próximo febrero- exclamó el hombre rolando los ojos - La historia de siempre. Lo peor es que esos buenos para nada llevan explotándolos desde que tienen, ¿Qué? ¿12, 13 años? Y nunca les han dejado en una agencia fija.
    - Sabes que es algo difícil debido a nuestra condición.
    - ¿Y eso que? No es como si el montón de organismos gubernamentales que tienen encima no sacaran tajada de su imagen. Yo creo que deberían dejar eso del superhéroe por la paz. Entre regalías y mercancía barata con su cara, tenemos dinero de sobra para que todos los críos vayan a la universidad. Quizás debamos dedicarnos administrar un negocio, o un consultorio particular, de menos para no tener a esa gente de la comisión picoteándonos el...
    - “Yukio, no enfrente de los chicos…”
    - No eh dicho nada que no me hayan escuchado decir ya, Enji.

    La mujer hizo una mueca mientras su marido iba a la cocina a ayudar con las labores. La dama entonces se volvió hacia toda la manada de niños que estaban en la sala.

    - Y bueno muchachos, ¿qué tal el primer día?
    - Nos tocó una maestra joven y Touya se paso todo el día mirando su escote.
    - Fuyumi, ¡Eso no es cierto! - exclamo el aludido sonrojado.
    - ¡Touya!
    - Tía, esta mintiendo.
    - Tranquilos niños - exclamo Yukio desde la cocina.
    - A mí Haruhi me dijo que finalmente esta aprendiendo a controlar su visión de rayos X. Y-y también nos dijo que va a hacer una fiesta en su casa por su cumpleaños.
    - Eso está muy bien Natsumi, ¿Cuándo va a ser?
    - Posiblemente el próximo mes. Pero quiero ir por un regalo bonito.
    - Jijiji, ok, veré cuando podemos ir al centro comercial. ¿Y ustedes mis chiquitos? ¿Cómo les fue en su primer día? - exclamo la dama, volviendo su cabeza a Shoto y a Hitoshi.
    - Shoto discutió con el niño que se sienta frente a el. Se quedó dormido y Shoto lo despertó - decía Hitoshi mientras aventaba su remera en el sillón - Una niña me cambio mi cuadro de leche por su jugo, y, uhhh, ¡Oh si! Hay una Akaname en el baño de la escuela.

    Los adultos dejaron lo que estaban haciendo y regresaron su mirada hacia donde el niño de pelo morado. Los otros chicos tambien.

    - ¿Un akaname? - preguntó Touya
    - Si, de los rojos con lengua larga - repitió el niño.
    - ¿Por qué no lo vimos Fuyumi? - preguntó Natuski.
    - Por que seguramente debe estar en el baño de los hombres que pega al patio. Ahí van todos los de primero y segundo.
    - Jumph, no había escuchado de la presencia de uno de esos fuera de la zona rural donde solíamos vivir, y eso hace más de 6 años - exclamo Yukio.
    - “Lo raro es que lo hayan visto en un edificio público
    - ¿Es cierto lo que dices primor?
    - Si mamá.
    - Ugh. ¿Sabes Enji? Creo que si deberé llamar a Mera para que nos asigne al caso del que te conté - mencionó la dama, aun en la mesa -Tengo la ligera sospecha de que se trata de alguna de esas… cosas. Una con mucha hambre y muy mala leche, por que generalmente la gente de…

    El teléfono de la casa sonó y Fuyumi pasó a contestarlo.

    - Tía, es para ustedes.

    Ruki se levantó de la mesa y tomó el aparato.

    - ¿Diga? - Enji le hizo un par de señas a la dama, quien se volvió a el - (Deja, es Mera) ¿Qué sucede gentecita? … Si, sobre eso Mera, veras, le decía a Enji que… ¿¿Qué?? … Es en… ¡No puede ser! … ¿Qué no lo estaba investigando la agencia de Selkie? … Oh … ¡oh cielos santo! …

    Las palabras de la dama al teléfono parecían tener atentos a todos en el apartamento, Algo pasó, y no sonaba bien. Shoto, por su parte, temía lo que se avecinaba. A pesar de ser pequeño tenía una idea un poco burda explicada tanto por su tío como por Fuyumi de lo que sucedía.

    Debido a que su padre y su tía no trabajaban en una agencia fija por sus puestos como superhéroes al servicio de gobernación, se les comisionaba por un tiempo en ciertos sitios para que ayudaran a la policía y las agencias del sitio a donde se movían. En sus 6 años de vida se habían cambiado de casa 2 veces; Touya le había dicho que eran más, y que la única casa fija que alguna vez tuvieron fue la casa donde pasaban el invierno.

    Pero de eso nadie quería hablar.

    - Mera pero es que… ¿Ahora? ¡¿Ya?! ¿Pero que van a hacer con el caso del frasco con ojos de la playa? … Mera, no pueden cargar todo a la agencia de Kikyo Narusegawa, este pueblo es pequeño pero ya vez lo que… Si, si, ya sé que cerraron el caso … Mera … Mera pero … *suspiro* Nuestros hijos acaban de entrar a la escuela … Lo se… Díganles que gracias, lo hablare con mi esposo… Les devolveré la llamada en una hora… Jeje. Si si si, besos.

    Ruki colgó el teléfono y se llevo la mano izquierda al puente de la nariz.

    - ¿Y ahora qué pasó? - reaccionó su marido con un dejo de fastidio.
    - Nos quieren en Tokio para la próxima semana.
    - ¡¿Tanto los quieren por adelantado?!
    - Parece que el comandante Tsuragame nos necesita para resolver un asunto algo turbio que han estado viendo en el distrito de Shiguya
    - Mamá, ¿qué pasó?

    La mujer bajo los hombros cuando vió la cara de preocupación de su hijito. Se volvió al mayor y le hizo una ceña.

    - Touya, lleva a tus hermanos y a Hitoshi su habitación
    - ¿Ahora?
    - Les llamamos cuando este completa la cena.

    Los niños se retiraron y la dama se acerco al contador donde estaba Enji.

    - Enji, ¿recuerdas al villano StreetShark, el traficante de armas que seguía Selkie?
    - “¿Al que le desmantelamos dos células?”
    - Si. Pues encontraron sus huesos en un tubo de desagüe hace como 3 días. Completamente limpios. La ultima pista que tuvieron de el, es que fue ha hacer negocios con un cliente desconocido y se desapareció.
    - Se desvanece y aparece convertido en una pila de huesos… eso, no suena agradable. Y Tsuragame quiere que les ayuden en el caso - respondió el marido de la mujer.
    - Todos saben que somos especialistas en investigar este tipo de crímenes violentos. La cosa es que no podemos esperar, por eso le van a asignar el caso de los ojos a Inklinger.
    - Otra pobre mujer llena de trabajo la cual ya debería de retirarse.
    - ¡Yukio!
    - ¿Me vas a decir que no es cierto? Tiene como 50 y tantos años, lidia con héroes novatos en su agencia a cada rato y por lo que se, siempre le enjaretan trabajo de la nada. No por nada siempre tiene esa cara de mala leche y nunca quiere lidiar con reporteros. Y yo creo que se lo está pegando a ese niño que trabaja con ella, ¿Cómo demonios se hacia llamar? Eraserhead creo, tiene también unas ojeras marca diablo, y eso que apenas van empezando.

    Ruki se sentó en el contador, poniendo cierta cara de puchero.

    - Tenemos que movernos. Los de la comisión ofrecieron hacer papeleo para que los niños ingresaran a una primaria en la zona centro, pero para mi este cambio es muy abrupto.
    - Mira Ruki, si a ti y a Enji les preocupa tener que moverse por anticipado a la nueva casa. Yo me puedo quedar con los niños aquí - se ofreció Yukio -Debo de meter los papeles para el cambio al hospital de Tokio y puede que…

    El celular de Yukio sonó con el nombre del coordinador del hospital. El varón de pelo morado contestó, bajo la mirada preocupada de la segunda pareja.

    -Doctor Nomuraki...

    Touya, por su lado, observaba todo desde la puerta entreabierta, mientras sus hermanos sacaban cosas de sus mochilas. El chico de pelo rojo permanecía callado, pero su hermana gemela, Fuyumi, sabía que algo lo molestaba. Estaba apretando las manos, dejando ver aun mas enrojecida la fea cicatriz de quemadura que corría desde el dorso de su mano hasta su omóplato izquierdo.

    - Esas cosas… - murmuraba Touya con cierto recelo -Casi parece que no nos quieren mas aquí...
    - Touya nii. ¿Nos vamos a tener que mover otra vez? - rompió el silencio Natsuki con desgano.

    El mayor dirigió su vista a la menor, ablandando un poco su rostro y sentándose al lado de ella en el piso.

    -Parece que si Natuski.
    - Yo me quería quedar aquí un poco más de tiempo, Musutafu es lindo…
    - Pues nos vamos a tener que ir a vivir a la casa de Tokio antes de lo planeado.
    - Dime… ¿no nos estamos volviendo a esconder? ¿verdad?

    Ligero silencio.

    - No. Ya te dije. Los cambios de casa recientes son por el trabajo de papá y de la tía Ruki. Ya vez que desde que Shoto cumplió un año que hemos estado las navidades en nuestra casa. No va a ser diferente esta vez.


    “Tu despreocúpate. No vamos a volver nunca mas a nuestra casa de invierno”

    ==============================================================================================

    lol, por Neito no te preocupes, parte de su participación sera mas que ser mi Draco Malfoy en este cuentito.
    Sigue abierta la convocatoria para recibir el premio a cualquiera de los lectores que haya notado cierto detallito que es importantito en el universo de BNHA, pero que parece faltar en el cuento :b
     
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  9. Threadmarks: Capitulo 3
     
    La loca de los Gatos

    La loca de los Gatos Maldito calor...

    Aries
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Fantasía
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    4
     
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    Una advertencia por parte del autor: Así como de repente BNHA anda bien popis, y de la nada se pone todo sangriento, igual pasa con este fic. Los contenidos de este capítulo en particular pueden resultar algo violentos; si no te agrada la violencia gráfica, con toda confianza puedes saltártelo.

    ============================================================================================================

    “Vivimos con una rutina muy poco usual”

    Los quejidos de un hombre estaban irrumpiendo el silencio de un almacén solitario, quien se encontraba arrastrándose por el suelo de madera, mientras su sangre lo manchaba.

    Los únicos testigos de aquella escena grotesca eran las arañas que se encontraban en las esquinas, una mujer con un par de lentes oscuros y un “crop top” quien observaba como la víctima se arrastraba hacia ella, y dos chicos, un niño y una niña, agazapados en la esquina y no muy lejos de la dama. Los dos estaban en camisón de pijama y descalzos, lo único que la niña traía, a parte de su acompañante, era un cubrebocas con la palabra “cerrado” escrito en kanji.

    - Vaya situación tan mas patética - menciono la mujer en un tono aburrido mientras sacaba un cigarrillo y un encendedor de un bolso a su costado - Pensé que tus amenazas iban en serio. ¿No me ibas a detener con tu quirk y eso?
    - Bas… bastardo… - le replicó el hombre.
    - Hey, tu eres el que le robó dinero a tu jefe, no yo - la dama encendió el cigarro y se volvió a su víctima exhalando el humo - Ah mí solo me pagan para deshacerme de gente como usted. No es mi culpa que no sepa a estas alturas como lidiar con la mafia.

    Los niños miraban de forma indiferente al calvo flaco que estaba en el piso. La dama que los acompañaba le había perforado ambas rodillas a su víctima, además de romperle la cadera, por lo que se estaba arrastrando de forma lenta y dolorosa tratando de acercarse a la mujer, esto, mientras ella se sentaba cruzando las piernas en una caja.

    - Vas a pagar caro esto… soy intocable… Bokuto…
    - Ni menciones el nombre del licenciado; él fue el que me mandó a despacharte, viejo. Que Street Shark lleve desaparecido varios días no significa que fuera cuenta libre para que tomaras el dinero. Tenías que habérselo dado a tu encargado.
    - *Ah* *Ah* Vete al infierno Hikishi…

    La dama exhalo humo de nueva cuenta y se volvió a los niños, fijando su vista en el varón.

    - Tomura hijo, ¿tu hermana ya comió?

    El aludido negó con la cabeza.

    - Suelta su cabello entonces.
    - ¿Qué? - dijo el hombre con un poco de sudor en su frente.

    El niño acercó su mano a la larga trenza de su hermana, y jaló un listón rojo que llevaba como moño en la punta. Cuando el niño quitó el listón, la trenza comenzó a deshacerse sola de forma inmediata, y los cabellos de la chica empezaron a moverse cual tentáculos, al punto que su pelo negro ahora parecía más una serie de apéndices extra.

    El sujeto miraba cada vez más horrorizado la escena, sobre todo porque vio aquellos cabellos crecer cada vez más y reptar con rapidez hacia él. Trató de huir arrastrándose lo más rápido que pudo, pero la pérdida de sangre y sus extremidades inhabilitadas se lo impedían. Fue en ese momento que un pedazo de la cabellera de la chica lo agarró del tobillo.

    El hombre jaloneaba y pedía auxilio a la mujer, quien permanecía de piernas cruzadas en la caja donde estaba sentada, golpeando el piso de forma rítmica con su zapato de tacón.

    El caballero trató de zafarse con todas sus fuerzas, pero aquel lazo era tan duro como si de un grillete de acero se tratase. El cabello donde el hombre estaba enroscado comenzó a hacerse más grueso, mientras otro grupo de apéndices lo tomaban de la cadera, el brazo y el cuello, esto para voltearlo y quedara de cara frente a la chica, quien a su vez le mostró su espalda.

    Fue en ese instante que un líquido trasparente comenzó a escurrir de la nuca de la niña, por donde se hizo una abertura, asomándose de ella una lengua en forma de aguja. Los gritos de horror no se hicieron esperar cuando la fábrica del camisón comenzó a ceder y a romperse, apareciendo tras la lengua una boca gigante llena de dientes afilados que recorría de forma vertical la espalda de la chiquilla, desde la nuca hasta los omóplatos, dejando la cabeza y los brazos de la joven colgando.

    Era como una escena sacada del infierno.

    - ¡¡¡AYÚDENME, AYÚDENME!!!
    - Lo lamento, pero Bokuto me dijo que no dejáramos rastro.

    El cabello de la chica jaló al sujeto hacia la boca, donde los gritos del hombre se dejaron de escuchar a la par del crujir de los huesos de su cráneo, al cerrarse aquellas fauces sobre su cabeza.

    Tomura, el chico, miraba todo con fascinación. Estaba atento a como el camisón de su hermana se manchaba de rojo, junto a los sonidos guturales que hacía aquella boca salida de su cabeza mientras arrancaba piezas del cuerpo un sujeto varias veces más alto que ella.

    Cuando terminó, no quedaba nada atrás. Solo un manchón de sangre debajo de los pies de su hermana. Lo único que hizo Tomura tras eso fue murmurar algo, haciendo que el listón rojo, que aún estaba en su mano, se levantara y volviera al cabello de la chica, cerrando aquella boca y volviendo a trenzarse de manera automática.

    -Kushiki, cariño, ¿puedes sentarse aquí? - le dijo la dama a la niña palpando una caja - La tía tiene que limpiar ese charco.

    La niña observó que la dama apuntaba al charco de sangre dejado por ella y se quitó. La mujer sacó un aspersor de su bolso y lo roció sobre el charco para luego tirar un pañuelo sobre el.

    - Dios santo, siempre lo mismo. No entiendo cómo es que esta gente carece tanto de sentido común, a veces pienso que…
    - Tía… ¿ya nos vamos? - murmuro el niño, interrumpiendo los quejidos de la dama.
    - Espera un momento Tomura chan - suspiró la mujer - Tengo que limpiar los pies de tu hermana, y quemar las pijamas de los dos.
    - Tengo sueño…
    - Lo lamento amor, solo espera un poco más, ¿quieres? - le dijo la mujer pinchando su mejilla derecha con sus largas uñas de acrílico.


    “Rutina poco usual, pero es rutina al final…”


    Libro 1
    Capítulo 3
    Papel rojo, Papel azul
    Parte 1



    “…Por las construcciones en la playa de Dagobah. Los terrenos, dice el alcalde, han sido vendidos a un particular…”


    Chizome Akaguro apago el televisor antes de darle un último vistazo a su equipo. Se cargó su mochila al hombro, se puso ropa holgada y cerró con llave la puerta de su raído apartamento en Hosu. Miraba la hora en el reloj de su celular. Debía de partir a Tokio en ese instante, y no deseaba lidiar con la mala actitud del tipo que los citó.

    Se suponía que le iban a pagar por espiar a alguien, pero en realidad eso era lo que menos denostaba de todo. No le gustaba trabajar como mercenario para un montón de gente que el mismo consideraba como escoria de la sociedad, pero no había otra manera en la que un huérfano pobre de 16 años pudiera financiarse por cuenta propia armamento, menos un entrenamiento como al que se estaba sometiendo.

    No paso mucho antes de que tomara el tren, cuidando de que no tomaran nada de su mochila, llegando a Tokio casi rosando las 11:00 PM.

    Las noches en Tokio eran bulliciosas, pero en los barrios bajos de la gran orbe, la situación parecía lenta, a pesar de ser la cede la mayoría de los negocios del bajo mundo. No era para menos. Ultimadamente todos estaba cautelosos, pues las cosas se había puesto más violentas de lo habitual en zonas conflictivas, y esto de un día para otro.

    Cuando entre grupos criminales comenzó a haber ganancias significativas por la venta de drogas sintéticas, entre ellas una muy potente y adictiva de nombre trigger, las peleas entre pandillas no hicieron esperar.

    La violencia por apropiarse de territorios estaba cobrando victimas a diestra y siniestra, por lo que tenía a las fuerzas de la ley moviéndose, y con ello también a la mafia. Esto creció cuando entre grupos criminales se dio una incidencia de desaparición de miembros de diferentes pandillas al azar. Todos los carteles de Japón comenzaron a culparse los unos a los otros por alguno que otro miembro perdido, por lo que se estaba volviendo un caos, y los héroes apenas se estaban dando abasto.

    Sin embargo, las cosas comenzaron a cobrar tintes de horror cuando el contrabandista de armamento más grande de la provincia de Okinawa se desvaneció. Ashisame Gyo, mejor conocido como Street Shark, fue con su socio a Tokio para recibir un cargamento, y después de eso, ya no se supo de ellos. Mientras su gente lo buscaba, y sacaba sus propias conclusiones, se dio con ellos dos semanas después, pero no en condiciones idóneas. Trabajadores del distrito se encontraron con los huesos de ambos en un tubo de desagüe, mientras hacían trabajos de reparación en una vialidad.

    Las noticias corrieron como reguero de pólvora cuando el super héroe Selkie, quien había sido un dolor de cabeza para Street Shark durante un par de años, hizo pública la noticia a través de un comunicado junto a la policía.

    Claro que esto, lejos de calmar a la población, la estaba poniendo en alerta. Había cientos de especulaciones al respecto, tanto entre los círculos policiacos como con los círculos criminales. Street shark era uno de los que mejor relacionado se encontraba con el mercado negro, sobre todo en cuanto a movimiento de armas y equipo se refería. Era quien tenía armado a buena parte de los carteles y villanos de la prefectura de Okinawa y aledaños. Por ello, era una estupidez pensar que alguien lo hubiese asesinado de la nada sabiendo que era el jefe de una mafia bastante grande, con ligas con otros carteles, incluso fuera de Japón.

    De eso salieron otras conjeturas. El repentino suicidio de uno de los distribuidores de trigger más conocidos de la zona costa, y la aparición de un par de glóbulos oculares dentro de un frasco en la playa de Dagobah, que luego se confirmaron, eran de un peleador callejero conocido como Kendo Rappa, empezaron a poner nerviosos a la comunidad del bajo mundo.

    Alguien estaba haciendo ataques aleatorios a los círculos de villanos, y era obvio que ese alguien no estaba ligado a las fuerzas de la ley, y probablemente ni siquiera se trataba de uno de aquellos llamados “vigilantes”. Pues, fuera quien fuere, lejos de entregar a la gente a la policía, los estaba asesinando.

    Ahí era donde entraba Shizome. Aoi Bokuto, el contador de la mafia de Streetshark, tomo las riendas del cartel tras la repentina muerte de su jefe, y en el trascurso del mes después de su funeral, había movilizado a sus hombres y algunas de las líneas del mafioso para dar con el responsable a como diera lugar, pues una persona o un grupo de personas así iba a poner en peligro los negocios ilícitos y la actividad de todo el mundo.

    Lo que se le hizo raro al joven mercenario fue que, al parecer, con esa actividad Bokuto dio con un sospechoso aún más rápido que la policía.

    Dicho hecho comenzó a hacerle sentir un vuelco extraño en el estómago.

    - … Indigentes y dealers la ha visto moverse por estaciones del metro abandonadas y zonas del desagüe. La llaman Caperucita o algo así. No saben si es villana, vigilante, super héroe o solo una loca con un traje; es como una especie de leyenda urbana en los alrededores. Su última aparición fue captada por un sujeto que nos dio testimonio, allá en las inmediaciones de la estación abandonada que daba a la línea 3, donde mi jefe y Sohun Soburo fueron vistos con vida por última vez…

    Chizome estaba en un bar en Tokio, escuchando las instrucciones de su empleador junto a otros tres sujetos. Un tipo calvo y musculoso con muchos tatuajes en el cuerpo, un tipo con apariencia de lagartija, y un chico, al parecer menor que el, quien también tenía cara de lagartija. Bokuto los había contactado por que tenían cierta fama como caza-recompensas en el mercado negro, y estaba esperando a que dieran con la persona de las 2 fotos que el traía, ambas de cámaras de seguridad.

    Echando un vistazo a la sospechosa, no parecía la gran cosa. Una dama pequeña con medias de rayas, zapatos negros de uniforme, una capa cubriendo su cuerpo y una mascara de conejo cubriendo su cara. A Chizome le parecía incoherente que alguien así hubiera matado a Street shark, siendo que se tenía entendido que era un hombre con fuerza suficiente como para levantar un auto compacto. Pero en ese mundo de quirks, las cosas nunca eran lo que parecían.

    - ¿Y quiere que la encontremos y la espiemos para saber si es ella la responsable? - le dijo el tatuado.
    - Seh, así es - le respondió Bokuto recargándose en su silla.
    - ¿Esta de broma, cierto? No va a querer creer que una persona así es la responsable de haber matado a su jefe - dijo la lagartija mayor, entonando los pensamientos de Chizome.
    - Es lo único solido que tenemos hasta ahora. Un dealer me llegó a contar que uno de sus clientes la vio cercano a la estación donde le vendía sus shoots. El pobre estaba muy drogado, por eso decidió seguirla, y ya no regreso.

    No sabía porque, pero había cierto aire de tensión en el ambiente, a pesar de que el resto de los clientes del bar ni siquiera les estaban prestando atención.

    De hecho, el sitio donde estaban era extrañamente acogedor para ser un punto de reunión tan recurrido por gente de mala calaña. El negocio era rustico, pero elegante. Era obvio que se trataba de emular a un pub europeo con su barra de madera lustrosa con sillas acolchadas, su tapiz somero, su piso pulido, y unas pocas mesas con cómodos sillones que daban derecho a un televisor de pantalla plana.

    - Aquí sus bebidas señores - los interrumpió una voz, cortando la tensión que había entre los 5 varones.

    Una dama alta de curvas pronunciadas y cabello castaño les sirvió a los sujetos 2 cervezas, dos limonadas y un Martini seco. Bokuto le sonrió a la mujer y le hizo un ademan.

    - Oye Magne, cariño. ¿No quieres sentarte a hacernos compañía?
    - Estoy trabajando licenciado - dijo la mujer rolando los ojos.
    - Ya me imagino, deben pagarte bien en este puestucho de mala muerte. Porque si tus servicios no fueran tan costosos, no estaría contratando a tanto paria para hacer el trabajo.
    - Bueno, bien dicen que si haces algo bien, no lo vendas barato.

    La dama se fue, y los tres hombres mayores se quedaron fijos mirándola mientras contoneaba sus caderas con sus pasos.

    - Es raro - dijo el tatuado - Esa mujer se parece a Hikishi Kenji. Hace tiempo que no se de ese sicario. ¿Es pariente de el acaso?
    - Nah, Kenji es el nombre muerto de la dama desde hace años, ahora se hace llamar solo Magne - le respondió Bokuto.
    - ¿Es en serio? - exclamo la lagartija mayor mirando de vuelta a la dama.
    - Seh, igual no me quejo. Tienes que admitir cuando un trabajo está bien hecho. Y el tipo que le hizo todo el “tunnig” se encargó de dejarle un buen parachoques - mencionaba el contador mientras encendía un cigarrillo.

    Chizome realmente estaba con ganas de irse. Los sujetos que estaban con él, y el tipo que lo contrató, le causaban molestia por donde los viera. Pero no era tonto, sabía que Bokuto era un hombre con un carácter especial y con un don para poner todo en orden, aun así fuera por la fuerza, con todo y a pesar de que el quirk del hombre no fuera la gran cosa (tenía vista periscópica, hasta donde tenía entendido). Quedarle mal al contador, ahora que estaba al cargo de la banda de tráfico de armas más grande de Okinawa, era un pie seguro en la tumba, y no tenía ganas de arriesgarse a lo imbécil por un descontento.

    Por momento quiso maldecir al traficante ese, Giran, por contactarlo con él.

    Fue entonces que echó un vistazo a su lado y notó al joven chico lagarto. Era obvio que aquel era más joven que Chizome, tal vez de unos 14, estaba prácticamente escondido en su chamarra de mezclilla mientras escuchaba a los adultos decir sus sandeces. No había dicho nada y Chizome sabía que estaba igual de incomodo que él, y se le notaba, porque rascaba mucho su cabello morado.

    - ¿No tienes ganas de irte ya? - le dijo Chizome en voz baja.

    El muchacho parpadeó y luego asintió con la cabeza.

    - La verdad si, no se ni que hago aquí - le contesto también en voz baja - Mi padre quiere que vea lo que hace en el negocio, pero hasta ahora veo que es una reverenda mierda.

    Y este era otro pobre diablo que estaba atrapado en esos “loops” en donde si el progenitor hace algo, fuera ilícito o no, también quería que la progenie hiciera lo mismo.

    -Eh, chiquillos, no se distraigan. Termínense eso, que debemos movernos - les dijo la lagartija mayor apuntando a sus limonadas.
    - Bokuto, ¿esta seguro de que podemos llevarnos a este enano? Digo, sé que este crio es hijo de Yamauchi - dijo el tatuado mientras apuntaba al chico lagartija - ¿Pero este qué? ¿Va a hacer bien su trabajo?
    - Giran me dijo que el niño es buen soporte, ya ha estado en otros atracos y no le ha fallado. El que me preocupa es tu hijo, Yamauchi.
    - Esta aquí para darnos aguas con la policía. Viene a observar - dijo la lagartija mayor.
    - Jumph, ya sé que por algo se empieza, pero más te vale que no la cague - dijo Bokuto dejando escapar humo de su cigarro - No quiero que algún traspié haga que ese entrometido cara de foca me empiece a echar de vuelta el negocio abajo.
    - Tah, da lo mismo. Los problemas que ustedes tengan con Selkie nos van y nos vienen. Vamos a hacer el trabajo de todas formas - dijo el tatuado mientras le hacia una seña a los chicos - Y ustedes dos vengan. Vamos a esperar en la entrada en lo que tu padre va por la camioneta.

    Ambos jóvenes siguieron a los adultos hasta la entrada, donde Yamauchi sacó las llaves y salió. Chizome dio un último vistazo al bar, solo para notar la presencia de un chiquillo de cabello blanco mirándolo fijamente, no muy lejos de una niña de cabello negro con un tapabocas.

    Esos dos si que no debían de estar ahí, debían ser niños de primaria, porque no se notaban siquiera como pubertos. ¿Qué acaso el padre de ese par no tenía donde dejarlos?

    - Oye chico, ya vienen, estate atento - le dijo el tatuado.

    Chizome dio un par de pasos, pero le pico algo en la nuca. Se volvió para ver un avión de papel en el suelo que parecía tener algo escrito. Mientras salía del bar, el chico desdobló el papel, solo para ver un mensaje de advertencia escrito en una caligrafía algo descuidada.

    “Van derecho a la red de la araña. Si no llegan a la orilla de sus dominios, no van a salir nunca”

    Chizome volvió su cabeza hacia atrás para ver quién se lo había lanzado, pero la bocina de la camioneta lo distrajo.

    - Sube atrás - le dijo Yamauchi.

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    El camino hacia la abandona línea tres era algo largo, se encontraba en la otra punta de la ciudad y tenían que conducir por lugares que no frecuentara la policía. Chizome iba en la cajuela de la camioneta junto al otro menor de edad, quien estaba preparando una radio, parecido al de una patrulla.

    - ¿Te molesta si hago esto aquí?
    - Tienes que hacerlo, ¿no? - le respondió Chizome.
    - Que más da.

    Tras un breve silencio, el chico volvió a tratar de socializar con el.

    - ¿Tienes un nombre acaso? El mío es Shizui - le dijo la lagartija menor, al ver la frialdad del chico, este carraspeo - Digo, al menos para referirme a ti en los comunicadores.
    - Stain - le dijo de forma seca.
    - Ya tienes un alias. Vaya cosa. ¿Tu viejo tambien te jalo a esto?
    - Cuenta propia.
    - Interesante… Me han contado de ti un poco, la gente de mi padre dice que tienes… ¿talento para esto?
    - ¿Eso te han dicho? ¿Por qué el interés? - increpó Chizome.
    - No sé - le respondió Shizui - Es extraño notar que alguien de mi edad este haciendo esto por cuenta propia.
    - Quiero entrenarme bien… hay algunas cosas que deseo hacer.
    - ¿Es en serio? ¿Cómo qué?
    - Meh, no vale decírtelo. A nadie le interesa realmente…
    - Bueno, al menos quiero darme una idea. El viaje es largo y tenemos algo de tiempo, y siendo que a ambos nos dejaron acá atrás mientras estoy con un trabajo a medias, pues…

    Chizome se cruzó de brazos y se recargo en la pared de la camioneta. Había muchas cosas que le parecían que estaban mal con todo lo que observaba, pero poner su descontento en foros de internet o en las calles solo le habían valido insultos y gente ignorándolo. Este sujeto al menos parecía querer escucharle por un rato, así que se relajó.

    - Hay, muchas cosas que me parecen particularmente molestas de esta sociedad. La manera en la que se manejan los héroes, la manera en la que se maneja la ley…
    - ¿Cómo es eso?
    - Hablemos de lo que estamos haciendo en este momento, ¿vale?, para darte un ejemplo de lo que digo. Estamos siguiendo a un posible implicado en el asesinato de, por lo que sabemos, 3 personas contadas. Street Shark, el señor Soburo y al parecer, un indigente. Y eso por solo darle un numero a este sujeto según los datos que tenemos - le comentó Chizome - ¿Somos nosotros héroes? No. ¿Somos policías? Tampoco. ¿Quién se hizo cargo de toda esta investigación? El señor Aoi Bokuto, el jefe de un jodido cartel que trafica armas.
    - Eso… ahora que lo pienso tienes razón.
    - ¿Si comprendes entonces? Lo peor de todo, es que no sabemos si la persona de las fotos del señor Bokuto es inocente o culpable, pero es el único sospechoso solido… Y francamente del único que eh escuchado de hecho. Ha pasado más de un mes después de que aparecieron una pila de huesos humanos dentro de un tubo de desagüe, y nadie hace o dice nada. Incluso los canales de noticias se olvidaron eso una vez que dio las declaraciones Selkie sobre la identidad del muerto. ¿Hay alguien aquí que me puede explicar porque la ley se está moviendo a paso de tortuga?
    - ¿Haz pensando que a nadie le importa realmente porque las víctimas de estos últimos atracos han sido villanos? - le dijo Shizui con cierto tono de monotonía mientras revisaba el aparato.
    - Es más o menos a lo que quiero llegar. La justicia solo es para algunos, y solo cuando conviene - le comentó Stain al chico -No me mal intérpretes, me importa un pepino que a Street shark lo haya matado alguien tan o más asqueroso que él, esa es la gente que creo que se lo merece. Pero el problema aquí es que la policía sabe perfectamente de la existencia de una persona en extremo peligrosa, la cual anda dejando pedazos de seres humanos regados por donde se le pega su regalada gana, y aun así nadie se mueve un poroto. Tendría que morirse alguien que acapare los titulares de noticias y periódicos para que alguien haga algo, no sé, quizás esperar a que se muera un niño o algo para que se movilicen todos.

    Shizui se quedó callado y Chizome dio un fuerte suspiro.

    - La cosa es que, creo firmemente en que todo esto ocurre porque hay mucha gente falsa metida en las fuerzas de la ley. No solo el hecho de que la justicia siempre ha estado reservada para unos cuantos, si no que todo se hace para acaparar la atención. Políticos y policías lo usan como arma mediática, y los héroes van y hacen todo con intenciones de buscar fama; terminas con negligencias por querer lucirse, crímenes que se comenten y por los que nadie responde, accidentes horribles sobre civiles y gente vilificada que en realidad no ha hecho absolutamente nada - le comentó el joven Chizome a su compañero - A veces pienso que lo mejor sería hacer una maldita purga, quitar del camino a aquellos falsos que están aquí, estorbando a los que realmente quieren hacer el trabajo de proteger a la ciudadanía, o al menos dejar solo a los que se estén tomando en serio esto.

    Shizui dejó el aparato en el piso de la camioneta, y se volvió hacia el joven Chizome.

    - ¿Sabes? Tienes razón en todo lo que dices. Pero creo que purgarlos va a ser difícil tomando en cuenta las circunstancias. Digo, no es como si la mentalidad de la gente fuera a cambiar por un par de estos muertos, los quitas del camino, y a la larga terminarían saliendo más idiotas.

    Chizome negó con la cabeza a manera de resignación.

    - También en eso tiene razón - le dijo el muchacho de pelo azabache a su compañero con cara de Gecko - Aun así me gustaría poder marcar una maldita diferencia. Alguna cosa se debería hacer para que esos ideales de heroísmo falso de papel dejen de estar contaminando a la gente. Eh visto como se mueve en generaciones, los chicos de mi escuela secundaria eran un ejemplo de esos que querían ser héroes para ser populares.
    - Jumhp, hablándote de forma sincera, también me gustaría romperle los dientes a un par de esos - le dijo Shizui volviendo a tomar el aparato - Pero tal vez para hacer eso necesitaríamos a alguien o algo que la gente realmente vea como una amenaza, tu sabes, un enemigo público numero 1 tan horrible, que haga pensar dos veces a estos sujetos antes de entrar a esto para ser solo la cara de un comercial.
    - Tengo la idea de convertirme en algo así.
    - ¿Y es por eso por lo que entrenas? Suena interesante.

    El joven miro a Shizui por un segundo y sintió algo de felicidad. Era extraño ver a una persona realmente interesada en lo que decía, y ayudándolo a retroalimentar su opinión. Fuera en los blogs que escribía en sus ratos libres, o con sus compañeros escolares, había sido olímpicamente ignorado por básicamente todo el mundo. Tal vez la misión a la que lo habían mandado no era enteramente mala; al menos esperaba que todas estuviera una como el tipo que tenía al frente de él.

    Pero como todo lo bueno debía acabar, la camioneta aparcó y el padre de Shizui les abrió la puerta de la parte trasera. Ahí estaban en la entrada de la abandonada línea tres, un sitio con una verja de metal con alambre de púas que separaba a los transeúntes de los rieles, y de un montón de trenes desvencijados. Al parecer, el Estado usaba ese lote para poner todos los trenes que ya no eran usados, de manera tal que la basura de metal estaba en todos lados, incluidas algunas bodegas cuyo fierro se estaba oxidando.

    -Shizui, programa un par de radios y mantente dentro de la camioneta escuchando la estación de la policía. Si se acercan hacia acá, avísanos.

    Al parecer, el padre de Shizui tenía un canal hackeado para escuchar las conversaciones de los aparatos policíacos, el cual usaba para salir rápido en caso de algún atraco. El joven lagarto les dio a cada uno un comunicador y puso otro en su bolsillo.

    - Hijo, otra cosa más.
    - ¿Mande?
    - Si hay algún problema, hay una escopeta debajo del asiento.

    El chico lo miró con consternación a su padre, en lo que el trío se alejaba. Después de un par de minutos, y evadir el alambre de púas, los tres entraron en el lugar, buscando alguna pista de actividad humana. Pero nada. El único sonido que se escuchaba a su alrededor eran sus pasos.

    - Esto no va bien, quizás ya no esté aquí - exclamo el hombre de los tatuajes mientras caminaban.
    - Terminemos de revisar el sitio, eso pidió Bokuto. Si no hay nada, nos movemos y cobramos. Nunca dijo que quería que diéramos con esa…
    - Esperen.

    El de los tatuajes les dijo a sus acompañantes que pararan pues vio una sombra moverse por la zona. Caminando de forma sigilosa, haciendo el menor ruido posible, el trío divisó a una persona parada entre los trenes. Era tal y como estaba descrito en las cámaras de seguridad, al parecer una chica pequeña con una careta blanca de conejo, pero llevaba sobre su cuerpo una capa blanca que la hacia ver como si estuviese cubierta por una sábana.

    - Juraba que el capote que la cubría era mas oscuro - susurró el hombre de los tatuajes - Pero las fotos en blanco y negro no hacen justicia.
    - Que importa - exclamo el hombre lagartija - Hay que seguirla.

    Sin embargo, al volver a ver por la zona, la chica ya no estaba.

    - Maldita sea, ¿a dónde se fue?

    Chizome ignoró a ambos adultos, pues un olor extraño a sangre le llamó la atención. Sacó un cuchillo del bolsillo de su pierna derecha y lo lanzo hacia atrás, solo para hacer que todos se percataran de la presencia de la chica de la máscara de conejo detrás de ellos. La aludida esquivó el cuchillo, saltó, y le propinó una patada al hombre de los tatuajes. Este voló y se estrello contra la pared de una bodega, haciendo que los otros se sorprendieran de su fuerza sobre humana.

    La sospechosa se volvió hacia ellos, pero Yamauchi sacó un arma de su cinturón, y le apuntó con la pistola.

    - ¡Arriba las malditas manos! ¡Oh no voy a dudar en llenarte de plomo!

    No hubo respuesta, la dama solo ladeo la cabeza hacia la derecha. Fue en ese momento que una navaja quedo encajada en el antebrazo de la joven, para que Chizome notara al tatuado sonriendo de oreja o oreja.

    - ¿Te agrada mi quirk? ¡Siempre doy en el blanco!

    La dama cubrió su brazo con su capuchón y se dispuso a correr, moviéndose entre la maquinaria.

    - ¡No dejen que escape!

    Chizome siguió a los adultos por inercia, pero el chico sentía que algo no cuadraba. Su víctima se movía y se comportaba de forma errática, y encima de todo, a pesar de que sabia que tenía un cuchillo en el brazo, parecía no mostrar signos de dolor. Sin embargo, lo que mas llamó la atención del chico es que la enmascarada no estaba sangrando.

    Finalmente, lograron seguir a la joven a un edificio grande de concreto, donde pudo haber estado la recepción del sitio, y el cual tenía las puertas abiertas. La dama corrió, dejando sus huellas en el polvo dejado en piso, zigzagueando entre sillas viejas con los sujetos por detrás. Finalmente dio una media vuelta, y se metió por una puerta. Los hombres se acercaron, y notaron que tenía un letrero que decía “baño”

    - Creo que sabe que la tenemos acorralada - exclamo Yamauchi.
    - No se detengan, puede que tenga una ruta de escape por este lado - les dijo el tatuado.

    Al entrar al lugar, Chizome sintió en su nariz un olor sumamente asqueroso, el cual quizás podría provenir del agua estancada en los inodoros. Los adultos parecían inmutados, y la dama estaba contra una pared.

    - Esto era lo que esperaba - dijo el tatuado - Ahora dinos, ¿qué pasó con Street shark?

    La dama volvió a ladear la cabeza, algo raro para Chizome, pues parecía muy calma ante todo. No solo parecía inmune al dolor, sino que también al estrés.

    Para antes de que pudiera responderles, la chica se movió con rapidez hacia ellos, le dio un golpe en la quijada a Yamauchi, haciéndolo caer, y un golpe en las rodillas a Chizome, haciéndolo caer también. Chizome sacó un cuchillo para su defensa, mientras el tatuado esquivo un par de golpes y le conectó un codazo en la barbilla a la muchacha. En lo que ella recuperaba un poco la conciencia, el tatuado logro arrebatale un cuchillo a Chizome y se lo lanzó.

    El arma dio directo en el pecho de la dama con mascara de conejo, haciendo que cayera al piso como una tabla.

    Su objetivo al parecer estaba muerto.

    - ¡¿Qué haz hecho?! - le reclamó el joven. Chizome no había hablado en todo el trayecto, y eso fue algo que lo hizo exaltarse.
    - Ah, ah, ah, quitándonos a esta cosa de encima - le dijo el tatuado, jadeando.
    - ¡Maldito idiota! ¡Ni siquiera sabíamos si esta persona era inocente! Ahora esta muerta, y no podremos interrogarla.
    - El crío tiene razón. El único posible testigo de toda esta mierda, y tu lo vas y lo matas- exclamo Yamauchi, poniéndose del lado de Chizome.
    - Miren par de idiotas. No se que le dijo Bokuto a ustedes, pero cuando me llamó, me dijo que me cargara a esta hija de puta. Así que yo hice mi parte del trabajo, que ustedes no hayan sido lo suficientemente rápidos no me concierne.

    La bilis se le subió a Chizome, quería cortarle el gañote a ese imbécil. Pero se detuvo. Le pareció escuchar un susurro.

    - ¿Qué fue eso?
    - ¿Qué fue que niñato?
    - Cállese la boca y preste atención.


    “¿Papel rojo o Papel azul?”

    En efecto, había una voz tenue en el baño.

    - ¿Qué es esto?

    “¿Papel rojo o Papel azul?”

    - ¿Está preguntando por papel? - reclamó Yamauchi
    - ¡¿Quién anda ahí?! ¡Sal desgraciado! - gritó el tatuado.


    “¿Papel rojo o Papel azul?”

    Yamauchi cargo su arma, y Chizome puso la mano en su espalda para sacar la espada corta que traía consigo. Pero la voz extraña insistía.


    “¿Papel rojo o Papel azul?”

    - ¿Qué es esa mierda? Porque Azul o…

    No tardo mucho Chizome en escuchar el murmuro de su compañero tatuado, cuando un chorro de sangre manchó su cara. Ambos, Yamauchi y el adolescente, vieron con sorpresa como la dama de la mascara de conejo agarró del cuello a su compañero tatuado con tal fuerza, que se le botaron los ojos y su cara se puso de un azul sumamente intenso.

    Acto seguido, tiro el cuerpo frente a ella, dejando que el liquido carmesí manchara el suelo levemente, mientras sacaba el cuchillo de su pecho y la navaja de su brazo como si nada. Sus zapatos tocaron el charco debajo del cuerpo de su compañero difunto, y la capa blanca que traía comenzó a teñirse de rojo con rapidez, a la par de que el cuerpo del tatuado se secaba hasta quedar solo la piel sobre los huesos.

    Pero esto no era lo peor; mientras Yamauchi le apuntaba, tembloroso, con el arma, Chizome volvió su vista hacia atrás a la puerta del baño.

    Estaba cerrada. Y parecía atrancada

    ======================================================================

    GUÍA DE BOLSILLO DE YOKAI.

    Futakuchi Onna:
    Es un tipo de Yokai femenino caracterizado por tener dos bocas; una en la cara y otra en la nuca. Supuestamente espíritus siempre hambrientos, la boca de la cara tiende a no comer, mientras que la de la nuca agarra todo lo que encuentra a su paso y lo engulle como puede. Se dice también que pueden ser mujeres afligidas por una maldición que las convierte en Yokai. Si una dama que conoces, come mucho muy poco, o no come nada en lapso de días, y cosas a lo random comienzan a desaparecer, es posible que te hayas encontrado con una Futakuchi onna. Se debe de tener cuidado, por que estos Yokai comen humanos.

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    Ultimas notas: Me disculpo por la tardanza a los lectores :(
     
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    increíble y eso que no soy de leer fics largos pero este me atrapó
     
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    exacto, eso de héroe es imposible, Imagínate un superheroe que tiene que salvar persona en diferente partes, es totalmente imposible salvar varios a la vez mientras que uno se rescata hay otro que está en aprieto.
     
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  12.  
    Elliot

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    Voy por el segundo capítulo. Me gusta mucho la atmósfera que se forma con la idea de los yokai pululando por el mundo. Y aunque son capítulos bastante largos de alguna manera no los siento pesados ni nada, y eso que con relatos más cortos no me pasa así, curioso.

    Saludos! ^^
     
  13.  
    Elliot

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    Ya estoy al día. QUE GRAN CAPÍTULO FUE ESE ÚLTIMO, creo que tu punto fuerte, o mínimo el de esta historia, es el suspenso y el terror, me han gustado mucho esas partes oscuras.
    Y entiendo por experiencia lo que se siente tardarse mucho en subir nuevos capítulos (en mi único longfic hasta ahora me tardé hasta seis meses creo en subir el último capítulo en relación al último y para peor lo volví a dejar en pausa por otros motivos), no te sientas mal. No sé si sigas escribiendo esta historia o no, pero en cualquier caso te deseo éxito en tus escritos venideros.

    Saludos!
     
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