1.  
    Ahome Dea

    Ahome Dea Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    17 Febrero 2006
    Mensajes:
    267
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Sacrilegio
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    6404
    re: Sacrilegio

    Hola, por fin les traigo la conti, es la que se me hizo más pesada de escribir, y no garantizo que les guste he, pero los siguientes capítulos ya tienen más emoción, al fin, al fin... jeje.

    Kotono - Que bueno que te gustara el anterior, espero este también. Sip, yo querría esa habilidad jeje, pero lástima, es sólo una fantasía. En cuanto a lo que dijiste de Tsubaki, acertaste, la verdad que conocía quedó enterrada. Espero te guste el cap.

    SESSHOGRISS - Hola mi fiel lectora jeje, pues sip, aquí verás más de ese sesshoumaru. Espero te guste, adora a su hermana. Y ojalá y no te aburras, pronto vendrá lo emocionante, de hecho empieza en el siguiente capítulo.

    Ami Hoshi - Hay qué pena, mira lo que dijiste en tu comentario pasado y ve con lo que salgo, este capítulo está algo pesado, pero bueno, interesante supongo que está y eso le gana a lo pesado jeje. En cuanto a tu duda Naraku e Inutaisho la resolverán para ti en este cap. Espero te guste, jeje también verás que chocho está sesshoumaru.

    Pan-chan - Mi querida PanChan, haces muuuuchas preguntas jeje, y no andas tan mal en lo que supones jeje ya lo verás. En cuanto a la mujer blanca, lamento decirte que no es Kagome, falta aun para que ella aparezca, en cuanto a quien es, lee en el prólogo... el narrador dice que desconoce su nombre, por eso es que a lo largo del fic se le conoce como la mujer blanca. Te dejaré una imágen de ella, es la mamá de sesshoumaru.

    tempest - Qué gusto que te sigas pasando a leer mi fic, sí, tanto Miroku como Tsubaki sufrirán, pero más Miroku, quien es el que está viviéndolo en carne, Tsubaki lo hará tal vez cuando vuelva a ser la misma y haga consciencia del tiempo que ha pasado. En cuanto al narrador jeje, te dejaré con la intriga, descúbrelo n . n.

    Hikari-sama - Sorry, tienesrazón en cuatro semanas sólo pude poner una conti, de verdad trataré de no tardar tanto. Sip, soy mala, Miroku será hijo de Náraku muahahahaha. Espero te guste la conti.

    Bueno, pues vamos, espero les guste, el capítulo de hoy se llama "Creciendo".

    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.

    CAPÍTULO VIII

    .~*Seichou Suru*~.





    Miroku nació, pero ni Náraku ni Tsubaki mostraron interés alguno en él. Para sorpresa de ambas mujeres de Inutaisho, Tsubaki dejó a su hijo en el palacio de los Kuei Jin. Apenas se recuperó del dolor del parto se marchó al Fuji ante la estupefacción de la familia de vampiros, bueno, Náraku no parecía sorprendido, y de hecho hasta se veía complacido. Tsubaki alegó a las otras mujeres que ella era una hechicera y que tenía demasiadas responsabilidades como para cuidar de un bebé. Le pidió a Sonomi se hiciera cargo de él, después de todo, ella ya tenía experiencia, lo mismo dijo a la mujer blanca. De esta manera se iría sin siquiera regalar a su hijo un beso o una caricia y sin que en ella naciera algún día el deseo de irlo a ver.

    Para cuando llegó al Fuji entró a la cámara de Midoriko, la observó un rato.

    - Qué estúpida eres. Mira que haber entregado a ese Kuei Jin la Shikon no Tama… por tu estupidez estás así, ¿y sabes? Ojalá no despiertes nunca.

    Diciendo esto apagó todos los inciensos, todas las velas y salió deslizando fuertemente la puerta. Esa puerta no volvería a ser abierta en cientos de años…

    De los ojos cerrados de Midoriko escaparon unos hilos de lágrimas. Al escuchar esas palabras de su hermana sabía que la Tsubaki que ella conoció y creció a su lado había desaparecido, pero así mismo le dolía saber que sufría, que estaba en algún recóndito y oscuro lugar esperando a ser salvada por ella. “¡¿Pero cuánto falta para eso hermana mía?!” se decía…

    Náraku no sólo había transformado a Tsubaki, sino que había hecho que olvidara que alguna vez fue buena y sobre todo que tenía algo que decir a Inutaisho, había olvidado su temor a ser controlada por él, había olvidado su plática con Midoriko, había olvidado incluso el amor por su hermana. Tsubaki ya no era más que una mujer malvada.

    En el castillo de los Kuei Jin mientras tanto, Náraku observa a su hijo… ya casi amanece, los demás vampiros están durmiendo, no esperaba que pusieran al pequeño en un ataúd, ni mucho menos que lo dejaran en su habitación.

    - Después de todo no es tan mala idea –dice mientras pasea sus dedos por la espesa melena del niño-. Eres muy pequeño, pero sé que te parecerás a mí. Sacaste los ojos de tu madre. ¿Sabes?, no pensé jamás tener un hijo, ni siquiera sé lo que siento por ti. De antemano te pido una disculpa, es lo menos que mereces. Nunca seré un buen padre, así que no esperes eso de mí, tampoco tu madre te querrá mucho, pero tuve que hacer algo con ella, por ser mi sangre te dejaré disfrutar del poder que obtendré con su ayuda. Por lo demás no esperes de nosotros algo que no te daremos. Su decisión de dejarte aquí no es tan mala, podré educarte como un verdadero vampiro, aunque no lo eres del todo. Aquí te llamarían hanyou, mitad humano mitad demonio, porque eso creen que somos, demonios. Pero en términos reales ¿qué eres tú?
    - Dhampiro.

    Por un momento Náraku se sobresalta, no reconoció la voz enseguida, luego su mente la hizo nítida.

    - Vaya, el guardián del oeste ha vuelto.
    - Discúlpame por venir tarde. No estuve presente en el nacimiento de tu hijo.
    - Da igual.
    - ¿Por qué está aquí? –se acerca hasta él.
    - Su madre decidió dejarlo a nuestro cargo.
    - ¿Tsubaki hizo eso? –observa al bebé. Tiene mucho cabello para ser un recién nacido, es de color negro y se aprecia que en el futuro será ondulado, la piel blanca y los ojos azules-. Se parece un poco a ti, pero también a Tsubaki.
    - Mmm, ¿oye, qué dijiste cuando llegaste?
    - Te escuché hablándole al pequeño. Sí, aquí lo llamarían hanyou, pero es un dhampiro. Es mitad humano, mitad vampiro.
    - Dhampiro he…
    - Felicidades hermano, será mejor que ya te metas a dormir, está amaneciendo. Ya te dejo, no podía evitar venir a ver a mi sobrino antes de ir a dormir.
    - Jumb, gracias.

    Inutaisho se marcha, Náraku se mete a su ataúd.

    Al terminarse el día, apenas el sol se ocultó Sesshoumaru despertó, como siempre fue por su hermana, quien a pesar de ser tan pequeñita ya tenía el ataúd que usaría hasta que fuera adulta. La despertó, al verlo los ojos de la pequeña destellaron alegría y estiró sus bracitos para que él la cargase, Sesshoumaru la tomó entre sus brazos y salió de la habitación sin despertar a su padre y a Sonomi. Se dirigió con la pequeña al jardín.

    - Vamos, ven… sé que puedes –le decía Sesshoumaru a la pequeña.

    Nadie podría siquiera imaginar que él hacía eso. Había sentado a la pequeña junto a la fuente y se había alejado un poco. Permanecía agachado y estirando una mano para invitar a Kikyou a seguirlo.

    La pequeña niña se había puesto en pie, estaba deteniéndose del borde de la fuente y veía temerosa la distancia entre ella y Sesshoumaru, quien seguía llamándola.

    Un cuadro muy singular, la personalidad de Sesshoumaru siempre había sido fría e indiferente, pero desde que Kikyou naciera había cambiado un poco a los ojos de los demás. Pero si alguien hubiese visto la mirada que dirigía a Kikyou en ese momento y la hermosa sonrisa que dibujaba en sus labios mientras hablaba cariñosamente a la bebé, jurarían que ese no era él. Ese no podía ser el Sesshoumaru que todos conocían.

    La sonrisa que su hermano le regalaba animó a la pequeña a separarse de la fuente e intentar sostenerse por sí misma, una vez lo hizo, lentamente movió una de sus piernitas y dio un primer paso, abrió sus pequeños brazos para equilibrarse y dio uno más, y siguió así hasta que pudo tomar la mano de Sesshoumaru.

    En cuanto Sesshoumaru sintió las manos de su hermana la abrazó, cargó y comenzó a girar sosteniéndola en el aire.

    - ¡Lo hiciste! ¡Pudiste caminar! ¡Ya caminas!

    La pequeña reía divertida cuando Sesshoumaru pudo oler que algo se acercaba rápidamente al lugar. En el pecho de la pequeña, la perla comenzó a brillar, Sesshoumaru podía escuchar el latido.

    - ¡Maldición! Otra vez –susurró con fastidio.

    La pequeña sólo lo veía confundida. Él la bajó.

    - Estarás segura, no te preocupes, enseguida vuelvo.

    Salió a encarar a ese espíritu que se dirigía a ellos, no fue difícil para él, no era más que un demonio de baja categoría que murió con sólo un zarpazo de Sesshoumaru. Volvió tranquilamente. La niña aun estaba donde la dejó, por primera vez Sesshoumaru vio en los ojos de Kikyou una mirada profundamente triste. A pesar de que era tan pequeña, comprendía por lo que vio Sesshoumaru, que ella era la causante de que esos seres se acercaran tanto, apretaba con su manecita el colgante de la perla y veía a su hermano fijamente.

    - ¿Qué es lo que te pasa?

    No esperó que…

    - Sesshoumaru… -una tenue voz hermosa hizo eco en su oído.

    Se sorprendió, ¿de dónde había venido esa voz? Era tan dulce, tan linda. ¿Quién decía su nombre con esa gracilidad? Ya ni siquiera veía a su hermana, buscaba con la mirada a alguien, a la dueña de esa voz tan bella.

    - Sesshoumaru –dijo nuevamente.

    Sesshoumaru abrió los ojos enormes, lentamente bajó la mirada, la posó sobre Kikyou. La pequeña lo miró y movió sus labios lentamente.

    - Sesshoumaru –dijo una vez más.

    Su sorpresa era demasiada, cargó a la pequeña, lo abrazó y volvió a repetir su nombre. Su primera palabra, la primera palabra que dijera Kikyou, fue el nombre de su hermano.

    - Estás creciendo –dijo Sesshoumaru-. Ya puedes caminar, y ya hablas… estás creciendo Kikyou.
    - Sesshoumaru.

    La pequeña le sonríe y él la observa complacido.

    Inutaisho y Sonomi se complacieron con la noticia de que la pequeña Kikyou comenzaba a hablar y caminar, poco a poco perfeccionó lo que había aprendido. Ya se le podía ver corriendo sola por todo el castillo.

    Sí, habían ataques a la casa debido a los mononokes y youkais, pero hasta ahora no habían sido problema para Sesshoumaru, cuando algo se complicaba Náraku ayudaba, él también cuidaba de la perla, pues estaba convencido de que algún día sería para él, sólo debía esperar.

    Al principio había planeado matar a Kikyou, después de todo sólo era una niña, pero Tsubaki le dijo que no era buena idea, todos buscarían al culpable. Además de que bien sabía que un vampiro sólo puede ser muerto por otro vampiro, si acaso por los conjuros especiales de algunos humanos, pero como ya no atacaban a humanos, lentamente comenzaban a olvidarse de ellos, entonces los otros vampiros se darían cuenta de que él era el culpable, así que decidió esperar, después de todo, la eternidad estaba de su parte.

    Inutaisho pasaba poco tiempo en casa, se había dedicado cien por ciento a cuidar de las aldeas que Midoriko protegía, pronto los aldeanos comenzaron a llamarlo el Dios del oeste. Por la mente de esos hombres jamás pasaría que ese ser que los protegía, era el rey de los Kuei Jin.

    Kikyou día a día acaparaba miradas, a medida que crecía podía apreciarse la hermosa mujer que sería, después de todo era una vampiresa, y otra característica envidiable de los vampiros, aparte de su casi inmortalidad, era su hermosura. Kikyou no sería la excepción, su belleza no tendría punto de comparación a la humana más hermosa. Su madre la adoraba, la mujer blanca la quería mucho, era la razón de su padre para despertar y se había convertido en la razón de ser de Sesshoumaru.
    Para Miroku la suerte no pintaría igual, la vez en que Náraku se disculpara con él, sería la única en que recibiera una caricia sincera de su parte, quienes veían por su crecimiento eran Sonomi y la mujer blanca, poco a poco el tiempo pasó, las noches y los días se fueron.

    En lo que a los vampiros les pareció un simple suspiro, habían transcurrido doce años. Doce años de peleas con mononokes y youkais, doce años en los que Inutaisho había protegido de las aldeas del oeste, doce años en los que Sesshoumaru se había dedicado a cuidar de su hermana, en los que Náraku y Tsubaki ideaban posibles formas de recuperar la Shikon no Tama, doce años en los que Miroku había ido creciendo solo.

    Aunque Sonomi y la mujer blanca lo habían atendido siempre, él se sentía solo. Náraku jamás le mostró cariño, él aprendió por Sonomi que debía llamar padre al hombre que dormía en la misma habitación que él, y cuando alguna vez oyó a Kikyou llamar madre a Sonomi, él dedujo su madre debía ser la mujer blanca, y al llamarla así, Sesshoumaru le hizo saber que no lo era. Preguntó si él tenía una mamá, claro que la tenía, le platicaron de ella y quiso ir a verla, más su padre se lo prohibió. Le impuso como condición que no iría a verla hasta que aprendiera el deslice entre las sombras.

    Como dhampiro que era, no podría adoptar la forma de un animal como los vampiros, pero al menos aprendería a deslizarse entre las sombras. Mientras crecía notó que él podía caminar en el día, los rayos del sol no eran mortales para él. Quizá en ese sentido un dhampiro era más fuerte aun que un vampiro, pero no, su resistencia era menor.

    Él y Kikyou eran buenos amigos, Sesshoumaru no mostraba disgusto por esto hasta…

    - Hermano no puedo –le decía Kikyou.
    - Ningún no puedo, hazlo.
    - Pero es difícil, por más que lo intento.

    Sonomi se encontraba ahí también, ella y Sesshoumaru trataban de enseñarle a Kikyou a adoptar su forma animal.

    - Obsérvame una vez más hija.

    Está de pie, respira profundamente, cierra los ojos por unos segundos y los abre de repente. Ya no son unos ojos cafés, sino negros y rodeados de un color rojo, su rostro parece adoptar una forma diferente y el tamaño de su cuerpo aumenta quedando convertida en una enorme pantera negra.

    - No es tan sencillo como parece.
    - Nadie dijo que lo fuera Kikyou –le dice Sesshoumaru-. También la primera vez fue difícil para mí.
    - ¿De verdad?
    - Inténtalo una vez más.

    Kikyou le sonríe. Respira profundo, trata de concentrarse y comienza a liberar energía. Poco a poco lo va consiguiendo, Sesshoumaru la ve atento, siente curiosidad por saber qué forma tomará.

    Al fin lo consigue, al igual que su madre su forma animal es la de una pantera, sólo que ella es blanca.

    - Lo conseguí –dice y comienza a correr y llega hasta su madre, comienza a pasar su cabeza bajo el cuello de ella.

    Ambas dejan su transformación.

    - Felicidades hija, iré a decirle a tu padre antes de que se vaya.

    Kikyou y Sesshoumaru se quedan solos.

    - Bien hecho.
    - No habría podido sin ti.

    Sesshoumaru le sonríe. De repente…

    - Oye Sesshoumaru, desde ayer quiero preguntarte algo –dice mientras se sienta junto a la fuente.
    - Pregunta lo que quieras, que si está en mis manos responderte lo haré –le responde mientras se sienta a su lado.
    - ¿Qué clase de criaturas somos? –clava sus ojos en los de Sesshoumaru-. ¿Cuál es la esencia de ser un vampiro?
    - ¿A qué viene esa pregunta?
    - Miroku es mi amigo, de hecho lo quiero como si fuera mi hermano -ante este comentario Sesshoumaru gruñe un poco, no le agrada compartir el cariño de su hermana-. Sin embargo, Miroku no es un vampiro. Nuestro padre dice que él es un dhampiro. Es hijo de una humana y de tío Náraku, quien es un vampiro al igual que nosotros. Pero me gustaría saber lo que somos. ¿Somos demonios como dicen los humanos? ¿Podemos ser clasificados como youkais o mononokes? Esas preguntas rondan a mi mente –mientras hablaba de eso su mirada se veía triste, si Sesshoumaru odiaba algo en ella era verla triste-. Me gustaría saber si tenemos un propósito al existir.
    - Los vampiros somos criaturas nacidas de la noche. No somos muertos vivientes como dicen los humanos en sus leyendas de las que nos han hecho protagonistas. Somos criaturas como ellos, nacidas en este mundo porque el creador lo quiso así. Pero no sé si hay un propósito para nuestra existencia. Quizá somos la evolución de la raza humana.
    - Papá me ha hablado de Transilvania. Hermano, ¿ahí es dónde creciste?
    - No. Nací ahí, pero apenas era un bebé cuando llegamos a estas tierras, por lo tanto no recuerdo nada de aquél lugar.
    - Es triste pertenecer a la oscuridad. No quisiera.
    - Es algo que no tuvimos permitido elegir.
    - ¿Sabes? A veces quisiera ser dhampiro como Miroku, o quizá hasta humana -Sesshoumaru la ve atónito-. Miroku me ha platicado que el sol es hermoso y que sus rayos se sienten bien en la piel. Dice que el cielo es lindo durante el día, que los pájaros cantan melodiosamente…
    - ¡En tu vida vuelvas a decir semejante tontería! –dice Sesshoumaru callándola abruptamente, se pone de pie-. ¡Eres una mujer vampiro y debes sentirte orgullosa de ello! Ese hanyou miserable me las va a pagar.

    Kikyou se sorprendió por la manera en que Sesshoumaru le hablaba. Nunca, nunca le había gritado.

    - Miroku no tiene la culpa.
    - Claro que la tiene. Mira que presumirte lo que puede ver por su condición de dhampiro. Kikyou escúchame bien, no quiero que sigas llevándote así con Miroku. Te prohíbo siquiera que le hables.
    - Tú no tienes derecho de prohibirme nada.
    - Claro que lo tengo, soy tu hermano mayor.
    - No eres mi padre.
    - Pues te he cuidado más que él.

    Kikyou guardó silencio. Ciertamente desde que tenía memoria Sesshoumaru había cuidado de ella, y no negaba que incluso quería más a Sesshoumaru que a su padre.

    - Yo… lo siento Sesshoumaru –dice y se levanta también para darle un abrazo a su hermano-. Eres tú quien ha estado pendiente de mí. Tú el que me ha protegido siempre, discúlpame por haberte hablado así.

    Sesshoumaru la abraza, admite para sí que no quiso hablarle de esa manera, pero de igual forma no cambia su pensamiento.

    - Kikyou te quiero más que a todo, no sé qué sería de mí si un día te pierdo.
    - Lo sé. Pero no dejaré de hablarle a Miroku, y perdona. No volveré a hacer cuestionamientos absurdos.

    Se separa de él y se va. Sesshoumaru se queda meditabundo.

    Kikyou salió a caminar por el bosque cercano, a pesar de que lo tiene prohibido lo sigue haciendo ya que le gusta sentirse libre, alguna vez tuvo miedo, pero lo perdió cuando aprendió a usar ataques con poder espiritual, tal como Tsubaki les dijera, ella poseía grandes poderes que un vampiro jamás podría haberse imaginado.

    Caminaba entre los árboles cuando se sintió asechada.

    - ¡¿Quién está ahí?! –giró para ver quién era-. Sé que hay alguien.

    A pesar de que no veía a nadie ella podía sentir la presencia. Se quedó viendo fijamente la sombra de un árbol.

    - ¡Quien seas te ordeno que salgas inmediatamente!

    La sombra comenzó a moverse a voluntad y a tomar forma, por un momento Kikyou se asustó.

    - No vuelvas a hacerme eso –dijo.

    De la sombra había salido Miroku.

    - Lo siento, no era mi intención –le dijo risueño.
    - Sabes que por esta perla hay youkais y monokes que quieren eliminarme, en verdad me asustaste.
    - No era mi intención Kikyou, lo siento.

    Ella suspiró, más luego calló en cuenta de que…

    - Miroku… ya aprendiste a usar el deslice de sombras.
    - Así es.
    - Me da mucho gusto –le sonríe.
    - A mí no tanto.
    - ¿Qué pasa?
    - Mi padre me mintió.
    - ¿Por qué dices eso?
    - Me dijo que cuando aprendiera esta técnica podría conocer a mi madre, pero hoy que se la mostré sólo me dijo que estaba bien, pero se negó a llevarme con ella. Así que tanto esfuerzo no sirvió de nada.

    Kikyou lo observa largo rato…

    - Miroku tengo una idea…
    - ¿De qué se trata?
    - No hace mucho que anocheció, faltan un par de horas para la media noche. Vayamos al Fuji a buscar a tu mamá, yo te acompaño.
    - ¿De verdad Kikyou?
    - Claro que sí. Te esforzaste mucho y claro que valdrá la pena, igual yo, así probaré mi velocidad como pantera.

    Miroku le sonrió y se volvió a transformar en una sombra, Kikyou adoptó su forma animal y ambos se dirigieron al Fuji, ya estaban muy cansados cuando llegaron a las faldas del volcán, Miroku perdió su trasformación de sombra.

    - Ya no puedo seguir Kikyou, ya no puedo más.
    - ¿Pero cómo puedes decir eso? Allá arriba se encuentra tu madre, vamos, tú puedes, no viajamos tanto para que te quedes aquí.

    Él quería seguir, de verdad quería conocer a su mamá, pero ya su cuerpo estaba sin fuerza. Kikyou observó la angustia en su mirada, quería llorar, ella entonces se agachó.

    - Sube a mi espalda –le dijo-. Te llevaré.
    - Kikyou… no, eso es imposible.
    - Hazlo, como pantera poseo más fuerza, sube, tienes que ver a tu mamá.

    Le agradeció con una sonrisa y subió. Ella entonces comenzó a saltar y se apresuró a subir la montaña. Se detuvo al ver una casa.

    - Debe ser ahí.

    Miroku bajó de Kikyou, ella entonces adoptó su forma normal.

    - Por un momento creí que eran mentiras de tío Náraku. No pensé que en verdad una humana pudiese vivir en la cima de este volcán.
    - Ella no es una humana cualquiera, mi madre es una poderosa hechicera… -se dirigió a la casa, Kikyou lo siguió.

    Entraron sin hacer ruido en la primera puerta, pero al pasar por la cortina de piedrecillas inevitablemente hicieron ruido.

    - ¿Quién está ahí? –dijo la bella mujer de largo cabello negro azulado y ojos azul profundo como el cielo nocturno.

    Miroku no articulaba palabra, por fin, ella, ella debía ser su añorada madre. Kikyou no dijo nada, estaba consciente de que era a Miroku a quien le correspondía hablarle.

    La mujer se acercó a ellos, apenas a un par de metros.

    - Les he hecho una pregunta.
    - Yo… -se atrevió a hablar Miroku-. Yo soy… mi nombre es…

    Tsubaki lo veía fríamente, escudriñándolo, había logrado sentir la naturaleza Kuei Jin en ambos, pero le parecía imposible que se tratara de…

    - ¡Mamá! –gritó Miroku abalanzándose a ella dándole un fuerte abrazo-. ¡Mamita soy yo! ¡Soy Miroku! ¡Tu hijo Miroku!

    La mujer se sorprendió, el pequeño la abrazaba fuertemente, le expresaba tanto cariño… como si la conociese desde siempre. Su ser vibró por un instante, pero rechazó el sentimiento que quiso aflorar en ese momento.

    - Así que Miroku he –dijo sin corresponder el abrazo y sin la más mínima emoción-. ¿Se puede saber qué estás haciendo aquí?

    Miroku se separó de ella lentamente.

    - Yo… quería conocerte. Desde hace mucho le pedí a mi padre conocerte y no me lo permitió.
    - Yo le dije claramente que no te quería aquí.

    Esas palabras hicieron pedazos las ilusiones del niño, tanto tiempo rogándole a su padre por verla, y ahora que al fin estaba ahí con ella, ella le decía que no quería verlo.

    - ¡¿Cómo se atreve a hablarle así?! ¿Acaso no tiene sentimientos? –Kikyou no soportó la actitud de Tsubaki
    - Tú… tú eres… -le parecía increíble que no hubiese reconocido la presencia de la Shikon no Tama.

    La esencia que ella recordaba era diferente, Kikyou había cambiado la esencia de la Shikon, tanto que ni ella misma pudo reconocerla.

    - Has cambiado mucho Kikyou –le dijo mientras la veía, ya no era una bebé, pero tampoco parecía una niña, su cuerpo comenzaba a verse como el de una adolescente, sus pechos comenzaban a crecer, sus facciones eran ya bien definidas, su mirada altiva, su porte erguido, su cabello a media espalda, largo, hermoso.
    - ¿Por qué le ha hablado así a Miroku?
    - Eso no es de tu incumbencia.
    - Él ha deseado conocerla con mucha ilusión, por qué tenía que arruinarlo.
    - Yo no le pedí que viniera.
    - Mamá… -ella volteó a verlo-. ¿Acaso… acaso no me quieres?

    Tsubaki guardó silencio, lo observó…

    - No tengo tiempo para ti. Además de que este no es un buen lugar para criar a un hijo. Vuelve con los Kuei Jin.

    Miroku no dijo más. Salió de la casa, no sin antes darle a Tsubaki una mirada de infinita tristeza, llena de dolor y sufrimiento, una mirada de decepción terrible.

    Kikyou se limitó a seguirlo sin decir nada.

    Tsubaki observaba de pie en la puerta como ambos chiquillos se perdían en la nevada, recordó la mirada del pequeño… un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.

    - ¿Qué me pasa? –dijo sorprendida-. ¿Por qué lloro?

    Ni ella misma lo sabía, pero la verdadera Tsubaki había logrado sentir el dolor de Miroku y había sufrido tanto como él. La crueldad de Náraku no tenía nombre.

    Regresaron al castillo casi al amanecer, ambos fueron fuertemente reprendidos. Sobre todo Miroku, le dijeron que él podía sobrevivir al amanecer, pero que haber arriesgado a Kikyou de esa forma había sido muy imprudente de su parte.

    Kikyou les contó lo ocurrido, no podían creerlo. Tsubaki era tan cruel… Sonomi y la mujer blanca fueron más amorosas con Miroku, pero eso no llenaría jamás en su corazón el vacío de sentirse tan solo.

    De distintas maneras, ambos estaban creciendo… estaban aprendiendo de la vida. Siguieron creciendo, siguieron aprendiendo, viviendo.

    Con la ayuda de la sangre sagrada todo peligro humano estaba descartado, pero el peligro de los youkais y monokes iba en aumento.

    Para cuando Kikyou cumplió veinte años dejó de verse cambio en ella, a partir de entonces esa sería su apariencia el resto de su vida. Miroku tampoco envejecería, poseía la sangre Kuei Jin.

    Por ambos pasaron cien largos años que no se notaron en su apariencia. Cien años en los que crecieron en toda la extensión de la palabra.

    Sesshoumaru seguía adorando a Kikyou y ella de igual manera. Habían vivido tranquilos y su vida parecía que no tendría cambios importantes.

    Miroku era ya un hombre, uno muy serio y de apariencia sombría, no había vuelto a intentar estar con su madre, no la buscó más para eso, pero usó su deslice de sombras muchas veces para ir a verla sin que ella se percatara de su presencia. Tsubaki tampoco envejeció, ella era una hechicera hija de un dios, así que su juventud también era indefinida. Las pláticas con Náraku eran algo que Miroku detestaba, difería mucho con él así que prefería evitarlo, se resguardaba en su soledad.

    Ciento veinte años de existencia de Kikyou pasaron para que ella conociera ese sentimiento que te cambia para siempre.

    Luego de crecer, de crecer en tanto tiempo, vendría la verdadera prueba.


    Crecer es la más grande prueba para la existencia, crecer en soledad o en compañía marcará la diferencia.
    La segunda prueba es la más difícil, la que siempre duele, la que siempre hiere, la prueba que se llevará parte de tu alma.
    La más grande prueba de existir… el más grande desafío de la vida, algo muy difícil de aprender.
    Amar…

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    Espero les gustara.
    Hasta pronto!!!
     
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  2.  
    Kotono

    Kotono Fanático

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    re: Sacrilegio

    Triste!
    Pobre Miroku, todo lo que hizo para conseguir una patada de su madre u.u al menos cuenta con una amiga sincera y leal. Lo malo es que a Sesshoumaru le dan celitos x'D pero que se le va a hacer... u.u

    Naraku en verdad hizo estragos con Tsubaki, mira que hasta Midoriko salio pagando eso o,o Muy poderoso, lo admito o.o

    La mujer blanca no tiene nombre? Me da curiosidad eso xD

    Sesshoumaru de niñera... es escalofriante imaginarlo, sinceramente owo

    Espero pronto la siguiente continuacion, te esta quedando maravilloso ^^
     
  3.  
    tempest

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    re: Sacrilegio

    hola, que bien que actualizastes, estaba esperandola ansiosa.
    pobre miroku, debe ser horrible anhelar tanto conocer a tu madre y que ella te trate tan friamente ToT. pobre tsubaki, siento mucha pena por ella, no le deseoa a nadie lo que le susedio.
    me gustan muchos las divagaciones de kikyou, muy tipicas de ella otra cosa dificil de imaginar, es el hecho de ver a seshomaru como niñera.
    sigo amando las poesias del narrador que yo sigo insistiendo que es hombre.
    por cierto, tu dibujo te quedo hermoso, dibujas perfectamente
     
  4.  
    Hate

    Hate Entusiasta

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    Escritora
    re: Sacrilegio

    ¿Qué shit le pasa a es vieja fea de Tsubaki? Con Miroku no se meta, porque muere el día que esté en mi poder; controlada o no por Naraku no hay justificación para ser tan cruel; morirá :'). Sango, ¿Donde me he metido? >:(

    Me gusta mucho la fluídez con la que narraste el capítulo, tu redacción, todo; me encanta cómo escribes.
    Espero que continues pronto el capítulo, ya no puedes escaparte.

    Saludos a mi cuñado :)
    Sigue escribiento, cuidate y recuerda que te amo.
     
  5.  
    SesshMamYash

    SesshMamYash Iniciado

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    re: Sacrilegio

    Hey tu fic está genial, pero tengo muchas dudas, quiero saber si aparecerá el resto de los personajes... adoro a Sesshomaru pero a Inuyasha también y estaría genial que todos aparecieran... tengo varias teorías pero no diré ninguna... mejor que todo siga en suspenso... debo admitir que es la primera vez que sigo un fic tipo SesshKik que supongo yo es la pareja central del fic ¿o me equivoco? En fin, solo espero leer el nuevo capi porque en serio que me has dejado intrigada...
     
  6.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    re: Sacrilegio

    Wiii conti en este fic también !! XD

    Muy dramático el encuentro entre Miroku y Tsubaki ._., te juro que mientras leía mi cabeza reproducía las imagenes, y todo eso gracias a tu excelente narración, te felicito por eso.

    Jaja, como no todo es de color rosa, Sesshomaru y Kikyo tuvieron su primera pelea, me dejaste algo intrigada con eso de la prueba de amor de Kikyo, ¿Se enamorará de Miroku? es el unico que veo disponible a menos que decidas poner a Inuyasha:P, porque supongo que no se va a enamorard e su hermano, por muy vampiros que sean siguen siendo hermanos.

    Bueno, me desanimaste un poco cuando dijiste que todavía falta mucho para que Kagome aparezca ToT, ¿Qué papel desempeñara nuestra simpatica amiga?, tendré que esperar a que pongas conti, que por cierto, no te tardes tanto! procura que no te cierren el fic otra vez o me dará un ACV.

    Conti pronto please, está muy bueno este fic ;)
     
  7.  
    Hikari Azura

    Hikari Azura Usuario común

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    re: Sacrilegio

    hello!!!!!
    jaja he velto!!. pero que le pasa ha esa tipa como se atreve a trata asi a miroku la verdad eso me dio tanto coraje..
    pero ante mano sabemos que es asi por culpa de naraku, que la esta dominando. valla que kikyo se puede convertir en una pantera blanco eso esta genial, me pregunto habra un amor para seshomaru aparte del amor de su hermana?, bueno eso sera a tu criterio; pero lo que si te digo es que me fasino la continuacion a pesar de que me tarde mucho en posteartelo.
    asi que a falta d mas comentaarios me retiro.
    nos estaremos leeyendo pronto.
    bessos.
    tu fiel lectora sesshogriss.
     
  8.  
    Shezzi

    Shezzi Entusiasta

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    re: Sacrilegio

    kiero conti pronto sii???;)
    ese sessho siempre sobreprotector pero cuendo va a aparecer kagome ???? va a aparecer y inu????esas son mis dudas bueno espero conti ^^
    atte: shezzi
     
  9.  
    Mononoke

    Mononoke Usuario común

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    re: Sacrilegio

    Noo, que tristeza con el pobre de Miroku, haber nacido hijo de Naraku y Tsubaki...noo, siendo controlada ToT ¿Cuando será salvada? ¿Cuándo despertará Midoriko?

    Tan lindo Sesshoumaru n_n Tan sobreprotector con Kikyou, y se me hace agua la boca esperando lo que viene...si Kikyou se llega a enamorar, ¿qué hará Sesshoumaru? O_o

    Quiero maaas xD

    Esperaré pacientemente entonces...

    Hmm, yo te había comentado en el anterior, pero al parecer....fue borrado ToT
     
  10.  
    Ahome Dea

    Ahome Dea Usuario común

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    Sacrilegio
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Drama
    Total de capítulos:
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    Palabras:
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    re: Sacrilegio

    Hay, yo sí que no tengo perdón. Lo siento en verdad, me paso con las contis de este fic. Pero despreocupense que ya llevo la tercera parte de la que sigue a esta. Aquí les vengo con un capi lindo n . n se llama "Está enamorada" y espero les guste.

    Kotono -me alegra que la conti anterior te gustara, sí el pobre de miroku se vio obligado a crecer solito por culpa de naraku, pero bueno aun así él es tierno, no como su padre. Espero te guste este capítulo.

    tempest - otra vez me toca disculparme por la demora, y sí, es triste lo que tuvo que vivir miroku, pero nada comparado a lo que otra persona vivirá n . n Sip, kikyou es una filosofa nata. En cuanto a sesshoumaru, compréndelo, es vivir sólo con sus padres, su tío y la esposa de su padre (que raro suena eso) toda su vida, por eso se encariñó tanto al conocer a un nuevo integrante de la familia. Y en cuanto a la imágen, ya quisiera dibujar así ToT lamentablemente no, no es un dibujo mío. Es la madre de Sesshoumaru en el manga, es una creación de la gradiosa rumiko.

    Kirf - gracias por tu apoyo hermanita, es muy importante para mí. Sip, Tsubaki es mala ToT en cuanto a Sango, faltan varios caítulos para que aparezca, aparecerá al mismo tiempo que Ahome. n .n Espero este cap te guste y no sientas celos n. n es sólo su primo, recuerda XD

    SesshMamYash - Bienvenida a fic, que gusto que te gustara, sí lo sé, bievenida luego de tres semanas, lo siento ToT pero aquí vego con conti y a contestar tus dudas. Primeramente... sí, el resto de los personajes aparecerán, no te preocupes y sé paciente. Segundo SesshKik? mmm no presisamente aunque luego verás algunas cosas n . n y si tienes teorías que bueno, significa que lo hago bien n . n pero porfa guardame el secreto.

    Pan-chan - Bueno, aquí está, por fin n . n lo siento, tuviste que volver a esperar mucho. Por cierto, qué es un ACV? En cuanto al cap, noup, no es miroku, se quieren mucho pero no, inuyasha tampoco, al menos no su versión hanyou, y sesshoumaru jeje claro que no, aunque de lo que dices pues... mejor sigue leyendo el fic. Gracias por tus positivos comentarios n . n espero no decepcionarte.

    SESSHOGRISS -holitas, espero vengas a leer la conti, sip, habrá un amor para sessho aparte del de su hermana, pero todo a su tiempo, creeme que sesshoumaru es de los personajes que más sufrián en mi fic, si quieres saber no te despegues del fic n . n

    Shezzi - hola, me alegra que leas el fic, cielos, todo el mundo reclama a kagome, claro que aparecerá, todo a su debido tiempo. Y claro que aparecerá inuyasha, lo adoro, no podria excluirlo. Sólo paciencia.

    Mononoke - qué emotiva n . n sip, sesshoumaru será un problema par kikyou, pero él sólo quiere cuidarla. Y midoriko seguirá tomado una ciesta de unos añitos, hasta ahora lleva 120 años durmiendo XD. Y sí, últimamente borran los posts según porque no tienen suficiente contenido o que tiran para ser spam, ni modos, pero creo que sí alcancé a verlo.

    Bien, espero les guste la conti, aquí va....


    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.

    CAPÍTULO IX

    .~*Koi Shite Iru*~.





    Camina hermosa silueta por senderos oscuros bajo la tenue luz de la luna llena, no debería pero no le importa, no entiende la supuesta debilidad que todos dicen sentir a causa de ella. Por un camino que parece trazado sólo para ella llega hasta un hermoso estanque de aguas termales. El lugar es totalmente mágico, rodeado de cerezos, y el frío de la noche al contacto con la tibia agua del estanque hace formar una bruma encantadora.

    Poco a poco desprende de su cuerpo esas vestimentas no muy comunes entre las mujeres de Japón, su hermosa piel blanca va quedando desnuda. Su belleza es sólo comparada a una Tennyo, si es que no debido a seres como ella es que comenzaron a llamar a tanta belleza “doncella celestial”. Desnudo su cuerpo, delicadamente entra al estanque, se sumerge en sus aguas.

    No lejos del lugar un joven la observa, caminando por el bosque vio pasar a la Tennyo, había oído las leyendas de que las doncellas celestiales bajaban a bañarse a la tierra, y que si él se apoderaba de su chal, la doncella no podría volver al cielo y se casaría con él. La belleza de la mujer que vio en el bosque lo hipnotizó, por esa razón la había seguido y había detenido su corazón el ver a tan hermosa criatura en todo su esplendor. Se acercó lentamente a la ropa de la supuesta Tennyo, que no era otra más que la vampiresa Kikyou, y busca el supuesto chal. Para casualidad, Kikyou usaba algo similar, era una tela no muy conocida en Japón, suave y transparente, una prenda larga que ella enrollaba en sus brazos haciendo adorno al moverlos, al encontrarlo el joven lo toma, está por huir con el cuando observa algo.

    Kikyou nada en el estanque, parece danzar en el agua, parece ser una misma con el agua… su cabello juega a nadar sobre la superficie, sus manos hacen danzar a la bruma, su respiración llena de más bruma el lugar, el viento sopla haciendo desprender pétalos de cerezo que bailan en derredor a la Tennyo, entonces el joven no se atreve a marcharse.

    Kikyou ha notado su presencia, se acerca a la orilla del estanque. El joven siente que su corazón va a salírsele del pecho, entre la niebla del estanque la mujer está frente a él sin más prenda que su cabello que húmedo cubre sus atributos femeninos, ella lo observa.

    - Pe… perdone usted, Tennyo Sama –dice el joven de rodillas ante ella.
    - ¿Tennyo Sama? –a Kikyou le causa gracia que la llame así.

    Lo ve detenidamente, el joven es apuesto, sus facciones son muy varoniles, sus hermosos ojos color madera la detallan completamente, su largo cabello negro como la noche parece reverenciar al joven que se ve también de un cuerpo de adonis. Vestía humildemente, unos hakama rojos blusados en los tobillos, un hitoe también rojo con mangas separadas, un kosode y un obi.

    - Discúlpeme –el joven posa su vista en el suelo.

    Kikyou no dijo nada y comenzó a vestirse, el joven de vez en cuando miraba de reojo a la mujer que lentamente volvía a cubrir su cuerpo con sus ropajes. Una vez terminó, el joven dirigió su mirada a ella y le ofreció en su mano la prenda que planeaba robarse, ella lo vio curiosa…

    - Lo siento en verdad, tome su chal. Ninguna Tennyo merece quedar atrapada en este mundo, su belleza no pertenece a este lugar. Debo confesar que al verla planee robarlo para que no pudiera volver al cielo y así se casase conmigo. Perdone usted, Tennyo Sama.

    Kikyou se había ruborizado ante las palabras del joven.

    - ¿Tennyo dices? No soy una Tennyo –dice mientras toma su chal y lo acomoda en sus brazos.
    - No juegue con este miserable humano, tanta belleza no puede provenir de una humana cualquiera.
    - En verdad me alagan tus palabras, pero no soy una Tennyo. Me llamo Kikyou, y pertenezco a la familia Taisho.
    - ¿A la familia del gran palacio?
    - Así es.

    El joven no podía creer que hubiese humana tan hermosa… sus ojos detallaban cada línea que dibujaba su rostro, cada trazo que definía su cuerpo.

    - Dime tu nombre –no conforme con su belleza su voz también era hermosa.
    - Mi nombre es Yashae, Hime Sama.
    - ¿Hime Sama?
    - Usted debe ser la princesa del palacio. En el pueblo se rumora que son tan poderosos que no se mezclan con nosotros, al único que hemos logrado conocer es al señorito Miroku.

    Kikyou está emocionada, es la primera vez que habla con un humano.

    - Disculpe mi atrevimiento –dice el joven mientras se pone de pie, ve cara a cara a Kikyou-. En verdad parece una Tennyo –se acerca un poco a ella y estira su mano para tocar su rostro. Ella por impulso intenta alejarse-. No por favor, permítame constatar que no sueño, permítame saber que es real.

    Su tibia mano toca la fría mejilla de Kikyou, por vez primera ella siente en su pecho un latir acelerado y siente su cuerpo estremecerse. Qué diferente era la caricia de ese humano a las caricias recibidas de su familia, ni siquiera la mano de Miroku desprendía esa calidez. Al ver los ojos del joven sintió una opresión en el pecho, sintió todo dar vueltas a su alrededor.

    Se alejó del muchacho, no sabía qué había sido eso. Sus poderes espirituales le avisaban de algo, sin embargo ella no supo distinguir qué. Brindó una sonrisa al joven y comenzó a caminar rumbo a su casa.

    El joven no quiso importunar más, cuando ella comenzó a alejarse empezó a pensar con más claridad y cayó en cuenta de lo que había hecho. Había espiado mientras se bañaba a la princesa del palacio, si ella decía algo a sus padres lo matarían, sin embargo su rostro no cambió de expresión, pensó que valdría la pena el castigo de la muerte a cambio de haber disfrutado de la belleza que en cada centímetro del cuerpo de esa joven había.

    Kikyou por su parte llegaba a casa, iba confundida, había estado cerca de un humano; había hablado con un humano; había sentido el tacto de un humano. Si antes se preguntaba de la existencia de su especie, ahora más lo hacía, por vez primera sentía el roce de un humano, y eso le había agradado. Aunque también había sentido algo más y eso le preocupaba.

    - ¿De dónde vienes Kikyou? –habla la molesta voz de Sesshoumaru.
    - Me asustaste –dijo volteando a ver el árbol donde estaba recostado su hermano.
    - No has respondido a mi pregunta.
    - ¿Acaso no lo vez? –Kikyou trataba de disimular, temía que el olfato de su hermano le revelara que había estado cerca de un humano-. Fui a bañarme.
    - Sabes que es luna llena, es peligroso que andes fuera. En noches como esta somos tan débiles como un humano.

    Al escuchar sus palabras se sintió más tranquila, no podría oler el aroma tan peculiar que su mejilla tenía impregnado. Aunque también seguía preguntándose la razón. Caminó hasta el árbol y se sentó junto a su hermano.

    - Sesshoumaru… -su voz sonaba triste y nostálgica a la vez-. ¿Por qué yo no siento esa debilidad de la que todos hablan?

    Sesshoumaru la vio con mirada que parecía no transmitir emoción alguna. No era la primera vez que Kikyou le decía eso, además de que había podido constatar que Kikyou en realidad no era afectada por la luz de la luna llena, ella podía transformarse aun bajo su influjo.

    - Sigo sin tener respuesta acertada para esa pregunta Kikyou. Lo único que se me ocurre es que la Shikon no Tama te protege de la influencia de la luna, pero si no la llevaras siempre contigo, seguramente serías en estas noches tan débil como todos.

    El silencio reinó largo rato, entonces Kikyou recostó su cabeza del hombro de su hermano, él la abrazó. Cuánta calidez desprendía su corazón al abrazarla, ella era todo para él, sabía que antes de nacer Kikyou su vida no tenía un sentido, no tenía un propósito por el cual estar ahí. A pesar de que Kikyou ya era una mujer, él seguía recordando nítidamente la mirada inocente que lo hipnotizó cuando siendo una bebé la vio por primera vez.

    Para él Kikyou seguía siendo una niña, su niña, su pequeña hermana. No estaba seguro de cuánto viviría, sólo tenía la certeza de que el tiempo que kami le permitiera vivir, él viviría para protegerla, nunca dejaría que nada ni nadie le hiciera daño.

    Ambos comenzaban a dormirse, la calidez de sus cuerpos mutuamente se brindaban confort y descanso.

    Una voz los despierta, era la voz de su padre.

    - Despierten que aun no amanece.

    Kikyou sonríe, se separa de su hermano y camina hasta su padre.

    - Discúlpeme padre, había olvidado que estaba en casa –dice mientras le da un beso en la mejilla y un abrazo.
    - Son de las pocas noches en que me quedo aquí. Hija creo que es hora de comer.
    - Sí padre, ya vamos –voltea a ver a su hermano-. ¡Sesshoumaru ven!

    Él sólo sonríe vagamente recordando su sorpresa cuando ella lo nombrara por primera vez, se pone de pie y camina con ellos al interior del palacio.

    Kikyou ahora maneja un tipo de telequinesis, con ella sostiene en el aire la perla mientras lentamente mana la sangre que llena una a una las copas de los vampiros. Los veía a todos, los veía disfrutar de la sangrada sangre, la sangre que era su vida misma, la sangre que sólo de sus manos podían obtener. A veces la rutina la ahogaba, a veces sentía que eran seres que no debían existir, ni siquiera habían más seres como ellos, no tenían futuro, no había para ellos una esperanza de tener algo más en el mundo.

    Sólo tenían la certeza de la eternidad, su larga vida les permitiría conocer el distante futuro al que los humanos de esa época no tendrían derecho, incluso ya habían dejado atrás a muchos de ellos. Ella tan sólo, la más joven de la familia, tenía ya ciento veinte años, Miroku igual, Sesshoumaru ciento cincuenta, su madre seiscientos veinte, la mujer blanca setecientos, Náraku tenía ochocientos cincuenta, mientras que su padre rondaba en los mil.

    Conocía la historia de su familia, sabía que eran antes de su nacimiento predadores que vivían a expensas de arrancar la vida a los humanos. No cabía en su mente imaginarse a un humano agonizando mientras ellos seguían prendados a su cuello succionando la última gota de su sangre, se le hacía aterrador, pensaba que ellos eran una abominación, demonios viles en toda extensión de palabra. Ahora gracias a ella y a la Shikon no Tama ya no cobraban vidas humanas, pero aun así siempre meditaba en la razón de ser de ellos, los mencionados como viejas leyendas en los humanos, los Kuei Jin.

    La noche de la debilidad Kuei Jin había pasado ya, la mañana tocaba las puertas, lo mismo que fuera del palacio…

    Los vampiros que apenas se habían resguardado en sus ataúdes despertaron abruptamente, estaban asustados, ¿quién llamaba a sus puertas? No podían levantarse a abrir y eso sería muy sospechoso. Sólo Miroku pudo hacerlo, el dhampiro de la familia.

    Caminó lentamente, no tenía ninguna prisa, la curiosidad lo movía pero aun así fue cauteloso. Abrió la puerta del jardín.

    - ¿Qué se le ofrece? –dijo examinando al joven que se encontraba inclinado ante él.
    - Perdone joven Miroku.
    - ¿Me conoces?
    - Sólo de vista señor.
    - Dime, tu nombre y a qué has venido.
    - Me llamo Yashae mi señor, y he venido a preguntar por Kikyou hime.

    Los ojos de Miroku se crisparon, era normal que conocieran su nombre, los vampiros decidieron que él saliera a la aldea y que de vez en cuando entablara conversación con alguien para que así supieran algo de ellos como familia rica, ¿pero Kikyou?, a ¿Kikyou cómo podían conocerla?.

    - ¿De dónde conoces tú a Kikyou?

    El joven sintió el peso de la mirada de Miroku, no tenía idea de cómo se había atrevido a ir al palacio a preguntar por ella, ni siquiera había pensado qué respondería ante la pregunta que Miroku le hacía, que era obvio que le preguntarían eso. ¿De dónde un aldeano como él conocía a la princesa Kikyou? Ahora se sentía completamente estúpido.

    - Te hice una pregunta. ¿No vas a responder?
    - Yo… lo siento –se pone de pie-. Disculpe pero no puedo.

    Miroku sabía que el joven no era malo. Sólo que le sorprendía en grande manera que conociera a Kikyou, ella era el tesoro de la familia.

    - Ella aun duerme, como habrás notado apenas acaba de amanecer –le dijo Miroku amablemente.
    - Es verdad, soy un tonto. Era muy noche cuando la vi, es lógico que esté dormida –murmuró el joven.
    - Perdón, ¿cómo dices?
    - No, nada. Discúlpeme joven Miroku. Ya me voy –se da la vuelta y comienza a alejarse.
    - ¿Quieres que le dé un mensaje cuando despierte? –cuando dice eso el joven voltea con una sonrisa.
    - Por favor. Sólo dígale que Yashae quiere verla una vez más, que la esperaré en el mismo lugar.

    El joven se marcha. Miroku se queda sorprendido, camina hacia su ataúd.

    Sin abrir el suyo, escucha a Náraku preguntarle…

    - ¿Quién era y qué quería aquí?
    - A… no era nadie.
    - ¿Cómo que nadie?
    - Nadie importante, sólo un monje diciendo que había una nube negra en este palacio.
    - Iluso, nosotros somos la nube negra.

    Ya no dice nada más y se duerme.

    Al caer el atardecer Miroku se pone en pie, se dirige hacia la habitación de Kikyou. Al llegar abre el ataúd de Kikyou. Se veía tan hermosa… de verdad que era el ser que más amaban todos.

    Se agacha ligeramente para llamarla al oído.

    - Kikyou… -le susurra-. Bonita… Kikyou despierta.

    Lentamente abre los ojos.

    - ¿Qué pasa Miroku? ¿Por qué me despiertas?, apenas cae la tarde –cierra su ataúd.
    - Sí, apenas cae la tarde por lo que todos duermen y te puedo decir… -dice con tono divertido-. Que te vino a ver Yashae.

    Como un relámpago, Kikyou abre la tapa de su ataúd y se incorpora.

    - ¿Qué dijiste?
    - No creo que sea importante. Me retiro prima, duerme otro rato –comienza a salir de la habitación.
    - ¡Espera! –sale rápidamente del ataúd y corre hacia Miroku-. Dime qué dijo…
    - Bien, ya caíste. Ahora me vas a decir quién es ese humano.

    Kikyou casi queda petrificada, había caído en el juego de Miroku, sin darse cuenta siquiera. Suspiró… desde niños Miroku siempre la hacía caer en sus trampas. Miroku se acercó a Kikyou, la abraza, toma con sus manos el rostro y pega su frente a la de ella clavando sus ojos de mar en su mirada chocolate.

    - Sabes que puedes confiar en mí –le dice-. No tengas miedo de hablar conmigo, eres como mi hermana.
    - Yo también…
    - Ssshhh –la interrumpe-. Lo sé, sé que también me vez como un hermano, pero, el detalle es que este hermano tuyo, no es gruñón, no es obstinado, y no tiene cara de pocos amigos –ante estos halagos a Sesshoumaru Kikyou sonríe-. A mí puedes confiarme lo que quieras porque puedes tener la certeza de que te escucharé primero para luego entenderte.

    Ella sabía que él tenía razón, no es que Sesshoumaru fuera malo, pero la sobreprotegía demasiado, no la dejaba siquiera hablar y la regañaba sin saber sus motivos, como la vez en que acompañó a Miroku a ver a su madre.

    - Vamos afuera y me platicas ¿de acuerdo?

    Se dirigen al jardín.

    - Dime Miroku, qué te dijo.
    - Nada en realidad. Vino a tocar al palacio esta mañana, abrí, como sabes soy el único en la familia que puede enfrentarse al sol.
    - Sí y no sabes la envidia que me da.
    - Abrí y le pregunté qué quería, preguntó por Kikyou Hime –Kikyou sonríe-. Le pregunté de dónde te conocía y no me respondió. Ya se iba y le dije si quería dejarte un mensaje y dijo “sólo dígale que Yashae quiere verla una vez más”

    Kikyou permanecía con mirada perdida…

    - Ahora te toca decirme de dónde lo conoces. Es humano, no sabía que tenías contacto con ellos.
    - Y es que no lo tengo, lo de Yashae fue una casualidad.
    - ¿Una casualidad? Por una casualidad un humano como él no se arriesgaría a ir a tocar a un palacio buscando a la princesa de ese palacio.
    - A… ¿a qué te refieres con un humano como él?
    - No lo digo malintencionadamente, pero pertenece a la clase más pobre de la aldea, por eso me sorprende.

    Ella quedó pensativa y decidió contarle las cosas a Miroku, tal y como ocurrieron. Le tenía la confianza suficiente como para hacerlo y sabía que le daría un buen consejo.

    - No se me hace correcta la manera pero admito que debió ser tierno. Quedó tan impactado creyendo que eres humana que decidió venir a buscarte. Es lógico que no hay una humana tan hermosa como tú, eres una vampiresa.

    La mirada de Kikyou se torna triste.

    - Qué te pasa bonita…
    - Miroku, es la primera vez que me siento especial por mí, que a alguien le intereso no porque depende de mí sino por lo que vio en mí y resulta que lo estoy engañando.
    - ¿De qué estás hablando?
    - Soy como una Tennyo ante sus ojos porque soy vampiresa y ninguna humana es tan bella como una vampiresa, pero si hubieran más vampiresas seguramente habría alguna más bella que yo. No soy tan especial en realidad.
    - No digas tonterías. Eres hermosa Kikyou, entre las vampiresas serías la más bella.
    - ¿Cómo lo sabes si no hay más?
    - Conozco a dos más y no hay punto de comparación a pesar de que son hermosísimas.
    - Mi mamá y…
    - Ajá… son hermosas no lo niego, pero tú… tú eres más, mucho más bella que ellas.
    - Gracias Miroku.
    - Y… ¿vas a ir?
    - ¿Cómo?
    - ¿Irás a ver a Yashae?
    - No lo sé.
    - El joven parece haberse enamorado de ti.
    - ¿Enamorado? –la mirada que tenía en ese momento dijo a Miroku que no entendía de qué hablaba.
    - Sabes lo que es el amor.
    - Sólo por definición.
    - Pues pronto sabrás como se siente.
    - ¿Qué quieres decir?
    - Oye, si vas a ir a verlo ve antes de que Sesshoumaru venga aquí o no te dejará salir.

    Kikyou le sonríe y se marcha hacia donde la noche anterior viera a Yashae. Sus pensamientos son confusos, si anoche ese joven la había inquietado, ahora más. Había tenido el valor de ir a buscarla. Ella tenía cierto temor, por tanto llego al lugar usando deslice de sombras y el joven no podría verla. Llegó al lugar y él estaba ahí, sentado con una pierna estirada y en la otra que permanecía flexionada recargaba uno de sus brazos mientras en el otro sostenía el resto del peso de su espalda.

    Tenía una mirada triste, perdida, seguramente recordaba el rostro de ella, de la Tennyo humana a la que esperaba. Kikyou sintió temor y no se dejó ver por Yashae. Cuando la madrugada envejecía Yashae se fue. Kikyou sintió su corazón detenerse al ver la cristalina mirada del joven, una lágrima resbalaba por su mejilla. Lágrimas… ese aroma a sal que provenía de esa gota de agua cristalina que resbalaba de esa triste mirada la inundaba de tristeza. Era la primera vez que veía lágrimas.

    - Qué iluso soy. Jamás vendría.

    Comenzó a alejarse del lugar, Kikyou sintió un impulso en su ser que la orillo a ir tras él, claro, ya dejando su transformación de sombra.

    - ¡Yashae! –gritó.

    El joven se detuvo sorprendido, era ella, la voz de la hermosa Kikyou. Volteó y sin pensarlo corrió a abrazarla.

    - ¡Vino! ¡Tennyo Hime! –la abrazaba fuertemente.

    Kikyou se sentía desbordar de emociones nuevas, un humano la abrazaba. Por vez primera alguien que no era de su familia la abrazaba.

    - ¡Perdóneme! –exclamó el joven al darse cuenta de la situación-. Es que pensé que no vendría.
    - No es fácil salir de casa.
    - Gracias por venir Kikyou Sama.
    - Por favor deja de tratarme con tanto respeto. Sólo llámame Kikyou.

    El joven se sentía feliz, hablaba con ella, con la hermosa mujer que no le había permitido conciliar el sueño la noche anterior. Ambos estaban sentados bajo un cerezo, ninguno decía nada, la sola compañía del otro hacía que sus corazones latieran a prisa. De rato en rato se veían pero volvían la vista.

    - Maldición, tenía tanto que decirle. Y ahora que está conmigo no sé de qué hablar.

    Kikyou lo miró. En su mente habían infinidad de preguntas que quería hacerle, sin embargo no se atrevía, todas esas preguntas parecerían bobas, cómo preguntarle ¿qué se sentía ser un humano?

    - Yo tampoco sé de qué hablar contigo.
    - Lo comprendo. Una señorita como usted no puede tener tema de conversación con alguien como yo.
    - No lo digas así. Lo que pasa es que yo no salgo del palacio, si acaso lo hago de noche.
    - ¿Se lo tienen prohibido?
    - En cierta forma.
    - ¿Cuántas personas viven en el palacio? –el joven tenía curiosidad, se le hacía muy raro que siendo un palacio tan grande no contrataran gente de la aldea para los servicios.
    - Siete en total. Mis padres, mis tíos, mi primo y mi hermano.
    - ¿Su hermano es el joven Miroku?
    - No. Ese es mi primo. Ojalá nunca te encuentres con mi hermano.
    - ¿Por qué lo dices?
    - No, por nada. ¿Sabes Yashae? Es la primera vez que hablo con un… -casi dice algo que no debía-. Aldeano.
    - No tiene amigos fuera de su familia.
    - No.
    - ¿Te molestaría si yo quisiera serlo?
    - Claro que no. Al contrario, me daría mucho gusto.

    Ella vio que el cielo comenzaba a cambiar su color.

    - Ya está amaneciendo –dijo tristemente.
    - Faltan un par de horas.
    - Ya debo irme Yashae.
    - Te acompaño.
    - No. Antes de ir a casa quiero bañarme –dijo algo apenada.

    Los colores del rostro del joven subieron inmediatamente.

    - Quería disculparme contigo por eso. Luego de que te fuiste caí en cuenta de lo que había hecho. No era mi intención espiarte, es sólo que…
    - No te preocupes, entendí que no fue culpa tuya. Pero esta vez no quiero que se repita. Iré a bañarme y luego me voy a casa.
    - ¿No te da miedo ir sola?
    - No. La noche es mi amiga.

    El joven le brindó una sonrisa y se marchó. Kikyou se dirigió al estanque a tomar ese relajado baño que deseaba, aunque en realidad su intención era que su familia no detectara en ella el aroma del joven.

    Su mente se sentía fresca, su pecho feliz, llena de nuevas emociones, llena de curiosidad por saber, por seguir siendo la amiga de ese joven humano. Ella no lo sabe, pero ahora está enamorada. Tal vez sonaría ridículo normalmente decir que en un solo día se pudo enamorar de alguien, sin embargo su situación era diferente. Había vivido el doble que cualquier humano promedio y jamás había tenido contacto con otro hombre que no fuera su padre, su hermano, su tío y su primo. Por eso su corazón había elegido dueño tan sólo al ver aquellas lágrimas, al ver aquella hermosa mirada de madera.

    Kikyou, la hermosa vampiresa Kikyou está enamorada.

    Había comenzado a trazarse tu tristeza hermosa mía, apenas comenzabas a vivir en realidad.
    Tus sueños y emociones se convertirían en el infierno que te querría devorar.
    Kikyou, hermosa mía, pronto conocerías una gran verdad, verdad que para ti no existiría… si no hubieses aprendido a amar.
    -------------------------------------------------------



    Espero les gustara, por cierto, soy mala para describir a las personas, pero espero por los detalles de la ropa hubieran notado quién es, o más bien cómo es Yashae.

    No lo notaron??? ToT soy peor de lo que pensaba. Está bien, les digo, es la versión humana de Inuyasha n . n
     
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  11.  
    Hikari Azura

    Hikari Azura Usuario común

    Piscis
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    re: Sacrilegio

    holaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!
    valla niña no me puedo contener, te quedo padrisima la continuacion!
    creo que cada dia me enamoro de tu ff, asi que hoy no te reprochare nada!
    hoy te acavs de sacar un 10, que va un 100, la verdd. el ff estub hermoso,
    asi que me gustaria seguir leeyendo! asi que quiero conti de nuevo!
    bessos.
    tu fiel lectora sesshogriss
     
  12.  
    Hate

    Hate Entusiasta

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    re: Sacrilegio

    No, no, no, no, ¿Cómo no quieres que esté celosa si son primos? Sabes que esa no es excusa para mi (6)
    Arwww, Yashae es tan tierno (LL; prefiero a Yashae que a Inu :X
    Cuidadito y le pasa algo a mi Miroku, jump. ¬.¬; espero que continues pronto tu FF, te está quedando súper (LL

    Cuidate (L
    TeQ :'D
     
  13.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    re: Sacrilegio

    Hola!! por fin una linda conti de tu maravilloso fic :)

    Nada más de imaginarme a Yashae como la versión humana de Inuyasha me hace sentir mucha envidia hacia Kikyo XD, pues aunque no describiste mucho a este eprsonaje creo que no hace falta, lo que si quedó muy claro es que el se enamoró inmediatamente de ella...o eso parece.

    Por un momento pensé que Miroku sentía algo por Kikyo, ya veo que me equivoqué, después de todo en este fic sigue teniendo ese aire cariñoso y coqueto nuestro ojiazul XD. Y Sesshomaru es tan serio y reservado, sobreprotege a Kikyo ._. aunque se que es porque la quiere mucho y no se imagina una vida sin su linda hermana.

    Bueno, supongo que algo malo va a pasar, lo presiento, solo me falta esperar a ver como nos sorprendes. No te tardes mucho please, bye!
     
  14.  
    SesshMamYash

    SesshMamYash Iniciado

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    re: Sacrilegio

    Por Dios!!!! que si no lo notè??? Por supuesto que se notò con solo decir rojo!!! ese es el color de nuestro Inu querido y a eso sumale el nombre: Yashae... es tan sugoi este capitulo... en serio que no hay palabras para decirte la alegrìa que sentì al ver que habìas actualizado, no hay problema que tardes un poco (despuès de todo tienes una vida personal y privada que atender) mientras no dejes botada esta historia que està buenisima, una de mis teorìas acaba de confirmarse aunque otra se despedazò... esperarè pacientemente a que aparezcan poco a poco los personajes restantes (aunque aqui entre nos... mis uñas pagan la pena de la espera) y asì saber si màs conclusiones que saquè son ciertas... me encanta el estilo que tienes para redactar, cuidate mucho y que la inspiraciòn te llene a mares para que nos deleites tambien!! Sayonara!!!

    Atte:
    K-Chan
     
  15.  
    tempest

    tempest Entusiasta

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    re: Sacrilegio

    hola, acabo de leer tu conty. debo decir que me encanto este capitulo. en especial por que kikyou está comenzando a enamorarse de un joven. aunque debo admitir que me había hecho ilusiones de que el chico del que kikyou se enamorase fuera inuyasha pero bueno...me encanto igual. espero que lo sigas pronto.
     
  16.  
    Inukax

    Inukax Entusiasta

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    re: Sacrilegio

    OmG!

    Como es eso de que Yashae es la version humana de Inuyasha? Kikyou esta enamorada de el? WTF? me dejas sorprendidisima. Espera...... Si Yashae es la version humana de Inuyasha......... eso quiere decir que..... Yashae es el narrador! Aunque no se talvez Yashae muera y luego reencarne en Inuyasha!

    Kagome! A qué horas va a salir en el fics? La estoy esperandO! Me imagino que faltan millones de siglos para que aparesca jejejejeje.....

    Como lo prometido es deuda... Ya me pase por tu fics y la verdad es que me encantó demaciado! Me arrepiento de no haberlo leido antes pero la verdad es que no tenía tiempo..... Ayer leí una parte del fics y hoy leí la otra, esa era la unica manera de poder leerlo......

    Me encanta todo del fics y tambien me encanta la manera en la que escribes, contas con mi apoyo para lo que queras y una fiel hostigadora... jejejejeje Solo te voy a molestar cuando no pongas la continuación a tiempo! Tambien te puedo mandar a secuestrar con mis amigos extraterrestres.... claro solo vas a ser secuestrada cuando no pongas las continuaciones a tiempo!

    Espero que no te tardes mucho en la continuación.... Estaré pendiente de tu fics
    Nos seguimos leyendop....
    Cuidate!
    bYe!
     
  17.  
    Mononoke

    Mononoke Usuario común

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    re: Sacrilegio

    <<Kikyou, la hermosa vampiresa Kikyou está enamorada.>> Me traumé con esa frase O_o La leí como 10 veces xD
    Así que Kikyou se ha enamorado :ANYWORD: Ya quiero seguir leyendo. ¿Qué pasará cuando Sesshoumaru se entere?
    Con que la versión humana de Inuyasha....ya me imaginaba algo parecido....por lo del traje todo rojo >.<
    En fin, con lo ultimo me has dejado verdaderamente intrigada! Quiero continuacióoon :D

    Bueno, esperaré pacientemente. Hasta la próxima.
     
  18.  
    Ahome Dea

    Ahome Dea Usuario común

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    Título:
    Sacrilegio
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    4520
    Re: Sacrilegio

    Holas!! Después de mucho tiempo acá vengo de nuevo con conti ^^ les aviso que las contis serán los días Lunes ^^ lo intentaré a sí sea lo último que haga.

    Bueno verán que el nombre del fic cambió, ya no llevará música como lo había planeado oríginalmente, pero queda la temática que es la que rellenaría todo ^^ así que disfrutenlo.

    Bueno no sé qué más decir... les dejo los agradecimientos personales.

    Hikari Azura - Wow, nuevo nick jeje, gracias por tu comentario, igual gracias por el que pusiste en fanfiction, no sabía si podía modificar ciertas cuestiones acá, así que por eso lo pobliqué allá, pero igual ya vi que se pudo, así que acá está.

    Hate - Hay hermanita, mejor que nadie sabes ahora que eso tampoco es excusa para mí. Y a Yashae le esperan... muahaha ya verás, nop, por ahora a Miroku no le pasará nada.

    Pan-chan - Hay dios, tu lindo post y que no tardará y mirame -.- no tengo perdon, pero acá está la conti y espero te complazca, no sé si la hayas leído ya en ff, pero porsi acá está.

    SesshMamYash - Gracias linda, por tu post aca y por apoyarme allá y animarme a traerlo de regreso a este lugar ^^ todos te lo deben.
    tempest - Sabía que te gustaría, y no pierdas las esperanzas es lo último que debe morir ^^

    Inukax - O.o Mujer! no sigas sacando conjeturas o me dejas sin fanfic XD no es cierto, sigueee sigueee me gusta ver que pongo a pensar a la gente ^^

    Mononoke - Jejeje si la sóla frase te trahuma, espera a ver lo que viene ^^ Y ya yaverás en este cap más o menos la actitud que Sesshoumaru tendrá, mira que es sólo un esbozo de lo que es capaz de hacer.

    Bueeeeno, yaaaa, ahí va la conti tan añorada ^^


    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.​



    CAPÍTULO X

    .~*Aoi Sora Wo Minagara*~.





    Furioso, Sesshoumaru busca por los jardines y el palacio a Kikyou. No le agrada que salga sola, siente su sangre hervir. Su madre lo observa con un rostro de cierto aburrimiento mezclado con diversión, lo sigue a cada rincón que Sesshoumaru visita siempre alegándole que Kikyou ya no es una niña y que tiene derecho de salir a donde le plazca y con quien le plazca. Sesshoumaru no está de acuerdo, antes bien, decide ir a presionar a Miroku, tiene la ligera sospecha de que él sabrá dónde puede encontrarla.

    - ¡Miroku! –grita entrando a su habitación.
    - ¡¿Qué modales son esos?! –exclama molesto Náraku.
    - Lo siento tío, pero necesito que tu hijo me diga en dónde se encuentra mi hermana.
    - Se supone que la nana eres tú, no yo Sesshoumaru –responde juguetón Miroku.
    - Dhampiro miserable, no juegues conmigo. Dime ahora mismo en dónde está mi hermana.
    - Déjala vivir. ¿No te parece aburrido saber que toda la eternidad estarás metido en este castillo sin conocer a nadie más? Déjala tener la libertad de caminar por los bosques, de sentirse libre.
    - Tú no sabes nada. Ella puede ser atacada por algún mononoke o youkai, lleva consigo la perla.
    - Estoy de acuerdo con Sesshoumaru –dice Náraku para sorpresa de su hijo-. Esa jovencita es muy descuidada. No debe exponer a la perla.
    - La perla no me interesa, es mi hermana quien me preocupa. Por esa estúpida perla ella siempre correrá peligro.
    - Pues gracias a esa estúpida perla vivimos.
    - Si desaparece podemos alimentarnos de humanos, ¿cuál será el maldito problema?


    Diciendo eso salió de la habitación, entendió que Miroku no le diría nada. La mujer blanca ya no lo siguió y entró a la habitación de Náraku.


    - ¡Madre! –Miroku se apresuró a darle un beso en la mejilla.


    Dado que ella y Sonomi lo habían cuidado desde que era pequeño, él había decidido llamar madre a la mujer blanca. Fue ella quien más se ocupó de él, Sonomi también, pero Kikyou aun era pequeña entonces y dividía su tiempo entre ambos, por eso era a la mujer blanca a quien llamaba así, muy a pesar de que a Sesshoumaru le molestase.


    - ¿Sí sabes en dónde está Kikyou verdad? –le dijo con una sonrisa.
    - Sí, lo sé. Pero es como dije a Sesshoumaru, ella merece libertad.
    - Estoy totalmente de acuerdo contigo, yo no preguntaré su paradero, pero sí dime, ¿crees que está bien?
    - Sí, no corre ningún peligro.
    - Entonces no hay problema –le brinda una caricia y sonríe, lentamente se retira.


    Náraku observa a Miroku de una manera especial, siente algo extraño en el pecho.


    - ¿Culpabilidad? –no podía creer que él albergase esos sentimientos, sin embargo así era.


    Sabía en su interior que él era el culpable de esa triste mirada que Miroku poseía, en cierta forma le dolía, era su hijo, su sangre, sin embargo él sabía que nunca sería digno en realidad de la palabra “padre” que Miroku le dirigía. Él no era más que una persona egoísta, no merecía al hijo que tenía. En varias, muchas, demasiadas ocasiones quiso platicar con Miroku de sus ideas, sin embargo él no mostraba el mínimo interés en ellas.


    Kikyou volvía a casa por el sendero del bosque. Sus sentidos la alertaron, algo la seguía y era algo grande. Confiaba en sus poderes, pero la magnitud de esa energía la atemorizó tanto que comenzó a correr desesperada tratando de huir de eso que la perseguía, su única intención era huir, tanto así que se desvió del camino a su casa, de repente un haz de luz cruza los árboles derribando varios que tapan el camino a Kikyou.


    Ya no tiene a dónde huir, sus piernas tiemblan, la energía de la perla que cuelga de su cuello se intensifica con un aura maligna, la sangre del demonio que la acosaba hacía que ésta reaccionara de esa forma, estaba muy atemorizada. Por fin logra verlo, era una especie de ciempiés gigante con colmillos enormes y un solo ojo, lanzaba energía de su boca en forma de navajas.


    - ¡¡Quiero la Shikon no Tama!! –gritó el repugnante ser mientras se abalanzaba a ella.


    El grito de Kikyou se propaga por el lugar.


    Sesshoumaru mientras, usa su olfato para buscarla; había llegado ya al estanque pero no la veía.


    - Me va a escuchar, juro que esa necia me va a escuchar -siente de repente una flecha cruzar su frente-. ¡Kikyou! –comienza a correr, algo en su interior le indicaba el camino a seguir.


    Ella no podía creer lo que veían sus ojos, de la nada, luces rojas atravesaron al animal hiriéndolo gravemente, volteó para ver de dónde habían salido aquellas luces, no podía creerlo.


    - Yashae… -susurró sorprendida.
    - Youkai miserable, no te atrevas a poner tus sucias garras en ella –su voz sonaba enronquecida y llena de coraje.


    Kikyou no entendía que era lo que él había usado en contra del monstruo, su olfato no podía engañarla, él era un simple humano, pero entonces ¿ese poder?, además ella pudo oler enseguida la sangre del joven, en algún lugar de su cuerpo tenía una herida.


    - ¡Humano maldito! ¡Me las pagarás! –el monstruo arremetió contra Yashae, quien rápidamente corrió, llevó su mano derecha hacia su brazo izquierdo y volvió a lanzar aquellas luces rojas.
    - ¡Fhe! No que muy fuerte, gusano. ¿Con una mujer si te lo crees verdad? ¡A Kikyou no la vas a tocar! –el monstruo cayó algo retirado de él, las heridas no le permitían volver a levantarse.


    Llegó hasta ella.


    - ¿Te encuentras bien? –le dijo en un tono triste y preocupado de voz.
    - Tú… ¿cómo hiciste eso? –ella aun no podía siquiera ordenar sus palabras.
    - Es una larga historia que te contaré después, ahora debo terminarlo –al girar su rostro el monstruo ya no estaba-. ¡Maldición! –movía las pupilas de un lado a otro rápidamente tratando de buscar un indicio que le dijera por dónde atacaría el monstruo.
    - Yashae…
    - No te preocupes princesa, yo te voy a proteger.


    El corazón de Kikyou palpitaba rápidamente, una sensación totalmente desconocida para ella embargaba su pecho. Se preguntaba la razón de que ese joven estuviese arriesgando su vida para protegerla. Hasta ella sentía el enorme poder de ese ser, y él, él sólo era un humano, un humano que la protegía aun a costa de su propia vida.


    - ¡La Shikon! –gritó el monstruo yéndose contra Kikyou, Yashae no tuvo tiempo de volver a usar aquél poder así que sólo protegió a Kikyou con su cuerpo, ambos fueron disparados a gran distancia, pero en el movimiento Yashae procuró que Kikyou no saliese lastimada.
    - ¡Yashae! –gritó ella sobre él, se retiró de su cuerpo y comenzó a moverlo, tenía miedo, sabía de la excesiva fragilidad de los humanos, un golpe como ese podía haberlo matado-. ¡Yashae respóndeme! –un quejido de parte del joven le dijo que estaba con vida, sin embargo demasiado débil como para volver a ponerse en pie.
    - Ahora sí, ¡quiero la Shikon! –el monstruo elevó su cuerpo lo más que pudo para arremeter contra ambos, Kikyou al ver que la vida de Yashae ahora dependía de ella sólo por impulso levantó las manos, de ellas emanó una energía que creó una barrera que los rodeó.


    El monstruo se impactó contra la barrera sin poder penetrarla, furioso siguió arremetiendo sin lograr nada. El corazón de Kikyou latía acelerado, tenía temor de no resistir, ese poder jamás lo había usado, era nuevo para ella. Para fortuna o desgracia suya, Sesshoumaru llegó en ese momento.


    - ¡Kikyou! –el ver a su hermana ahí con esa mirada llena de temor siendo asechada por esa criatura lo llenó de ira.
    - ¡Otro más! –el monstruo creyó que Sesshoumaru sería un blanco fácil, grave error.


    Sesshoumaru más enardecido que antes, lo descuartizó en cuestión de instantes. Kikyou estaba temblorosa aun, no desvanecía ese campo de energía.


    - Ya pasó, puedes deshacerlo –le dijo Sesshoumaru fríamente, justo en ese instante notó la presencia del joven humano-. ¡Qué haces cerca de ese repugnante ser!
    - Él… él… -Kikyou tartamudeaba-. Él me protegió del monstruo.
    - ¡¡¿Acaso quieres verme la cara de estúpido?!! –el grito de Sesshoumaru la asustó tanto que el campo se hizo más fuerte.
    - Es la verdad, este joven usa magia y me protegió, por eso quise corresponderle.
    - ¡¡Sal de ahí ahora mismo!!
    - ¡No quiero!
    - ¿Qué dijiste? –no podía creerlo, deliberadamente Kikyou le desobedecía.
    - Di… dije que no quiero. Si salgo de esta barrera me llevarás a casa sin dejarme ayudar a este joven.
    - No me retes Kikyou, ya me hartaste, he sido muy condescendiente contigo y te has aprovechado de ello –la voz de Sesshoumaru sonaba serena y con un toque de ironía, ese tono a Kikyou le erizaba todo el cuerpo. La sonrisa que tenía su hermano era una careta que escondía un coraje desbordando sus límites.
    - No es un reto, entiende por favor. Este humano me protegió y quiero ayudarlo, está herido por mi culpa.
    - ¡Ya me cansaste! –gritó furioso, hizo un látigo de veneno con el que golpeó la barrera de Kikyou cientos de veces hasta desvanecerla.


    Ella entonces abrazó el cuerpo del joven con trémula mirada y cuerpo tembloroso.


    - Suelta a esa basura.
    - Sesshoumaru por favor…
    - ¡Que te alejes! –diciendo esto dio un latigazo a Kikyou en la espalda.


    Al recibirlo, ella pareció perder voluntad, sus brazos dejaron de aferrarse al joven, quedó simplemente de rodillas y con el cuerpo del joven sobre sus piernas.

    - No quería hacerlo, pero me obligaste –se acerca a ella y la toma entre sus brazos, los ojos perdidos, su cabello casi arrastrando… lentamente volvió su vista hacia dónde dejaba a Yashae.


    Maravilloso, la miraba, aun yaciendo en el suelo, con el cabello desparpajado, el rostro sucio de tierra y lágrimas la veía a través de su espesa melena y una sonrisa le decía que estaría bien.


    Yashae se quedó ahí sin poder moverse, le parecía que todos los huesos de su cuerpo estaban rotos.


    - ¿Quién era ese sujeto que la obligó a irse? –pensaba tristemente-. ¿Será su pareja?


    Un recuerdo llegó a su mente con el precioso hilo de voz de la mujer que se había colado a los confines de su corazón.


    - Ojalá nunca te encuentres con mi hermano.
    - ¿Por qué lo dices?
    - No, por nada.

    - Su hermano… ese sujeto debe ser su hermano.


    Perdido en sus pensamientos escucha pasos lentos, el crujido de las ramas casi imperceptible le avisa que ella ha venido a buscarlo.


    - ¿No te dije que tuvieras cuidado? –le dice la voz chillona proveniente de un cuerpo pequeño y encorvado forrado de piel casi muerta.

    Yashae la observa y sonríe trémulamente, no se había equivocado, era ella.

    - ¡Kaede! –grita la anciana y una niña sale de entre las sombras-. Ayúdame a poner a tu hermano en la manta.
    - Sí…


    Vuelve rápidamente hacia atrás y jala a un caballo negro, baja una manta grande y con supremos esfuerzos acomoda a Yashae sobre ella, la ata a la montura del caballo.


    - Ya está mi señora Urasúe.
    - Bien.


    Comienzan a caminar hasta salir del bosque llegando a su pequeña choza apenas fuera de el.


    - Que muchacho… así no me servirás.
    - Lo siento –dijo adolorido pero al menos ahora podía hablar.
    - Si te estoy enseñando a usar magia y te adopté junto a tu hermana sabes que fue porque me ayudarás a quitarle la perla de Shikon a los Kuei Jin.
    - Sobre eso… la perla no la tienen los Kuei Jin.
    - ¿Cómo dices?
    - Yo… encontré a quien la lleva. Por defenderla es que terminé así.
    - ¿Dices que no la tienen ellos?
    - Así es. La lleva consigo la princesa del palacio.


    La mirada de la mujer cambió, había en sus ojos sorpresa, pero al mismo tiempo cierta satisfacción.


    - Quién lo diría –pensaba-. Así que los Kuei Jin han estado frente a nuestros ojos todo el tiempo. Tenía mis sospechas sobre la familia Taisho, pero ahora este ignorante me lo ha confirmado. Ellos son los Kuei Jin, y esa mujer que tiene la perla… ya ha conocido a Yashae. Todos mis planes se harán realidad.


    En el palacio de los Kuei Jin ya todos se habían marchado a sus ataúdes, Sesshoumaru llegaba con Kikyou en brazos, quien poseía en ese instante mirada tan triste y cristalina, que Sesshoumaru podía jurar que lloraba. Se dirige a la habitación de su hermana y la recuesta en el ataúd.


    - Perdóname pequeña –dice al tiempo que acaricia su suave rostro-. Tú me obligas a tratarte así, desde el primer momento en que vi tus ojos me juré no permitiría que nada malo te pasase, juré te protegería siempre de todo y de todos. Eso te incluye hermana, te protegeré de todo y de todos, hasta de ti misma, y si para protegerte habré de lastimarte, ten por seguro que lo hago gustoso. No permitiré Kikyou jamás, que expongas tu vida a nada. Eres mi vida Kikyou, si algo malo te pasa no sé qué será de mí.


    Kikyou ni siquiera podía dirigir su mirada hacia él, su cuerpo aun no obedecía las órdenes de su mente. Había escuchado las palabras de su hermano, se sentía mal, algo no le agradaba en esas palabras.

    Sesshoumaru marchó, seguro ya de que Kikyou no podría levantarse.

    Ella no apartaba de sus pensamientos la imagen de Yashae, recordaba cada instante vivido hacía apenas unas horas, recordaba la gallardía de ese joven, recordaba esa última mirada que él le dirigiera, su corazón estaba angustiado, triste… ella quería saber de él. Sus ojos comienzan a ponerse pesados, no puede evitar dormir, y dentro de sus sueños...


    El bosque nocturno compañero de sus días está frente a sus ojos, pero algo extraño pasa, todo se ve diferente, todo se ve más grande, se siente indefensa, desprotegida a pesar de que siente una calidez que la rodea. Escucha voces que para su mente no tienen sentido.


    - Sonomi, nuestra niña… nuestra hija ha nacido. Ve lo hermosa que es.
    - Sí… es muy hermosa.


    No entiende absolutamente nada, de repente escucha un llamado, alguien le pide que la mire.


    - ¡Aquí pequeña! –le dice la dulce voz.


    Ella no sabe de dónde proviene.


    - ¡Mira aquí! ¡Aquí estoy!


    ¡La luna! ¡Claro! Ella le habla, dirige su mirada hacia la blanca y hermosa luna.


    - Qué preciosos ojos tienes bella niña, color oro como el amanecer, y es una lástima tan grande que esos bellos ojos no te lo permitan ver. Te he hecho sufrir inocente, a pesar de que tu destino no será fácil, lo siento pequeña, ¿pero sabes? Te daré un regalo, un regalo que ninguno de los tuyos podrá tener jamás, te daré un don especial a ti y sólo a ti. Pero hermosa, soy la luna, y no puedo darte nada sin pedirte algo a cambio. No te preocupes bonita, no te hará falta lo que pido. Me quedaré linda, con tu mirada de oro, regálame esos ojos y yo te daré ojos que te permitan ver el amanecer, conocer ese mundo de luz que los tuyos jamás han podido ver. Te regalo pequeña unos ojos hermosos que encerrarán la oscuridad que a tu familia ha rodeado, para hacerte conocer la luz. Sí pequeña, no lo sabrás hasta que tu corazón lo desee, hasta que en verdad en tu ser exista la necesidad de salir a ver ese mundo de luz, entonces y sólo entonces este recuerdo volverá a tu mente. Algo debes saber criatura, yo no soy la luz, yo también vivo rodeada se sombras, sin embargo, el sol me regala de la suya para brillar, no soy más fuerte que él, y él… él es el enemigo de tu raza, pequeña contra él no puedo luchar. Disfruta de la luz, disfruta del amanecer, disfruta del ocaso, del hermoso cielo azul, pero cuídate de él, que si él te ve no te tendrá compasión. Cuando sus ojos todo lo ven, cuando de él nadie puede esconder, refúgiate de nuevo en las sombras, que ellas tus fieles amigas te protegerán, una vez él se haya ido vuelve a la luz. Es el pago a tu sufrir, al sufrir que siempre les he causado. Y tú, tú no sufrirás como ellos, porque eres mi elegida para ser feliz.


    Sus ojos se tornan del hermoso dorado a un expresivo color madera…



    Abre los ojos confundida, su respiración es agitada, trata de entender ese sueño, trata de saber qué significa. Cae en cuenta de que ya no está bajo el influjo del poder de Sesshoumaru. Abre el ataúd y se incorpora.


    - ¿Qué fue todo eso? –trata de encontrar coherencia a ese sueño en el que la luna le platicaba-. Kami… ¿será verdad lo que pienso? –su sentido del tiempo le dice que seguramente ya ha amanecido-. Yo… ¿pero y si no?


    Su mente sigue divagando, sin atreverse a levantarse aun.


    - Tiene sentido, ella, la luna dijo que siempre nos ha causado sufrir, y que yo no sufriría porque era su elegida. Es por eso que yo no soy débil como ellos en noches de luna llena. Si eso es verdad, entonces el resto también, entonces…


    Se pone de pie, se dirige a la salida, su corazón palpita fuertemente, tiene miedo de abrir la puerta.


    - Debo hacerlo –cierra los ojos y corre la puerta, a través de sus parpados se cuela una luz rojiza que la obliga a cerrarlos con mayor fuerza. Da pasos lentos hacia el jardín-. Aun no muero, si no pudiera estaría muerta ya… eso quiere decir… quiere decir.


    Abre de golpe los ojos y el resplandor es tal que por un momento se siente cegada, lanza un grito y se tira de rodillas al suelo cubriendo con sus manos su rostro. Lentamente todo empieza a aclararse, lentamente distingue el color tan limpio del suelo, el pasto y las flores.


    - Kami… -se queda maravillada, lentamente levanta la vista hacia lo que siempre ha querido ver… el cielo.


    El enorme cielo azul está frente a sus ojos, su inmensidad con ese color tan puro, con esas hermosas nubes blancas y el sol con ese brillo suave que da luz poco a poco a todo el lugar. Su corazón se siente feliz, su alma llora de alegría, y a su mente sólo puede venir una imagen, una idea… un solo pensamiento. Yashae.


    Y tus ojos conocieron la luz, y de repente te encontrabas mirando el cielo azul,
    y el día se enamoró de tus ojos, y el cielo conoció tu belleza.
    Hermosa mía el amor había traído a ti el recuerdo más antiguo de tu vida, un recuerdo sepultado por el ayer
    un recuerdo que literalmente llenaría de luz y alegría tu vida,
    o al menos era eso lo que tú creías.


    .~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.~*~.​


    Y bueno ^^ espero les haya agradado.​
     
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    Hikari Azura

    Hikari Azura Usuario común

    Piscis
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    Re: Sacrilegio

    hola

    Bueno primera en postear yuuuuuuuuuuuuuuuuuuphi

    me encanto la conti..aunque no pude postear en la otra pagina k me indicaste pero aki me tienes como siempre a tu fiel
    lectora que nunca se rinde,auque el cansancio la vensa jajajaja

    no me usto en la forma que k se comporta sesshomaru con Kikyo...se parece a io con mi madre ante la amenaza de un pretendiente
    a la caza de ella...mmmm creo que me paresco a sesshomaru a cuestion de eso.*_*

    en fin pero que a pasado con la madre de miroku?, y ese cambio que hay en naraku a cuestion de su hijo?....ke pasara a el joven humano?...k sentira kikyo.

    oh este ff se pone interesante..y con un toque de misterio kyaaaa.

    espero tu conti.

    bessos
    Hikari Azura
     
  20.  
    Hate

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    Re: Sacrilegio

    Este fue un capítulo interesante, vaya, Kaede hermana de Inuyasha? Si lo pusiste así, es por algo, estoy segura.
    Amo a Miroku *-*, quiero unoooooooo, regalamelo *-*
    Creo que no entendí lo que tiene que hacer Kikyo. e__________e

    Espero tu conti el próximo lunes, cuidate *-*
     

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