Long-fic Una verdad Inconveniente [Sessho&Kago]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Kikuz-sama, 4 Septiembre 2011.

  1.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    hola presentadome gracias por avisarme de la conti
    como siempre me dejas con ganas de seguir leyendo, como sabia ese demonio que kagome buscaba a su hermano, y sesshomaru donde se encontraba, como es que no se dio cuenta de su escapada estas y muchas preguntas rondan mi cabeza

    me gusto como se esta desarrollando la historia sigue asi y no me hagas sufrir pon la conti pronto;)
     
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  2.  
    Ami Hoshi

    Ami Hoshi Usuario común

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    ¡AYYY! Nooo por dios. ¡¿Cómo?! POr que lo dejas ahí? Eres muy mala. Me gusto lo que la mata le mostró, sus verdaderos sentimientos ella sentía cariño por el, por lo menos protección, porque sino no se habría sentido tan mal al ver a Sesshoumaru morir, Me encanto, por fa avisame cuando actualices, gracias.
     
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  3.  
    Kikuz-sama

    Kikuz-sama Usuario popular

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    Título:
    Una verdad Inconveniente [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    26
     
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    Perdonen la tardanza, se que esta vez fue una larga espera pero ya estoy aquí, espero sea de su agrado y no hayan olvidado esta su historia :D

    CAPITULO 14
    “DISCUSIONES”
    Poco a poco fue recuperando la consciencia, los sonidos que llegaban a sus oídos eran poco claros pues se escuchaban muy lejanos y distorsionados; sabía que ya no estaba en el bosque, no podía sentir las hojas ni el césped bajo sus manos y la dura superficie del suelo bajo su cuerpo. Con dificultad abrió los ojos y mientras su visión se aclaraba, intentó identificar donde se hallaba. Kagome conocía esa decoración, estaba en casa de Sesshomaru.

    Miró a su alrededor y en su campo de visión entró Sesshomaru Tashio, estaba furioso y eso era claro, sus orbes doradas no tenían la frialdad habitual, estas brillaban peligrosamente. Detrás de él, en una esquina muy alejada se encontraba Koga, estaba preocupado pero se mantenía al margen pues él no tenía derecho alguno; en la otra esquina se encontraba Miroku y estaba demasiado serio, lo cual no era ni remotamente normal. Giró hacia su derecha y encontró a Sango, era claro que estaba mortificada, la azabache debía verse verdaderamente mal, peor de lo que se imaginaba. Cerró los ojos estando dispuesta a volver a las aguas de la inconsciencia pero de golpe volvieron los recuerdos. Se sentó de golpe y se arrepintió al momento de hacerlo, las costillas comenzaron a punzarle y el aire le faltaba.

    –Kagome todavía no puedes levantarte –Intentó inútilmente razonar Sango con la chica.

    –¿Dónde está Souta?

    –Debes descansar –La castaña intentó empujarla de nuevo a la cama, pero Kagome quitó su mano y se deshizo de las cobijas.

    –¿Dónde está mi hermano?

    –Kagome por favor, vuelve a la cama.

    La azabache frunció el ceño y tomó su arco y las flechas, las cuales estaban al lado de la cama donde descansaba. Hizo a un lado a Sango y se puso en pie, su cuerpo le dolía terriblemente y el aire comenzaba a faltarle otra vez, pero no iba a dejar a su hermano, no podían obligarla a hacer eso.

    –Señorita por favor, descanse.

    ¿Es que nadie la estaba escuchando?, ¿Por qué no le decían donde estaba su hermano? Quitó las manos insistentes de Miroku y se plantó frente a todos ellos; necesitaba saber dónde diablos habían metido a su Souta.

    –¡Escúchenme!, ¡Exijo saber donde esta mi hermano!

    –Ese niño no es tu hermano –Murmuró esa voz fría y peligrosa que por demás conocía.

    –Sí lo es, ¿Dónde está?

    –Tu hermano murió en un incendio Kagome, ¿No lo recuerdas? –Exclamó Sango acercándose a ella.

    –Lo recuerdo pero también sé que nunca encontraron su cuerpo, ese niño es Souta.

    –Kagome…

    –Les he hecho una única pregunta, quiero que la respondan.

    Por un momento un silencio sepulcral reinó en la habitación, nadie se atrevía a mirarla y Kagome temió lo peor, no quería ni pensar que tal vez aquel sacrificio no valió la pena, no quería pensar que tal vez no fue lo suficientemente fuerte para protegerlo, no podía aceptar que tal vez había perdido a Souta para siempre.

    –Está en la habitación de al lado –Murmuró Koga, participando por primera vez en la conversación.

    La azabache miró esos orbes azules y por un momento se sintió tranquila pero al ver la seriedad del lobo, de inmediato supo que algo andaba mal. Miró a todos pero nadie dijo nada.

    –¿Qué es lo que pasa?

    –Déjenos solos –Exclamó Sesshomaru indiferente y en el acto, todos abandonaron la habitación.

    Kagome y el albino quedaron solos en la alcoba y ella lo miró sin saber que esperar ni que sentir. Por un lado tenía ganas de lanzarse contra él y abrazarlo, estaba vivo; y por el otro deseaba golpearlo por ser un idiota la mayor parte del tiempo. Pero prefirió permanecer callada y quieta, esperando a que fuera él quien hablara, el ambarino la tomó del brazo y casi a rastras la obligó a sentarse en el borde de la cama. La chica así lo hizo y lo miró, esperando ansiosa una explicación.

    –Debe irse.

    Fueron las únicas palabras que él dijo, tardó más de dos segundos en comprender que se refería a su hermano, Sesshomaru no quería que Souta se quedara con ella pero ¿por qué? Frunció el ceño y se puso de pie, no estaba dispuesta a permitir aquello.

    –¡NO!

    –Miko estúpida comprende, por una ilusión te expusiste y expusiste la perla.

    Kagome guardó silencio y miró con frialdad a Sesshomaru, estaba cansada de eso, estaba harta de que la insultara, de que cada demonio que se cruzaba en su camino la maldijera y la llamara por toda la cantidad de nombres que le les daba la gana. Ella merecía respeto y si el Lord no lo entendía era hora de que ella se lo dejara claro.

    –Tengo un nombre.

    –Eso es irrelevante, humana.

    –¡Nada de humana, nada de miko, nada de eso, mi nombre es KAGOME!

    –¡¿Cómo te atreves a hablarle de esa manera a mi amo bonito?!

    La azabache bajo la mirada y descubrió al demonio verde brincando y haciendo alboroto. No había reparado en su presencia hasta que habló, estaba indignado y eso era claro. No pudo evitar sonreír pues podía imaginarse su cara al ver que ella no estaba.

    –Le hablo como se me da la gana.

    –¡Niña insolente…!

    –Dije que nos dejaran solos –Murmuró fríamente el ambarino, mirando de una forma peligrosa al pequeño demonio.

    Jaken salió con la cabeza agachada, decepcionado y Kagome casi sintió lastima por él. La puerta se cerró y el silencio volvió a reinar en la habitación. Ella no podía evitar sentir que había algo que no le estaban diciendo, algo que era vital que supiera.

    –¿Por qué no puede quedarse?

    –Está al servicio de un demonio, en cualquier momento podría matarte.

    –No, no es cierto…

    Kagome cerró los ojos y llevó sus manos a sus orejas, intentando que las palabras de Sesshomaru no traspasaran su piel, no quería pensar que debía cuidar su espalda hasta de su hermano. Sintió una punzada de dolor, no quería que Souta sufriera, ella quería que él estuviera a su lado. Pensó en todo el tiempo que él estuvo lejos, estando solo y se le partió el corazón; era tan sólo un niño y él no debía de estar involucrado en este mundo. Las lágrimas corrieron, la felicidad que le produjo encontrarlo estaba por evaporarse…

    Sesshomaru quitó sus manos y la obligó a mirarlo, ella así lo hizo y se arrepintió de haberlo hecho; ahí no había comprensión, sólo reproche y desaprobación.

    –Tiene que irse.

    Kagome lo miró y frunció el ceño; no, no permitiría que eso pasara, debía haber una manera de salvar a su hermano y ella iba a encontrarla.

    –No se ira.

    –Lo hará, aunque tú no quieras.

    Se dio la vuelta y camino elegantemente hacia la puerta; no se necesitaba ser un genio para saber que iba a la habitación de al lado, iba por su hermano. Lo miró un segundo, no podía permitir se que lo arrebataran otra vez; tomó el arco y tensó la cuerda. Apunto la flecha a su pecho.

    –No vas a deshacerte de Souta, él es mi hermano no otro de tus subordinados.

    –¿Y qué harás? –Murmuró dándose la vuelta y mirándola con frialdad.

    Ella no dijo nada, siguió apuntando en su dirección. Sesshomaru no habló por un par de minutos y luego sonrió.

    –Eso pensé –Se dio la vuelta y colocó la mano en el pomo de la puerta. Kagome eligió ese momento para soltar la flecha.

    No vacilo ni lo considero, la saeta se llevó un mechón de su blanco cabello y le hizo una pequeña laceración en la mejilla. De esta cayó una gota de sangre y él se giró a mirarla con la furia relampagueando en su mirada dorada; la azabache no mostró temor y colocó otra flecha. El albino se movió a una velocidad vertiginosa y se colocó frente a ella; un escalofrío la recorrió pero no dejó de apuntar hacia él. Iniciaron una batalla con la mirada en la que ninguno de los dos se rendía, Kagome no iba a permitir que se llevaran a Souta y si para ello tenía que pelear con su esposo, iba a hacerlo.

    –Dispara, es la única manera en la que evitaras que tu hermano se vaya.

    El Daiyoukai estaba serio, clavando intensamente sus ojos en los de ella. Kagome tensó la cuerda y estuvo a punto de dejarla ir; pero no pudo, la asalto de improviso la visión que le mostró la hiedra de la des fortuna. No sabía cómo había sucedido pero ahora ya tenía claro que su peor miedo era perder al arrogante Lord; de alguna forma él se había filtrado como la humedad y la azabache era incapaz de comprender lo que sucedía. Estaba segura de que lo odiaba pero al mismo tiempo su corazón albergaba algo más, algo peligroso que no debía permitirse. Respiró hondo una única vez y bajo la flecha; desvió la mirada y se dio la vuelta.

    –¿Por qué no disparaste?

    –No pude obligarme a hacerlo, no puedo lastimarte.

    Él no dijo nada, simplemente se quedó de pie hay detrás de ella, la azabache no giró a mirarlo, no estaba lista para hacerlo, no quería mirar esos ojos dorados y darse cuenta de que lo quería. ¿Cómo podía sentir algo por un ser que simple y sencillamente la trataba peor que a basura?, ¿Es acaso que era masoquista? Movió la cabeza, su corazón iba a ser su perdición.

    –Él se ira, lo sabes ¿verdad?

    Ese simplemente no parecía Sesshomaru, ¿Dónde estaba la intransigencia?, ¿Dónde había dejado la arrogancia? Contrario a lo que quería, giró hacia él y descubrió que la miraba diferente; no como a una basura sino como a alguien a quien se le tiene respeto. Eso le arrancó una efímera sonrisa.

    –Lo único que pido es que permitas que se quedé conmigo bajo mi propio riesgo, sé que puedo salvarlo, sólo necesito tiempo.

    Ella miró esos orbes dorados y supo que había algo diferente en ellos; algo que no lograba comprender del todo. De alguna manera la azabache tenía la seguridad de que para Sesshomaru ella era, la persona a la que más odiaba pero, al mismo tiempo a la que más se alegraba de ver y saber eso ocasionó que algo en su interior se moviera.

    –Tienes un mes, de lo contrario se ira.

    Dicho esto, Sesshomaru se dio la vuelta y abandonó la habitación, Kagome se quedó sola y mientras sus pensamientos y sentimientos eran un caos, se dejó caer en la cama. Miró el lugar vacio que ocupó el Lord y cerró los ojos, reprendiéndose mentalmente por ser tan estúpida. Sin darse cuenta la profecía de la que Inu no Tashio le habló, estaba haciéndose realidad, su ingenuo corazón ya había elegido a su compañero.

    Si bien aún albergaba cierto cariño hacia Koga, ahora ya no estaba segura de que aquello haya sido amor, lo que sentía por el albino iba más allá, era contradictorio y confuso puesta estaba segura de odiarlo pero también de sentir algo más, algo que ocasionaba que la idea de perderlo hiciera que algo en su interior se rompiera.

    Enterró el rostro entre sus manos y suspiró, la luna te custodiara, el sol tu fiel aliado será… eso decía la adivinación y justo ahora lo comprendía. Koga era el sol, siempre, sin importar lo estúpida que ella fuera, no la iba a dejar pero no había sido suficiente para que como su compañero lo eligiera. Sesshomaru era la luna y como su guardián, y ahora compañero, debía protegerla. Una media sonrisa surcó sus labios, el albino era el ser del que hablaba la profecía, sólo que la azabache no tenía la seguridad si la salvaría o la destruiría.

    ¿Y que les ha parecido?
     
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  4.  
    ivana

    ivana Entusiasta

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    GENIAL!.
    ahora kagome, la pregunta de las cuatro lochas (frase venezolana), como contrale vas a hacer para que souta vuelva a la normalidad? y despues de eso , como haras para que a sesshy no le de la loquera de querer sacarlo, por sessho que se respeta hace lo que le da la gana *.*
    y eso es bueno y malo u.u

    por fin, algo bueno tuvo esa cosa de la desfortuna, le dijo a kagome que sessho es el indicado, es que solo ella no se da cuenta -.-'
    bueno espero el proximo capitulo
    besos
     
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    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    oh aqui presentandome de verdad te demorastes ...................pero.............
    la espera valio la pena de verdad
    ah!!! al fin veo algo de accion sesshomaru cambiando de actitud lo que la desconcierta y ¿koga es su sol? sesshomaru lo aceptara cuando se de cuenta ¿lo dudo? y no lo pudo lastimar que tierna de verdad mis ideas no estan bien estan todas revueltas

    y como se te occurre poner a sota como menzo zombi al servicio de naraku (pienso yo que él es el demonio del que hablas) me parece a mi o tomaste el rol de kohaku jaja como en la serie de verdad me dejastes intrigada
    lograra kagome salvar a su hermano antes de que se acabe su tiempo en el castillo vaya quiero ver como vas a ser para eso

    besos, se despide

    att:
    lady of the moon :)
     
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  6.  
    assis

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    Siempre me soprendes con tu HIstoria kagome recupera a su hermano pero este es controlado por un demanio y sesshomaru intenta alegarlo de kagome desiendo poco de cosas crueles jejeje pero esto demustra que muy en el fondo se preocupa por ella jejejeje pero no megusto el echo que dejaras a kagome golpiada espero que se recupere repido jejejeje espero la continuación feliz navidad jejeje.
     
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  7.  
    alexdany-san

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    me han gustado muchos tus capis pero solo te dare un consejo
    intenta escribir como se expresan mas los personajes solo eso por ejemplo en la parte en la que le dice

    -Tienes 1 mes de lo contrario se ira

    en esa parte podrias poner

    -Tienes 1 mes de lo contrario se ira-Le dijo el con furia advirtiendole a la chica

    eso es solo un ejemplo de lo que podrias poner pero ya depende de como quierees que se expresen pero solo eso ayudaria mucho a saber sus sentimientos :)

    pero de ahi en fuera vas bien te felicito me tiene intrigada haces un trabajo espectacular :)

    bueno espero el proximo con ansias
     
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  8.  
    Kikuz-sama

    Kikuz-sama Usuario popular

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    Una verdad Inconveniente [Sessho&Kago]
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    Hola chicas, disculpen la demora pero varias actividades de fin de año consumieron mi tiempo :D
    Espero que se la hayan pasado fantástico y prometo ser más constante con esta su historia, sin más les dejo el nuevo capi.

    CAPITULO 15
    “DEMONIOS”
    Los días pasaban y Kagome pasaba cada hora de su tiempo en compañía de Souta, el infante no recordaba gran cosa de lo que había ocurrido antes de que ella lo encontrara, era como si sus recuerdos se encontraran sumidos bajo la bruma, cada que intentaba recordar, un fuerte dolor lo sacudía y lo obligaba a caer de rodillas. Eso preocupaba de sobremanera a la azabache, ella creía que aquel demonio al que su hermano inconscientemente obedecía, tenía más control sobre él del que parecía y rescatarlo no sería fácil.

    –¿Quieres ir por un helado? –Lo cuestionó mientras caminaban por el extenso jardín.

    Desde que despertó, ningún momento se habían separado, ilusamente la chica trataba de recuperar el tiempo perdido.

    –Sí.

    Iban rumbo a la salida cuando de la nada apareció Jaken, plantándose frente a ellos mientras les fruncía el ceño.

    –¿A dónde creen que van?

    –Por un helado, al parque que esta a unas cuadras.

    –Sabes que está prohibido que salgas de la casa.

    –No voy a escapar –Argumentó mientras lo pasaba de largo, Souta comenzó a reír al mismo tiempo que le seguía el paso.

    –Mi amo bonito no quiere correr riesgos.

    –Me importa un bledo lo que él quiera.

    Para el infante no era ninguna novedad escuchar hablar así a la azabache, al pasar tanto tiempo con ella, estaba comenzando a familiarizarse con la forma de expresarse de su esposo, era increíble que hubiera pasado ya dos semanas sin mayores incidentes. Por lo menos la casa seguía en pie, ellos seguían evitándose y dormían en habitaciones separadas. Kagome sonrió, aquello no era exactamente lo que se imaginó.

    –¡Llamaré a mi amo! –La amenazó como último recurso para detenerla.

    –Haz lo que quieras.

    Siguieron caminando, dirigiéndose hacia el portón negro que marcaba el límite de la propiedad, este estaba custodiado por cinco youkai, lo cual a ella le parecía una exageración porque ¿Quién en su sano juicio intentaría entrar a la mansión del Lord? Todos sabían, ya fuesen humanos o youkai, que Sesshomaru no tenía compasión, era un asesino a sangre fría que no se molestaba en obtener explicaciones, si alguien osaba meterse con algo que le pertenecía, su castigo era la muerte.

    –Abran la puerta.

    Los cinco demonios cruzaron miradas, a veces Kagome no estaba segura pero le parecía que el miedo que le tenían a Sesshomaru competía con el que le tenían ahora a ella. Sonrió, ya era hora de que le tuvieran un poco de respetó.

    –Lo siento mi señora pero el Lord…

    –No te pregunte lo que ordenó Sesshomaru, te decreté que abras la puerta.

    –Pero señora…

    –¡Mi amo bonito quiere hablar contigo!

    Gritó Jaken, salvando al pobre youkai que nerviosamente miraba a Kagome que al estar exasperándose, incrementaba accidentalmente su poder espiritual. La azabache miró con el ceño fruncido al demonio verde, aquello de verdad le parecía una tontería, ya no era una niña pequeña que debía llamarle a su tutor para que le dieran permiso de salir. Ella era Kagome Higurashi, una de las mikos más poderosas de la historia, guardiana de la Shikon no Tama y una arquera bastante eficiente, no tenía porque darle cuenta de su vida a nadie.

    De mala gana tomó el aparato y lo colocó en su oído, respiró hondo y se preparó para la bomba que estaba por explotar.

    –¿Diga?

    –No puedes salir.

    –No soy una niña, no estoy pidiendo tu permiso.

    –Miko…

    –Tengo un nombre –Exclamó comenzando a molestarse.

    Del otro lado de la línea, sólo recibió el silencio. Cerró los ojos un momento y mentalmente contó hasta diez; aquella situación debía cambiar, que Souta estuviera al servicio de un demonio que muy probablemente buscara asesinarla, no quería decir que la lastimaría a plena luz del día, la azabache podía cuidarse sola y era hora de que Sesshomaru lo entendiera.

    –Escucha, sólo iremos por un helado…

    –Kagome no puedes salir.

    Escuchar aquella oración hizo que por un momento abriera los ojos como platos y el móvil temblara en su mano, por mucho que ella una y otra vez le repitiera que tenía un nombre, jamás, ni en sus mejores sueños se imagino que él la llamaría por él. Por un momento una sensación diferente la sacudió, una emoción única que hasta el momento no había experimentado y que hizo que su corazón diera un vuelco.

    –¿Por qué no? –Inquirió sin hacer la pregunta con la indignación acostumbrada.

    –Podrías escapar.

    –No planeó hacerlo, por lo menos no hoy.

    –Kagome…

    –Sesshomaru…

    La línea de ambos lados permaneció en silencio, estaban en medio de una batalla y ninguno de los dos cedería. La azabache comenzó a mover impaciente su pie y escuchó un gruñido del otro lado del teléfono; eso la hizo sonreír.

    –No saldrás y es mi última palabra, si lo intentas, los guardias te amarraran en la cama de tu habitación y encerraran a tu hermano en las mazmorras que poseo en el sótano de la mansión.

    Kagome respiró hondo y se trago la sarta de insultos que su marido se merecía, era hora de que comenzara a usar la cabeza y no fuera tan impulsiva como de costumbre, Sesshomaru había sido claro la última vez que hablaron sobre Souta, tenía un mes para salvarlo y ya habían pasado dos semanas, no quería darle armas para separarla de su hermano, todos esos años lejos de él ya fueron suficiente castigo para ella.

    –Escucha, Jaken puede venir con nosotros, eso puede mantenerte más tranquilo.

    El pequeño demonio verde se quedó quieto por un segundo, con la boca abierta como plato; pero en cuanto se recupero de la impresión, saco el pecho y se enorgulleció por ser la mano derecha del Lord. Kagome sonrió con cierta burla, ese pequeño demonio generaba más problemas de los que solucionaba, por ello a veces no comprendía porque Sesshomaru aún lo conservara a su lado pues era bien sabido que el no soportaba la ineptitud.

    –La última vez escapaste de sus cuidados, creó que es incapaz de hacerse cargo de ti.

    Jaken, siempre tan escandaloso y fastidioso, dejo caer la cabeza y se fue hacia la casa. La azabache lo miró y sintió un poco de pena, detestaba verlo de esa manera, no es que de verdad le agradara, es sólo que… así era más difícil de soportar. Así que decidió arreglar eso.

    –Es tu única opción.

    Silencio, siempre estaba presenta mientras el albino se tomaba su tiempo para decidir, de verdad a veces odiaba su dramatismo, que es lo que ella consideraba era esa acción innecesaria. Respiró hondo y volvió a contar hasta diez.

    –Está bien, pero uno de los guardias deberá acompañarlos.

    Dicho esto, el otro lado de la línea se murió. Para ese momento Jaken ya estaba a su lado con su humor renovado, le entregó el pequeño aparato y fue hacia la cochera por su arco y las flechas; múltiples ataques ya le habían enseñado que salir desarmada era una muy mala idea. Se puso sobre el hombro su indumentaria y guardó un poco de dinero en la bolsa traerá de sus vaqueros.

    Junto con su hermano, Jaken y uno de los guardias, salió de la mansión y caminaron largo rato, riendo y enfadándose hasta que llegaron al parque donde vendían un helado que de verdad no estaba nada mal, ella ordenó y le pidió a sus tres acompañantes que hicieran lo mismo. La tarde parecía ser normal, ella estaba sonriendo más de lo que se había permitido desde que Sesshomaru entró a su vida. En aquel momento era un poco difícil pensar en todos los cambios que su vida sufrió desde que aquella profecía se le dio a conocer y como es que su vida siempre pendía de un hilo debido a la codiciada joya que colgaba de su cuello. Respiró hondo y siguió andando hasta que algo inusual llamo su atención.

    El viento comenzó a soplar con una fuerza un poco familiar y hasta cierto punto aterrante, experimento un deja´vu y tomó su arco. Tal vez, solo tal vez sus nervios aun estuvieran muy susceptibles debido al ataque que sufrió intentando rescatar a su hermano, pues tal parecía que era la única que notaba aquello, tanto Jaken, como el guardia y su hermano comían alegremente su helado. Cerró los ojos un momento e intento convencerse de que nada malo estaba pasando, siguió comiendo su postre y los cuatro tomaron asiento en un claro del parque, cerca de ellos un niño y su perro jugaban con una pelota.

    –¿Kagome, pasa algo? –Inquirió Souta, ella negó y desvió la mirada, tratando de calmarse.

    El tiempo corrió con una parsimonia asombrosa, miró el reloj que descansaba en su muñeca en varias ocasiones y entre estas sólo transcurrían dos minutos. Movió la cabeza e intento convencerse de que estaba alucinando, pero solo por si acaso volvió a tomar el arco e inspecciono lo que había a su alrededor.

    Pero su pequeña inspección no le aviso del peligro inminente pues el ataque que asesino al guardia la tomo desprevenida, los gritos no se hicieron esperar y el caos logro que se desorientara lo suficiente como para que un tentáculo, parecido a los de un pulpo de color negro, la tomara por la cintura y la sostuviera en lo alto; haciendo que de esta manera sus armas quedaran lejos de su alcance, tendidas en el verde césped.

    A su alrededor todos corrían, tratando de huir de unos insectos, parecidos a las abejas, que al parecer eran tan peligrosos como el ser que la mantenía imposibilitada de defenderse. Respiró hondo y con la mirada, entre toda la masa de cuerpos moviéndose, busco a su hermano y al pequeño demonio verde que, desde que empezó el terror, se había desaparecido. Una mueca de dolor surcó sus labios cuando la presión del asqueroso tentáculo se hizo más fuerte, debía salir pronto de esa trampa.

    Las sirenas de la policía humana podían escucharse no muy lejos del lugar, pero eso en lugar de tranquilizarla hizo que se preocupara aún más. Ellos no podrían hacer nada pues a lo que se enfrentaban era a un demonio, no a un demente humano, si llegaban ese parque se convertiría en un campo de sangre, desesperada buscó con la mirada al bueno para nada de Jaken, encontrándolo escondido detrás de un árbol, peleándose con más de esos insectos que al parecer eran venenosos.

    –¡Jaken, dame mi arco y una flecha!

    El pequeño youkai la miró, debatiéndose seguramente entre salir corriendo y salvar su pellejo o ayudarla a salir del problema en el que estaba metida. Corriendo llegó al lugar en donde anteriormente estuvieron y le lanzó el arco y las flechas, pero antes de que le legaran a ella, una repentina ventisca los lanzo lejos de ella. Kagome miró sobre su cabeza y descubrió a aquella mujer que había visto sólo en dos ocasiones y que de alguna manera estaba relacionada con Sesshomaru. Kagura se encontraba sobre una enorme pluma y al agitar el abanico que llevaba en la mano producía fuertes ventiscas, el furor inundó a la azabache, pues esa mujer, ese demonio también había intentado deshacerse de ella aquel día que intentaba salvar a su hermano. ¿Acaso sólo quería quitarla del camino para quedarse con Sesshomaru?, ¿Oh el sólo era otro medio para llegar a la Shicon no Tama?

    Movió la cabeza incrédula, no era hora de que se pusiera en pensar en eso, debía encontrar la forma de seguir con vida, de proteger a la perla y a todos los seres humanos que estaban pagando por la codicia de unos cuentos. Aquel ataque, además ponía en riesgo la tregua entre humanos y youkais; ¿Qué es lo que se proponían no este ataque?, ¿matar dos pájaros de un tiro?

    De pronto sintió que el agarré en torno a su cintura se aflojaba y que la gravedad la jalaba hacia el suelo. Antes de caer, unos fuertes brazos la aferraron y la hicieron volar por los aires, alejándola por un momento del peligro. Cuando estuvo a salvo y se encontró en tierra firme, miró a su salvador; Koga se encontraba frente a ella y la miraba con una mezcla de preocupación y furia.

    –¿Qué diablos haces aquí y sin protección alguna?

    –Koga este no es momento para pelear, hay que salvar a toda esa gente… –Ella intento avanzar pero él se lo impidió.

    –Tú debes irte de aquí, es a ti a la que busca esa cosa, regresa a la mansión de Sesshomaru y resguárdate ahí.

    Dicho esto se alejó corriendo, varios youkais ya intentaban controlar a aquel ser que se cubría con la piel de un mandril, no podía vérsele la cara por lo que la identidad del codicioso villano permanecía oculta; estuvo a punto de obedecer a Koga, cuando notó que Kagura no dejaba que ningún youkai se acercara al demonio que, ágilmente llevaba sus tentáculos a donde ella se encontraba.

    Por un momento un escalofrío causado por el terror la invadió y unas terribles ganas de correr la invadieron, pero Kagome Higurashi no era una cobarde y no comenzaría a serlo ahora. Avanzó hacia el lugar donde cayeron sus armas y antes de que la alcanzara aquel asqueroso tentáculo, lanzó una flecha sagrada en dirección al cuerpo del villano que ahora masacraba a los seres ahí presentes. Koga a penas y era capaz de esquivar las dagas que esa mujer le lanzaba, con tan sólo sacudir su abanico, la azabache también lanzó en su dirección una de sus flechas, destrozando parte de la pluma en la que volaba y parte de su arma.

    Ambas mujeres se miraron, las cosas estaban por ponerse interesantes, por lo pronto Kagome ya conocía a sus dos enemigos y eso de alguna forma ya era una ventaja; ya no pelearía a ciegas.


    ¿Y que les ha parecido?
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    Kikuz-sama

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    Una verdad Inconveniente [Sessho&Kago]
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    Género:
    Drama
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    26
     
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    3016
    Hola chicas, disculpen la demora pero varias actividades de fin de año consumieron mi tiempo :D
    Espero que se la hayan pasado fantástico y prometo ser más constante con esta su historia, sin más les dejo el nuevo capi.

    CAPITULO 15
    “DEMONIOS”
    Los días pasaban y Kagome pasaba cada hora de su tiempo en compañía de Souta, el infante no recordaba gran cosa de lo que había ocurrido antes de que ella lo encontrara, era como si sus recuerdos se encontraran sumidos bajo la bruma, cada que intentaba recordar, un fuerte dolor lo sacudía y lo obligaba a caer de rodillas. Eso preocupaba de sobremanera a la azabache, ella creía que aquel demonio al que su hermano inconscientemente obedecía, tenía más control sobre él del que parecía y rescatarlo no sería fácil.

    –¿Quieres ir por un helado? –Lo cuestionó mientras caminaban por el extenso jardín.

    Desde que despertó, ningún momento se habían separado, ilusamente la chica trataba de recuperar el tiempo perdido.

    –Sí.

    Iban rumbo a la salida cuando de la nada apareció Jaken, plantándose frente a ellos mientras les fruncía el ceño.

    –¿A dónde creen que van?

    –Por un helado, al parque que esta a unas cuadras.

    –Sabes que está prohibido que salgas de la casa.

    –No voy a escapar –Argumentó mientras lo pasaba de largo, Souta comenzó a reír al mismo tiempo que le seguía el paso.

    –Mi amo bonito no quiere correr riesgos.

    –Me importa un bledo lo que él quiera.

    Para el infante no era ninguna novedad escuchar hablar así a la azabache, al pasar tanto tiempo con ella, estaba comenzando a familiarizarse con la forma de expresarse de su esposo, era increíble que hubiera pasado ya dos semanas sin mayores incidentes. Por lo menos la casa seguía en pie, ellos seguían evitándose y dormían en habitaciones separadas. Kagome sonrió, aquello no era exactamente lo que se imaginó.

    –¡Llamaré a mi amo! –La amenazó como último recurso para detenerla.

    –Haz lo que quieras.

    Siguieron caminando, dirigiéndose hacia el portón negro que marcaba el límite de la propiedad, este estaba custodiado por cinco youkai, lo cual a ella le parecía una exageración porque ¿Quién en su sano juicio intentaría entrar a la mansión del Lord? Todos sabían, ya fuesen humanos o youkai, que Sesshomaru no tenía compasión, era un asesino a sangre fría que no se molestaba en obtener explicaciones, si alguien osaba meterse con algo que le pertenecía, su castigo era la muerte.

    –Abran la puerta.

    Los cinco demonios cruzaron miradas, a veces Kagome no estaba segura pero le parecía que el miedo que le tenían a Sesshomaru competía con el que le tenían ahora a ella. Sonrió, ya era hora de que le tuvieran un poco de respetó.

    –Lo siento mi señora pero el Lord…

    –No te pregunte lo que ordenó Sesshomaru, te decreté que abras la puerta.

    –Pero señora…

    –¡Mi amo bonito quiere hablar contigo!

    Gritó Jaken, salvando al pobre youkai que nerviosamente miraba a Kagome que al estar exasperándose, incrementaba accidentalmente su poder espiritual. La azabache miró con el ceño fruncido al demonio verde, aquello de verdad le parecía una tontería, ya no era una niña pequeña que debía llamarle a su tutor para que le dieran permiso de salir. Ella era Kagome Higurashi, una de las mikos más poderosas de la historia, guardiana de la Shikon no Tama y una arquera bastante eficiente, no tenía porque darle cuenta de su vida a nadie.

    De mala gana tomó el aparato y lo colocó en su oído, respiró hondo y se preparó para la bomba que estaba por explotar.

    –¿Diga?

    –No puedes salir.

    –No soy una niña, no estoy pidiendo tu permiso.

    –Miko…

    –Tengo un nombre –Exclamó comenzando a molestarse.

    Del otro lado de la línea, sólo recibió el silencio. Cerró los ojos un momento y mentalmente contó hasta diez; aquella situación debía cambiar, que Souta estuviera al servicio de un demonio que muy probablemente buscara asesinarla, no quería decir que la lastimaría a plena luz del día, la azabache podía cuidarse sola y era hora de que Sesshomaru lo entendiera.

    –Escucha, sólo iremos por un helado…

    –Kagome no puedes salir.

    Escuchar aquella oración hizo que por un momento abriera los ojos como platos y el móvil temblara en su mano, por mucho que ella una y otra vez le repitiera que tenía un nombre, jamás, ni en sus mejores sueños se imagino que él la llamaría por él. Por un momento una sensación diferente la sacudió, una emoción única que hasta el momento no había experimentado y que hizo que su corazón diera un vuelco.

    –¿Por qué no? –Inquirió sin hacer la pregunta con la indignación acostumbrada.

    –Podrías escapar.

    –No planeó hacerlo, por lo menos no hoy.

    –Kagome…

    –Sesshomaru…

    La línea de ambos lados permaneció en silencio, estaban en medio de una batalla y ninguno de los dos cedería. La azabache comenzó a mover impaciente su pie y escuchó un gruñido del otro lado del teléfono; eso la hizo sonreír.

    –No saldrás y es mi última palabra, si lo intentas, los guardias te amarraran en la cama de tu habitación y encerraran a tu hermano en las mazmorras que poseo en el sótano de la mansión.

    Kagome respiró hondo y se trago la sarta de insultos que su marido se merecía, era hora de que comenzara a usar la cabeza y no fuera tan impulsiva como de costumbre, Sesshomaru había sido claro la última vez que hablaron sobre Souta, tenía un mes para salvarlo y ya habían pasado dos semanas, no quería darle armas para separarla de su hermano, todos esos años lejos de él ya fueron suficiente castigo para ella.

    –Escucha, Jaken puede venir con nosotros, eso puede mantenerte más tranquilo.

    El pequeño demonio verde se quedó quieto por un segundo, con la boca abierta como plato; pero en cuanto se recupero de la impresión, saco el pecho y se enorgulleció por ser la mano derecha del Lord. Kagome sonrió con cierta burla, ese pequeño demonio generaba más problemas de los que solucionaba, por ello a veces no comprendía porque Sesshomaru aún lo conservara a su lado pues era bien sabido que el no soportaba la ineptitud.

    –La última vez escapaste de sus cuidados, creó que es incapaz de hacerse cargo de ti.

    Jaken, siempre tan escandaloso y fastidioso, dejo caer la cabeza y se fue hacia la casa. La azabache lo miró y sintió un poco de pena, detestaba verlo de esa manera, no es que de verdad le agradara, es sólo que… así era más difícil de soportar. Así que decidió arreglar eso.

    –Es tu única opción.

    Silencio, siempre estaba presenta mientras el albino se tomaba su tiempo para decidir, de verdad a veces odiaba su dramatismo, que es lo que ella consideraba era esa acción innecesaria. Respiró hondo y volvió a contar hasta diez.

    –Está bien, pero uno de los guardias deberá acompañarlos.

    Dicho esto, el otro lado de la línea se murió. Para ese momento Jaken ya estaba a su lado con su humor renovado, le entregó el pequeño aparato y fue hacia la cochera por su arco y las flechas; múltiples ataques ya le habían enseñado que salir desarmada era una muy mala idea. Se puso sobre el hombro su indumentaria y guardó un poco de dinero en la bolsa traerá de sus vaqueros.

    Junto con su hermano, Jaken y uno de los guardias, salió de la mansión y caminaron largo rato, riendo y enfadándose hasta que llegaron al parque donde vendían un helado que de verdad no estaba nada mal, ella ordenó y le pidió a sus tres acompañantes que hicieran lo mismo. La tarde parecía ser normal, ella estaba sonriendo más de lo que se había permitido desde que Sesshomaru entró a su vida. En aquel momento era un poco difícil pensar en todos los cambios que su vida sufrió desde que aquella profecía se le dio a conocer y como es que su vida siempre pendía de un hilo debido a la codiciada joya que colgaba de su cuello. Respiró hondo y siguió andando hasta que algo inusual llamo su atención.

    El viento comenzó a soplar con una fuerza un poco familiar y hasta cierto punto aterrante, experimento un deja´vu y tomó su arco. Tal vez, solo tal vez sus nervios aun estuvieran muy susceptibles debido al ataque que sufrió intentando rescatar a su hermano, pues tal parecía que era la única que notaba aquello, tanto Jaken, como el guardia y su hermano comían alegremente su helado. Cerró los ojos un momento e intento convencerse de que nada malo estaba pasando, siguió comiendo su postre y los cuatro tomaron asiento en un claro del parque, cerca de ellos un niño y su perro jugaban con una pelota.

    –¿Kagome, pasa algo? –Inquirió Souta, ella negó y desvió la mirada, tratando de calmarse.

    El tiempo corrió con una parsimonia asombrosa, miró el reloj que descansaba en su muñeca en varias ocasiones y entre estas sólo transcurrían dos minutos. Movió la cabeza e intento convencerse de que estaba alucinando, pero solo por si acaso volvió a tomar el arco e inspecciono lo que había a su alrededor.

    Pero su pequeña inspección no le aviso del peligro inminente pues el ataque que asesino al guardia la tomo desprevenida, los gritos no se hicieron esperar y el caos logro que se desorientara lo suficiente como para que un tentáculo, parecido a los de un pulpo de color negro, la tomara por la cintura y la sostuviera en lo alto; haciendo que de esta manera sus armas quedaran lejos de su alcance, tendidas en el verde césped.

    A su alrededor todos corrían, tratando de huir de unos insectos, parecidos a las abejas, que al parecer eran tan peligrosos como el ser que la mantenía imposibilitada de defenderse. Respiró hondo y con la mirada, entre toda la masa de cuerpos moviéndose, busco a su hermano y al pequeño demonio verde que, desde que empezó el terror, se había desaparecido. Una mueca de dolor surcó sus labios cuando la presión del asqueroso tentáculo se hizo más fuerte, debía salir pronto de esa trampa.

    Las sirenas de la policía humana podían escucharse no muy lejos del lugar, pero eso en lugar de tranquilizarla hizo que se preocupara aún más. Ellos no podrían hacer nada pues a lo que se enfrentaban era a un demonio, no a un demente humano, si llegaban ese parque se convertiría en un campo de sangre, desesperada buscó con la mirada al bueno para nada de Jaken, encontrándolo escondido detrás de un árbol, peleándose con más de esos insectos que al parecer eran venenosos.

    –¡Jaken, dame mi arco y una flecha!

    El pequeño youkai la miró, debatiéndose seguramente entre salir corriendo y salvar su pellejo o ayudarla a salir del problema en el que estaba metida. Corriendo llegó al lugar en donde anteriormente estuvieron y le lanzó el arco y las flechas, pero antes de que le legaran a ella, una repentina ventisca los lanzo lejos de ella. Kagome miró sobre su cabeza y descubrió a aquella mujer que había visto sólo en dos ocasiones y que de alguna manera estaba relacionada con Sesshomaru. Kagura se encontraba sobre una enorme pluma y al agitar el abanico que llevaba en la mano producía fuertes ventiscas, el furor inundó a la azabache, pues esa mujer, ese demonio también había intentado deshacerse de ella aquel día que intentaba salvar a su hermano. ¿Acaso sólo quería quitarla del camino para quedarse con Sesshomaru?, ¿Oh el sólo era otro medio para llegar a la Shicon no Tama?

    Movió la cabeza incrédula, no era hora de que se pusiera en pensar en eso, debía encontrar la forma de seguir con vida, de proteger a la perla y a todos los seres humanos que estaban pagando por la codicia de unos cuentos. Aquel ataque, además ponía en riesgo la tregua entre humanos y youkais; ¿Qué es lo que se proponían no este ataque?, ¿matar dos pájaros de un tiro?

    De pronto sintió que el agarré en torno a su cintura se aflojaba y que la gravedad la jalaba hacia el suelo. Antes de caer, unos fuertes brazos la aferraron y la hicieron volar por los aires, alejándola por un momento del peligro. Cuando estuvo a salvo y se encontró en tierra firme, miró a su salvador; Koga se encontraba frente a ella y la miraba con una mezcla de preocupación y furia.

    –¿Qué diablos haces aquí y sin protección alguna?

    –Koga este no es momento para pelear, hay que salvar a toda esa gente… –Ella intento avanzar pero él se lo impidió.

    –Tú debes irte de aquí, es a ti a la que busca esa cosa, regresa a la mansión de Sesshomaru y resguárdate ahí.

    Dicho esto se alejó corriendo, varios youkais ya intentaban controlar a aquel ser que se cubría con la piel de un mandril, no podía vérsele la cara por lo que la identidad del codicioso villano permanecía oculta; estuvo a punto de obedecer a Koga, cuando notó que Kagura no dejaba que ningún youkai se acercara al demonio que, ágilmente llevaba sus tentáculos a donde ella se encontraba.

    Por un momento un escalofrío causado por el terror la invadió y unas terribles ganas de correr la invadieron, pero Kagome Higurashi no era una cobarde y no comenzaría a serlo ahora. Avanzó hacia el lugar donde cayeron sus armas y antes de que la alcanzara aquel asqueroso tentáculo, lanzó una flecha sagrada en dirección al cuerpo del villano que ahora masacraba a los seres ahí presentes. Koga a penas y era capaz de esquivar las dagas que esa mujer le lanzaba, con tan sólo sacudir su abanico, la azabache también lanzó en su dirección una de sus flechas, destrozando parte de la pluma en la que volaba y parte de su arma.

    Ambas mujeres se miraron, las cosas estaban por ponerse interesantes, por lo pronto Kagome ya conocía a sus dos enemigos y eso de alguna forma ya era una ventaja; ya no pelearía a ciegas.


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    ivana

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    kagome rules!
    pero siempre se tiene que meter en problemas primero u.u enserio que no aprende. pero bueno asi es ella. a sesshito le va a dar un ataque cuando se entere, aunque esos ataques son iguales que fruncir el ceño y andar molesto, bueno asi es el u.u

    jaken es un completo cobarde, y donde quedo souta?
    bueno espero el proximo capitulo
    besos
     
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    Roxii Cullen

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    gracias por avisarme! esto cada vez se hace más interesante... me encantaría ver un poco de ese gran poder que Kagome presume, apuesto que es asombrosa y si Sesshomaru apareciera para ver eso ¡seria maravilloso!
    Ya quiero leer la continuación y me alegro que Souta siga amenos un tiempito allí; es una lastima que mataran al guardia :/ pero lo bueno es que no fue nadie más, ni siquiera Jaken, no seria lo mismo sin el.
    Me entuciasma que la relación entre Sessh y Kagome vaya aumentando un poquito... ósea, el le permitió algo, paso a paso, hahaha.
    Avisame a la proxima, vale y saludos.
    PD: detesto a Kagura ¿podrías hacerle algo realmente vergonzoso y terriblemente gracioso antes de matarla? porque tienes que matarla, o más bien Kagome debe matarla o moriré yo, literalmente.
     
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    lady of the moon

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    gracias por actualizar
    esa kagome de verdad que no aprende la leccion o le gusta el peligro y segun ella no la hiban atacar aplena luz del día que ingenua

    ja ya me imagina la GUERRA que va a tener con sesshomaru cuando se entere y en todo esto donde se fue souta en nigun momento lo mencionaste que paso con él

    espero conti pronto kiss
     
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    Catalina no

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    :oo
    Va a pelear con Kagura, la ex amante de Sesshomaru.
    Matala kagome matala! xd
    Ese Koga *-* siempre tan bueno, protegiendo a Kagome, el todavia la quiere :c
    Kagome debería sacarle celos a Sessho e_e jsdfnkdkfnsdkngdfg Para que la deje de tratar tan friamente >:c
    Bueno espero con ancias la continuación >w< Eso Chaaau
     
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    Kikuz-sama

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    Hola chicas disculpen la demora pero gracias a algunos inconvenientes con el tiempo na había podido actualizar, prometo tratar de hacerlo más seguido, claro si no se me presentas más inconvenientes (como de costumbre) xD
    Les doy la bienvenida a los nuevos lectores y a los antiguos; gracias por tomarse el tiempo de leer esta su historia :D
    Ahora sin más les dejo la conti, espero sea de su agrado...

    CAPITULO 16
    “TRETAS”

    Un silencio sepulcral reinó en el lugar, por un momento ambos demonios sólo se dedicaron a mirarla y ella a hacer lo mismo, tratando de deducir que es lo que a continuación harían. Pero su espera no la salvó del siguiente ataque que los dos youkai realizaron en su contra, Kagura, habiendo regenerado su abanico, lanzó contra ella las cuchillas que de su arma salían, mientras que el demonio cubierto con la piel de mandril, dirigía también en su dirección, esos tentáculos implacables.

    Fue incapaz de moverse, simplemente colocó un campo de protección, esperando, casi rogando porque este resistiera lo suficiente. Pero la fuerza del impacto la debilito y su cuerpo fue arrojado por los aires a causa de la explosión que produjo el ataque. La azabache se encontraba desorientada, se golpeó la cabeza con un árbol, el mismo árbol en el que Koga la dejó y le ordenó escapar. Cerró los ojos un momento y respiró con fuerza, necesitaba levantarse e ir a cualquier lugar que le ofreciera un refugio, pero era incapaz de moverse.

    Pronto sintió como su cuerpo era elevado en el aire, creyó estar a salvo hasta que su vista se aclaró lo suficiente para poder observar que de nueva cuenta, ella se encontraba en poder de aquel villano, que no conforme con poder solo llevarse la Shikon no Tama, intentaba torturarla y matarla lentamente.

    –Creí que serías una digna rival, pero no eres más que una simple humana –Exclamó aquel ser que al termino de sus palabras volvió a arrojarla lejos.

    –¿Quién eres tú?

    –Mi nombre es Naraku.

    ¿Naraku? Kagome intentó recordar de donde había escuchado tal nombre, pero en la condición en la que se encontraba, era incapaz de albergar cualquier pensamiento coherente. La azabache comenzaba a albergar un miedo irracional por su vida, tenía ganas de correr lejos y alejarse lo más posible de ese destino al que estaba condenada desde que la perla se le fue entregada. Ella lo sabía, siempre tuvo el conocimiento de que algún día moriría de aquella manera, pero, ahora que veía tan cerca y clara la cara de la muerte, estaba aterrada pues no deseaba morir, por lo menos no en ese momento y de aquella manera.

    –¡Kagome! –Hasta sus oídos llegó aquella llamada y giró en dirección de aquel que pronunció su nombre.

    Al principio no fue capaz de reconocer nada, su visión se encontraba desenfocada y borrosa; cerró los ojos un momento y respiró hondo. Al abrirlos y observar lo que a su alrededor se encontraba, no fue capaz de creer lo que pasaba, la calma había regresado y tal parecía que ningún ataque se había suscitado. No muy lejos de la azabache se encontraba Souta, Jaken y el guardia comiendo el helado que les compró; las personas que se hallaban en el parque, continuaban con sus actividades normales.

    Pero aquello no podía ser cierto, Kagome había visto como esos entes que ahora corrían despreocupados por el verde césped, eran masacrados por esos youkai que la atacaron, que seguramente buscaban la Shikon no Tama. Movió la cabeza, llevó su mano a la joya que pendía de su cuello y la miró, estaba intacta y segura. Eso no estaba bien, ¿Qué es lo que estaba pasando?, ¿Acaso se trato solamente de una alucinación?, ¿Qué diablos le ocurría?

    Caminó hacia donde estaban sus acompañantes y se sentó junto a ellos. No dijo ni hizo nada, sólo se limitó a observarlos, estaba confundida y tal vez más asustada de lo que realmente debería. Suspiró y volvió a observarse, ¿Dónde estaban las marcas de la batalla?, ¿Los moretones o el dolor? Algo estaba mal pero no podía encontrar que es lo que estaba fuera de lugar.

    –Kagome…

    Levantó la cabeza y en su campo de visión entró un ser que no debería estar ahí. Sesshomaru tendía una de sus frías y elegantes manos hacia ella, la azabache la miró desconfiada pero la tomó y el albino la ayudo a ponerse en pie. Kagome no comprendía, el ambarino odiaba a los humanos y ese parque estaba lleno de ellos, ¿Qué es lo que hacía en un lugar que él consideraba indigno? Sucedía algo raro, Sesshomaru jamás se tomaría la molestia de buscarla y menos en un lugar como aquel, frunció el ceño y lo miró, tratando de encontrar algo que le dijera que es lo que realmente pasaba. Pero como de costumbre su rostro no decía nada.

    –¿Qué haces aquí?

    –Entrégame la perla –Exclamó inexpresivo.

    Kagome dio un paso hacia atrás, eso era más que raro, eso era poco común y probablemente la cosa que jamás imaginó que ocurriría. Colocó la mano en la Shikon no Tama y se mordió el labio; para entregar la perla, esa joya tan valiosa que se le fue otorgada para que la cuidara, debía conocer y confiar ciegamente en esa persona. Aquí era el mismo Sesshomaru Tashio el que solicitaba que se la entregara, él, el ser más poderoso del mundo y él que probablemente la mantendría sin ningún problema segura a aquella joya, era quien se la solicitaba, pero… aquí había algo que no cuadraba.

    –¿Para que la quieres?

    El albino no dijo nada, simplemente se limitó a observarla con esos ojos dorados que a veces eran tan hermosos como el mismo sol y otras, tan fríos como el mismo hielo. Dio otro paso hacia atrás y él a su vez, hacia adelante; Kagome no estaba segura de que hacer, él era su guardián, él sabía lo que hacía y el por qué lo pedía, así que…

    –¿Para que la quieres?

    –¿Confías en mi? –Inquirió de pronto, mirándola de una forma diferente, de una manera en la que nunca lo había hecho. Kagome quería decir tantas cosas pero al mismo tiempo ninguna así que opto por quedarse callada y aguardó –Si es así, entrégame la perla.

    La azabache lo miró y tomó una decisión. Confiaba en Sesshomaru pues él, ya sea bien o mal, siempre procuraba mantenerla segura y aunque era intransigente, un imbécil la mayor parte del tiempo, Kagome estaba dispuesta a confiarle su vida pues, de alguna forma, aunque el albino fuera el ser más arrogante y frío que conocía, se había enamorado de él. No sabía cómo, no sabía el por qué, solo estaba segura de una cosa, aunque le llevara la contraría Kagome confiaba ciegamente en él; pero aquí existía un grave problema.

    –Confió en Sesshomaru –Susurró al mismo tiempo que se quitaba la perla y la sujetaba con una mano frente a los ojos de aquel demonio. Lo observó, miró esos ojos que siempre se encontraban inexpresivos y comprobó algo que estaba segura, jamás encontraría en esos orbes dorados que a lo largo de este corto tiempo había aprendido a conocer. En esos ojos había codicia.

    –¡Dámela!

    –El único problema aquí, es que tú no eres Sesshomaru.

    Dicho esto, tomó su arco y una de sus flechas; tensó la cuerda y disparó. En ese instante todo cambió, a su alrededor la ilusión se desvaneció y la realidad apareció. A su alrededor podía verse el campo manchado de sangre y los cuerpos inertes de inocentes, la escena era terrible, parecía sacada de una historia de terror. Frente a la azabache se encontraba ese malévolo demonio que mantenía en lo alto a Koga quien a penas y era capaz de mantenerse consciente, su cuerpo se encontraba maltrecho y lacerado, seguramente debido a las cuchillas de esa mujer. Kagome se movió con dificultad y lanzó una flecha hacia el tentáculo, que al ser impactado de lleno por la luz purificadora de esta, dejó caer el cuerpo del youkai. La joven corrió hacia él y se hincó a su lado, lo miró y una oleada de dolor y tristeza la invadió. Nunca había visto de esa forma al lobo, ahora estaba al borde de sus fuerzas, indefenso y a punto de caer en la inconsciencia sin la seguridad de despertar.

    –Creí que sería más fácil engañarte pero me equivoque, mi error fue subestimarte…

    De pronto el sonido de una espada cortando piel llegó hasta los oídos de la joven mujer, con los ojos abiertos como platos contempló como el cuerpo del youkai caía frente suyo y desaparecía, dejando como huella de que de verdad había estado ahí una simple marioneta. Por su parte la manipuladora de los vientos se alejó a toda prisa volando en su pluma. Kagome miró a quien había salvado su vida y en su campo de visión entró ese Daiyoukai que tanto odiaba pero al mismo tiempo, ahora sabía que amaba. No dijo nada, se acercó a ella y la tomó entre sus brazos. La acunó contra su pecho y estuvo a punto de alejarla de todo eso, pero ella lo detuvo.

    –Koga…

    –El estará bien, ya viene todo su equipo.

    Eso la hizo sentir mejor, pero ese pequeño peso que él le quito de encima no era suficiente, estaba demasiado cansada. Quiso buscar a su hermano pero antes de que se atreviera a hacerlo, lo supo, él no estaba ahí. Cerró los ojos y dejó que las lágrimas corrieran, el ataque no había sido fortuito, seguramente Naraku sabía dónde estaría y eso era porque la habían vendido. Ahora ya conocía el nombre del ser al que su hermano servía.

    –Amo bonito, ¿busco al niño?

    –No, él no está aquí –Musitó con la voz rota la azabache.

    Sesshomaru siguió andando y Kagome dejó que la inconsciencia se apoderara de ella pues esto era más de lo que en ese momento podía enfrentar.


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    ivana

    ivana Entusiasta

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    wuao!... estuvo fantastico, por poco me creo que la pelea era ilusion, pero apenas aparecio sesshito, borrado, estaba clarisimo que era una trampa y esa era la ilusion. que bueno que no caiste kagome, por que sino hay si que metes la pata. bueno lastima por lo de souta, pero sesshy tenia razon, lamentablemente siempre la tiene u.u

    bueno espero el proximo capitulo, besos!
     
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    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    lo unico bueno que resulto de esa pelea fue que naraku no se llevo la perla, kagome no se dejo engañar conociendo lo inexpresivo que es el sesshy y que él apareciera justo antes de que la maten

    las malas son en que sauta desaparecio y kouga quedo muy lastimado ahora que pasara cuando despierte kagome como seran las reacciones de todos

    te quedo genial el cap espero pronto el proximo cap
    besos
    no te demores eh......jejeje
     
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    Kikuz-sama

    Kikuz-sama Usuario popular

    Géminis
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    Escritora
    Título:
    Una verdad Inconveniente [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    26
     
    Palabras:
    2109
    Hola chicas, disculpen la gran ausencia pero debido a otras ocupaciones estoy un poco apretada de tiempo, espero que no se hallan olvidado de esta su historia y aun sea de su agrado, sin más les dejo la conti :D

    CAPITULO 17
    “¿HIELO O FUEGO?”

    –Necesitas comer –Insistió por doceava vez la castaña.

    Kagome sólo se limitó a hacer un mohín y girar la cabeza hacia otro lado. Miró la ventana y detrás del cristal observó el cielo azul, otra vez no podía creer lo que pasaba, había encontrado a su hermano después de tanto tiempo y ahora estaba lejos; viviendo y haciendo quien sabe que, condenando de esa forma un poco más su alma.

    Cerró los ojos, las pesadillas estaban de vuelta y cada vez eran peores, a veces soñaba con aquel fatídico día en el que perdió todo, a su madre a su abuelo y a su hermano. Aquel día todo parecía normal, en aquel entonces la azabache era una chica común y corriente, iba al instituto y estaba punto de terminar el bachillerato. Ese día era su cumpleaños número diecisiete, su progenitora había preparado un pastel para Kagome y lo comieron por la noche. Rieron y jugaron, en aquel entonces Souta sólo contaba con seis años, era un adorable niño y la adoración de la chica. Su abuelo le había regalado una caja de adornos, simulaciones de la Shikon no Tama y hasta la fecha aún conservaba esa caja la cual se encontraba en un buro al lado de su cama. Aquella noche, después de que cenaran fueron a dormir, primero había sido un muy buen sueño pero luego se torno oscuro, el humo lo cubrió todo. Cuando la azabache abrió los ojos se encontró rodeada de llamaradas rojas y escuchaba a lo lejos los gritos de las personas que pasaban cerca, al principio no comprendió lo que sucedía pero luego el terror la invadió.

    Salió corriendo de la cama y fue hacia la puerta, intentó abrirla pero la chapa estaba demasiado caliente y las llamas comenzaban a devorar la puerta de su habitación, gritó el nombre su madre y de su hermano pero nadie contestó; entré las sombras un gran ser apareció, un youkai creía Kagome aunque en aquel momento no podía estar segura de nada pues estaba segura de que moriría. En ese momento Inu no Tashio la salvó y desde aquel día ese, su primer estigma se volvió. Cada noche despertaba gritando y llorando, se sentía sola y desdichada; ¿De qué le servía ser la miko más poderosa cuando fue incapaz de salvar a su familia? Su segundo estigma, su segunda pesadilla era aquella visión que la hiedra de la des fortuna le mostró y cuando despertaba, lo hacía más alterada de lo normal pues lo quisiera o no, la única persona que ahora le quedaba era Sesshomaru Tashio. Y su última y más reciente pesadilla era sobre Souta, en sueños ella lo veía asesinando a inocentes o llamándola y vendiéndola a ese demonio, a ese ser que era el culpable de que la vida de inocentes se extinguiera unos días atrás ¿y todo por qué? Por la codicia que despertaba esa joya que de su cuello pendía.

    La puerta se abrió y en el marco de la puerta se detuvo Sesshomaru Tashio, él miró a Kagome pero ella no le regreso la mirada, ya no peleaban pero tampoco hablaban, la azabache había caído en una depresión que parecía quitarle todas las fuerzas que poseía, a penas y era capaz de abrir los ojos y dedicarse a mirar esa ventana que le mostraba un poco de lo que pasaba, de cómo la vida avanzaba aunque ella y su hermano estuvieran condenados.

    –Déjanos solos –Le ordenó el albino a Sango.

    Esa mujer temperamental, que siempre discutía cada orden que se le daba, se fue sin decir nada pues ya no sabía cómo ayudar a Kagome, a esa chica que antes tan rebosante de vida, se convertía de a poco en un zombi. Detrás de ella cerró la puerta y dejó solos a los dos esposos. Sesshomaru se sentó al pie de la cama y la azabache sintió como es que él clavaba esos ojos dorados, ahora más expresivos, en ella. Respiró hondo y dejó de mirar el cielo; clavó su mirada en él y esperó, ninguno de los dos dijo nada por largo rato.

    –Deja de hacer esto –Le ordenó como era su costumbre, el ambarino.

    La azabache frunció el ceño y cruzó los brazos en el pecho. Él no tenía derecho a exigirle nada pues el albino no tenía la menor idea de cómo es que se sentía, claro ahora se ocupada de ella de una forma en la que nunca pudo haberse imaginado, desde aquel día en el que Souta se perdió de nueva cuenta y de que sus pesadillas regresaron, el se mudo a la habitación en la que ahora ella se quedaba pero no es porque de verdad le importara pues él se lo dejó claro ese primer día, sólo estaba ahí porque era la forma más fácil de mantenerla bajo control y que de esa forma lo dejara dormir. Y debía reconocer que desde que Sesshomaru estaba ahí, los malos sueños perdían su intensidad, ya no la asustaban demasiado pues de alguna forma, estando con él se sentía segura.

    Cerró los ojos un momento y se puso en pie; fue hasta el otro lado de la habitación y se detuvo en el que era su escritorio. Miró aquella foto que le enviaron y suspiró con tristeza, ¿Cómo eran capaces de pedirle que siguiera cuando no comprendían el dolor que albergaba su corazón? Kagome lo había perdido todo, a sus padres, a su hermano, a su segundo padre, su libertad… todo.

    –Para ya –Exclamó el ambarino tomándola de los hombros y obligándola a encararlo. La azabache lo miró y el furor se apodero de ella; sacudió los brazos con fuerza y se alejó del agarré del Daiyouikai.

    –¿A ti que te importa? Lo único que te interesa es que no interrumpa tus muy preciadas horas de sueño, así que quiero que te largues. No quiero que esta noche duermas aquí.

    Se dio la vuelta y espero, cuando la puerta se abrió y se cerró se dejó caer en el suelo y lloró, lloró como no lo había hecho, dejó salir todo ese dolor y todo ese rencor. Estaba cansada de anhelar cosas que jamás conseguiría. Cerró los ojos y aferró sus brazos a sus rodillas, permaneció en posición fetal hasta que el sueño la venció pero eso fue otro error. Soñaba con aquella escena, con Sesshomaru tendido en el suelo sin vida y a Naraku estando a punto de darle el golpe final. Kagome corría y corría pero esa incapaz de llegar…

    Los gritos no tardaron en llegar, abrió los ojos de golpe y lo primero que vio fue la terrible oscuridad; no había movimiento, no venía nadie… Se puso en pie y fue hacia la grande cama, se refugió entre las cobijas pero eso no la hizo sentir mejor, se sentía desprotegida y más sola que cuando el Lord se encontraba con ella. Espero una, dos horas tratando de hacer que esa absurda sensación desapareciera pero eso no sucedía, tenía miedo, se sentía como una niña pequeña y sólo había una persona o mejor dicho Daiyoukai que era capaz de hacerla sentir mejor.

    Cerró los ojos y respiró hondo; tomó su almohada y salió de la cama. Abrió la puerta y recorrió el pasillo que estaba delante de ella para llegar a la habitación de Sesshomaru, llegó al final y puso la mano sobre el pomo de la puerta, miró inexpresiva la madera y entró. Del otro lado la pequeña chimenea con la que contaba la habitación se encontraba encendida, miró las llamaradas danzar y a la luz de la luna entrar por la ventana; aquella era una fría noche de invierno.

    Por varios segundos no se atrevió a levantar la mirada por miedo a encontrar esos orbes dorados mirándola enojados pero cuando lo hizo, lo único que vio fue el cuerpo inerte del albino, su pecho subía y bajaba con lentitud. Se acercó con el mayor cuidado y se detuvo frente a él, con los ojos cerrados se veía diferente, menos viejo, menos arrogante y mucho más hermoso. Recordó que alguna vez pensó que Sesshomaru era como una estatua de mármol bella, perfecta pero sin vida y ahora, cuando lo veía dormido, frágil y vulnerable le parecía que eso, ese pequeño rasgo que él no dejaba que nadie viera, fue lo que hizo que se enamorara de ese ser tan arrogante.

    Estiró la mano, esperando poder despertarlo sin que se sintiera atacado o quisiera matarla pero jamás, con todo el cuidado que pudo tener, se imaginó que él estuviera despierto. Sesshomaru abrió los ojos en el momento en el que estaba a punto de tocar su mejilla, la tomó de la muñeca con la mano izquierda y con la derecha de la cintura, para hacerla volar y ponerla del otro lado de la cama. Se colocó sobre la azabache y clavó esos orbes dorados en sus ojos achocolatados.

    –¿Qué haces aquí?

    Estuvo tentada a decir la verdad pero eso, dada la situación sería muy humillante, así que frunció el ceño y tomó la misma actitud que el Lord.

    –No puedo dormir.

    –Eso está claro, tus gritos hace un rato me lo notificaron.

    Ella abrió la boca y volvió a cerrarla, ¿Qué podía decir? Desvió la mirada, no iba a retractarse de lo que dijo anteriormente, pero no quería regresar y dormir sola en su habitación, sentía que miles de demonios la acechaban. Estaba asustada y en ese momento el único que podía mantener a raya a esos fantasmas era él. Así que si quería conciliar el sueño debía tragarse su orgullo.

    –¿Puedo dormir aquí? –Inquirió aunque más que una pregunta parecía una súplica.

    Sesshomaru Tashio la miró detenidamente y esperó más de lo que ella había considerado. La miró y se recostó al lado de ella, eso Kagome lo considero como una buena señal, por lo menos no le había exigido que se fuera.

    –Solo por esta noche.

    La azabache sonrió, sólo necesitaba tener esta noche segura, después ya se las apañaría. Cerró los ojos y sintió como el Lord la tomaba de la cintura y la acercaba a él, Kagome se recostó en su pecho y se entregó a sueño; no sin antes pensar que tal vez todo lo que pensaba sobre el albino estaba de alguna manera equivocado, para ella el ambarino antes era un cubo de hielo, siempre frío y calculador, incapaz de sentir nada por nada ni por nadie… Pero ahora la chica creía que él era como el fuego, si bien era cierto que era capaz de destruirlo todo, también proveía una fuente de calor y protección.

    Tal vez, sólo tal vez él no era tan malo después de todo.

    Gracias y lindo día!!
     
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  18.  
    vampii

    vampii Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    6 Octubre 2009
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    Pluma de
    ¡Hola! :D me ha gustado el capítulo...
    me ha preocupado un poco el que Kagome esté en ese estado tan depresivo... no puede descuidar su salud... ->.<-podrían atacarla y así no estaría en condiciones de defenderse e.e
    me alegro mucho de que Sesshomaru la cuide... el final ha sido muy tierno ->.<- <3 me ha encantado.
    Uff... ¿Qué pasó con Souta? es una pena que se lo llevaran... ahora que se había reencontrado con su hermana T_T espero que esté bien... y esas pesadillas... ah... pobre... lo mal que lo está pasando u.u
    bueno...
    Esperaré con ansias el próximo capítulo :)
    bye ;)
     
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  19.  
    Roxii Cullen

    Roxii Cullen Iniciado

    Leo
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    26
    Pluma de
    Escritora
    :O!!! esto es muy lindo.
    es mi capitulo favorito hasta ahora.
    Pense que el se dormiria y le daria la espalda, pero no fue así. :D
    me encanta como va la trama, te felicito.
    Ya queremos saber que nos tienes en el próximo capi, saludos :D
     
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  20.  
    Valentina RL

    Valentina RL Iniciado

    Tauro
    Miembro desde:
    4 Marzo 2013
    Mensajes:
    8
    holaaaaaaaaa me a encantado este capitulo, bueno todos pero el hecho de ver como es frio sesshomaru pero a la vez le das un toque de calidez, me hace engancharme mas con esta historia! espero y puedas seguir continuandola porfavor ! saludos y sigue subiendo capitulos jeje es mas una suplica que una propuesta =( xD
     
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