One-shot de Inuyasha - San Valentín en la Época Feudal (InuKag)

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Mana, 13 Febrero 2024.

  1.  
    Mana

    Mana Equipo administrativo Líder de Orientadores Orientador

    Virgo
    Miembro desde:
    21 Diciembre 2015
    Mensajes:
    1,645
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    San Valentín en la Época Feudal (InuKag)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2542
    —¡Kagome! Date prisa —dice Inuyasha saliendo del pozo—. No comprendo porque cada vez traes más cosas.
    —No me reclames y ayúdame —Kagome dice mientras trata de salir del pozo con su enorme y pesada mochila, Inuyasha sin decirle nada toma la mochila y se la coloca encima.
    —¿Me vas a explicar que traes hoy?
    —No, no te lo diré, es sorpresa —Kagome le responde con una sonrisa.
    —Cómo quieras —responde el híbrido de mala gana.

    Inuyasha y Kagome se dirigían hacia la aldea donde los esperaban sus amigos, para ello debían caminar un poco entre el bosque al menos por unos cinco minutos, Kagome aprovecho el momento para captar la atención de Inuyasha.

    —Oye, Inuyasha ¿sabías que de dónde yo vengo el día de mañana es un día muy especial?
    —¿Qué quieres decir con eso?
    —Verás, el día de mañana es el Día de San Valentín y todas las chicas solemos dar regalos a los chicos que son muy importantes para nosotras.
    —¿Y eso qué tiene de interesante? —responde de mala gana haciendo que Kagome frunza el ceño.
    —¡¿Puedes dejar que termine?! —ella le reclama.
    —Adelante, pero a mí eso no me interesa.
    —¡Eres un tonto! —le grita Kagome.

    Inuyasha y Kagome finalmente llegan a la aldea, donde los esperaban la Anciana Kaede en su cabaña junto al Monje Miroku, Sango, Shippo y Kirara.

    —¡Kagome! —saluda Shippo emocionado mientras corre hacia Kagome mientras esta lo carga entre sus brazos.
    —Bienvenida nuevamente, señorita Kagome —saluda Miroku.
    —Gracias amigos —dice la chica con una sonrisa-. No he traído mucha comida el día de hoy, así que quizá sea buena idea que el Monje Miroku e Inuyasha vayan a buscar algo para comer esta noche.
    —¡¿Qué?! —grita Shippo.
    —¿No trajiste comida ninja esta vez? —pregunta Inuyasha angustiado.
    —Sí traje, pero no la suficiente, así que es mejor que guardemos y utilicemos la comida que traje cuando realmente nos encontremos en apuros.
    —¿Entonces por qué pesa tanto tu mochila hoy? —Inuyasha toma la mochila y estaba dispuesto a abrirla para ver que era lo que pesaba tanto.
    —¡Deja eso ahí, Inuyasha! —le grita Kagome.
    —Déjame ver que traes —le responde Inuyasha a punto de abrir la mochila.
    —¡Abajo! —grita Kagome provocando que Inuyasha termine con la cara en el suelo.
    —¡Kagome! ¿Por qué hiciste eso? —le reclama el hanyou.
    —Debes aprender a respetar mis cosas —le vuelve a reclamar ella—. Ahora vayan y no vuelvan hasta que hayan traído la cena.

    Kagome empuja fuera de la cabaña a Inuyasha y a Miroku, quedando solos únicamente Sango, Shippo y Kagome, la Anciana Kaede había salido a ayudar a algunos aldeanos por lo que no volvía por un largo tiempo.

    —Kagome, ¿pasa algo? ¿Por qué sacaste de esa manera a los muchachos? —le pregunta Sango.
    —Créeme, fue por una buena causa —le responde Kagome abriendo su mochila y sacando una gran cantidad de cosas.

    De la mochila de Kagome salieron: cartulinas de colores, marcadores, lapices, hojas de papel y muchos más materiales.

    —¿Qué es todo esto? —pregunta la exterminadora extrañada.
    —Mañana es el Día de San Valentín, las chicas debemos regalarle algo especial a los chicos que son especiales para nosotras.
    —¿Eso se hace en tu época?
    —Así es, normalmente solo se regalan chocolates para este día, pero... —Kagome saca una revista de su mochila y se la muestra a Sango—. Leí en esta revista que en otros países se suele regalar cartas de amor para este día, se me hizo una idea muy bonita y única, así que pienso replicarla.
    —¿Dices entonces que se les regala algo especial a los chicos importantes para nosotras?
    —Así es, eso es mañana 14 de febrero, un mes después, el 14 de marzo en el Día Blanco, le corresponde a los chicos regalarnos algo a nosotras, si el regalo es mejor al que nosotras les dimos, significa que nuestro amor es correspondido —le responde Kagome con emoción mientras comienza a dibujar corazones en la cartulina rosada que traía desde su época.
    —Kagome, ¿y puedo preguntar a quién piensas darle todo eso? —pregunta Shippo con curiosidad, provocando que Kagome se sonroje totalmente.
    —Bueno... yo... -Kagome agacha un poco la mirada por la vergüenza—. Quizá esté pensando en dárselo a cierto mitad bestia.
    —¡¿Hablas de Inuyasha?! —Shippo le pregunta con sorpresa.
    —Sí, pero él no quiso escucharme respecto al Día Blanco, así que aunque yo le regale algo especial a él, yo nunca sabré si soy correspondida —Kagome dice un poco triste-. Pero no importa, lo importante es que quiero que él sepa lo especial que es para mí, no me importa no recibir nada a cambio.
    —Inuyasha es un tonto —menciona Shippo.
    —Oye, Kagome, se oye muy interesante esa tradición de tu época, ¿tú crees que sea adecuado que pueda regalarle algo a cierto Monje? —pregunta Sango un poco avergonzada.
    —¡Por supuesto, Sango! Yo te ayudo.

    Kagome y Sango trabajaron juntas para preparar un hermoso regalo para los chicos, Shippo mientras tanto se ofreció a ser de guarida en la puerta para avisar por si los hombres regresaban.

    —Kagome se esforzó mucho para prepararle una sorpresa a Inuyasha, ella merece que él le corresponda de la misma manera, tengo que encontrar la forma de hacerle saber a Inuyasha acerca de esa extraña tradición sin arruinar la sorpresa de Kagome -dice Shippo para sí mismo evitando que las chicas escucharan que estaba tramando un plan.

    Shippo observa como ellas aún siguen trabajando y decide salir de la cabaña en busca de los muchachos, no tuvo que avanzar mucho para encontrarlos a ambos tratando de pescar unos pescados en el río cerca de la aldea.

    —Supongo que solo nos faltan dos pescados más y terminamos —dice Inuyasha tratando de tomar uno en sus manos.
    —Terminemos con esto pronto, antes de que anochezca —le responde Miroku.

    —¡Oye, Inuyasha! —llega Shippo gritando.
    —Shippo, ¿qué estás haciendo aquí? —le responde Inuyasha.
    —¿Sabías que mañana es un día especial para Kagome? —le grita el pequeño zorro.
    —¿Ah? ¿Tú también sabes sobre eso? A mí no me importan esas cosas, ya se lo dije a Kagome.
    —¡Tonto! Para Kagome sí es algo importante, además, escuché por ahí —dice Shippo acercándose a Inuyasha y casi susurrándole—. Que si una linda chica te da un obsequio el día de mañana significa que le gustas.
    —Yo nunca había escuchado sobre eso —responde Inuyasha con curiosidad.
    —Yo tampoco —menciona Miroku quien también escuchaba la conversación.
    —¡No porque es algo de la época de Kagome!— le vuelve a responder Shippo—. Pero eso no es todo, si una chica te da un obsequio mañana y si tú tienes sentimientos por ella, debes corresponderle a ella con un obsequio mucho mejor dentro de un mes.
    —¿Y por qué crees que todo esto debería interesarme? —dice Inuyasha mientras se cruza de brazos.
    —No lo sé, yo solo escuché que Kagome dijo eso y yo solo quería que lo supieras —dice Shippo dándose la vuelta y luego habla burlonamente—. Bueno, ya me voy, apresurense a pescar porque tengo un hambre.
    —¡Pequeño malcriado! —le grita Inuyasha mientras ve como se va.

    Pasada una hora, finalmente Inuyasha y Miroku regresan con una maravillosa pesca, para todo esto, las chicas ya habían terminado su trabajo y ya se encontraban preparando el fuego para asar los pescados.


    A la mañana siguiente, Kagome se levantó muy animada, vio a su alrededor y vio a Sango y Shippo aún dormidos, Miroku también se encontraba dormido sentando en una esquina, cuando vio al lado de ella se encontró con la mirada de alguien que la observaba fijamente.

    —¿Pasa algo, Kagome? —le pregunta Inuyasha con tranquilidad.
    —No, estoy bien —ella le responde con una sonrisa.
    —Bien, después de comer nos marcharemos, aun tenemos una larga búsqueda.
    —Sí, entiendo —le responde ella y después de pensar unos segundos vuelve a hablar—. Oye, Inuyasha, ¿podemos salir un rato a caminar un poco mientras esperamos que los chicos se despierten?
    —¿Quieres salir a caminar? —le pregunta Inuyasha confundido.
    —Sí, ¿está mal?
    —No, si eso es lo que quieres, está bien.

    Ambos salen de la cabaña, no sin que Kagome tome su mochila también.
    —¿Por qué la traes? Si solo vamos a caminar.
    —Créeme que la necesitaré.

    Inuyasha estaba muy confundido con la actitud de Kagome, pero trató de no darle importancia.

    —Oye Inuyasha, ¿a ti te gusta la naturaleza? —pregunta Kagome mientras caminaban por el bosque tratando de iniciar una conversación.
    —Qué pregunta tan tonta, por supuesto que me gusta.
    —¿Y hay algo más que te guste a parte de eso?
    —Veamos —Inuyasha piensa un poco—. Me gusta la comida ninja.
    —¿Y algo más?
    —Me gustan las batallas —responde Inuyasha con emoción, la cara de Kagome era de irritación, pues para Inuyasha al parecer le costaba ser romántico.

    Kagome permaneció unos instantes en silencio, no sabía cómo iniciar, así que lo pensó por unos instantes y decidió dar el primer paso ella yendo al grano.

    —I... Inu... Inuyasha- dice con dificultad mientras comenzaba a sonrojarse.
    —¿Y ahora qué pasa? —responde Inuyasha con irritación.
    —¿Recuerdas lo que te dije ayer acerca del Día de San Valentín?
    —¿Eh? —Inuyasha lo piensa un poco y trata de recordar sobre lo que Kagome y Shippo le dijeron ayer, cuando se recordó de que se trataba, él no hizo más que sonrojarse.

    Kagome se quitó la mochila y la colocó en el suelo, la abrió y de ella sacó una tarjeta en forma de corazón, decorada con varios colores y en el centro del corazón habían unas iniciales "I y K", también sacó unos chocolates de los más caros y de mayor calidad (honmei-choko) en Japón la calidad del chocolate es importante, mientras mejor sea la calidad, más importante es la persona para quien los da.

    —¿Qué... qué... qué es todo eso Kagome? —Inuyasha tartamudeó al ver a Kagome sacar todo esto de su mochila.
    —Inuyasha... feliz día de San Valentín —. Kagome le entrega las cosas a Inuyasha mientras su cara está totalmente roja.

    Él recordó todo lo que un día anterior le habían contado sobre el significado de que una chica le diera un regalo este día, es por eso que su cara se enrojeció totalmente y no sabía como reaccionar.

    —Ka... Kagome...

    —¿Y bien? ¿Ahora que harás, Inuyasha? —se oye la voz del Monje Miroku atrás de él, mientras se acerca junto a Sango y Shippo.
    —¿Ustedes estuvieron observándonos? —le reclama Inuyasha.
    —¿Vas a corresponderle a Kagome? —vuelve a preguntar Shippo.
    —Cállense, eso no les incumbe a ustedes —responde Inuyasha aún sonrojado.
    —Tome excelencia, esto es para usted —dice Sango entregándole un corazón con unos chocolates al Monje.
    —Sango, eres muy amable, créeme que para mí es un honor que una mujer tan hermosa como tú se haya tomado la molestia de pensar en mí —Miroku abraza a Sango y aprovecha para colocar su mano en su trasero, provocando que ella dé un pequeño salto, en el momento Sango reacciona dándole una bofetada.
    —No es nada, excelencia —responde Sango irritada.


    Pasa casi un mes y quedan pocos días para el Día Blanco, Inuyasha no estaba muy seguro de cuando era esto, pero Miroku sí, a él se le dificultaba mucho estar al pendiente de esto, pero cuando recordaba que Kagome se había tomado el tiempo para prepararle algo a él, sabía que quería responderle de alguna manera especial, ya que si era importante para Kagome, era importante para él también.

    —¿Tienes pensado algo en específico, Inuyasha? —le pregunta Miroku quien se encontraba sentado en el pasto esperando que las chicas volvieran de tomarse un baño en el río.
    —No lo sé exactamente aún —Inuyasha quien se encontraba recostado al lado de él, se dio la vuelta dándole la espalda y refunfuña—. Estas cosas son muy complicadas para mí.
    —Bueno, piensa rápido porque ya es mañana.
    —¡¿Qué?! ¡¿Ya es mañana?! —Inuyasha se levanta exaltado por las palabras de Miroku.
    —No me digas que aún no sabes como responderle a la señorita Kagome.
    —¡No es eso! Yo tengo muy claro eso, es solo que... —Inuyasha habla un poco más preocupado—. No sé si sea suficiente para Kagome después de todo lo que se esforzó ella.


    A la mañana siguiente, Kagome se despertó primero como de costumbre, como habían dormido a la intemperie ella procuraba levantarse antes para guardar todas sus cosas, pero cuando vio a su alrededor no encontró a Inuyasha, por lo que ella se levantó y comenzó a buscarlo; cuando no lo vio cerca se adentró un poco dentro del bosque. Ella caminó un poco y no tardó mucho en poder encontrarlo, a lo lejos vio a Inuyasha cortando algunas flores que habían por ahí, Kagome se quedó sorprendida al ver esto, ya que era algo totalmente inusual en Inuyasha.

    —¿Qué estás haciendo, Inuyasha? —pregunta Kagome mientras se acerca a él, esto hace que Inuyasha dé un brinco y su cara se ponga roja.
    —Ka... Kagome... —Inuyasha tartamudeó y sin poder decir nada, acercó las flores a Kagome para entregárselas.
    —¿Son... para mí? —le pregunta Kagome con una sonrisa y sus mejillas sonrojadas.
    —Esto es... por lo del otro día —responde él sin darle la mirada.
    —¿Por lo del otro día? —Kagome lo piensa un poco—. ¡Ah! Te refieres a lo del Día de San Valentín, ¿lo haces por lo del Día Blanco?
    —No lo sé, yo solo... —dice Inuyasha pero es interrumpido por el abrazo de Kagome.
    —¿Eso significa que sí me quieres? —le pregunta Kagome mientras lo abraza.

    Inuyasha la rodea con sus brazos y apoya su cabeza sobre la cabeza de ella.

    —¡Tonta! ¿Acaso dudas eso?
    —No creí que te importara lo del San Valentín y el Día Blanco.
    —Oye, Kagome —Inuyasha llama la atención de Kagome provocando que esta levante la mirada y lo vea a los ojos.

    Cuando Kagome levanta la mirada para ver el rostro de Inuyasha, él aprovecha esto y posa sus labios sobre los de ella de manera inesperada, Kagome estaba tan sorprendida por el beso de Inuyasha, pero mientras pasaron los segundos ella pudo reaccionar y poco a poco cerró sus ojos para disfrutar del beso que su amado Inuyasha le estaba dando, de esta manera ella le correspondió. Cuando se separaron del beso, Kagome volvió a abrazar a Inuyasha y él la abrazó de igual manera con fuerza.

    —Inuyasha... sí lo recordaste.




    EXTRA:

    —Qué bonito, Inuyasha por fin tuvo el valor de demostrarle su amor a Kagome —Sango suspira y luego habla de forma despectiva—. Como quisiera que cierto Monje hiciera lo mismo.
    —¿Hablas de mí? —responde Miroku quien junto a Sango veía a lo lejos la escena de Inuyasha y Kagome.
    —Únicamente conozco un Monje —le responde Sango.
    —Mi querida Sango, me duele mucho que creas que me he olvidado lo nuestro.
    —¿Cómo dice? —Sango se sonroja un poco ante las palabras del Monje.

    Miroku se acerca a Sango y sin dudarlo la toma de la cintura y le da un suave beso, Sango queda perpleja ante la acción del Monje y cuando se separan la chica se queda sin palabras.

    —Excelencia... yo...
    —No digas nada, Sango, tus acciones dicen más que mil palabras.

    Sango se quedó sonrojada tras el beso, Miroku se dio la vuelta para regresar a la aldea, mientras, iba con una sonrisa triunfadora <<un beso, el regalo perfecto, nunca falla>> él piensa y continúa su camino.
     
    Última edición: 13 Febrero 2024
    • Adorable Adorable x 1
  2.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

    Leo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2010
    Mensajes:
    3,827
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Me encantó toda la trama pero especialmente el final con Miroku y Sango... maldito monje abusivo pero al menos sabía tratar a su chica con todo amor cuando le era necesario (aunque parezca raro ellos me gustaron más como pareja a pesar de que Sango era re tóxica pero porque Miroku le provocaba celos, muchos celos con su actitud mujeriega)

    En fin, no me queda más que desearte a ti y a todos en el foro que disfruten el resto del día, que el amor inunde sus vidas y las amistades nunca falten.
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso